Amenazan con un nuevo desalojo a una comunidad originaria

Amenazan con un nuevo desalojo a una comunidad originaria

La comunidad mapuche Lof Che Buenuleo tiene un día para abandonar 90 hectáreas de su propio territorio. El fallo judicial se asienta en el reclamo de un ocupante que acudió a la justicia apoyado en que el gobierno de Milei derogó la ley de amparo a los pueblos indígenas.

Este miércoles se cumple el plazo de 15 días que la comunidad mapuche Lof Che Buenuleo tiene para desalojar su propio territorio de 90 hectáreas. El fallo fue dictaminado por el Tribunal de Impugnación de Río Negro y son cinco los imputados por el delito de usurpación de tierras. Lof Che Buenuleo se encuentra en la zona de Sierra Ventana, cerca de Bariloche, en la provincia de Río Negro y ocupa el lote Pastoril 127 desde al menos 1825.  

Lof Che Buenuleo figura dentro del Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, que reconoce 480 hectáreas habitadas por familiares directos desde el siglo pasado, figurando así, en los mapas como Pampa de Huenuleo. Este relevamiento fue realizado por el INADI y respaldado por Ley 26.160. Esta norma por aquel entonces funcionaba como una herramienta de amparo para que los pueblos indígenas pudiesen poner límites judiciales, frente a posibles desalojos. En 2024 esta ley fue derogada por el gobierno de Javier Milei.

Desde 2019 la comunidad estuvo en conflicto con Emilio Friedrich, que sostiene que de esas 480 hectáreas, 90 son privadas y se las adjudica como propias por un boleto de compra-venta. Para los acusados de usurpación, se trata de un título ilegítimo. 

Antecedentes 

En diálogo con ANCCOM, Ramiro Buenuleo, el lonko de la Lof Che Buenuleo, sostuvo que los antecedentes datan desde el año 2001, cuando su abuelo Antonio Buenuleo denunció a Claudio Thieck por la falsificación de su firma en un documento de escrituración de las 90 hectáreas a un precio de $35.000. Sin embargo, en el año 2009 se presentó Emilio Friedrich en el territorio con el mismo documento cedido por Claudio Friedrich a $135.000. Es “un precio irracional” según el nieto de Buenuleo y por ese motivo, la comunidad comenzó con el litigio para defender esas tierras.

En 2014 murió el abuelo Buenuleo y Friedrich tomó posesión de esas 90 hectáreas. La justicia ignoró la denuncia que la Lof Che Buenuleo realizó y “la encajona», explicó el logko de la Buenuleo. 

En 2019 la comunidad Lof Che Buenuleo fue denunciada por entrar al territorio y usurparlo. Según Alejandro Pschunder, abogado defensor de Friedrich: seis eran miembros de la Lof Che Buenuleo entre ellos, Ramiro Buenuleo, Rosa Buenuleo, Lucas Dinamarca, Sandra Ferman, Aukan Maliqueo y Nicolas Quijada. Además también aseguró que el logko del pueblo indígena Pillan Mawinska, Mauro Millan; y Claudio Raile estuvieron en el lugar.

La defensa de los pueblos indígenas argumentó que no cometieron delito y optaron por la caducidad de la persecución penal. El juzgado rechazó esos argumentos y las comunidades apelaron a esa decisión. Por su parte, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) en 2020 reconoció a la comunidad Lof Che Buenuleo la “ocupación actual, tradicional y pública” del territorio de 480 hectáreas.

Sentencia favorable

En 2021 con lo que se dictaminó por el INAI el año anterior, se hizo entrega de la carpeta técnica a la comunidad y por medio del Boletín Oficial se concluyó que la Lof Che Buenuleo es poseedora de las 90 hectáreas, haciendo que la fiscalía, que por ese entonces estaba a cargo de Martin Losada, desistiera de la causa bajo el argumento: “no hay culpabilidad de la comunidad por ocupar sus propios territorios”. Y sobreseyó a los ocho imputados.

Por su parte, la querella al salir este fallo, impugnó la decisión al Tribunal Superior de Justicia de Río Negro. Este Tribunal lo que finalmente resolvió fue que la fiscalía estuvo en falta al sobreseer a los imputados, y obligó nuevamente a que se intervenga, e investigue a los miembros de la comunidad para continuar con el esclarecimiento del caso. 

