Proyectorazo por la crisis ambiental

Proyectorazo por la crisis ambiental

El movimiento Fridays for Future comenzó a tomar fuerza en Argentina en 2019.

El próximo 25 de septiembre jóvenes activistas climáticos de todo el mundo realizarán 2.500 acciones para reclamar medidas urgentes ante la crisis ambiental que sufre el planeta. Para anunciar la campaña, el viernes último seis jóvenes de distintas partes del mundo participaron de una conferencia virtual en la que expusieron sobre la situación de sus países y regiones y adelantaron algunas de las actividades que realizarán pasado mañana, cuando millones de personas se manifiesten de manera virtual y presencial para demandar acciones ecológicas urgentes. 

Los participantes fueron ciudadanos de países pertenecientes a poblaciones y áreas más afectadas (MAPA, por sus siglas en inglés). Estuvieron representadas Kenia, a través de Kevin Mtai; India, por intermedio de Disha A Ravi; Colombia, con la participación de Laura Verónica Muñoz; Filipinas, con la exposición de Mitzi Jonelle Tan y Argentina, en la voz de Eyal Weintraub. Fue la primera vez que los integrantes de MAPA realizaron, en conjunto, su símbolo de solidaridad, que consiste en formar un puño juntando las dos manos. 

Los cinco activistas estuvieron acompañados por Greta Thunberg, la adolescente sueca que inspiró a luchar a los jóvenes del mundo desde la organización Fridays For Future, y la moderación del evento estuvo a cargo de la argentina Nicole Beker, cofundadora de Jóvenes por el Clima. 

Los asistentes virtuales alentaban a los oradores en la sección de comentarios de Youtube con mensajes como: “Fuerza Colombia”, “Ecología popular en todo el mundo”, “A construir patria sin fronteras”, “La regeneración ambiental empieza con justicia”, o “El 25 salimos a las calles”.

Inundaciones en África

El activista Kevin Mtai comenzó su discurso manifestando que la crisis climática está teniendo un gran impacto en su comunidad. “Todos los años nos enfrentamos a inundaciones. El continente que menos contamina es el que más sufre el impacto del cambio climático”.

Comentó que la semana pasada, en Sudán, las inundaciones causaron la muerte de más de cien personas obligando al gobierno a declarar el estado de emergencia. También comunicó que en una pequeña isla de Mauritania hubo un derrame de petróleo muy destructivo para los animales y la población. Dijo que un investigador de Greenpeace difundió que su país está siendo potencialmente sometido a más plástico a través de un acuerdo con Estados Unidos: “La empresa estadounidense American Chemistry Council quiere deshacerse del plástico en nuestro continente, especialmente en Kenia”.

Represión en India

Disha A. Ravi, cofundadora de Fridays for Future India,comenzó denunciado que mientras en muchas partes del mundo se celebra el activismo climático de los jóvenes, en su país sus voces están siendo reprimidas. Acto seguido, comentó que el gobierno indio modificó la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) del 2016 por un nuevo borrador que quita el derecho democrático de las personas a oponerse a proyectos destructivos para el medio ambiente.  “Esto les otorga el derecho a construir una infraestructura ambientalmente destructiva sin consulta ni objeciones públicas. Le quita el poder a la gente y empodera a las corporaciones”. 

Desde Fridays for Future India lanzaron una campaña digital para enviar objeciones por correo electrónico y el sitio web fue retirado y se los calificó a través de la Ley de Prevención de Actividades Ilegales (UAPA) como terroristas y antinacionales. “La pandemia ya había limitado nuestra capacidad de protesta, pero el ataque del gobierno a nuestra plataforma digital nos quitó la poca voz que nos quedaba”, expresó. Finalmente, contó que trabajaron con los mejores abogados del país y lograron que les den la razón.  “Nuestro sitio web fue restaurado y los cargos fueron retirados, pero ¿qué significa esto para los activistas en la India? La notificación afirmaba que el envío de objeciones por correo electrónico iba en contra de la paz y la soberanía de la India. ¿Es la paz de la India tan frágil que un montón de niños que piden aire y agua limpios la amenazarían?”, se preguntó.

Ravi expresó que en su país más de veinte ciudades han sufrido inundaciones en lo que va del año, afectando a más de siete millones de personas. “No estábamos preparados para lidiar con las inundaciones y la pandemia al mismo tiempo”, manifestó. Finalizó advirtiendo que están luchando por su supervivencia.

 

Masacres en Colombia

La activista Laura Verónica Muñoz comenzó su oratoria diciendo que la violencia en su país es noticia todos los días. “El pasado mes de julio la organización Global Weakness reportó que Colombia es el peor país en el mundo para defender la tierra y los recursos naturales”, describió. La Oficina de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó que las masacres aumentaron desde hace dos años. Ocurrieron 29 en 2018, 36 en 2019 y 57 en lo que va del año. Muñoz confesó que lo más desesperanzador es que el gobierno no tiene voluntad política para frenar esta nueva ola de violencia. 

La joven colombiana insistió en la importancia del acuerdo de Escazú, un convenio regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe. “Si lo que nos imaginamos es un mundo sustentable en donde no haya lugar para la desigualdad, el primer paso en Latinoamérica y el Caribe es que todos los países adopten el acuerdo de Escazú. La sustentabilidad resulta de la armonía entre la economía, la sociedad y la naturaleza”. 

