Mar 7, 2019 | Comunidad, Novedades

Con el comienzo de 2019, el Gobierno sigue firme con la política de no convocar a negociaciones paritarias, lo que provocó manifestaciones por parte de la comunidad educativa en los meses de diciembre y enero, y generó un acatamiento de casi el 90% a un paro nacional el 6, y 8 de marzo, este último día en coincidencia con el paro nacional de mujeres.
El mes de marzo siempre pone a flor de piel diferentes realidades en una Ciudad por momento caótica. Con la vuelta de las vacaciones y ante el inminente inicio de clases, los gremios docentes CTERA, Ademys, la Conadu y SADOP convocaron al cese de actividades por 72 horas. La primera de las gremiales docentes, con Sonia Alesso a la cabeza, estuvo presente, cerca del mediodía, en la Plaza de Mayo para manifestar su repudio a la política educacional del macrismo. Además, en la semana mediante un comunicado, exigió inmediatamente “la recomposición de las negociaciones salariales sin techo, condiciones dignas para enseñar y aprender”, defendiendo así el sistema provisional y al mismo tiempo oponiéndose a la reforma laboral.
El rechazo de la comunidad docentes y las gremiales es hacia el decreto 52/18, que quitó el derecho de la negociación colectiva a todos los docentes del país. Esto incumple la ley de Financiamiento Educativo Nº 26.075 y pone en riesgo a los alumnos y al ambiente de trabajo. Lo cierto es que Alejandro Finocchiaro, ministro de Educación de la Nación, en la reunión con sindicatos nacionales, anunció el aumento del salario mínimo docente a 15.000 pesos. En contraposición, una familia tipo necesita 26.443 pesos -según el INDEC- para no caer en la línea de la pobreza, con respecto a la canasta básica propuesta por el Gobierno.
Mariano Recalde, legislador de la Ciudad de Buenos Aires por Unidad Ciudadana, declaró en la marcha a ANCCOM: “Lo que se ve hoy es docentes reclamando cuestiones básicas a un Gobierno que le da la espalda a la educación”. Teniendo en cuenta lo ocurrido con el proyecto de UNICABA, la legislatura porteña se ha convertido en un escenario de lucha, pero que cuenta, luego de muchos años con la mayoría del oficialismo: “La situación es extraña. Es la primera vez que el Gobierno tiene la mayoría absoluta y automática en la Legislatura. Se ha convertido en una escribanía. De todas maneras, estamos dando la pelea ahí, haciendo que se escuche la voz de los vecinos”, explicó Recalde. “La idea es recuperar la inversión, que se construyan las escuelas que se aprobaron por mail. No exigimos los kilómetros de subte, sino que el Estado se haga presente en base a lo que se pautó”, culminó Recalde, exigiendo a la vez declarar la emergencia nacional educativa.
Santiago Gándara, miembro de la CONADU Histórica también dialogó con ANCCOM y se refirió a la facultad de Ciencias Sociales, en la que se desempeña como titular de cátedra de Teorías y Prácticas de la Comunicación II: “Tenemos previsto un plan de lucha y el no inicio de clases para el 25 de marzo”.
Con el sol impactando de lleno en los cuerpos de los presentes en Avenida de Mayo y Bolívar, la marea de banderas no se detuvo en ningún momento, a pesar de ser jueves al mediodía, con una temperatura que superaba los 30 grados. Al costado de las columnas del Cabildo se dispuso un escenario donde tomaron posición los más importantes referentes del movimiento gremial docente. En primer lugar, Carlos De Feo, Secretario General de CONADU abrió el acto exclamando: “Mientras haya un maestro, una maestra, un profesor o una profesora de pie, este pueblo no va a estar de rodillas y seguiremos luchando”. Además declaró: “Este Gobierno fracasó en todo lo que se propuso, pero además fracasó en detener esto porque no nos van a doblegar, vamos a vencer”.
El calor no parecía ser enemigo de una plaza que crecía en caudal de gente con cada minuto que pasaba. Y la cofradía entre públicos y privados se hizo más presente que nunca con el discurso de la secretaria General de SADOP, María Lazzaro: “Le pedimos al Gobierno que nos convoque a paritarias de las que nos ha excluído sin ningún argumento. Hoy los docentes públicos nos han unido reclamando que hay 30.000 docentes que desde el año 2017 no reciben un solo peso de aumento”. Según un relevamiento de los privados, se estima que el acatamiento al paro tuvo un 76% de efectividad por parte de los suyos, cuando en el público se estima un acatamiento del 90% a nivel nacional, según fuentes de la CTERA.
