El velo occidental

El velo occidental

“El concepto de libertad en el mundo islámico es absolutamente distinto al del mundo occidental”, dijo a ANCCOM Belén Torchiaro, musulmana y politóloga especialista en relaciones internacionales. El punto está en la interpretación de los hechos. Torchiaro menciona a Boushra Y. Almutawakel, fotógrafa yemení, cuya obra de arte de mujeres utilizando la burka se viralizó en las redes sociales y que expresó que su trabajo había sido mal interpretado y utilizado para hacer una crítica negativa del islam. Se interpreta que la vestimenta oprime y que es necesario desaprender esos comportamientos en pos de ser libres. “Se confunde al régimen talibán con el islam porque eso es lo que los medios venden. Se pierde el foco; sus principales víctimas son los propios musulmanes”, expresó  Nancy Falcón, directora del Centro de Diálogo Intercultural Alba.

Existen parámetros sesgados al momento de tratar el conflicto, discursos occidentales y eurocéntricos. Discursos construidos y dados por hecho. “Ahora porque estamos hablando del caso afgano pero cada vez que se menciona algún conflicto -lo que más aparece en Argentina es el caso de Palestina cuando hay alguna situación puntual- las personas que estamos todo el año mirando hacia ese lado del mundo, lo vemos a diario, cómo se hacen las representaciones en el imaginario colectivo. Cómo se construye la mirada hacia una mujer que utiliza el velo”, expresó Torchiaro y agregó que esto contribuye a la forma en que se mira a las musulmanas que habitan suelo occidental: “Están siendo todo el tiempo juzgadas y puestas en tela de juicio con el discurso de ´ya estás en Occidente, sacate tu pañuelo, ya podés ser libre´. Con una presión y una violencia total”.

“Hay una construcción del islam como un otro lejano, como un demonio, como algo que viene a atacar nuestra libertad, nuestros supuestos derechos que muchos son ganados, pero no sin luchas”, enfatizó Falcón. Por su parte, Torchiaro admitió que durante años “me costaba muchísimo afrontar la reacción que recibía -y que sigo teniendo- cada vez que digo que soy musulmana. ¡Y eso que no uso el hiyab! Cuando nos socializamos las mujeres musulmanas en sociedades que no son mayoritariamente islámicas, y sobre todo en las  occidentales -como Argentina- que no son multiculturales, padecemos un gran racismo subyacente, interno, intrínseco”. Se infantiliza a todos los pueblos musulmanes y más a la mujer porque tiene un plus en la interseccionalidad que genera la opresión de ser una población de subalternidad en el mundo, como es la categoría género. Se las define todo el tiempo y al definirlas se las mutila, se las silencia.

Por otro lado, para Falcón decir que el islam condensa el paradigma de la misoginia y lo patriarcal, es un error. “El patriarcado es una forma discursiva, textual, que atraviesa pensamientos enteros, religiosos, filosóficos, políticos y no podemos decir que solo existe en el islam”, explicó.

Torchiaro sumó que existe una maquinaria ideológica alrededor, repetitiva, friccionada con la industria cultural, la televisiva, la cinematográfica, que reproducen ese imaginario.

El islamismo, como el catolicismo y el judaísmo, incluye diversidades, múltiples escuelas del pensamiento. El feminismo islámico existe hace años, es un pensamiento de base, reformista sobre el islam. Lo que hicieron las mayores eruditas, fue empezar a tomar los principios ordenadores de esas sociedades y replantearlos, repensarlos. La manera que encontraron más cercana a esto es acceder a los textos sagrados y hacer de éstos una hermenéutica feminista.

Desde occidente se mira a las mujeres de oriente con pena, desde un lugar de superioridad, producto de una mirada colonizadora, salvacionista. “La mujer afgana tiene voz. La mujer afgana viene luchando no solo contra los talibanes sino contra la ocupación estadounidense y anteriormente contra la ocupación rusa, donde hubo violaciones de derechos humanos, abusos sexuales, prostitución, trata de personas”, dejo en claro Falcón. Agregó que lo que podemos hacer es dejar de estigmatizar el islam per se como una religión retrograda, tratar de habilitarles la voz y no hablar por ellas. Unirnos en un feminismo que no debe tener fronteras ni distinciones entre las creencias.