Con respecto a la pandemia, señaló que lejos de que el gobierno colombiano le diera más atención a aquellas comunidades que han sufrido las consecuencias por falta de garantías sanitarias, alimentarias y económicas, exacerbó la violación de sus derechos. 

Riesgo climático en Filipinas

Mitzi Jonelle Tan inició su discurso apuntando a Estados Unidos, China y específicamente a empresas como Exxon, Chevron y Shell. “Los estamos llamando. Ya es hora de que paguen reparaciones al pueblo filipino y a otros países afectados por las injusticias históricas”. 

Comentó que su país ocupa el segundo lugar en el último índice de riesgo climático global a pesar de que su contribución a las emisiones de dióxido de carbono es muy escasa. “Los menos afectados son los que más han contribuido a la crisis climática y al negacionismo climático, y ¿qué están haciendo? nada. Solo palabras vacías y promesas”.

Contó que recientemente, el movimiento climático filipino obtuvo una pequeña victoria luego de que la Comisión Filipina de Derechos Humanos confirmara que los contaminadores climáticos pueden ser considerados legalmente responsables de las atrocidades a los derechos humanos que han causado. Pero al mismo tiempo, expresó que los activistas aún están siendo silenciados por la represión gubernamental.  “Ahora tenemos la Ley Antiterrorista que amenaza con equiparar el activismo con el terrorismo. Cualquiera que se atreva a nombrar al gobierno por su inacción y opresión es llamado terrorista, incluso en la red social Facebook”, advirtió. 

La joven activista dijo que necesitan acciones climáticas centradas en las personas y no en las ganancias. “Cualquier político que no pueda priorizar estas necesidades, que renuncie ahora”. 

Extractivismo en Argentina

Eyal Weintraub, cofundador de Jóvenes por el Clima, abrió su discurso con una frase del escritor uruguayo Eduardo Galeano. “El subdesarrollo de nuestra región no es una fase de desarrollo, sino su consecuencia”. Dijo que desde la conquista de América “nuestro rol” en la división internacional del trabajo ha sido siempre el mismo. Proveemos al resto del mundo de recursos naturales y luego compramos sus productos.  “Exportamos litio y compramos baterías”.  

El joven argentino denunció que este ha sido unos de los peores años y que Latinoamérica está en llamas porque constantemente se están profundizando y reforzando medidas de extractivismo para incrementar las exportaciones y obtener más dólares. “La razón principal por la que siempre necesitamos dólares es que estamos constantemente endeudados”, explicó.

En Argentina se quemaron 175.000 hectáreas en lo que va del año. En el Amazonas se detectaron más de 65.000 focos de incendios y en México los incendios forestales afectaron a una superficie mayor a 300.000 hectáreas. 

Las palabras de Greta Thunberg 

La joven sueca sostuvo que en su país dicen que deben actuar ahora por los niños y el futuro de las generaciones, pero olvidan que hay personas que están muriendo ahora mismo por el impacto de la crisis climática. “Algunas jóvenes y yo tenemos el privilegio de ser escuchados y de hablar, mientras que en otras partes del mundo es ilegal”, denunció. 

Thunberg anunció que este viernes se van a manifestar por el clima de diferentes maneras, dependiendo de las restricciones de cada lugar. “Debemos mandar la señal de que esta crisis debe ser tratada como tal porque es una emergencia global y que hay que recordar que aquellos que son menos responsables de ella, son los que más la sufren”.

Termino señalando que hacer lo mejor que puedan en este momento no alcanza. “Tenemos que hacer lo imposible. Continuaremos luchando porque no hay otra opción. Es un problema de vida o muerte”. 

El reclamo de los enfermeros de la ciudad

El reclamo de los enfermeros de la ciudad

En medio de un sistema sanitario a punto de ser desbordado, enfermeros y enfermeras porteños reclaman un mayor reconocimiento del Estado, inclusión de la enfermería dentro de las carreras de salud de la Ciudad de Buenos Aires, denuncian falta de elementos de protección personal de calidad y  exigen una disminución de la jornada laboral.

Walter Benítez, licenciado en Enfermería, sostiene que el reclamo de base es la inclusión de la enfermería dentro de las carreras de los profesionales de la salud. “En la Ciudad de Buenos Aires no está incorporada, lo cual es incoherente, arbitrario y discriminatorio”.

La Ley 6035 de la Ciudad de Buenos Aires contempla como profesionales de la Salud a los médicos, odontólogos, obstetras, bioquímicos, farmacéuticos, psicólogos, psicopedagogía, fonoaudiologos, kinesiologos,  fisioterapistas, nutricinistas y terapias ocupacionales. También los  musicoterapeutas,  antropólogos,  trabajadores sociales, veterinarios, sociologos y especialistas en sistemas de información, de estadísticas para la Salud y  comunicadoares sociales. Pero no los enfermeros.

“El enfermero que está en terapia de 6 a 12 horas, e incluso más, cobra la mitad de sueldo que cualquier integrante de las carreras profesionales de la salud. Mientras que muchos de ellos no tienen relación directa con un paciente, los enfermeros nos exponemos a la Covid-19 y la muerte”, expone Benítez, quien trabaja en el Servicio de Neonatología del Hospital Pirovano desde hace 18 años.  Además, denuncia que, mientras a los que están incluidos dentro de la ley profesional se les reconoce como tarea riesgosa e insalubre, a ellos no. 