Promediando la una de la tarde, el escenario ya era una postal de hermandad. Todos los gremios docentes aunados bajo un mismo reclamo. Las insignias eran apenas diferencias y los colores conformaban un cuadro de unión frente a aquellos que creen que podrán avanzar sobre la educación pública. Para cerrar, Sonia Alesso, secretaria General de CTERA declaró ante la multitud de alumnos y docentes mancomunados y unidos en defensa de la educación pública: “Estamos nuevamente en las calles para juntos decirle a la sociedad que no será con nuestra complicidad que realicen el ataque a la escuela y a la universidad pública.” Para finalizar sentenció: “Aunque no quieran escucharlo, nuestros pibes y pibas llegan con hambre a la escuela. Aumentó la pobreza y no podemos ser indiferentes ante ese dolor. Nos quieren callados, arrodillados y disciplinados”.
Nov 28, 2018 | Novedades, Trabajo

Los Recuperadores Urbanos de la ciudad representan cerca de 5.300 trabajadores.
Los cartoneros formalizados y reconocidos por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como “Recuperadores Urbanos” se encuentran en proceso de reapertura de paritarias debido a la fuerte devaluación y la consecuente inflación de los últimos meses.
En la última movilización a Av. Martín García 346, edificio del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, los funcionarios decidieron no responder al reclamo de los cartoneros, que se quejan, entre otras cosas, por la falta de atención. Como respuesta a esta omisión, las cooperativas han decidido no brindar la información que deben transmitir a las autoridades respecto a su trabajo. “Hemos decidido no mandar más información al gobierno. Venimos de la calle, de comer de la basura, y ahora nos tratan peor que la basura”, reclama Cristina Lescano, presidenta de la Cooperativa El Ceibo. “Nos piden que les enviemos información de nuestro trabajo pero no tenemos ni internet para hacerlo, yo tengo que hacer un excel desde el celular o ir a un cyber para enviárselos”, explica Daniela Montenegro, secretaria de la Cooperativa Cartoneros del Sur.
Los Recuperadores Urbanos de la ciudad representan cerca de 5.300 trabajadores y se encuentran agrupados en doce cooperativas que están integradas al servicio público de higiene urbana, junto a cinco empresas de recolección de basura y al Ente de Higiene Urbana (organismo público). Su labor principal es recolectar todo el material reciclable que se genera, lo cual representa en la actualidad 600 toneladas diarias.

Actualmente se recolectan 600 toneladas diarias de material reciclable.
Estos recuperadores perciben entre 6.500 y 11.600 pesos de remuneración salarial por sus tareas de recolección, transporte, clasificación y comercialización de los reciclables. Además, existe un plus de 4% por productividad, que se paga en función de la cantidad de material recolectado. El Ministerio de Ambiente y Espacio Público es el organismo a cargo del pago de haberes y de la provisión y mantención de los uniformes, bolsones, carros, camiones y colectivos que se necesitan para que día a día miles de cartoneros puedan cumplir con su trabajo.
Ahora bien, la formalización de las condiciones de trabajo de los cartoneros no ha logrado llegar a las condiciones de cualquier trabajo en relación de dependencia. Todos los recuperadores se encuentran contratados bajo el régimen de monotributo y la carga del mismo pesa sobre el bolsillo de cada uno de ellos.
En lo que va del año, solo el monotributo aumentó un 28% y la inflación general de precios acumula cerca del 40%. A estos números se debe sumar que el valor de los reciclables permanece estancado. Desde las cooperativas de recuperadores urbanos informan que el único material que se incrementó fue el cartón, que pasó de 4 a 4,50 pesos por kilo. “Podríamos generar valor agregado a los reciclables que recolectamos si contáramos con enfardadoras, algunas cooperativas lo tienen, pero otras como la nuestra no”, informa Montenegro. “La suba del precio del combustible también nos afecta muchísimo, la plata que nos dan no se modificó, para miércoles o jueves ya se nos acaba y tenemos que reponer con plata nuestra. Lo mismo ocurre cuando hay que hacer reparaciones a los camiones, se viven rompiendo porque son flotas viejas”, amplía.

