Presentan un proyecto para declarar monumento histórico a la Parroquia San Patricio

Presentan un proyecto para declarar monumento histórico a la Parroquia San Patricio

En ella se perpetró la masacre de cinco religiosos de la comunidad palotina a manos de represores de la última dictadura militar. El lunes ingresa la iniciativa al Congreso.

Este lunes se presentará en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley para declarar Monumento Histórico Nacional a la parroquia San Patricio de Belgrano, donde se perpetró la masacre de cinco religiosos de la comunidad palotina a manos de represores de la última dictadura militar. El proyecto es impulsado por los diputados Eduardo Valdés, Sabrina Selva y Ricardo Herrera.

El 4 de julio de 1976, un grupo de represores ingresó a la parroquia y asesinó a los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Dufau y a los seminaristas Salvador Barbeito Doval y Emilio Barletti. Además, colocaron alrededor de los cadáveres una imagen de Mafalda señalando el “palito de abollar ideologías” de un policía, y escribieron en las paredes del templo: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes” y “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos. Viva la Patria”.

El proyecto para preservar el patrimonio cultural de la parroquia es una iniciativa conjunta impulsada desde al año pasado por Eduardo Valdés, Mónica Capano, quien hasta hace poco fue presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos (CNMMLH), el fundador de Palotinos por la Verdad, Memoria y Justicia, Ramiro Varela, y por el párroco a cargo de San Patricio, Juan Sebastían Velasco. Este año, a través de un decreto del gobierno nacional, la CNMMLH dejó de ser un ente autárquico y se trasladó a la Secretaría de Cultura, donde funciona como unidad organizativa.

Varela, en conversación con ANCCOM, expresa sus expectativas respecto a la aprobación del proyecto, al tratarse de un sitio con una fuerte carga simbólica: “Es el lugar donde aconteció el mayor atentado contra la Iglesia Católica argentina, uno de los crímenes más emblemáticos del terrorismo de Estado y sus víctimas son cinco religiosos que están en proceso de canonización a partir de una causa canónica que inició el Papa Francisco en 2005, cuando todavía era Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires. La realidad es que los requisitos para que la parroquia reciba esta declaración están más que dados y más que fundamentados”.

La propuesta impulsada por Valdés es una forma de anclar la memoria al espacio público, pero también de mantener en la agenda la causa canónica y penal, dando cuenta del “evidente valor histórico que adquiere el complejo arquitectónico integrado por la parroquia San Patricio del barrio de Belgrano, su templo y su instituto parroquial, como así también la necesidad de que el Estado nacional garantice su debida protección patrimonial”.

Sin embargo, Varela reconoce las dificultades frente a un gobierno desinteresado por los derechos humanos y la proliferación de discursos negacionistas: “El contexto es difícil y no ayuda en absoluto, es sumamente adverso. Hoy es de público conocimiento el vaciamiento de políticas de Memoria, Verdad y Justicia por el Estado nacional, un ejemplo claro de ello es la degradación de la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría y el despido en masa de los trabajadores que formaban parte de ella. Es muy adverso el panorama en todo sentido, pero no por ello vamos a claudicar nuestro reclamo de justicia, la búsqueda de la verdad y la construcción de la memoria”.

A 49 años de la masacre, la causa judicial sigue abierta. A lo largo del tiempo, se impulsaron diversas iniciativas en el espacio público para mantener presente el recuerdo de los cinco religiosos asesinados y reforzar el reclamo de justicia. Entre ellas se destacan la declaración de la parroquia como patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires por parte de la Legislatura porteña, el agregado de la denominación “Mártires Palotinos” a la estación Echeverría del Subte B, y la colocación de baldosas conmemorativas en la vereda del templo.

