Ya es media ley

Ya es media ley

Tras veinte horas de debate ininterrumpido, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Fueron 248 votos en total, de los cuales 131 fueron positivos, 117 negativos y 6 abstenciones.

Mientras en el recinto los legisladores argumentaban a favor y en contra de la legalización del aborto, afuera del Congreso había una concentración multitudinaria a la espera del resultado. Los 37 grados de calor no impidieron que, como en 2018, se llenaran las calles de personas acompañando el debate. El color que se destacó fue el Verde; la consigna ¡Que sea Ley! El calor descendía a medida que avanzaban las horas, no así la cantidad de personas que se encontraban rodeando el Congreso. Bombos y platillos sonaban de fondo mientras la pantalla de la intersección de las avenidas Callao y Rivadavia  transmitía lo que sucedía dentro del recinto. 

Las personas allí reunidas seguían atentas lo que ocurría en el escenario montado frente al Congreso por la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito. Otras bailaban al ritmo de les artistas que sonaban en el escenario montado en la esquina de Callao y Mitre. En los momentos de pausa o donde no llegaba tan fuerte el sonido, nuevos ritmos afloraban de los gazebos de las agrupaciones. La cumbia feminista y el reggaeton acompañaban la ansiosa espera, que se seguía extendiendo como las sonrisas de les participantes. Carolina, joven trabajadora social, formaba parte de esta multitud: “Estoy feliz, tanto tiempo esperando este momento histórico me genera alegría, veo la potencia de estar en la calle todes juntes nuevamente, conquistando nuestros derechos y poniendo el cuerpo donde hay que ponerlo que me emociona”, señaló. 

Baile y atención: cuando en la pantalla se llenaba de discursos en contra de los derechos de las mujeres, en las calles sonaban silbidos y repudios al diputado de turno. Cuando la pantalla transmitía la importancia del derecho a decidir, aparecían los aplausos y cánticos para ese diputade que representaba la ampliación de derechos que se exige con el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. 

Lara, militante feminista y del aborto legal, estaba atenta a escuchar los argumentos que se exponían en la pantalla. “Estar acá, en la calle nuevamente por el aborto legal me genera varias emociones. Por un lado es un pesar, como algo que quedó en el tiempo, como un reclamo del pasado, parece un chiste que tengamos que seguir explicando por qué es fundamental la legalización de un derecho tan necesario. Por otro lado, me llena de emoción, orgullo y alegría sentirme parte de un colectivo enorme que no bajó los brazos nunca, que peleó y peleará por nuestros derechos, deseos y sueños todos los días con respeto, con escucha al otre, siempre ampliando, siempre hacia adelante”, refexionó.

 

Fue una alegría contenida que toda junta se encontraba, hacía muchos meses la ola feminista no inundaba las calles de la ciudad. Desde el confinamiento por la pandemia del virus COVID-19, donde hubo que mantener distancia social, el movimiento se vio directamente afectado. Es en la calle, entre todes y a los gritos, que esta marea supo construir una voz fuerte para que los políticos y los gobiernos atiendan las problemáticas que hacen que haya una muerta, por su sola condición de mujer, cada 31 horas.

Este intervalo, durante el período de distanciamiento, no implicó una desarticulación, sino más bien, una vista en perspectiva de la fuerza de las feminidades en la calle que conforman la lucha. Fuerza que pudo trasladarse a la virtualidad, a través de redes sociales, la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, agrupaciones y  colectivos feministas, inundaron las redes sociales con la consigna  “Alberto tenés un atraso”, ejerciendo presión para que el Presidente incluyera en la agenda del Congreso, el debate de la ley para este año.

Sin olvidar la importancia del cuidado de la salud en contexto de pandemia, tampoco hay que olvidar que esta ley atiende un problema de salud pública. Un aborto legal en vez de clandestino, será una práctica segura que evitará miles de muertes de mujeres y cuerpos gestantes que buscan interrumpir de manera voluntaria sus embarazos.

La presión tuvo sus frutos y se presentó el proyecto junto con el “Plan Mil Días” de acompañamiento a las madres y niñes hasta los tres primeros años de sus hijes.

El proyecto que ayer obtuvo media sanción, autoriza la interrupción del embarazo hasta la semana catorce (inclusive) de gestación. Una vez solicitado deberá ser efectuado en el plazo máximo de diez días corridos. Asimismo, se establece que la práctica deberá ser incluida en el Programa Médico Obligatorio (PMO) para garantizar la cobertura integral y gratuita tanto del sector público como de las obras sociales y prepagas.

El proyecto del oficialismo tiene algunos puntos salientes en relación con el proyecto de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito. Los diputados que promueven el aborto legal, introdujeron cambios al proyecto de la Campaña en lo referido a la objeción de conciencia de las instituciones sanitarias privadas para facilitar su sanción en el Senado.

Se establece que los centros de salud privados o de seguridad social que no cuenten con profesionales para realizar la interrupción del embarazo por objeción de conciencia, deberán prever y disponer la derivación a un lugar de similares características, donde se realice efectivamente la prestación. Se aclara que «en todos los casos se debe garantizar la realización de la práctica» y que «las gestiones y costos asociados a la derivación y el traslado quedarán a cargo del efector que realice la derivación».

