«La educación pública es fundamental para construir un futuro más equitativo»

«La educación pública es fundamental para construir un futuro más equitativo»

Karina Sarro, docente secundaria y de grado de la localidad de Moreno, fue finalista del Global Teacher Prize –conocido coloquialmente como el Premio Nobel de Educación- y viajó a Dubai a compartir con el resto de los seleccionados experiencias educativas. En diálogo con ANCCOM reflexiona sobre educación, tecnología e inclusión, luego de recibir el Diploma de Honor del Senado de la Nación.

“Los estudiantes son los verdaderos protagonistas de este reconocimiento”, expresó la docente Karina Sarro minutos antes de recibir esta mañana el Diploma de Honor del Senado de la Nación por su nominación al Global Teacher Prize, conocido como el “Premio Nobel de la Educación”.

Karina estuvo entre los diez mejores docentes del mundo, sobre cinco mil profesores y profesoras que se postularon para recibir el reconocimiento que otorga la Fundación Varkey en colaboración con la UNESCO. El jueves 13 de febrero fue la gala de ceremonia en Dubai, a la que asistió la profesora oriunda de Moreno, provincia de Buenos Aires, junto con una comitiva argentina. El galardón finalmente fue otorgado a Mansour Al Mansour, docente que se dedica principalmente a la enseñanza en las cárceles de Arabia Saudita.

La representante nacional, en conversación con ANCCOM, dice que fue “una experiencia muy enriquecedora a nivel personal. Pude participar de capacitaciones brindadas por la UNESCO, además de tener contacto con colegas de distintos países con diversas visiones y experiencias de las cuales aprender”.

Karina trabaja en cuatro instituciones educativas ubicadas en la zona oeste del conurbano bonaerense, y centra su proceso de enseñanza en la integración tecnológica para un desarrollo pedagógico diferente a lo convencional. “La implementación de herramientas tecnológicas para la educación hace que las clases sean dinámicas y principalmente más inclusivas. Funciona como un refuerzo y me parece que es muy importante que lo podamos aprovechar”, asegura. ”La implementación de estas nuevas tecnologías tiene un montón de características positivas. Te permite flexibilidad, diversidad y principalmente la inclusión de todos los alumnos”, finaliza. 

Los proyectos que Sarro lleva a cabo con sus alumnos van desde la creación de aparatos electrónicos con fines ecológicos, pasando por la realización de videojuegos, hasta el trabajo con inteligencia artificial para mejorar el proceso didáctico.

¿Cómo fue que llegó la nominación de los premios y cómo fue tu estadía en Dubai?

Para poder participar del Global Teacher Prize hay que hacer una postulación. Puede hacerla cualquier integrante, por ejemplo, de tu familia, de tu comunidad educativa, un vecino, hasta inclusive uno mismo. Luego de esto, el 15 de enero nos enteramos que estaba dentro de los 50 finalistas, y más tarde que ingresaba en el Top Ten del concurso. Después, en la cumbre de gobiernos mundial en Dubai, se supo quién fue el ganador. Ese fue todo el proceso, en el que hubo entrevistas con miembros de la Fundación, donde me comentaron sobre los criterios de evaluación, como por ejemplo que las prácticas sean sumamente innovadoras, activas, dinámicas y con resultados demostrables.

 ¿Cómo fue tu inicio como docente, ya que estudiaste Comunicación Social en la Universidad Nacional de Moreno?

Sí, me licencié y luego hice la Maestría en Tecnologías Educativas y Competencias Digitales. Ahora estoy comenzando mi doctorado relacionado también a estas temáticas. Con la apertura de la Universidad Nacional de Moreno, hice la Licenciatura en Comunicación, que ineludiblemente es necesario para todo lo que fui desarrollando. Más tarde, con el Plan Provincial de Robótica Educativa de la Provincia de Buenos Aires, participé como tallerista para impartir clases de robótica educativa, y me di cuenta que la llegada a los estudiantes era mucho más enriquecedora, las clases se podían abordar desde otra manera con la implementación de recursos o alguna herramienta tecnológica. Entonces ahí arranqué y no paré.