 

Justicia injusta 

En el 2024, Ramiro Buenuleo; Rosa Buenuleo; Lucas Dinamarca; Sandra Ferman y Aukan Maliqueo fueron declarados culpables por el delito de usurpación. La condena mayor fue de 1 año y 6 meses de prisión en suspenso. Por otro lado, Claudio Raile; Mauro Millán y Nicolás Quijada fueron sobreseídos por falta de pruebas. 

Este año, volvió a intervenir el Tribunal de Impugnación y dispuso que la Comunidad tiene un plazo de 15 días para desalojar voluntariamente las 90 hectáreas.

La Lof Che Buenuleo luego de salir el fallo nuevamente remarcó la importancia de los recursos naturales, y cómo la intervención podría ser perjudicial para los habitantes de San Carlos de Bariloche: “Estas 90 hectáreas están dentro de los Parques Nacionales y sobre las nacientes del arroyo Ñireco, abastecedor de agua a más de un cuarto de la población de Bariloche” y continúa: “Cualquier emprendimiento que se produzca sobre la cuenca del arroyo Ñireco, afectará totalmente el cauce del arroyo, entonces la mayoría de los barrios de Bariloche se quedarían sin agua para abastecerse. Este recurso natural es el que la comunidad viene cuidando desde fines del siglo XIX. Incluso antes que los barrios pudiesen hacer uso de ese recurso”, concluyó Ramiro Buenuleo.

 

Derogación de la Ley 26.160

La Ley 26.160 era una herramienta de protección frente a la criminalización hacia esas comunidades que defienden sus derechos sobre la tierra, salud, educación y participación indígena. Declaraba la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras de las comunidades y, además, suspendía los desalojos hasta que se completara el relevamiento de sus tierras ancestrales.Sin embargo, esta ley fue derogada por el actual gobierno apenas asumió, dejando desamparadas a las poblaciones originarias que habitan en nuestro país.

Cuando Buenuleo fue consultado por la derogación de la norma y cómo esto también tuvo injerencia en la decisión del actual tribunal dijo: “Nosotros estamos tranquilos porque nos ubicamos dentro de nuestro territorio, dentro de los que el relevamiento contempló. Pero no hay que perder de vista cómo estos recursos naturales se verán afectados en el corto plazo, si no hacemos nada ahora”. Y culminó: “no se trata solo de una defensa a la comunidad mapuche sino que es más que eso, estamos hablando de defender un recurso muy preciado para la humanidad, el agua”.

 

«Militamos en distintos movimientos sociales y políticos pero a la hora del armado de listas, siempre quedamos afuera»

«Militamos en distintos movimientos sociales y políticos pero a la hora del armado de listas, siempre quedamos afuera»

Se realizó en La Plata el 4º Encuentro Plurinacional de Naciones y Pueblos Indígenas, Afrodescendientes y Migrantes. ¿Se viene el partido político propio?

“Hablar de cultura es algo muy grande. Yo quisiera hablar del monte. Ya no hay monte donde estamos nosotros, en Salta. Y si perdemos el territorio donde tenemos monte, perdemos las plantas para nuestras medicinas ancestrales. Perdés el monte, perdés la cultura”, sostuvo una de las muchas voces presentes en el taller “Artes y Culturas para la Descolonización”, que se realizó el sábado 15 de abril como parte de la primera jornada del 4º Encuentro Plurinacional de Naciones, Pueblos e Identidades Indígenas, Afrodescendientes, Migrantes y Diversidades celebrado en la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata. El Encuentro continuó el domingo 16 de abril en el Centro Cultural Daniel Omar Favero y cerró con la realización de murales colectivos y un festival artístico pluricultural donde 300 personas bailaron al son de sus propias músicas. 

“Estamos trabajando con algo (la cultura) que está vinculado al placer. No podemos olvidar eso, es una ventaja. Porque después de aquí, de este encuentro, tomamos el subte y vuelve el vacío, el miedo, el peligro. Tenemos que lograr que la cultura plurinacional sea un espacio donde se pongan en juego espontáneamente los sentimientos y el pensamiento”, mencionó Izel Paz, moderadora del taller. 

Para un pensamiento plurinacional la cultura es parte de la vida, es una experiencia de la vida. No es un hecho aparte que se puede vender o presenciar como producto o espectáculo”, señaló Héctor Santomil, referente de la comunidad Charrúa Etriek de Villaguay. “El otro día fui al INADI a preguntar quién nos representaba como quechuas, como pueblo, y todos eran blancos”, reclamó otra voz dentro del taller, era la de un señor mayor, guaraní, que hasta entonces había permanecido callado.

