El Congreso que viene

El Congreso que viene

Por Mercedes Chamli y Juana Dellatorre

Fotografías: Daniela Collque

La derrota del oficialismo este domingo no adquiere un tono sombrío en el análisis de los especialistas consultados por ANCCOM. La pérdida del quórum en el Senado, las negociaciones con los partidos del interior y Javier Milei bajo la lupa.

El 14 de noviembre se realizaron en Argentina las Elecciones Legislativas en las que se eligieron candidatos a diputados y senadores nacionales y provinciales, y concejales en cada distrito. El triunfo a nivel nacional fue para la coalición de Juntos por el Cambio que obtuvo el 41,97% de los votos. En segundo lugar, el Frente de Todos (FDT) consiguió el 33,7%. Sin embargo, este resultado para el frente gobernador implicó un crecimiento desde las elecciones PASO realizadas el 12 de septiembre, ya que, aparte de ganar en Catamarca, Formosa, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucuman, este domingo consolidó su triunfo en Chaco y Tierra del Fuego. Como resultado, la Cámara de Diputados quedará conformada con 118 miembros pertenecientes al oficialismo y 116 representantes de Juntos por el Cambio. Las 23 bancas restantes pertenecen a las fuerzas de Avanza Libertad, del Frente de Izquierda de Tranajadores (FIT), Vamos con Vos y partidos provinciales. En la Cámara de Senadores, el oficialismo quedó con 35 senadores de 72 y su principal derrota consistió en la pérdida del quórum propio.

 

«Es un llamado de atención al peronismo que no termina de movilizar, una parte de los votantes peronistas fueron a votar aun no estando convencidos  y otros que directamente no han ido».

Se dio una de las participaciones más bajas de la ciudadanía desde la vuelta a la democracia en una elección. Según la Cámara Nacional Electoral sólo fue a votar el 71,5% del padrón. Agustina Gradin, politóloga, docente e investigadora en el área de Estado y Políticas Públicas, señaló a ANCCOM que “principalmente tiene que ver con la falta de motivación con las ofertas del sistema político. Es un llamado de atención al peronismo que no termina de movilizar, una parte de los votantes peronistas fueron a votar aun no estando convencidos o totalmente conformes con el Gobierno, y otros que directamente no han ido porque no han elegido otras candidaturas.”

Raul Timerman, consultor y analista político, en comparación con las PASO remarcó que “aumentó la participación alrededor de 4 puntos, por lo cual mejoró, pero indudablemente existe un desinterés por parte de la ciudadanía y eso se refleja de alguna manera en los pronósticos cerrados de las encuestas; siempre hay un 25 por ciento que contesta que no va a ir pero no se sabe de quién son esos votantes. En las PASO está claro que este default se dio en el FDT y hubo un susto en la dirigencia especialmente por parte de intendentes en la Provincia de Buenos Aires y los movimientos sociales ante la posibilidad de pérdida de derechos y salieron a buscar a esos electores, y consiguieron remontar el resultado hasta alcanzar un punto de diferencia”.

El Frente de Todos perdió el quórum en el Senado. Con 35 senadores oficialistas el Poder Ejecutivo se enfrenta con la necesidad de consensuar con otros dos legisladores para conseguir la cantidad necesaria que permita dar inicio a cada sesión. Para ello, se requiere la mitad de la Cámara presente, más un senador. Sergio De Piero, politólogo e investigador, consideró que “los senadores que restan para el quórum son de partidos provinciales, que tradicionalmente no han tenido problemas en otorgar quórum” y añadió que el Gobierno nacional “cuenta con recursos institucionales de negociación con esos partidos. Tal vez, en algún proyecto de ley más complejo puede ser que se dificulte el quórum, como es en el caso del presupuesto. Sin duda perder el quórum propio siempre es una desventaja, además que es un elemento histórico, por primera vez desde 1983, el peronismo no mantiene una mayoría contundente en el Senado.“

Mariano Fraschini, doctor en Ciencias Políticas, subrayó que “desde 1983 hasta hoy, el Senado nacional sólo rechazó proyectos del Ejecutivo en tres oportunidades. Estructuralmente es muy difícil que el Senado de turno sea un escollo para la agenda legislativa de un presidente. En lo coyuntural, el escenario no es malo, la oposición tiene menos senadores que el oficialismo y con los partidos provinciales se puede negociar. El problema real que va a seguir teniendo el Gobierno es la Cámara de Diputados, ahí es donde realmente no pueden pasar los proyectos.” A dos años de la asunción de Alberto Fernández, las sesiones en la Cámara de Diputados resultan un terreno sinuoso: a pesar de tener paridad entre los diputados del FDT y los de Juntos, hay 23 de diputados por fuera de los dos bloques principales que no vienen acompañando al voto oficialista. Fraschini agregó: “Si la figura presidencial y la economía crecen, va a ser más fácil, las terceras opciones van a ser más proclives a aprobar a un presidente en mejores condiciones.”

