Masivo repudio al golpe de Estado en Bolivia

Masivo repudio al golpe de Estado en Bolivia

“El pueblo movilizado para acabar con la dictadura, para acabar con el golpe de Estado y su participación tan unida nos alienta bastante», dijo Evo Morales a través de una pantalla gigante montada en Plaza de Mayo.

Mientras La Paz se colmaba de manifestaciones exigiendo la renuncia del gobierno autoproclamado de Janine Áñez, la vuelta de Evo Morales, el cese de represión y la garantía de elecciones nacionales en el plazo de 90 días, en la Ciudad de Buenos Aires llegaba una multitud de personas a Plaza de Mayo solidarizándose con el pueblo boliviano y en contra del golpe de Estado en Bolivia.

La marcha fue organizada por el Comité de Solidaridad con Bolivia  y la convocatoria proponía marchar desde las 14 de ayer desde Avenida de Mayo y 9 de Julio hasta Plaza de Mayo. También se sumó a la jornada el  Encuentro Memoria Verdad y Justicia que  se concentró desde Salta y Avenida de Mayo. Las principales consignas fueron: “Repudio al golpe de Estado, cívico, militar, fundamentalista, racista y empresarial en Bolivia; el cese de la violencia y odio desmedido a nuestras hermanas y hermanos originarios; la denuncia al cerco de los medios de comunicación; el rechazo a la persecución de la prensa internacional y fuera el FMI y el imperialismo de América Latina.”

El Comité de Solidaridad con Bolivia fue creado el miércoles pasado en la sede de la CTA de los Trabajadores con la participación de gremios de diferentes centrales como las dos CTA, el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) y la Corriente Federal de los Trabajadores, distintos organismos de Derechos Humanos y ciudadanos de la comunidad boliviana. María Rinaldi, militante del Comunismo Revolucionario y del Movimiento Popular Liberación, habló con ANCCOM sobre las funciones del Comité: “En el acto en la CTA quedó constituido el Comité de Solidaridad con Bolivia por la Democracia, la Libertad y la Paz en América Latina porque entendemos que este avance de la derecha no se da sólo en Bolivia sino que en todos lados está cobrando cuerpo. También se pensó que desde el Comité podamos organizar la ayuda a los hermanos bolivianos que cruzan la frontera por el norte de la Argentina escapando de la represión”.

«Toda nuestra admiración por esa gran movilización en defensa de la vida, de la democracia y, fundamentalmente, en defensa de la Pachamama», agradeció Evo Morales desde su exilio en México.

Las columnas de distintos partidos, gremios y de la comunidad boliviana en Argentina, que se encontraban concentrando desde las 12, comenzaron a avanzar por Avenida de Mayo y otras vertientes hacia Plaza de Mayo a partir de las 14. Las wiphalas (bandera de las naciones indígenas) fueron el símbolo de identificación de la jornada y llevarlas encima fue uno de los pedidos de la convocatoria: como prendedores en la ropa -muchos junto a una cinta negra de luto-, pintadas en remeras y la mayoría flameando en el extremo de las cañas que llevaban los manifestantes. Ante la retirada de la wiphala  del Palacio de Gobierno por parte de la policía boliviana y la quema de muchas de ellas por parte de seguidores de Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa -los opositores de Evo Morales e impulsores del golpe de Estado-, los pueblos originarios mostraron su indignación y tristeza. Al grito de “la wiphala se respeta, carajo” se encontraba Virginia Castro, perteneciente a Ayllu Sartaniani, una familia de sicuris a nivel regional. En medio del clamor señaló: “Estamos muy consternados con lo que está pasando en Bolivia: el haber quemado y pisoteado la wiphala no solamente es una falta de respeto sino que están atropellando nuestra dignidad y están pisando nuestra identidad originaria. Con la Biblia y una secta evangélica de la mano del gobierno autoproclamado de Áñez nos están queriendo volver a someter.”

Hasta el momento la represión en Bolivia suma 24 muertes. Ayer Evo Morales Ayma expuso en su cuenta de Twitter: “Exigimos al Gobierno de facto de Áñez, Mesa y Camacho identificar a los autores intelectuales y materiales de las 24 muertes en cinco días por la represión policial y militar. Denuncio a la comunidad internacional estos delitos de lesa humanidad que no deben quedar en la impunidad”.

Entrando a la Plaza de Mayo había una columna conformada por bolivianos, bolivianas y familiares que venían de distintas partes de la ciudad y del Gran Buenos Aires y se habían reunido de manera espontánea, sin organización previa. Entre ellos estaba Rosario Huanca, junto a sus hermanas y su sobrina, quien dijo: “Hasta ahora hay muchos muertos y eso no lo están transmitiendo allá. Yo tengo mucha familia en La Paz y están ocultos. No hay alimentos, no hay gas ni carne. Ya no quieren salir porque tienen miedo de ser masacrados por la policía que reprime a todos”.