También se incorporó que, para los casos de menores de 16 años que decidan abortar, se requerirá su consentimiento y se procederá conforme lo dispuesto en el artículo 26 del Código Civil y Comercial, que indica que «la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales». Para las menores de 13 años, se exige la asistencia de al menos uno de sus progenitores o representante legal.

 

El debate estuvo dividido no tanto por colores políticos de los representantes sino por sus convicciones individuales. Afuera estaba la multitud, separada en dos bandos separados, que reflejaba esta división. Con un vallado en el medio de la plaza, desde Rivadavia hacia Corrientes, se ubicaron quienes apoyan la ley, representades con el pañuelo verde de la Campaña, el glitter y el baile de la multitud. Del otro lado, de avenida Entre Ríos hacia la avenida Belgrano, quienes se posicionan en contra, con pañuelo celeste, rosarios y crucifijos de la Iglesia católica.

A las 7.23 de la mañana se realizó la votación y estalló la ovación de la multitud que se encontraba del lado verde del Congreso. Fue un canto de alegría por la ampliación de derechos que plantea el avance en esta media sanción. “Estamos en un momento importantísimo de la historia, un antes y un después.  Diputados dió la media sanción y esta vez esperemos que el Senado esté a la altura de las demandas del pueblo”, expresó Lara.

Una de las últimas oradoras fue la diputada del Frente de Todos Gabriela Cerruti: “Cuando una ley se construye sobre los reclamos de las organizaciones y los colectivos, cambian los paradigmas”. La voz de un megáfono confirmaba esta reflexión: “¡Estamos haciendo historia compañeras!”

El tratamiento del Senado se estima que será el 29 de diciembre. Aun si se aprobara, la lucha no terminará en esa votación, como aseguró la joven militante: “Una vez que sea ley, este poderoso colectivo se tendrá que sentar a seguir debatiendo, a ampliar el horizonte, porque esto recién empieza”.

¿Cuánto le cuesta al Estado los abortos clandestinos?

¿Cuánto le cuesta al Estado los abortos clandestinos?

Las investigaciones más recientes estiman que en Argentina se producen entre 372.000 y  522.000 abortos anuales en la Argentina, números amplios que dan cuenta de la dificultad de registrar con precisión un fenómeno clandestino. Entre 2010 y 2017, en el sistema público hubo, por año, 45.604 egresos por abortos incompletos solo en hospitales públicos. El 0,5% de estas personas fallece por las complicaciones. El costo estimado de tratar estos casos es de 2.586 millones de pesos para el sistema de salud por año, suficientes para tratar prácticamente todos los abortos que se realizan en nuestro país. Estos datos, provenientes de la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) que depende del Ministerio de Salud de la Nación, dan cuenta del impacto de los abortos clandestinos sobre las mujeres y sobre el sistema de salud.

 

Ayer, el proyecto de ley del Poder Ejecutivo sobre “Regulación del Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y a la Atención Postaborto. Modificaciones al Código Penal” obtuvo dictamen de las Comisiones de la Cámara de Diputados. El mismo establece entre otros derechos, información sobre el procedimiento y los cuidados posteriores, atención integral de la salud a lo largo de todo el proceso y acompañamiento en el cuidado de la salud e información adecuada y accesible a las necesidades de cada persona, científica, actualizada sobre los distintos métodos anticonceptivos disponibles, así como su provisión.

 

El aborto en la actualidad es la causa del 13,6% de las muertes maternas pero la clandestinidad y la criminalización de la práctica producen un sub-registro de los casos. Se estima que el número de personas gestantes que mueren al año por abortos clandestinos, es mayor. El caso de Uruguay reveló una reducción desde el 37% al 8,1% de muertes maternas por abortos una vez implementada la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en el año 2012.

 

El informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) aborda una perspectiva económica para analizar los costos fiscales que asume el sector público hoy con el aborto en la clandestinidad y los que dejaría de afrontar legalizando la práctica. Cuanto mayor es el nivel de gravedad debido a un aborto provocado en situaciones de riesgo, mayores son los costos de los tratamientos hospitalarios. En base a un estudio del año 2018, se estableció una probabilidad de ocurrencia de cada tipo de complicación por año: el 67% de los egresos hospitalarios requerirán una intervención leve, el 31% serán complicaciones de gravedad media y el 2% corresponderá a abortos incompletos con cuadros de alta gravedad.