Benítez explica que es una decisión sin fundamentación y que a fines de noviembre de 2018, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) presentó un amparo para que se revea esta situación. 

 

Por otra parte, Daniela Scotto, licenciada en Enfermería que trabaja en el Área de Oncología del Hospital de Pediatría Garrahan reclama el reconocimiento de la profesión desde el ingreso al hospital -ya que para ingresar como Licenciada en Enfermería hay que concursar-, reconocimiento de área específica, reducción horaria y vacaciones profilácticas.

Elementos de protección personal

Benítez añade que, cuando comenzó la pandemia, al no contar con los elementos  necesarios, los trabajadores de la salud le realizaron una presentación judial al Gobierno de la Ciudad y a la ART para que el Estado se los brinde. “Dan un poco sí y un poco no. Al que reclama dentro del hospital que le den las cosas como corresponde y  tiene hecha la presentación judicial,  le dan elementos de mejor calidad. En cambio, a los que no reclaman, si pasa, pasa. No es casual que haya tanto personal de salud contagiado. En un momento no había nada, después había de mala calidad y ahora, por orden judicial, se ordena al Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y a la ART que nos den materiales de calidad” ”, explica.

Diego Munilla, licenciado en Enfermería, quien también trabaja en el Área de Oncología del Hospital de Pediatría Garrahan, sostiene que los reclamos han sido muy fuertes en cuanto a los elementos de protección personal.  Recuerda que en un primer momento hubo mucha controversia y que no se seguían ni siquiera los lineamientos ni de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni de los ministerios de Salud. “Habitualmente usamos barbijos para la habilitación de catéteres y para pacientes respiratorios, porque los niños oncológicos están muy inmunocomprometidos y tienen infecciones virales del aparato respiratorio de forma habitual. Cuando comenzó la pandemia, a falta de material, nos llegaron a decir que no usáramos barbijo para hacer esas prácticas. Nosotros nos negamos y exigimos que se nos del material para trabajar”, detalle Munilla, quien también trabaja en el SAME Provincia y es Técnico Radiólogo en el Ministerio de Defensa de la Nación. 

El alcohol en gel, que antes había uno en cada habitación, hoy también escasea. Y tanto los barbijos como los camisolines no son usados bajo un estricto protocolo. Cuenta que el camisón está mal empleado: atienden a todos los pacientes con el mismo y, cuando necesitan otro para algún paciente sospechoso, es muy engorroso que se lo entreguen en el momento. “Tenés que ir a pedírselo a una supervisora que tiene todo bajo llave”, detalla Munilla.  

También comenta que han tenido antiparras, anteojos de seguridad, máscaras de impresoras 3D de distintos tipos de calidades pero, para su trabajo, donde necesitan mucha precisión, como por ejemplo, al poner un acceso venoso (que ya cuesta sin protección porque las venas de los niños están muy deterioradas) todos esos elementos se empañan, entorpecen la visión y dificultan el trabajo. Por eso, para estar más tranquilo, decidió adquirir una máscara full face con filtros para gases que son para el ámbito industrial y que cumplen con las características de los barbijos tipo 3M que son los más reconocidos en el mercado, destinados al personal de la salud. 

Sobrecarga horaria

Mientras los médicos y  cualquier otro  profesional de la salud cuenta con una rotación de su  jornada laboral, los enfermeros sufren una sobrecarga horaria.  “Muchas veces, como falta personal, tenemos dos turnos en el día. No contamos con ese descanso sanitario para que nuestra jornada sea más reducida”, denuncia Benítez.

Por su parte, Munilla expone que bajó la cantidad de pacientes, pero aumentó la carga de trabajo a nivel enfermero-paciente por lo que implica la preparación de la protección. “Estamos trabajando el 30 o 50 % del personal de enfermería y hubo pocos ingresos, solo dos compañeras. Pero al no contar con experiencia en nuestro sector, además de la carga horaria y el estrés por la pandemia, uno tiene que ser pseudo- docente del compañero y eso complejiza la situación”, detalla. 

Munilla añade que uno de los reclamos más fuertes que tenían y, que se resolvió hace un mes, fue separar el personal en dos grupos e ir trabajar semana por medio. 

 

Hisopados

En relación a los hisopados, la enfermera Scotto señala que no se los realizan regularmente, a no ser que hayan tenido contacto con un paciente positivo. En conversación con ANCCOM, cuenta que un médico de su servicio dio positivo y que ni a ella, ni a los médicos que estuvieron en contacto estrecho, sin elementos de protección, los hisoparon. Solo los aislaron 15 días y volvieron a trabajar sin saber si se habían contagiado o no.  

Munilla, aclara que hoy todos los pacientes son casos sospechosos. “El niño oncológico es muy lábil y puede ingresar sin ningún síntoma de alarma y, a los minuto, levantar fiebre o comenzar con tos”. 

 

Salud mental

La Covid-19 tiene un gran impacto psicológico en el personal de la salud y, sobre todo, en los enfermeros. “Es trabajar ante a un nivel de estrés que no puedo explicar. Es agotador estar todo el tiempo pendiente de cumplir con todas las medidas. Con un paso que hiciste mal, podés contaminar la ropa o el material”, afirma Scotto. 

En algunos hospitales de la Ciudad de Buenos Aires hay reuniones organizadas por psicólogos y  psiquiatras para darle apoyo al personal de la salud. “En la Ciudad hay 34 hospitales pero eso sucede en cuatro o cinco”, detalla  Benítez.