» Desde México quiero agradecer por toda la solidaridad en el marco de hermandad que expresa el repudio al golpe de Estado en Bolivia», dijo Evo Morales a la manifestación reunida en Plaza de Mayo..

En el escenario montado en Plaza de Mayo desde las 15 hubo un festival que duró toda la jornada con música y danzas originarias. Una de las primeras artistas en aparecer fue Teresa Parodi, quien antes de cantar se solidarizó con el pueblo boliviano: “Bolivia, tu lucha es nuestra; Bolivia, nuestra es tu voz”. Además participaron Los Awatiñas, Malena D’Alessio y Arbolito. Pero el arte no se vivió sólo desde el escenario: en las calles y la plaza había reunidos diferentes grupos musicales que se unieron a tocar contra el golpe: Ayllu Sartaniani, Wayra Marka, Los Aymaras y otros. Armando Mamaní, uno de los músicos, dijo: “Estamos acá para que se detenga la división que hay entre bolivianos, que haya gobierno de paz y respeto entre los hermanos. Hoy en Argentina toda esta comunidad se junta a tocar y a decir no a la distorsión y al pisoteo de nuestra cultura y de nuestra gente”.

A las 16 la plaza estaba colmada. El calor húmedo de la jornada se había disipado levemente con las nubes que rodearon el cielo, pero en este momento una espontánea aparición del sol dejó a la multitud impregnada de un color ámbar. Los cantos empezaron a disiparse, desde el escenario habían pedido un minuto de silencio. Al finalizar, la conductora del festival anunció la sorpresa de la jornada: Evo Morales Ayma estaba en línea con la multitud para darle un mensaje desde México. Así se pronunció: “El pueblo movilizado para acabar con la dictadura, para acabar con el golpe de Estado y su participación tan unida nos alienta bastante. Desde México quiero agradecer por toda la solidaridad en el marco de hermandad que expresa el repudio al golpe de Estado en Bolivia. Por eso desde acá toda nuestra admiración por esa gran movilización en defensa de la vida, de la democracia y, fundamentalmente, en defensa de la Pachamama. Muchas gracias.” A su término, los aplausos brotaron junto al “Evo, hermano, el pueblo está contigo” y el grito característico de la jornada “Jallala, Bolivia”.

Pasadas las 16.30 fue el turno de la música Malena D’Alessio de subir al escenario y al mismo tiempo comenzó la lluvia sin tapujos. Aunque sin dudas los presentes querían permanecer allí, muchos corrieron a refugiarse en los escasos techos de los alrededores. En este clima Malena sentenció: “Las culturas ancestrales nos están bendiciendo. Si los golpes de Estado no logran amedrentarnos, no nos va a amedrentar la lluvia”.

Ecuador frenó al FMI

Ecuador frenó al FMI

Foto: David Diaz/ FLUXUS FOTO

El domingo 13 de octubre sentó el antecedente de una lucha popular ecuatoriana que puso en jaque el avance neoliberal en América latina. Para Nayra Chalán, vicepresidenta de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI) quedó demostrado que “es posible contrarrestar el poder que tiene el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este suceso demostró que es posible decirle al FMI: de aquí no pasas, este territorio es soberano y este territorio decide qué política económica tener.”

Luego de 10 días de manifestaciones en las que el pueblo y las nacionalidades indígenas en articulación con estudiantes y trabajadores colmaron las calles, principalmente de Quito, en contra de las últimas medidas económicas dictadas por el presidente Lenín Moreno ese día se llegó a un acuerdo entre las partes que se realizó de manera televisiva y online. En esta noche ocurrió un hecho histórico: el repudiado decreto 883 fue derogado y se dio vuelta atrás al paquetazo neoliberal indicado por el Fondo Monetario Internacional.

El 1º de octubre, el Ejecutivo le habló al pueblo ecuatoriano a través de una cadena nacional en la que esgrimió las medidas antipopulares que se iban a llevar a cabo. Entre ellas estaba la eliminación del subsidio del combustible, la reducción del 20% de la masa salarial de todos los contratos ocasionales en la función pública que vayan a ser renovados, la reducción del periodo de vacaciones de los empleados estatales de 30 a 15 días y la obligación de que los trabajadores de las empresas públicas aporten un día de salario a las arcas del Estado. “A su vez -comenta Décio Machado, consultor político especializado en Comunicación y Análisis Estratégico- había una serie de medidas laborales que significaban nuevas modalidades de contratación que en el fondo implicaban una flexibilización del mercado de trabajo privado. Todo esto justificado bajo el argumento de la necesidad de implementar un modelo acorde a los nuevos tiempos.” A su vez, explicó por qué todo detonó con la eliminación de los subsidios al combustible; “Se tenga o no vehículo, involucra a todas las familias: afecta el precio de los alimentos, los productos de primera necesidad, la inflación.”