 

Médicas, farmacéuticas y economistas, definieron interdisciplinariamente los motivos de hospitalizaciones y una matriz de costos de atención a complicaciones por abortos incompletos, de acuerdo a los valores del sistema de salud público a diciembre del año 2020. Un aborto incompleto leve requiere de un tratamiento ambulatorio con intervención para completar la práctica, como la Aspiración Manual Endouterina (AMEU) o el Legrado Instrumental y tiene un costo unitario de 42.915 pesos. Si es de gravedad media, a estas intervenciones se sumará un tratamiento para infecciones y hemorragias de baja y media gravedad que arrojan un costo de 81.788 pesos. Por último, si el aborto incompleto es de alta gravedad puede requerir tratamientos por lesiones graves intra-abdominales, o por shocks sépticos así como internaciones en terapia intensiva y/o intervenciones quirúrgicas de alta complejidad como la histerectomía. Con este nivel de complicación, el costo unitario asociado al tipo de intervención médica se eleva a 132.425 pesos.

 

El análisis de los datos relevados permite inferir que el aborto en la clandestinidad – tomando en cuenta solamente los 45.604 egresos hospitalarios–  implica un costo de 2.586 millones pesos para el sistema de salud por año. Por el contrario, una práctica segura de aborto puede llevarse a cabo con el uso de fármacos con Misoprostol o mediante procedimientos ambulatorios simples como la AMEU, e incluso el Legrado Uterino Instrumental (LUI) o el Raspado Uterino Evacuador (RUE), dos prácticas menos recomendadas pero necesarias ante un embarazo que supere las 12 semanas. Un aborto medicamentoso puede tener un costo de $6.082 que equivale a una caja de Misoprostol de 12 comprimidos, e incluyendo alguno de los otros procedimientos los costos se elevarían a $15.620.

Julieta – Aborto Primera Persona – Fotos Lucia Barrera Oro / Daniela Moran

Si el total de los abortos clandestinos, 447 mil estimados al año, se realizaran a través de un método medicamentoso –considerando que el 10% de esos abortos no serían exitosos y requerirían una intervención de Aspiración Manual Endouterina (AMEU) para completarlo- el costo fiscal anual sería de $3.325 millones. El informe del CEPA concluye que con lo que le cuesta al Estado el aborto clandestino por 45.600 personas gestantes, se cubre el aborto seguro y gratuito de 425.177 mujeres, es decir el 95% del total anual estimado. Con el aborto legal, seguro y gratuito, los egresos hospitalarios atendidos a tiempo habrían costado un 88% menos, el equivalente a $314 millones frente a los más de $2.500 millones (costo total ponderado por atención de complicaciones por abortos clandestinos).

En esta última reunión previa a la sesión especial –que se estima puede extenderse hasta el viernes- y a este día de vigilia y movilización, los integrantes de las cuatro comisiones, Legislación General, Legislación Penal, Mujeres y Diversidad, y Acción Social y Salud Pública, adhirieron por mayoría al dictamen del Poder Ejecutivo con 77 votos a favor, 30 por el rechazo y 4 abstenciones. Desconociendo la problemática de salud pública que implica el aborto clandestino, la Diputada Carmen Polledo (Bloque PRO – CABA) manifestó un dictamen de rechazo al tratamiento de este proyecto de ley, argumentando que resulta extremadamente inoportuno, no sólo por el contexto sanitario sino también por la situación de crisis económica. Sin embargo, reconoció que para quienes están en contra de la legalización del aborto, nunca es oportuno su tratamiento. 

Las garantes del derecho

Las garantes del derecho

La Cámara de Diputados de la Nación comenzó a tratar, esta semana, dos proyectos de ley enviados por el Poder Ejecutivo para que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral. El primero legaliza la interrupción voluntaria del embarazo y garantiza que el sistema de salud permita su realización en condiciones sanitarias que aseguren la salud y la vida. El segundo, instituye al Programa de los Mil Días, con el objeto de fortalecer la atención integral de la mujer durante el período de gestación y la de sus hijos e hijas durante sus primeros años. Esta semana se inició el plenario de comisiones que ayer concluyó con la ronda de expositores. Hoy será el turno de diputados y diputadas y la reunión para el dictamen, será finalmente la próxima semana.

La presentación del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo es un gran alivio para las distintas organizaciones que vienen luchando desde hace años por esta iniciativa. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito fue lanzada en 2005 y presentada en distintas ocasiones, 2007, 2009 y 2010, en la Cámara de Diputados de la Nación. Según cifras publicadas por la organización se estima que desde la recuperación de la democracia han muerto más de 3.000 mujeres como consecuencia de abortos inseguros. 

El aborto sucede y es un hecho. A lo largo de los años, distintas organizaciones y redes fueron conformándose para brindar el acompañamiento y apoyo necesario a quienes necesitaban atención frente a la decisión de interrumpir un embarazo no deseado. A esta larga lista de movimientos que acompañaban a mujeres que abortaban en la clandestinidad, se fueron sumando lentamente agentes estatales, luego del fallo FAL en 2012 -la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que permite el aborto legal a personas víctimas de violación-, hasta la actualidad con el nuevo protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo (ILE) dispuesto por Ministerio de Salud de la Nación en 2019. ¿Cómo trabajan las profesionales por el derecho a decidir? ¿Cómo vienen acompañando las organizaciones los abortos clandestinos? ¿Cuál es su función y qué experiencias marcaron su trabajo?

