Un gran retroceso en el derecho a la información

Un gran retroceso en el derecho a la información

Un decreto firmado por Javier Milei modifica la Ley de Acceso a la Información pública y limita la publicidad de actos de funcionarios oficiales. En esta nota, lo analizan especialistas en la materia.

En agosto el gobierno nacional reglamentó el decreto 780/2024 que modifica, principalmente, el alcance de las definiciones de “información pública” y “documento”, presentes en el Artículo 3 de la Ley 27275. Introduce nociones nuevas como lo son la información privada o de naturaleza privada, que viene a controvertir el estándar de que toda información que posee el Estado es pública en tanto no contradiga excepciones muy específicas, que se encuentran establecidas en el texto de la normativa.

Sancionada en 2016, la Ley de Acceso a la Información ha sido destacada no sólo por los distintos sectores de la sociedad y del periodismo sino también por organismos internacionales por su perspectiva de publicidad y de transparencia de los actos de gobierno, en línea con los estándares internacionales en materia de libertad de expresión y acceso a la información. En diálogo con ANCCOM, Emir Salomón, abogado y miembro de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) explica que “un decreto reglamentario no puede ignorar esta larga tradición que se asienta sobre los derechos humanos y una jurisprudencia, una práctica institucional que viene basándose en el principio de máxima divulgación”.

Al introducir categorías nuevas que no dan claridad acerca de hasta qué punto los datos que posee el Estado son de naturaleza privada, qué los convierte en privados y cuándo esa información puede o no ser otorgada, empiezan a aparecer “casos de excepción” que previos a este decreto habrían sido alcanzados por el principio de máxima publicidad. A partir de esta nueva reglamentación, el funcionario público debe evaluar un “juicio de razonabilidad” por fuera del análisis que solía hacer la ley, en el que tiene que desentrañar si la naturaleza de esa información que posee es realmente privada o no lo es.

“Uno de los puntos más preocupantes tiene que ver con las modificaciones del Artículo 3, que vienen a controvertir el estándar de que toda información que posee el Estado es pública en tanto no contradiga excepciones muy específicas, que se encuentran establecidas en la ley. Desde ACIJ, consideramos que esto representa una extralimitación en las facultades reglamentarias que posee el presidente de la Nación, según el texto constitucional y lo que es la norma de acceso a la información pública”, remarca Salomón.

Cabe recordar que la ley prevé en su texto la aplicación de un “sistema de tachas” en los casos en que exista información sensible que no pueda hacerse pública. El decreto parece desconocer esta posibilidad, o por lo menos no hace hincapié en ella, en la medida en que establece que todos los documentos que tengan estos datos no se den a publicidad. Por ende, tiende más a la negativa de entregar la información, más que a la positiva.

Luis Lozano, licenciado en Ciencias de la Comunicación, especialista en la materia e investigador y docente de la UBA, remarca que la norma “deja un amplio margen de discrecionalidad para rechazar pedidos de acceso, ya sea porque involucran datos que el funcionario juzga que son de naturaleza privada en los términos de este decreto o porque juzga que no hay interés público en aquello que se solicita, como si eso pudiera definirlo el sujeto obligado, lo que contradice directamente los principios de la ley: máxima publicidad y máximo acceso. El funcionario no es la persona que define si hay o no interés público”.

El decreto viene a modificar otro, el 206/2017, que era reglamentario de la ley y que tenía algunos puntos que diversos especialistas en la materia habían marcado como conflictivos porque reducía la autonomía de la Agencia de Acceso a la información Pública. A eso se suma esta reforma, mucho más profunda y con un gran impacto en el ejercicio efectivo del derecho.

“Es un retroceso en el ejercicio del derecho de acceso a la información pública porque se introducen cuestiones que pueden ser disuasivas o amenazantes para aquel que va a hacer un pedido de acceso, como pedir obligatoriamente el número de documento, domicilio, correo electrónico. Eso no estaba contemplado en la ley”, dice Lozano. Y agrega algo igual o más importante: “De hecho, la ley establecía el principio de informalismo por el cual no puede haber mayores requisitos formales para dar la información. Incluso va más allá e introduce la violación al principio de buena fe, es decir que puede perseguir a quienes, según el funcionario o el Estado, hagan un uso abusivo del derecho de acceso”.

Por su parte, Salomón reflexiona que “la situación se torna desigual cuando un ciudadano que no tiene conocimiento acerca de cómo realizar estos trámites necesita conocer esa información que no se da a publicidad. Ante la negativa, el reclamo ante la Agencia de Acceso a la Información o la Justicia se vuelve la única alternativa. Son procesos que implican un poco más de conocimiento acerca de la viabilidad de las peticiones, hasta dónde se puede reclamar, con qué argumentos y qué respuesta da el Estado”.

