Las dos Buenos Aires

Las dos Buenos Aires

El distrito más rico del país es la vez uno de los más desiguales. Las diferencias entre el sur y el norte en cuanto a ingresos, vivienda, salud y educación son enormes. Palermo y Recoleta son los barrios mejores posicionados. ¿Cómo convive la Reina del Plata con la Cenicienta?

Texto: Azul García y Cristina Sille | Foto: Muriel Schtivelband y Camila Godoy

Quedan pocos días para el cese de la cuenta regresiva. Este domingo los argentinos votarán en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y el camino hacia las elecciones generales comenzará finalmente a dilucidarse. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, Matías Llammens, Matías Tombolini y Gabriel Solano son los principales candidatos a cubrir el cargo de Jefe de Gobierno. En sus discursos prometen obras, infraestructura y crecimiento económico en el distrito. Frente a ello, aparecen las preguntas ¿Cuál es la situación general de CABA hoy? ¿Y cuál la particular de cada comuna?

Villa 20, Lugano.

Desde el 2005 la Ciudad de Buenos Aires -con sus 3 millones de habitantes- está organizada en quince comunas, muy diferentes entre sí. Basta con viajar las primeras estaciones del Tren Mitre para notar esta disparidad. La pobreza y hasta la indigencia azotan a una parte de la población porteña, mientras que la otra comprende niveles de calidad de vida muy superiores. En lo relativo a estadísticas nacionales, una familia tipo necesitó este junio para no ser pobre 31.148 pesos según el INDEC. No obstante, el ingreso per cápita familiar promedio de la Ciudad de Buenos Aires en 2019 es de 27.088 pesos. Esto significa que, en promedio, todos los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires son pobres.


El año pasado, cuando el ingreso promedio era de 22.459 pesos sólo seis de las quince comunas superaron ese valor, casualmente todas ellas del norte de la ciudad. Quien batió el récord fue la comuna 14, Palermo, con un ingreso per cápita familiar de 34.357 pesos, seguida por la comuna 2, Recoleta, con 31.249 pesos. Conclusión: en promedio, todos los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires son pobres exceptuando los de Palermo y Recoleta. Y algunos más, representados en el siguiente gráfico.

La línea roja del cuadro marca el ingreso promedio.

La línea roja marca el ingreso promedio -22.459 pesos- y la azul el que se percibe discriminando por cada comuna. Fuente: Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad (DGEyC)

Lo mismo ocurre al analizar la relación entre los ingresos y la Canasta Total de Bienes y Servicios no Alimentarios. Nuevamente la comuna 2, la 5 (Almagro y Boedo), la 6 (Caballito), la 12 (Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), la 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) y la 14 son aquellas cuyos ingresos llegan a cubrirla de sobremanera. En la 4 (Nueva Pompeya, Parque Patricios, Barracas y La Boca) los niveles de ingresos para acceder a la Canasta Total se encuentran en la mitad de la brecha, es decir, un 49,7% supera lo necesario para cubrir la Canasta y un 50,3% está por debajo del nivel. La única comuna que presenta un mayor índice de falencia es la 8, donde sólo el 38% de los habitantes cubren la Canasta Total, dejando un 62% de habitantes por debajo de la línea.

Siguiendo el análisis, la comuna 8 (Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati) es la que tiene el mayor porcentaje de hogares hacinados, un 25% según la Dirección General de Estadísticas y censos (DGEyC), valor que, además, excluye a los hogares sin habitaciones de uso exclusivo. De sus 240 mil habitantes, uno de cada tres reside en una villa, explicó a ANCCOM Marcos Chinchilla, referente de la Villa 20 en Lugano.

Villa 20, Lugano.

Los planes de urbanización tienen más polémicas que avances concretos. La Villa 31 en Retiro o incluso la 20 en Lugano son los casos más emblemáticos de estas políticas públicas que, según los vecinos, sólo cambian la apariencia con construcciones provisorias y descartables. “Un barrio se puede decir que está urbanizado, integrado a la Ciudad, cuando tiene los mismos servicios que el resto de la Ciudad”, sintetizó Chinchilla. El referente ejemplificó algunos temas básicos: la Villa 20 tiene falencias en servicios de primera necesidad, los Bomberos y las Ambulancias no ingresan a los barrios y las calles son precarias o directamente no existen, como tampoco lo hace el transporte público interno.

La situación en Soldati no dista demasiado: “Tenemos el caso emblemático de La Veredita que ya tiene nombre de barrio propio. Es un asentamiento que se hizo en la Avenida Portela y la gente está, literalmente, en la vereda, desde hace como 9 años. Hoy ya hay casas de material, pero imaginate que no tienen ni servicios de cloacas ni de agua potable”, relató Ariel Verón, militante de El Hormiguero, una organización villera.

En un mapa confeccionado también por la DGEyC se observa que de las 38 villas, asentamientos y núcleos de emergencia marcados en la Ciudad, 30 se encuentran en las comunas del sur (18 en la comuna 8, ocho en la comuna 4, dos en la comuna 7, una en la comuna 9,  una en el extremo sur de la comuna 1) y ocho en las del norte (cuatro en la comuna 15, una en la comuna 3, una en la comuna 2 y dos en la parte norte de la comuna 1). Nuevamente son las comunas del sur las que presentan condiciones más desfavorables, precarias y marginales. Por su parte, cabe destacar que hablar de vivienda no es únicamente infraestructura. Las condiciones de hábitat signan también la calidad de la salud, el acceso a la educación, la seguridad, la expectativa de vida, la mortalidad infantil, entre otros derechos.

