“No a la militarización de Argentina”

“No a la militarización de Argentina”

Con un discurso de 15 minutos, los organismos de derechos humanos manifestaron, frente al Ministerio de Defensa, su rechazo al decreto firmado por Mauricio Macri que habilita a las Fuerzas Armadas a intervenir en la seguridad interior. “Esta reforma no hace más que reforzar el modelo represivo de un gobierno que representa los intereses de pocos, mientras empobrece a las mayorías”, enfatizó la presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Lita Boitano. Con una mano agarraba el micrófono, con la otra ponía los dedos en forma de V y agitaba el pañuelo verde que representa la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito. 

“Este plan de ajuste solo puede imponerse con represión. Pretenden imponer el miedo como herramienta de disciplinamiento, con el falso objetivo de defender puntos estratégicos”, enfatizó Boitano desde un escenario chico, para la multitud que acompañó, en Alsina y Paseo Colón. Las agrupaciones políticas se acomodaron a lo largo y ancho de la avenida del bajo porteño. Esta vez, la lluvia acompañó a la movilización popular.

“Gritamos con convicción: Fuerzas Armadas represivas nunca más. No a la militarización de Argentina”, exigió Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que entre otras defensoras de los derechos humanos, estaba acompañada por Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado, el artesano que murió el 1 de agosto del año pasado después de la represión de Gendarmería en la Pu Lof Resistencia Cushamen.

“Con el discurso del enemigo interno desaparecieron, violaron, encarcelaron y asesinaron a miles de compatriotas. No es casual que el gobierno use la misma terminología al referirse al accionar de los milicos en las calles”, leyó Taty Almeida mientras una nena de no más de 10 años le gritaba desde lejos “¡Fuerza Taty!”.

“En 1983 se volvió a la democracia, entre otras cosas, porque hubo un pacto democrático que se expresaba en la Ley de Seguridad Interior, Ley de Defensa Nacional y la Ley de Inteligencia. Una fue aprobada en el gobierno de Alfonsín, otra en el de Menem y otra en el de Kirchner”, explicó a ANCCOM el diputado de Unidad Ciudadana Leopoldo Moreau.

El lunes el presidente Mauricio Macri dijo en Campo de Mayo que “es importante que las Fuerzas Armadas puedan colaborar en la seguridad interior”. Lo hizo antes de que se cumpliera un año del asesinato de Rafael Nahuel por armas de Prefectura, de la desaparición de los 44 tripulantes del ARA San Juan y de la muerte de Santiago Maldonado tras un operativo represivo de Gendarmería.

En su discurso, el Presidente pidió “avanzar en un debate genuino y sincero sobre la reforma del sistema de defensa nacional”. Rápido se olvidó de sus palabras. Al día siguiente firmó el decreto, sin el “debate genuino y sincero” que había solicitado, que rompe con la política de Estado de mantener a las Fuerzas Armadas por fuera de la seguridad interior.  

“Está claro que si quiere modificar las funciones de las Fuerzas Armadas tiene que ir al Parlamento, sino es absolutamente ilegal. Este decreto es inconstitucional”, sostuvo el ex titular del AFSCA, Martín Sabbatella.

“Creo que lo que se está buscando es militarizar el espacio público, construir la cultura del miedo como disciplinador social porque la principal preocupación del gobierno es el saqueo a la patria y el ajuste”, opinó Sabbatella.

Vale aclarar que el ministro de Defensa, Oscar Aguad, afirmó que las Fuerzas Armadas «no van a intervenir en conflictos sociales ni van a patrullar las calles. Ese es un problema de las fuerzas de seguridad”, en una entrevista en radio La Red.

Moreau le respondió: “A mí no me interesa lo que él diga, me interesa lo que dice la ley. Cualquiera puede decir cualquier cosa, pero lo que pone límites es lo que dice la ley”.

Distintos bloque de diputados opositores presentaron esta semana un proyecto para derogar el polémico decreto de Macri. El próximo 8 de agosto podría tener tratamiento parlamentario.

Mirá la fotogalería de ANCCOM:

 

¿Ahora gobierna el verdadero Macri?

¿Ahora gobierna el verdadero Macri?

El triunfo electoral de Cambiemos en las elecciones legislativas de 2017 tuvo diferentes consecuencias políticas y sociales. Para algunos, a partir de ese apoyo y del anuncio de varias reformas estructurales, apareció el verdadero Mauricio Macri. ¿Se abandonó el gradualismo, si es que en algún momento existió? ¿Los resultados de octubre permitieron al presidente radicalizar los programas de gobierno? Anccom dialogó con ocho intelectuales para intentar dar una respuesta a estas y otras cuestiones de cara a la segunda parte del mandato  macrista.