Torchiaro cerró expresando que hay muchísimas maneras de analizar la situación de Afganistán desde lugares tan lejanos. Hay análisis políticos que terminan en lo más belicista, en lo más duro, en cuestiones geopolíticas pero lo real es que es una catástrofe humanitaria y esto va a generar un desplazamiento forzado de personas, mayoritario del que ya había, por eso se está haciendo un llamamiento internacional al pedido de recepción de refugiados. La comunidad musulmana argentina ya elevó pedidos a amnistía internacional.

 

Los eSports son machirulos

Los eSports son machirulos

«Lamentablemente, el escrache es la única forma de defensa que tenemo», dice Micaela Acuña.

En el mundo de los deportes electrónicos o eSports las mujeres son minoría y luchan contra la discriminación de forma constante. Muchas de ellas ocultan su identidad tras moduladores de voz y nicknames neutros para evitar situaciones de acoso y maltrato. Según el último censo de la Asociación de Deportes Electrónicos de Argentina (DEVA), de un total de 1.350 encuestados sólo 8 por ciento informa ser mujer, frente a un 92 por ciento que asegura ser hombre.

“Empecé a jugar a los 11 años al Counter Strike. Cuando una mujer entraba al servidor para poder jugar todos se ponían como locos. No podías prender el micrófono porque seguro te insultaban o hacían comentarios sucios o machistas como ‘anda a lavar los platos’», dijo Micaela Acuña, ex-jugadora del equipo femenino de Nocturns Gaming.

Por su parte, Carolina “Carolo” Vázquez, presentadora y comentarista de FIFA, definió al ambiente gamer como “tóxico” para las mujeres por las trabas y dificultades que se les presentan para ingresar a las competencias, y señaló que para jugar se puso como apodo “Carolo”, en vez de Carolina’ o Carito, porque le parecía que tenía un “tono neutro”. 

Ante la falta de implementación de protocolos de género, las jugadoras suelen recurrir al “escrache” como forma de visibilizar el acoso. Según Acuña, es muy común subir a las redes sociales fragmentos de streaming en los que insultan a una mujer. “Lamentablemente, esa es la única forma que tenemos para decir: ‘No me voy a rebajar a responderte, pero voy a mostrarle a toda la comunidad lo que me dijiste»’, señaló.

Las agresiones hacia las mujeres pueden costarle la certificación a un equipo. Iara Barrientos, directora de Recursos Humanos de DEVA, afirmó: “Se realiza un seguimiento exhaustivo de los jugadores para corroborar que no tienen mal vocabulario. En caso de encontrar situaciones de maltrato competitivo, los equipos no son reconocidos por DEVA y no reciben el sello de calidad”.

«El ambiente del gamer es tóxico para las mujeres», dice Carolina «Carolo» Vázquez.

El escenario ideal es que las competencias sean mixtas. Sin embargo, para evitar situaciones de maltrato y que las jugadoras oculten su identidad, Vázquez propone, de forma transitoria, “dividir los equipos entre masculinos y femeninos, porque cuando las mujeres se quieren meter en los terrenos que supuestamente son de los varones ellos se enojan y les hacen el vacío”.

La desigualdad no solo se visibiliza en la poca cantidad de jugadoras y sus dificultades para formar parte de las competencias. En nuestro país hay una clara diferencia salarial: en los equipos de alta competición las mujeres ganan alrededor de 500 dólares por mes, mientras que los hombres ganan más de 1.000.

Women in Games Argentina (WIGAr) es una de las pocas agrupaciones que trabajan por la igualdad de oportunidades en la industria de los videojuegos en nuestro país y lo hace a través del otorgamiento de becas y descuentos para mujeres, ya sea en el área de comunicación, producción, animación o programación.

“Empezamos a notar que las chicas se iban sumando a la comunidad no solo por las ganas de networking, sino también porque necesitaban un espacio donde sintieran que sus opiniones eran reales, válidas y se pudieran cotejar en la bolsa de problemas comunes que hay que solucionar”, dijo Stephanie Zuccarelli, miembro de la comisión directiva de WIGAr y periodista de gina12.