 ¿Cuán importante fue para usted la educación pública, para su formación como profesional y también como docente?

En todo lo que vengo desarrollando, ya sea la formación docente, la Escuela Secundaria Politécnica, que depende de la Universidad Nacional de Moreno, y la Escuela Nº 50 de Francisco Álvarez, me parece que la educación pública es una herramienta fundamental para construir un futuro más equitativo. Creo que garantiza el acceso a la enseñanza a todas las personas, independientemente de su origen económico, cultural o social. Es un espacio en donde se pueden reducir las brechas sociales, ofreciendo la igualdad de oportunidades, para que cada uno de nuestros estudiantes, como yo les digo, mis amados “peques”, puedan desarrollar su máximo potencial.

La educación pública fomenta valores esenciales, como la inclusión, la solidaridad, la diversidad. Por supuesto, siempre haciendo foco en preparar a los jóvenes para ser ciudadanos críticos y responsables en una sociedad en constante transformación.

Karina Sarro

Qué beneficios tiene la implementación de la tecnología en el diseño curricular educativo?

Primero que nada, para poder implementar herramientas tecnológicas, es necesario que cualquier docente se capacite y sepa cuál es el alcance de cada una de ellas. Por supuesto que todo se va modernizando, todos estos entornos tecnológicos están, existen, y está muy bueno poder hacer uso de los mismos. El uso de herramientas tecnológicas para la educación hace que las clases sean más dinámicas y principalmente más inclusivas. Funciona como un refuerzo y me parece que es muy importante que lo podamos aprovechar. Esto tiene un montón de características positivas para el aprendizaje. La posibilidad de colaboración, que se trabaje en equipo, fomentando, por supuesto, un ambiente de apoyo mutuo y respeto. Tampoco es que mis clases dependen netamente de herramientas tecnológicas. Hay algunas cuestiones relacionadas a la reflexión en los alumnos que nacen en el quehacer cotidiano dentro de tu aula y también son importantes.

 Y, actualmente, ¿Cómo ve el apoyo estatal con respecto a la tecnología en las escuelas? ¿Cuáles son las barreras que impiden el desarrollo tecnológico en la educación?

Siempre es necesario el apoyo del Estado, lo que pasa es que en algunos casos que es más viable, otros no tanto. Ante el avance te tenés que aggiornar. No solamente en capacitaciones, sino en las cuestiones técnicas. Sí, necesitamos capacitar a los docentes, pero también debemos abrir espacios aptos en los cuales se pueda aprender y prepararse para dar clases. Luego ir adquiriendo lo que se necesite en cuestiones de soporte técnico.

  ¿Cómo ve el futuro de la educación pública en Argentina?

Mirá, yo creo que la educación pública fomenta valores esenciales, como la inclusión, la solidaridad, la diversidad. Por supuesto, siempre haciendo foco en preparar a los jóvenes para ser ciudadanos críticos y responsables en una sociedad en constante transformación. Es también en la escuela pública donde nuestros estudiantes tienen la posibilidad de hacer proyectos colaborativos que le permiten conectar con sus comunidades, entender problemáticas reales y buscar soluciones creativas y sostenibles en el tiempo. Creo que es importante apostar por un futuro donde todos tengan las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo, contribuyendo, por supuesto, a una sociedad más justa, solidaria, y con mayores posibilidades de progreso colectivo.

 

¿Qué pasa con la Ley de Cupo en los gremios?

¿Qué pasa con la Ley de Cupo en los gremios?

Noelia Acevedo, miembro del Consejo Directivo de La Bancaria.

Las mujeres han conquistados lugares antes negados; han llegado a las oficinas, a los sindicatos e incluso a la presidencia, y dejaron de lado las marcas socioculturales que consideraban que estaban destinadas al cuidado de los hijos y a las tareas de la casa. En ese proceso, distintas dirigentes buscan romper las estructuras burocráticas y sin perspectivas de género que han marcado durante décadas a los sindicatos.