Los cartoneros son contratados bajo el régimen de monotributo, que aumentó un 28% este año.
Desde la posición oficial argumentan que el aumento salarial que ofrecen es la máxima posible, dado que ya han ejecutado un 82% del presupuesto aprobado para este 2018 y, según estimaciones, se llegará a ejecutar el 100%. Sin embargo, fuentes del Gobierno aseguran que la situación de las cooperativas y recuperadores es algo fundamental, y por ello, para el próximo año se realizará reformas en el sector. En primer lugar, buscarán que los recuperadores urbanos pasen a ser recuperadores ambientales (RA), con lo que se busca mejorar las condiciones salariales y laborales, este pasaje impone que el salario mínimo sería de 11.600 pesos. En segundo lugar, intentarán cambiar los carros de los recuperadores por rutas de transporte nuevas, para esto se incorporarán 57 nuevos camiones de traslado.
Desde el sector de las cooperativas miran todas estas promesas con recelo, ya que no sería la primera vez que se acercan este tipo de propuestas. Mientras tanto, los ingresos de los recuperadores y los costos de las cooperativas no corresponden con el contexto económico actual.

El Gobierno promete mejorar las condiciones salariales y laborales. Por su parte, las cooperativas miran dichas promesas con recelo, ya que no sería la primera vez que se acercan este tipo de propuestas.
Jun 21, 2018 | Comunidad, Novedades, Te puede interesar

CONADU convoca a un paro nacional universitario, el lunes 25 de junio, en confluencia con la CTA y la CGT.
En un panorama socioeconómico que acrecienta su oscuridad desde que comenzó 2018, las universidades reciben golpes en todos sus frentes. En el salarial, el Gobierno Nacional defiende como bandera el 15% en cuotas para cerrar las paritarias, cuando los trabajadores piden un 25% con cláusula de revisión automática. En el frente presupuestario se recortaron 3.000 millones de pesos; y como si fuera poco, la gobernadora María Eugenia Vidal plantea que la creación de universidades públicas en la Provincia de Buenos Aires ha sido inequitativa, porque “nadie que nace en la pobreza”, dice, llega a ellas.
Para el lunes 25 de junio CONADU convocó a un paro nacional universitario, en confluencia con la CTA y la CGT. Y también se anunció un plebiscito nacional, con la propuesta de no iniciar el segundo cuatrimestre. ANCCOM dialogó con Federico Montero, Secretario General de FEDUBA y Octavio “Tato” Miloni, Secretario General de la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata, para entender cómo se llegó a este presente, su contexto y el futuro inmediato.

Las universidades enfrentan un fuerte ajuste salarial y recorte presupuestario.
La paritaria comenzó a discutirse en marzo, por lo que quedaba pendiente de 2017 la cláusula gatillo. ”Pero para marzo nosotros lo que queríamos discutir era la paritaria de este año, porque previo a lo que fue la crisis que se vio este último mes, ya había una previsión de inflación muy grande para 2018 con lo que fueron los tarifazos”, explica Montero. Es así que el año comenzó con una agenda cambiada, porque el gobierno quería terminar de discutir lo del año pasado, y los gremios, con urgencia, lo de este año. Los docentes reclaman un aumento del 25% con revisión automática, adaptado proporcionalmente a la inflación, y el gobierno solo propone el 15% en cuotas, a terminar de pagar en enero. “Es importante, la revisión automática, porque hay otra cláusula de revisión que es ‘nos juntamos a discutir qué pasó’ –dice Montero-. Eso lo habíamos tenido en 2016 y no sirvió”. “Nuestro objetivo es no perder con la inflación, que se estima de 30% -expresa Miloni-. Nuestro salario no baja de manera absoluta, pero sí relativa con nuestro poder de compra”. Agrega Montero: “La oferta del gobierno ya era insatisfactoria cuando comenzamos la negociación, pero con los tarifazos, la devaluación, la crisis financiera y el acuerdo con el FMI, ahora esa oferta es más que inaceptable, ya que es imposible prever la inflación”.
