Alberto Kornblihtt advirtió sobre éxodo de científicos en el Macrismo

Alberto Kornblihtt advirtió sobre éxodo de científicos en el Macrismo

Alberto KORNBLIHTTAlberto Kornblihtt está sentado en la oficina de su laboratorio en Ciudad Universitaria. Es uno de los científicos más reconocidos de nuestro país, pero fue su intervención en el debate parlamentario por la legalización del aborto la que le valió una reciente fama mediática. Nació en Buenos Aires el 30 de junio de 1954. Hizo el secundario en el Colegio Nacional Buenos Aires y, en el año 1977, se recibió de biólogo en la UBA. Siguió luego un doctorado en Bioquímica en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas que, en ese momento, se llamaba Fundación Campomar y era dirigido por el Premio Nobel Luis Leloir. Con ese título viajó a la Universidad de Oxford, en Inglaterra, donde cursó un posdoctorado. Estuvo tres años investigando en la rama de la Biología Molecular, que estudia los procesos en los seres vivos en su aspecto más microscópico, y obtuvo resultados que le valieron prestigio. En 1983, con el final de la dictadura, volvió al país e inició su carrera como investigador del Conicet y docente. Hoy dirige el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Conicet-UBA). Dueño de un currículum extenso y repleto de premios, hace elogio de la sencillez.

¿A qué se dedica un biólogo molecular?

La Biología Molecular es una rama de la Biología, o de la Bioquímica, que se ocupa de todo lo que ocurre en la información genética que está en el ADN de las células: cómo se codifica, cómo están organizados los genes y cómo son regulados de manera tal de dar la orden para fabricar el producto final, que son las proteínas. Eso es lo que llamamos el “flujo de la información genética”, cómo fluye la información desde el ADN del núcleo de las células hasta la proteína del citoplasma. Investigamos cómo se regula tanto en condiciones normales como en condiciones patológicas, que alteran ese flujo. Si uno conoce el mecanismo de alteración, puede tratar de investigar herramientas para curarlas.

¿Cómo se compone su instituto? ¿Trabaja solo o con un equipo?

Mi grupo tiene estudiantes de doctorado y posdoctorandos, que son personas que terminaron su doctorado pero están investigando, y también investigadores jóvenes. El instituto tiene doble dependencia, de la UBA y del Conicet. El Conicet paga parte del sueldo de los investigadores, que a su vez son profesores de la Universidad, y mantiene el edificio, aunque ahora estamos en una crisis presupuestaria y no tiene plata para ponerlo en funcionamiento. Tiene una sede administrativa central, pero funciona financiando y sosteniendo cerca de doscientos institutos de investigación, la mayor parte de los cuales están en predios de las universidades nacionales y en íntima relación con ellas. Mi sueldo, por ejemplo, viene mayoritariamente de la UBA porque soy profesor pero hay un plus que viene del Conicet tanto por ser investigador como director.

El 31 de mayo de 2018, Kornblihtt participó del plenario de comisiones en el Congreso Nacional por el debate por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). En su argumento, luego multiplicado a través de las redes sociales, Kornblihtt explicó cómo la noción de “vida humana” no puede definirse desde la biología porque responde a creencias y prácticas culturales y religiosas. Por lo tanto, cualquier argumento desde una noción biológica de la “vida humana” para negar la interrupción de un embarazo es equivocado. Tras la aprobación del proyecto en Diputados,  Kornblihtt participó luego del debate en la Cámara Alta. Allí, cuando terminó su intervención, la senadora tucumana Silvia Elías de Pérez le retrucó el argumento alegando que él estaba justificando el uso eugenésico del aborto en casos de enfermedades incurables, como el Síndrome de Down. Kornblihtt le preguntó si ella creía que el Síndrome de Down es una enfermedad, y ante la evasiva de la senadora, le dijo que lo que ella decía “no estaba bien, estaba mal”. La juventud centennial y millenial se encargó de transformar la frase en meme: a la foto de Kornblihtt se le agregó su frase y la imagen se viralizó.

Su figura creció públicamente después del debate sobre la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. ¿Cómo llegó a participar?

No recuerdo exactamente quiénes me invitaron. Puede haber sido la Campaña por el Aborto Legal, o el diputado Roberto Salvarezza del Frente para la Victoria (FpV), que fue presidente del Conicet y es un gran científico con quien comparto el mismo grupo político. De alguna manera soy un científico más o menos conocido, me habrán propuesto por eso. Yo ya había opinado de éste tema en otros foros y lugares. Mi intervención tuvo un nivel de visibilidad que ni busqué ni me imaginaba.

Si el año que viene se insiste con el debate y lo vuelven a invitar, ¿está dispuesto a asistir?

Sí, claro. ¡Tendría que repetir los mismos argumentos! Los científicos tenemos que expresar nuestros conocimientos y ayudar a formar una opinión pública informada. Después la población vota y hace lo que quiere.