En la víspera del aniversario, Varela y el abogado Pablo Llonto presentaron un escrito para pedir que se cite a declarar a los funcionarios judiciales y policiales que encubrieron los asesinatos. Señalan especialmente al primer juez de la causa, Guillermo Rivarola, y a los efectivos de la Comisaría 37, que en ese momento estaba a cargo del oficial ayudante Miguel Ángel Romano, acusado de haber liberado la zona para que pudiera cometerse la masacre. Actualmente, la causa está en manos del juez Daniel Rafecas, quien la investiga como parte de los crímenes cometidos por Coordinación Federal, dentro de la Megacausa del Primer Cuerpo del Ejército.

Respecto al escrito, Varela afirma: “A partir de esta presentación que acabamos de efectuar esperamos que el juzgado actúe con celeridad y prontamente, y finalmente estas personas sobre las cuales estamos haciendo el pedido sean llamadas a indagatoria para que respondan por su responsabilidad en lo que tiene que ver con el hecho.”

Por el 49° aniversario de la masacre de San Patricio se llevarán a cabo una serie de actividades que incluyen la colocación de una baldosa en memoria de Alfredo Kelly en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Suipacha, y una misa presidida por Monseñor Alejandro Pardo en la Parroquia San Patricio, hoy desde las 19:30. Además, el sábado a las 17 se realizará una función especial de la obra El crimen de San Patricio, de Elba Degrossi en la Casa por la Identidad en el Espacio Memoria y Derechos Humanos ex ESMA, con entrada libre y gratuita. La jornada culmina el lunes a las 18 con la presentación del proyecto de ley en el auditorio de la Cámara de Diputados.

La Legislatura porteña declaró de interés cultural a la parroquia San Patricio

La Legislatura porteña declaró de interés cultural a la parroquia San Patricio

En ella se cometió el mayor acto de terrorismo de Estado contra miembros de la Iglesia católica. La causa judicial que investiga los cinco asesinatos aún está abierta.

La parroquia San Patricio, ubicada en el barrio de Belgrano, donde se perpetró la masacre de cinco religiosos durante la última dictadura militar, fue declarada patrimonio cultural por parte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. El proyecto fue impulsado por el legislador Claudio Ferreño.

El 4 de julio de 1976, un grupo de represores ingresó a la parroquia y asesinó a los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Dufau y a los seminaristas Salvador Barbeito Doval y Emilio Barletti. Además, colocaron alrededor de los cadáveres una imagen de Mafalda señalando el “palito de abollar ideologías” de un policía, y escribieron en las paredes del templo: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes” y “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos. Viva la Patria”.

 “Nosotros venimos trabajando la causa en sus distintas aristas -expresó Ramiro Varela, fundador de la agrupación Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia- , y la colocación de la placa que la declara patrimonio cultural fue un acontecimiento más dentro de la construcción de la memoria. Es importante dejar huellas en el espacio público porque continúan dando testimonio de lo que aconteció, mantiene viva la llama de la memoria, pero también presiona en la búsqueda de verdad y el reclamo de justicia. A nosotros nos moviliza el reclamo de justicia, porque esta causa no es solo de la comunidad palotina, sino de toda la sociedad. Fue el mayor hecho de sangre cometido contra la Iglesia católica en Argentina, y es uno de los crímenes más resonantes que perpetró el terrorismo de Estado”. A 48 años de la masacre, la causa continúa en etapa de instrucción, sin responsables identificados ni condenados.

La causa que investiga los crímenes se inició horas después de los asesinatos, bajo la instrucción del juez Guillermo Rivarola, con la intervención del fiscal Julio César Strassera. En octubre de 1977, el caso fue cerrado a pedido del fiscal. En agosto de 1984, la causa se reabrió por solicitud de la congregación palotina, y el expediente quedó a cargo del juez Néstor Blondi. En 1986, el fiscal Aníbal Ibarra procesó a dos efectivos de la Comisaría 37 por considerarlos partícipes necesarios al liberar la zona para la masacre: al entonces comisario Rafael Fensore y al oficial principal Miguel Ángel Romano, por ese entonces jefe de calle. Sin embargo, en 1987 la medida quedó sin efecto por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y Blondi clausuró la instrucción.