En 2017, como dato comparativo, las paritarias se terminaron cerrando el 11 de julio, con una negociación que resultó satisfactoria, por lo que en cuestión de fechas se podría deducir que la situación no es tan crítica. “Lo que no son buenas ahora son las perspectivas, porque nosotros notábamos una actitud de negociación, pero era un momento totalmente distinto ya que había elecciones y económicamente era menos crítico”, explica Miloni. Aunque la propuesta sea del 25%, los sindicatos saben que no lo pueden considerar un porcentaje inamovible, ya que hay que compararlo con otras paritarias. “Tenemos que pensarnos en el marco del Movimiento Obrero, no se puede pensar de que yo voy a sacar lo que pido y la bancaria cierra en el 15 % más adicionales –dice Miloni-. Esto se enmarca en una situación general de negociaciones activas de las diferentes ramas, y vamos a ver cómo se va a dar la pelea”. Otro factor clave para llevar a cabo la negociación es lo que vaya sucediendo con el conflicto docente en la provincia de Buenos Aires, que desde que derogaron la paritaria nacional funciona como una especie de regulador de la paritaria docente, según explica Montero.

Desde que se derogó la paritaria nacional , la provincia de Buenos Aires funciona como una especie de regulador del conflicto salarial docente.
Si abarcamos la problemática en términos más generales, lo salarial es emergente de una situación mucho más estructural de la universidad, que tiene que ver con que el sistema universitario público venía desarrollándose de una forma importante con la creación de universidades entre otras cosas, y en marzo se anunció un recorte presupuestario de tres mil millones de pesos. Este recorte representa un 20% de los gastos de funcionamiento de las universidades, aunque sea solo 3% del presupuesto nacional universitario, ya que no se aplica a salarios, sino a gastos de funcionamiento. Miloni explica que este recorte afecta más directamente a las universidades nuevas, ya que sus creaciones no son decretos que se firman y listo, sino que hay que llevar a cabo el desarrollo de la propia dinámica, y eso requiere nuevos gastos. “Hay algunas que su primera cohorte tendrá tres años, es decir que hay una planta docente acorde a ese tiempo, pero hay que seguir cubriendo los puestos de todos los años de la carrera, que es el contrato académico que el Estado asume con los estudiantes –agrega Miloni-. Por el contrario es muy difícil la proyección de la carrera, es un peligro latente”.
En este marco, aquellas declaraciones de Vidal cuando expresó que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad se pueden anclar como justificación directa de las medidas gubernamentales. Explica Montero: “Es una matriz de pensamiento que es típica de las recomendaciones de los organismos de financiamiento internacional, básicamente del Banco Mundial en los 90, pero también ahora en este gobierno, con la idea de que como los pobres no entran a la universidad, lo mejor que pudiera pasar es que las instituciones públicas dejen de serlo y que haya aunque sea un arancelamiento parcial, con el argumento de que esos fondos serían mejor destinados para la educación inicial, que realmente ahí van los pobres”. Este argumento desplaza la idea de concebir a la universidad como derecho. Los medios masivos apoyan ese argumento oficial y apuntalan a las universidades privadas. “Aunque hagan mucha campaña a favor de la universidad privada, el prestigio de ir a una universidad pública va a ir más allá de lo que digan los medios y el gobierno nacional, que está compuesto por una mayoría de egresados en la educación privada”, concluye Miloni.

Se cumplieron 100 años de la Reforma Universitaria, en el marco de una semana de reclamos.
Con un contexto muy complejo, en consonancia con lo que promueve este gobierno desde el principio pero de un modo mucho más crítico que durante los dos años anteriores, las protestas crecen desde principio de año. La semana pasada se cumplieron 100 años de la Reforma Universitaria que se transformó en una semana de reclamos inaugurada con un paro nacional de 48 horas y tomas de rectorados, y culminó, en La Plata, con una marcha de antorchas hacia el edificio de Gobernación repudiando los dichos de Vidal y sosteniendo el reclamo salarial.
También las protestas se hicieron escuchar en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES), una reunión que se produce cada diez años en el marco de la UNESCO, con rectores, docentes, académicos, ministros y secretarios decisores en materia de políticas de educación superior en América Latina. Su objetivo consiste en que los Estados se comprometan en ciertas directrices generales sobre cómo va a evolucionar la política universitaria en los próximos diez años. Esta vez se realizó en Córdoba y en una universidad totalmente alineada al gobierno. ”La inauguración de la CRES fue el domingo 10 de junio y desde los frentes universitarios organizamos un encuentro latinoamericano previo donde articulamos con un conjunto de actores, rectores, el equivalente de CONADU pero en otros países, movimientos estudiantiles, con el objetivo de realizar una declaración e idear puntos de acción para intervenir todos juntos en el marco de la CRES, para sostener la idea del derecho a la educación”, explica Montero.