Con estos números, el FIT incorporó cuatro diputados: Nicolás Del Caño y Romina Del Plá por PBA, Myriam Bregman por CABA (primera legisladora de la izquierda en 20 años) y el recolector de residuos Alejandro Vilca por Jujuy, que le está ganando al Frente de Todos. La gran sorpresa de esta elección fue Javier Milei, quien en su primera candidatura consiguió obtener 17 puntos. El candidato liberal conocido por su épica pregonada en la televisión, propia del espectáculo, realizó su acto de celebración en el Luna Park. “Yo quitaría toda esta idea de que Milei avanza a pasos agigantados como figura política –opina Del Piero-. Me parece que estamos muy acostumbrados al crecimiento de figuras que brillan en el firmamento electoral y luego se apagan a veces rápido, a veces lentamente. Me parece que es fruto de una crisis a nivel mundial, la derecha está creciendo en todo el mundo como respuesta desesperada a situaciones muy críticas. Se puede consolidar, pero falta muchísimo. Argentina sigue siendo en términos político-electorales, bipartidista y polarizada”.

«Milei está institucionalizado, va a tener que ir al Congreso. Sus actuaciones en los medios o en los actos ya no podrán tener lugar ni con esa frecuencia ni en el recinto».

El sociólogo Ricardo Rovieur destacó con énfasis que “Milei está institucionalizado, va a tener que ir al Congreso de la Nación. Su carácter, sus actuaciones en los medios de comunicación o en los actos ya no podrán tener lugar, ni con esa frecuencia ni en el recinto. El Congreso actúa de alguna forma como una especie de sordina; a los gritos les baja el volumen y a las amenazas las pone dentro de un espacio absolutamente institucionalizado dentro de lo que es la democracia. El león es menos león en el Congreso, queda domesticado. “

Hoy se inaugura un nuevo período para el gobierno de Alberto Fernandez: interpretar el mensaje de la ciudadanía que ejerció su derecho al voto y también de los que no. Queda en evidencia que la nueva formación de ambas cámaras necesita de negociaciones. Paola Zuban, politóloga, afirmó sobre el futuro de los diferentes espacios: “Hay una tarea significativa en estos dos años que es interpretar las demandas de la ciudadanía que son diversas, heterogéneas y sobre todo muchas. En una sociedad fragmentada, dividida. No hay una sociedad homogénea a la que se pueda interpelar con un solo mensaje o con una sola política pública. Es una tarea difícil del Gobierno nacional.“

 

 

«¡A disfrutar el gobierno en manos de la gente!»

«¡A disfrutar el gobierno en manos de la gente!»

A medida que los minutos se acercaban a las 21, la ansiedad iba creciendo: a diferencia de lo que había sucedido durante las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), los primeros datos oficiales sobre el escrutinio provisorio se esperaban con puntualidad. Entre las dos fuerzas principales, se manejaban expectativas distintas: de un lado, una diferencia significativa de, al menos, 10 puntos; del otro, la posibilidad de alcanzar la tan anhelada segunda vuelta, aunque los boca de urna y las primeras tendencias no fueran prometedores. La aparición del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, acabó con las dudas y las especulaciones. Haciendo referencia a la velocidad de escrutinio y con un 65% de las mesas escrutadas hasta el momento, anunció a la fórmula Fernández-Fernández como ganadora de las elecciones del 27 de octubre.

Lejos quedaba la posibilidad de una eventual reelección de Mauricio Macri que, junto con su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, logró un 40,5% de los votos (números oficiales resultantes del escrutinio del 96% de las mesas): si bien mejoró notoriamente su performance de las PASO, al presidente no le fue suficiente para forzar un ballotage. Porque, con el 48% de los votos, Alberto Fernández se convertía en el próximo presidente de los argentinos.

Las elecciones generales transcurrieron de manera pacífica y normal en todo el país, a excepción de algunos incidentes puntuales y la puesta en duda del sistema por parte del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien lo calificó de “arcaico” y abrió la posibilidad de tener que esperar el escrutinio definitivo antes de hablar de un futuro presidente.