En los últimos tiempos también se hicieron virales algunos comentarios de grupos “anti vacunas” que rechazan la vacunación obligatoria. ¿Qué piensa de estas ideas?

Es un peligro grandísimo. La vacunación es uno de los grandes triunfos democráticos de la medicina. Sobre todo en países como el nuestro donde hay planes nacionales que son ejemplo en el mundo. Asumir que porque estadísticamente uno de cada quinientos mil vacunados de una cierta vacuna pueda tener una complicación secundaria no hay que vacunarse, no tiene valor epistémico. Porque toda acción humana tiene un riesgo. Cuando vos salgas de acá y cruces la calle para subirte al colectivo hay un riesgo. Pero por eso qué, ¿no vas a cruzar la calle? Ese pequeñísimo riesgo es absolutamente despreciable respecto a los grandes beneficios que tiene la vacunación masiva. Aquellos sectores que quieren volver a un ser humano no tecnológico como en la época de las cavernas no saben que ese ser humano vivía en promedio veinte años y que justamente la socialización de la medicina y el mejoramiento de las condiciones de vida y alimentación han llevado en los países desarrollados a que la esperanza de vida sea de entre setenta y cinco y ochenta y cinco años, depende el país. Volveríamos para atrás. Por otro lado esta gente se aprovecha de que el resto esté vacunado, porque si un niño porque sus padres no quieren vacunarlo no lo está, cuando va a la escuela su riesgo de enfermarse es muy bajo porque el resto de sus compañeros sí lo están.

Kornblihtt es un científico comprometido con la realidad en la que vive. Es uno de los especialistas que llevó adelante durante todo el año pasado el reclamo al gobierno por el deterioro del presupuesto destinado a la ciencia.  En el año 2006 impulsó su candidatura al rectorado de la UBA. Por ese entonces ya se definía políticamente “de izquierda”, a pesar de no estar afiliado a ningún partido. Tiempo después decidió darla de baja para apoyar la candidatura de Alfredo Buzzi, decano de la Facultad de Medicina. Durante su adolescencia fue comunista y hoy tiene relación con sectores del kirchnerismo.

Me hablaba recién de la situación presupuestaria del Conicet. ¿Qué es lo que está sucediendo?

Estamos en uno de los peores períodos de financiamiento de la Ciencia y la Técnica de la historia de nuestro país. No es que no haya habido antes períodos malos, los hubo. Pero ninguno como éste porque sucedió después de un gran período de expansión. Durante el gobierno kirchnerista tuvimos una expansión del sistema con un aumento del número de becarios, del número de investigadores del Conicet, de los metros cuadrados en construcción de edificios y en reacondicionamiento de los laboratorios, en el número de investigadores repatriados. Todo ese crecimiento, que se vio reflejado en una mejora de la calidad científica en nuestras publicaciones durante esos doce años, con el gobierno de (Mauricio) Macri se volvió para atrás. La peor situación se dio este último año porque el presupuesto del Conicet y de la Agencia Nacional de Promoción Científica está muy restringido. A eso se suma la devaluación de la moneda, ya que para los laboratorios que investigamos en ciencia experimental los insumos son importados y se compran en dólares , pero nuestros subsidios son en pesos y no han sido actualizados. A eso también se suma el deterioro del poder adquisitivo de nuestras becas y nuestros salarios. Estamos todos muy preocupados. Mucha gente que pensaba volver al país no va a volver y otra gente está pensando en irse. Es una situación crítica. Lamentablemente no vemos que las autoridades del sector salgan a pelear por un mayor presupuesto sino que más bien justifican el ajuste.

¿Habla del Secretario de Ciencia y Técnica, Lino Barañao? ¿Por qué cuando cambió el gobierno él siguió al frente del Ministerio – hoy Secretaría – de Ciencia y Técnica?

Eso demuestra que no tiene que ver con qué persona está delante de un Ministerio o una Secretaría sino que tiene que ver con la importancia que el gobierno le da a la Ciencia y la Tecnología. Obviamente el gobierno anterior le daba mucha más importancia que este. Se suma el hecho de que su política económica ha endeudado al país en miles de miles de millones de dólares y se ha vuelto a solicitar crédito al FMI, que viene con la imposición de un ajuste en la inversión que el Estado hace en todos los rubros, que incluye a la Educación, la Salud y a la Ciencia y Técnica, por ejemplo.

¿Cómo afecta, concretamente, el recorte en el sector?

Es muy difícil estirar el monto en pesos de los subsidios para poder comprar los insumos que están dolarizados. Para el mantenimiento de los institutos, el Conicet no está girando fondos. Algunos como el nuestro, están sobreviviendo como pueden. En nuestro caso, como este es un edificio que hay que terminarlo, recibimos plata para hacerlo y con los intereses de la puesta en plazo fijo de esa plata estamos en cierta forma “prestándole” al Conicet para mantener los ascensores, la higiene y seguridad, la limpieza y demás. Tampoco la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica puede pagar subsidios para compra de equipamientos, que son bastante importantes en costo, porque no tiene plata. Entonces nos dicen: ´Bueno, ustedes ganaron el subsidio, tendrían que comprar éste aparato que sale un millón de dólares, pero no tenemos la plata´. Por varias vías el ajuste se siente. Todavía en muchos aspectos estamos con la inversión que se hizo en el gobierno anterior. La perspectiva es que si esto sigue así va a haber un éxodo muy grande y, además, sólo se van a salvar los grupos que tienen dinero internacional, porque esos subsidios sí son en dólares.