Allí participaron más de 1.500 personas y al día siguiente se realizó una marcha por las calles de Córdoba, con cerca de siete mil personas, número muy importante para lo que suele movilizar esta provincia. “La marcha terminó en el rectorado histórico de la Universidad de Córdoba, y resultó en que ese día a la tarde, en la inauguración de la CRES el discurso del Ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro fuera abucheado por todos los presentes, incluidos los rectores de Argentina y toda América Latina, ya que entienden cuál es el contexto”, explica Montero. Las medidas de protesta tienen el apoyo activo de los movimientos estudiantiles y tanto Miloni como Montero consideran esencial.
El 6 de julio, los gremios convocarán a un congreso extraordinario para analizar el resultado del plebiscito que harán para conocer la opinión sobre el posible no inicio del segundo cuatrimestre. Además de la adhesión al paro del próximo 25 de junio, los gremios resolvieron llamar a movilizar el 9 de julio con la consigna “No al FMI, en defensa de la universidad pública”.

Los gremios convocarán a un congreso extraordinario para analizar el resultado del plebiscito que incidirá sobre el posible no inicio del segundo cuatrimestre.
May 10, 2017 | Comunidad
Las federaciones Conadu, Conadu Histórica y Fedun que nuclean a los docentes e investigadores universitarios cerrarán esta semana una medida de fuerza inédita en la última década y en el marco del dilatado conflicto docente: siete días de paro que incluyeron clases y acciones públicas para visibilizar el reclamo por un aumento salarial del 35 por ciento. El epílogo de la protesta se dibujará el martes con una nueva Marcha Federal Universitaria desde Congreso hasta Plaza de Mayo con la participación de docentes, no docentes y estudiantes.
Con protestas y reclamos en diferentes puntos del país, la medida de fuerza tuvo un capítulo especial en la Ciudad de Buenos Aires. Luego de 6 reuniones paritarias, las dos gremiales docentes de la UBA, la Federación de Docentes Universitarios (FEDUBA) y la Asociación Gremial Docente (AGD-UBA) ratificaron el rechazo a la oferta del gobierno nacional de un 18 por ciento que se terminaría de pagar en 2018.
Según Federico Montero, secretario general de FEDUBA, el reclamo de los profesores universitarios excede la recomposición salarial. “En términos más generales es una discusión sobre el presupuesto universitario que ha disminuido en relación al porcentaje del PBI”, puntualizó.
Además, el titular de FEDUBA advirtió que los docentes buscan poner en la mesa de discusión “la cuestión del sistema de producción científica que atraviesa una crisis que no se ha resuelto”. Tanto FEDUBA como AGD coinciden en exigirle al gobierno nacional que cumpla con su compromiso de llevar a cabo un plan para regularizar la situación de los docentes contratados y de los ad honorem, según estaba estipulado en el acuerdo de 2016.
“Es muy sencillo, los índices que se vienen publicando marcan que la inflación va a rondar un 25% y nos ofrecen un 18%, siete puntos menos. Eso sin contar lo que perdimos el año pasado de nuestra capacidad de ahorro y de salario con una inflación del 45% y aumentos del 34%” declaró Santiago Gándara, secretario general de AGD, consultado por esta agencia.
La medida de fuerza se tradujo en clases públicas en las estaciones de subte, frente al Ministerio de Educación, en la puerta del Rectorado y en el Polo Científico Tecnológico, además de en cada una de las Facultades. A la vez, se realizó una bicicleteada en el Obelisco, organizada por AGD, en alusión a la actitud del gobierno nacional de posponer la resolución del conflicto a lo largo de las reuniones. “Nosotros venimos con más de 20 días de paro en el año, la novedad es que todas las federaciones coincidimos del 8 al 13, esto fortalece la medida. Incluso en las Facultades donde la adhesión suele ser más débil se notó”, explicó Gándara.
