Pan, techo, trabajo, gas, remedios…

Pan, techo, trabajo, gas, remedios…

Organizaciones sociales, familias y jubilados marcharon en el Día de San Cayetano – patrono del pan y el trabajo- en repudio al acuerdo con el FMI y al ajuste implementado por el gobierno. Encabezaron la multitudinaria marcha miembros de Barrios de Pie, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y de la Corriente Clasista Combativa (CCC). También participaron UTECTERA y sectores de la CTA Autónoma.

Desde los parlantes se sucedían temas de Callejeros y de Las Pelotas, mientras al lado del escenario y en las avenidas que conectaban con la Plaza de Mayo la gente esperaba, se organizaba bajo la bandera que los agrupaba y aunque vestían distintos colores, los unía la incertidumbre, el desempleo y a veces también el hambre.

Mario Sivila, de Barrios de Pie, trabaja en una cooperativa porque “después de los cincuenta años no te quieren tomar en ningún lado”. Sivila tuvo su último trabajo en 2009 como técnico carrocero de colectivos y no volvió a encontrar estabilidad laboral desde entonces. “Vinimos a pedir por trabajo y porque no nos alcanza la plata para toda la familia”, dice. Por su parte, Leonardo Macil es de La Plata, también miembro de Barrios de Pie, lleva dos años sin trabajar y vive con lo que sus amigos y familia pueden brindarle mientras espera recibir una pensión por discapacidad. “Hoy vine sin comer, por ejemplo, con lo puesto nomás”, cuenta desanimado.

Romina Vargas de la CCC se encuentra desocupada y vive de algún que otro trabajo y de la cooperativa: “Venimos por el lema techo, pan y trabajo. Creemos con nuestros compañeros que un plan no te sirve para nada, queremos un trabajo digno para llevar el pan a nuestros hijos y nietos”, afirma.

Mercedes Villarreal de 69 años, es miembro de la CCC de Pilar, jubilada “y con poco sueldo”, agrega entre risas. Villarreal se acercó a la marcha en representación de los jubilados y cuenta en diálogo con ANCCOM: “Con las enfermedades, el gas, la luz y los impuestos no se puede…pago los impuestos antes que comer”.

María Alegría Guiraldo Ríos de la CCC es de Chacarita, tiene 78 años y no trabaja ni recibe jubilación. Cuenta que vive de lo que comparten en la organización: “Vinimos a marchar para que nuestro presidente cambie, para que ablande su corazón con la gente humilde”, reclama. Por su parte, Cristian Capute del Movimiento Evita, desde el cordón de la vereda dice: “Siempre vengo el 7 de agosto porque San Cayetano para mí es algo importante, vengo para agradecer y para pedir porque la situación está muy difícil en lo laboral”. Aunque trabaja, asegura que su situación cambió y también el país y que las expectativas de la gente han bajado mucho. Además señala: “Con cada elección se cambia de país y hay cosas que hay que mantener, que no se discuten, que no se puede volver para atrás, le falta madurez al país para crecer y para poder programar algo. El Estado tiene que proteger a los que menos tienen”, concluye Capute en desacuerdo con las políticas liberales del gobierno.

Sabrina Rosales es de La Plata y forma parte del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). “Estamos en contra de las políticas de trabajo, vinimos a luchar contra esto que nos perjudica. Aparte de trabajar como promotora ambiental, colaboro en un merendero donde antes teníamos 50 chicos y ahora tenemos más de 100 y se van sumando más. La idea era que tengan apoyo escolar pero cada vez vienen más a comer porque no pueden comer en su casa”, detalla.

La plaza y los alrededores estaban llenos de hombres y mujeres, jóvenes y familias enteras con chicos que jugaban con pelotas o madres con bebés en brazos, como es el caso de Patricia Treisse, de Peronismo Militante, que se encuentra desocupada y es madre de tres hijos: “Vine porque está jodida la situación laboral y también porque los planes han bajado, ya ni los pobres tienen derecho a algo”, dice mientras sostiene a la bebé que la acompañó porque no tenía con quien dejarla.

