Con sangre en las venas (y en los hospitales)

Con sangre en las venas (y en los hospitales)

En el contexto actual es claro que las actividades de las instituciones y la vida cotidiana de las personas se han tenido que ajustar a los cambios provocados por el aislamiento preventivo obligatorio. Sin embargo, hay urgencias que deben ser atendidas como siempre, más allá de los riesgos que entraña el Covid-19. Por ejemplo, las transfusiones sanguíneas, tarea de vital importancia que se logra gracias a la voluntad de los donantes.

Después de declarada la cuarentena por el Gobierno nacional, la donación de sangre fue una de las labores silenciosas e imprescindibles que se vio afectada. En las primeras semanas no se logró establecer una estrategia que permitiera la continuidad de su desarrollo y disminuyó la cantidad de dadores en un 80%, según datos de la Fundación Hemocentro Buenos Aires.

Las tareas habituales realizadas por los centros de hemoterapias se vieron interrumpidas debido a la restricción para la circulación de las personas. “Usualmente nuestras campañas constan de equipos móviles que visitan distintas instituciones como universidades, colegios, iglesias y demás, durante el año” aseguró Emilce Ganza, encargada del área de promoción del banco de sangre del Hospital de Pediatría Garrahan.

Cuando el Ministerio de Salud estableció la donación como una de las actividades exceptuadas dentro de lo que estipula el aislamiento, permitió que los centros hospitalarios pensaran en nuevas estrategias que ayudaran a revertir el descenso en las reservas y motivar a las personas a seguir donando.  “Se optó por sacar fuera del edificio el banco de sangre que hasta el momento funcionaba en el primer piso” afirmó Gisela Marcos, encargada del sector de Hemoterapia del Hospital Posadas. A su vez, Juan Maestripieri, encargado de Prensa de esa área, afirmó que esta medida “tiene la finalidad de evitar la circulación de los donantes con los pacientes internados, evitar aglomeración de personas y permite cumplir con todas las recomendaciones necesarias para evitar la transmisión del virus”.

Otras de las estrategias implementadas fue la convocatoria a través de las redes sociales del hospital con diferentes figuras públicas como Juan Gil Navarro, Luisana Lopilato, Leonardo Sbaraglia, entre otros. «Se trabajaron videos con artistas que tuvieron una muy buena respuesta y el boca a boca nos ayudó a traer la cantidad de donantes que necesitábamos para seguir trabajando diariamente” declaró Marcos.

En el Hospital Garraham se retomaron los equipos móviles con variaciones en su trayecto habitual. “Hacemos campañas, una o dos por semana, acercándonos a los barrios para que las personas no tengan que trasladarse tan lejos, y después citamos con turno en el banco de sangre cumpliendo con todas la recomendaciones sanitarias”, manifestó Ganza. La información sobre las rutas de circulación se encuentra semanalmente en las cuentas de Facebook e Instagram llamadas Banco de Sangre Garrahan.

La reprogramación de cirugías que no comprometen la vida de los pacientes fue otra de las medidas adoptadas por los hospitales. La decisión permitió una baja del consumo de las reservas de sangre. No obstante, se precisa -en promedio- la donación de 50 personas al día para que se puedan cubrir las necesidades diarias. “Nosotros recibimos pacientes de todas las edades y de todas las provincias, ya que podemos tratar enfermedades complejas. Nunca se dejó de atender a las personas que requieran sangre como recurso vital. Estamos en condiciones gracias a las estrategias asumidas en estos tiempos” aseguró Marcos.

En estos días de cuarentena cualquier persona mayor de 18 años puede donar sangre solicitando turno a través de los diferentes sitios web de los bancos de sangre. El comprobante del turno sirve como constancia para poder circular por la vía pública el día de la donación.

Además de los requerimientos de salud habituales, se precisan condiciones adicionales en función de la circulación del coronavirus. Por ejemplo, no podrán donar quienes hayan presentado fiebre reciente, tengan síntomas de resfrío, aquellos que hayan tenido contacto con personas con sospechas de contagio y personas con un historial de viaje al exterior en los últimos 14 días.

Parir la ley

Parir la ley

El proyecto de ley que tiene media sanción de Diputados es el séptimo presentado en los últimos 13 años.