Melina Ceccato 

Ceccato dice que en las entrevistas ve todas las desigualdades en el acceso a la información, educación y salud.

Melina Ceccato es psicóloga, forma parte de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, una organización que forma parte de la Campaña Nacional del Derecho a Decidir sobre el derecho al aborto seguro, legal y gratuito. Trabaja en el Centro de Salud de Primer Nivel de Atención de CABA (Lugano). Ceccato describe que el acceso a la interrupción del embarazo es diferente dependiendo en qué parte del país nos situemos. Y que, si bien la Ciudad de Buenos Aires se unió al protocolo a finales del 2019, la red viene trabajando desde 2014. Sobre su colectivo agrega que “está compuesto por distintos profesionales de distintas disciplinas (Psicología, Medicina General, Trabajo Social, Enfermería, Antropología, Ginecología, Pediatría). Semestre a semestre, a partir de que empezamos a contar con el misoprostol, se fue duplicando el número al acceso de las ILE en los centro de salud”. Además, a partir del año 2018, con la presentación del proyecto de la campaña se realizó una importante difusión que potenció la circulación de demandas de ILE en los centros de salud. “Fue como el momento de descriminalización del aborto y debate. Puso arriba de la mesa una realidad que venía sucediendo y que venía siendo silenciado”.

De acuerdo con los protocolos vigentes, Ceccato insiste en que las situaciones de salud sexual que estén vinculadas a métodos anticonceptivos y embarazos no deseados se deben tomar como una urgencia y debe asistir la demanda en el momento que es solicitado por cuestiones de tiempo respecto a la edad gestacional y poder acceder a la interrupción. “En el centro de salud donde trabajo apenas llega una mujer se la entrevista y se evalúa si tiene un test de embarazo. Primero hay que hacer una ecografía que confirme la viabilidad de ese embarazo (hay distintas situaciones en las que por más que se presente un test de embarazo positivo no siempre es un embarazo viable). Muchos centros de salud no tienen ecógrafos y hay que hacer la derivación. Siempre solicitamos que se haga de manera urgente. Vuelven con la ecografía, se confirma la viabilidad del embarazo y la edad gestacional. Si está dentro de las 12.6 semanas de gestación se puede hacer la intervención de manera ambulatoria en sus casas”, explica Ceccato de acuerdo al protocolo. “Se explican y construyen las causales de acuerdo al marco legal que tenemos en nuestro país y se entrega la medicación y se ofrece la vía de administración de la medicación para que elijan”. 

Ceccato advierte que en las entrevistas se logran ver todas las desigualdades, las violencias y las inequidades en el acceso a la información, educación y salud. “Hace poco, vino una señora de 33 años analfabeta. Como es un montón de información que damos en la entrevista le pedimos que viniera con un acompañante para que pudiera facilitar el entendimiento y porque aparte le damos folletería escrita de todo lo que hablamos sobre el procedimiento, además de la medicación”. Es importante hacer hincapié en el soporte que estos centros significan, Ceccato cuenta que una mujer se acercó a una consulta con su hijo de un año en la espalda y cursando un nuevo embarazo “fue una situación de violencia sexual por parte de su exmarido pero que se construyó con ella en la consulta. Ella no sabía que había sufrido un abuso sexual. Estaba acostumbrada a mantener ese tipo de relación y a someterse al deseo y voluntad de su exmarido. Eso también forma parte de la consulta, poder construir en ese momento que fue un abuso”.

Paula Massa

«La aprobación de la IVE significaría el fin de la estigmatización por las diferentes situaciones y experiencias que transitan”.  

Paula Massa es trabajadora social en Villa Soldati, integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito. Su deseo de participar de un grupo para adolescentes en en ese barrio surgió luego del Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario, en 2016. “Encaramos un proceso de acompañamiento para que puedan tener su espacio, lo piensen lo creen y empiecen a tomar su lugar dentro de los feminismos”, recuerda. A partir de la creación de este espacio comenzó a acompañar distintas consultas de jóvenes en encuentros que se realizaban una vez por semana. Ese espacio empezó a forjarse un lugar de confianza e identificación para poder hablar de lo que quisieran, cosa que, en otros ámbitos como el escolar o familiar, no podían. Massa resalta la importancia que tiene realizar un acompañamiento no sólo a las adolescentes sino también en sus ámbitos familiares. “A veces es muy difícil cuando sos adolescente y el adulto decide por vos (la gran mayoría de las veces), por eso es importante el vínculo con las familias”. A su vez, resalta la importancia del trabajo en red: “El primer aborto que acompañé yo tenía 24 años, todavía no formaba parte de la Campaña y había cuestiones que fui aprendiendo sobre la marcha. La clave es la red que se arma con las compañeras que están en el centro de salud y desde los hospitales que sí acompañan y garantizan el acceso a la ILE”.  

El acompañamiento por parte de los profesionales en distintos centros de salud y hospitales resulta esencial. Massa recuerda un hecho en donde una vecina del barrio en donde estaba trabajando se enteró que estaba embarazada y al intentar acceder a una interrupción legal del embarazo una de las profesionales que atendían demoró la solicitud de ecografía para evitar el proceso. “Le fueron pateando los turnos y con esto se le pasaron las semanas”, agrega. 