Educación y salud: otras variables

La cantidad de establecimientos educativos y su distribución por los barrios es otra de las diferencias más llamativas entre las comunas. Las que más escuelas de gestión pública tienen son las que, al mismo tiempo, menos privadas cuentan en sus filas. La 4 tiene 68 primarios públicos y 27 privados. La 8 cuenta con 44 escuelas primarias estatales y 17 instituciones privadas. En un sentido opuesto, las comunas 2 y 14 tienen más escuelas privadas que públicas (la 2 tiene 16 primarias estatales y 26 privadas y la 14, 32 estatales y 43 privadas). Los datos podrían indicar que hay barrios donde se concentra mucho más el negocio económico de las escuelas y las clínicas. Tanto la comuna 4 como la 8 son también las que poseen una mayor cantidad de Centros de Salud y Acción Comunitaria (11 y 10 respectivamente) mientras que la 2 no tiene ninguno y la 14 sólo 3. 

Belgrano R.

A su vez, los datos de escolarización vuelven a marcar una desigualdad entre el norte y el sur de Capital. En los niveles Inicial, Primario y Secundario casi todas las comunas se mantienen estables. La mayoría ostenta una tasa de escolarización superior al 90% y las más bajas están arriba del 80%. Sin embargo, es la tasa de la educación superior la más alarmante. Mientras que en las comunas con mayor poder adquisitivo la tasa de estudiantes que cursan una carrera de grado o un terciario se mantiene alta (la 14, la 2 y la 13 ostentan este privilegio) otras, como -nuevamente- la 4 y la 8, tienen una tasa muy baja, lo que coincide con el ingreso per cápita familiar estimado en cada comuna.

Tasa de escolarización.

Ineficiencia de insumos e infraestructura

“El estado de los edificios escolares es bastante paupérrimo”, confesó a ANCCOM Julieta Costa Díaz, comunera de la Comuna 13 por Unidad Ciudadana. “Trabajamos mucho con los contratos de las empresas que tienen que hacer el mantenimiento para que se cumplan y casi siempre están vinculadas a amigos del presidente u Horacio Rodríguez Larreta”, agregó haciendo énfasis en los problemas de infraestructura escolar. “También hay falta de vacantes en las escuelas como en toda la ciudad”, añadió, sumándose a una demanda que llegó a oídos del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que negó en televisión.

En la misma línea, Ariel Verón, referente de la Comuna 8, aseguró que es la comuna más carente de vacantes escolares. “También se ve la contracara de la publicidad del gobierno de las nuevas 54 escuelas. Acá hay algunas, pero cuando vas en realidad es un terreno baldío”, aseguró tomando de ejemplo uno que está en Varela y Avenida Cruz, y otro en Avenida Castañares, en Lugano, donde hay una infraestructura de escuela que no funciona.  

Comedor El Enano de La Casita de Kiki Lescano Villa 20, Lugano.

“Este año recibimos llamados de la comunidad educativa de distintas escuelas con problemas muy concretos como familias que se quedaron en la calle o que tienen que juntar plata para comer”, detalló Julieta Costa Díaz sobre los problemas que la crisis genera en la Comuna 13, donde siempre vivió una clase media con mayor poder adquisitivo. “Da mucha tristeza y bronca, pero al final las comunidades educativas organizadas y las cooperadoras se terminan haciendo cargo de lo que se debería encargar el Estado”, puntualizó. 

En una realidad parecida respecto a la crisis, pero mucho más profunda, Ariel contó la situación de escasez de los comedores escolares de la Comuna 8. “Disminuyeron el presupuesto e hicieron la crueldad de que si no te anotás al comedor vía Internet, perdés la condición de acceder a esa beca”, explicó, haciendo énfasis en el trabajo de los profesores que se la rebuscan para no dejar a nadie sin comer durante el día. “También mandan raciones de comida en promedio de la asistencia de la escuela, entonces si un día van todos, diez o veinte chicos y chicas se quedan sin comida”, completó.

 

Cuando una maestra de escuela primaria en la Ciudad despliega por primera vez en el pizarrón un planisferio, sus alumnos, alucinados por lo inmenso que parece el mundo, aprenden la distribución de los continentes, los países, los trópicos, los meridianos y demás líneas imaginarias e interiorizan los significados de las categorías “norte” y “sur”. La geografía. Años después, en la secundaria, el profesor de la clase de filosofía decide dar vuelta el mapa y los alumnos, ahora expectantes, boquiabiertos, notan que el norte se convirtió en el sur y el sur es el norte. Argentina se encuentra arriba, a la cabeza, Tierra del Fuego domina el planisferio y Europa se hunde bajo centímetros de hipotética tierra africana. Los alumnos comprenden entonces que hay otra acepción además de la geográfica para esas viejas categorías del norte y del sur. Las ideológicas.

El territorio es subjetivo; no tiene tanto que ver con los mapas sino con la percepción que las personas hacen de su entorno. En varias escuelas se empezó a mostrar un mapa nuevo. Uno que tiene como centro a América Latina y no a Europa; que reconocer el punto en el que están parados sus estudiantes y confirman así que la división del mundo tal cual se lo conoce no es natural, ni mucho menos estática. Lo mismo se puede ver en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuyas comunas del norte presentan demasiadas diferencias con las del sur. ¿Es el sur la zona más abandonada por naturaleza o hay algo intencional en esa desigualdad?

El Centro de Salud y Acción Comunitaria N° 16 está ubicado en Barracas y es uno de los once CeSAC de la Comuna 4, cuyos barrios cuentan con la mayor cantidad de estos centros de salud de toda la Capital.