La causa entró en punto muerto durante 18 años, hasta el 2005, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró la inconstitucionalidad de las leyes que garantizaban la impunidad de los represores. En ese año, se incluyó en la Megacausa ESMA, ya que dos sobrevivientes del excentro de detención, tortura y exterminio declararon haber escuchado al represor Antonio Pernías atribuirse la masacre junto a otros miembros del grupo de tareas 3.3.2. Varela afirmó: “Para nosotros siempre fue una línea de investigación un tanto inverosímil tomando en cuenta el modus operandi. Dejar los cuerpos en el lugar no se correspondía en absoluto con la forma de operar que tenían los marinos de la ESMA, que secuestraban para extraer información, y luego los aniquilaban a través de los vuelos de la muerte u otra metodología, pero nunca ejecutaban a alguien y lo dejaban en el lugar”.

En 2005, el juez Sergio Torres, a cargo del expediente ESMA, ordenó medidas de prueba y tomó declaraciones, incluso dictó el procesamiento de 18 marinos. Sin embargo, la Cámara Federal porteña revocó los procesamientos en 2006 y 2007 por falta de mérito. Varela afirmó que Torres no terminó de avanzar porque estaba siguiendo una línea de investigación errada, y compartió: “Nosotros siempre creímos que los responsables fueron de la Policía Federal. Dos días antes de la masacre estalló una bomba en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, y cuando se produjo la masacre de San Patricio se encontraron pintadas que hacían referencia a ese hecho. El modus operandi, la fecha, las pintadas y el cuadro de Mafalda de alguna forma pueden tomarse como una suerte de firma de autor del hecho. Nosotros tenemos como más plausible la línea que apunta hacia los efectivos de la Policía Federal, o miembros no oficiales de ella que formaron parte de la estructura represiva”.

En 2022, el juez Sebastián Casanello incorporó a Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia a la causa como amicus curiae, lo que les permitió aportar información de valía y sus investigaciones al expediente. La causa pasó de Casanello a Ariel Lijo, quien tras el testimonio de un arrepentido del centro clandestino de detención de Coordinación Federal, que afirmó haber escuchado a un miembro de la patota que operaba allí atribuirse la responsabilidad del hecho, decidió deslindar su competencia sobre la masacre palotina dentro de la Megacausa ESMA. De esa forma, la causa llegó al juez Daniel Rafecas, que actualmente investiga el hecho como parte de los crímenes de Coordinación Federal, en el marco de la Megacausa del Primer Cuerpo del Ejército.

Pablo Llonto, abogado querellante de la Causa Palotinos, confirmó a ANCCOM que, hasta el día de hoy, no hay responsables identificados del grupo de tareas culpable de los asesinatos, pero sí de los partícipes necesarios, aunque no están condenados. Además, el abogado sostuvo en la Mesa de Discusión Institucional y Social que es necesario profundizar la investigación sobre los pedidos de “zona liberada” que recibían sistemáticamente las comisarías de la Policía Federal durante esa época, dado que este accionar era frecuente y estuvo presente en otros crímenes perpetrados por las fuerzas en el mismo año.

Para concluir, Varela destacó: “Si bien la causa no termina de reactivarse, estamos en la mejor posición que podríamos haber llegado a estar a lo largo de todos estos años. Tenemos mucha expectativa, no obstante le pedimos al magistrado que haya mayor celeridad en la instrucción, porque el peligro es la impunidad biológica, ya que los culpables empiezan a envejecer y mueren impunes, sin pagar por sus responsabilidades. Por eso, le pedimos a Rafecas que acelere la instrucción, cite a indagatoria a los efectivos de la Comisaría 37 que siguen vivos y que actuaron en esa dependencia policial al momento del hecho, ya que podrían tener alguna responsabilidad. Estamos a la expectativa de que parte de los responsables, al menos los que liberaron la zona, paguen por su accionar y den explicaciones en la justicia”.