Los resultados volvieron a poner en escena un panorama de hiperpolarización: entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio acumularon cerca del 90% de los votos a nivel nacional. El frente Consenso Federal, con Roberto Lavagna encabezando la lista, se constituyó como una pobre tercera fuerza, con apenas el 6,2% de los votos. Más lejos quedaron los otros 3 candidatos que dirimieron la presidencia: Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-Unidad), logró el 2,2%; por su parte, Juan José Gómez Centurión (NOS) y José Luis Espert (Unite), sólo alcanzaron el 1,7% y el 1,5%, respectivamente.

La participación ciudadana en las elecciones fue muy alta: más del 80% del padrón electoral ejerció su deber cívico, un porcentaje  superior al observado durante las elecciones primarias que forman parte de la explicación de la mejora macrista en los índices. Buena parte de esos nuevos votantes apoyaron al oficialismo, que también succionó sufragios de Lavagna, Gómez Centurión y Espert.

No bostante, los resultados finales no supusieron una sorpresa, más allá de la importante reducción de la brecha entre Fernández y Macri respecto de las PASO. Luego de una ardua campaña electoral -consistente, principalmente de la gira y las marchas del “Sí se puede”- y una mayor concurrencia del electorado, el presidente de la Nación logró un aproximado de 8 puntos más en comparación con el resultado del 11 de agosto.

Córdoba, Santa Fe, San Luis, Mendoza, Entre Ríos y la Ciudad de Buenos Aires fueron los únicos distritos que quedaron pintados de amarillo en la mapa electoral con el triunfo de Juntos por el Cambio. En el resto del país, el Frente de Todos venció al binomio oficialista: Santiago del Estero fue la provincia en la que se registró la mayor diferencia -casi de 56 puntos-; Formosa, Santa Cruz y la provincia de Buenos Aires también mostraron resultados contundentes en favor de la fórmula Fernández-Fernández.

El camino hacia la transición comenzó el mismo domingo con discursos que tendieron al diálogo y a la inclusión de todos los argentinos, independientemente de sus elecciones electorales. Además, Mauricio Macri invitó a Alberto Fernández a desayunar el lunes 28, a las 8:30, en la Casa Rosada, con el propósito de iniciar un proceso de transición ordenada. El paso final será el 10 de diciembre con el traspaso de mando frente a una sociedad que le dijo “basta” a la gestión actual.

 

Festejo y responsabilidad

En  el Centro Cultural C, en Chacarita, búnker del Frente de Todos, desde las 14, los militantes más entusiastas ya comenzaban a llegar a la intersección entre Corrientes y Dorrego, donde se emplazaba un escenario pequeño. Hacia las 17, las arterias del barrio se llenaron de banderas blancas y celestes y bombos con la cara de Cristina y Néstor. Algunos vecinos se asomaron por los balcones, alzando dos dedos y sonriéndole a la multitud que empezaba a emerger.

Uno de las primeras figuras en llegar fue Eduardo Jozami, activista por los derechos humanos, quien explicó cómo vivía la jornada electoral: «Con ganas de festejar lo que creo que es la posibilidad de que el movimiento popular argentino tenga una nueva oportunidad. Con toda la experiencia que tuvimos: repitiendo las cosas que hicimos bien y analizando estos cuatro años y las cosas a mejorar.»

A minutos de las 18 y del cierre de comicios hizo su llegada Ginés González García, quien algunos sopesan como posible ministro de Salud. Rodeado de personas, el ex embajador de Argentina en Chile comentó: «Es un día de festejo y responsabilidad, nos preparamos para lo que viene, que va a ser muy distinto. Lo que estamos buscando es la unidad de la Nación para poder gobernar y cambiar la historia. Tenemos historia, nos pasó en 2001, 2002 y la gente lo vio. Siempre que podamos cambiar la historia vamos a estar presentes.»

También, desde temprano, hicieron su aparición la economista política e investigadora del CONICET, Delfina Rossi; y José Luis Gioja, gobernador de San Juan.

Por su parte, en el sitio habitual de reunión de la militancia macrista, Costa Salguero, los ánimos intentaban estar calmos, si bien la tensión ya se sentía en el ambiente. En los primeros momentos de la tarde, el espacio se encontraba prácticamente vacío de simpatizantes macristas, y no se había dejado ver nadie más que el personaje que se convirtió en emblema de Juntos por el Cambio: el “Mago sin Dientes”.

