Los movimientos sociales conmemoraron el Día del Trabajador

Los movimientos sociales conmemoraron el Día del Trabajador

Las organizaciones populares se reunieron en el centro porteño. A pesar de respaldar al gobierno, no dejaron de manifestar sus reclamos.

Con un cielo despejado de nubes y un sol que entibiecía la tarde, la cumbia de Pablo Lescano se enrocaba con el grito desaforado que clamaba “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”. Trapos blanquicelestes, azules, negros, rojinegros, con los rostros de Evita y del Che. Banderas blancas, celestes, violetas, verdes. Paraguas con el dibujo de una América del Sur policromática. Los militantes sociales asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki también estaban presentes en los trapos. Flameaban, además, wiphalas y rostros cansados. Esa imagen resumía el comienzo del acto de los movimientos sociales por el Día de los Trabajadores, en 9 de Julio y Avenida de Mayo.

En el corazón de la marcha, las tacuaras parecían elevarse más altas que los edificios circundantes. UTEP, Corriente Clasista y Combativa, Movimiento Evita, Somos Barrios de Pie, Frente Popular Daría Santillán y Movimiento Nacional Campesino Indígena fueron algunas de las organizaciones presentes. Movimiento Libertad, Movimiento Aníbal Verón, Frente 22 de Agosto, Movimiento Trabajadores Organizados, Movimiento Villero, Corriente Pueblo Unido y el Movimiento Inclusión Popular desfilaban por las calles multicolor.

La Virgen y el Negrito Manuel sobre la tarima principal. Mates de mano en mano, botellas de agua, porciones de torta y sandwiches. Una marea de trabajadores y trabajadoras interminable ocupó la 9 de Julio, desde la avenida Independencia hasta la Avenida de Mayo. Brotaban del escenario las consignas, los reclamos, las causas y las aspiraciones, dichas por quienes hacen la locución del acto: “No falta trabajo. El trabajo lo hacemos siempre. Lo que faltan son derechos laborales”; “exigimos el derecho a trabajar, vivir y ser felices”; “reconocimiento político e institucional de la Economía Popular”; “por el derecho a la tierra, el techo y el trabajo”; “salario básico universal”; “conquistar el Buen Vivir”.

 

El otoño parecía diluirse y entre el humo, el canto, el bombo y la trompeta que caldeaban la jornada, algunos manifestantes buscaban reparo en plantas, gorras con visera o banderas. José, perteneciente a Misioneros de Francisco y emocionado por la enorme convocatoria, afirmó que el 1º de Mayo lo representa. “Es nuestro día; nacimos trabajadores y moriremos trabajadores. Es el día en que homenajeamos a quienes dieron la vida por nuestros derechos”, dijo.

En esta línea, Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP, pidió efusivamente desde el escenario celebrar esta fecha: “Siempre nos negaron nuestra identidad como clase trabajadora. Por eso celebramos, porque niegan nuestra existencia como trabajadores”. A su vez, exhortó a funcionarios y legisladores a “laburar con el oído en el territorio y así resolver los problemas reales”. Por último, anunció que esta jornada da inicio a un plan de lucha nacional para lograr la agenda que falta, porque “la democracia es plena solo con los trabajadores a la cabeza”.

Dando apertura al acto se entonaron las estrofas del Himno Nacional argentino. Continuado por el grito de “¡Patria sí, colonia no!”. Sucesivamente, se realizó un homenaje a Fredy Mariño, histórico dirigente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), fallecido el pasado 2 de abril. Cada persona que tomó el micrófono se encargó de hacerlo presente, de hacerlo parte de la jornada de lucha: “Fredy, hermano, hoy tu pueblo te bendice”, dijo Esteban “Gringo” Castro, secretario de la UTEP, el primer sindicato conformado por movimientos sociales. Posteriormente, también se transmitió un saludo de Milagro Sala en el cual hacía el pedido expreso de “recuperar la Patria”.

 

Otro dirigente que tomó la palabra sobre el escenario fue Juan Carlos Alderete, diputado nacional y líder de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Sostuvo que en cada 1º de Mayo “honramos a los mártires que dieron su vida por los derechos de la clase obrera”, y hoy, sobre todo, la marcha representa una “respuesta a la oligarquía, a la derecha reaccionaria, a los monopolios, a los del tractorazo, a los del Llao Llao. Hoy salimos a la calle reivindicando nuestros derechos y a pelear la agenda que queremos. Es un pedido al presidente de medidas para combatir la inflación. Los que la fugaron son responsables de la deuda y la tienen que pagar, no nosotros”.