Las consecuencias de este decreto también tienen un gran impacto en el trabajo periodístico. En diálogo con ANCCOM, Agustín Lecchi, Secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) señala que “esta actitud del gobierno nacional va en línea con toda una serie de políticas que atacan la actividad periodística, tienden a controlar la información que circula y tienen como consecuencia el cercenamiento de voces, como por ejemplo el ahogo presupuestario a los medios autogestivos, el silenciamiento de los medios públicos, el ataque a medios privados como sucedió con Editorial Perfil y las denuncias penales a periodistas como ocurrió con Darío Villarruel y Nancy Pazos”.

Por su parte, Paula Moreno, presidenta del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) remarca que “el escenario que hoy tenemos en el ejercicio periodístico y en el vínculo con la gestión de Javier Milei es muy hostil y violento. En este contexto agobiante de hostilidad y hostigamiento constante, hay otras medidas que han intentado cercar al periodismo, como por ejemplo el intento de matriculación obligatoria por parte del Ministerio de Capital Humano”. 

Tanto los especialistas en la materia como los trabajadores de la prensa coinciden en que este decreto representa no sólo una desnaturalización de lo que plasma la ley, es decir un ataque al espíritu de máxima publicidad y transparencia, sino también una extralimitación de las facultades reglamentarias que tiene el Poder Ejecutivo en relación a las leyes. “El acceso a la información aparece como una herramienta del activismo de derechos humanos, de las organizaciones civiles y del periodismo como forma de monitorear al Estado, como forma de ver qué se está haciendo con los recursos y qué hacen los funcionarios públicos en el ejercicio de sus roles”, señala Salomón.

En la misma línea, Moreno concluye que “el concepto de información pública no le pertenece a la prensa, le pertenece a los ciudadanos. Por ende, limitar el acceso a la información pública es limitar las posibilidades de los ciudadanos de involucrarse con los temas que son de todos, debilitar la institucionalidad y la calidad democrática”.

Todos los libros, el libro

Todos los libros, el libro

Se presentó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales el Vocabulario crítico de las Ciencias de la Comunicación, un volumen que reúne escritos de 139 académicos, docentes y periodistas de la Carrera de Ciencias de la Comunicación que funciona como un caleidoscopio en el que se despliegan conceptos, lenguajes, géneros, soportes, identidades y tantos asuntos más.

Es semana de elecciones en la Facultad de Ciencias Sociales y el movimiento ya normalmente ajetreado de las tardes se convierte en frenético. En la entrada te reciben militantes con remeras de distintos colores para entregarte una colección de folletos de promesas de un mundo mejor; para luchar contra el FMI y también lograr tener papel en el baño de la facu –ambos difíciles de lograr–. En la calle, la bicisenda está bloqueda por una parrilla improvisada donde marchan chorizos y hamburguesas a precio amigo. La plaza seca o conversodromo Nicolás Casullo –su nombre oficial– aloja a un grupo de jóvenes que bailan al ritmo de una cantante que no se sabe si desafina por la calidad del audio o por falta de talento. Los pasillos colapsados alojan a amigos y compañeros de cursada, que se saludan con entusiasmo y charlan sobre las materias. La corriente hormigueante de los alumnos para entrar a las aulas te arrasta hasta el corazón del edificio: el auditorio. Esta imponente sala amarilla, alojó el miércoles 28 de agosto la segunda presentación de Vocabulario crítico de las Ciencias de la Comunicación, una especie de diccionario de conceptos clave del área donde colaboraron académicos y académicas emblemáticas

Vocabulario…, que fue presentado por primera vez en la Feria del Libro en mayo de este año, es un exitoso intento de darle voz a la comunidad de las Ciencias de la Comunicación. Los coordinadores del volumen, el vicedecano de Ciencias Sociales Diego de Charras, la directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Larisa Kejval y la profesora Silvia Hernández, nuclearon a 139 autores, eminencias de la comunicación, para armar una publicación tan novedosa como necesaria: 114 entradas que comprenden un amplio abanico de temas relacionados con la comunicación, desde los vínculos entre sociedad, medios y tecnología a los lenguajes y las significaciones, pasando por las relaciones entre procesos culturales, identidades, política y economía.

Esta segunda presentación se propuso hacer foco no tanto en la forma en la que se compiló el libro, sino en presentar algunas de las lecturas que surgieron de él, y de ahí el nombre del evento: “Lecturas del Vocabulario, memorias de la carrera”. En el panel participaron seis de los colaboradores: Christian Ferrer, Santiago Gándara, Alejandro Kaufman, Stella Martini, Jose Luis Petris y Silvia Hernández (estos últimos dos en representación de Oscar Steimberg y Mónica Petracci, respectivamente).