A las 18:15 hicieron su primera aparición Marcos Peña, Federico Salvai y Eduardo Macchiavelli. Las primeras declaraciones del jefe de gabinete fueron para agradecer la participación masiva en los comicios y la labor de los fiscales en un sistema electoral que calificó de “arcaico”: “Lo que se viene que es muy importante, es defender cada uno de los votos.” Ante la insistencia de los periodistas por saber los números de las mesas testigo, Peña pidió prudencia y paciencia.

Llegando casi a las 21, el panorama había cambiado drásticamente: la esperanza parecía ocupar el espacio que dejaron vacíos los tradicionales globos. El sitio destinado a la militancia se encontraba cubierto y, al grito de “sí se puede”, las banderas argentinas -que primaban entre el público-, se sacudían y agitaban al ritmo de la música de tendencia. El apoyo a Horacio Rodríguez Larreta -reelcto jefe de Gobierno- también se hizo presente con “las remeras de Larreta”, y los jóvenes dominaron la escena juntos a muchos niños que corren entre la gente.

Si bien los primeros datos oficiales sobre el escrutinio provisorio ya daban cuenta de un resultado irreversible, Mauricio Macri recién se hizo presente en el escenario pasadas las 22:20, acompañado de su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto. En una actitud bastante diferente a la que exhibió luego de las PASO, el presidente felicitó a los argentinos que participaron de la elección y al presidente electo Alberto Fernández: “Acabo de hablar con él y lo invité a desayunar mañana para iniciar una transición por el bienestar de los argentinos.” Macri también agradeció a los fiscales y a las figuras de su gobierno: Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Pichetto.

“Quiero decirles, queridos argentinos, que transformar nuestro país depende de nosotros. Gracias al trabajo que hemos realizado estamos sobre una base y tenemos que cuidarlo entre todos”, aseguró Macri frente a su militancia. Y pensando en el escenario político futuro, agregó: “Todos estamos comprometidos en cuidar la democracia y la república. Si hay un sueño que tengo es que podamos consolidar un proyecto común, ejerciendo una oposición sana, constructiva, responsable que pueda reafirmar las conquistas logradas.”

Con Abel Pintos musicalizando el momento, Juliana Awada, Diego Santilli, Michetti y Rodríguez Larreta subieron al escenario. “No me importa para dónde vas / yo voy, sin mirar atrás / si te tengo por delante.” La pantalla mostraba un “gracias” y Macri saludó también con un gesto de agradecimiento. Mientras tanto, la gente se abrazaba y lloraba.

Las otras fuerzas

La jornada electoral había terminado temprano en los bunkers de las otras fuerzas. Roberto Lavagna, que obtuvo poco más del 6 por ciento, reconocía que no cumplieron con sus expectativas y que disminuyeron sus votos, respecto a las PASO, producto de la fuerte polarización. Algo similar declaraba Nicolás del Caño, votado por el 2 por ciento de los electores, en la sede del Frente de Izquierda-Unidad, que lamentaba sobre todo que Myriam Bregman no llegara a la Cámara de Diputados.“Nuestra campaña tiene más vigencia hoy -aseguró-, por la crisis que se atraviesa en relación a la fuga de capitales, a la pérdida de reservas del Banco Central y el aumento de los precios, que resulta en una pulverización de los salarios y jubilaciones”.

En el Frente NOS, ubicado en Fraga 1209, Villa Ortúzar. Juan José Gómez Centurión, candidato a la presidencia, se hizo presente a las 19:20 y saludó mano por mano a todos los que lo acompañaron, militantes que habían llegado desde el cierre de los comicios. Luego confirmó que «las expectativas de estas elecciones siguen siendo las iniciales: consolidarnos como el espacio más claro de la derecha Argentina». Además afirmó que disfrutó la jornada de votación a pesar de verse empañada por lo que calificó de «mañas» de la vieja política.

En una sala reducida y visiblemente vacía del hotel Vitrum, del barrio de Palermo, el candidato José Luis Espert también dio un breve cierre a su campaña. Con un número de periodistas que superaba al de los militantes y funcionarios del partido político -el “ejército espertano” estaba representado por pocos jóvenes que no llegaban a 15 e incluso algunas candidatas a diputadas nacionales ofrecieron una presencia intermitente-, los únicos momentos en los cuales la sala se llenó fueron durante las declaraciones de Luis Rosales, candidato a vicepresidente, y Espert.