Este testimonio se concatenó con la pregunta y el pedido vehemente de Dina Sánchez, secretaria general adjunta de la UTEP y vocera del Frente Popular Darío Santillán : “¿Cuándo vamos a discutir la riqueza del uno por ciento de la población? Necesitamos que se avance en la discusión de un desarrollo humano. Y eso es trabajo de la UTEP. Tierra, techo y trabajo para todos y todas”. Este sentimiento también es compartido por Norma Morales, secretaria adjunta de la UTEP y dirigenta nacional de Barrios de Pie, quien con voz quebrada afirmó: “El pueblo nos necesita más que nunca. No podemos regalarle a la derecha nuestro pueblo”.

 

Cerrando la serie de oradores, Esteban Castro aprovechó para homenajear a todos los trabajadores de la Economía Popular que, desde los clubes de barrio, comedores, merenderos, centros culturales, entre otros, realizaron la “gesta patriótica que garantizó la vida durante la pandemia, demostrando qué es el amor al pueblo”. Por último, con mucho ímpetu insistió en recalcar que esta no es una marcha de apoyo y que presentaban y reclamaban la aprobación de la Ley General de Tierra, Techo y Trabajo. “Presentando esta ley, el día de hoy, estamos haciendo un aporte a la unidad de parte del movimiento obrero popular para que el Frente de Todos gane las elecciones y podamos seguir dando las discusiones que queremos dar”. Castro se retiró dándole un beso a la estatua de la virgen y persignándose.

Entre los aplausos de culminación, aferradas a un vallado, Vanesa, trabajadora estatal, y su pequeña hija Malena saludaban alegremente a familiares y compañeros que ocupaban la grada sobre el escenario. “En una fecha como hoy es necesario estar en la calles. Siempre trato de estar presente en estos días, siento que son días que nos fortalecen y dignifican como trabajadores. Hoy tenemos que estar más que nunca. Hace 20 años yo estaba cortando una ruta y nos planeamos ser trabajadores desocupados, veinte años después hablamos de trabajadores de la Economía Popular”, dice orgullosamente Vanesa.

Mientras las banderas eran plegadas, las militancias abandonaban serenamente la ancha avenida. A un costado del escenario se oía el ruido perdido de algún redoblante solitario y una bandada de jóvenes se abalanzaba sobre Onorato, Castro, Fernando “Chino” Navarro y otros dirigentes para tomarse fotos. Sobre un cordón, un hombre formaba un asiento de cartones para una mujer que denotaba mucho cansancio. Luciano Álvarez, miembro del Movimiento Popular Los Pibes, describía felizmente la jornada como “única y hermosa, con miles de laburantes defendiendo y exigiendo derechos”.

Una marcha de Liniers a Plaza de Mayo por tierra, techo y trabajo

Una marcha de Liniers a Plaza de Mayo por tierra, techo y trabajo

Este sábado, bajo la agenda de “tierra, techo y trabajo”, se desarrolló una movilización convocada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Como viene sucediendo desde la primera convocatoria ocurrida en el año 2016, contó con la participación de numerosas agrupaciones sociales, políticas, gremiales y representantes de comedores comunitarios.

A propósito de la coincidencia con la fecha de homenaje a la figura de San Cayetano, patrono del pan y trabajo, y en el contexto de la gravísima crisis económica agudizada por la pandemia, la concentración inició a las 8 de la mañana en la Iglesia de este santo en Liniers, donde se unieron con la peregrinación de los Misioneros de Francisco quienes venían caminando desde el miércoles desde Luján. Luego partieron rumbo a Plaza de Mayo con tres paradas previas en Flores, Once y en la Feria de Plaza Congreso, respectivamente.

En Plaza de Mayo, una multitud de personas de distintas organizaciones político-sociales esperaban a la columna que llegaba de Liniers. Mientras tanto, desde el escenario preparado para el acto central, se incitaba constantemente al uso correcto del barbijo y a mantener la distancia. Una vez arribada esta última columna, y tras entonar las estrofas del Himno Nacional, se dio lectura de un documento en el cual, al tiempo que se habló de las nuevas injusticias sufridas por los sectores populares en el contexto pandémico, se exigió la aprobación de un salario mínimo universal, un abordaje integral de la economía popular, políticas de inclusión para las personas en situación de calle, acceso a créditos no bancarios y cumplimiento de la ley de góndolas, entre otras cuestiones.