El término plurinacional se refiere a una entidad política o Estado que reconoce la existencia y la diversidad de varias naciones dentro de su territorio. Los talleres que reflexionan en torno a este paradigma se erigen como el espacio propicio y necesario donde, año a año, se debaten las problemáticas más urgentes y cruciales para la corriente plurinacional en Argentina. 

El de Artes y Culturas no fue el único taller que se realizó en el Encuentro. También hubo espacios para debatir y reflexionar sobre “Experiencias y Participación Política Plurinacional”, “Reivindicación de la Organización y Lucha Migrante”, “Salud Intercultural, Medicina Ancestral y Parto Respetado”, “Pueblos Originarios en la Guerra de Malvinas”, “Comunicación con Identidad”, “Genocidio Indígena. Tierra, Hábitat, Territorio y Consulta Previa”, en este cuarto encuentro. La idea de los organizadores es que lo debatido lleve a conclusiones y acciones que se impulsen y se retomen los siguientes eventos que el movimiento realice.

El término plurinacional se utiliza a menudo en el contexto de países con una población diversa, como Bolivia, Ecuador y México, donde se reconoce la existencia de diferentes naciones y culturas dentro de sus fronteras. Estos países han adoptado modelos de Estado plurinacional para reconocer la diversidad cultural y garantizar los derechos de todas las comunidades. Sin embargo, en Argentina, donde todavía hoy conviven más de 40 pueblos, naciones y etnias a lo largo y ancho del territorio, el movimiento plurinacional todavía se considera incipiente, aunque desde la organización reconocen que han logrado varios avances.

“Entendamos que las casas de estudio son los ámbitos en donde se construye y se debate el pensamiento. Por eso para nosotros es importante que estos talleres de debate se den en ámbitos como la Facultad de Periodismo”, señala Puma Katrileo, mapuche y encargado de todo lo relacionado con la comunicación del Encuentro. A su vez, señala que “desde el primer encuentro hasta hoy lo que se ha visto es un avance en ciertas políticas públicas o reconocimiento. Por ejemplo, en Buenos Aires ya hay distintos lugares que se vienen reconociendo como municipios pluriculturales y plurinacionales”. 

La mutación de movimiento a partido es un ideal que el Encuentro se ha planteado desde su primera realización. Para Puma ese momento tendrá que llegar tarde o temprano por la naturaleza de los convocados al encuentro: “La convocatoria es a las militancias indígenas, afro, migrantes de diversidades y compañeros y compañeras que aportan y militan estas causas. Esos que somos los proscritos de la política, porque militamos en distintos movimientos sociales y políticos, pero a la hora del armado de listas quedamos siempre fuera. Pero seguimos poniéndole onda porque entendemos que la militancia misma y la dirigencia de esos movimientos sociales tienen que hacer eco de la pluriculturalidad que conforman estos espacios. Y eso lo tienen que llevar adelante la militancia de base, porque las cabezas siempre están en otras cuestiones, en otras roscas”.

A su vez, desde el movimiento reconocen que “la plurinacionalidad de cuando la planteamos en 2019 ha avanzado dentro de los movimientos sociales también, ahora hay movimientos sociales y políticos que tienen su corriente plurinacional. Y en lo discursivo, en los encuentros políticos, ahora aparece el debate de lo plurinacional, cosa que antes no se daba cuando irrumpimos en el 2019 con este nuevo paradigma. Esto ha llevado a rupturas como que el encuentro nacional de mujeres ahora se llame encuentro plurinacional de mujeres”, remarca orgulloso Puma. 

El problema, dice, es que “todavía hay cierta militancia que no entiende la cuestión de la plurinacionalidad y que cree que es algo separatista. Y nosotros lo que venimos planteando es que hay que entender las diferencias. Somos todos diferentes. Partiendo de esa base, la diversidad a los que nos tiene que llevar es a la articulación de acciones y no que haya una bajada de línea unidireccional y monocultural. Porque esto de decir somos todos iguales es mentira, no somos todos iguales. Ni ante la ley ni ante nadie”. 

 Esto último, en resumen, está en la base del pensamiento plurinacional, que se refiere a una entidad política que reconoce la diversidad cultural y étnica de su población y busca garantizar los derechos de todas las comunidades dentro de su territorio.