Las y los trabajadores sociales tienen la agenda muy ocupada para intentar dar respuesta a las demandas de sus localidades. La cantidad de actividades de salud, talleres y charlas dan cuenta de un intento por cubrir las necesidades primarias de los vecinos y aunque marcan una diferencia en la salud, la contención y el asesoramiento de las personas, muchas veces se siente como una curita ante la deuda que tiene el Estado con la salud y la vivienda digna. 

«Lo que más se ve en La Boca son enfermedades respiratorias», explicó una trabajadora social del CeSAC N° 16. Detrás de ella, los flyers de salud sexual inundan las paredes. «El Riachuelo y los problemas de vivienda son las principales causas. En verano, por ejemplo, la descompostura estomacal es muy común por el estado del agua que toma la gente», agregó. El territorio define las condiciones de vida y si no hay políticas públicas que mejoren las principales problemáticas del barrio, la salud es la principal damnificada. Marcos Chinchilla, con respecto a la Villa 20 en la Comuna 8, resaltó el hecho preocupante de que las ambulancias no entran en la villa y esa vulneración de derechos impacta en la calidad de vida de barrios que tiene la mayor cantidad de villas de emergencias. 

Hospital Ramos Mejía, Balvanera.

Las políticas públicas son centrales a la hora de la promoción de la salud. «Nos dimos cuenta que hay muchos casos de sífilis entre chicos de 16 a 24 años en la Comuna 4», explicó la trabajadora social. Entre las enfermedades de transmisión sexual, el sífilis estaba casi erradicado hace unos años; ya no era una amenaza. Ahora, este alerta revela un fracaso en las policías públicas. «Vemos que sí usan anticonceptivos, pero esto nos revela que la promoción del uso de preservativos está fallando», terminó. La Comuna 8 también sufre los efectos del Riachuelo y en materia salud es en donde más se manifiestan casos de tuberculosis en toda la Ciudad de Buenos Aires, confesó Marcos Chinchilla. Y detalló: “La manzana 22 del barrio Villa 20 es la que tiene más casos de tuberculosis a nivel nacional”.

En la Comuna 13 (Belgrano, Núñez y Colegiales) que agrupa barrios históricamente de clase media y con índices altos de calidad de vida, no hay ningún CeSAC que atienda las necesidades. «No tenemos hospitales, solo el IREP, que es específico para rehabilitación y kinesiología, y el Centro de Salud Mental N° 1 que están constantemente amenazados por el gobierno que quiere usar sus terrenos para hacer negocios inmobiliarios», explicó Julieta Costa Díaz. 

Los barrios de Belgrano, Núñez y Colegiales son casi los únicos que no tienen un CeSAC junto con Recoleta. «Los lugares a los que van los vecinos es el Centro de Salud N° 12, que depende del Hospital Pirovano, y el principal problema es que están colapsados porque ante la crisis, mucha gente deja de tener prepagas y pasa a atenderse en el sistema de salud público», detalló haciendo referencia a que es algo que se ve más ahora en esos barrios. «No hay suficientes vacunas, ni medicamentos y la atención al público está desbordada», concluyó.

“Tenemos un hospital, el Grierson, que se viene inaugurando hace ocho años pero sólo funciona como una salita más e incluso con menos recursos”, contó Ariel Verón. En sus reuniones con el cuerpo médico se enteraron de la falta de abastecimiento que impedían a los vecinos atenderse ahí y que finalmente provocaba la derivación al Santojanni o al Piñero que no están dentro de la Comuna 8, sino en la 9 y la 7 respectivamente. “Los CeSAC tienen problemas parecidos, no hay insumos para que los profesionales puedan trabajar como corresponde y tampoco turnos”, completó.

Hospital Ramos Mejía – Balvanera.

“La Comuna 8 tiene una población mayoritariamente humilde, así que no tienen tanto acceso a obras sociales y utilizan el servicio público que se desborda por la cantidad de personas”, contó Verón. Uno de los muchos problemas son los turnos, porque aunque sea la segunda comuna con mayor cantidad de CeSAC, como cierran a las cuatro de la tarde, mucha gente se queda sin poderse atender. “En invierno varias veces las madres tienen que hacer cola afuera, a la madrugada, para atender a sus hijos resfriados”, añadió.

En tiempos de crisis, las diferencias se difuminan porque todos los barrios se ven afectados. Ayer el INDEC reveló que el 49,6% de los niños y niñas que viven en zonas urbanas de la Argentina son pobres. Estos números, referentes a lo nacional, si bien alarmantes, nos dificultan la percepción de la problemática, que es bien concreta y cercana.

Como respuesta, la creación de comedores en toda la ciudad -tanto en lugares donde siempre hubo presencia de organizaciones sociales, como en otros caracterizados por una clase de mayor poder adquisitivo- son muestra de que todas las comunas perciben los embates de la situación actual. No obstante, es en los barrios más postergados donde la crisis puede profundizar los ya graves problemas que cargan desde hace décadas. La Comuna 8 es la más austral de toda la ciudad y es, en concordancia, la que presenta mayores deficiencias.

Paradójicamente donde el Estado posee mayor presencia, a razón de escuelas públicas y CeSAC es, a su vez, donde más se evidencia su ausencia. Cabe preguntarse, entonces, qué administración se hace de lo público y por qué las intervenciones, en lugar de solucionar las problemáticas, siguen profundizando la brecha entre las comunas. En los barrios del norte, los servicios son prestados por empresas privadas que superan en número a las instituciones públicas. El boom de lo privado parece ir en detrimento de lo público, que cada vez se pauperiza más o se abandona en pos de un negocio. El debate electoral debería marcar un camino para mejorar las instituciones públicas, que son un derecho, pero la realidad evidencia que las comunas más pobres se tienen que conformar con la ineficiencia, y las más acomodadas pueden aspirar a comprar una mejor calidad de vida.