Sumados a las personalidades del panel, Damián Loretti, Ricardo Forster, Washington Uranga, Pablo Alabarces, Sandra Carli, Marita Soto y María Rosa del Coto son otros de los prestigiosos nombres de los investigadores que participaron como autores.

Kejval dirigió el evento y afirmó que esta presentación pretendía ser “doméstica, como en casa”. Rescató también el rasgo plural de Vocabulario…, que convivan en él diferentes posturas y corrientes de pensamiento, sin una bajada global. Como si fuera una foto de la actualidad de esta particular área de conocimiento; con sus contradicciones, avances y problemáticas actuales que la atraviesan, desde lo social y lo económico hasta lo estatal. Siguiendo a Kejval en la apertura de la charla, el sistema universitario se encuentra en crisis y las conversaciones que se dan reflejan ese impacto. Las ciencias no son herméticas a lo que pasa en lo social y el libro, en su interior y como acto político, da cuenta de eso.

«El Vocabulario…es un albergue transitorio para la pasión por el saber. Esta pasión es mucho más fuerte que el sexo y más duradera, es lo que nos nuclea a todos acá, lo que hace que un estudiante pase horas estudiando para un final”, cerró Ferrer en tono jocoso y despertando risas en el público.

Christian Ferrer, sociólogo, ensayista y profesor, afirmó en el panel: “El libro es algo excepcional. Es difícil lograr que estén todos juntos a pesar de las diferentes corrientes epistemológicas y los egos. Generalmente las cátedras son como islas y es difícil armar comunidad. Eso es motivo de celebración”. En este sentido, el académico puso énfasis en la necesidad de proyectos de diccionarios que estén “en movimiento”, que abran a debate y no que busquen definiciones definitivas: “Todo diccionario es provisorio”, dijo. De esta manera los conceptos están vivos en cuanto y en tanto son discutidos en clase, en el espacio del aula. Vocabulario…“es un albergue transitorio para la pasión por el saber. Esta pasión es mucho más fuerte que el sexo y más duradera, es lo que nos nuclea a todos acá, lo que hace que un estudiante pase horas estudiando para un final”, cerró Ferrer en tono jocoso y despertando risas en el público.

Stella Martini, doctora en Ciencias Sociales y profesora en la carrera de Ciencias de la Comunicación, hizo énfasis en la decisión de nombrarlo «Vocabulario crítico» y no «diccionario técnico”. Siguiendo a Martini, “el Vocabulario…es un rompecabezas, es más abierto y menos impositivo”. A diferencia de un diccionario, que es un sistema cerrado, Vocabulario crítico remite más a términos de uso en el ámbito de una comunidad hablante y que además se entiende a sí misma como crítica.

En un tono más emotivo, la investigadora declaró que el compilado “hila una tradición de la facultad, de los compañeros contemporáneos, pero también de los que estuvieron en la fundación de la carrera hace más de 35 años; como Nicolás Casullo, Sergio Caletti o Margarita Graziano, entre otros”.

Por su parte Santiago Gándara, licenciado en Comunicación, docente de la Universidad de Buenos Aires y referente del sindicato docente AGD-UBA, dedicó tiempo de su discurso para explicar que el proyecto consolida intentos anteriores de unificar ciertos conceptos. “Todos hemos pensado alguna vez en la elaboración de un diccionario, hubo intentos de algunas cátedras que procuraron llevar adelante ese proyecto hacia el interior de la cursada, pero que finalmente terminaron decayendo”. En su mirada, Vocabulario… es la materialización de una idea que flotaba en el aire, que estaba presente en algunas cátedras y profesores. “Celebramos la iniciativa de una recopilación general”, cerró Gándara.

Por último Alejandro Kaufman, profesor universitario, crítico cultural y ensayista, remarcó la posición política que ocupa el libro. “Pensando en la estatalidad, Vocabulario… es un acto de gobierno”, manifestó. Corriéndose de las definiciones exclusivamente administrativas que circulan hoy en día sobre lo estatal, la posibilidad de un libro así pone de manifiesto una gestión de la facultad donde “el saber tiene un lugar indiscutido. Es un acto de gobierno universitario, es un acto de saber más allá de lo administrativo”, concluyó Kaufman.

Vocabulario… no se limita a ser un documento estático, sino que se propone como una obra en constante movimiento, abierta al debate y a la reflexión continua. Es, en esencia, un puente entre las diferentes generaciones de comunicadores, uniendo a los fundadores de la carrera con quienes hoy se forman en sus aulas, y asegurando que el conocimiento siga siendo una herramienta viva y dinámica, adaptada a los tiempos que corren.