Muchos enfermeros pidieron licencia psiquiátrica por la pandemia. “El personal de la salud es un ser humano que tiene sus miedos y temores, como cualquier otro”. El temor de muchas enfermeras que tienen hijos chicos es contagiarlos.  Por eso, muchas de ellas optaron por dejarlos al cuidado de algún familiar. 

“El tema no es la pandemia. El tema es cómo se comporta el Estado con el personal de la salud. A fin de cuentas, somos los enfermeros los que estamos en atención directa con el paciente y no estamos siendo reconocidos, no por la sociedad, sino por la Ciudad de Buenos Aires”, concluye Benítez.

Solidaridad en tiempos de coronavirus

Solidaridad en tiempos de coronavirus

Cuerdas solidarias ya donó 200 mascarillas.

Ningún sistema de salud está preparado para que se enfermen tantas personas al mismo tiempo. Debido a la pandemia Covid-19 han surgido innumerables iniciativas de personas que comenzaron a utilizar su tiempo y esfuerzo para crear insumos que ayuden al personal de la salud a trabajar más protegidos.  Proyecto Respirar, Cuerdas Solidarias y unas vecinas de Mones Cazón, son botones de muestra de estas acciones ejemplares.

Proyecto Respirar es una iniciativa que tiene la misión de reunir a todos los que quieran aportar conocimientos, capacidad de fabricación, recursos e insumos para dar apoyo a los trabajadores de la salud, aprovechando la tecnología y las oportunidades del trabajo colaborativo entre médicos, ingenieros, diseñadores, makers de impresoras 3D y otras disciplinas.

Sus creadores Jeanette Acosta y Sebastián Chuffer, en conversación con ANCCOM, contaron que la idea surgió una noche de insomnio luego de leer un paper del Imperial College of Science, Technology and Medicine, un día antes de que empezara la primera fase de la cuarentena en Argentina.

“A la mañana siguiente, llamamos a Lucas Vassarotto, un amigo que es técnico mecatrónico y le preguntamos qué tan difícil era hacer respiradores. Nos dijo que bastante,  pero que se podían hacer”, señaló Chuffer.

Lo que empezó como una charla normal de dos personas que les encanta investigar y compartirse artículos,  terminó creciendo sin siquiera saberlo. Armaron un grupo de Whatsapp  con especialistas de distintas áreas: medicina, legales, ingeniería y comunicación, que, a los dos días, ya contaba con 300 integrantes.

El Proyecto Respirar reúne el trabajo colaborativo de médicos, ingenieros, diseñadores y, makers de impresoras 3D.

Como la comunidad interdisciplinaria comenzó a crecer mucho, organizaron por un lado el proyecto Respirar y, por otro, el resto de la comunidad, que participa de otras iniciativas. Respirar se centra en CARE, un ciclador automático de resucitación manual. La comunidad, además, se ocupa de conectar a personas que desean ayudar o recibir algo. Esto incluye proyectos de creación de máscaras faciales y barbijos, entre otros.

“CARE es el principal proyecto que estamos encarando, el más urgente y directo. Es importante destacar que no es un respirador, sino que está pensado para usar en una situación de colapso para apoyar al personal de la salud”, explica Sebastián Chuffer.

Durante el diseño y desarrollo enviaban constantemente los avances a varias autoridades médicas para que les hicieran devoluciones. “Hablamos con autoridades de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) para que nos guíen a hacer el protocolo y hacer todo en base a lo que establece y se pueda validar lo más rápido posible. La parte de ANMAT no sólo valida el dispositivo sino que también valida el lugar donde se van a producir”, cuenta Sebastián. Jeanette destaca que, desde el afán de querer ayudar, hay personas que dejan de lado la seguridad.

El próximo paso es utilizarlo con un simulador de paciente, lo cual va a permitir que se pruebe exactamente con las condiciones concretas que tendría una persona con coronavirus. “Las personas con Covid-19 tienen el pulmón muy duro. La cantidad de presión que necesitan es más grande que la normal. Realizando esta prueba tendremos la data concreta para poder avanzar”, detallaron.

El CARE tiene un costo aproximado de 350 a 500 dólares. Fue pensado para ser fabricado con el menor costo posible y con insumos que se encuentren en el país. Su realización requiere una o dos horas, dependiendo de la cantidad que haya que producir.

Con respecto a sus expectativas, los organizadores sostienen que ahora están haciendo foco que se valide en ANMAT. Y luego, dicen, se preocuparán por que pueda ser distribuido de forma libre y gratuita a la mayor cantidad de personas que lo necesiten.

“Vamos bien. Estamos asesorados por muchos profesionales. También contamos con el apoyo de varias instituciones políticas que nos están ayudando para que se dé prioridad al proyecto”, agregan Acosta y Chuffer.

En relación a qué puede hacer la comunidad por el proyecto, sostienen que es esencial la difusión para contar con todas las validaciones. “Todo el tiempo están surgiendo necesidades, la situación es bastante dinámica. Siempre buscamos el mayor apoyo posible”, finalizaron.

“Nos piden mascarillas del Hospital Güemes, del Larcade, del Duhau, del Mercante, del Rivadavia», dice Lederhos.

