María Galindo llegó a Buenos Aires

María Galindo llegó a Buenos Aires

La militante boliviana anarcofeminista, comunicadora y escritora visita la Argentina para presentar su libro “Feminismo bastardo”. Además, realizó una radiodocumental en el Consulado de su país en Buenos Aires como forma de protesta contra la burocracia y la violencia de género.

“Estamos aquí hoy presionando porque violadores y feminicidas huyen de nuestro país con impunidad. Los dejan pasar la frontera, no los deportan y eso es con complicidad de las autoridades estatales”, expresó María Galindo en las escaleras del Consulado de Bolivia en Argentina. Un grupo de personas, en su mayoría de origen boliviano, la esperó allí a las 10 de la mañana de hoy para participar de su radiodocumental para Radio Deseo.

La militante boliviana, anarcofeminista, comunicadora, escritora y cofundadora del movimiento Mujeres Creando llegó a la Argentina para la presentación de su nuevo libro, Feminismo Bastardo, editado por lavaca. El evento se realizará este miércoles 20 de abril a las 18, en la Manzana de las Luces. 

Lo primero que hizo María Galindo al llegar al Consulado fue conversar sobre las problemáticas a las que se enfrentan siendo migrantes bolivianos en la Argentina: desde filas eternas para realizar los trámites, malas condiciones edilicias en el consulado, hasta casos de violencia de género y discriminación. 

“Cuando viajo invitada a un país, siempre visito las delegaciones de atención diplomática, porque Bolivia es un país expulsor de mano de obra barata. Los consulados y embajadas de Bolivia, en general, están muy mal atendidos. Hay un desprecio por el valor de la gente, hay una dejadez. No es un lugar accesible”, comentó la militante en diálogo con ANCCOM. 

Feminismo Bastardo, editado por lavaca, se presentará este miércoles 20 de abril, a las 18, en la Manzana de las Luces. 

Sin embargo, Galindo no fue solo para visibilizar las condiciones en las que se encuentra el edificio, sino para que los funcionarios le den respuestas concretas al pueblo boliviano. Luego de conversar con tres mujeres víctimas de violencia de género y sus familiares, se dirigió a la oficina de la cónsul adjunta, María Elizabeth Oporto Balboa, para hacerle llegar las causas en persona.

Para María Galindo “no hay un feminismo, hay muchos feminismos y luchas al mismo tiempo. Ninguna es más importante que la otra”. Se trata de tener el ingenio para asociar las que parece que están disociadas. Con respecto a la legalización del aborto en Argentina expresó: “Para mí fue una lucha muy importante, logró conjuncionar diferentes sujetos con un mismo objetivo y masificarse, pero estoy muy indignada por varias cosas. La primera: hay gente que se presenta a nivel internacional como propietaria de esa lucha que es de todas, todos y todes, y no de cuatro que la han aprovechado para conseguir un cargo en el Estado. La segunda crítica que tengo es que parece que se hubiera desinflado: ¿qué viene ahora? La tercera es que parece que el Estado se lo hubiera engullido todo”.

Luego de esta conquista histórica, Galindo considera que hay muchos pasos a seguir: “La despenalización del aborto era y es muy importante pero, ¿dónde están todas las cuestiones de la pobreza, el racismo, el trabajo, las libertades sexuales?

Su visita contó con el apoyo de sus seguidoras que deseaban escuchar su radiodocumental. Laura Zenteno hoy no tenía que hacer ningún trámite, asistió al consulado únicamente para conocer a la militante. Hace más de 12 años que vive en Argentina y con respecto a los femicidios opinó: “La violencia de género que hay en Argentina y Bolivia es similar pero lo que noto es que aquí pueden hablar, no se callan más. Allá recién se están levantando. Bolivia es un país muy machista”. A su vez, Roxana Vallejos, también boliviana y residente en Argentina desde hace 20 años, agregó: “Yo vine para apoyar a María porque me gusta que esté peleando por las mujeres. Muchas se quedan calladas y no hablan porque no hay soluciones. La violencia de género me parece que es peor en Bolivia que en Argentina. La justicia no hace nada”.

Aunque la mayoría de los presentes apoyaba a Galindo, también hubo personas que no compartieron sus métodos. Este fue el caso de Francisco Flores, boliviano que ya lleva 35 años en la Argentina: “Vine a ver a Galindo increpar a los funcionarios. Su forma de lucha me parece irrespetuosa, no es la manera. Sé que la gente necesita contención pero no es la solución. La violencia de género tiene que cesar, tenemos que formar una sociedad mejor pero no con estos actos”.