¿Y cómo afecta eso al trabajo que hacen día a día?

Mi grupo en particular tiene subsidios internacionales por lo tanto no se ve tan afectado. Pero esa es una realidad excepcional. Aún en el período de expansión los subsidios no estaban a la altura de las necesidades, pero estaban mucho mejor que ahora.

¿El futuro se ve oscuro?

Con un gobierno como este la cosa no va a mejorar. Si cambia el gobierno el año que viene puede ser que las intenciones sea de mejorarlas, pero la verdadera herencia para el que venga, de cualquier signo, va a ser la que le va a dejar el macrismo, que va a ser un país endeudado. Si el próximo gobierno tuviera como política recuperar el papel del Estado en la promoción de un montón de cosas, no sólo en la Ciencia y Tecnología sino también en la Educación y la Salud, yo temo que no se pueda hacer. En rubros como estos, el ajuste deteriora el sistema muy rápidamente y después lleva muchos años reconstruirlo.

¿Qué piensa que pierde nuestra sociedad si se olvida a la ciencia?

Los problemas ahora se ven en la dinámica de los grupos de investigación y los institutos. Si se disminuye la investigación científica, nuestro país va a tener menos independencia, menos poder de decisión económico y político. No es solamente lo que la Argentina pueda producir como producto de la ciencia y la tecnología sino también lo que pueda entender de lo que está pasando en el mundo. Los países necesitan el desarrollo de la ciencia y la tecnología para avanzar, y fundamentalmente para poder darle mejores condiciones de vida a sectores a los que han olvidado. Este gobierno ha incluido más gente en la pobreza, ha restringido más los presupuestos. El Estado es el único que puede tomar la decisión de compensar, parcialmente, las desigualdades.

El 26 de noviembre participó en la Facultad de Medicina de un debate por el cambio de las competencias. ¿De qué se trata esa discusión?

El Consejo Directivo de la Facultad de Medicina de la UBA y luego el Consejo Superior ratificaron una resolución que dice que para los concursos de docentes auxiliares los que se inscriban tienen que ser graduados de la Facultad de Medicina. Eso es un sinsentido porque, por ejemplo, para enseñar Bioquímica en Medicina es mejor un bioquímico, un biólogo o un químico biológico; para enseñar Física es mejor un físico; para enseñar Matemática es mejor un matemático. Esto es una cosa elemental. Yo la llamo una resolución “canalla” porque el único objetivo que tiene es mantener una cierta endogamia y garantizar que un sector que se forma en esa Facultad sea el único que tenga acceso a la docencia en ella. Si fuese exogámica, al revés, la Facultad se vería beneficiada. De hecho, nosotros, en nuestra Facultad, tenemos profesores médicos, agrónomos, bioquímicos y muchos más. Hay de todo. Porque lo que importa es la generación de conocimiento en la Universidad y la capacidad de hacer investigación y de enseñar, no con qué título te recibiste.

¿Cree que puede ser peligroso para la formación de nuevos profesionales?

Es peligroso por varias cosas. Primero porque cualquier cosa que restrinja la apertura en los concursos apunta a la mediocridad en la enseñanza. La segunda cosa es que cercena la interdisciplina. Pero también afecta a la investigación. Gran parte de los investigadores que trabajan en la Facultad de Medicina o en institutos del Conicet con cátedras universitarias en Medicina no provienen de medicina. Sin embargo, investigan cosas que tienen que ver con la medicina. ¿Quién dijo que el mejor preparado para investigar cosas que tienen que ver con la medicina en un laboratorio es el médico?

¿Responde a un interés político?

Por supuesto. Ni siquiera a un interés partidario. Sino que es simplemente algo que es bastante deplorable que es “cuidar la quintita” y garantizar la endogamia de manera tal que no venga gente con otro pensamiento, quizás más abierto y crítico, que pueda cuestionar algunas medidas que se toman adentro de la Facultad.

La rama de la ciencia a la que usted se dedica, las Ciencias Naturales, es comúnmente asociada con la idea de “neutralidad política” y se cree que los científicos no tienen que llevar adelante los debates que usted protagoniza en ciertos círculos. ¿Qué opina al respecto?