Mientras tanto, a 37  kilómetros de distancia, en la localidad de Los Polvorines, German Lederhos, profesor de música y estudiante de la Licenciatura en Artes Musicales de la Universidad Nacional de las Artes, también trabaja en un proyecto solidario para enfrentar la pandemia. Además, integra una orquesta juvenil en Garín y da clases de música de forma gratuita en un merendero de José C. Paz, donde  enseña con instrumentos que él mismo construye. “Cada alumno tiene su xilofón de canitos de cortina, su bombos de tachos y sus campanas de lata. También hay un pachetofono y un chancletofono. Mi sueño es armar una orquesta reciclada”, explica German.

El músico cuenta que Cuerdas Solidarias nació como un proyecto individual. En las vacaciones de invierno de 2016, a falta de fechas, Germán decidió salir a tocar a la gorra. Lo hizo en espacios públicos como el subte y la plaza hasta que le llegó una invitación para tocar la guitarra en Hogar Dinad de San Miguel. “Lo que viví en ese momento fue único, me sentí realmente bien haciéndoles pasar un buen rato a quienes estaban allí”, expresó. A partir de ese momento, lo quiso repetir.

En la búsqueda de nuevos hogares para compartir su arte, le llegó una invitación del Hogar Geriátrico Solares de José C. Paz. Para esa ocasión, le propuso a Rocío, una compañera de la orquesta juvenil, que lo acompañara con el charango, a “improvisar algo”. Dado que fueron y tocaron “más o menos”, decidieron juntarse a ensayar. A partir de ahí, se formó un gran dúo que empezó a girar por distintos hogares y merenderos.

Con el paso del tiempo, los hogares comenzaron a pedirles donaciones. Consiguieron ropa, pero lo que más necesitaban era comida. Como Germán había acumulado una gran cantidad de instrumentos que construía para sus alumnos, se le ocurrió  intercambiarlos por alimentos. “Hago instrumentos, como por ejemplo, zicus o tambores. Desde que empecé, no paré. Estoy constantemente buscando qué construir”, explicó.

El dúo juntó alimentos que fueron donados a merenderos, a personas en situación de calle y a limpiavidrios, entre otros. En paralelo, empezaron a dar talleres de construcción de instrumentos a chicos, aficionados y profesores de música. De hecho, iban a dar uno en un conservatorio de la ciudad de Chivilcoy en estos días, pero se suspendió por la pandemia.

Lejos de quedarse de brazos cruzados y sin actividad, Cuerdas Solidarias siguió ayudando con la elaboración de otro tipo de instrumentos. Germán vio en Internet que varias personas estaban construyendo mascarillas con impresoras 3D para donárselas a los trabajadores de la salud. Él no tenía impresora, pero empezó a ver cómo podía construir mascarillas con lo que tenía a mano. Con latas, planchas pet y cinta armó el primer modelo. Contó que el Concejal de Malvinas Argentinas se enteró y le aporto el material.

Roberto Debbag, médico infectólogo, pediatra y Vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica,evaluó las máscaras y Cuerdas Solidarias hizo algunos cambios y siguieron sus recomendaciones: “Ahora no incluyen el folio superior, ni ningún tipo de cinta, hilo, elástico o material que junte humedad. Las máscaras serán solo de plástico para poder desinfectar de manera efectiva, y el hilo deberá ser colocado y cambiado en cada uso”, detalló Germán.

Ya realizaron más de 200 mascarillas y les llegan pedidos constantemente. “Nos piden de todos lados, del Hospital Güemes, del Hospital Larcade, del Hospital Duhau, del Hospital Mercante, del Hospital Rivadavia. Hasta nos llegaron mensajes de Costa Rica. Los médicos y enfermeros están muy agradecidos porque nos cuentan que solo les dan un paquete que no les alcanza, no les dan la protección necesaria”, explicó.

Cuerdas Solidarias necesita difusión para comunicarse con más médicos infectólogos que les digan si estos últimos cambios sirven para que el modelo pueda ser copiado (con la prohibición de comercializarse). Solo se necesita acetato, cuchillo, remache. Además, piden acetato o algún plástico  transparente de las mismas características para poder seguir ayudando.

Ana María Romera vive en Mones Cazón, provincia de Buenos Aires. Se dedica a la costura hace 45 años y lo que más disfruta es confeccionar trajes para fiestas. Dice que la solidaridad siempre estuvo presente en su vida.  “En esta oportunidad una amiga me propuso hacer camisolines y cofias descartables para la unidad sanitaria que no cuenta con suficientes insumos y no dudé en hacerlo. Hasta el momento hicimos 120 equipos que el director de la Unidad Sanitaria, recibió con mucho agrado y satisfacción de que el pueblo lo apoye en estas circunstancias”.

Dos olas verdes que se fundieron en un mar de protestas

Dos olas verdes que se fundieron en un mar de protestas

Pañuelos verdes de la Campaña por el Aborto Legal se mezclaron con los barbijos que resisten el cambio climático.

Dos movilizaciones se unieron el viernes último en tiempo y espacio con un mismo deseo: justicia social. Las agrupaciones Fridays for Future, Jóvenes por el Clima y Alianza por el clima, convocaron a la Tercera Movilización Mundial por la Crisis Climática. Le pidieron al Estado nacional medidas concretas y exigieron cambios estructurales: “Los discursos vacíos ya no alcanzan, hay que llevar a cabo acciones”, subrayaron. Al unísono, en la misma plaza, la Campaña Aborto Legal organizó un grito global en el marco del “Día por la Despenalización y Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe”. Hubo talleres, charlas y actividades como fútbol, boxeo y tango.