En los discursos y promesas de campaña, la Ciudad de Buenos Aires es una sola. En la práctica y las experiencias de vida son dos: y vivir en el sur parece siempre ser un karma.

Agronomía defiende su pulmón verde

Agronomía defiende su pulmón verde

Personas mostrando carteles a favor del pulmón verde de Agronomía.El 31 de octubre, en el recinto de la Legislatura de Ciudad, comenzó la audiencia
pública para la sanción del Nuevo Código Urbanístico, el cual habilita la construcción de un
estadio para 20 mil personas y la apertura de la calle Zamudio, en el predio de Agronomía, de la Universidad de Buenos Aires. El tratamiento del tema continuará durante tres jornadas más, hasta el 7 de noviembre.

“No es grito la participación, es el ejercicio de la ciudadanía. Todos los barrios tienen grupos organizados de vecinos que hicieron propuestas para este Código. Ignorar el sistema de participación local de los vecinos, se traduce hoy en un proyecto de ley que tiene una legitimidad muy cuestionada, en términos políticos y sociales. Hoy en día la propuesta tiene solo el apoyo del PRO”, dijo Paloma Garay Santaló, oradora en la audiencia, licenciada en Geografía, planificadora y gestora de inmuebles.

Los artículos del Código estipulan la apertura de la calle Zamudio, entre la Avenida
Beiró y Tinogasta, que comprende un tramo de 400 metros, de territorio federal y la
construcción de un estadio, dentro del Club Comunicaciones, que está ubicado dentro del
predio de Agronomía. El artículo especifica: “Se reservarán hasta 6 hectáreas para la
construcción de un estadio cubierto de hasta 20 mil personas, en un sector de la Fracción ‘F’ de la Manzana 54A, Sección 71, Circunscripción 15”.

La Facultad de Agronomía y la de Ciencias Veterinarias de la UBA, junto con los
vecinos del barrio, se unieron para luchar por la conservación del tercer pulmón verde de la
ciudad. “Nosotros no estamos peleando porque están haciendo un estadio, ya que no hay
nadie que lo esté construyendo hoy. Nos dicen que ese no es un plan. Pero lo están
habilitando en el Código y una vez que empiecen a construir, con esas nuevas concesiones,
no habrá marcha atrás. Por eso, lo que estamos pidiendo, es que lo quiten del Código”, dijo
Beto Caletti, integrante del Colectivo Barrio Rawson.

La decana de la Facultad de Agronomía de la UBA, Marcela Gally, presentó, junto al
equipo directivo, una nota de rechazo a la apertura de la calle Zamudio, en la Legislatura
porteña. La nota especifica que la calle atraviesa un tramo de 400 metros que se encuentra en tierra federal, por lo tanto, no pertenecen a la Ciudad, sino a la Casa de Estudios que ella representa: “Los artículos afectarían el normal funcionamiento de la Facultad, en una clara vulneración a la Constitución Nacional”, dice la carta de FAUBA.

La Facultad expresa que los proyectos perjudicarían a seis cátedras de investigación y
a las actividades docentes. Además, remarca el escrito: “La apertura de la calle sería un serio obstáculo para el acceso de los estudiantes a siete aulas y se vería afectado el Jardín Maternal e Infantil que funciona en el entorno”. Es por esto, que piden la derogación de los artículos que afectarían el normal funcionamiento de la institución.

Paloma Garay Santaló como oradora durante la audiencia.

Paloma Garay Santaló, oradora en la audiencia, licenciada en Geografía, planificadora y gestora de inmuebles.

La apertura de la calle generaría polución sonora y produciría tránsito vehicular en
una zona de protección histórica y de gran biodiversidad, con más de cien especies de
pájaros. Además, implicaría la construcción de un túnel por debajo de las vías del tren, que
partiría el pulmón verde en dos. “Es una cuestión de densidad, si vos tenés casas muy bajas y metés 20 mil personas que vienen a un estadio, tenés una cantidad de gente para la que no hay servicios, para la que no dan las calles, para la que no dan los estacionamientos”, expresó Caletti, vecino de la zona. “Hay una cuestión muy concreta de contaminación a nivel sonido, ya tenemos un estadio a 10 cuadras de acá (el Malvinas Argentinas) y escuchamos lo que allí sucede, cada vez que hay un concierto. Esto afecta a la zona, a todos los hospitales que hay alrededor y concretamente a la Facultad y su funcionamiento”, continuó Caletti.

El Club Comunicaciones entró en quiebra en 2010, el Gobierno de la Ciudad se hizo
cargo de la deuda, pero se guardó el derecho de construir un estadio dentro de sus
instalaciones.

Beto Caletti explicó: “El gobierno levanta la quiebra, pero no lo hace gratuitamente,
sino a cambio de poder construir el estadio. Pero el club ya tiene su estadio deportivo, su
cancha y un microestadio de básquet. Entonces no es una cuestión del Club, lo hace la
Ciudad, concesionándolo”.

Los vecinos juntaron más de 32 mil firmas, hicieron un video de protesta, mandaron
un pedido de acceso a la información pública, se contactaron con los legisladores y se
asesoraron con abogados. Estas son, entre otras, las acciones que realizaron los vecinos desde el Colectivo Barrio Rawson, luego de hacer asambleas y de no obtener respuesta por parte del gobierno porteño. Caletti expresó: “Decidimos que la única forma que había de que nos escucharan era con presión popular, para que tuviera un peso político y les afectara, porque fuera de eso no les interesó el tema, para quitarlo del Código”.