Epifanía Espíndola es de Paraguay pero vive hace ocho años en Argentina, trabaja en una cooperativa textil del MTE: “Acá se ve la necesidad que la gente está pasando. Hay escasez de trabajo, muchos despidos y no hay sacrificio que alcance, ni siquiera haciendo nuestras cositas en la cooperativa”, dice “Fani” mientras camina con su grupo apurada por encontrar un lugar alrededor del escenario.

El acto de cierre fue contundente con respecto al desacuerdo con el FMI y con la exigencia de la aprobación de distintas leyes, en particular la de Emergencia Alimentaria. Desde arriba y desde debajo del palco se pedía lo mismo: pan, paz, techo, tierra y trabajo.

El fantasma de la crisis

El fantasma de la crisis

Parque Industrial Villa Flandria, Jaureguí.

Caminar por las calles de la localidad de Jáuregui, a 20 kilómetros de Luján, es como estar recorriendo las calles de Bélgica. Las fachadas  se realizaron a imagen y semejanza del país europeo. En cada rincón puede verse el escudo de un tigre y los colores amarillo y negro. Y es que el belga Julio Steverlynck fundó en la década del 20 la Algodonera Flandria y con ella el pueblo. “Don Julio”, así lo llaman sus habitantes, se transformó en un verdadero ícono del lugar, es el personaje que creó un micromundo alrededor de la planta industrial: con ella apareció la primera iglesia, los clubes, las escuelas y otras instituciones, también fue él quien dio a los trabajadores de la fábrica el beneficio de la propia vivienda. Sin embargo, el sueño belga está atravesando su segunda pesadilla. Algoselan la fábrica algodonera más antigua del pueblo debió parar la producción y presenta serias dificultades, según cuentan en Villa Flandria.

Durante  la década del 90, la crisis económica que atravesó el país llevó a la fábrica a la quiebra y los telegramas de despidos masivos no tardaron en llegar. A través de  un remate público Carlos Diforti compró las antiguas instalaciones de la fábrica y en el año 2003 las convirtió en el Parque Industrial Villa Flandria, donde actualmente funcionan más de 20 empresas.

Máquinas produciendo en cadena, camiones que entran y salen con mercadería, humo saliendo de las chimeneas, trabajadores que se desplazan de un lado al otro, parece ser el escenario natural de Villa Flandria. Sin embargo, al final de las calles se vive otro clima. Una fábrica vacía, silencio e incertidumbre. Hoy una nueva crisis azota al sector textil. Algoselan Flandria, la empresa dedicada al hilado, ubicada dentro del parque,  lleva un mes con su producción detenida. Diforti, su actual dueño, dispuso la medida para contrarrestar las políticas del Gobierno que incluyen apertura indiscriminada de importaciones y los tarifazos, sumado a la baja de ventas por la baja del poder adquisitivo de la población.

Algoselan es la fábrica algodonera más antigua del pueblo.

“En el último año el dueño fue acumulando stock, produciendo más de lo que vendió. Ahora, a la caída de venta se le suma la corrida cambiaria y las altas tarifas que paga. Entonces, decidió barajar y dar de nuevo, parar la producción y esperar a ver qué pasa con el país. Arregló con el sindicato para no pagar aportes patronales, mandó a la gente a la casa por treinta días, les continúa pagando el sueldo, pero se ahorra el gasto de comprar materia prima,  de energía eléctrica y gas”, cuenta Rodolfo Bianchi, presidente de la Cámara Textil de Luján.

Roberto Gianini delegado de Algoselan, habló de la situación que padece el rubro textil: “La crisis se viene acentuando hace  un año y ocho meses, desde que se abrieron las importaciones. Antes se vendía menos, pero se seguía vendiendo. Esta situación es cien por ciento culpa del Gobierno que está aniquilando el empleo argentino. Al país entran telas demasiado baratas, con el aumento de luz y gas, más los insumos y sueldos se hace imposible competir”, explica el trabajador. “Algoselan hoy en día cuenta con un millón de metros de hilado terminado en stock que no tiene salida. La empresa apuesta a seguir adelante, pero si el Gobierno no cambia el rumbo de sus políticas creo que como han cerrado otras fábricas, esto le puede llegar a pasar a Algoselan y esta fábrica es muy importante en cuanto a personal”, confesó Gianini.