“Los derechos humanos deben ser una expresión activa y comprometida”

“Los derechos humanos deben ser una expresión activa y comprometida”

Unas 1500 personas participaron virtualmente del 4to. Encuentro Federal de Derechos Humanos que se realizó el sábado 7 de noviembre. De las once mesas de debate conformadas por juristas, sociólogos y referentes sociales, las que tuvieron más convocatoria fueron las que analizaban la violencia institucional, los juicios de lesa humanidad e identidades, según informaron los organizadores.

El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, destacó que este espacio fue creado durante el gobierno de Mauricio Macri “en contraposición al Consejo Federal de Derechos Humanos del neoliberalismo”, en un momento en el cual «no se podían articular políticas». El funcionario subrayó que es imperioso “recuperar los estándares de derechos humanos que tenía la Argentina. Este encuentro recupera una necesidad impostergable de poner al federalismo en primer plano», afirmó.

Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación.

Otra de las intervenciones en la apertura estuvo a cargo de Nayla Bosch, secretaria de Derechos Humanos y Géneros del Chaco, quien sostuvo que la generación de la que es parte, la “de las nietas”, está completamente atravesada por los feminismos. “Es algo que nos constituye: sabemos que no hay política de derechos humanos sin política de género”. La socióloga Dora Barrancos, retomó las palabras de Bosch para celebrar los avances en materia de políticas de género y equidad como el Plan Nacional contra las violencias con motivos de género y el programa Acompañar. Éste último otorga una prestación económica a mujeres y disidencias para cubrir los gastos esenciales de organización y desarrollo de un proyecto de vida autónomo y libre de violencias, al mismo tiempo que intenta fortalecer las redes de acompañamiento.

Dora Barrancos.

Sin embargo, Barrancos advirtió que “no se ganaría mucho con el plan sino hacemos una reconstrucción rigurosa de la justicia en este país. Uno de los problemas fundamentales está en la actual organización y administración de la justicia. No es novedad que el sistema judicial está en crisis”. En referencia a la deuda que mantiene el actual gobierno con el tratamiento del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo –cuyo envío al parlamento se anunció el lunes pasado–, recalcó la necesidad de que sea ley: “Necesitamos que este derecho sea conquistado porque se trata de resolver la autonomía fundamental de las personas gestantes. No puede haber derechos humanos consagrados en plenitud sin esta imposibilidad de autodeterminación”, aseguró.

Otro tema preocupante, reflejado en el Encuentro, es el aumento de la violencia institucional durante la pandemia. Según un informe realizado por Amnistía Internacional se registraron alrededor de 30 casos de maltrato policial. Raúl Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema de Justicia, reflexionó al respecto: “El neoliberalismo va totalmente a contramano de los derechos humanos y por eso cualquier cosa que hagamos para contener la violencia institucional va a ser mostrada como que estamos protegiendo delincuentes”, expresó. “Nos encontramos ante un fenómeno de reproducción de violencia y del delito –añadió–. En una sociedad donde un 30 por ciento están incluidos y un 70 por ciento excluidos, el delito es funcional porque mientras los barrios precarios reclaman más inclusión y se pelean entre ellos, se debilita el sentimiento de comunidad: no hay organización, ni resistencia. El control de la exclusión que se hace en América latina es a través de la introducción de contradicciones”.

La situación carcelaria también fue objeto de debate debido a las voces de alarma sobre la violencia penitenciaria durante el aislamiento, de hecho la semana pasada se vivieron motines en distintos penales de la provincia de Buenos Aires. Si bien el reclamo principal estaba orientado a la reanudación de visitas, el conflicto se desató a raíz de un cúmulo de demandas sin atender. Zaffaroni se refirió a la superpoblación en las prisiones y a las condiciones en que se encuentran en toda la región, que generan un orden interno en el que comienzan a jugar lógicas criminalidad y reducción a servidumbre.