La Ley N° 25674, de Cupo Sindical Femenino, sancionada en noviembre del año 2002, establece que la representación en los sindicatos debe cumplir el 30% o el proporcional equivalente al número de afiliadas en las organizaciones gremiales.  Además, la norma estipula que las mujeres tienen el derecho a la participación en las negociaciones colectivas para la “consecución de la equidad de género y la igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo” con el fin de incluir la perspectiva de género en la negociación colectiva.

Las realidades en las organizaciones gremiales son diversas, dependen de las tareas realizadas y de las conducciones de cada sindicato. Si bien la “Ley de Cupo Sindical Femenino establece que la representación femenina tiene que ser del 30%, para que se cumpla tenemos que ganar en trabajadoras”,  expresa Claudia Lazzaro, secretaria de Género y Derechos Humanos del Sindicato de Obreros Curtidores y referente de Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal los Trabajadores (CFT).

En esta misma línea, Noelia Acevedo, miembro del Consejo Directivo de la Asociación Bancaria y congresal suplente de la seccional Buenos Aires de su gremio, manifiesta que en La Bancaria desde hace mucho tiempo que se superó el cupo del 30% que establece la ley. «Nuestro rol es muy importante porque en el padrón tenemos un número importante de trabajadoras”, subraya. Por su parte, Constanza Alonso, prosecretaria gremial del Sindicato de trabajadores del ANSES (SECASPFI), señala que “ la ley de cupo sindical femenino además nos protege para poder llegar a diferentes lugares históricamente negados”.

“Lo primero que hay que romper son las barreras para el ingreso a los lugares de trabajo», subraya Lázaro.

Aunque la mujer ha ingresado al mundo laboral, sigue en funcionamiento el techo de cristal, un fenómeno que describe las barreras socioculturales que limitan el crecimiento de ella dentro de las organizaciones y restringe el acceso de las mismas a los lugares de toma de decisiones. Alonso sostiene que si bien “esta comisión está compuesta en su mayoría por mujeres, que somos secretarias y prosecretarias mujeres”, hay dos cargos ocupados por hombres: nada menos que las secretarías General y Adjunta.  En ese sentido, Lazzaro aclara: “Lo primero que hay que romper son las barreras para el ingreso a los lugares de trabajo, esto es lo que hablamos cuando decimos brecha. Después hay que romper el techo de cristal, el piso pegajoso. Esto es, una vez que entraste, ¿hasta donde podés avanzar?”.

“La participación de las mujeres -agrega-hace a las organizaciones no solo más inclusivas, también aporta mayor calidad y mayor fortaleza a los sindicatos”. Alonso, por su parte, considera que “la participación de las mujeres en las organizaciones sindicales es tan importante como en la vida política. Cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede, sino que la organización se fortalece”.

En los gremios no se discuten ni se rechazan las secretarías de género, derechos humanos –las secretarías, prosecretarías o cargo feminizados- que son espacios “propios de la mujer”, pero las sindicalistas también quieren ocupar los lugares donde se toman decisiones, donde se disputa el poder, aquellos que son de mayor jerarquía.

Actualmente se discute y se trabaja sobre políticas inclusivas, equitativas y que otorguen igualdad de oportunidades, pero “es muy difícil en el contexto del neoliberalismo que haya incorporación de trabajadoras y trabajadores. Para lograr un país más igualitario y más equitativo tenemos que cambiar el modelo político y económico” comenta Lazzaro. “Macri lo que logró es que las mujeres nos unamos  y que militemos mucho más para que las políticas de este gobierno no nos afecten tanto, no podemos decir que le ganamos al macrismo, pero le pudimos poner un límite bastante importante” comenta Acevedo.

Los espacios de poder suelen estar ocupados por los hombres en lugar de las mujeres. ¿Cuántas secretarias generales de gremios se conocen? Muy pocas, y es ese uno de los puntos más cuestionados por todas las consultadas. En ese campo queda mucho trabajo por hacer.