Los asistentes se reunieron a las 15 en Plaza de Mayo y, a alrededor de las 16, marcharon hacia el Congreso Nacional por Avenida de Mayo. La mayoría eran adolescentes, jóvenes y organizaciones ambientalistas. Pero también había niños y adultos. Mientras caminaban, cantaban consignas tales como  “Justicia Climática, YA”, “El pueblo, consciente, defienda el medio ambiente”, “Fuera el opresismo, fuera la opresión, queremos un sistema de conciencia e inclusión”. Muchos de los carteles que sostenían, tenían mensajes que hacían referencia a los perjuicios de la ganadería para el medio ambiente: “Go vegan”, “El futuro es vegano”, “Ganadería es cambio climático”, “Cambiá tu dieta”, “¿Si comés carne que hacés acá?”, entre otras. De hecho, cuando llegaron al Congreso, se toparon con puestos de venta de choripán y cantaron: “Carne es muerte”.  

Pasadas las 17, comenzó el acto con la presentación del periodista ambiental Cruz Ruax: “Sabemos que la crisis climática y ecológica nos atraviesa a todos, pero no a todos por igual. Como toda crisis social los sectores históricamente marginados y discriminados son los más perjudicados. Sabemos que no es lo mismo hablar de ecologismo en Europa o en Norteamérica que en América Latina”.

“Hace 30 años les investigadores comenzamos a alertar sobre el calentamiento global», denunció Bera, del Conicet.

Luego, procedió a leer las reivindicaciones de la movilización:  elevar aún más la ambición de  los tratados internacionales firmados como la Convención Marco y el Acuerdo de París; realizar un cambio profundo en el sistema de producción de alimentos; el cumplimiento de la Ley 26160 para evitar los desalojos de los territorios indígenas y la tala indiscriminada.

También, se pidió que comunicadores y gobernadores reconozcan que Vaca Muerta no es el futuro. Se rechazó el decreto 591/2019 que elimina el requisito de certificación de inocuidad, flexibilizando el ingreso de residuos tóxicos al país. Los oradores pidieron penalizar a las industrias contaminantes, promover la educación ambiental integral en todos los espacios educativos y  garantizar la protección de zonas estratégicas de agua y otros recursos naturales, entre otros reclamos.

La primera en subir al escenario fue Carolina Bera, investigadora de cambio climático de El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA): “Hace más de 30 años les investigadores comenzamos a alertar y a proporcionar evidencias de que el calentamiento global y sus impactos iban a ocurrir y que había que hacer algo.  Fue en el 1988 cuando la ONU nos escuchó y estableció el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, del cual formo parte”.

A su vez, contó que durante los años 2017 y 2018 elaboraron un reporte especial en el que dieron mensajes contundentes a los gobiernos para enfrentar el cambio climático. Pero no recibieron ni la atención ni la respuesta esperada por parte de los jefes de Estados. “Sin embargo, hoy en un mundo de un grado de calentamiento global llegan ustedes, les jóvenes de todo el mundo, reclamando la solución. Es algo que la sociedad y los gobiernos no pueden dejar de prestar atención”, sostuvo Bera.

Además, explicó que el  problema del cambio climático no es ni  físico ni tecnológico, sino que es social, se vincula a “cómo en nuestras sociedades se desarrolla el consumo”.

Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo, encabezó la columna ambientalista.

Luego, en representación de los pueblos indígenas de la región NOA, subió al escenario Walter Barraza, del Consejo de la Nación Tonocoté Yutki de Santiago del Estero. y Néstor Jerez, cacique del pueblo jujeño Ocloya de Tilquiza. “La Madre Tierra no se negocia, los recursos naturales no son un negocio. Nos van a sacar con los pies para adelante de los territorios”, gritó el santiagueño. 

Jerez explicó que con políticas en nombre del desarrollo y del progreso, el poder político y económico está destruyendo el planeta y está poniendo en riesgo la vida de las futuras generaciones. “Por eso decimos basta de violencia, basta de genocidios a los pueblos originarios, basta a los poderes y a los gobernantes de turno”, reclamó. Agregó que considera importante tomar conciencia y escuchar a los pueblos originarios que hace décadas vienen transmitiendo este mensaje. “Hoy, los científicos están reconociendo que teníamos razón cuando decíamos que se estaba dañando nuestra Madre Tierra”, concluyó.

Los representantes de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR) contaron, a su vez, que hace tres años vienen batallando por una Ley de Envases, importante no solo para su sector, sino para que no existan más basurales a cielo abierto, de los cuales nadie se hace cargo. “En esta patria debe haber un servicio de reciclado con inclusión social que pertenezca absolutamente a todos, estamos rotundamente en contra del decreto para importar residuos que firmó el presidente Mauricio Macri y no vamos a permitir ser el basurero del mundo”.

Jackie Flores, referente de la CTEP y Promotora Ambiental.

Casi al mismo tiempo y cuando ya caía el sol, frente al Congreso, sonaba la batucada de mujeres Talleres Batuka y varias chicas jugaban al fútbol, boxeaban y  bailaban tango en la calle. Mientras tanto, en dos gazebos se daban talleres  llamados “Legalización y formación: educación y pedagogía feministas en torno al derecho al aborto”, o “Legalización, periodismo y comunicación feminista: abortando la neutralidad”. Sobre el escenario, ubicado en la calle Entre Ríos varias organizaciones hablaron sobre sus proyectos.