Eso es un prejuicio. Yo antes de ser biólogo tenía una concepción social y política del mundo, que la sigo teniendo. Cuando era adolescente era comunista y tenía la creencia de que el capitalismo no soluciona los problemas de la gente sino que los agrava. Pese a que haya fracasado el socialismo real en el bloque del Este y haya caído el Muro a fines de los ´80, eso no quiere decir que mi expectativa de un cambio social en el mundo no tenga que ver con un giro a la izquierda, con una socialización de la economía, con la distribución equitativa de la riqueza, con un Estado que proteja a los más vulnerables y con el papel de los trabajadores de definir su propio destino. Luego de estudiar biología eso se reforzó.

Los científicos, sean de la rama que sean, ¿qué función deben tener en la sociedad?

A mí me importa más el compromiso social del científico que la importancia social del tema que investiga. Yo no creo que los científicos tengamos que estudiar algo que tenga una aplicación inmediata y tampoco pienso que nosotros con nuestra investigación vamos a solucionar temas de salud, vivienda, educación o igualdad que hay en la sociedad. Los gobiernos saben cómo hacer cloacas, asfaltar calles, hacer que la gente llegue a fin de mes. La ciencia no va a descubrir algo que se sabe. Para poder hacerlo simplemente tenés que quitarle a los ricos y darle a los pobres. Es una ecuación elemental. Sin embargo pienso que la actividad de la ciencia es muy buena porque hay muchos temas candentes en nuestra sociedad que uno puede informarse a través de la práctica científica. Los científicos no damos la verdad, porque nosotros no somos dueños de ella, pero sí damos información como para que la sociedad pueda hacerse sus propias ideas.

Páginas verdes

Páginas verdes

El lunes 10 de diciembre se llevó a cabo la FilFem, un espacio de encuentro entre la literatura y feminismo.

Se realizó la primera edición de la Feria del Libro feminista (FilFem), el lunes último, en el espacio Santos 4040, ubicado en el barrio porteño de Chacarita. Las puertas se abrieron a las 18, y con una fila que daba vuelta la manzana para ingresar, finalizó a las 23. La feria contó con la presencia de editoriales, librerías, escritores, poetizas y charlas para abrir el debate feminista.  

La FilFem nació en un encuentro del colectivo Espacio de Géneros Micaela García, que lleva el nombre de la joven de 21 años activista de NiUnaMenos, violada y asesinada en Gualeguay en 2016. La feria se concibió con el fin de crear un espacio de encuentro entre la literatura y el feminismo, entendiéndolos como partes que se potencian en pos de la lucha por la igualdad de géneros. También tiene el objetivo de dar a conocer de forma masiva la gran cantidad de material escrito y literario que hay disponible.

Romina Nucci, una de las organizadoras del evento, cuenta que desde el colectivo sintieron la necesidad, no sólo de que en un solo lugar estén todos los libros de la temática de género, sino que pudiera ser  “un lugar para encontrarnos, debatir y pensarnos”. La propuesta recibió una respuesta positiva por parte de las librerías y editoriales. “Algunas no tenían libros con contenido feminista y les propusimos que traigan autoras mujeres”, relata Nucci.

La FilFem nació en un encuentro del colectivo Espacio de Géneros Micaela García, que lleva el nombre de la joven de 21 años activista de NiUnaMenos, violada y asesinada en Gualeguay en 2016.

La organizadora considera que el auge del feminismo es multicausal: “El movimiento de NiUnaMenos, la visibilización a través de los medios de la violencia de género,  el debate del aborto… hicieron que se llegue a muchas jóvenes, no sé si todas tienen una lectura previa de los clásicos del feminismo, pero tienen conciencia de que hay situaciones que vienen de una discriminación por género”.

Además de los feriantes hubo lectura de poesías y tres paneles de debate sobre temáticas vinculadas a géneros. El primero, titulado “Trans(h)itos: feminismo y escritura”, estuvo a cargo de Paulina Aliaga de La Coop, y de las escritoras Teresa Orbegoso, Pamela Terlizzi Prima y su colega Nicolás Correa; quienes homenajearon a Clarice Lispector, ícono feminista, en su cumpleaños 98. Aliaga leyó pasajes del libro de Rita Segato Contra-pedagogías de la crueldad y resaltó que “el patriarcado viene cometiendo excesos desde hace siglos. Y ahora está siendo cuestionado y eso se refleja en la literatura”. Estableció el uso del lenguaje inclusivo para “desmantelar un corpus canónico donde el hombre es el que designa a toda la especie”.

Terlizzi celebró todos los textos y disciplinas artísticas que se han ocupado de la marea verde, y que pusieron en primera plana al colectivo: “Todos sabemos que el machismo no solo es cosa de hombres, también es de mujeres, y el feminismo es transversal a todos los géneros, a las clases sociales, a los espacios políticos”, e incentivó a hacerlo visible en espacios que no se han conquistado.

“El patriarcado viene cometiendo excesos desde hace siglos. Y ahora está siendo cuestionado y eso se refleja en la literatura” afirmó Paulina Aliaga de La Coop.

Literatura sobre la menstruación, el derecho al aborto, la sexualidad, y el empoderamiento femenino pudo encontrarse en cada stand. También hubo un sector con literatura infantil para acompañar a los padres en la enseñanza sobre las diversidades sexuales, las nuevas familias y hasta Como criar hijxs no machistas, podía leerse en una de las tapas.