Luego fue el turno de los oradores. El primero en hacer uso de la palabra fue Gildo Onorato, secretario general adjunto gremial de la UTEP y miembro del Movimiento Evita, quien celebró el reciente reconocimiento de aquella organización gremial como sindicato y destacó la labor del ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, aclarando que a pesar de las diferencias siempre escuchó los reclamos de los trabajadores. En este sentido se encargó de brindar su apoyo a la candidatura como diputado nacional de Arroyo, explicando que con él la agenda de los trabajadores populares tendrá su lugar en el Congreso. Al mismo tiempo, expresó su deseo de que las cooperativas tomen preponderancia en la producción, accediendo a nuevos mercados de consumo y adquiriendo reservas con el objeto de reactivar la economía desde abajo, otorgándole protagonismo al polo obrero.

En segundo lugar habló Norma Morales, secretaria general adjunta de Somos Barrios de Pie, quién apuntó contra las acusaciones mediáticas que afirmaban que la marcha era en contra del gobierno actual y un foco para la propagación del virus. Por el contrario, aseguró que los movimientos sociales fueron los primeros en asistir, cuidar y proteger a las personas de los barrios populares de la información falsa. Además, reclamó por el reconocimiento económico a las mujeres que realizan tareas esenciales dentro de los barrios y que están invisibilizadas. Al mismo tiempo, aclaró que la categoría de “planeros” es una falta de respeto, ya que lo que se está pidiendo es el acceso a una vida y salario digno.

Posteriormente tomó la palabra Dina Sánchez, secretaria general adjunta de UTEP e integrante del Frente Popular Darío Santillán, quien en un ferviente discurso celebró el retorno de los militantes a las calles y el valor del nuevo sindicato para todos los trabajadores que hasta el momento estaban excluidos del sistema. Aseguró que la única salida para la situación que atraviesan las economías populares es el trabajo colectivo, y propuso a los actuales candidatos discutir la agenda de tierra, techo y trabajo.

El cierre estuvo a cargo de Esteban Castro, Secretario general de la UTEP y militante del Movimiento Evita. Al igual que el resto de los oradores, destacó la importancia de tener un sindicato, valoró el esfuerzo de las columnas que marcharon desde San Cayetano y le pidió a este santo que bendiga a todos los asistentes. Finalizó su discurso, celebrando la unidad en la lucha por los derechos de los excluidos.

El eje de esta marcha, que se replicó en distintas áreas del país, fue el concepto de trabajo digno para los sectores populares. Los interlocutores coincidieron en manifestarse en contra de la actual concentración y extranjerización de la economía, que –señalan- es totalmente opuesta a la idea de la construcción de una Argentina con menos pobreza. Así y a partir de esta movilización buscan que el presidente Alberto Fernández y sus asesores se hagan eco de estos pedidos, en clave de visibilizar la defensa social y económica de las distintas organizaciones comunitarias.

Nació la Unión de Trabajadores de la Economía Popular

Nació la Unión de Trabajadores de la Economía Popular

 

Miles de personas se encontraron en el Club Ferrocarril Oeste, el 21 de diciembre, para festejar el nacimiento de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). Referentes de diferentes organizaciones populares, sindicales y políticas se hicieron presentes para acompañar la creación del sindicato.

La UTEP nació de la materialización de cuatro años de resistencia a las medidas neoliberales. Surgió como una herramienta gremial, con el objetivo de permitir la participación de este sector específico en la construcción de políticas públicas.

“Durante 4 años nos dedicamos a limar asperezas -cuenta Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán-. En aquel diciembre del 2015, sabíamos que nos venía lo peor y que la unión de todo el movimiento de las organizaciones populares era el único frente posible”.

La creación formal de este sindicato único es un paso más en la legitimación de las nuevas formas de trabajo autogestionado, producto de la incapacidad del sistema económico y social imperante, que no garantiza las condiciones mínimas en la reproducción de la vida. Una gran masa de trabajadores desplazados hacia la nada, se ha organizado para resistir a un capitalismo, cada vez más concentrado y tecnologizado.

En la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) confluyen organizaciones que se conformaron a medida que se intensificaban las políticas neoliberales, durante los 90, que llevaron a la profunda crisis desatada en el 2001. Cada una de estas organizaciones buscaron su denominación, según se constituían con su propia identidad.

El ahora diputado nacional Juan Carlos Alderete, coordinador de la CCC (Corriente Clasista y Combativa), continúa la línea de pensamiento de Dina Sánchez: “Había que darle contenido político y una salida a los trabajadores que habían perdido todo derecho. La unión de la izquierda con el peronismo, es una realidad, por la unidad de los trabajadores. No podíamos ser tan necios de no unirnos”.