“Todo gobierno tiene una dinámica, que es esperar hasta las elecciones de medio término para iniciar una agenda más agresiva, que es su propia agenda”, explica Sebastián Mauro, politólogo y director del Centro de Estudios en Ciudadanía, Estado y Asuntos Políticos (CEAP). Aclara que no ve nuevas facetas pero sí una aceleración. “Pero en muchos casos se trata de los efectos de lo que ya venían haciendo. Por ejemplo, el peso de la deuda ya se ve en el presupuesto nacional. Argentina es el país que más se endeudó a corto plazo en el mundo, y eso genera que el ajuste sea más fuerte”.

Ari Lijalad, politólogo, periodista y compilador de los libros “Macri lo hizo” y “Plan Macri” no coincide en que haya aparecido el verdadero Macri a fines de 2017. “Ya en los primeros quince días de gobierno quiso nombrar a dos jueces de la Suprema Corte por decreto, derogó la ley de medios, eliminó las retenciones al campo, quitó las restricciones a la compra de dólares”, enumera. Y agrega: “El plan de gobierno quedó claro desde antes que empezara 2016. El modelo Macri ya estaba ahí, en la represión de los protocolos que armó Patricia Bullrich, en el arreglo con los fondos buitre, la detención de Milagro Sala…”. Según su opinión, este gobierno no se rige por los cánones de los partidos políticos tradicionales, que esperan un buen resultado para avanzar. “Es un gobierno como no hubo nunca en la Argentina. Todo el poder real del país está gobernando de hecho, esta vez no pusieron un político a gobernar”, dice.

En este punto coincide con Nicolás Tereschuk, sociólogo y politólogo, que analiza la falta de mediaciones que tiene este gobierno. “Hay una presencia de sectores empresariales en el gobierno. Por ejemplo, una medida en la que se busca quitarle 100 mil millones de pesos a jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo es una imagen muy fuerte, muy desnuda, y eso genera conflictos intensos, como ya vimos en diciembre”. Se refiere a la reforma previsional, que generó un clima de protesta y represión a fines del año pasado.

Esa política jubilatoria representa, para el sociólogo y antropólogo Pablo Semán, una ruptura de Cambiemos con sus propias bases. “A partir del triunfo de 2017, el gobierno radicaliza su programa, y en ese camino entran en contradicción con una parte de sus votantes. Esta reforma, junto a la reforma laboral, favorece a algunos y perjudica a otros, y ahí lo que podría haber sido una exploración hegemónica deja de serlo. Ese intento de formular una hegemonía tenía un campo abierto y lo arruinaron con esa radicalización”, sostiene. Explica, además, que los jubilados y los trabajadores son parte importante de la masa electoral que apoya a Cambiemos. “El sector laboral no son solo los pobres que votan a la oposición. Hay gente de ingresos medios, que tienen esos ingresos porque tienen sindicatos. No creo que los laburantes de plantas fabriles que votaron a Macri estén tan felices con una reforma así”, concluye.

Daniela Perrotta, Doctora en Ciencias Sociales, politóloga e investigadora del Conicet, se pregunta si, en vez de buscar un sinceramiento del gobierno, hay que intentar entender qué cambió en la sociedad argentina. “Creímos que había un conjunto de temas sobre los cuales se pensaba de cierta manera, en torno a los derechos humanos, a la última dictadura, a la criminalización de la protesta social, a los valores republicanos, y ahora todo eso se pone en tela de juicio”, dice. Y agrega: “las urnas permitieron acelerar las medidas y disciplinar a la clase política que no termina de formar un frente opositor. La represión de diciembre los unió en el espanto, al menos, de ahí quizás podría nacer algo”. Con respecto a este tema, Marcelo Leiras, politólogo y doctor en sociología, opina que lo que busca el presidente y algunos de sus funcionarios es un cambio cultural que refleja una concepción de democracia más superficial, más debil. “Lo que hacen es darle voz a gente que ya pensaba como este gobierno hace mucho pero no lo expresaba en público hasta ahora. Es un apreciable porcentaje de la población que no tenía una representación partidaria, y ahora encuentra en el Pro una expresión conservadora afín”.