“Los padres del jardín de infantes estamos involucrados por las modificaciones que se
pretenden incluir, porque usamos el espacio verde, por la fauna del lugar y por la
contaminación sonora. Estamos juntando firmas, difundiendo el tema vía redes sociales,
visualizando la problemática”, dijo Maia, mamá de un niño de 4 años del Jardín estatal “Los
Árboles”, ubicado en el predio de Agronomía. “A nosotros nos parece fundamental el orden
de las cosas, las prioridades, hay lugares que todavía no tienen cloacas, ni instalación de gas, pensamos que la prioridad es la urbanización de las villas y barrios carenciados”, expresó Maia.

“La apertura de la calle Zamudio nos perjudica a los estudiantes y a los vecinos,
porque afecta negativamente a nuestras actividades estudiantiles, como también a los talleresy las ferias”, señala Estefanía Ferrazza, becaria del Centro de Estudiantes de Ciencias Veterinarias. “Además, la apertura de la calle implicaría el acceso irrestricto a la Facultad y ya estuvimos teniendo problemas de inseguridad y acoso, por lo tanto, esto no colaboraría con la situación”, continúa Ferrazza. Por esta razón, el Centro de Estudiantes y los directivos de la Facultad buscan evitar la sanción del Código mediante petitorios y firmas para presentar ante el Gobierno de la Ciudad.

Auditorio para el Nuevo código urbanístico junto con los oradores y escuchas.

La Facultad de Agronomía expresa que los proyectos perjudicarían a seis cátedras de investigación y a las actividades docentes.

Desde la Legislatura porteña remarcan que no está en sus planes la construcción del
estadio, y que la apertura de la calle Zamudio es una opción, pero que no están tratándolo por el momento. “Nos contestaron lo que sabemos, que lo de Zamudio está en estudio, pero que no tienen planes por ahora, porque es complejo hacer un túnel por debajo de las vías del tren, y que lo del estadio no está en la intención del Gobierno de la Ciudad. Por eso nosotros decimos: ‘Entonces quítenlo del Código’”, dice Caletti.

A la espera del dictamen, que en principio se extenderá a la próxima semana, el
colectivo de vecinos y las autoridades educativas, sostienen su postura de defensa del espacio verde, con flora y fauna, sin concesiones y con el respeto al funcionamiento de un barrio con actividades múltiples.

“¿Qué clase de sociedad somos que no cuestionamos que a una criatura la mata una bala?”

“¿Qué clase de sociedad somos que no cuestionamos que a una criatura la mata una bala?”

La mañana gris del domingo 18 de marzo se presentaba como el barrio: tímido, pero con ganas. Con deseos, con exigencias, de a poco, los y las vecinas de la Villa 21-24 y del barrio de Barracas se iban agrupando con los niños, las niñas, jóvenes y adolescentes que aguardaban en Iriarte y Montesquieu. Entre puestos callejeros de empanadas salteñas, se iban camuflando globos de todos los colores, se iba desplegando la bandera cabecera de lo que sería una jornada llena de sonrisas, de juego, de memoria y de rabia, traducida en acción.

No hizo falta esperar a que llegara el carrito con megáfono aportado por la Iglesia de Caacupé, para que se empezara a escuchar la canción con la que comenzó, y con la que finalizó, la Caravana por la Infancia Digna que recorrió los pasillos angostos del barrio, hasta llegar a la canchita donde juegan a diario ciento de chicos y chicas. Con un cielo que se despejaba al calor del encuentro, a las 15, los tambores y las voces gritaban: “Alerta. Alerta. Alerta que caminan/Los pibes y las pibas/Por los barrios de Argentina”

La imagen muestra a niños recorriendo los pasillos de una villa, en la Caravana por la Infancia Digna.

La Caravana por la Infancia Digna recorrió los pasillos de la Villa 21-24 y del barrio de Barracas.

Los y las vecinas se asomaban por sus ventanas atraídos por esa proclama que avisa enfurecida, desde abajo, que acá están, ellos son, los niños y las niñas que se movilizan para ejercer sus derechos, los y las que recuerdan a Cinthia Ayala, a Kevin Molina, a Facundo Ferreira y a todos los niños y jóvenes que fueron y son, alcanzados por la desidia del Estado.

Mientras avanza saludando e invitando a sus amigas del colegio a que se sumen, Lourdes, que está entrando en la preadolescencia, grafica no sólo los motivos que la movilizan, sino también una marca de época: “Infancia digna es tener los derechos de los niños, tener el derecho de poder salir a jugar sin temor a que se te caiga una bala perdida, o un secuestro”.

Cinthia Ayala estaba con otros amigos y amigas en la canchita de su barrio Tierra Amarilla, en la Villa 21-24, cuando en la noche del 28 de diciembre de 2014 se escucharon cuatro disparos, uno de los cuales impactó en el estómago de ella, una niña de 8 años, que no hacía otra cosa más jugar.

En muchos casos,  los asesinatos son posibles debido a un Estado (presente), que en los barrios sólo se deja ver en los patrulleros, las escopetas, los cacheos por portación de cara y el ninguneo. Por acción cuando la bala proviene de sus fuerzas represivas, o por omisión cuando la bala perdida proviene de una zona liberada por las fuerzas de seguridad, el abandono social del Estado también se expresa en sus políticas públicas: ¿cómo garantizar el derecho a la educación, con despidos de maestros y recortes de programas socioeducativos? ¿Cómo garantizar el derecho a la salud digna, si las ambulancias no entran a los barrios? ¿Cómo garantizar el derecho a la vivienda digna, cuando se vive sin red de cloaca, ni de gas y se inunda la casa cada vez que llueve? ¿Cómo garantizar el derecho a la identidad cuando la policía te para por llevar una gorra?

durante el Festival Caravana por la Infancia Digna, padres y niños reunidos. Se ven dos banderas que dicen "Ni una bala más, ni un/a pibx menos"

El abandono social del Estado está expresado en sus políticas públicas.