Estela de Carlotto.

Al cierre del encuentro, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, remarcó la importancia que los derechos humanos no deben ser sólo una palabra sino una expresión activa y comprometida que involucre otros derechos: a la vivienda, al trabajo, a la salud, a la educación y a vivir dignamente. “Debemos asegurarle esto a las personas que hoy son pobres en este país tan rico. Las Abuelas tenemos experiencia y nos ofrecemos para todo aquello que sea necesario participar colectivamente”, concluyó.

Resistencia gorda

Resistencia gorda

Mujer parada en una esquina con los brazos cruzados mirando a la cámara.

Una mujer gorda mirándose en un espejo, atravesada por rayas de colores que rozan la psicodelia habita la tapa del libro Gorda vanidosa y sintetiza con precisión lo que transmite cada página. Así, con toda la carne y sobresaliendo sin pudor entre todas las demás, Lux Moreno –en su primer libro- expone a la vanidad como herramienta de resistencia desde el activismo gordo, en una sociedad que propone e impone corporalidades a las que nunca se llega. Sabe lo que le costó construirse, y por eso la gorda vanidosa no agacha la cabeza, te mira fijo y te grita que de este sistema especialista en expulsar no se salva nadie.

En el camino nada fue fácil. Atravesó distintas corporalidades, llegando a la anorexia y crisis anímicas por una nula autoaceptación. Pero en 2013 dijo “basta para mí” y pateó los mandatos. Astutamente no los dejó ir muy lejos, porque en esta mixtura de autobiografía con un vasto marco teórico los desmenuza con una precisión no apta para condescendientes sociales.

¿Cómo comenzó el proceso de escritura?

En realidad me vinieron a buscar de la editorial Paidós. Me pidieron que escribiera un proyecto de libro sobre Crossfit, entonces lo hice desde una perspectiva de diversidad corporal y les gustó tanto que me terminaron pidiendo que escribiera sobre identidad corporal. La idea no era hacer un libro, ya que al venir de la Facultad de Filosofía, trabajo en un registro que es bastante académico. Por eso había que tomar algunas decisiones. Una fue armar un híbrido entre la perspectiva crítica del activismo gordo y el fat body positive, que es la parte más tibia de aceptación corporal que a mí no me interesa. Entonces lo que hice fue partir de mi experiencia, usando la primera persona para ir armando teoría al mismo tiempo. Así, la hilvané con una serie de dispositivos de control, que tienen que ver con el modelo médico hegemónico, los estereotipos de belleza, las tecnologías sobre el cuerpo como el deporte y los modos de reconocimientos: el gran problema del sistema de consumo.

La intersección de esas variables es la brújula que guía todo el libro, y demuestra que su relato no se puede considerar universal. ”Más allá de que haya varios libros sobre experiencias personales de gordas, el tema es que el hecho de ser una gorda que vive en Latinoamérica, en Argentina y de determinada clase social, también dice un montón de otras cosas”, amplía la autora. Por estos motivos, su relato impulsó a que otros quieran contar sus historias desde sus particularidades, o le agradezcan por “al fin” hablar del tema desde este enfoque, convirtiéndolo en una herramienta liberadora.

La autora con los brazos cruzados mirando a la cámara de frente, con una foto de una niña detrás.

La autora Lux Moreno presenta su primer libro Gorda vanidosa, en el que se posiciona en el activismo gordo y propone la vanidad como resistencia.

¿Qué es en tu vida el activismo gordo?