Sobre una posible implementación de la Ley de Interrupción Voluntaria concluye: “Significaría autonomía para las pibas, para la decisión sobre sus cuerpos. Para contar con información y no estigmatización en los centros de salud. Significaría que salgamos de la clandestinidad, de poder evitar ese señalamiento y estigmatización por las diferentes situaciones y experiencias que transitan”.  

Mariana Kielmanovich, Sandra Bernabo y Cecilia Ferrero 

Mariana Kielmanovich y Sandra Bernabó han acompañado a 500 mujeres en el ejercicio de su derecho a la ILE.

Mariana Kielmanovich y Sandra Bernabo son psicólogas y ambas trabajan en el Hospital Tornú. En 2015 inauguraron un dispositivo que en un principio funcionó como Consejería de Reducción de Riesgos y Daños. Finalmente, en 2017, con la incorporación de médicos generalistas en el centro de salud, comenzaron a trabajar como un centro de consultoría con entrega de medicación. Cecilia Ferrero es médica generalista del CESAC 33 y llegó al centro de salud por concurso. Una vez que comenzó allí Mariana y Sandra la convocaron para formar parte del equipo. Desde el equipo de ILE del CESAC 33 brindan atención a las personas que quieran interrumpir su embarazo. 

“El circuito de las mujeres comienza cuando llegan en nuestro día de demanda espontánea en el centro de salud”, explica Bernabo. En la primera consulta se evalúan las causales según lo que el protocolo de ILE indica. Una vez hecha la entrevista se le da turno médico. “En ese segundo turno, qué es lo que hago yo, lo primero que se hace siempre es explicarle el marco legal de la intervención que se está haciendo, porque muchas mujeres aún hoy siguen pensando, por la desinformación, que hacer una interrupción legal del embarazo es algo ilegal, y se remarca que estamos avaladas por el Código Penal para hacer la interrupción según las distintas causales”, agrega Ferrero. Previo al fallo FAL de 2012, Kielmanovich explica que la respuesta del sistema sanitario era muy escasa y que tendía a criminalizar y a ser expulsiva. Sin embargo, eso fue lo que les permitió lanzar un puntapié y formarse más en la temática “No sólo brindamos información, sino que también ofrecemos la medicación abortiva de manera gratuita para poder garantizar la interrupción legal del embarazo, en los términos que prevé en el modelo de causales del Código Penal, de manera legal, segura y gratuita. A la fecha, hemos acompañado a más de 500 mujeres en el ejercicio de este derecho”. 

Muchas de las mujeres que llegan a los centros de salud lo hacen con cierta angustia y malestar. “Entendemos que esto tiene que ver con el contexto en el que vivimos con el patriarcado, una política pública difusa, con un paradigma de criminalización y judicialización que estuvo vigente durante el siglo XX y que aún continúa. Se percibe en los medios e incluso en las historias que las mismas mujeres cuentan. Para nosotras es muy importante abordar este malestar, deconstruirlo y desproblematizar los estereotipos de género desde el inicio”, agrega Kielmanovich. 

Para Cecilia Ferrerom la aprobación de la interrupción voluntaria del embarazo les daría un marco de legitimidad mayor.

Es importante recalcar la importancia de la atención de estos casos, no sólo en el ámbito del acceso a condiciones seguras, sino en el acompañamiento y asesoramiento. “Eso me resuena todo el tiempo. Es increíble la cantidad de situaciones en las que muchas mujeres dicen “no sabía que no se había puesto un preservativo” o “no sabía que se lo había sacado” y la mayoría de las personas no sabe que si alguien se saque un preservativo sin consentimiento es una situación de abuso”, recuerda Ferrero sobre las consultas que suelen llegarles. Bernabo agrega: “Muchas veces las entrevistas con las mujeres son fuertes y emotivas. Algo que le sucede mucho a quienes nos consultan es que les cuesta creer que no las retemos, juzguemos o critiquemos. Algo realmente increíble en pleno siglo XXI. Y se sienten plenamente agradecidas por encontrar un espacio de respeto donde no se las infantiliza y se las acompañe en ese momento en especial que atraviesan”. 

Respecto a la posible implementación de la Ley de Interrupción Legal del Embarazo, Ferrero, resalta la importancia que esto tendría dentro de los centros de salud. Si bien los centros ya cuentan con un protocolo nacional, éste no tiene el mismo peso que una ley. “Es darnos un marco de legitimidad mucho mayor”. Según plantea Ferrero, “lo más interesante y a lo que habría que apuntar, es que no dependa el acceso a una interrupción voluntaria del embarazo de la localidad en la que vivas. Yo tengo la suerte de trabajar en Capital Federal donde hay un montón de dispositivos donde se pueden hacer interrupción legal del embarazo, pero no es la misma realidad que existe en un montón de otros lugares, y no hay que ir tan lejos, a provincias ya conocidas donde no suelen ser accesibles”. Sobre la posible sanción de la ley Kielmanovich concluye: “Siempre y cuando esto sea decisión de la mujer, este en el marco de un derecho y sea seguro y acompañado por un equipo, lejos de generar un trauma contribuye a la autonomía, empoderamiento y a la reafirmación subjetiva”. 