La situación es delicada, los trabajadores no han querido salir a visibilizar la problemática que viven, ni a dar su palabra a los medios. “La empresa tuvo que optar por seguir trabajando y retrasarse con los sueldos, o parar la producción y respetar el sueldo de la gente. Se arregló con los trabajadores suspendidos cobrar un 85,7 por ciento del sueldo neto, y que no se le iban a descontar los premios”, enfatiza Gianini. A pesar de esto los retiros voluntarios y despidos tampoco tardaron en llegar.

Durante la década del 90, la crisis económica que atravesó el país llevó a la fábrica a la quiebra y los telegramas de despidos masivos no tardaron en llegar.

Gran parte de los trabajadores de Algoselan son empleados de oficio, de edad avanzada que no cuentan con secundario ni una carrera universitaria, y han aprendido lo que saben dentro de la fábrica. “Diforti tenía 66 personas de excedente. Algunos trabajadores de planta fueron reubicados como guardia de portería, realizan tareas de limpieza, cortan el pasto. Un año haciendo eso. También intentó reubicarlos en otra fábrica del parque, Sewtech  que está tomando personal, incluso hay un plan de Gobierno que si lo incorporás al trabajador en otro lugar tenés un beneficio. El tema es que le piden el secundario completo y la mayoría no lo tiene. Otro de los requisitos es que sean personas de 25 a 40 años”, explica Bianchi.

La producción seguirá suspendida hasta el primero de agosto aunque nadie puede contestar con exactitud qué va a pasar. “La empresa apuesta a seguir. Esto se arregla con una ayuda del Gobierno restringiendo la exportación. Actualmente las ventas siguen paradas,  hoy la gente no va a comprarse un jean o una camisa, porque antes de eso tiene que darle de comer a los hijos”, describe el delegado.

En la avenida principal de Jáuregui los perros se pasean sin pedir permiso. La estación de tren parece abandonada, debido  a su poca frecuencia. El pueblo no recibe muchos visitantes y por eso pocos conocen su historia. La historia de un pueblo que nació a orillas del río Lujan, gracias a una fábrica textil. En ese pueblo se vive una atmósfera de tranquilidad y silencio en el aire. Tan calmo y desolado como la mismísima Algoselan con sus máquinas detenidas, hasta que el mercado o el Gobierno lo dispongan.

Día del Periodista precarizado

Día del Periodista precarizado

Como antesala de un nuevo aniversario del Día del Periodista en Argentina, este 6 de junio se llevó adelante la Movilización Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de Prensa, que partió desde  Avenida 9 de Julio y Belgrano. Los motivos de la marcha son, a esta altura, harto conocidos: despidos y cierre de espacios de trabajo, vaciamiento de los medios públicos y persecución a los trabajadores de prensa.

La movilización contó con la convocatoria y el respaldo de la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa, conformada por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (CISPREN) y el Sindicato de Prensa Rosario (SPR), entre otros. Todos se unieron bajo una misma bandera: la defensa del Estatuto del Periodista Profesional y los convenios colectivos de trabajo. Las distintas columnas cruzaron la Avenida Belgrano para dirigirse a las dos grandes cámaras patronales: la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA, comandada por La Nación y Clarín) y la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (ADIRA).

Personas marchando con banderas.

La movilización contó con la convocatoria y el respaldo de la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa en defensa del Estatuto del Periodista Profesional y los convenios colectivos de trabajo.

Fernando “Tato” Dondero es secretario general del SiPreBA, delegado y trabajador del diario Página/12 desde hace 31 años. En diálogo con ANCCOM, sostuvo que “en la semana del Día del Periodista nos juntamos con todos los sindicatos del interior para hacer una marcha, con todos los reclamos acumulados durante este año, y fundamentalmente para repudiar la política de vaciamiento que está llevando adelante Hernán Lombardi” (titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la Nación). Dicha política de vaciamiento de los medios públicos puede ejemplificarse con los despidos en la Agencia Nacional de Noticias Télam, que se suman a los perpetrados en enero en Radio Nacional, además de los recortes presupuestarios efectuados sobre Canal 7.

En tanto, en un medio privado como Página/12 se abrieron retiros voluntarios, pero no despidos. No obstante, “el año pasado hubo atrasos en el inicio del pago paritario y aún se nos debe plata: como trabajadores estamos padeciendo un deterioro profundo de nuestro nivel salarial”, destacó Dondero.