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Ante estas nuevas políticas económicas, el 3 de octubre el sector de transportistas inició una serie de cortes de vías en todas las provincias a modo de protesta. Sin embargo, Chalán cuenta que “posteriormente llegaron a acuerdos con el gobierno nacional que indudablemente nos afectaban a las grandes mayorías: ellos aceptaron la subida del combustible a cambio de bonos para poder hacer cambios de llantas y del aumento de las tarifas del transporte público.” Por esta razón, el movimiento indígena encabezado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), que ya se había sumado a los reclamos de los transportistas, incrementó su descontento y la fuerza de los reclamos.

Las acciones fueron creciendo en intensidad con el transcurso de los días. Al bloqueo de rutas -llegando a contabilizarse alrededor de 300 cortes simultáneos- se agregaron las tomas de gobernaciones a lo largo del país, la paralización de la actividad petrolera en las estaciones de bombeo y en más de 60 pozos petroleros en la Amazonía del norte. Luego, el 7 de octubre hubo un llamamiento a las bases del movimiento indígena para trasladarse a la ciudad de Quito, epicentro de la represión. “Se trasladó gente de norte y el del sur, pertenecientes a los pueblos Panzaleo, Kayambi, Otavalo, Natabuela y Caranqui. El martes 8 de octubre llegaron a la capital ecuatoriana más de 12 mil personas de la estructura del movimiento indígena”, dijo a ANCCOM el activista Apawki Castro, vocero de la CONAIE.

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La respuesta del gobierno fue represiva y brutal. En este punto, Chalán dijo: “Nos dimos cuenta de que no estábamos actuando en contra del mismo Estado de hace 20 o 10 años. Este Estado es mucho más dotado, con más agresividad y más ejercicio de la fuerza sobre grupos de manifestantes, pueblos y nacionalidades, estudiantes y trabajadores. Entonces vemos que hay un incremento del aparato represivo bastante fuerte.”

Por otra parte, la Asamblea Nacional no sesionó durante los 13 días del paro nacional “manteniendo una actitud totalmente desalineada de los intereses populares”, según Andrés Tapia, el comunicador de la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE). La población, entonces, decidió hacer una toma de estas instalaciones: lo realizó sin éxito el primero de los días y en el segundo, con una manifestación masiva con más 10 mil personas, rodeó a la Asamblea Nacional. Sobre el suceso, Chalán narró: “Un día fuimos a la Asamblea Nacional esperando poder hacer una toma simbólica y sin embargo sólo se dejó pasar a un número contado de compañeras. Posterior a eso, sin previo aviso, cuando había alrededor de 15 mil manifestantes en las cercanías de la Asamblea Nacional, la policía conjuntamente con las fuerzas armadas deciden disparar gas lacrimógeno de manera indiscriminada y exagerada a toda la población que se encontraba en ese momento comiendo.”

El saldo de la represión fue de diez  muertos, según información de la Defensoría del Pueblo ecuatoriana. Todos manifestantes, entre ellos Inocencio Tucumbi, dirigente indígena de la CONAIE en Cotopaxi. Además, hubo 1.340 personas atendidas en hospitales por actos violentos -8 personas perdieron un ojo- y la Ministra de Gobierno, María Paula Romo, registró la detención de 1.330 personas.

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Ante las manifestaciones y el arribo del contingente de personas a Quito, el presidente Moreno decidió trasladar la sede gobierno de Quito a Guayaquil. Sin embargo, la represión continuó. “Hubo una afectación bastante fuerte del sector de la agroindustria -comenta Chalán- Las rocoleras y las florícolas ya se habían declarado en estado de emergencia. A su vez, al cortar las vías se impidió que la cadena productiva funcione y eso provoca desabastecimiento y encarecimiento. El fisco no percibía la renta petrolera ni ingresos provenientes del turismo y el riesgo país aumentaba. Entonces ya eran razones suficientes para que el gobierno nacional reflexione sobre lo que estaba haciendo y esto hizo que llamen a un acuerdo entre las partes.”

El movimiento indígena aceptó reunirse a debatir el decreto 883 con el gobierno poniendo como exigencia que este sea televisado para que pueda ser visto por todos los ecuatorianos. El gobierno dio conformidad: el debate se realizó el domingo 13 de octubre a la noche y la resolución fue retrotraer las medidas sobre el combustible.

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Para Décio Machado,esta mesa de negociación ha marcado un hito histórico: es una victoria de los movimientos populares, encabezados por el movimiento indígena en articulación con el feminismo y los estudiantes, contra medidas de carácter económico de perfil neoliberal impuestas por el FMI. Además, se visualiza una nueva etapa de dirigentes jóvenes que apuntan a un nuevo horizonte de lucha por la emancipación de los pueblos en el Ecuador.”