En los talleres que se dieron durante este 4º Encuentro Plurinacional se habló de dar formalidad y organización a las propuestas. Y de elevar los reclamos a instancias judiciales, “para usar las herramientas de ellos (el Estado) y no ir como indios sueltos”. Alguien entre el público del taller murmuró con eso de “indios sueltos”. El término se considera ofensivo. Pero Eliseo Álvarez Prado, uno de los 70.505 collas en Argentina (según el censo de 2010), quien además es profesor de charango, ante el murmullo, se explicó así: “Lo mío es una postura política y no me ofende que me llamen indio –remarcó–, porque con el término indio nos conocieron, con el término indio nos sometieron, y con el término indio vamos a liberarnos”. 

No son objeto de museo, son personas

No son objeto de museo, son personas

Se suele afirmar que la ley siempre está detrás de lo que su sociedad concibe, en un momento histórico, como derecho. El pasado 19 de abril, coincidiendo con el Día del ‘indio’ americano, el Museo de la Facultad de Ciencias Naturales de La Plata (FCNyM) entregó, en un acto homenaje, los restos de cuatro personas pertenecientes al pueblo originario selk’nam, de Tierra del Fuego que hasta entonces atesoraba en sus depósitos. A esta ceremonia privada asistieron, entre otros, el presidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Raúl Perdomo, unos pocos miembros de la comunidad fueguina y Rubén Maldonado, ex presidente de la comunidad indígena Rafaela Ishton, quien fue el encargado de reintegrar los restos a la isla.

Los selk’nam restituidos ahora descansan en un territorio comunitario, en Rancho Colorado, a 15 kilómetros del municipio de Tolhuin y aún no está saldada la discusión hacia dentro de la comunidad, sobre qué se hará con ellos. El único resto esqueletario identificado es el del líder fueguino Sekriot, al que se le otorgó popularmente el nombre de Capelo y de quien se sabe que fue fusilado en 1895, por un pelotón de policías a cargo del comisario Ramón Cortés.

DESDE LA PLATA

Marina Sardi es antropóloga y está doctorada desde 2002 en un tema específico que trabaja sobre el poblamiento aborigen de América. Es la responsable del Área de Demandas de las Comunidades, un sector dedicado al tratamiento y destino que pueden tener los restos humanos que se guardan en la División de Antropología de la FCNyM en La Plata. Además es investigadora independiente del CONICET, docente de la carrera de Antropología y la actual directora de la Revista Argentina de Antropología Biológica.

Para hablar de los selk’nam, Marina se retrotrae a 1994, cuando se realizó la primera -y muy resistida restitución por parte de las autoridades de la Facultad- de los restos del cacique tehuelche Inacayal. En esa oportunidad fueron partes esqueletarias, cuero cabelludo y cerebro.

Marina L. Sardi, Investigadora Independiente de CONICET y trabajadora de la División de Antropología del Museo de la Facultad de Ciencias Naturales de La Universidad Nacional de La Plata.

Marina L. Sardi, es investigadora Independiente de CONICET y trabajadora de la División de Antropología del Museo de la Facultad de Ciencias Naturales de La Universidad Nacional de La Plata.

¿Y qué otros casos vinieron después?

En 2001 se restituyó el cráneo del cacique ranquel Mariano Rosas. Si bien en ese momento no estaba vigente la ley 25.517 -que establece que deben ponerse a disposición de las comunidades indígenas los restos mortales de sus miembros- ya hubo un tratamiento diferente por parte de la institución. De alguna manera se reconoció el reclamo y la presencia de otras voces  de comunidades indígenas que interpelaron al Museo.

Los restos de los cuatro selk’nam devueltos por la UNLPyM pertenecían a la comunidad Rafaela Ishton de Tierra del Fuego y eran conservados desde hacía más de cien años por el Museo. Habían sido donados, en 1898, por Pedro Godoy, el gobernador del territorio en ese momento. Únicamente el esqueleto de Capelo y otro miembro no identificado, están casi completos y gracias a este acto reivindicatorio dejan de ser un objeto de estudio áulico y museístico para volver a su comunidad.

La responsable del Área de Demandas de las Comunidades explica que si bien la ley 25.517 es de 2001, se reglamentó recién en 2010, el mismo año en el que se restituyó a la adolescente de la tribu de los Aché, Damiana o Kryygy y a otro individuo de la misma comunidad. Luego, en 2014, se completó la restitución de Inacayal, cacique tehuelche, al incluirse también los restos de su mujer (de nombre desconocido) y los de Margarita, la hija del cacique mapuche Foyel.