“Pedimos paritarias libres y defensa de nuestro estatuto y convenio -afirmó secretario general del Sipreba-, pero hicimos una mención también a los medios comunitarios, alternativos, populares y barriales que están padeciendo una situación muy dura porque el gobierno no cumple con lo pautado en cuanto a los dineros de fomento y, obviamente, porque les pega de lleno toda la política de ajuste y tarifazos que ya todos conocemos”. Por eso, también acompañó a la movilización la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA).

Personas marchando con bombos.

La Movilización Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de Prensa partió desde Avenida 9 de Julio y Belgrano para dirigirse a las dos grandes cámaras patronales, ADEPA y ADIRA.

Además de la Red, adhirieron y manifestaron su apoyo gremios tales como el Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Capital Federal y Gran Buenos Aires (SIVENDIA), y la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Para el cierre, Dondero expresó la necesidad de realizar “un llamado a las centrales sindicales para que organicen un paro general con plan de lucha porque pensamos que este plan ajustador del gobierno viene por los trabajadores, y necesitamos una máxima unidad en la acción”.

Por su parte Cecilia Claps, productora periodística y delegada por SiPreBA en Radio del Plata, manifestó que actualmente “el conflicto en la radio no escapa al conflicto de los medios en general, conflicto que ya lleva dos años y medio, con pago de salario en cuotas, deudas, falta de insumos para el trabajo, y falta de elementos de higiene en las emisoras; en suma, un claro vaciamiento por parte de los empresarios. La idea de ellos es que de los 120 trabajadores que iniciamos el conflicto queden en la emisora solamente 60”.

En este marco la semana pasada se despidieron a 30 empleados, entre los cuales se incluía a la propia Claps, aun siendo delegada. “Cuando recibimos los telegramas de despido, no nos dicen nada de la indemnización, porque ellos aducen un problema económico, y que el accionista no va a poner más plata”, recordó (dicho accionista es en referencia a Electroingeniería SA). Al ser considerado un despido masivo intervino el Ministerio de Trabajo y dictó la conciliación obligatoria, retractó los 30 despidos y todos pudieron volver a sus puestos de trabajo.

Vista desde el escenario de la marcha y las banderas, se ven personas de espalda sobre el escenario observando la marcha.

El escenario se ubicó frente a las sedes de ADIRA y ADEPA.

Compromiso social

Desde un escenario montado frente a las sedes de las cámaras patronales ADIRA y ADEPA, habló Edgardo Carmona, secretario general del SPR (Sindicato de Prensa Rosario). Frente a un duro panorama, eligió iniciar sus palabras con un sesgo esperanzador: “Me decían en la marcha que no teníamos nada para festejar. Pero sí, tenemos mucho para festejar: la tercera marcha, la consolidación de este espacio que es la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa, donde hemos depuesto nuestras diferencias circunstanciales para coincidir en los ejes fundamentales que hoy afectan a los trabajadores de prensa”, aseguró eufórico.

Luego, al emprender un breve recorrido por los pilares del ajuste macrista, declaró: “Para que ese plan sea viable, este gobierno entregó en el altar de uno de sus dioses que es Clarín, la Ley de Medios, destruida a decretazos de necesidad y urgencia. Este gobierno sabe como nadie que para poder implementar su plan de exterminio del pueblo argentino debe consolidar el blindaje mediático”.

Al finalizar su discurso, Carmona reconoció que el periodismo va mucho más allá de un salario, un convenio colectivo o un estatuto: “El periodismo es mucho más que todo eso, es la liberación, la garantía de la información plural, el compromiso social con nuestro pueblo”, sostuvo.

Personas en la marcha con banderas.

Los sindicatos repudian la política de vaciamiento que está llevando adelante Hernán Lombardi en los medios públicos.

Las cifras del recorte

Publicado recientemente por SiPreBA, el informe sobre puestos de trabajo en los medios inpacta por su contundencia. La crisis que atravesaron los medios de comunicación en 2016, con 1.300 empleos perdidos sólo en el ámbito porteño, no finalizó (como era de esperar) en 2017: se registraron 500 nuevas desvinculaciones en el sector, entre despidos directos, “retiros voluntarios” y jubilaciones anticipadas.