Juan Pablo Borda

En la Consejería de Berazategui, donde se desempeña Juan Pablo Borda, ya han han atendido 240 casos.

Juan Pablo Borda es médico generalista y jefe de residentes de medicina general. Trabaja en el centro de salud CIC 18 (Centro Integral Comunitario) en Berazategui. “Tenemos una Consejería que la llevamos adelante una vez a la semana, con entrevistas personalizadas con las personas que se acerquen al Centro con la demanda puntual de interrupción legal del embarazo”. Borda explica que se hace una valoración de la situación y si se responde con las causales de interrupción legales se procede a hacer la indicación y acompañamiento necesario a las personas. “Intentamos que sea en un ámbito de privacidad y que se pueda valorar toda la integralidad de la salud de las personas para poder dar una respuesta lo más adecuada posible respecto de sus necesidades”. Comenta que dentro del marco de la Consejería intentan informar todas las posibilidades que tiene una persona ante la eventualidad de un embarazo no deseado para que pueda decidir de manera informada y voluntaria. “Nos acercamos a la red a través de nuestro trabajo cotidiano. Somos parte de una residencia de medicina y en el marco de implementar una Consejería de Servicio Sexual y Reproductiva con respetos de derechos y poder garantizar la respuestas ante las demandas de interrupciones legales del embarazo nos acercamos a la Red de Profesionales y fuimos haciendo el vínculo con la red”. 

De lo que llevan trabajando desde la Consejería han atendido 240 casos. Borda comenta que cada caso es único y presenta complejidades particulares. “En la memoria tenemos muchísimos casos de situaciones que nos llaman la atención: una adolescente con un embarazo no deseado, una familia con muchos hijos, pero además muchas vulnerabilidades, situaciones de interrupción de trabajo, proyectos de vida que afectan la salud de las personas más allá de la obviedad de la salud biológica”. Además, agrega que un elemento transversal a casi todas las situaciones que tienen que atender es la violencia de género. “Ya sea de manera explícita con violencias físicas o sexuales. También son situaciones de violencia cuando el varón responsable, en conjunto, del embarazo se entera de esa situación y no aparece, participa ni acompaña las decisiones. Hay un montón de situaciones de vulnerabilidades que creo que atraviesan a las mujeres en situación de aborto y creo que lamentablemente se expresan en casi todos los casos”.

Al formar parte de la Red de Profesionales también forman parte de la Campaña por la Legalización del Aborto, Juan Pablo es el único varón de su equipo y cree que sería muy importante poder legalizar el aborto para evitar enmarcar las distintas situaciones a causales y evitar involucrar la subjetividad de cada uno al respecto. “Cerca de 10 personas consultan a la semana en un municipio del conurbano, osea que en todo el país es realmente una demanda muy sentida. Si se pudiera aprobar la legislación voluntaria del aborto sería un avance para la garantía de los derechos de las personas y principalmente de las personas gestantes”.

Mónica Menini

Menini explica que para las personas de fe, el aborto es como un pecado y esto pesa mucho a la hora de decidir.

Mónica Menini es abogada feminista salteña. Recibida en la Universidad Nacional de La Plata, Diplomada Superior en Género y Políticas Públicas FLACSO y Maestranda en Género, Sociedad y Política de FLACSO. Forma parte de Católicas por el Derecho a Decidir Argentina. Llegó a la organización hace 17 años. “Para ese entonces la organización ya se había constituido como una organización feminista que desde la provincia de Córdoba irradiaba en especial en las provincias del norte y centro del país una influencia basada en sus argumentos católicos por el derecho a decidir que, en provincias con alto porcentaje de catolicismo, llegaba como una nueva ráfaga de ideas que nos contenía a las mujeres católicas que a través de sus libros, publicaciones y capacitaciones podíamos acceder a las teologías feministas”. 

Desde la organización, advierten que las vivencias que les llegan sobre interrupciones del embarazo son múltiples y tienen que ver con las experiencias de vida de cada uno. “Presentar una alternativa teológica feminista frente a los discursos condenatorios y opresores sobre el aborto por parte de muchos referentes de las diversas iglesias dentro del cristianismo, permite mostrar otras perspectivas de Dios y las diversas experiencias que existen. Visibiliza otras historias y genera puentes para quienes atraviesan estas decisiones solas, con culpa, en silencio y muchas veces sintiéndose fuera de lugar, entre otras emociones y sensaciones”, agrega.

Menini explica que para las mujeres y personas de fe la consideración del aborto es como un pecado por parte de la tradición cristiana y que esto pesa mucho a la hora de decidir, “se sienten abrumadas por la culpa y ocultan el hecho durante años a su familia o a su comunidad. Eligen el silencio porque saben que les espera la condena eclesiástica o la expulsión del lugar religioso al que asisten”.