El proyecto de Ley de Obstetricia, presentado en el pasado mes de abril y aprobado por la Cámara Baja, fue elaborado en base a la iniciativa de las diputadas Mónica Macha, y Carmen Polledo y del legislador Eduardo Amadeo. Buscaba modificar así la Ley 17132, sancionada en 1967, que subordina al personal obstétrico al rol de “colaboración en el arte de curar” refiriendo exclusivamente a la atención del embarazo, parto y puerperio, sin tener en cuenta otras labores que realiza, como la asistencia en la planificación familiar, el acceso a métodos anticonceptivos, estudios de control y prescripción de medicamentos. ANCCOM repasó la iniciativa que buscará ser aprobada en el próximo período legislativo en el Senado.

Este intento, que es el séptimo presentado en los últimos 13 años, espera que para el 2020 logre instalarse dentro de las prioridades a sancionar por el Congreso. “Pedimos que no tengamos que hacer autorizar un monitoreo fetal, que es un estudio de control normal del embarazo”, explicó Claudia Negri, directora de la Carrera de Obstetricia de la Universidad de Buenos Aires, sobre uno de los puntos que contempla el proyecto. Negri aclaró que confía que con la llegada del nuevo Gobierno y la confirmación de la nueva Cámara de Senadores.

La muerte materna, ocasionada por causas obstétricas directas, supera el 55% de los casos según cifras de 2018 aportadas por el Ministerio de Salud. Estas son evitables si se hace un acompañamiento a la mujer en todo el proceso, desde la concepción. “La ley actual no contempla tareas que nos corresponden de acuerdo a las normas que nos bajan desde el Ministerio de Salud. No podemos indicarle lo mínimo a una embarazada, como el hierro o el ácido fólico” afirmó Alicia Cillo, presidenta del Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires (UCALP), durante el pasado Encuentro Nacional de Licenciadas y Licenciados en Obstetricia realizado en Buenos Aires.

La normativa que regula los servicios obstétricos en CABA es más restrictiva que en muchas provincias.

La problemática para los profesionales de obstetricia es más compleja de lo que parece, ya que si bien el título los habilita para ejercer y la matrícula del Colegio de Obstetricia los ampara, la regulación de su ejercicio se ve afectada porque la normativa de Capital Federal es más acotada que la que cobija a siete provincias del país. ”Ellas tienen el mismo título que nosotras y no pueden indicar si quiera un examen de laboratorio. Cruzan el Riachuelo, llegan a provincia  y ya están habilitadas para realizar un montón de tareas”, declaró Cillo. Esta situación es considerada “injusta” para Negri, quien como directora de la Carrera en una de las mejores universidades del país, que cuenta con reconocimiento en Latinoamérica y en donde se otorga un título de alcance nacional, afirma que es “descabellada la idea de que hayan cosas que podamos o no hacer cuando se cruza la General Paz”.

Después de la media sanción en Diputados, se organizaron tres reuniones con asesores de los senadores y con el presidente de la Comisión de Salud de los de la Cámara Alta, Mario Fiad, para tratar cuestiones relacionadas a puntos objetados por entidades médicas que, en paralelo al proyecto, presentaron un descargo en tanto hay competencias compartidas entre los profesionales médicos y los obstétricos. “Algunos temas tratados fueron: medicación y anticoncepción, la asistencia domiciliaria en una situación de emergencia, nuestra autonomía como profesionales, las condiciones en las que trabajaríamos y nuestra relación con las prepagas”, explicó Negri.

El proyecto de ley agrupaba en 26 artículos todo lo relacionado con los derechos y deberes, en tanto profesionales en ejercicio, como en el ámbito de investigación, gestión y docencia. Además tenía en cuenta en el apartado 17 la “objeción de conciencia” en el caso de que se apruebe la Ley sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo, ya que si bien la práctica del procedimiento no es una labor directa de los profesionales en obstetricia, si deben realizar un acompañamiento a la mujer en el momento en que se presente un caso. “Puede venir a la guardia una mujer en esta situación y nosotras damos un acompañamiento, una asistencia en este proceso, por ser integrantes de un equipo de salud y en todo caso, es un tipo de atención particular en donde el profesional puede decidir no participar por un tema ético o moral” afirmó Negri.

“Pedimos que no tener que hacer autorizar un monitoreo fetal, un estudio normal del embarazo”, explicó Negri.