¿Por qué el regreso de los restos de los selk´nam  tardó seis años?

Un proceso de restitución es lento, porque hay vías administrativas que tardan. Primero debemos contactarnos con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que es lento en dar respuesta. Además, hay un proceso de inventario e investigación dentro de nuestra institución, que consiste en verificar los restos con los que se cuenta, su estado de conservación, etc. El expediente se inició con el reclamo el 15 de junio de 2011 y el 12 de septiembre de 2013, el Consejo Directivo aprobó la restitución. Durante ese tiempo recabamos información sobre comunidades reclamantes en INAI e investigamos el tema dentro de la institución. En este caso se demoró el proceso porque se pidió por dos individuos, representados por el esqueleto, pero como había otros dos cráneos asignados a la misma etnia, la institución decidió restituir los cuatro restos. Pero, más allá de esta cuestión, la tardanza mayor fue por cuestiones de la misma comunidad. Hace años que esta restitución fue aprobada por la UNLPyM, pero en la comunidad no había acuerdo respecto de qué hacer con ellos.

¿Cuál es la concepción que enmarca las restituciones?

Estos actos reconocen derechos en las comunidades indígenas, la historia colonial de una institución, como el Museo de la Plata y de una disciplina como la Antropología. Pero principalmente se reconoce que no se puede hacer investigación de cualquier modo.

El Museo de la Universidad de la Plata estableció un protocolo sobre cómo trabajar con restos humanos y desde 2006 se inició una política formal, que incluye algunas disposiciones como por ejemplo: retirar los restos humanos en exhibición, garantizar sus condiciones de preservación y documentación, generar una política institucional educativa, que aporte a la reflexión sobre el tema y favorecer la cogestión con las comunidades demandantes y las instituciones, en el marco de un programa riguroso.

Entonces, ¿lo que cambia es el paradigma de la Antropología?

Aun reconociendo que la Antropología tiene relevancia en el conocimiento de las sociedades y tiene potencial en distintos ámbitos del saber, cualquier investigación que se lleve a cabo no puede hacerse al margen de otros actores sociales que reclaman sobre aquello que, en un contexto científico, es considerado objeto de estudio o de exhibición museológica.

¿Qué cambios adoptaron los museos?

Los cambios que se produjeron en las instituciones museísticas fueron respecto de sus políticas de exhibición y tratamiento, en el caso de restos humanos: el Acuerdo de Vermillion, adoptado entre investigadores y representantes indígenas en 1990, es el principal antecedente a nivel internacional. El contexto de mayor reconocimiento de la cuestión indígena fue favorecido por la conmemoración del V Centenario de la Conquista de América que generó un “despertar” de la cuestión indígena, además de la transición democrática argentina. Un antecedente importante es el Native American Graves Protection and Repatriation Act, de EEUU. Allí, comenzaron a hacer restituciones desde la década del‘90, de manera masiva.

Además de esta normativa, ¿qué otras legislaciones intervienen, a la hora de considerar una restitución?

Nuestras leyes se fundan, no sólo en los reclamos y en el reconocimiento de la cuestión indígena, sino también en otras normativas internacionales, tales como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. También se tiene en cuenta la Constitución Nacional que reconoce la pre-existencia de los pueblos originarios y la Declaración de las Naciones Unidas de 2007, entre otras.

¿Se llega a esto gracias a un recorrido histórico más amplio?

Sin duda. Hay que distinguir las prácticas antropológicas, con sus métodos de armado de colecciones, de fines de siglo XIX y las actuales, porque en el medio ocurrieron muchos cambios. En 1885 la institución platense contaba con el perito Francisco Pascasio Moreno, quien llevó indígenas prisioneros de la Conquista del Desierto y una vez fallecidos, fueron exhibidos en vitrinas del Museo. Luego se dejó de recibir restos y el cambio fue abismal, ya que se sancionaron leyes de patrimonio, entre otras, que impiden que se haga lo que se quiera con lo que se encuentra. De hecho, un investigador antes de excavar en una región, debe pedir permisos formales a las provincias y en ocasiones también a las comunidades que allí habitan.