Chalán espera que este hecho anclado en Ecuador “sea una luz para toda latinoamérica y el mundo.” Además, que siente las bases para seguir reivindicando lo que desde hace años vienen haciendo desde el movimiento indígena: “La soberanía sobre nuestros territorios, la despenalización del aborto, la educación intercultural bilingüe, la salud intercultural, el transporte comunitario, precios justos en la producción de leche y otras demandas que son bastante puntuales que tenemos dentro de nuestros territorios y que mejorarán la calidad de vida de nuestros compañeros.”

Por lo pronto, la siguiente acción del movimiento indígena fue enviar una carta al Fondo Monetario Internacional pidiendo empatía por los hechos ocurridos en el Ecuador y la culminación del hostigamiento económico que sufre el pueblo ecuatoriano. Por otro lado, el gobierno ha anunciado que creará un nuevo decreto. Para Andrés Tapia, es urgente que en él se contemplen las demandas y necesidades populares. “Caso contrario, el pueblo continuará movilizado”, sentenció.

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Las huellas de la memoria

Las huellas de la memoria

En los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio El Banco y Puente 12 casi no hubo sobrevivientes.

En la mañana del sábado 30 de agosto se llevó a cabo la señalización de los excentros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCDTyE) de la última dictadura cívico millitar conocidos como El Banco y Puente 12. Familiares de las víctimas y sobrevivientes se acercaron al predio para participar del acto y dar un discurso.

En la intersección de Camino de Cintura y Av. Ricchieri se erigen los ex CCDTyE denominados Puente 12 y El Banco, donde hoy funciona la actual Brigada Femenina XIV de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. En su interior hay una habitación con una veintena de camas cuchetas donde duermen las agentes policiales. En el mismo lugar, hace 43 años, se hallaban los calabozos donde pasaban sus días los militantes secuestrados por la última dictadura militar. A su vez, lo que hoy es el espacio de trabajo del comisario, antes era la sala de interrogatorio y tortura.

“Estas personas no estaban enteradas: la misma policía es ajena a su propia historia. Entonces, la señalización de estos espacios no sólo es venir, dejar una marca y mostrarle a la comunidad, sino también mostrarle a la fuerza lo que hizo su propia institución.”, explicó Adriana Taboada, psicóloga, investigadora del Centro de Estudios de Genocidio (UNTREF) y perito forense en causas por delitos de lesa humanidad, en diálogo con ANCCOM.

En la mañana despejada del sábado 31 de agosto, decenas de personas se alistaban para ir llegando, en grupos, al cruce famoso de La Matanza. Muchos son familiares de detenidos que estuvieron secuestrados durante el terrorismo de Estado en los centros, algunos son sobrevivientes y otros tantos, amigos y militantes. El evento que los convoca es la señalización de los centros clandestinos de detención El Banco y Puente 12, a realizarse a partir de las 10.30.

Unas doscientas personas participaron del acto de señalización de El Banco y Puente 12 como ex CCDTyE.

Veinte minutos antes del horario previsto de inicio, quienes se habían acercado no superaban las cincuenta personas. De forma colaborativa y con entusiasmo, los presentes se dispusieron a armar el espacio de acogida donde se desarrollaría el acto. Algunos clavaban en el césped carteles con imágenes de las víctimas, otros desenvolvían los banners de cada organismo que convocó al evento: la Comisión Vesubio y Puente 12 -conformada por sobrevivientes y familiares de detenidos en esos centros clandestinos de detención tortura y exterminio-, la Mesa de Memoria de La Matanza, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, e HIJOS Regional La Matanza.

Cerca de las 11, el espacio quedó pequeño para la cantidad de concurrentes. Desde adultos mayores hasta infantes, el número de participantes rondaba las doscientas personas. Los más grandes sentados en sillas dispuestas alrededor de un escenario, los adultos y jóvenes parados y, entre sus piernas y algunos montones de bolsos y abrigos, algunos niños que, sentados sobre el suelo, se divertían con sus juguetes. En el ambiente se observa el intercambio entre generaciones, el traspaso de la memoria de una a otra. Ese es el caso de Carmen “Tota” Ramiro de Guede, Madre de Plaza de Mayo, quien asistió junto a su hijo y su nieta que está tipeando el libro que su abuela hizo sobre la vida de las Madres para enseñar en las escuelas, titulado Pájaros y Flores.