«El enemigo no duda que la comunicación es un sector estratégico»

«El enemigo no duda que la comunicación es un sector estratégico»

La ciudad de Santa Fe acogió este fin de semana el Encuentro Federal de Medios Digitales. Referentes de más de 50 medios autogestivos y cooperativos, ANCCOM entre ellos, participaron de paneles y debates. Unánime preocupación ante el panorama que impone el actual gobierno.

“Lo más importante aquí es que nos podamos encontrar con comunicadores atravesados por los valores y los principios del cooperativismo”, afirmó el secretario de Cooperativismo, Mutualismo y Emprendedurismo del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Gonzalo Toselli, quien destacó la importancia del Encuentro Federal de Medios Digitales en un distrito que es cuna del cooperativismo y el mutualismo a nivel nacional y subrayó la necesidad de pluralidad de voces independientes y federales.

Por su parte, Nancy Ruíz Díaz, como parte del Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos, enfatizó la importancia de visibilizar la realidad de los territorios, especialmente para su provincia: “Este espacio donde circula la palabra y donde podemos escucharnos, nos ayuda para que podamos tener las mejores alternativas para todo el sector”, expresó.

También asistió al encuentro, realizado en el Cine Auditorio de ATE local, el presidente del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo bonaerense, Gildo Onorato, quien reflexionó acerca de los cambios globales ocurridos en los últimos años y se refirió al impacto de las plataformas digitales en las identidades comunitarias. “Los likes, las reproducciones y las visualizaciones marcan no solamente el negocio en dólares de las grandes transnacionales, sino sobre todo el desmembramiento de nuestras identidades comunitarias”, sostuvo.

En otro panel, dedicado a experiencias gremiales, Edgardo Carmona, miembro del Sindicato de Prensa de Rosario, reconoció los problemas que presenta el cooperativismo para algunos sindicatos, pero vaticinó que aquel no es algo alternativo, por el contrario, “es el futuro de la comunicación”. Cintia Mignone, de la Asociación de Prensa Santa Fe, detalló las dificultades de sindicalizar a los trabajadores de prensa e invitó a hacerlo.

La periodista Martina Noailles, del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), alertó sobre el avance del Gobierno de Javier Milei contra la libertad de expresión y la represión a la prensa. “Busca avanzar sobre el derecho a la información”, afirmó. A su turno, Mariana Mandakovic, del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Cordoba (Cispren), opinó que la lucha por la comunicación es una pelea de clase: “El enemigo no duda que la comunicación es un sector estratégico, lo demuestra Milei destruyendo los medios públicos”, dijo.

Juan Pascual, del portal Pausa, de Santa Fe, resaltó las dificultades de los medios autogestivos en relación con el Estado debido a la falta de un propietario único, lo que complica la negociación de la pauta publicitaria. En tanto que Gisel Carranza, periodista de La Mecha, de San Juan, compartió la lenta pero significativa experiencia de impulsar el gremio de prensa en su provincia, justamente debido al carácter autogestivo de su medio.

En la última mesa del Encuentro participaron Fabiana Cruz, integrante del medio tucumano La Palta; Alejandro Britos, docente de radio y periodismo en un instituto santafesino –quien advirtió sobre el impacto negativo del dominio publicitario de Meta y Google–; Leandro Fridman, especialista en tecnologías de la información de la Universidad Nacional del Litoral, quien lamentó la falta de formación en emprendedurismo en el ámbito periodístico, y Aixa Boeykens, decana de la Universidad Nacional de Entre Ríos, quien remarcó que la comunicación es un bien público y un derecho central.

El segundo día del encuentro, en la sede de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe), se realizó una reunión plenaria para discutir la articulación de los contenidos periodísticos, como así también las relaciones con distintas entidades sindicales y académicas, y las distintas modalidades para la sustentabilidad.

En diálogo con ANCCOM, Gabriela Filereto y Federica Kessler, periodistas de Periódicas, destacaron la importancia de ser anfitrionas del encuentro nacional de la Red de Medios Digitales con perspectiva de género. “Recibir a medios cooperativos y digitales de todos lados del país es sumamente importante para Periódicas, porque es el único medio de la ciudad que tiene perspectiva de género”,precisó Filereto, mientras que Kessler concluyó: “Es un reconocimiento muy copado, más en una provincia que es conservadora”.

“Los medios públicos son elementales para la democracia”

“Los medios públicos son elementales para la democracia”

Los sindicatos de prensa SiPreBA y FATPREN organizaron un debate en la Feria Internacional del Libro, para reivindicar el rol de los medios públicos y delinear estrategias conjuntas ante la amenaza de su extinción formulada por el Gobierno de Javier Milei.