Diversas actividades se llevaron a cabo para darle mayor visibilidad al proyecto. Entre otras,  se presentó el programa de asistencia “Chat Crecer”, un chat de Facebook Messenger que le permite a la mujer el contacto directo con profesionales en obstetricia para hacer consultas sobre situaciones que se presentan en su estado de gestación, vacunas, centros de atención e incluso planificación familiar. Además, el 31 de agosto fue celebrado el Día de la Obstétrica con diferentes manifestaciones en la ciudad. “Esto es política de Estado, y el Estado debe ponerse los pantalones para decidir porque en cuestiones de salud estamos muy atrasados”,  sentenció Negri. En 2020, prometen, será otra vez el turno de dar batalla en el Parlamento.

La otra deuda del Estado: políticas inclusivas para las personas con discapacidad

La otra deuda del Estado: políticas inclusivas para las personas con discapacidad

Los empleos públicos y privados deben destinar, por ley, el 4% de los puestos a personas con discapacidad.

Pensar que la solución para una persona que usa una silla de ruedas para movilizarse es una rampa o para alguien ciego es un semáforo que emita ruido para cruzar la calle es reducir  los derechos que tienen las personas con discapacidad. El verdadero trabajo está en repensar desde qué lugar la sociedad y el Estado debe abordar las políticas públicas que permitan mejorar la calidad de vida de este colectivo de personas, que representa el 12,7 del total de la población del país, según el Censo Nacional 2010.

Han pasado más de 10 años desde que Argentina ratificó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, sancionada por la ONU, que habla de un nuevo enfoque denominado “social”, en el cual se consideran a aquellos habitantes como titulares de derechos y en el que se pretende ratificar su “universalidad, indivisibilidad, interdependencia, e interrelación de todos los derechos humanos y sus libertades fundamentales, así como de garantizar que las personas con discapacidad los ejerzan plenamente y sin discriminación”.

Sin embargo, para Celeste Fernández, Coordinadora del aérea de Discapacidad y Derechos Humanos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, ACIJ, aún existe una deuda grande de parte del Estado con respecto a las personas con discapacidad: “Si bien existen políticas públicas, carecen de perspectivas de derechos humanos y no cumplen con estos tratados internacionales” afirmó.

Uno de los reclamos que sigue vigentes, a pesar de que existe una ley regulatoria, es el relacionado a la cuota mínima de empleo que debe cubrirse tanto en puestos públicos del Estado Nacional como en empresas privadas concesionarias de servicios públicos.  Si bien el cupo que establece la norma es del 4%, los puestos laborales para las personas con discapacidad apenas llegan al 0,8%. “El problema es que no se accede a los puestos de trabajo porque en general las personas con discapacidad suelen tener menor nivel de capacitación por el sistema educativo, además del propio prejuicio del empleador pensando que el rendimiento es más bajo” consideró Marcelo Betti, presidente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad, REDI, y quien comprende el tema de fondo debido a su discapacidad visual desde niño.

Apenas el 2% de los puestos de los empleos corresponde a personas con discapacidad.

Desde esa organización llevan adelante campañas de concientización y de evaluación sobre las políticas que realiza el gobierno en la materia. Al problema laboral se le suma lo que reconoce la Convención como barreras del entorno, en donde una persona puede ser discapacitada pero no tener invalidez laboral. Las barreras que impone el entorno se reflejan aún en los perjuicios y en la falta de campañas que permitan instalar ésta diferencia en la agenda.

Por su parte, Fernández cuestiona la falta de voluntad política de la gestión de Cambiemos a pesar de mantener un contacto constante con funcionarios del gobierno a través de reuniones, envíos de notas e informes de análisis presupuestarios. No solo el Ejecutivo está en deuda: “En provincia de Buenos Aires interpusimos un litigio judicial contra el mismo Poder Judicial porque no se cumple la cuota de empleo” afirmó.

En cuestiones de salud también existen reclamos vigentes. La atención médica no es integral, además de que en muchos centros no están dadas las condiciones edilicias para la atención de personas con discapacidad. A eso se le suma que no cuentan con herramientas que permitan una atención adecuada de este colectivo. “Se hace necesario la implementación de camillas ginecológicas para las pacientes con discapacidad motriz, además de la capacitación por parte de los profesionales, con lenguaje de señas para atender a las personas sordas o incluir información digitaliza o en braille para las personas ciegas y no en forma escrita como usualmente ocurre”, declaró Betti.