Desde la perspectiva de Gabriela Tozoroni, Secretaria Nacional de ATE para la Niñez, Adolescencia y Familia: “A nuestros pibes, el Estado en lugar de darle políticas públicas de protección, los mata por la nuca, los mata por la espalda y los criminaliza todos los días en sus barrios. En cada lugar donde nuestros pibes tienen que transitar una vida digna, se la hacen cada vez más indigna con la situación también que están atravesando hoy sus familias, con los modelos de ajuste, de represión, de desempleo, y donde en lugar de construir escuelas, seguimos invirtiendo en balas”.

Cinthia era un año menor a Kevin Molina, quien el 7 de septiembre del 2013 fue víctima de un enfrentamiento entre bandas que se disputan los territorios para sus negocios del narcotráfico y liberalización de zona por parte de las fuerzas de seguridad. El tiroteo de tres horas y media, que incluyó según la pericia del caso, 105 disparos, se llevó la vida del niño, que se resguardaba debajo de la mesa en su casa, en Zavaleta. Por este homicidio fueron imputados siete integrantes de las fuerzas de seguridad, por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, al haber desconocido los ocho avisos que entre las 8:25 y 9:02 AM realizaron los vecinos al 911 sobre los hechos que se estaban sucediendo: “Me encuentro justo en el lugar y negativo detonaciones”, fue la respuesta alrededor de las 9 de la mañana, de los agentes de Prefectura que estaban en funciones.

Media hora después, el llamado de los vecinos al 911 no sería ya por ayuda, sino por justicia: Kevin había sido impactado por una bala perdida. De los siete prefectos imputados, el Juzgado 14 sólo procesó a uno, el prefecto Daniel Stofd, jefe del primero de los dos móviles que habían llegado al lugar del tiroteo.

Imagen de un monton de niños sentados durante el Festival Caravana por la Infancia Digna

Ni un pibe menos

Este domingo, son tantas las ganas de celebrar el encuentro, que esos pequeños gigantes pasos hacen caso omiso a la recomendación de las personas mayores que acompañan, quienes piden “ir más despacio para ir todos juntos”. La columna de niños, niñas, jóvenes y adultos seguía sumando cada vez más entusiastas al recorrido, pero sobre todo al motivo de la jornada: recordar a las Cinthias, a los Kevin, a los Facundos, a todos los sueños despojados y traerlos de vuelta en cada sonrisa, en cada abrazo cargado de rabia, para endurecer la lucha, sin perder la ternura. Para que no haya ni una bala más, ni un pibe menos.

“Este festival no debería ser para recordar la ausencia de un chico; debería ser porque los chicos tienen derecho a jugar, a cantar, a ver una obra de títeres, a compartir un momento; y nosotros deberíamos compartirlo con ellos, porque para eso estamos y no para explicarles que falta un chico, una chica”, dirá más tarde, sobre el cierre de la actividad, Noemí Barreto, prima mayor de Cinthia.

La canchita, para cuando llegó la caravana a las cuatro de la tarde, ya estaba preparada con globos, banderines, equipo de sonido para los artistas que animarían el festival con sus historias, sus chistes y sus creaciones, que hacen al niño y niña ejercer el derecho de divertirse libremente. Unas imágenes pegadas sobre cartón, atadas a una reja, rezaban leyendas:

“No es lo mismo preguntarse, ¿qué vas a ser cuando seas grande? a ¿Qué vas a hacer cuando seas grande?” / “Infancia digna es conocer el calor de un abrazo” / “Infancia digna es una infancia libre y protegida” / “Para tod@s, todo”

 “Lo que nos preocupa fuertemente –aporta Tozoroni- es la mirada punitiva y la estigmatización que hace el Estado sobre la adolescencia y la juventud, criminalizando la pobreza, invirtiendo más en balas que en libros, impidiendo garantizar los derechos a los pibes”.

Imagen de niños, padres y madres, jugando en una cancha de basquet

En Barracas ya hay plazas que llevan los nombres de Kevin y de Cinthia. La primera en la manzana de Zavaleta donde vivía el niño, la segunda en Montesquieu y California, donde solía jugar Cinthia. Esos sitios son espacios recuperados por la comunidad que se organiza. Noemí, de cara a los pibes, a las pibas y al barrio, mientras caía la tarde, reflexionó: “Los chicos tienen derecho a ser chicos. A jugar, a tener espacios verdes. No porque falte un nene hacemos una plaza, y nos quedamos con eso y no pensamos en por qué nos falta ese nene. Y llenamos los barrios de plazas porque faltan chicos, y decimos que estamos ayudando a los chicos, para que jueguen, pero tuvo que morir un nene o nena para que esa plaza esté; los chicos tienen que jugar porque tienen que jugar, es su derecho, tienen que ir a la escuela porque ese es su derecho, tienen que recibir una ambulancia porque ese es su derecho, tienen que comer todos los días, porque ese es su derecho. ¿Qué clase de sociedad somos que no cuestionamos que a una criatura la mata una bala?”

La tarde iba cayendo cuando la murga empezó a sonar. Hombres, mujeres, niños y niñas con sus vestidos de tachuelas, silbatos y paraguas rojos y amarillos, ingresaban bailando, con una sonrisa de oreja a oreja, que se contagiaba en cada cara de la ronda. Por allí se la ve a Lourdes saltando, revoleando los brazos con sus amigas. Como en segunda fila de la ronda, se refleja en el rostro de Noemí una mueca de esperanza al ver en cada pibe que corre feliz, la certeza de que estos niños y niñas, sí se cuestionan que una bala mató a una criatura.