Un pequeño stand de la intersindical cultural RADAR asoma en la esquina del Pabellón Ocre de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, donde se pueden visualizar carteles en defensa de los medios de comunicación públicos: “No al cierre de Télam”, “Defendamos Télam”, “No a la privatización de Radio Nacional y TV pública”. A las 17 comienzan los preparativos para el conversatorio “Medios públicos, derecho a la información, libertad de expresión y derecho a la información frente a la Ley Bases y el DNU 70/23”, a cargo de los sindicatos SiPreBa y FATPREN.

El despliegue de sillas que se suman es grande y no dan abasto. La charla, moderada por Ariel Zak, periodista de Télam, contó con la presencia de la senadora por Tierra del Fuego María Eugenia Duré; el comunicador y vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales UBA, Diego De Charras; la periodista Silvia Fernández, de la TV pública; y Guillermo Tello de la Multisectorial Audiovisual.

Ariel Zak fue el encargado de abrir el debate sobre el derecho a la información, la libertad de expresión y soberanía nacional: “La agencia provee insumos a todos los medios, para diarios, para portales y de forma federal por sus corresponsalías por lo que hay que recalcar su relevancia”. La importancia del acceso a la información es elemental para escuchar las voces de todo el país sin permitir que el debate acabe, siendo de vital importancia entonces no sólo el derecho a la información sino también el derecho a la comunicación.

A continuación Silvia Fernández, periodista de la TV pública, opinó en relación a la media sanción de la Ley Bases: “La Cámara de Diputados ya definió la privatización de RTA que al igual que Télam tiene una cobertura federal, no sólo de la información sino también de la cultura y el entretenimiento”. Además, agregó: “Desde la semana pasada la falta de federalización se hace notar. La colocación de contenidos de lata de años anteriores y la reducción de contenidos informativos provoca que la comunicación tenga como centro los acontecimientos porteños, dejando de lado a los que viven en otras provincias, ya que a ellos les interesa lo que pasa en sus ciudades o pueblos. Lo que ratifica la comunicación federal y los medios públicos es justamente hablar de acontecimientos de todas las provincias desde sus miradas”.

Todos coinciden en la importancia comunicacional y cultural de los medios públicos; sin embargo, el Gobierno no parece considerar lo mismo. La campaña del terror, vuelve a aparecer como modus operandi en el intento de cierre de las corresponsalías de Télam. En diálogo con ANCCOM, Fernández expresó: “La insistencia en el retiro voluntario busca desestabilizar a los medios públicos, generando miedo en los trabajadores y trabajadoras al igual que en la sociedad misma. Los medios públicos son elementales para la democracia y es por ello que las corresponsalías son necesarias para escuchar todas las voces”.

Por su parte, Guillermo Tello de la Multisectorial Audiovisual, habló de la Ley como instrumento de censura. “La Ley Bases no es una forma de desregular sino de regulación para un mercado más concentrado que es todo lo que un Estado no debe hacer. Los medios alternativos necesitan de la continuidad laboral, de la capacidad productiva, de la reproducción federal”, aseguró y amplió: “Necesitamos una ley nacional para los medios públicos que los contenga para garantizar el federalismo”.

Diego de Charras, vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, añadió: “Va a ser una batalla difícil y larga pero hay que resistir como los compañeros de Télam, Radio Nacional y TV Pública. Nos obliga a organizarnos aunque seamos pocos y pelear en tiempos que parecen los noventa, pero no lo son, ya que este es un proyecto más agresivo y lesivo en términos de derechos”.

El cierre de la charla estuvo a cargo de la senadora Duré, quien enfatizó en la resistencia que hay que proporcionar a la Ley Bases, no solo en el Congreso sino también en las calles. “El acompañamiento popular es una forma de contribuir a la pluralidad de voces y a la soberanía nacional, porque mientras nosotros llevamos la voz del pueblo al Senado, ellos llevan las de empresarios poderosos”, expresó. Por el rechazo al paquete fiscal y a la misma ley terminó la exposición, de cara a la votación del Senado de la Nación, declarando: “Los senadores de Unión por la Patria vamos a ir en contra de esta ley por nuestra soberanía nacional, por nuestros trabajadores y trabajadoras, por nuestras amas de casa para que se puedan jubilar y para que no deje de haber derechos federales. Por eso, tenemos que pedir a los argentinos y argentinas que nos acompañen en esta lucha”.

Al finalizara la charla, cual si fuera una procesión, los trabajadores de los medios públicos recorrieron los pasillos de la Feria del Libro al grito de “la patria no se vende”. Recibieron abrigadas ovaciones en cada rincón de visitantes y expositores.