Uno de los reclamos más fuertes tiene que ver con el nuevo Plan Nacional de Discapacidad presentado en 2017 y que en su elaboración no tuvo en cuenta cuestiones básicas, como lo es el nuevo paradigma de abordar la cuestión. “En uno de los decretos se habla de una pensión por invalidez pero la Convención habla de una autonomía económica de las personas con discapacidad”, cuestionó Andrea Grassia, quien también integra la comisión directiva de REDI además de ser asesora en la Comisión de Espacio Público en temas de discapacidad y accesibilidad en la Legislatura porteña. Como Betti, Andrea tiene una discapacidad visual y conoce de propia mano las inclemencias que se viven en una ciudad que no está pensada arquitectónicamente para las personas de este colectivo.

“Es necesaria la implementación de camillas ginecológicas para lersonas con discapacidad motriz», señala Betti.

La muestra está por ejemplo en las obras del Metrobus de los últimos años, en donde el espacio para que puedan circular personas con sillas de ruedas es reducido, además de ser estaciones que no contemplan un acceso fácil y seguro por estar edificadas en medio de la avenida. La problemática también se traslada al acceso al subte, donde la mayoría de las estaciones tienen los ascensores fuera de servicio.

Resulta paradójico, además, que en el mismo año de la presentación del nuevo Plan de Discapacidad Nacional se dieron de baja pensiones no contributivas a personas con discapacidad, lo que puso de manifiesto la falta de seguridad social para este colectivo. “En general las personas con discapacidad tienen menores ingresos que el resto de la población y a su vez cuentan con más gastos que el conjunto, porque tienen que recurrir a taxis para movilizarse, a medicamentos de un tratamiento especial que no cubre la obra social o no tienen cobertura médica. Son personas mucho más vulnerables que el resto de la población”, explicó Betti. Esta baja también afecta uno de los beneficios otorgados por la pensión como lo es cobertura médica. Por su parte, Grassia sostiene que se debe repensar la legislación en materia de pensiones no contributivas buscando que esta sea compatible con un salario mínimo, además de contemplar el dilema que viven las personas con discapacidad cuando logran conseguir un empleo inestable o precario: “Se ven en la disyuntiva de aceptarlo o no, ya que si lo hacen se da de baja la pensión y al pensar en la opción de no renovación de su contrato, se ven en la engorrosa tarea de hacer de nuevo todo un trámite para que se las restituyan” manifestó.

En materia de educación inclusiva han habido avances incipientes, en donde la cifra de personas con discapacidad en la escuela común viene en ascenso aunque la problemática se centra en la metodología implementada en la enseñanza: “La educación inclusiva no es solamente estar en la escuela, es que también puedan aprender de la dinámica en una igualdad de condiciones con sus compañeros. Lo que implica tener políticas en formación docente, en infraestructura escolar, en accesibilidad de materiales educativos y metodologías acordes” afirmó Fernández.

A pesar de los cambios sociales que se han intentado implementar en materia de discapacidad, aún existen personas que tienen su capacidad jurídica restringida, es decir, son sujetos de procesos en los cuales el Poder Judicial determina qué actos de la vida civil pueden o no realizar, vulnerando de alguna manera el derecho que cada uno tiene sobre su propia vida. “Una de las políticas a implementar es el cambio en el imaginario social en el tema de discapacidad, que piensa a los sujetos como incapaces, que no tienen nada que aportar a la sociedad y que otros decidan por ellas. Eso requiere políticas de sensibilización y de inclusión”, aseguró Fernández. Siguiendo esta línea, hay que reconocer la importancia del rol que juega la comunidad en materia de inclusión, desde los familiares de personas con discapacidad hasta las organizaciones de derechos humanos que trabajan por mejorar la calidad de vida, generando estrategias de incidencia que logren visibilizar esta problemática para que el Estado se encargue de estos asuntos.

Es así como los desafíos que tiene el nuevo gobierno en materia de políticas públicas a implementar y mejorar son innumerables. Es una tarea pendiente de todos los gobiernos sin subsanar, que ha impedido que las personas con discapacidad puedan tener una educación de calidad, un trabajo con una remuneración acorde a su cargo, acceso a la vida cultural y artística, entre otras cuestiones sociales, que les permita tener una vida de inclusión real.

 

 

 

 

 

La Legislatura declaró a ANCCOM como un medio «de interés social y promotor de la comunicación»

La Legislatura declaró a ANCCOM como un medio «de interés social y promotor de la comunicación»

Los integrantes de ANCCOM recibieron el diploma que acredita la declaración de «interés» en  la Legislatura porteña.