Esteban “Gringo” Castro, Secretario General de la UTEP habló con ANCCOM:“Hoy vivimos una muestra de unidad bajo una personería gremial de todos los movimientos sociales, es un paso gigantesco. Esto es la ‘gremialidad’ de los barrios, de la calle, de algunas unidades productivas, de un vasto sector del campo, que tiene poco campo, pero que produce mucho mejor, alimenta, mucho mejor. Esto no es un apoyo asistencial, ponemos el eje en el trabajo”.

Castro continúo: “Somos trabajadores de una nueva construcción del trabajo, que conlleva el proceso de incorporar nuevas formas de plantearse el trabajo. Casi todos nuestros compañeros están trabajando. Lo que no tienen es derechos. Esto implica un debate muy profundo”.

Hacia el 2011, nacía la CTEP, una Confederación de Trabajadores de alcance nacional, integrada por organizaciones como ‘Patria Grande’, ‘La Dignidad’, el ‘Movimiento de Trabajadores Excluidos’ (MTE), ‘La Darío Santillán’, la ‘Corriente Clasista y Combativa’ (CCC) y el ‘Movimiento Nacional Campesino Indígena’, entre otros.

ANCCOM dialogó con Rafael Klejzer, referente del Movimiento Popular ‘La Dignidad’: «Nosotros –dice- adscribimos a una corriente ideológica que nos parece mucho más importante: la realidad».

¿Cómo explicarían la creación del Sindicato de Trabajadores de la Economía Popular?

R.K.: Es un sindicato de trabajadores, una representación gremial y como tal tiene que ver con la dinámica y con la etapa histórica que se vive. El sindicato, como lo conocemos hoy, no es el mismo que planteaban los anarquistas panaderos en 1870, no es el que se planteaban los trabajadores estatales en 1920, ni el de los mecánicos en 1970. Los trabajadores de la economía popular se plantean otra cosa. Las representaciones sindicales tienen que ver con la realidad que viven los trabajadores en un momento histórico. Primero aparece la representación y después, los marcos legales que dan legalidad a ese sindicato. Nuestro sindicato estuvo diez años peleando, cinco años luchando por una legalidad. En 2015 nos dieron una representación muy informal, dentro de lo que es la ley de asociaciones sindicales y recién ahora está tomando forma la inscripción.

¿Cómo sería la relación con el Estado?

RK: Es un problema ideológico: si sos una cadena de transmisión de las políticas del Estado a los trabajadores o si representás los intereses de los trabajadores frente al Estado. Son dos formas de ver el mundo. Nosotros adscribimos a que somos los representantes de los trabajadores, para cualquiera, nos plantamos con autonomía y con independencia política.

¿La economía popular es considerada para el Estado como una economía del ‘pobrerío’?

RK: Nosotros somos trabajadores sin patrón, pero nuestros derechos nacen de políticas públicas estatales, así que hay que ir a discutir ahí. La economía popular, no es una economía del pobrerío, ni de la subsistencia, sino que es una alternativa a la economía de mercado que no puede resolver la reproducción de la vida.

¿Y cuál tiene que ser el rol del Estado?

Si vos tenés un Estado represivo, como el de la Ciudad de Buenos Aires, donde no quieren el trabajo en la vía pública, es imposible que se generen puestos de trabajo. Si nosotros podemos discutir con el Estado, regularizar empleo, trabajo en la vía pública, tiene un impacto de 20.000 o 25.000 trabajadores nuevos. Es muy importante el rol del Estado. Si vos tenés un Estado que no regula nada, el lobo se come a la oveja.

¿Se disputa el territorio, la calle, como un mercado de oferta y demanda?

RK: Generalmente las sociedades han realizado su intercambio en los espacios públicos. Tiene que tener una función social el espacio público, que es un lugar de encuentro y de intercambio, en la medida en que uno ocupe el espacio público va a haber una mayor seguridad, intercambio y mayor solidaridad. Y otra cosa, con respecto al territorio, la economía popular, a diferencia de la economía de mercado, tiene un desarrollo extensivo, federal.

A: ¿De red?

RK: Exacto y es muy poroso en la comunidad, es decir, que si vos generás a través de la economía popular y las cooperativas o los consorcios de trabajadores, laburo, tiene un alto impacto en la propia comunidad, porque lo que gana ese laburante lo consume en el territorio. No hay fuga de divisas, no cambia dólares, sino que lo gasta en la comunidad, eso genera un movimiento importante.