 Josefina, estudiante de obstetricia, habló en representación de la Cátedra del Aborto como problema público de las Facultades de Ciencias Médicas y Farmacia y Bioquímica de la UBA. “En la Facultad no se habla de estos temas, y cuando se habla se hace desde una perspectiva espantosa, así que tomamos la batuta de lo que la academia no nos enseña y nos organizamos nosotres para aprender”, contó.

 Las integrantes de Socorristas en Red, subieron al escenario luciendo pelucas rosas y enunciaron: “Somos activistas feministas que armamos socorros rosas. Nos articulamos para pasar información y acompañar a mujeres y otras personas con capacidad de gestar que deciden abortar, para que lo hagan de manera segura, para que atraviesen esa decisión acompañadas y cuidadas”.

Comunicaron que entre 2014 y 2018 acompañaron a 19.361 personas en su decisión de abortar. Dijeron que el aborto insiste y está en la vida cotidiana: “En 2018 irrumpió en las calles, se instaló, llegó a la mesa familiar, transitó por todos los medios de comunicación y vino para quedarse”. Por último, dijeron que es muy cruel lo ocurrido en agosto de 2018 porque el Senado está al tanto de lo que sucede. “Lo escuchó innumerables veces de sectores que aportamos estadísticas, experiencias y relatos. Pero no les importó, votó con su pasión conservadora, fundamentalista, y criminilizadora.

A las 19.30, todos los asistentes se reunieron frente al escenario y se hizo un pañuelazo al grito de Que sea Legal, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir

La otra marea verde

La otra marea verde

Los jóvenes ecologistas lograron en julio pasado que se declare la emergencia climática en el país.

Las agrupaciones Alianza por el Clima, Jóvenes por el Clima y Fridays for Future convocan para el próximo 27 de septiembre a la tercera Movilización Mundial Por la Crisis Climática en la ciudad de Buenos Aires. La marcha que podría haber pasado desapercibida, estará en la agenda de los medios luego de que Greta Thunberg, se convirtiera en la gran protagonista del primer encuentro de jóvenes sobre el cambio climático que organizan las Naciones Unidas en Nueva York. El sábado la joven sueca fue ovacionada por su discurso sobre la emergencia del cambio climático, le apuntó a la clase dirigente, acusó a la Argentina de contaminar el mundo y aseguró que los jóvenes son los que van a sufrir las consecuencias.

Las organizaciones que luchan por el activismo climático en Argentina lograron en julio de este año que se declare la emergencia climática y ecológica en el país. Y uno de sus representantes, Bruno Rodríguez, estudiante de Ciencia Política de 19 años, fue ovacionado esta semana en la ONU por su discurso en defensa del ecosistema.

La convocatoria del próximo viernes espera intervenciones artísticas, musicales, degustación vegana, y un acto oficial con oradores de los pueblos originarios, la comunidad científica, trabajadores y estudiantes. En las últimas horas, se informó que confluirán con el colectivo de la Campaña Nacional por el Derecho Al Aborto Legal, Seguro y Gratuito ya que “ambos reclaman por los derechos humanos y los convoca el mismo deseo de justicia social.”

Los activistas de Fridays For Future, un movimiento internacional principalmente estudiantil que todos los viernes se manifiesta para denunciar el calentamiento global y el cambio climático, protestaron el viernes último en Buenos Aires en contra del decreto 591/19. La norma flexibiliza el ingreso de residuos sin control de toxicidad de origen a la república Argentina. Con barbijos verdes que llevaban la sigla S.O.S, sostenían carteles con consignas como “No hay planeta B” o “Justicia climática”. Al lado de ellos, un grupo de niños de entre 7 y 16 años de la Organización Ambiental de Jóvenes repetía una y otra vez el mismo cántico: “¿Qué queremos? Cambio sistemático, no climático / ¿Cuándo lo queremos?”.  Beatriz, de 11 años, fundadora de la agrupación, explicó: “Empecé hace unos meses porque mi abuela me regaló un libro sobre lo que está pasando en el planeta y me hizo pensar en lo que puede pasar en el futuro”.  

Todos estos activistas forman parte de los millones de jóvenes que fueron inspirados por Thunberg. El año pasado, la adolescente sueca comenzó a faltar cada viernes a la escuela para manifestarse por la crisis ambiental. De esa manera, fundó Fridays for Future.

Fridays For Future es un movimiento internacional estudiantil que todos los viernes se manifiesta para denunciar el calentamiento global y el cambio climático.

Marcos Wagner, con 24 años, es uno de los integrantes más grandes de Fridays for Future Buenos Aires, ya que el promedio de edad de los activistas es de 18. En conversación con ANCCOM, contó que siempre fue consciente del impacto de la basura, “sobre cuánto contamina el plástico y cuánto tarda en degradarse”. Explica que en Fridays for Future no tienen líderes ni jerarquías. Dado que es una organización horizontal, cualquiera puede participar en las comisione tanto de Comunicación como de Planificación y Logística. “Lo único que pedimos es cierto compromiso con todo el movimiento siempre que haya tareas”, afirma.