La Legislatura porteña declaró, este martes, a la Agencia de Noticias de la Carrera de Comunicación Social de la UBA (ANCCOM) “de interés social y promotora de la comunicación”.

En el acto estuvo presente Diego de Charras, director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, Diego Rosemberg, coordinador de ANCCOM y la legisladora de la Ciudad de Buenos Aires Andrea Conde, quien fue la gestora de la iniciativa y encargada de la entrega de la distinción.

La Legislatura reconoció la labor periodística que desde hace casi cinco años realiza este medio “por su labor social por y para la comunidad”, en donde se exponen temas relacionados con los derechos humanos, las diversidades de género, de culturas, los conflictos laborales, el deporte inclusivo además de las problemáticas sociales y de comunidades que no son temas habituales de la agenda de los medios comerciales.

ANCCOM viene realizando un excelente trabajo, en donde se preserva los derechos de la comunicación y el acceso a la información, además de ser el espacio importante en donde las y los estudiantes pueden realizar sus prácticas antes de egresar”, afirmó Conde. Además, resaltó que varios de los temas que se tocan por la agencia “no aparecen en ningún otro medio”.

De Charras agradeció tan importante mérito y destacó la labor que lleva a cabo todo el equipo de la agencia: “La universidad, sus estudiantes y sus docentes ponen en juego una producción de información que no percibe el lucro y eso no es menor”. También recordó que la idea de la agencia nació en 2014 por varias necesidades en conjunto, como lo eran la demanda estudiantil de la práctica en su formación profesional, que a su vez coincide con el nuevo plan de estudio –pendiente de aprobación por el Rectorado de la UBA- en donde se incluye a las prácticas preprofesionales como parte de la currícula. A pesar de que el nuevo plan no ha entrado aún en vigencia, la agencia de noticias comenzó a funcionar como una práctica voluntaria a partir de marzo de 2015, fecha en el que se cumplieron los 30 años de la carrera.

Por su parte, Rosemberg destacó la labor social que lleva acabo ANCCOM: “Estamos convencidos de que estamos haciendo un servicio social, concebimos el periodismo como tal y como una actividad que se hace desde el lugar de los hechos, algo que lamentablemente se está perdiendo cada vez más en las redacciones” afirmó.

El acto también estuvo presenciado por docentes y estudiantes que forman parte del equipo de la agencia. También participaron ex alumnos que integraron el plantel de ANCCOM. “El acompañamiento de los docentes es fundamental para el desarrollo de la labor periodística además de resaltar el trabajo en equipo de todos los compañeros en todas las áreas”, afirmó Micael Ricco, quien realizó la práctica el año pasado. También destacó que la agencia cuenta con una perspectiva informativa con pluralidad de voces y de temas, algo que para él “no pasa en muchos medios”. Por su parte, Noelia Pirsic, quien integró el área de fotografía y redacción en los inicios de la agencia, destacó lo enriquecedor del trabajo de campo: “El periodismo de embarrarse te ayuda a perder los perjuicios. Además me fui con valiosas herramientas que me permiten trabajar en un medio y encarar nuevos proyectos” resaltó. Por otro lado, contó una parte que pocos conocen de ANCCOM en sus inicios: “Todo el verano, de noviembre de 2014 a marzo de 2015, realizamos todo tipo notas que sin saber cuándo se publicarían. El 24 de marzo, día que cubrimos la Marcha por la Memoria, la Verdad y la Justicia se dio el gran paso y se publicaron muchas de esas notas en el sitio y fue el primer paso de todo esto” recordó.

Finalmente, De Charras confirmó que la Carrera lleva adelante otros proyectos de prácticas que involucran a los estudiantes. “Ahora está funcionando un proyecto de prácticas en el área audiovisual y uno de prácticas con organizaciones sociales, en donde se trabaja en conjunto con ellas” afirmó.

Así, la Carrera apuesta por desarrollar una labor que responda las demandas de la comunidad, en donde proyectos como el de ANCCOM se convierten en semilleros que permite no solo la profesionalización de los estudiantes, sino abrir nuevos espacios de cercanía con la sociedad en donde se involucra y conoce de primera mano las necesidades de muchos sectores vulnerados e invisibilizados.