En el sector de infantiles Laura Fiorillo y Paula Loprado tomaban mate y charlaban. Ambas participaban de un club de lectoras. Laura junto a su compañero Juan Parisi produjeron un libro infantil con ilustraciones Lalo comadreja y otros cuentos libertarios, proponiendo dejar de pensar el feminismo como lo anti y empezar a construir ideas e historias novedosas. “Son libros que se prestan al debate, a la discusión, que no tienen moraleja, si no que plantean preguntas”, cuenta Fiorillo. En su libro trabajan la construcción de género, la diversidad y la idea de vínculos más libres.

Entre sus fotografías de movilizaciones feministas, Loprado como lectora del libro de su amiga, lo recomienda  para adultos, ya que trasciende la frontera de la edad: “A mí me generó reflexiones sobre mi infancia, sobre violencias que hoy puedo combatir analizando de forma retrospectiva”.

Con una fila que daba vuelta la manzana, la feria contó con la presencia de editoriales, librerías, escritores, poetizas y charlas para abrir el debate feminista.  

Presentando el libro La cuarta ola feminista estuvo Jazmín Mercel, quien expresa la importancia de un espacio que junte estas publicaciones. “La feria estuvo explotada, por lo que evidentemente hay un interés fuerte por este tipo de producciones”.  Y resalta que muchas veces las mujeres fueron marginadas en el ámbito editorial, “ni hablar de travestis o trans”. Pese a ésto remarcó: “Estamos atravesando un boom, los libros más vendidos del año son de mujeres y ojalá que siga creciendo la ola”.

Caminando entre angostos pasillos y pañuelos verdes atados a cada mochila, y un cartel que dice “las personas con discapacidad también abortamos” estaba el stand de Rocío Arias, que se dedica a la accesibilidad de libros y textos enfocados en la Educación Sexual Integral (ESI) para personas ciegas ya sea digitalizando textos para los lectores de pantalla o en braile. “Hay poco contenido de ESI que esté digitalizado para personas con discapacidad visual, así como materiales concretos y esquemas”, subraya.

La feria cerró con un panel central  titulado “La batalla de las disidencias: sexo, cuerpos y géneros en la búsqueda del placer emancipado” que contó con la participación de la socióloga e historiadora Dora Barrancos, la periodista Luciana Peker, la profesora en filosofía Lux Moreno y la activista, investigadora queer y autora Sasa Testa, que durante el encuentro fueron firmando libros a los presentes. 

El Gobierno porteño ataca, el Romero Brest se defiende

El Gobierno porteño ataca, el Romero Brest se defiende

Hace pocos días, por la plataforma digital change.org, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, publicó un escrito donde menciona el proyecto de traslado del Instituto Superior de Educación Física Nº 1 «Dr. Enrique Romero Brest» de su histórico edificio en Núñez al Parque Sarmiento. Autoridades del profesorado y estudiantes manifestaron su repudio y establecieron un plan de lucha para proteger su espacio.

Al recibir la noticia a través de este insólito medio, la rectoría del Romero Brest pidió dos reuniones con las autoridades del Gobierno de la Ciudad para discutir el tema. La segunda, que tuvo lugar en el Ministerio de Educación el pasado miércoles 14 de noviembre, contó con la presencia de once consejeros directivos pertenecientes a los cuatro claustros involucrados – estudiantes, graduados, docentes y no docentes – y el rector, Raúl Supital. Por parte del gobierno, estuvieron la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, y su jefe de Gabinete, Luis Bullrich, junto a un asesor de la Jefatura de Gabinete del Ejecutivo y un arquitecto. En dicho encuentro, la ministra explicó que existe un proyecto de cambio de Código de Planeamiento Urbano que incluye la enajenación de las tierras donde está ubicado el Romero Brest, así como también la salida del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), recientemente anunciada.

Pablo Caserío, profesor y consejero del claustro docente, dijo a ANCCOM que Acuña ‘‘se refirió al Romero Brest como una parcela’’ y agregó que, ante el pedido de explicaciones por parte del Consejo Directivo, ‘‘recalcó explícitamente que era una decisión del Ejecutivo que la excedía”. Las razones de esta movilización no parecen justificarse con una mejora del Instituto o una modificación estratégica para su beneficio. ‘‘Le pregunté específicamente a la ministra si había razones académicas y ella dijo que no. La razón tiene que ver con el cambio del Código de Planeamiento Urbano’’, explicó Caserío. Y concluyó: “No fue una reunión conciliadora, fue informativa”.

«Tirar instalaciones nuevas en un momento de la educación donde faltan edificios es pecaminoso. Consideramos que es un negocio inmobiliario”, dijo Gabriela Sacristán.