Sobre una posible legalización agrega “llegar al aborto legal seguro y gratuito despenalizado y legalizado en Argentina es una de nuestras metas; seguir en el trabajo de la implementación al acceso pleno de derechos sexuales y (no) reproductivos para cada mujer y persona con capacidad de gestar en cada pueblo, municipio y provincia de nuestro país extendiendo el derecho a toda Latinoamérica y el Caribe es nuestra Misión”. 

Wada Waldo

«Quienes llegan a Socorristas encuentran a otras que están en la misma situación; eso ayuda mucho», dice Wado. 

Wada Waldo tiene 22 años y es militante de Socorristas en Red. Llegó a la organización en el año 2018 luego de participar en una actividad en el Conservatorio Astor Piazzola. “Socorristas en Red llegó a mí como llegan a muchas personas: difundiendo información, estando en las plazas donde está el movimiento”.

Desde Socorristas en Red brindan información sobre la metodología y formas de hacerse un aborto con medicación en condiciones y acompañan a quienes necesitan realizarse uno de forma segura. Articulan con el sistema de salud, con las/os profesionales de la salud y realizan actividades de difusión e información. Forman parte también de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. “Muchas personas llegan porque nos conocen a través de amigos, familiares u otras personas a quienes también acompañamos. La información corre de boca en boca para quien necesite ayuda, asesoramiento u orientación para poder resolver un embarazo no deseado. Nos encontramos para poder compartir información. Las personas se encuentran cara a cara con otras que también está en la misma situación y eso ayuda mucho a distender y encontrarnos para compartir de manera horizontal la información y cuidados que necesitan para encarar un aborto seguro”.

Waldo destaca la importancia de compartir las distintas experiencias y de esa forma aprender entre todos: “sabemos que a la hora de encarar al sistema de salud aparecen nuevas dudas y miedos para quienes tienen que presentarse en una salita y pedir una interrupción legal. El contexto es duro, los mitos corren, los miedos abundan y la información escasea. Como Socorristas estamos ahí para el acompañamiento amoroso y feminista para quien lo necesite puede sentirse tranquilo para saber que va a encarar un proceso legal, con medicamentos y de forma segura y sin riesgos. Además, estamos en constante diálogo con los sectores de salud”. 

Respecto a una posible legalización del aborto cree que además del aborto legal, seguro y gratuito es importante tener acompañamiento y asesoramiento para realizar abortos desprejuiciados donde cada una se sienta tranquila y no se sienta criminalizada por la decisión tomada. “Entendemos que la respuesta no termina en el aborto legal, sabemos que las dudas, incertidumbres y necesidades son muchas. Un aborto feminista es una historia que se puede contar con muchas voces. Vamos para cambiar las historias de todos esos abortos oscuros. El aborto puede ser un momento amoroso, en casa, con amigas, tomando mate, con las socorristas del otro lado”, cierra.

“En 2020 será ley”

“En 2020 será ley”

Uno de los debates que atravesó la plaza fue si conformarse con el proyecto de Alberto Fernández o exigir que se apruebe el redactado por la Campaña Nacional.

En pañuelos, en remeras, en accesorios, en carteles, , en banderas, en glitter y hasta en medias. En todos lados el verde, esa marea que ya se considera imparable-, volvió a hacerse presente frente al Congreso de la Nación en un nuevo #19F, por tercer año consecutivo. En el “Día Internacional de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito” y bajo el lema “El proyecto está en las calles”, miles de mujeres y disidencias alzaron sus pañuelos al viento y exigieron que el Parlamento trate y apruebe la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), de cara a la apertura de sesiones legislativas del 1° de marzo.

A partir de las 17 comenzaron los talleres en las carpas ubicadas sobre las avenidas Hipólito Yrigoyen y Rivadavia, los picaditos de fútbol y diversas actividades entre las que se incluyó la proyección del documental El camino a la ley, que recorre la historia del aborto en América del Sur. Las calles de los alrededores parecían peatonales ya que, desde temprano, agrupaciones, organizaciones y personas que se manifestaban de manera independiente iban llegando a la Plaza de los Dos Congresos.

La radio abierta comenzó a las 18 como antesala del acto oficial y del pañuelazo, momento central de la convocatoria que se replicó en más de cien ciudades de todo el país y del mundo.

«Siento la piel de gallina» fue una frase repetida por las manifestantes.

La primera demostración verde del año tuvo como protagonista a una multitud diversa en género y edad, e incluso se vieron muchas familias enteras. Con Maite, de apenas un año, en brazos, Catalina dijo: “Estoy acá por ella, para que crezca en un mundo más justo.” Fue la segunda marcha de la niña que, con el pañuelo atado al cuello, señalaba con fascinación cada mancha de color verde que encontraba.

“Nos une un pañuelo, nos une un color, nos une una consigna: aborto legal en toda América Latina”, se escuchaba desde el escenario ubicado de espaldas al Palacio Legislativo, sobre la avenida Entre Ríos, el telón blanco -ya fondo habitual de las marchas y movilizaciones- actuando de pantalla gigante en la que se proyectó el pañuelo, símbolo de la lucha. La gente, que fue llegando paulatinamente a medida que avanzaba la tarde, ocupaba la calle, la plaza, y más allá también.