El martes próximo todas las gremiales docentes convocan junto a las federaciones estudiantiles a marchar del Congreso Nacional al Palacio Pizzurno a las 17:00, en rechazo al ajuste en la educación que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri. “Participan todas y cada una de las federaciones docentes, estudiantiles y todos los colectivos”, subrayó Montero. Para Gándara “la idea es replicar la movilización del 12 de mayo del año pasado para golpear al gobierno y mostrar la legitimidad de nuestros reclamos. Lo que está claro es que sin respuesta o la misma respuesta en todas las reuniones el conflicto se va a mantener”.
Actualizado 11/05/2017
Abr 5, 2017 | Entrevistas
La educación pública está en crisis. Desde la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación, las medidas de ajuste presupuestario han atravesado las diferentes áreas del Estado y la educación no ha sido la excepción. En mayo del año pasado se sintieron las primeras reacciones cuando al conocerse el recorte en el presupuesto universitario y el salario docente, se desencadenaron distintas marchas docentes y estudiantiles. Ahora, el conflicto recrudeció ante la negativa del Gobierno nacional de llamar a paritarias. La propuesta de aumento salarial que cada provincia ofrece a los educadores no se condice con la suba de precios ocurrida durante 2016, excepto alguna que otra excepción.
En el marco del paro general convocado por la CGT para el próximo jueves, los docentes vuelven a la huelga para exigir, una vez más, que se llame a paritarias nacionales. Los estudiantes acompañan el reclamo. Para analizar el conflicto, ANCCOM dialogó con Abril Kravacek, la joven de 17 años que habló en la Marcha Federal Educativa del 22 de marzo junto a los principales referentes gremiales y frente a 400.000 personas. Dice que estaba nerviosa, aunque no se le notó. Habló con fuerza, con ganas, con actitud y con la convicción de sus ideales. “Un pueblo que tiene aprendizaje es un pueblo empoderado y esto no le conviene al Gobierno”, asegura Abril, que no es un mes de treinta días, sino una mujer con valentía. Estudia en la Escuela Técnica Fernando Fader, del barrio porteño de Flores, e integra el Centro de estudiantes donde participa con minuciosa responsabilidad.
¿Cómo nació tu interés por la militancia estudiantil?
Entrar al colegio fue un antes y un después en mi manera de pensar. Antes de entrar al colegio, escuchaba lo que decía la televisión y lo repetía como mi familia; me creía todo y estaba convencida de eso. Y hoy me digo: “Cómo pensaba tal cosa”. El Centro de Estudiantes tiene un rol muy importante, lo viví en carne propia. Yo entré al Centro en 2012, un año muy movido en el movimiento estudiantil. Y me llamó la atención esa idea de que pibes y pibas se juntaban a debatir con la indignación de las problemáticas que estaba teniendo la educación pública, poniéndole nombre y apellido a los culpables de eso, pero no solamente quedándose en esa indignación, sino viendo en conjunto qué medidas tomar al respecto. Cada vez más fui profundizando el tema, ya son seis los años que estoy en el Centro de Estudiantes, y eso no solo me llevó a militar en el Centro, sino que a sentirme cómoda con una organización política, a pesar de ese miedo a lo partidario. Me parece muy bueno encontrarse en un colectivo para organizarse, no sólo con la perspectiva de la educación, sino la idea de ir a otras áreas en las que se observan ciertas injusticias.
A partir de tu inserción en el Centro, ¿pudieron solucionar algunos de los problemas que se planteaban?
El mayor logro del Centro es concientizar a través de la información. Puede que haya gente que no opine lo mismo que nosotros, pero una cosa es opinar con información y otra muy distinta es opinar, repitiendo lo que dicen los demás. Contra los ataques que provienen del Gobierno de la Capital, desde la infraestructura, hasta el presupuesto, pasando por las becas y las viandas. Si bien nosotros pudimos darles batalla, algunas ganamos y otras, no. Y ganar ciertas luchas levanta la autoestima de los estudiantes, es decir, si nos organizamos, se puede. Por otro lado, con la Nueva Escuela Secundaria, a pesar de que nos parecía bien que se homologuen los colegios a nivel nacional, queríamos ser partícipes de eso y no que nos bajaran el contenido. Y eso lo logramos gracias a las más de sesenta tomas de colegios que hubo en el 2012, el año que me incentivó a formar parte del Centro de Estudiantes. Entonces, logramos estas jornadas participativas en las que pudimos subir el nivel.
¿El Centro tiene una inclinación partidaria?