Si bien no se estipularon plazos puntuales para cada etapa del traslado, en la reunión se habló de momentos sucesivos. El primero implica la aprobación del cambio de Código. Luego iniciaría un proceso de otorgamiento de tierras y en paralelo se construiría el nuevo instituto en el Parque Sarmiento. Se estima que esto sucederá en un período de dos años. Luego de disculparse por la desprolijidad con la que la institución se había enterado de la decisión, Acuña avisó que se contactaría con la comunidad educativa cuando avanzara el proyecto para estipular las necesidades edilicias –como espacios deportivos, gimnasios y aulas- para las futuras instalaciones.

Docentes y autoridades del Romero Brest, por su parte, argumentan que se trata de una cuestión puramente económica que va de la mano de la toma de terrenos del CeNARD. ‘‘Creo que la verdadera batalla está en que no se reforme el Código y en que no se les permita hacer uso de esas tierras. Necesitan una aprobación especial de la Legislatura, porque es un pasaje de manos públicas a manos privadas’’, afirmó Caserío.

Que no haya reforma del Código de Planeamiento Urbano no significa una garantía para todos. “Quizás no se apruebe y nos quieran trasladar a otro lado”, dijo María Teresa López, una de las vicerrectoras del Instituto. Y continuó: “No quieren darle identidad a lo que se habla en todos lados, que quieren hacer un gran emprendimiento inmobiliario acá. No está escrito nada, pero se dice que están vaciando el Tiro Federal, el CeNARD y a nosotros”.

Si bien no hay nada confirmado con respecto a la venta del CeNARD o del Romero Brest, este lunes la Ciudad de Buenos Aires realizó la subasta del Tiro Federal Argentino, ubicado a pocas cuadras. “Acá van a hacer un movimiento inmobiliario muy interesante para ellos. No para nosotros”, dijo López a ANCCOM.

Con este panorama, se inició un plan de lucha que, en primer lugar, busca darle visibilidad a la problemática. Mercedes Semhan, vicerrectora del ISEF n°1, lleva adelante una convocatoria virtual en la plataforma change.org –la misma por la que trascendió la noticia del traslado– para juntar firmas en defensa del Instituto. En dicha publicación, Semhan menciona lo mucho que les costó obtener ese predio lindero al CeNARD y que ese sacrificio ‘‘no puede borrarse en base a otros intereses’’. La convocatoria ya posee más de 62.000 firmas.

Dos jóvenes sentados en el primer piso del edificio en disputa y un cartel que dice "no al traslado, no a la UNICABA"

‘‘Fue vergonzosa la forma en la que nos enteramos. Ese día no se hablaba de otra cosa en las aulas’’, afirmó Mariana, integrante de la conducción del Centro de Estudiantes.

La casa de estudios fue fundada en el año 1906 y fue la primera institución de Latinoamérica en otorgar título de Educación Física. A principios de los noventa todavía no contaba con un espacio propio. “Hasta 1994, 1999 hecho efectivo, estuvimos en un montón de lugares de prestado. Este es el primer predio nuestro. Fue cedido para Educación”, contó López sobre el terreno que perteneció al Club YPF. Con el objetivo de formar profesionales de la enseñanza y técnicos superiores del campo del deporte, el Romero Brest cuenta hoy con unos 2.000 alumnos.

Muchas de las construcciones que se hicieron en él todavía no llegan a los diez años. “Hay edificaciones nuevas que se entregaron en el 2014”, dijo Gabriela Sacristán, docente del Romero Brest. Y agregó: “Tirar instalaciones nuevas en un momento de la educación donde faltan edificios es pecaminoso. Consideramos que es un negocio inmobiliario”.

Según la docente, el traslado del Romero Brest es un ajuste “no sólo educativo, también sobre el espacio público”. El lugar de destino del Instituto sería el Parque Sarmiento, un predio de setenta hectáreas para actividades deportivas y recreativas que funciona en el barrio de Saavedra desde 1981.

Otros institutos de formación docente han manifestado su solidaridad, así como el Instituto Superior de Educación Física N° 2 Federico Dickens, también situado en Capital Federal. El reclamo también traspasó nuestras fronteras, ya que la rectoría recibió la adhesión por vía virtual del INEF de España, un referente mundial de las ciencias del deporte y la educación física.

“Hasta 1994, 1999 hecho efectivo, estuvimos en un montón de lugares de prestado. Este es el primer predio nuestro. Fue cedido para Educación”, contó María Teresa López

Por su parte, el estudiantado no es ajeno a los hechos. Tras la reunión en el Ministerio, el Centro de Estudiantes convocó a una asamblea en las que se debatió un plan de acción, y entre las posibilidades circula la idea de tomar el instituto por tiempo indeterminado.