Para Gabriel Vommaro, sociólogo que investigó sobre la actividad política de Macri para sus libros “Mundo Pro” y “La larga marcha de Cambiemos”, hubo un cambio importante la semana siguiente a las elecciones de octubre. “Macri por primera vez en su historia como dirigente político y del Pro como partido arma una escena y plantea en público una hoja de ruta para el gobierno. Eso que ocurrió en el Centro Cultural Kirchner fue realmente novedoso”, explica.

Por su parte, Rosendo Fraga, abogado y analista político sostiene que el rumbo del gobierno cambió, pero no gracias al resultado electoral sino debido a las protestas que tuvieron lugar frente al Congreso el 18 de diciembre. “En noviembre y diciembre, el gobierno tuvo la idea clara de profundizar el rumbo a través del reformismo permanente. Esta estrategia, en función de la cual 2018 iba a ser el año de las reformas y 2019 de la reelección, cambia a causa del costo pagado por la reforma provisional”, expresa. Y agrega: “Por este motivo, abandona la reforma laboral y pasa a mirar 2018 con ojos electorales, ya no reformistas”.

Con respecto al gradualismo, Perrotta, Fraga y Mauro piensan que, por diversos motivos, el gobierno abandona el gradualismo de cara a los últimos dos años del mandato. Vommaro sostiene que el gobierno seguirá manteniendo una dimensión gradualista, y Semán entiende que durante los primeros dos años, el macrismo tuvo que enfrentar el desajuste económico en forma gradual para no afectar su capital político ni generar protestas que no le permitieran gobernar. En cambio, para Lijalad y Tereschuk, nunca hubo gradualismo. “Gradualistas les dicen los que lo corren por derecha”, dice Lijalad, y Tereschuk opina que “la idea de gradualismo es un gran acierto comunicacional del gobierno. Han logrado vincular la argumentación del híper endeudamiento al gradualismo. Nos hacen creer que solo se puede seguir un tránsito gradual, y evitar el ajuste, si se endeuda enormemente al país. Es genial en términos comunicacionales y hasta políticos que sigamos hablando de gradualismo”, concluye.    

 

Una reforma sin quórum

Una reforma sin quórum

El Gobierno no logró aprobar las reformas Previsional y Tributaria ante la falta de quórum en una escandalosa y tensa sesión en la Cámara de Diputados. Ante el apuro de Cambiemos, más de 300 mil personas decidieron manifestarse este jueves en las puertas de un Congreso blindado con un impresionante operativo que involucró a múltiples fuerzas de seguridad. A pesar de la  represión con gases, balas de goma y carros hidrantes, expresaron su desacuerdo a la medida que le quitaría unos 100 mil millones de pesos anuales a jubilados, pensionados, discapacitados y a beneficiarios de asignaciones universales por hijo y embarazo.

Desde ayer, la Gendarmería, la Policía Federal, la de la Ciudad, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria custodiaban las inmediaciones del recinto con el objetivo de que las centrales sindicales y los movimientos sociales no lograran acceder a la Plaza de los dos Congresos. Hoy, la represión no tardó en aparecer. Cerca de las 13.30 se armó una corredera por Avenida de Mayo. “Están tirando gases y balas de goma”, denunciaban los manifestantes con los ojos irritados y cubriéndose la cara para poder respirar. Entre los primeros heridos, se encontraron fotógrafos de prensa y legisladores: la diputada Mayra Mendoza fue agredida, cuando estaba sola, con gas pimienta por un grupo de policías federales. La misma fuerza golpeó al legislador Matías Rodríguez.

Dentro de la Cámara de Diputados se vivía un clima similar. Legisladores de la oposición fueron hostigados mientras denunciaban un “falso quorum”, dado por la presencia de legisladores electos que aún no habían asumido formalmente sus bancas.

La calle estaba caliente. Ante cada avance de las columnas movilizadas caían nuevos proyectiles y gases lacrimógenos, que se expandieron por varias manzanas a la redonda del Congreso. Las columnas se replegaban y en pocos minutos volvían a avanzar. “Claramente una ley antipueblo se sostiene solo de esta manera, a través de la violencia”, sostuvo Luciano Fernández, Secretario gremial de ATE Capital. Por su parte, subido a un escenario improvisado sobre el tráiler de un camión, Roberto Baradel intentaba bajar un poco de tranquilidad a los presentes. “Pase lo que pase hoy en el Congreso, les puedo asegurar que este es el principio del fin de las políticas neoliberales de este gobierno”, decía.