Imagen de un niño sonriendo y sosteniendo un pañuelo rojo que dice "infancia digna es..."

Un rally en sillas de ruedas

Un rally en sillas de ruedas

El sábado pasado se desarrolló la décimo segunda edición de Rallydad, el rally que busca visibilizar las barreras físicas a las que se enfrentan diariamente las personas con movilidad reducida en la Ciudad de Buenos Aires. El evento, organizado por la ONG Acceso Ya, invita a subirse a una silla de ruedas y realizar un breve circuito con el objetivo de ponerse en el lugar del otro. La travesía evidenció tanto los problemas urbanos para quienes tienen una discapacidad motriz como la impaciencia de los automovilistas. Baches, rampas mal hechas y negocios y escuelas que solo tienen escalones como forma de acceso fueron algunos de los hallazgos del recorrido.

Personas en sillas de ruedas, junto a acompañantes, en el d, recorrido en silla de ruedas anual de la fundacion Acceso YA

El Rallydad tiene el objetivo de visibilizar la problemática del acceso en personas con discapacidad o movilidad reducida.

Rallydad se realiza cada 17 de marzo, día en que se conmemora la promulgación de la Ley Nacional de Accesibilidad N° 24314. La norma,  tal como explicó Claudio Waisbord, fundador de Acceso Ya, “establece la obligación de que toda construcción nueva se realice en torno a estándares de accesibilidad”. Para él, usuario de silla de ruedas, “la accesibilidad es un problema específico, que coloca a los discapacitados fuera de la sociedad por razones que se pueden resolver fácilmente”.

Alrededor de las 16:30, sesenta participantes salieron de las inmediaciones de Avenida Córdoba y Uriburu, cruzaron hacia la Facultad de Ciencias Económicas, recorrieron dos cuadras hasta Riobamba y luego cruzaron Córdoba para ir por Ayacucho hasta Paraguay. La vuelta fue por Córdoba hasta el punto de origen en la Plaza Houssay. La elección del recorrido no fue aleatoria: los organizadores de Acceso Ya se encargaron de que en los metros recorridos quedaran plasmados cada uno de los reclamos que vienen sosteniendo hace más de diez años: “Elegimos este lugar porque tocábamos numerosas causas que tenemos con los subtes, con las escuelas públicas, con los locales comerciales…”, dijo Josefina Macías, coordinadora ejecutiva de la ONG.

Foto del presidente de la Fundacion Acceso YA en el Rallydad.

Claudio Waisbord, presidente de la Fundación Acceso Ya.

En el total del circuito, que representa cuatro cuadras, se identificaron baches, pozos, roturas, y hasta rampas mal hechas, “clásicos” obstáculos para las personas con discapacidad. Los participantes pasaron por cuatro instituciones educativas y sólo una de ellas, la escuela Alicia Moreau de Justo, contaba con rampa. Numerosos comercios, entre ellos un McDonald’s y un Freddo, solo tenían escalones para acceder a su interior.

Las barreras físicas no fueron las únicas a las que se enfrentaron los participantes. En el cruce de calles, tanto automovilistas como colectiveros dispararon bocinazos contra los transeúntes y hasta esgrimieron palabras desafortunadas. Tamara, una estudiante de Terapia Ocupacional que asistió al evento, contó cómo vivió el circuito usando silla de ruedas por primera vez: “Es muy laborioso avanzar debido a que las calles están muy rotas y en mal estado. Si tardás un poco en cruzar el semáforo los autos te tocan bocina”, dijo. La falta de empatía no sólo se evidencia en la impaciencia y el trato de la sociedad civil sino también en la negligencia y desinterés que manifiestan: “Los autos se estacionan delante de las rampas y si pedís que se muevan no tienen consideración”, dijo Tamara.

imagen de un papel amarillo que dice "No debe tapar una rampa, no olvide hacer el bien no cuesta tanto y hace mucho ya que usted no está excento/ta"

Acceso Ya busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con movilidad reducida y, a la vez, mejorar la calidad institucional de la sociedad.

Si algo pretendía Acceso Ya con este “rally” era demostrar los peligros diarios a los que se tienen que enfrentar quienes poseen algún tipo de limitación motriz. Eso quedó a la vista cuando una de las participantes estuvo a punto de sufrir un accidente tratando de atravesar un pozo en la esquina de Córdoba y Ayacucho. Mariel Tesler, abogada de Acceso Ya, contó: “La chica se fue para atrás y casi se mata porque la rampa está mal hecha y la calle tiene una pendiente.  En general, a esas rampas solo se las pinta de amarillo y no se toman el trabajo de arreglarlas. Eso es disfrazar el mal estado en el que está la ciudad”.

Y aunque la ciudad todavía presenta muchos obstáculos, Waisbord, fue optimista al resaltar que en sus treinta años en silla de ruedas pudo ver “enormes cambios” en materia de accesibilidad y esto lo demostró en la jornada del sábado con la noticia de una nueva lucha conquistada. El 5 de marzo pasado, el juez Roberto Gallardo resolvió una cautelar que obliga a Metrovías y Sbase a garantizar la accesibilidad mínima en un plazo menor a tres meses hasta tanto se hagan las obras definitivas. Según Mariel Tesler, ahora los subtes tendrán que “destinar personal de las empresas para asistir a las personas que requieran asistencia y colocar distintos tipos de dispositivos mecánicos para que puedan acceder a los servicios”. Waisbord, por su parte, cerró la jornada con optimismo: “Estos pequeños logros son justamente el sentido por el cual trabajamos: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con movilidad reducida y a la vez mejorar la calidad institucional de nuestra sociedad al poder involucrar a gente que no es discapacitada en esta defensa de los derechos ciudadanos.”

imagen de las personas que participaron del Rallydad cruzando una avenida por la senda peatonal.