‘‘Fue vergonzosa la forma en la que nos enteramos. Ese día no se hablaba de otra cosa en las aulas’’, afirmó Mariana, integrante de la conducción actual y única lista del Centro de Estudiantes. Es un hecho que, a raíz del proyecto UniCABA, aumentó significativamente la participación y la militancia estudiantil en el ISEF N°1, pero es difícil lograr un compromiso colectivo. ‘‘Cuesta interpelar e involucrar a los pibes. Somos futuros docentes, y tenemos que hacer llegar a esa idea a los estudiantes y al afuera’’. Con respecto a la asamblea del pasado jueves, que contó con un gran número de presentes, opinó que fue útil ‘‘para saber cómo estamos parados los estudiantes frente a esta situación y con qué fuerza contamos para llevar adelante una toma’’.

Sin embargo, el sector estudiantil de la institución presenta posturas divididas sobre los métodos de protesta. Hay grupos que no apoyan la toma debido a la consecuente pérdida de clases, que pone en riesgo la continuidad del año académico completo. ‘‘A los que trabajamos además de estudiar, nos mataría perder este año, se alarga muchísimo la carrera’’, explicó Tatiana, estudiante de primer año. Algunos aceptan la medida pero sólo en última instancia, y creen que sería apresurado tomar ahora el profesorado: ‘‘No creo que tenga sentido hacer la toma ahora. Yo estoy de acuerdo, pero si la hacés ahora perjudicás a los ingresantes del año que viene, a los que egresan, incluso a todos los trabajadores docentes y no docentes que están acá todos los días. Hay que pensar que afecta a todos’’, opinó Owen, estudiante de segundo año.

Mercedes Semhan dijo que les costó obtener ese predio lindero al CeNARD y que ese sacrificio ‘‘no puede borrarse en base a otros intereses’’.

Con el dictamen firmado el pasado viernes, se votará la UniCABA en el recinto el jueves 22 de noviembre. Dado que hay mayoría de representantes del oficialismo – 34 legisladores sobre un total de 60 – es factible que la iniciativa se apruebe. Para ese día se espera un paro docente que abarcará todos los niveles de enseñanza y los estudiantes del Romero Brest, junto con los otros 28 profesorados, se movilizarán a la Legislatura.

La Pascana cumple seis años

La Pascana cumple seis años

Joven haciendo pasta casera en La Cooperativa La Pascana “El 3 de diciembre del 2012 vinimos a trabajar y encontramos que el dueño –Hugo Landesman- no aparecía y que la puerta no se abría”, relata Ana Nuciari, presidenta de la cooperativa La Pascana. A partir de ahí, a medida que los trabajadores iban llegando a su lugar de trabajo, la desesperación aumentaba. Ante esta situación, decidieron preguntarle al portero vecino si había visto algo y él les informó que esa noche habían estacionado un camión de mudanzas donde fueron cargando un montón de muebles e instrumentos de cocina  del local. Los trabajadores juntaron coraje y miraron por unos agujeritos que había en una de las puertas: “En ese momento nos dimos cuenta que no había nada adentro”, afirma Ana Nuciari.

Después de dudar un rato, todos se pusieron de acuerdo y decidieron tirar la puerta abajo. “Al entrar nos pusimos a llorar. Se habían llevado toda la mercadería de las heladeras y del sótano. También el freezer que era en comodato de los helados. Dejaron muy pocas cosas como ollas pinchadas y deterioradas”, cuenta la presidenta de La Pascana. A casi seis años de ese momento, sus ojos todavía se llenan de lágrimas. Nunca se habían imaginado que esto podía pasar ya que tenían una relación muy cercana con Landesman: “Lo único raro que notamos fue que no compraba más mercadería ni arreglaba el local. Por eso, le habíamos pedido que nos deje colaborar pintando y poniendo luces nuevas”, reconoce Ana Nuciari.

“Ese día no sabíamos que hacer, estábamos todos muy tristes. A las 12 empezaron a sonar los teléfonos del delivery. Primero le explicábamos a los clientes lo que había pasado y después decidimos empezar a hacer algo para llevarnos un poco de plata porque no habíamos cobrado noviembre”, recuerda Ana Nuciari. Desde ese momento, el trabajo de los hasta entonces empleados de La Pascana cambió. Sin querer y sin haberlo pensado antes comenzaron a construir una cooperativa que hoy en día lucha por subsistir.

Primero, reunieron una vaquita para empezar a producir algo que les deje una ganancia, al menos para ese día. Ana Nuciari destaca la solidaridad de algunos proveedores que les donaron mercadería. Eso también los ayudó a afrontar los primeros momentos. “Ese día, con lo poco que pudimos fabricar vendimos 1.800 pesos de caja”, dice la presidenta de la cooperativa.

«Los primeros años fue complicado cambiar el chip. El ser humano no está preparado para autogestionarse, para ser colaborativo, para tener paciencia, para saber escuchar ni para ceder su lugar», dijo Ana Nuciari.