Creemos que la mejor organización, al menos en el Fader, es tener un Centro horizontal. Es decir, que cualquiera pueda sumarse y tener la misma voz y voto que el resto. Cada persona vale como cualquier otra, y por lo tanto, todos son bienvenidos. Y por eso no está esa valorización política, que capaz en otros colegios existe y que termina siendo más importante que la lucha en común. Si bien no todos pensamos lo mismo, lo interesante es, a pesar de las diferencias, poder construir en conjunto y defender la educación, que es el objetivo principal que tenemos.
¿En qué condiciones se encuentra la escuela pública hoy?
Más allá de la nefasta frase del Gobierno Nacional diciendo que “caímos” en la escuela pública, y más allá de que algunos la elegimos o no, la terminamos revalidando, lo que está pasando en las escuelas públicas no es algo nuevo. Quizás hay nuevos ataques pero continúan siendo las mismas intenciones: parar con la escuela pública. Es decir, que el que es pobre, que no vaya a la escuela, que no aprenda, porque un pueblo que tiene aprendizaje es un pueblo empoderado y esto no le conviene al Gobierno. Entonces, por un lado, está la jugada para que la escuela pública desaparezca, y por otro, que las personas que tengan plata, puedan pagar por el aprendizaje, cuando esto no debería ser así, sino todo lo contrario. Se debería fomentar la escuela pública y no subsidiar a las privadas, para lograr una mayor calidad en la educación pública. Otro problema es la cuestión de las inscripciones online, ya que éstas deberían ser más abiertas, más accesibles al ingreso de los estudiantes. La inscripción online es una forma de cerrar el ingreso a lo público. Vemos que no hay una apuesta (del Gobierno) a la educación pública: no se crean nuevos establecimientos, no se mejoran los que ya existen. En mi colegio, por ejemplo, se cayó un pedazo de techo hace poco. Lo limpiaron y hacen como que no pasó nada. La intención del macrismo no me sorprende para nada, pero lo que es importante es que nosotros, como estudiantes, junto con los docentes, como una comunidad educativa, tenemos que hacernos cargo de la problemática. Si este gobierno nos quiere atacar, no podemos quedarnos de brazos cruzados, tenemos que salir a defender la educación en las calles, en las aulas y en cualquier lugar que sea posible.
¿Cuál creés que es el objetivo del macrismo para la educación pública?
Por un lado, desprestigiar, que a la vez, tiene que ver con un proyecto político de país: dejar excluidas de todo lo que debería brindar un Estado a las personas que menos tienen. El objetivo es ir excluyendo y hacer como que no existe cierta parte de la población, sin importar que esa parte se muera de hambre. Sin embargo, la cuestión no es solo que los pibes puedan tener una educación abierta, porque pueden tenerla, pero al mismo tiempo, no asistir ya que tienen que trabajar para ganarse la comida. Resumidamente, es un ataque a la clase baja y trabajadora y también rebajar las condiciones de vida de la clase media. Se nota en la calle, hoy la gente no está viviendo como vivía antes. Que suban las tarifas, que a uno le esté costando llegar a fin de mes, no es casualidad. Esto es el proyecto político que se plantea el macrismo. Y no solo el macrismo en sí, sino también la derecha a nivel regional. Latinoamérica está pasando por un proceso de viraje hacia la derecha, lo que implica una autocrítica del campo popular. Por qué no se pudo generar una temprana conciencia de lo que se venía. Es un error para aprender en las siguientes oportunidades y evitar así caer en un círculo vicioso de progresismo-derecha.

«Está la jugada para que la escuela pública desaparezca, y por otro, que las personas que tengan plata, puedan pagar por el aprendizaje, cuando esto no debería ser así, sino todo lo contrario».
¿Le ves una solución al conflicto docente?
El conflicto es una demostración de lo que quiere el Gobierno, porque si pueden con los docentes, van a venir por todo. Por eso, no hay que bajar los brazos hasta que las paritarias nacionales sean convocadas y que den por resultado un salario digno, porque esa es la lucha primera. La unión entre docentes, estudiantes y trabajadores no docentes no va a aflojar hasta conseguir la victoria en este conflicto. Y esto nos va a dejar muy bien preparados a la resistencia contra todos los ataques que vendrán del Gobierno, básicamente por su intención política. De todas maneras, nosotros seguimos pensando en propuestas, no es que pensamos en hacer paros solamente, sino que tenemos un proyecto o plan de lucha hasta que logremos las paritarias.