El Rallydad se realiza todos los 17 de marzo, día en que se promulgó la Ley Nacional de Accesibilidad N° 24314.

imagen de una vereda rota, en el fondo se ve la gente que realizó el recorrido caminando y en sillas de ruedas.

Los subtes deberán destinar personal para asistir a las personas que requieran asistencia y colocar distintos tipos de dispositivos mecánicos que les permitan acceder a los servicios.

Garra, corazón y lucha

Garra, corazón y lucha

Nuestra fuerza callejera hace que cuando una de nosotras habla muchas otras se sienten acompañadas para romper el silencio: este año, en primera persona y colectivamente, desnaturalizamos las violencias sexuales. Ya no nos callamos más. Sin embargo la violencia femicida y travesticida sigue descontando vidas”, dijo Liliana Daunes, conductora del multitudinario acto realizado en el Congreso por el Día Internacional de la Mujer que finalizó con un documento leído en medio de un conjunto de figuras sindicales, políticas, laborales y sociales. Cientos de miles de mujeres reclamaron la igualdad de géneros, la despenalización del aborto y el fin de todo tipo de violencia machista.

Año a año siguen aumentando los casos de violencia de género pese a la lucha de las organizaciones feministas.

Según datos del INDEC, se cuadruplicaron los casos de violencia de género en los últimos cuatro años: de 22.500 casos pasaron a 86.000 en el 2017. El 60% de las víctimas son mujeres entre 29 y 39 años y en el 82% de los casos su ex o actual pareja son los victimarios.

No es una falacia que en la antigüedad se cazaba en forma masiva a las mujeres por ser consideradas una “conspiración del demonio” para acabar con la cristiandad. También se las quemaba en la hoguera y eso era contemplado como un espectáculo público con una amplia adhesión social ¿Cuánto de eso pervive en la actualidad? Cuerpo, ante todo piel, toples, corpiños, purpurina, maquillajes, tatuajes, grafitis, pelucas y pelos con rastas, rapados, despeinados, alborotados, enrulados y embrujados, casi una reivindicación a aquellas brujas de la Edad Media.

La despenalización del aborto fue una de las principales consignas de la movilización.

Mi cuerpo es mío”, y lo lucen. “No es no”, afirman. “Manolo hoy te haces la cena tu solo” decretan. Mientras tanto una beba desde los brazos de su portadora se alarga para alcanzar la lente de una cámara fotográfica que no duda ni esquiva obturar esa imagen.

Zapatillas, comparsas, revoleos, banderas, trompetas, redoblantes, humo, bombos y platillos listos para orquestar una marea feminista verde que abraza la causa de la despenalización del aborto. “Aborto legal en el hospital” –aclaman-. La campaña del aborto legal, seguro y gratuito fue la reina de ésta jornada del 8M.

Los objetivos del año anterior fueron: decir basta al acoso callejero, mostrar la desigualdad entre hombres y mujeres basada en principios económicos, culturales y simbólicos, denunciar los altos niveles de femicidios que aun hoy perduran. Sin embargo, por aquel entonces, no se contaba con el apoyo de 71 diputados del Congreso de la Nación para intentar legalizar la interrupción voluntaria del embarazo.

La marcha comenzó en Plaza de Mayo y culminó en el Congreso de la Nación.

Verde, fue la luz que dio el gobierno para habilitar el debate de proyecto que fue presentado el martes pasado, luego de ser desestimado por el parlamento durante siete oportunidades. La legalización del aborto hoy está en el centro de la escena argentina, mientras Liliana Daunes –ante la atenta mirada de la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas- advertía: “Nos declaramos alerta y movilizadas frente al uso oportunista del sistema político de nuestro histórico reclamo de autonomía.”

La movilización también tuvo una fuerte presencia de columnas militantes y sindicales que no dudaron en denunciar las políticas de ajuste del gobierno, los despidos, la represión y la criminalización de la protesta. Santiago Maldonado y Rafael Nahuel también estuvieron presentes en las reivindicaciones.

Desde la columna de los sindicatos también se reclamó por los despidos en el Estado.

La cantidad de organizaciones parecía infinita. Entre las banderas que sobresalían se leía: INTI, Hospital Posadas, Casa de la Moneda, Trenes Argentinos, Ammar, CTA, Ctera, Conadu, Barrios de Pie, numerosos grupos de izquierda, Tupac Amaru, Partido Piquetero, Sindicato de Mujeres Meretrices, Sindicato de Justicia de la C.A.B.A, CTEP, AMADTH, Ferrocarril Sarmiento, LATAM.

El discurso transcurría en un tiempo en suspensión, quizá porque el viento hacía flotar papeles con múltiples consignas que clamaban por más derechos y menos desigualdad. Flotaban en el viento y caían a un asfalto que ya no era gris, sino blanco. El suelo de la enorme Avenida de Mayo, a la altura de Callao, parecía una gran resma de papel, lista para que se le imprima otra historia, porque el movimiento feminista “emerge como un contrapoder en todo el mundo contra el avance represivo racista y conservador”. Mientras tanto, el Congreso contempla desde atrás expectante ¿serán capaces sus transitorios moradores de leer y dar respuesta a este nuevo cambio cultural que se presenta?

Se necesitan nuevas leyes que impulsen al cambio cultural que ya está en marcha. La patria integrada por mujeres os lo demanda.