La radiodocumental terminó en el mismo lugar donde arrancó: en las escaleras del Consulado. La multitud acompañó a Galindo hasta el final con aplausos y cantando al unísono: “Consulado a trabajar” y “No nos callan más”.

 

Gorda, lesbiana, boliviana y terca

Gorda, lesbiana, boliviana y terca

María Galindo.

“Así me presento yo: Gorda, lesbiana, boliviana y terca: ¡GLBT y feminista!”, fue el comienzo de la exposición de María Galindo, donde presentó la reedición de su libro¡ A despatriarcar!

Cofundadora del colectivo “Mujeres Creando”, con su enérgica personalidad y vestida con saco de cholita y botas caporal, expuso lo que considera “algunas taras” del feminismo actual y presentó sus propuestas para combatir el presente neoliberal de corte fascista, como ella lo denomina.

“Hablo desde afuera de la academia. Porque me vomitaron, porque me humillaron, pero no me traumaron. Quiero dejar claro que se puede construir pensamiento propio. Pensamiento crítico y teórico, desde fuera de la academia”, subrayó.

La primera actitud a tomar, según Galindo, es repensar qué es el feminismo, de dónde viene y a dónde va. “A las más jóvenes les pido, por favor, que no se crean el cuento de las olas. Son pamplonas”, expresó. Reivindicó la idea de que son muchos los feminismos y piensa que solamente podemos hablar de un feminismo planetario si hacemos una ruptura con el feminismo eurocéntrico occidental.

“¿Qué hacemos sin las sufragistas?”, se preguntó en la entrevista y respondió al grito: “¡Pensar compañeras! Eso hacemos sin las sufragistas”. Galindo revalorizó la acción performática de las criadas frente al Senado, por su profundidad para transgredir la historia, el peso de su memoria y a la vez la continuidad de la lucha por la maternidad deseada. “No somos las hijas menores de Simone de Beauvoir y es urgente que lo reconozcas”, sentenció.

Queremos todo el paraíso

Hace dos semanas, un día antes de su presencia en Mu, el espacio boutique en el que se presentó su libro, Galindo intervino en la puerta del Teatro Alvear, para la inauguración de la sala Walsh, con un grafiti que expresaba: “Queremos todo el paraíso”. Para ella es fundamental buscar las utopías: “Tenemos insaciabilidad: no queremos derechos, no necesitamos derechos, necesitamos utopías, porque la utopía nos jala y nos tira.”

La activista boliviana refiere al feminismo como un movimiento sísmico, que debe luchar por los significados y pelear en el plano simbólico. “Nos llegan millones de mujeres jóvenes que dicen:´Soy artista quiero aprender de ustedes´. Pregunta uno: ¿Has ido a la cárcel de mujeres de tu país? Respuesta: No. Pregunta dos: ¿A qué te dedicas? Voy a la Facultad de Artes. Bueno, es decir, todas labores, en las cuales nunca haz agarrado en tus manos un significado”.

Ejemplificó con la experiencia de Mujeres Creando, el movimiento boliviano que comenzó a tratar el tema del patriarcado y se dedicó a difundir la problemática de género en Bolivia desde los años 90.

En la muestra La intimidad es política, montada en el MET de Quito, compartieron espacio con las Guerrilla Girls, que reflexionaban sobre la cantidad de mujeres que hay en el Museo de Arte de New York. Galindo apeló a las oyentes, las miró a los ojos con intensidad: “¡Qué te importa a ti que nunca vas a estar en Nueva York, ni siquiera sabes inglés! Ellas hablan de las condiciones de las artistas en Europa y dicen: ‘Qué mal’. Mientras tanto nosotras decimos: ‘Ni eso tenemos’. Entonces, ¿cómo te colocas?”.

En cambio, el colectivo boliviano realizó un altar blasfemo de quince metros de alto con el papa masturbándose. “¿Qué es lo importante?”, reflexiona. “Estábamos dialogando con la sociedad y habíamos demostrado que mientras las Guerrilla Girls te mandan el afichito porque obviamente no van a ir, nosotras queremos todo el paraíso.”

Se está disputando el sentido que tiene el encuentro de mujeres este año en La Plata, la necesidad de visibilizar los distintos pueblos originarios. Por eso la pregunta de ANCCOM fue sobre cómo llegamos al consenso, ¿Cómo buscamos la raíz desde nuestro territorio, sin devorarnos entre nosotras?

Galindo respondió con un grafiti que dice, ‘No soy originaria, soy original’ y la experiencia del primer capítulo del libro que trabaja con el primer diccionario de la lengua aymara donde hay siete términos para decir mujer y ocho términos para decir hombre. “Donde no hay un binarismo de género, ni heterosexualidad obligatoria.”