¿Qué pensás del tratamiento mediático del conflicto?
Una frase que me gusta mucho y que está relacionado a esto es “un docente que lucha, también está enseñando”. Por otro lado, los grandes medios intentan fomentar que los jóvenes no tenemos capacidad de pensar independientemente, es decir, no tenemos una opinión propia, sino que tenemos una opinión que se nos baja, y que cuando realizamos alguna medida, se dice que estamos arreglados por otras organizaciones políticas, o incluso con los docentes. Hay una creencia de que somos usados, cuando esto en realidad no es así. Es una lucha en conjunto, y el ataque a los docentes es un ataque a la educación pública. El poder que manejan los medios es muy fuerte, y a eso se le puede responder generando otras alternativas de información. Muchas veces, personas no alineadas con el macrismo, ven algo en la televisión y, como ningún medio es objetivo, terminan repitiendo lo que ese medio dice. Entonces, al no escuchar otros medios de información, debemos generar esas alternativas para que se enteren de la otra perspectiva del conflicto. Es decir, este es mi medio, esta es mi verdad, que la estoy viviendo ahora.
¿Qué opinás de quienes dicen que existen intereses desestabilizadores contra el Gobierno?
Que se diga eso es nefasto. Una cosa te lleva a la otra, no es que porque con este Gobierno no coincidís ideológicamente vas a salir a meterle tres marchas. Hoy, la realidad es otra, hoy es causa y consecuencia, hoy es ataque y defensa, y esto se opone a lo que dicen los medios. Nosotros nos defendemos y resistimos, y a la vez, denunciamos a quiénes están a cargo de este ataque a la educación pública.
¿Qué te pareció la “Marcha por la Democracia” del primero de abril?
Me parece bien que cualquier persona que quiera expresar algo, salga a la calle y lo exprese. Igualmente, no coincido con una de las consignas de las que se hablaba, esto de “Macri hasta el 2019”, porque ya sabemos que va a estar hasta el 2019. No queremos hacer un golpe de Estado, solo queremos hacernos respetar. Entonces me parece errado ese pensamiento, pero al mismo tiempo, esto es causa y consecuencia de lo que se habla en los medios, creer y repetir lo que ellos dicen.
¿El paro del 6 de abril puede ser un punto de quiebre para el conflicto?
Va a ser un paro muy importante, con fuerte participación estudiantil y muy masivo por la presencia de otros sectores. Espero que haya una solución por parte del Gobierno, y si no la hay, no es que este paro es el tope de nuestra lucha, sino que el plan de lucha continua.
¿Qué sensación tuviste al hablar ante tamaña cantidad de personas en la Marcha Educativa?
Siempre fui la que está del otro lado de las que marchan y escuchan el acto, y el cambio de panorama, de pasar de estar abajo a estar arriba del escenario fue muy fuerte. Me propusieron leer mientras estábamos camino a la Plaza y me puse muy nerviosa. Ni hablar cuando subí al escenario: tuve que esperar las palabras de otros compañeros que dijeron cosas muy interesantes y en ese momento miraba a la cantidad de personas y sabía que tarde o temprano me tocaba hablar a mí. Cuando fuimos al atril con mi compañera empecé a temblar y tuve que dejar la hoja de lectura en la mesa porque no podía sostenerla de los nervios. Veía la magnitud de la movilización y los drones que circulaban por el aire y era demasiado para mí. Pero traté de ponerle actitud, porque hay veces que el mensaje no llega si no se sienten las palabras, y esas palabras yo las sentí.
¿Cómo te ves el día de mañana sin el Centro?
El Centro tiene la característica de ir dejando lugar a los compañeros más nuevos para que se vayan haciendo cargo de ciertas tareas, que antes cumplíamos los antiguos. Voy a estudiar Derecho y junto con mi organización política, Proyecto Popular, quiero militar en las universidades. Y si se puede, abrir el campo hacia otras áreas ya que tenemos diferentes sedes que se ocupan de varias tareas. Por ejemplo, una sede va a Villa Soldati y cumple trabajos de infraestructura; otra suele ir al Borda a realizar actividades. Esto es lo importante, ir a los barrios y tener esa conexión con la realidad social para poder generar un cambio realmente.
Actualizado 04/04/2017