Ser activista gordo tiene que ver con denunciar los estereotipos corporales, y de hecho mi preocupación casi obsesiva sigue siendo el registro del cuerpo, no ser más o menos gorda. También qué pasa socialmente con esas representaciones que tenemos del cuerpo, que hoy en día lo que tenemos es el cuerpo como mercancía, y la idea es preguntarse ¿cómo llegamos a eso, si es un tipo de alienación súper violenta y solo valida una serie de jerarquías? En este caso es: si no sos súper delgado no accedés a la categoría de éxito. Mucho tiene que ver con que yo soy gorda desde que tengo uso de razón. Me hacían mucho bullying. Pasé por lugares más sombríos y oscuros como la anorexia y la bulimia, y quizás fue cuando tenía un cuerpo “correcto” y la presión era terrible. De hecho, ahora me tuve que hacer un bypass gástrico, por la enfermedad de reflujo y bajar de peso no es para mí algo cómodo. Bajo de peso y digo “ay la puta madre, la ropa me queda grande”. Yo voy a ser gorda hasta el día que me muera, aunque baje de peso, porque tengo la marca de la ex gorda. Es una identidad en la que yo me pude reafirmar subjetivamente. Recuerdo que en una nota me preguntaron qué hacía cuando salía de mi casa para sentirme bien. Y yo no hago nada: lo único que hice fue mandar a la mierda todos los mandatos. Por eso la figura resistencial es la gorda vanidosa. Un día me di cuenta de que no había que hacer nada, yo era genial así como era, no me tenía que andar disculpando por ser gorda, o pidiendo perdón por sacarte un poco de asiento en el colectivo. ¿Por qué no ser un gordo vanidoso? ¿Tengo que ser la gorda simpática, la gorda buena onda? ¡Ni en pedo!

El libro lo escribió a gran velocidad trabajando en una oficina full time. Gran parte fue llevada al papel en viajes rutinarios de colectivos o huecos temporales entre las obligaciones. En solo dos meses Lux le dio el cierre a su primer libro. Ella lo relaciona con lo aceitada que tiene la problemática ya que da clases y está escribiendo su tesis de maestría sobre identidad corporal. De todas maneras, no deja de ser poco tiempo, como si de transmitir un mensaje urgente y necesario se tratase. ”La idea era que fuese un texto amigable para quien hace teoría, pero también para quienes no y tengan ganas de acceder a una temática como es la diversidad corporal y el activismo gordo. No quería algo que fuera críptico enunciativamente, y la verdad que lo que es difícil es escribir fácil”, explica la escritora y sin dudas lo logra. El texto llega en su totalidad a quienes se dejan atravesar por sus relatos personales que interpelan y desnaturalizan la cultura, como también a quienes se aferran a autores como Gilles Deleuze y Michel Foucault, porque el marco teórico es el que sostiene y hace crecer todas sus experiencias narradas.

Mujer mirando a la cámara con las manos en la cintura.

«Yo voy a ser gorda hasta el día que me muera, aunque baje de peso, porque tengo la marca de la ex gorda», dice Lux Moreno.

¿Cuáles fueron las expectativas a la hora de escribirlo?

Aunque suene medio berreta, pasó eso de tirar un mensaje en una botella al mar y ver qué pasa. Y siento que por ahora muchas cosas. No tenía la expectativa de que me reconozcan por el libro que hice, pero yo no me achico ante ninguna crítica porque siento que mi opinión es algo válido. Aunque sea conjetural teórica o lo que fuere, siento que construí una voz dentro del activismo gordo y desde un lugar muy particular. Quizás era eso lo que más me interesaba: empezar a atravesar fronteras. Porque el gueto es re-cómodo y divertido pero llega un punto que te hincha las bolas.

El abrazo científico

El abrazo científico

Tras el anuncio del presidente Macri de eliminar trece ministerios, entre ellos el de Ciencia y Tecnología, el pasado 3 de septiembre diversas agrupaciones estudiantiles y organizaciones sindicales –como ATE y FEDUBA– junto a científicos autoconvocados realizaron un abrazo al edificio de Godoy Cruz 2320, donde funcionaba la cartera, como forma de protesta contra la decisión gubernamental. Luego, marcharon hacia la Avenida Santa Fe, donde también se expresaron en contra del ajuste.