“En este centro clandestino de detención hubo pocos sobrevivientes, muchos asesinados y desaparecidos.”, introdujo Cristina Comandé, sobreviviente de Puente 12, dando inicio al acto. Cristina fue una de las principales organizadoras del evento y una activista sin descanso. El año pasado fue querellante en el juicio por los crímenes cometidos en ese CCDTyE que se desarrolló entre 2017 y 2018 y que dejó como sentencia cuatro absoluciones y cinco condenas, entre ellas las de los represores Miguel Osvaldo Etchecolatz y Federico Antonio Minicucci a cadena perpetua. “En el primer juicio de Puente 12, Cuatrerismo, brigada Güemes y comisaría de Monte Grande hubo 139 casos, 86 desaparecidos, 17 homicidios probados y 15 imputados entre militares y policías de la Provincia de Buenos Aires: uno impune por causas médicas y cinco por morir antes de comenzar el juicio.”, detalló Comandé. A su vez, explicó el reclamo actual: la desafectación del predio, el cese de actividades de la Policía Bonaerense para que el lugar se convierta en un sitio de la memoria.

«Recordamos a los compañeros para lograr la unidad popular y libertaria que todos queremos”, dijo Isabel Cerruti, una de las sobrevivientes que participó del acto.

A continuación, el presentador y locutor Guido Galva cedió la palabra a Isabel Cerruti, sobreviviente y representante de los compañeros detenidos de El Banco, quien destacó el espíritu de unión que se sentía en aquellos días: “Estábamos todos juntos: éramos uno solo en ese momento, acompañándonos y resistiendo. Muchos -la mayoría- murieron. A veces nos duele ver que hoy no aprendamos de ese mensaje y ese accionar. Podríamos hacer un esfuerzo, recordando a los compañeros, para lograr esa unidad popular y libertaria que todos queremos.”

Un momento de emoción se vivió cuando Camilo Ríos, militante en HIJOS La Plata anunció el surgimiento de Nietos y leyó un poema dedicado a este nuevo espacio, al secuestro de sus abuelos y a la identidad. Seguido de este hecho, algunas Madres de Plaza de Mayo dijeron unas palabras, entre ellas la militante y defensora de los Derechos Humanos, Nora Cortiñas, quien narró una anécdota que conmovió a los presentes. “En este predio, -contó Nora- había un club del Ministerio de Hacienda muy familiar. Acá veníamos con Gustavo y Marcelo los sábados, preferentemente, porque los domingos había mucha gente. Hacíamos todo el camino para llegar a Puente 12; desde luego no teníamos auto. Íbamos con el cochecito, con el bolsón y las mamaderas para pasar el día. Acá, en esta pileta –perdón, estoy cargada de emoción- en esa pileta se bañaban Gustavo y Marcelo. Habíamos pasado días tan hermosos. Cómo es la vida, ¿no? Te da ese gusto y después te da el horror.”

Finalizados los discursos, los familiares de las víctimas y los sobrevivientes se dispusieron alrededor de los dos carteles prominentes tapados por una tela negra. Entre todos contaron regresivamente y al llegar a cero los descubrieron. Ambos presentan a los centros de detención El Banco y Puente 12 y explican qué sucedió en ellos. Así, el espacio quedó señalizado para la memoria. Luego, todos los concurrentes tomaron cada uno una foto de una persona desaparecida y la pegaron en la pared frontal del edificio. Algunos les agregaron frases, tales como: “Las guerrilleras son nuestras compañeras”, “Te amamos, tus hijos y nietos” y “Hasta la victoria siempre”.

Tota Guede, madre de Plaza de Mayo, participó del acto.

Finalmente, la multitud se organizó en una larga fila para ingresar de a grupos al centro clandestino, guiados por Cristina Comandé. Algunos elementos, como una porción del suelo formada por baldosas blancas y negras y las claraboyas, se mantuvieron. Otras -la mayoría- se vieron modificadas con el paso de los años. Cristina narraba, a grandes rasgos, cómo era la vida en el lugar. Sin embargo, la pregunta de un joven adolescente sobre la comida que recibían la llevó a relatar una anécdota: “Una vez nos trajeron una sopa inmunda con pedazos de grasa flotando. Ante esto, yo, que no sé quién me creía, dije que esa porquería no la iba a comer. Entonces un compañero me dijo: ‘Vos lo comés porque el cuerpo necesita grasa. Así que te lo comés igual.’ Fíjense cómo nos cuidaban los compañeros que nosotros veíamos como más grandes. Eran nuestros referentes. Así que me la comí.”

Ya finalizada la ceremonia, Comandé dijo a este medio que el homenaje le parece uno de los más fuertes “porque es en el lugar donde estaban los compañeros y donde muchos terminaron su vida.” Y continuó: “Para mí fue muy reparador porque en cada abrazo de los compañeros siento que estoy abrazando a los que ya no están.”

Propuestas para una comunicación democrática

Propuestas para una comunicación democrática

La Coalición por una Comunicación Democrática no da el brazo a torcer. Ayer presentó en la Cámara de Diputados de la Nación una nueva serie de propuestas “para construir la comunicación que viene”. “Son aportes para sostener los valores de la diversidad y el pluralismo -sostiene Diego Rossi, profesor adjunto en Políticas y Planificación de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA-. Se trata de garantizar el acceso a la información y los derechos de la ciudadanía a recibir, producir y difundir contenidos.”