Las fotos tomadas por algunos de los múltiples drones que sobrevolaban la plaza durante el final de la tarde y el comienzo de la noche, le ponían la piel de gallina a más de una. Dan cuenta los cientos de miles de pañuelos verdes que se alzaron pasadas las 20, interpelando a la Asamblea Legislativa, ausente en ese momento, para que no olvide la responsabilidad que tiene durante el 2020 para con las mujeres y disidencias. “Las mujeres abortamos”, le gritaron al Congreso: “Toda nuestra lucha nos trajo hasta acá.”

Miembros del grupo chileno Las Tesis coordinaron una coreografía multitudinaria.

Estar en medio de esa marea, ser parte de ella, era emocionante, tal como así lo expresó Martina, recién egresada del colegio secundario: “Es mi primera vez en una marcha. Tenía ganas de venir pero a mi vieja no le gustaba mucho. Yo no quería tener ese prejuicio, quería venir y decidir por mí misma si me gustaba o no me gustaba, y no paro de tener piel de gallina. Me encanta.”

A su lado, y pasándole un tereré, su amiga Delfina también recuerda la primera vez que participó de una marcha feminista: “Fue hermoso, me acuerdo que me trajo una amiga y había un montón de gente, entré y la energía que sentí… la cantidad de mujeres, grandes también, gritando y cantando… Se me ponía la piel de gallina, fue hermoso. Ya desde el bondi vas sintiendo la energía al ver a las mujeres con los pañuelos, viniendo para acá.”

La novedad y uno de los momentos más fuertes fue cuando comenzó la performance El violador eres tú. Dirigida por tres miembros del colectivo chileno Las Tesis -creadoras y pioneras de la iniciativa que se replicó por todo el mundo y hasta en el Parlamento turco- y siguiendo la letra en una pantalla sobre el escenario que dejó leer “El violador sos vos” en su adaptación al castellano rioplatense, las voces se alzaron por toda la plaza, casi en sincronía total. El momento que más se escuchó fue cuando la canción decía “es el Congreso / adonde votan el aborto clandestino”, el ímpetu haciendo memoria al debate parlamentario de la ley en el 2018, y reprochando a esos senadores que impidieron la legalización de la IVE. “El Estado opresor es un macho violador / el Congreso opresor es un macho violador.”

Mujeres y disidencias de todas las edades participaron de la convocatoria masiva.

Frente a la posibilidad de que Alberto Fernández envíe su propio proyecto al Congreso, muchas manifestaron su deseo de que el proyecto de ley que se trate en el Parlamento sea el redactado por la Campaña Nacional por el Aborto Legal -que este año cumple 15 años-, “el de las mujeres”, ya que “consolida la democracia y coopera con organismos internacionales para los derechos humanos”, según la ONG Economía Femini(s)ta.

“El proyecto que tiene que salir es el de la Campaña: es el que se viene debatiendo, armando y construyendo a partir de la lucha de las mujeres”, expresó Cristina, docente y agremiada del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA). “Me parece que el proyecto más lógico es el que se construye desde las bases, el que debatimos desde hace ya muchos años las que peinamos canas, aunque ya no nos corresponda ese derecho porque no podemos concebir más.”

Otras, como Agustina, estudiante de Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA), consideran como algo negativo la presentación de un proyecto paralelo: “Si llega a salir el proyecto de legalización, no va a ser el proyecto de las mujeres sino el de Alberto, cediendo a ciertas presiones, como la objeción de conciencia institucional, para mantener tranquilos a ciertos sectores de la Iglesia y la sociedad. Que de todas formas no se van a contentar porque no quieren que tengamos un derecho como debería ser en su totalidad, sino que nos quieren maternando y calladas. Siempre van a buscar trabas para las mujeres, personas gestantes y ciertas minorías no tengamos nuestros derechos como corresponde.”

Sin embargo, la mayoría reconoció como algo positivo el hecho de que el presidente se manifestara públicamente en favor de la legalización del aborto, y que esto fuera acompañado por políticas públicas tales como la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “Hay muchas mujeres que están en esos puestos también porque estuvieron en las bases y batallando para que salga la ley”, sostuvo Cristina, y agregó: “Creo que está bien que los políticos se expidan. Lo que no puede pasar es que entre jugar la cuestión moral y personal en los legisladores y mandatarios. Lo que tiene que jugar es la política, es una decisión política y de ampliación de derechos.”

La noche siguió luego del pañuelazo con un festival musical del que participaron artistas tales como Paula Maffía, Eruca Sativa, Femigangsta, Ignacia, y Masqueun3, entre otras.

Pero el mensaje que se sostuvo de principio a fin de la convocatoria, quedó resonando a través del micrófono y los parlantes en los oídos de todas, de todes: “Este es el año, en 2020 será ley.”

El proyecto está en las calles una vez más.