El candidato a presidente por Unite agradeció e hizo hincapié en los obstáculos que atravesaron durante la campaña: “Esta empresa que hemos comenzado hace unos meses se dio a pesar de esfuerzos internos o extraños pero estamos acá y hemos competido. Hoy afortunadamente pudimos ofrecer nuestra candidatura a miles de personas que nos han votado. Esto es un camino que recién comienza. Argentina tiene un gran futuro y ese futuro es liberal y ya comenzó.” También le pidió a Mauricio Macri que se dedique a gobernar durante el tiempo que le queda a su mandato, culpándolo del “desasosiego de la población”. Y le dio un mensaje a Alberto Fernández: “Nosotros seremos severos defensores en el cuidado de las cosas que hacer por el bien de la gente y su trabajo”.

El recuerdo a Néstor Kirchner

En Corrientes y Dorrego -y sus proximidades inundadas de personas- , la gente también se abrazaba y lloraba, pero a diferencia de lo que ocurría en Costa Salguero, lo hacia de felicidad. Desde las 21 que había estallado la alegría de saber, oficialmente, que Alberto Fernández sería el próximo presidente de todos los argentinos.

A las 22:40,  con «Rezo por vos» como canción de fondo, aparecieron en el búnker  Alberto Fernández, Cristina Fernández y Axel Kicillof, los candidatos victoriosos. Luego de hablar el futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires, tomó el micrófono Cristina Fernández, quien, a partir del 10 de diciembre será vicepresidenta de la Nación. Comenzó su discurso dirigiéndose al pueblo argentino: «Déjenme agradecer a los cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas anónimos que han resistido y que tienen pensamientos y sentimientos que los han ayudado a mantenerse en pie.» A su vez habló sobre la ardua tarea que tendrán como gobernantes luego de cuatro años de «tierra arrasada», como expresó Kicillof. Y culminó, haciendo un llamado a la sociedad entre la aclamación de la militancia peronista: «Quiero pedirles a todos los hombres y mujeres que, por favor, nunca más rompan la unidad que se requiere para enfrentar estos proyectos neoliberales que tanto dolor han causado.» También le hizo un pedido al presidente Macri: que gobierne a los argentinos hasta el 10 de diciembre y que tome las medidas necesarias para que no aumente el daño social y económico.

El futuro presidente, Alberto Fernández, también inició su discurso con agradecimientos a los votantes, por el compromiso demostrado en “construir una argentina solidaria». Entre los ya clásicos cantos de “Alberto presidente” -esa noche más reales que nunca-, también hizo un agradecimiento específico y especial, teniendo en cuenta la fecha: «La primera salida que tuve como candidato fue ir a visitarlo a Néstor: Gracias, Néstor, donde estés. No sería justo no reconocerle a él lo que hizo por nosotros. De aquí en adelante solo nos queda cumplir con lo prometido.» Luego, Fernández dio un mensaje esperanzador al pueblo argentino: «Vamos a ser la Argentina que nos merecemos porque no es verdad que estamos condenados a esta Argentina. Vamos a hacerlo porque nos lo merecemos y no lo van a hacer Cristina y Alberto, lo vamos a hacer todos y todas. ¡A disfrutar el gobierno en mano de las gente!» El público, dentro y fuera del búnker parecía no poder gritar más fuerte.

El presidente recién electo finalizó saliendo a las calles y mirando a los ojos a los militantes y simpatizantes que colmaban la avenida Corrientes y sus alrededores: «Este no es el frente de nosotros, es el de todos.»

Cuatro años atrás, un enorme grupo de gente se reunió a abrazarse y llorar por el fin de un ciclo político, de una idea de país. En la noche del 27 de octubre, esa gente volvió a reunirse, volvió a abrazarse y volvió a llorar. Pero porque volvían. Renovados, con esperanza y con fuerza para afrontar los desafíos que pone por delante una Argentina en crisis. “Vamos a volver”, cantaban. Y volvieron.

A partir del 10 de diciembre, futuro se escribirá con F. Pero de qué tratará el mismo, solo el tiempo y la política lo dirán.

 

Macri quiere tener un millón de amigos

Macri quiere tener un millón de amigos

Mauricio Macri cerró su campaña «30 días, 30 ciudades» ante una multitud de personas en el Obelisco. La consigna fue llevar banderas de Argentina en la autodenominada «Marcha del millón», y los cánticos hablaron de dar vuelta la elección y una Argentina sin Cristina. Los carteles pregonaban el hashtag #SíSePuede y algunos chistes sobre gatos, metáfora a la que hizo mención Macri en su discurso. Postales de un mimo porteño al presidente en la ciudad que lo vio nacer a la política, una semana antes de las elecciones presidenciales.