Conformada por una pluralidad de actores -universidades, sindicatos y centrales obreras, pequeñas y medianas empresas de comunicación, radios y televisoras comunitarias, organizaciones sociales y de derechos humanos, periodistas y productores- desde 2004 alza la voz para defender a la comunicación concebida como un derecho. “Estamos preocupados -agrega Rossi- por recuperar la capacidad productiva y la potencia de Argentina en el campo audiovisual, por disponer medios públicos que realmente sean federales y que reflejen la diversidad de opiniones y de miradas culturales. Nos interesa que el próximo gobierno regule formas que preserven la intimidad de las personas, su capacidad de ser productores de contenido, la posibilidad de elegir y de tener precios justos y razonables.”

Daniela Monje, investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba y Doctora en Comunicación por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) puso la propuesta en contexto: “La idea fundamental de la Coalición desde su inicio y hasta el momento es que hay una perspectiva de derechos humanos que está de alguna manera ligando todas las propuestas que se hacen. Entendemos a la comunicación como un derecho humano, en el marco de lo que el derecho público internacional ha nombrado como libertad de expresión”, dice .

En el 2004, con el incipiente gobierno de Néstor Kirchner, la Coalición por una Comunicación Democrática marcó su primer antecedente con incidencia en la política argentina: se presentaron los 21 Puntos Básicos para una Ley de Radiodifusión de la Democracia. Sin embargo, el proyecto quedó en curso hasta ser retomado en 2008 durante el gobierno de Cristina Fernández. El debate plural y federal sobre ese documentó sentó las bases para el armado de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522) promulgada en 2009, en reemplazo de la Ley de Radiodifusión (22.285), dictada en 1980, durante la última dictadura militar.

Sobre la Ley 26.522 en materia de derechos y democratización, Larisa Kejval, secretaria académica de la carrera de Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA),  investigadora y militante por la comunicación comunitaria, destaca: “La ley no sólo es una ley de carácter democrático porque reconoce a los medios sin fines de lucro como uno de los operadores del servicio de comunicación audiovisual, no sólo porque genera políticas de fomento para este sector sino también por otras cuestiones que me parecen centrales y que son las que han sido puntualmente atacadas a partir del gobierno de Mauricio Macri. Esto es: una ley que además ponía límites claramente a la concentración mediática, construía órganos de diseño, control y aplicación de políticas públicas federales, multisectoriales y participativos con distintas representaciones que promovían también la producción nacional y federal.”

A pesar del esfuerzo y el terreno ganado por la Coalición, con la llegada de la política macrista y, en particular, del Decreto de Necesidad y Urgencia 267 de diciembre de 2015, hubo una serie de modificaciones en materia de política comunicacional que perjudicaron a los medios pequeños y medianos de comunicación. “La política de Cambiemos ha sido desde sus inicios una política que caracterizaría como regresiva y, a su vez, asimétrica en función de los grandes jugadores.”, declara Monje.

Por su parte, Pablo Antonini, presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), en diálogo con ANCCOM recuerda: “Este gobierno cuando asumió lo primero que hizo fue desguazar mediante los decretos de diciembre de 2015 que, entre otras cosas, se llevaron puesta nuestra capacidad de participación en los organismos de aplicación de la ley. Ahí teníamos el Consejo Federal, el Directorio de la AFSCA, lugares donde estábamos representados los medios comunitarios, educativos, los medios de pueblos originarios, los sindicatos de trabajadores de la comunicación. Fue sustituido el AFSCA por el Enacom y fueron quitados los topes que impedían la concentración mediática, facilitando así meganegocios como la fusión de Clarín y Telecom.”

Este marco de políticas trajo un panorama de especial dificultad para los medios populares, comunitarios y alternativos. Natalia Vinelli es docente e investigadora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA y dirige el canal Barricada TV. En relación a la incidencia de la política de Cambiemos sobre los medios comunitarios expresa que la situación “se complejizó muchísimo. No hubo llamados a concurso para televisión, por ejemplo. Los fondos del fomento concursable, que son becas que venían funcionando, se ralentizaron enormemente. La subejecución creció y la deuda que el Estado mantiene con el sector es de más de mil millones de pesos. Así se hace muy difícil la sostenibilidad de los medios de comunicación. Es un escenario de gran dificultad para poder funcionar como verdaderas opciones en un sistema de medios que es cada vez más concentrado.”