40 años de comunicación en democracia

40 años de comunicación en democracia

Se presentó «De Plazas y Pantallas», una serie dedicada al derecho a la comunicación desde 1983 hasta hoy. Fue coproducida por Canal Encuentro, la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA y la Subsecretaría de Medios.

De plazas y pantallas es un proyecto originado en el año 2023 que nació para reflejar el mundo de la comunicación en estos 40 años de democracia y quedó plasmado en una coproducción llevada a cabo por la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Canal Encuentro y la Subsecretaría de Medios de la Nación. Si bien fue pensada para salir al aire a fines del año pasado a través de la señal estatal, con los cambios producidos por el Gobierno de Javier Milei aún no ha sido posible su emisión, por lo que su primera presentación fue realizada el miércoles de 24 abril en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. También estará disponible a partir del jueves 25 de abril en en el canal de Youtube de la Carrera y en la plataforma Contar.

La serie cuenta con cuatro capítulos de quince minutos con ejes diferenciados: el derecho a la comunicación, los actores de la comunicación, el rol del periodismo y los consumos culturales. La conformación de contenidos fue tratada y elaborada a través de distintos testimonios y miradas compartidas por un equipo de especialistas que estuvieron presentes a lo largo de los cuatro videos. Cada parte es conducida por Paula Giménez, periodista especializada en género y sexualidad. A su vez, el desarrollo del contenido fue realizado por autoridades de la Carrera de Ciencias de la Comunicación y de la Facultad de Ciencias Sociales, así como abogados, docentes, periodistas e investigadores. Formaron parte de la iniciativa Larisa Kejval, Diego de Charras, Graciana Peñafort, Damián Loreti, Flavia Costa, Stella Martini, Gastón Montells, Carla Gaudensi, Juan Delú, Nelson Santacruz, Diego Flores, Agustina Lanza, Daniel Badenes, Sebastián Davidovsky, Natalia Zuazo, Irina Sternik, Carolina Balderrama y Fabián Bosoer.

Kejval, doctora en Ciencias Sociales, licenciada y directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, explicó que el proyecto nació a partir de las motivaciones dadas en el marco de los 40 años de democracia, en un contexto actual en donde hubo muchísimas transformaciones en el ámbito de la comunicación, avances tecnológicos y medidas políticas y económicas que en distintos gobiernos fueron influyendo sobre cómo actúa la comunicación en la democracia. En este sentido, la directora explicó que “la comunicación está quedando un poco pequeña”, por lo cual indicó que la intención fue “hacer un material educativo que interpele a los jóvenes y los invite a reabrir el interrogante social no solo en el presente sino también en el futuro”. Con ello, Kejval describió que la serie está pensada fundamentalmente para las nuevas generaciones que nacieron en democracia y que desde su más corta niñez estuvieron en contacto con los dispositivos tecnológicos como la televisión, la computadora o el celular.

Kejval resaltó la importancia que tiene reconocer a la comunicación como un agente interdisciplinario en la vida de cada uno y añadió que le parece fundamental para ella y para el equipo que estos tópicos vuelvan a las aulas y puedan ser problematizados.

Mundo hiperconectado

De plazas y pantallas juega con lo actual, lo dinámico y lo histórico a través de una complementariedad de elementos presentes que buscan incidir de forma educativa sobre los jóvenes. A lo largo de los capítulos, la conductora va teniendo contacto con distintos dispositivos técnicos que tiene en un baúl, ya sea un disquete, una revista o un cassette, poniendo en escena distintos hechos históricos. Mientras se tocan los distintos ejes a problematizar, la serie enfatiza en el trasfondo histórico que hizo posible que estemos hoy en un mundo hiperconectado. A través de ello se explica la importancia del derecho a la comunicación y cómo fue avanzando, retrocediendo y dejando cuestiones aún sin trabajar durante el transcurso de la historia.

Con distintos fragmentos audiovisuales, la serie atraviesa una línea de tiempo, permitiendo comprender lo que implicó la comunicación desde los inicios de la democracia, el surgimiento de una nueva ley para los medios audiovisuales en el año 2004, la Ley 26522, y su tardía sanción e incluso cómo fue modificada a través de los decretos de necesidad y urgencia de Mauricio Macri a partir de 2016.

De plazas y pantallas también realiza un importante énfasis en el rol que cumple la llegada del Internet en el ámbito de la comunicación y la palabra: la democratización de la palabra, la llegada de las multipantallas, canales de streaming, el uso excesivo de la IA, las fake news y cómo nos implica como personas que vivimos en democracia.