Sostiene que su principal reclamo es que se diga la verdad sobre la cuestión ambiental, “que el Estado reconozca y que actúe acorde a la crisis climática que ya está entre nosotros”. Entre otras cuestiones, buscan que se eliminen los plásticos de un solo uso, que se fomente una alimentación basada en plantas y que se promueva la conciencia ambiental.

Cuenta que se movilizan donde creen que pueden lograr un mayor impacto.  “Fuimos a las Embajadas de Brasil y Bolivia en Buenos Aires por lo que sucedió en el Amazonas y estuvimos en la pasada Exposición Rural de la ciudad. No es bueno que, a esta altura, se fomenten este tipo de eventos, con toda la deforestación que causa la ganadería”, afirmó.

Los militantes ambientalistas tienen como referente a la adolescente sueca Greta Thunberg.

Para Wagner, el problema ambiental más urgente del país es la emisión de gases de efecto invernadero que provoca justamente la industria ganadera. Por otro lado, sostiene que para ellos, el hecho de que se esté invirtiendo en Vaca Muerta es muy doloroso. “Queremos exigir y fomentar una mayor generación de energías renovables”, reclama.

Con una sonrisa expandida cuenta que la semana pasada tuvieron una videollamada con la tía de Greta, para conversar de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) que se llevará a cabo en diciembre en Chile. Agrega que también se contactaron con varios países de Latinoamérica. “Siempre estamos dialogando, compartiendo ideas, cánticos, carteles. Con la situación del Amazonas decidimos cuáles eran nuestras principales exigencias para mostrar una unión en América Latina, ya que acá la lucha siempre toma un sentido distinto al europeo”, detalla.

Con respecto a los logros, sostiene que llegaron a muchas personas y conversaron con gente que influye en posibles medidas. También, lograron  una buena unión a nivel global. Sin embargo, cree que la mayor victoria es “estar en la agenda de los políticos”. 

Marcos Wagner, con 24 años, es uno de los integrantes más grandes de Fridays for Future Buenos Aires.

Wagner cuenta que tanto este gobierno como otros han tomado medidas, pero no son suficientes.  Además, denuncia que hay leyes que no se cumplen, como por ejemplo, la de protección de bosques. “Se atajan con lo de los tachos de basura pero el reciclado no alcanza. Es útil pero hoy lo que hay que fomentar es la eliminación de plásticos de un solo uso”, expuso.

Con respecto a la actitud de los profesores de las escuelas frente al activismo, Marcos sostiene que hay algunos que se interesan y preguntan, y otros que la cuestión no les incumbe. “Estamos convocando a la huelga estudiantil. Amnistía Internacional emitió un comunicado a las instituciones educativas para pedirles que permitan a los estudiantes asistir a la marcha y que tengan la falta justificada porque reconocen que este es un problema serio”, sentenció.

Con respecto a las expectativas para el próximo viernes, guarda emoción al respecto, ya que estuvieron trabajando arduamente con otras organizaciones. “La convocatoria va a ser muy buena”, concluyó.

Otra de las organizaciones que impulsa la movilización del 27 es Jóvenes por el Clima, una agrupación que nació entre amigos. “Vimos el impacto que Greta Thunberg estaba teniendo en Europa y nos sorprendió que no haya ningún movimiento argentino que luche por el planeta, así que nosotros nos organizamos y lo creamos”, sostiene una de las integrantes, Sofía Bianchimano.

La cuestión del cuidado del medio ambiente estuvo presente durante toda la vida de esta activista de 16 años. “Es algo que aprendí mirando a mi alrededor y entendiendo que todos nuestros recursos son finitos”, contó.

Reveló que, desde Jóvenes por El Clima, buscan que la clase política tome medidas concretas en torno a la crisis climática, “porque es únicamente desde el cambio estructural que podemos frenar esta crisis”.

Además, dijo que es un movimiento es a partidario y presiona a todos los funcionarios públicos por igual.  “Vemos lo que está pasando actualmente y la verdad que preocupa que ocurran cosas como el decreto de la basura de Mauricio Macri, que está ignorando por completo lo que pasó hace dos meses en el Senado con la declaración del Estado de emergencia”, sentenció.

Bianchimano explicó que ya presentaron tres iniciativas parlamentarias: la declaración de Estado de Emergencia Climática, Ecológica y Ambiental y dos proyectos de ley: uno sobre la Declaración del Estado de Emergencia Climática, Ecológica y Ambiental, y la creación de una comisión conformada por diferentes sectores de la sociedad civil y la comunidad científica para la producción de políticas públicas efectivas en cuanto al cambio climático. Y, por otro lado, un segundo proyecto de ley que propone plazos para llegar al 2050 utilizando 100% energías renovables.

Con respecto a cómo los reciben los políticos, sostiene que hay de todo: “Algunos nos reciben muy bien, y otros no nos dan bola, porque la verdad es que hay muchos que son financiados por grandes petroleras, entonces es lógico que no escuchen a alguien que les dice que lo que están haciendo está mal, está arruinando al planeta, y les está sacando el pan de la boca a las próximas generaciones”.

En relación la movilización del 27, sostuvo que esperan que haya más gente que en las primeras, porque la gravedad de los incendios del Amazonas hizo que la cuestión climática interpelara a muchas personas que quizá no se habían preocupado por el tema. “A las personas que no militan les diría que la militancia funciona. Los espero a todos y a todas en las calles este viernes para poder luchar en contra de los Estados que ignoran la crisis climática, porque es un asunto de derecho humanos”, concluyó.