Además de los problemas acarreados en razón de política pública, la democratización de la comunicación se vio afectada por políticas de otra índole. Al respecto, Kejval nombra las persecuciones a reporteros gráficos durante movilizaciones sociales en los últimos años y Antonini remarcó la repercusión de las políticas económicas: “Impactan los tarifazos de la luz, por ejemplo. O la recesión: es muy importante la incidencia que tienen en las radios los comerciantes o las organizaciones locales, que en general son nuestros auspiciantes.”

A partir de las políticas regresivas en comunicación del actual gobierno, la Coalición presentó en 2016 una actualización de los 21 Puntos y continuaron con la lucha por el derecho a la comunicación y condiciones de trabajo dignas. Sin embargo, la situación en la cual se ven inmersos en la actualidad dista ampliamente de ser un escenario propicio para el desarrollo de una comunicación democrática.

Con esperanza en que las nuevas propuestas vayas a ser tenidas en cuenta y, sobre todo, consciente de la fuerza que presenta la unidad de medios sin fines de lucro, comunitarios y alternativos, Kejval deja un mensaje de aliento sobre la presentación del documento: “Lo que estamos haciendo es precisamente no bajar las banderas de la Coalición por una Comunicación Democrática sino todo lo contrario: seguir sosteniéndolas bien firmes porque creemos que las políticas del próximo gobierno nacional tienen que estar encaminadas a restituir los derechos comunicacionales que han sido vulnerados en los últimos cuatro años.”

 

El deporte de los dioses

El sumo es un deporte que está en lista de espera para ser considerado disciplina olímpica.

La leyenda sintoísta cuenta que todo comenzó cuando Takemikazuchi y Takeminakata se batieron en un épico duelo sobre el Mar del Japón. El heroico triunfo de Takemikazuchi, Dios del Trueno, permitió al pueblo nipón ocupar su actual archipiélago. Dos mil quinientos años después, durante una mañana de domingo en el barrio de Núñez, los experimentados Sebastián y Gonzalo están en cuclillas y se miden de manera desafiante. La luz diáfana que ingresa por los amplios ventanales hacia el tatami del primer piso del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) le da un tono onírico al combate. Sus cuerpos colisionan y el impacto se siente. Sebastián parece más imponente que su rival, pero Gonzalo lo toma por sorpresa con una inteligente estrategia y lo voltea. La fugaz pelea concluye ante la mirada de Gabriel Wakita, presidente de la Asociación de Sumo Argentino (ASA).

“Es el primer arte marcial”, cuenta Wakita. El documento más antiguo sobre el origen del sumo fue escrito hace 1.300 años, el Nihon Shoki, y relata un combate datado en el año 23 antes de Cristo, en tiempos del emperador Suinin. El deporte consiste en dos luchadores que se enfrentan cuerpo a cuerpo dentro de un dohyō, que es una arena en forma de círculo. El objetivo es enviar al oponente fuera del dohyō o conseguir que cualquiera de sus partes, excepto las plantas de los pies, toque el suelo. La vestimenta tradicional de los sumotoris es un cinturón llamado mawashi, el cual sujetan durante los combates y deben portar en todo momento, a riesgo de quedar descalificados si lo pierden.

La disciplina está impregnada de símbolos. Los luchadores esparcen sal sobre el dohyō para purificar la tierra antes de la contienda. Luego se saludan inclinando la cabeza y realizan el shiko –levantar la pierna y dejarla caer violentamente– para espantar a los espíritus. Se ubican frente a frente en cuclillas y efectúan un movimiento de manos que es un ritual para demostrar al público y al contrincante que no se portan armas ocultas. Finalmente se levantan en posición de combate con las manos hacia abajo y, en el momento en que ambos tocan el suelo, al grito de hakyoi arranca la pelea.

Cada combate dura entre cinco segundos y un minuto.

“Es un deporte que fue hecho para entretener a los dioses y a los emperadores. Son luchas cortas, fáciles, se sabe quién gana y quién pierde sin ser un especialista”, explica Wakita. Al ser tan breves –entre cinco segundos y un minuto es el promedio–, se ponen en juego habilidades que exceden a la técnica. Gonzalo Bitz Figueroa, bicampeón sudamericano, afirma que a él le interesa lo psicológico: “Por ahí tenés muchas luchas seguidas y te toca perder en la primera, pero no te podés quedar pensando en eso porque si no, después, lo arrastrás a las siguientes. Es un deporte muy explosivo y mental”.

Los luchadores insisten en que no implica violencia. No está permitido golpear en los ojos, tirar del pelo, dar puñetazos ni hacer estrangulaciones, so pena de ser automáticamente eliminados. Sebastián Paunero practica sumo desde 2007: “Cuando empecé me saqué muchos prejuicios. Para mí las artes marciales eran solo golpes, pero son mucho más: desequilibrios, lances, no hay golpes directos. Es un deporte donde se cuida al adversario y hay mucha camaradería”, subraya.