Catarsis amarilla

Catarsis amarilla

Banderas celestes y blancas cubrieron las barrancas de Belgrano al grito de #SiSePuede en la tarde del sábado 28 de septiembre. La marcha fue convocada por el presidente Mauricio Macri, quien encabezó el encuentro y dijo: “Hoy comienza la marcha del #SiSePuede. 30 días por todo el país, sabemos que un mejor país es posible y está mucho más cerca de lo que podemos ver”.

Apenas unas horas antes de las 17, se empezaron a replicar los hashtags #YoVoy y #SiSePuede en las redes sociales, al ritmo  en que los simpatizantes oficialistas iban llenando las inmediaciones del lugar emblemático: la estación elevada Belgrano C, una de las obras públicas que la gestión macrista inauguró en 2019. Para dar comienzo al acto hablaron la diputada Elisa Carrió y el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto. Los dirigentes resaltaron que esta es una lucha por las libertades individuales y por la justicia. Pichetto sostuvo que “si gana Alberto Fernández gana Cristina, y va a gobernar ella” y la multitud estalló al grito de “delincuentes”.

A las 17.55 el Presidente arribó a la estación de tren que había sido cerrada por el operativo puesto en marcha para esperar su llegada desde Olivos en el ramal Mitre. Minutos antes subió a Twitter su foto en la formación junto a su esposa, Juliana Awada, acompañada del hashtag #YoVoy. “Empieza octubre de 2019. A los más jóvenes les quiero decir que en unos años sus hijos les van a preguntar dónde estaban y les vamos a contestar; ‘Estábamos haciendo patria’ «, dijo el Presidente para cerrar su discurso.

“A diferencia de otros espacios políticos, lo nuestro es por voluntad propia, venimos por nuestros medios. No venimos por el choripan o la gaseosa ni la bebida alcohólica”, dijo el Superintendente de Servicios de Salud de la Nación,  Sebastián Neuspiller. Varios carteles de la marcha reproducían estas concepciones: “No estoy acá por una ideología”; “No estoy acá porque me trajeron”; “No estoy acá porque me dieron algo a cambio”; “Estoy acá por mis valores y porque quiero una Argentina que progrese” y todos firmaban “#SiSePuede”. Los asistentes reconocieron no haber sido afectados mayormente por la crisis económica que se vive en el país. “A mi particularmente no me afectó la situación económica, entiendo que hay mucha gente que no la pasa tan bien, pero creo que hay que seguir aguantando y poniendo fuerza porque yapasó lo peor”, dijo Andrea Salatino de 46 años.

Al ser preguntados sobre las razones por las que asistieron a la marcha distintas personas sostuvieron que se manifestaban  porque no querían volver al pasado y porque tenían fe en laconstrucción de un país mejor. “El pañuelo del #SiSePuede es una esperanza, no es porqueme guste tanto Macri sino porque siento un desprecio profundo por el autoritarismo, porquese lo que pasó en Venezuela. No es justo vivir en un país en el que vos quieras salir y no te lo permitan”, contó Delia de 68 años, oriunda de Devoto. Y sí, en este momento de pañuelos-que marcan ideologías, el suyo era de color amarillo.

No sólo había banderas argentinas sino también algunas banderas venezolanas, de personas que emigraron a la Argentina. Es el caso de Soraida, de 25 años, quien contó a ANCCOM: “Hoy estamos en un momento clave en el cual se puede perder, porque creo que ningún país está exento de vivir lo que vive hoy Venezuela. Justamente porque se ha tratado de instaurar un modelo político como el cubano, que refleja algo transcrito de la Unión Soviética”. También sostuvo que era su responsabilidad como venezolana acompañar y contar lo que puede suceder si un “socialismo del siglo XXI” se instala en latinoamérica. El discurso se se repetía entre los manifestantes: “Si gana el Frente de Todos Argentina se convertirá en Venezuela”.

Las banderas albicelestes desconcentraron antes de las 19 por las calles de Belgrano cantando al unísono #SiSePuede. Los testimonios recogidos en la marcha dejan en claro los deseos del 32% de la sociedad que vota a Juntos por el Cambio. Los argumentos se centran en la esperanza –a pesar del presente osucuro- por un futuro de desarrollo económico, en la defensa de los derechos individuales y, sobre todo, en el desprecio por los pasados gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.