De los 22 los trabajadores que tenía La Pascana antes de cerrar, en la cooperativa quedaron 13 y el servicio de delivery no estaba tercerizado como lo está ahora. Entre sus integrantes, Ana Nuciari (presidenta), Alexis Richter (secretario) y Verónica Oño (tesorera) son los que llevan adelante la conducción. A pesar de todas las dificultades que atraviesan, prefieren la cooperativa antes que el trabajo en relación de dependencia: “Es algo a veces difícil pero ya no pienso en otra cosa. Los primeros años fue complicado cambiar el chip. El ser humano no está preparado para autogestionarse, para ser colaborativo, para tener paciencia, para saber escuchar ni para ceder su lugar. Fue una tarea y lo sigue siendo ya en mucha menor escala y de una manera mucho más saludable”, sostiene Ana Nuciari.

“Yo prefiero la cooperativa por la manera tranquila de trabajar, porque le dedico horas a algo que es de todos los trabajadores, no sólo por un sueldo”, agrega Alexis Richter, el secretario.

Otro de los momentos difíciles fue comunicarle y explicarle a la familia la manera en que iban a trabajar. “A mí me dijeron que estaba loca, que salga corriendo urgente a buscar otro trabajo. Pero yo, como siempre, hice lo que quise”, admite Ana Nuciari que trabaja desde 1997 en La Pascana. Con los ex dueños, su rol era de moza. Alexis Richter era pizzero, tarea que sigue realizando. Durante 2012 se fue para realizar un proyecto propio pero, como no resultó como esperaba, volvió cuatro años después. “La familia te dice que vayas a buscar un trabajo en serio, eso es un poco lo que nos pasa a todos. Mi señora una vez que vino acá entendió la diferencia en la forma de trabajar y ahora no sólo me apoya sino que también colabora”, asegura Alexis Richter.

En marzo del 2013 lograron transformarse formalmente en cooperativa, luego de que el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) le tomara testimonio a cada uno de sus integrantes.

En cuanto a la parte legal, la primera acción que tuvieron los trabajadores fue llamar  a la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) para asesorarse. Al principio les llevaron platos y cubiertos pero decidieron no participar más cuando les dijeron que iban a ser una cooperativa. “Decidimos ser una cooperativa porque era la única opción. Todos éramos empleados”, destaca Ana Nuciari.

En marzo del 2013 lograron transformarse formalmente en cooperativa, luego de que el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) le tomara testimonio a cada uno de sus integrantes. Ya con eso establecido pudieron tener matrícula, CUIT y cuenta bancaria que les permitió comenzar a funcionar como Cooperativa La Pascana.

En relación a la propiedad, gracias a la buena voluntad del dueño, la pudieron continuar alquilando. Hoy en día, por el aumento constante, les cuesta pagarlo. Es algo que les preocupa y que quieren solucionar para poder continuar trabajando. Por eso, casi todos los meses, realizan la Cena Solidaria, su evento más importante, para poder juntar fondos y saldar las deudas del alquiler. La próxima fecha exacta será difundida por las redes sociales, donde también publican promociones y novedades.  En la Cena Solidaria realizan sobre todo pizzas y pastas, que son sus especialidades. La gente no sólo se acerca a cenar rico sino también a colaborar. Participan todos los trabajadores, aunque no sea su turno, porque es una fecha muy especial. También ya comenzaron a pensar lo que harán para festejar su sexto cumpleaños, el 3 de diciembre de este año, donde seguramente globos y guirnaldas junto a muy buenos platos serán los protagonistas.

“Yo prefiero la cooperativa por la manera tranquila de trabajar, porque le dedico horas a algo que es de todos los trabajadores, no sólo por un sueldo”, dijo Alexis Richter.

Tanto Ana Nuciari como Alexis Richter hacen hincapié en lo difícil que es mantener una cooperativa y sobre todo si es recuperada ya que se le suma otra complicación de hacerse cargo de la empresa de un día para el otro. “En épocas de crisis es muy costoso, porque la cuestión no es solo pagar los servicios, también es sostener el ánimo de los compañeros que no están cobrando o que obtienen menos del salario mínimo. Eso es muy triste, porque al ser la representante legal, todas estas familias están a mi cargo y por más que si hay un error no es mío, sino de todos, me lo facturan a mí”, explica Ana Nuciari. Y agrega: “Ahora nos sentimos con un estrés y en un compromiso mucho más fuerte y mucho más difícil. Hay que optimizar los recursos, hay que ser colaborativos, hay que ser más cuidadosos con la mercadería. En un momento de crisis cuesta mucho enfocar y el que es elegido para conducir, tiene la dura tarea de corregir a sus pares cuando están metiendo la pata”.

Además de las dificultades, sobre todo, por el aumento de precios de los servicios y la mercadería, se les suma la superpoblación de lugares gastronómicos que hay en esta zona de Palermo Hollywood. Antes de convertirse en cooperativa, Ana Nuciari asegura que había una hora y media de cola para ingresar al local porque no tenían tanta competencia.

Tanto Ana Nuciari como Alexis Richter consideran que es clave, para llevar adelante a La Pascana, la buena relación entre sus integrantes. A pesar de que siempre hay cambio de opiniones, como en todo grupo humano, tratan de llevarse lo mejor posible para que la cooperativa funcione.