En Japón, por su importancia cultural, religiosa e histórica, se lo declaró deporte nacional, es profesional y sus luchadores gozan de altos niveles de popularidad. En Argentina, en cambio, está signado por el amateurismo: todos los miembros del seleccionado tienen otros oficios y representar al país no es remunerado.

Mientras que en la Argentina hay mujeres que practican Sumo, en Japón solo pueden hacerlo los hombres.

“El sumo está dentro la lista de espera de los Juegos Olímpicos y eso es una línea para abajo”, remarca Moira Santillán, integrante del Equipo Argentino de Sumo y estudiante de Kinesiología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Además, el escaso presupuesto pone obstáculos a los sumotoris a la hora de conseguir prácticas de calidad. “Un porcentaje lo obtenemos de la Subsecretaría de Deportes –detalla Moira– y el resto es a pulmón: rifas, cenas, muestras”. Una de las principales trabas es la ausencia de un dohyō de tierra (como el tradicional japonés) y la falta de espacios para tomar clases. Sebastián Paunero, por caso, viaja tres horas todos los domingos desde La Plata hasta el CeNARD ya que no tiene lugares más cercanos donde entrenarse.

Otra dificultad es la falta de sponsors. Muchos tienen la posibilidad de participar en campeonatos en otros países pero no pueden costearse los gastos. Actualmente, el principal objetivo de las y los luchadores argentinos es el mundial que se desarrollará en octubre en Hawaii. “Al ser un deporte muy amateur todo cuesta el doble pero no perdemos las esperanzas. El nivel será alto, pero si uno tiene un buen día quizás se pueda aspirar a alguna medalla. La clave será llegar bien mentalizado y explotar esos días al máximo”, asegura el contador Gonzalo Bitz Figueroa, quien representará a la Argentina.

En el sumo profesional las mujeres tienen prohibida la participación. El argumento de los japoneses es que contaminan el dohyō con “su presencia impura”. Sin embargo, en la versión amateur ellas son competidoras habituales. En Argentina, Moira Santillán, Lidia Arias, Nadia Ruiz, Iara  Sarmiento y Ninjin Puntsag disputaron el último Campeonato Sudamericano, unas como debutantes y otras con una trayectoria de años, y obtuvieron excelentes resultados. Santillán se coronó por tercera vez en su categoría.

El equipo argentino de sumo apenas cuenta con medio centenar de integrantes.

Lidia Arias obtuvo el año pasado el premio Jorge Newbery de sumo como reconocimiento a su experiencia y compromiso con el deporte. “Fue una linda sorpresa y algo que me enorgullece mucho ya que empecé a hacer sumo en 2016 –cuenta–. Esto abrió un camino muy grande para mí y para demostrar que se puede. No es una disciplina fácil, hay que ser muy constante porque somos pocos (el Equipo Argentino de Sumo tiene menos de cincuenta integrantes). Pero siempre lo hago con ganas y motivación”.

El arribo del deporte al país se remonta a la década del 30. Inmigrantes nipones, radicados principalmente en la zona de Burzaco, se reunían para mantener vivas su gastronomía, sus danzas y sus tradiciones, una de ellas el sumo. En la posguerra, período en donde hubo una fuerte llegada de japoneses a Paraguay y Brasil, el deporte se consolidó. En Argentina se institucionalizó recién en 1985 con la fundación de la Asociación de Sumo de la mano de Hideki Soma y Yoriyuki Yamamoto, herederos de los pioneros de los años 30.

La mayoría de los practicantes proviene de otras artes marciales como el judo y el aikido, pero sienten que el sumo les brinda algo más. Moira dice que le sirvió para “ir siempre para adelante”. Sebastián Paunero confiesa que lo llevó a reconciliarse con el deporte y aceptar su cuerpo: “Me ayudó a valorarme. Peso 140 kilos y la gente pesada, como yo, de chicos sufrimos mucha discriminación. Lo normal es que te digan que para el deporte no servís. Pero cuando conocí el sumo eso cambió totalmente y aprendí a quererme tal cual soy”.

El titular de la ASA, Wakita, afirma: “Ahora somos reconocidos como deporte y tenemos responsabilidad jurídica. Todavía no somos de alto rendimiento, tratamos de acercarnos a eso”. Hace hincapié en la importancia de que aparezcan nuevos rostros en el conjunto nacional: “Siempre intentamos que se sume más gente, pero existe el prejuicio de verlo como el deporte de los obesos”.

Hoy el principal desafío es el mundial de Hawaii. Inspirados en la fortaleza de Takemikazuchi, el equipo albiceleste confía en sortear los obstáculos para viajar a las islas y una vez allí, por qué no, alcanzar algún podio.

Las prácticas de sumo se realizan miércoles a las 18 y sábados a las 17 en el Polideportivo de Parque Chacabuco y sábados a las 17 y domingos a las 10 en el CeNARD.