Gabriel Mariotto, ex vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, explicaba que hace rato que el Gobierno viene matando y persiguiendo políticamente al que piensa diferente. “La represión forma parte de la operación económica. Para llevar a adelante este plan de ajuste brutal tienen que reprimir, como han reprimido otros gobiernos del mismo signo político que llevaron adelante esta misma dirección económica”.

“Están dispuesto a todo, hasta que no haya muertos no van a parar”, comentaba Carlos Palacios, un asustado jubilado de 66 años que se había acercado a la plaza para manifestar su desacuerdo con la reforma previsional. “Desde el 2001 que no se veía esto”, concluyó. Ante la represión, los manifestantes respondían con cantos y proclamas. “Macri basura, vos sos la dictadura”, “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, eran algunas de las consignas que fueron entonando las masas.

Esteban Castro, referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), reconocía  que la movilización masiva se debió a que el país está sufriendo. “Estamos pasando momentos muy difíciles. Este gobierno está decidido a profundizar la concentración económica con decisiones que, por supuesto, vienen de afuera de nuestro país. Nosotros estamos decididos a que no se le saque la plata a los pobres para transferirla a los ricos”.

Rubén Schofrin, Secretario adjunto del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), sostuvo quela Ministra de Seguridad Patricia Bullrich no solo ordenó reprimir al pueblo sino que también ordenó reprimir con saña a los periodistas de los medios públicos y los medios privados de la Capital Federal. “Desde el Sindicato de Prensa vamos a pedir su renuncia”, le explicaba a sus compañeros.

Cerca de las tres de la tarde, se generó un breve murmullo que fue interrumpido con gritos, alegría y aplausos. Se había dado a conocer la noticia de que la sesión se había levantado. “Qué boludos, qué boludos, la reforma se la menten en el culo”, cantaban las columnas.

“Es un triunfo del pueblo, de la movilización. No pueden sesionar con policías reprimiendo y pegándole a la protesta. Nos meten la mano en el bolsillo y no nos dejan protestar. Ahora hay que seguir peleando, ojala esto sea estímulo para seguirla”, entendía el abogado y político Luis Zamora.

Mediante conferencia de prensa el jefe de Gabinete y vocero de Cambiemos, Marcos Peña, justificó la represión y sostuvo que la ley es buena y que no tienen intenciones de cambiarla. Sin embargo, al cierre de esta nota, el Gobierno se encontraba reunido en un comité de crisis y evaluaba si aprobarla por decreto. Mientras tanto, la represión continuaba en los alrededores del Congreso.

Actualizado 15/12/2017

La agenda de la “reforma permanente”

La agenda de la “reforma permanente”

“La Argentina empieza una etapa de reformismo permanente”. El día después de las elecciones legislativas en las que Cambiemos logró consolidarse como fuerza nacional, el presidente Mauricio Macri anunció la convocatoria a un acuerdo multisectorial para avanzar en una amplia agenda político-económica de cambios estructurales.

Bajo el rótulo de Gran Acuerdo Nacional (GAN) -el mismo que utilizó el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse en julio de 1971-, el primer paso de la secuencia propuesta por Macri se dará el lunes próximo. La Casa Rosada ya convocó a gobernadores, legisladores, autoridades judiciales, sindicatos y empresarios a un primer encuentro inaugural en el Centro Cultural Kirchner (CCK).

Las novedades post-electorales no se agotaron en los anuncios y llamados bajo la trillada figura de “Pacto de la Moncloa” vernáculo. El lunes amaneció con un aumento del 10 por ciento en los combustibles. El gobierno ya adelantó que en los meses que siguen hasta el final de 2017 también aumentarán las tarifas de transportes públicos, taxis y prepagas.

Con los aumentos, también se abrirá la etapa de hiper-reformas: fiscal, tributaria y laboral. Una radiografía de la agenda del macrismo y lo que vendrá.

“El camino que tenemos por delante es presupuesto, responsabilidad fiscal, reforma tributaria y debate en la cuestión jubilatoria”, sintetizó el político y economista Claudio Lozano sobre la agenda que el gobierno plantea como urgente. En diálogo con ANCCOM, Lozano describió los primeros indicadores que deja la letra del Presupuesto 2018. “Ese proyecto de gastos para el año que viene habla por sí solo del tarifazo que quieren llevar. Hay recursos y subsidios que indican que vamos a tener aumentos importantes en el gas, la luz y el transporte”, subrayó.

Conferencia de prensa en el búnker de Cambiemos en las elecciones legislativas nacionales de octubre 2017.