 

DESDE TIERRA DEL FUEGO

Ana Cecilia Gerrard tiene 31 años y es antropóloga social y becaria del CONICET. Junto a Vanesa Parmigiani y Celina Álvarez Soncini, (ambas arqueólogas), trabaja bajo la dirección de Estela Mansur, una reconocida arqueologa fueguina, en el Laboratorio de Antropología del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) de Ushuaia. La tesis de grado de Gerrard llevó como título: “Ya no saben cómo extinguirnos. Los selk´nam de Tierra del Fuego. Historia, territorio e identidad”. En ese trabajo se explica cómo este pueblo fue silenciado a lo largo de la historia y cómo cobró visibilidad en los últimos decenios.

Sobre las leyes actuales Gerrard expresa: “Esta legislación vino a proteger los derechos de los pueblos originarios frente a determinadas prácticas académicas, que muchas los vulneraron históricamente”.

Ana Cecilia Gerrard, trabajadora del Laboratorio de Antropología del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET).

Ana Cecilia Gerrard, trabajadora del Laboratorio de Antropología del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET).

¿Qué implica que este acto se haya realizado en el Día del ‘indio’ americano?

La conmemoración del 19 de abril como el Día del ‘indio’ americano tiene su origen en el Primer Congreso Indigenista, realizado en México, en 1940, en el que participaron muchos pueblos originarios del continente y a partir del cual se creó el Instituto Indigenista Interamericano. Desde esa fecha se reivindican los derechos y las luchas de los pueblos que son preexistentes y que formaron y forman parte de la historia y la cultura del país, tales como el derecho al territorio, al trabajo, a la educación y la valoración de la diversidad en el continente. No está de más decir que esta restitución selk’nam salda una deuda histórica y busca cumplir con las leyes vigentes en Argentina desde la reforma constitucional de 1994 y la sanción de la ley de restitución del 2001.

¿Qué se pone en juego cuando hablamos de deuda histórica?

El avance a nivel mundial de políticas de restitución de restos humanos está relacionado con los DDHH. Se pretende que todas las poblaciones, sin distinción de su origen étnico, tengan el mismo derecho a decidir sobre el futuro y tratamiento de sus antepasados. Por mucho tiempo, la consideración de los cuerpos indígenas como “objetos” de estudio o “patrimonio” nacional y científico, llevó a que muchos museos se apropien de restos de personas, percibidas como “el pasado de la humanidad”, a pesar de que muchas veces formaran parte de nuestro pasado reciente, que fueran casi contemporáneas, como es el caso de las víctimas de este genocidio, originado por el avance de la frontera productiva en la Isla Grande de Tierra del Fuego, que desplegó una violencia estatal y privada hacia sus pobladores originarios.

¿Cuál fue el puntapié para lograr esta restitución?

La iniciativa particular surgió en el 2010, cuando un grupo de antropólogos de la UNLP descubrió la identidad de Capelo entre las colecciones del Museo y dio aviso a la comunidad indígena Rafaela Ishton, que inició el pedido para que los devolvieran a su territorio natal.

¿Quién fue Capelo o Sekriot?

Son muchas las fuentes históricas que hacen referencia a Capelo. Sabemos que pasó una temporada en Buenos Aires, viaje al que accedió luego de que el subprefecto de Bahía Thetis le prometiera cuidar a su mujer hasta su retorno. La furia de Sekriot se desató cuando al regresar constató que su esposa ya no estaba en donde la había dejado y que la habían llevado a la Isla de los Estados, que en ese entonces era un sitio de residencia de una veintena de hombres solos. Sekriot intentó, entonces, raptar a la esposa del subprefecto, pero no tuvo éxito. Luego fue acusado de distintos asesinatos, con lo cual se desplegó una persecución policial al mando del comisario Ramón Cortés. Capelo buscó refugio en la estancia de los Bridges, en Harberton, pero lo delataron. El comisario viajó, entonces, desde Ushuaia, con un grupo de policías armados, que toman el campamento por sorpresa y pese a estar desarmado, Sekriot fue ultimado a quemarropa en 1895.

Tanto Cecilia Gerrard como Marina Sardi hablaron sobre la importancia de una legislación de restitución de restos humanos de comunidades indígenas, que entiende que por encima de los intereses académicos y museológicos. Una ley que hace valer la autodeterminación de los pueblos y su derecho a decidir el destino de sus antepasados. Desde esta mirada, no se privilegian los grandes monumentos, ni tampoco se toma como exótico al otro diferente. No son objetos museológicos, son personas.

Actualizada 24/05/2016