«Vamos Villas vamos»

«Vamos Villas vamos»

Villas Unidas nació de una iniciativa de la Escuela de Entrenadores César Luis Menotti.

Se abren las puertas de la ambulancia y de ella bajan corriendo, una de tras de otra, las 17 jugadoras que se dirigen al vestuario para vestir la camiseta violeta de Villas Unidas. Tienen solo 15 minutos para cambiarse, calentar un poco los músculos y  prepararse mentalmente para enfrentar a su rival. “Vamos, vamos, la que ya esté lista a la cancha”, dice el profe Gustavo Levine que, mientras les pide que se apuren, con sus manos y un inflador manual, intenta llenar de aire las pelotas que se utilizarán para el partido. Talleres de Remedios de Escalada, el equipo contrario, ya entrado en calor, se retira tranquilamente al vestuario para prepararse, mientras el recién llegado, ya con el uniforme y los botines dispuestos para el juego, aunque todavía algunas con el cabello a medio recoger y otras con las medias casi a mitad de pierna, intentan calentar y terminar de organizarse. El preparador físico da indicaciones puntuales mientras arma de forma rápida un pequeño circuito de entrenamiento.

“Solo tenés 10 minutos”, le dice el árbitro al  DT. “Por favor, dame los 15 que permite el reglamento”, suplica el profe. Es así que con el tiempo cumplido, las jugadoras se toman las últimas fotos, saludan al rival de la mano y suena el pitazo que da inicio al encuentro.

Llegar sin morir en el intento

Empieza el día y con él todos los preparativos para el encuentro. La calurosa mañana del domingo, con el sol en todo su esplendor, reafirma que hoy se transpirará mucho más la camiseta. La cita es a las 14 en el Complejo Polideportivo Pomar, ubicado en el barrio porteño de Floresta. De este lugar sale el micro que llevará a todo el plantel del equipo femenino de fútbol de Villas Unidas a enfrentar a Talleres, en el predio D10 en Pilar, lugar en el que Villas ejerce su localía por el Torneo de Primera C del campeonato femenino organizado por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

“Subamos todo al micro y salimos”, dice Levine, el director técnico del equipo. Los preparadores físicos empiezan a pasar, del auto del DT al micro, cajas de manzanas, de naranjas, varios racimos de bananas, termos y botellas de agua. Las jugadoras se reúnen entre tanto en la plaza que está en las afueras del complejo con algunos familiares que las acompañan. Se saludan y comentan entre ellas anécdotas de cómo estuvo su semana.

Un “nos vamos” se escucha a la par de los motores del micro. El fuerte sonido se debe a que es un vehículo algo viejo, con la pintura un poco desgastada y con pinta de que ya debería de salir de circulación. “Yo pensé que iban a mandar el que siempre nos lleva” comentan entre las chicas, al ver de nuevo al transporte que las habían usado el partido pasado. “Lo que pasa es que el micro que siempre nos lleva está en reparaciones”,  comenta Gustavo Quezada, psicólogo del plantel. Con todos a bordo, con ambiente de fiesta y risas que caracteriza a las jugadoras, a las 14:30 arranca el micro camino a Pilar, con tiempo suficiente para llegar. El conductor emprende el viaje con atuendo veraniego, un cigarrillo en su oreja y reggaetón de fondo en la radio. Estima llegar en una hora.

“¿Qué querés “China”? ¿Banana, manzana?”,  comienza a caminar, preguntar y entregar Emiliano Weinstock, preparador físico de las chicas, además de empezar a rotar botellas de agua. “Es importante que coman algo liviano y se hidraten”,  explica.

A veinte minutos de recorrido el micro se detiene por indicaciones del DT, quien se baja para esperar a dos jugadoras más que estaban por llegar. Una de ellas es Fiorella Roldán, la 10 del equipo. Al subir saludan calurosamente a cada una de sus compañeras y entre comentarios se ríen. El micro retoma el recorrido. Hace unos kilómetros cuando se escucha un “Profe, sale humo”. Son las jugadoras que se encuentran sentadas en la parte del fondo las que dan el aviso mientras el humo empieza a invadir todo el micro junto con el olor a aceite quemado. “Vamos, todas abajo con calma, dejen las cosas y salgan”,  son las indicaciones de Levine que junto al preparador físico empiezan a dirigir la evacuación. Es así como, en plena Panamericana, el micro se detiene para no volver a arrancar.