El gobierno adelantó que en los meses que siguen hasta el final de 2017 también aumentarán las tarifas de transportes públicos, taxis y prepagas.

El vínculo y negociación con la CGT y sindicatos es una pieza clave del diálogo que intenta abrir el oficialismo. El ex diputado nacional explicó que el gobierno apuesta a que una parte de la estructura sindical pueda serle “absolutamente funcional para la reducción de los convenios colectivos con los criterios de flexibilización laboral”. Y advirtió: “No necesariamente su tarea pasa por defender a los trabajadores”.

Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) trazó un mapa de perspectivas a partir de las últimas cifras de la economía.

“Aumentó la tasa de interés a 27,75 por ciento; eso garantiza un negocio financiero y enfría a la economía”, subrayó.

“Si la inflación en la Ciudad de Buenos Aires es del 19 por ciento a septiembre, proyectado a fin de año dará 24, la mayoría de las paritarias cerraron por debajo de ese porcentaje”, agregó.

Sin vacilar, Letcher apuntó al “ADN” del macrismo. Explicó que el resultado electoral pudo darle al gobierno una suerte de “luz verde” para avanzar más rápido en “el proceso que ellos llaman ‘ajuste gradual’ o ‘gradualismo’”.

Y explicó: “Lo que sucede es que este proceso no se ajusta al bolsillo de los trabajadores. Algunos medios, cuando hacen referencia al ‘gradualismo’, le dan cierta connotación positiva, una suerte de ‘el cambio debería ser más rápido, pero como la sociedad no se lo banca, se lo distribuimos en cuotas’”.

Festejos en el núnker de Cambiemos durante las elecciones legislativas nacionales de octubre 2017.

«Este proceso no se ajusta al bolsillo de los trabajadores», dijo Hernán Letcher, director del CEPA.

Ambos especialistas coincidieron en que la reforma laboral y los cambios en la edad jubilatoria serán dos ejes centrales de la agenda macrista para los próximos meses. “Una fórmula causa-consecuencia”, diagnosticaron.

Lozano explicó que el Congreso tiene en agenda inmediata el tratamiento del Presupuesto Nacional y el proyecto de Responsabilidad Fiscal, que le pondría un límite al gasto público en los Estados-Provincias. De la mano de eso vendrá un debate sobre cómo modificar los ingresos brutos, y sobre la reducción de aportes patronales. “En ese proceso van a tratar de convencernos de que como el sistema tiene menos recursos, la lógica sería posponer la edad jubilatoria, sobre todo en la mujer”, remarcó el economista.

Por su parte, Letcher consideró que la reforma en la flexibilización laboral no se daría como en Brasil, y que el gobierno trataría de avanzar con los llamados “contratos basura”, famosos en los 90’: relación laboral por tiempo determinado, prueba, renovación a los 90 días.

Además, evaluó que, de llevarse adelante todos estos puntos de la receta, la ampliación de la edad jubilatoria “se llevaría a cabo en un segundo mandato, seguro”, si es que el macrismo logra imponerse en 2019.

“El endeudamiento es el mecanismo que les permite llevar gradualmente esta propuesta. La Argentina toma deuda nueva para pagar la deuda vieja”, amplió Lozano. Y advirtió que esa receta “ha terminado con crisis económica y en conflicto sociales y laborales importantes”.

Mujeres apoyando al gobierno en el búnker de Cambiemos en las elecciones legislativas nacionales de octubre 2017.

La reforma laboral y los cambios en la edad jubilatoria serán dos ejes centrales de la agenda macrista para los próximos meses.

Letcher advirtió, sin embargo, que, pese a la predominancia del ´amarillo´en el mapa electoral, el gobierno “va a necesitar de otros espacios políticos” para poder llevar a cabo las reformas y sancionar las leyes correspondientes.

Los primeros indicios de esa negociación y seducción de partes se comenzará a ver el lunes próximo en el CCK, pero comenzarán a tomar cuerpo en la vital reunión con gobernadores que el Presidente tiene previsto realizar el 2 de noviembre. El llamado multisectorial arrancó con arenga: “No tienen que tener miedo de las reformas”, dijo Macri.

Actualizado 26/10/2017

Las claves del 22

Las claves del 22

Comicios legislativos, elecciones de medio término, validación ciudadana para la gestión ejecutiva. Los argentinos irán a las urnas el domingo para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, pero, al mismo tiempo, para configurar un mensaje decisivo en la definición del rumbo del gobierno de Cambiemos.