“Fue un año signado por cierres tales como el de la histórica Agencia Diarios y Noticias (DyN), que dejó a 96 trabajadores de prensa en la calle; o Revista 23, donde de las 14 personas que hacían la revista, la empresa solo reubicó a dos; o el de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR), la planta impresora de Clarín que dejó a centenares de trabajadores en la calle”, detalla el documento.

Las empresas que mayor cantidad de trabajadores despidieron o pasaron a retiro fueron La Nación y Clarín, superando el centenar. En suma, desde 2016, a nivel nacional se perdieron cerca de 3.000 puestos de trabajo en los medios. Realidad preocupante porque, como bien destacó Claps, “menos trabajo es menos voces, y menos voces es menos libertad de expresión”.

Mujer sosteniendo un cartel de reclamo salarial.

El informe publicado recientemente por SiPreBA sobre puestos de trabajo en los medios impacta por su contundencia.

Mujer sosteniendo un paraguas de Sipreba.

Desde 2016, a nivel nacional, se perdieron cerca de 3.000 puestos de trabajo en los medios.

¿El futuro en picada?

¿El futuro en picada?

“Entre el gas, la luz y el agua tenemos prácticamente 200 mil pesos de gastos, así es muy difícil salir adelante”, sostiene ante ANCCOM Luis Figueroa, presidente de la comisión coordinadora de la cooperativa. Como una carta de presentación, la frase pone de relieve uno de los conflictos más urticantes a nivel macro y microeconómico en la actualidad. Gestionada por sus trabajadores desde 2002, y establecida definitivamente como cooperativa hace una década, Torgelón es un botón de muestra de un colectivo de empresas que se insertan en el mercado intentando esquivar la lógica verticalista y jerárquica del capitalismo ortodoxo. No obstante, la realidad de la reconocida usina de salames, jamones y otras delicias no escapa a la recesión imperante. “Antes trabajábamos ocho horas todos los días, hoy en día trabajamos seis e incluso cuatro, la ventas caen cada vez más, por ende la producción también; la cuestión gubernamental es otra traba para la distribución a cadenas de supermercados. Hace cuatro años que presentamos los papeles para licitar productos clave como el salame picado fino, el milán y el jamón crudo, todavía no obtuvimos respuesta”, reflexiona Figueroa.

En la misma línea opina Víctor Sena, uno de los encargados del deshueso y el desangrado final de la carne destinada a ser embutido, quien identifica el problema no solo a nivel productivo, sino también cultural. “Los servicios subieron un mil o mil cien por ciento en dos años y nosotros no hacemos un producto de primera necesidad, antes la picada del fin de semana era una cuestión religiosa, desde hace dos años, si podés comer una por mes ya es mucho”, explica con gesto de resignación. Sena es uno de los trabajadores más antiguos del establecimiento, vivió en carne propia la transición al cooperativismo. “La situación fue complicada, los patrones se fueron y se llevaron todo, como estábamos desesperados por llevar un mango a la casa nos organizamos y el que se quiso ir, se fue”. Más allá de puntos de vista diferentes o entredichos propios de la convivencia laboral, el cooperativista resalta la horizontalidad en la toma de decisiones. “No hay nada más democrático que una cooperativa”, asevera.

Si bien ciertos movimientos y ausencias dentro de la fábrica generaban algo de desconcierto, ningún integrante se imaginaba allá por 2002 lo que podía llegar a suceder. “Fue medio raro porque en esa época se trabajaba muy bien acá, hacíamos horas extra y nos quedábamos hasta las siete de la tarde, no nos imaginábamos que (la empresa) iba a quebrar. De repente vinieron y nos dejaron sin nada”, relata José Contreras, mientras manipula una pata de jamón crudo. Contreras trabaja en Torgelón hace 19 años, aunque se encarga principalmente del secado de jamón y salamín, se define como un «multifunción». Precisamente la versatilidad para ocupar diferentes puestos es lo que permitió el crecimiento y la consolidación de la empresa. “Al principio nadie sabía que iba a pasar ni lo que iba a hacer, pero de a poco fuimos volviendo a producir, a llamar a los clientes, nos dieron subsidios para comprar maquinaria y materia prima, y en dos años pudimos volver a funcionar con cierta normalidad”, detalla.