El micro de Villas Unidas se quedó en la Panameriana y las jugadoras debieron llegar en un colectivo de línea.

Son las 15:30, hora estimada en la que debería estar el equipo en Pilar, para descansar de todo el viaje, cambiarse y calentar. La mayoría de las jugadoras tienen también cansancio acumulado. “Yo tengo dos horas de viaje. Tomo dos colectivos y un remis para llegar al Pomar”,  cuenta Paola Parra, una de las arqueras, quien vive en González Catán y viaja desde el barrio con Sofía Alzogaray. Como ellas, otras vienen de Quilmes y  Florencio Varela.

Después de varios llamados, la decisión del Levine es dividirse en grupos para tomar varios Uber que lleven a todos a Pilar. Con ayuda de los preparadores y, cargando al hombro las botellas, las cajas de frutas, los implementos deportivos y los uniformes, caminan hacia la bajada de la autopista para llegar a un lugar seguro. “Aquí es la parada del 203. Ese nos lleva a Pilar”, comentan algunas de las chicas sin perder la energía y motivación. “¿Será que vamos en ese?”,  duda el profe pero al ver llegar el colectivo, lo para y se acercan para hablar con el chofer. Con el visto bueno, todas comienzan a subir y se desactiva el plan Uber.  El colectivo se llena de golpe. “Este nos deja cerca profe, pero tenemos que caminar”,  dice Sofía, tiene 19 años y hace cuatro meses que forma parte del equipo, combinando el entrenamiento con la cursada en la escuela. “Yo juego desde los 6 años pero en el barrio, hasta que ya grande me animé a jugar en el Deportivo Italiano y allí Gustavo me vio y me trajo para acá”,  cuenta.

El reloj marca las 16:30 y un viaje que se pensaba sería de una hora, pasó a extenderse a dos. “Ya vamos a llegar”,  se le escucha decir al DT, además de pedirles que a su llegada se apuren en cambiarse porque no van a tener tiempo para entrar en calor antes del partido, que estaba pactado para las 17.  Finalmente se ve la parada y al bajarse todo el plantel, el colectivo queda vacío. “Hacia la ambulancia que está estacionada”,  indica Gustavo mientras las chicas suben apretujadas a ese vehículo, que es el que alquila el club para que esté presente durante el partido;  el resto del pasaje se encarga de llevar las frutas, la bebida y el equipamiento a dos autos de conocidos. Y así, en un ambulancia,  llegan a la cancha las jugadoras de Villas Unidas

González Catán, Quilmes y Florencio Varela son algunos de los territorios que habitan las chicas de Villas Unidas.

La recompensa al esfuerzo

A Las 17:15 se da inicio al partido y la indicaciones del profe Levina no se dejan esperar: “Bien Dahi”, “afuera equipo”, “tranquila Lucía”, “bajá Natalia”, “esperala un poquito”, “armar la barrera”, “vamos Lucía”, “que no patee el centro,  China”.

Los primeros 45 minutos son de un juego aguerrido, con buenos pases y con un vendaval de goles: tres para el local y dos para el visitante. En el entretiempo se dirigen al vestuario para descansar y recibir las indicaciones del DT sobre cómo encarar la segunda parte.

Ya en el segundo tiempo y con un juego un poco más picante empiezan las lesiones. “Esperá que ya va el médico”, le gritan las chicas de Villas que están en el banco de suplentes a Natalia Gamarra, tras recibir un pelotazo en el estómago que la deja sin aire. Llegan más goles, uno para cada equipo. “Vamos Villas, Vamos”, le cantan las jugadoras que están fuera de la cancha y unos pocos familiares que se encuentran en una tribuna lejana. Cerca del final y con una jugadora de Talleres en el piso, se presenta una discusión entre el árbitro y el director técnico de ese equipo, que termina con la expulsión del entrenador «tallarín». Se reanuda el partido pero siguen las discusiones “No me digas qué hacer, fijate vos lo que hacés”,  se escucha recriminarle una de las jugadoras de Talleres a su compañera. «Esto es común”,  comenta  Yesica la China Zelaya al ver el episodio del equipo contrario. “Dentro de la cancha todas tenemos discusiones pero fuera de ella somos todas amigas”,  afirma. Al igual que algunas de sus compañeras, empezó a jugar desde pequeña y siempre lo hizo en equipos mixtos.  “Por más de cuatro años participé en ligas barriales con equipos integrados por hombres y solo tres mujeres. Creo que eso ayudó mucho en mi estado físico.”