La serie brinda un importante señalamiento sobre la importancia que hay de parte de medios de comunicación alternativos y cómo se distinguen de los medios tradicionales al tomar agenda de cuestiones antiguamente poco habladas. A través del testimonio de periodistas, se explica cómo los medios alternativos otorgan un nuevo tipo de lectura que impulsan a una mayor democratización de la palabra, por ejemplo a sectores villeros, población cartonera, feminismos, pueblos originarios, y cómo distintos usuarios pudieron encontrar espacios para defender ideales, además de la figura de las disidencias.

Espacios físicos y virtuales

Sin embargo, la serie muestra una constante problematización del camino por el cual llegaron estos avances: ¿cuál es el rol del Estado y cómo regula la circulación de contenidos? ¿Cuál es el futuro de la comunicación? ¿Cómo podemos identificar las fuentes creíbles y argumentadas? ¿Cómo nos incide la llegada de la llamada posverdad? ¿Quien supervisa y modera los contenidos en las plataformas?

Al final de la transmisión, los directivos invitaron a los espectadores a realizar un brindis a la salida del auditorio donde distintas personalidades compartieron unas palabras respecto al contexto que se está atravesando en la actualidad y su vinculación con De plazas y pantallas. Kejval agradeció a sus compañeros que hicieron posible la serie y, a través de un aplauso emotivo, le dio el micrófono a Rosaura Audi, docente y periodista especializada en políticas internacionales. “Rescato –expresó- la reconstrucción de nuestra memoria comunicacional que revisa todo este proceso de 40 años de democracia, estos avances y retrocesos que hemos tenido y a reflexionar sobre lo que está pasando con los medios de comunicación, el periodismo y los canales de streaming.”

Luego, el micrófono fue transferido a Cecilia Flachsland, licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y docente, quien habló de la necesidad de no dejar de ver cómo De plazas y pantallas funciona como un abrazo entre la Carrera y Canal Encuentro: “Esta carrera es hija de la posdictadura y del alfonsinismo, pero Canal Encuentro es hijo de un contexto político muy distinto, vinculado a esta imaginación política radicalizada que fue el kirchnerismo. Sin el kirchnerismo no existiría Canal Encuentro porque en esa escena fue posible pensar que el Estado podía de alguna manera volver a componer escenas que tengan que ver con la justicia, con la igualdad y que tenga que ver con la capacidad que un medio de comunicación pueda distribuir saberes sociales”. Flachsland apuntó también que le interesa “pensar en cómo se habían encontrado estas dos tradiciones: la de la Carrera con su voluntad crítica, con su voluntad de construir preguntas para entender el mundo comunicacional, social y político; y Canal Encuentro que también está marcado por eso y muy fuertemente por cómo muestra a la escuela como lugar fundamental de trasmisión de saberes”.

A su turno, Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), se refirió a los ataques generalizados a lo público por parte del Gobierno nacional: “Como secretaria general, a mí y a mis compañeros y compañeras siempre nos interesó recuperar esta perspectiva de entender a la comunicación como los trabajadoras y trabajadores que estamos en los medios privados, en los medios públicos y en los medios cooperativos, comunitarios y populares como parte de un todo y por eso siempre desde la federación promovimos esa perspectiva y trabajamos en ese sentido. Este contexto nos impone un brutal ataque hacia todos los trabajadores, porque el Gobierno a través de distintas variantes nos atacó de maneras distintas como es hoy en día por el brutal silenciamiento que se refleja en el intento de cierre de Télam.” Gaudensi cerró diciendo que a pesar de los intentos de cierre o desfinanciamiento seguirán luchando. “Los medios públicos van a resistir, van a ganar y los medios públicos de comunicación van a seguir existiendo”, expresó.

Luego de un cálido aplauso, Diego de Charras, docente, investigador y vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, compartió el trasfondo, las motivaciones y los ejes a tener en cuenta al ver la serie. Explicó que se trató de un proyecto pedagógico y educativo que busca interpelar a estudiantes y a futuros estudiantes no sólo de la Carrera de Ciencias de la Comunicación: “Queríamos hablarles a través de un idioma que no fuera rudo sino que fuera escolástico, cronológico, que hiciera preguntas y pudiera ir y volver a lo largo del material. Creemos que se logró, buscamos una dinámica que interpelara y que fuera veloz, dicha de algún modo en algún idioma en que nuestros estudiantes lo pudieran entender”, manifestó De Charras.

Al detallar las motivaciones que tuvieron para concretar el proyecto, dijo que “se buscó poner en el centro del debate a la comunicación, la democratización de la comunicación y el derecho a la comunicación. Después de un proceso de muchas batallas, donde tuvimos un crecimiento y una caída y ahora que nos encontramos en este momento muy atacados por el hecho de tratarse de medios públicos, mucho discurso de odio y mucha noticia falsa, poder tematizar la cuestión de la comunicación y volver sobre ello nos parecía esencial porque no lo podemos sacar de agenda.”