Horas antes del abrupto final de campaña derivado de las novedades en el caso Maldonado, ANCCOM dialogó con dos investigadores que dedicaron sus últimos trabajos y publicaciones a analizar la construcción política del PRO y su clivaje en el sello de Cambiemos. “Para el gobierno, las elecciones del 22 de octubre revalidan los resultados de 2015”, subraya Gabriel Vommaro, autor de “Mundo PRO”, junto con Sergio Morresi y Alejandro Bellotti. “El macrismo marcha a estas elecciones después de haber confirmado que es una versión mucho más cristalina de los sectores dominantes de la Argentina”, advierte Andrés Tzeiman, autor de “Radiografía política del macrismo”.

Politólogo, investigador en el Centro Cultural de la Cooperación, Tzeiman describe dos etapas o momentos para entender la construcción del macrismo: lo que marcó el fin de una y el comienzo de la otra fueron las movilizaciones populares y sociales en términos de conflicto educativo (bloqueo de paritaria nacionales), de conflicto laboral (despidos), la movilización de mujeres del 8 de marzo y la marcha del 24 de Marzo. “Si bien en el 2016 el oficialismo había apostado a ciertas instancias de diálogo con movimientos sociales y con el sindicalismo, las movilizaciones ascendentes del mes de marzo generaron un quiebre en la estrategia del gobierno”,  explica. La consecuencia fue la marcha del 1A en “defensa de la democracia” y del gobierno.

“Las movilizaciones de marzo generaron un cambio en las formas de relacionarse con los sectores populares”, comenta Tzeiman.

Tzeiman advierte que, si bien el macrismo tiene como proyecto realizar un cambio cultural siguiendo los lineamientos de “Bases para una Argentina Moderna” de José Martínez de Hoz, “las movilizaciones de marzo generaron un cambio en las formas de relacionarse con los sectores populares”.

El nivel de resistencia social que se produzca de acá en adelante marcará una elevada conflictividad”, subraya. A toda costa, define, el objetivo del oficialismo es “no retornar al pasado”.

Con otro foco de análisis, Vommaro, sociólogo e investigador del Conicet, plantea que el macrismo en el gobierno, también tiene dos momentos: el primero es la salida del modelo anterior; el segundo es la implementación de las bases para un modelo pro-mercado y de desregulación económica. “Lo más probable es que en la segunda fase se intente avanzar en algunas áreas que tienen que ver con la desregulación de protecciones sociales y en el ordenamiento de algunas cuestiones institucionales”, agrega.  Sin embargo, el autor no cree que el gobierno abandone el juego de ´tire y afloje´ entre ser muy duro en términos simbólicos y muy dúctil en términos de materia de acuerdo de sectores sociales. “Me parece que ese uso del shock político, cultural y simbólico,  disponiendo de todos los resortes del Poder Judicial y los medios masivos de comunicación, se opone al uso más gradualista de su política en términos económicos”, subraya.

Oposición y medios

El diagnóstico sobre la posición de las fuerzas opositoras también resulta complejo de abordar. “La oposición está fragmentada y parece muy complicado, al menos en el corto plazo, unirla”, advierte Vommaro. Y agrega: “Es una primavera macrista en donde todos los sectores parecen creerle que las cosas son como el gobierno dice. Hay una suerte de euforia y optimismo en los actores de las élites económicas”.

Para Tzeiman, hay sectores de la oposición que tienen matices y son camaleónicos. Se muestran de una manera, pero su modus operandi es otro. “La única fuerza de oposición que establece diferencias claras y contundentes, y las hace públicas es el espacio que lidera Cristina Fernández de Kirchner”, razona.

Ambos especialistas sostienen que el gobierno y ciertos medios masivos de comunicación mantienen relaciones cercanas, casi carnales. Tzeiman incluye a los multimedios comunicacionales dentro de un tridente junto al ´partido judicial´ y el establishment político o el consenso conservador en el sistema político. Esas tres bases configuran el “partido del orden”.

Por su parte, Vommaro advierte que “hay un periodismo fuertemente oficialista en este último tiempo, con una enorme debilidad a las voces críticas”. Y concluye: “Vivimos  una época de tono monocorde en cuanto al discurso mediático”.

“El macrismo marcha a estas elecciones después de haber confirmado que es una versión mucho más cristalina de los sectores dominantes de la Argentina”, advierte Andrés Tzeiman

El diagnóstico sobre la posición de las fuerzas opositoras también resulta complejo de abordar.

Actualizado 18/10/2017