La comisión directiva está conformada por un presidente, un secretario, un tesorero, dos vocales, un síndico y un suplente de síndico. Las elecciones se dan cada tres años, con asambleas intermedias ante casos particulares como compra de materiales o decisiones comerciales. “Nosotros antes no estábamos acostumbrados a tomar decisiones ni a ser responsables de la empresa, somos 58 empleados y hay 70 opiniones; el consenso es difícil pero de todas formas es posible, no hay grandes conflictos”, afirma Figueroa, quien preside la cooperativa hace siete años.

El edificio, una mole de concreto que ocupa prácticamente media manzana, se encuentra en la frontera entre Caballito y Flores. Casi el 90 por ciento del espacio está ocupado por el sector de producción, mientras que el 10 por ciento restante lo ocupa la administración. Esta división es notoria no solo a nivel estructural y físico: las cinco mujeres abocadas a las actividades “de oficina” representan el único personal femenino de la cooperativa.

“La situación del país está mal, pero creo que de a poco y unidos vamos a mejorar” asegura Lucila Invitto (24), quien se encarga del archivo y el registro mensual de ventas. Una de las voces más experimentadas, dentro del sector en particular y de la fábrica en general, es la de Patricia Almendra (54), encargada de las cuentas corrientes y empleada desde hace más de 30 años. “Al principio fue muy difícil, era llorar y llamar a los clientes para avisarles que íbamos a seguir, siempre hubo continuidad, la cuestión era especializarse en el sector propio de cada uno, y después aprender a hacer un poco de todo; ahora la situación no está bien en general, pero yo soy optimista por naturaleza, me convenzo y me creo que vamos a salir adelante. A como está el país, nosotros estamos bárbaro”.

A pesar de la visión positiva, Almendra entiende que parte del personal no está comprometido con el trabajo colectivo, e intenta imponer su voz ya sea por su condición masculina o por su antigüedad. “Hay gente que no entiende que tiene que trabajar hoy para cobrar mañana, es un frigorífico machista, a veces una alza la voz y no le prestan atención”.

Martín Fierro: el otro lado de la fiesta

Martín Fierro: el otro lado de la fiesta

Anoche, mientras se celebraban los premios Martín Fierro, cientos de trabajadores se agruparon en las afueras del hotel Icon Alvear para reclamar contra el recorte presupuestario, el vaciamiento de contenidos y los despidos en los medios públicos.

Representantes de TV Pública, de Radio Nacional y de la agencia oficial de noticias Télam, junto a todos sus sindicatos de prensa y televisión, se manifestaron en la entrada del lugar bajo la consigna “Que no te apaguen los medios públicos”, a raíz de la difícil situación que están pasando sus empleados.

Sebastián Struciat, integrante de la producción de Encuentro y de Paka Paka, explicó a ANCCOM respecto de la movilización que “hace más de dos años que existe el conflicto y no estamos teniendo respuestas claras ni de (el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos) Hernán Lombardi ni del gobierno. La intención es generar un vaciamiento de los contenidos. Desde su punto de vista, como no produce ganancia, todo lo que tiene que ver con lo público no merece presupuesto. Por esto hoy nos encontramos en la lucha”.

Manifestación de trabajadores de la TV en la puerta del Hotel Alvear durante la celebración de los premios Martín Fierro.

Durante la entrega de premios, algunos actores y periodistas mostraron un cartel con la leyenda «que no te apaguen los medios públicos».

Y mientras los famosos pasaban solo a metros de las banderas y del agite, Cecilia Bachetta, delegada gremial de APJ (Asociación del Personal Jerarquizado), quien fue despedida por considerar que su labor sindical no era compatible con el que hacía en TV Pública, comentó: “esto viene complicado, mirá la gente que hay acá. Son más de trescientos despidos, con ajuste y recorte”.

A su lado, entregando folletos que informaban los motivos de la lucha, Agustín Lecchi, representante de SiPreBa (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), agregó que el próximo miércoles 6 de junio tendrá lugar la marcha federal del periodista junto a los trabajadores de prensa de todo el país.

Una marcha para que en la TV Pública, en Radio Nacional y en Télam no haya más despidos ni vaciamientos. Para que vuelvan a ser vanguardia, y para que vuelvan a ser de calidad.