Tiempos violentos

A criterio del vicedecano, la democratización de la comunicación nunca puede dejar de ser parte de la agenda: “Pueden cambiar las regulaciones, pueden cambiar las tecnologías, pero los derechos son derechos y debe pelearse por ellos. Será con otras tecnologías, con otras normas, figuras o herramientas pero debe ser tematizado y debe ser puesto en el centro por una perspectiva de derechos y principios.” Para De Charras, esto es “necesariamente un proyecto político y de incidencia política” en la que, como equipo y autoridades de la Carrera, consideran que “se debe fomentar el pensamiento crítico poniendo en escena lo que sucedió, quiénes fueron los actores, cuál es la precarización de las trabajadoras y trabajadores de prensa, quienes son los actores comunitarios, subterráneos, los vulnerables”.

 “Estamos seguros que poner todo eso sobre la mesa es nuestro rol en la universidad pública en un contexto en que todo lo público está siendo puesto bajo ataque. Todo lo que tiene que ver con la clase trabajadora y lo que tiene que ver con lo público, con lo común, con los servicios públicos: el cine, la agencia de noticias, la educación y la salud”, dijo De Charras.

Medios alternativos

También tomó la palabra Nelson Santacruz, periodista y redactor de La Garganta Poderosa: “Soy de la villa 21-24, nosotros somos una cooperativa que tiene dos redacciones, una en Capital Federal y otra en la provincia de Córdoba, y tenemos comunicadoras y comunicadores de barrios populares a lo largo de Argentina y tenemos ya más de 10 años de trabajo en los territorios y medios. Abrimos Tik Tok hace poco como una forma de disputar ese sentido y como forma de visualizar e instalar la agenda villera”. Santacruz describió que la agenda de sus sectores en esos espacios fueron ganados y avasallados discursivamente “por los que gobiernan hoy y que directamente vienen a atacar hoy en día a medios como Télam o directamente desfinanciando o soltándole la mano a un montón de medios cooperativistas, autogestivos o independientes pero que se venían financiando con mucho pulmón y que venían a instalar justamente una voz y una agenda desde nuestro barrios.” El periodista expresó cómo para su ellos un derecho como la comunicación resulta tan vital como la libertad de expresión, al acceso a la conectividad y todo lo que se estuvo compartiendo a lo largo de los capítulos y que muchas veces los que viven en barrios populares no lo ven como un derecho sino como algo muy alejado.

En diálogo con ANCCOM, Santacruz compartió las expectativas que tiene respecto a la recepción de la serie sobre el público jóven: “Me parece que lo clave de este tipo de contenidos es que es didáctico, dinámico y rápido, con un lenguaje actual que interviene en las redes sociales y demás va a permitir que muchos conceptos les queden a los pibes y las pibas. Me parece que se puede tratar en la secundaria, hay que llevarlo a las asambleas de los barrios populares, hay que llevarlo también a las universidades. Me parece que ese sentido crítico es lo que quieren atacar hoy en día, atacando la universidad pública, a Canal Encuentro y a todo lo que de por sí es público.”

Santacruz desea que ese contenido circule, que lo vean los chicos y chicas y que tengan sus propias conclusiones, que de algún modo se comprenda lo que ocurre cuando se le omite el derecho a la comunicación no sólo a la sociedad argentina sino a cualquier otra: “Lo que están haciendo es censurar muchos derechos, como por ejemplo la libertad de expresión, el derecho al acceso a la información. Lo que necesitamos es diversidad, pluralidad de voces y justamente estos contenidos son los que vienen a sumar.”

Consultado sobre cómo se podrían llevar estos contenidos a los barrios populares, respondió: “Me parece que hoy más que nunca las universidades públicas, sobre todo la UBA que tiene un peso tan importante, tiene que reforzar sus vínculos con las organizaciones sociales, las ONG, con las organizaciones que tienen territorialidad hace muchas décadas en los barrios periféricos, en los sectores campesinos y en los sectores originarios también. Me parece que hay que ir por ese lado: hay que tender puentes, hay que seguir manteniéndonos en red porque justamente con esto se va a permitir territorializar la universidad pública y al mismo tiempo que desde los barrios podamos ver a los pibes y a las pibas volver a los territorios”.

Finalmente, el periodista enfatizó que lo que se necesita es que haya gente que le pueda brindar apoyo a los chicos. “Con ello se podrá ver cómo la universidad se tiñe de pueblo y que el barrio no pierda el horizonte del sueño o propósito de que los villeros podemos acceder a un terciario, a un profesorado o a una universidad pública”.