Suena el pitazo final y las jugadoras de Talleres se van molestas mientras que las de Villas se abrazan eufóricas y cantan: “Vamos Villas a ganar”. El marcador favorece al local, dejando un resultado de 4-3, con dos tantos de Natalia Gamarra, quien está hace seis meses está en el club y trabaja de niñera en la semana. “El trabajo con Gustavo es muy bueno, siempre nos trata muy bien”, revela. Los otros dos golazos desde fuera del área fueron por cuenta de Fiorella Roldán, quien celebró el primer gol abrazando a entrenador.

El detrás de Villas

Villas Unidas nació hace un año, por una iniciativa mixta: por un lado, la Escuela de Entrenadores César Luis Menotti, entre los que se encuentran famosos referentes del futbol masculino, entre ellos Fernando Signorini, quien fuera el preparador físico de la Selección Argentina y de Diego Armando Maradona en sus años de gloria. Por el otro, un puñado de organizaciones sociales que buscan darle la oportunidad a los niños y jóvenes de los sectores más vulnerados de aprender, disfrutar y promocionar su desarrollo futbolístico.

Villas Unidas es el único club en el mundo del fútbol de ascenso que se organiza y se mantiene gracias a las ayudas sociales y donaciones y que  apuesta a la inclusión social y de contención para los más necesitados. Actualmente cuenta con el equipo de fútbol femenino, que disputa el torneo del ascenso de la Primera C de la AFA, en un año clave, porque por primera vez esa institución lanzó la liga profesional jugada por mujeres, en cuya categoría superior juegan UAI Urquiza (el último campeón), Boca, River, Racing. Defensores de Belgrano y otros equipos. Claro que en el ascenso la realidad es muy diferente a la que los planteles de la primera división.

“La dirigencia se ocupa permanentemente de nosotros como cuerpo técnico y de las chicas como jugadoras. Todos los partidos ponen un micro, es un club que no le cobra a las jugadoras, que se hizo cargo del costo de la cobertura médica obligatoria que tiene AFA, que pagó el pase de club de cuatro de ellas, les aporta dinero en efectivo para que carguen la SUBE”,  describe Levine.

En cuanto a los mitos generados sobre el desempeño de las mujeres en el fútbol, el preparador físico Weinstock afirma: “Hay pocas diferencias, solo un poco desde lo físico por tema de género, por la explosividad y fuerza que caracteriza al hombre, pero después las chicas tienen las virtudes de la concentración, obediencia y disciplina, que cuesta siempre trabajarlo con los hombres”. Además considera que lo importante para el plantel no es el resultado de los partidos ya que lo que realmente tiene valor es el proceso y crecimiento de cada una de las jugadoras.

Villas Unidas sabe que debe trabajar todos los aspectos de sus jugadoras para mantener un equipo consolidado, ya que según lo dicho por el Técnico,  “el plus que tiene Villas es que las chicas provienen de barrios populares, de ver el fútbol como un juego, como posibilidad de ganar dinero rápido por jugar en los barrios. Cuando se insertan en el fútbol oficial, de AFA y de una primer división, el panorama cambia sustancialmente y el cuerpo técnico tiene que tener todo esto en cuenta para trabajarlo”.  Por eso, el plantel también cuenta con un entrenador de arqueras, un psicólogo para trabajar el entrenamiento de los vínculos, mejorar la comunicación y trabajar el liderazgo. Además contemplan la necesidad de incorporar una nutricionista, pensando en armarles un plan de acuerdo al contexto social de las jugadoras y de sus necesidades.

El proyecto de Villas crece poco a poco, intenta ser muy abarcativo: en marzo de 2020 su equipo infantil masculino participará en las ligas de la AFA, además de estar desarrollando la categoría senior y en un futuro las inferiores femeninas del club.

De regreso al inicio

El encuentro ha finalizado y las chicas se retiran para celebrar en el vestuario con cupcakes traídos por el Levine. El ánimo en el regreso, que nunca estuvo abajo por más de los inconvenientes del día, es de fiesta  por el partido ganado. “Se viene un equipo duro”,  comentan: Tigre, puntero del torneo. Por ahora disfrutan, conversan, se divierten. No se preocupan demasiado: en su mundo, muchas veces solo se vive un día a la vez.