Actualmente, desde WIGAr se realizan proyectos y charlas que fortalecen la visibilización de la temática de género y el debate sobre la representación de las mujeres de la industria de los videojuegos en los medios. Además, trabajan conjuntamente con el observatorio de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos en Argentina (ADVA) para incorporar el análisis de las problemáticas de género a nivel empresarial.

Micaela Acuña comenzó a jugar a los 11 años.

La guerra en bikini

Durante mucho tiempo era “normal” que los personajes femeninos de los videojuegos estuvieran hipersexualizados. Las mujeres seguían un estereotipo de vestimenta y rasgos físicos incoherentes con el contexto. Era muy común encontrar personajes femeninos con poca ropa o con prendas incómodas para tareas como luchar o explorar entornos.

En los últimos años, esta tendencia comenzó a cambiar: en The Last Of Us 2, los personajes son mujeres y la protagonista es lesbiana; en Horizon Zero Down, la protagonista está lejos de los estándares de belleza del momento; y en Mass effect, hay una gran presencia de personajes LGTBI y queer.

Carolina “Carolo” Vázquez, presentadora y comentarista de FIFA, calificó The Last Of Us 2 de “diverso e inclusivo”, y lamentó que recibiera muy malas críticas: “Te dicen que se trata de algo irreal y que no los representa, pero se nota que les molesta que la historia está centrada en una mujer que tiene una relación con otra mujer”.

«El juego Horizon Zero Dawn rompió barreras y empezó a tener mucho ruido en las redes porque un usuario de Twitter se quejó de que habían hecho a la protagonista fea para vender más y editó la imagen para que tuviera la cara de Selena Gómez», dijo, por su parte, Stephanie Zuccarelli, miembro de la Comisión Directiva de Women in Games Argentina (WIGAr).

Zuccarelli agregó: “Está buenísimo que existan personajes femeninos curvilíneos y super exuberantes, que están básicamente desnudas, pero también tiene que existir un equivalente masculino para las personas que se sientan atraídas por quienes se presenten como varones. De eso se trata, de la elección que uno tiene a la hora de elegir diferentes narrativas, diferentes imágenes de representar”.

Además, la directiva de WIGAr detalla que con el avance de la tecnología y de la industria se puede aspirar a que los personajes animados puedan responder a distintos esqueletos y animaciones para diversificar las representaciones de los humanos.

La ley “pornovenganza” sigue cajoneada

La ley “pornovenganza” sigue cajoneada

¿Qué pasá cuando se exhiben fotos en la web sin consentimiento? Este tipo de acción ¿lo contempla el actual Código Penal como un delito? ¿Cuáles son los proyectos de ley vigentes que se ocupan de la cuestión? Anccom charló sobre el mal llamado delito de “pornovenganza” con Marina Benítez Demtschenko, abogada especializada en delitos informáticos con perspectiva de género y Directora de la Fundación Activismo Feminista Digital.

En junio pasado, en Argentina se dio un fallo catalogado como ejemplar en materia de delitos informáticos. Patricio Poli resultó sentenciado a cinco años de prisión efectiva, pero su condena no fue por haber difundido imágenes íntimas de su expareja, como circuló por infinidad de medios, sino por violencia de género, física y psicológica. El cargo: “Coacción y lesiones leves calificadas”.

La  mal llamada “pornovenganzaes la difusión no consentida de imágenes o videos íntimos en redes sociales, servicios de mensajería instantánea y cualquier tipo de medio social donde se comparte información y se encuentra tipificado la Ley Penal Argentina como un tipo más de extorsión. Por otro lado, se distingue del llamado “sexo extorsión”,que ocurre cuando una persona es amenazada y debe dar dinero o hacer algo a cambio de que no difundan imágenes íntimas.

El término “pornovenganza” o “revenge porn” para referirse a este delito es equivocado. La pornografía es una práctica consensuada que no busca el sometimiento de la otra persona ni su humillación. La idea de “venganza” apunta directamente a la víctima, ya que este concepto está vinculado a una suerte de merecimiento por parte de la misma. Sin embargo, cuando hablamos de difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, aún no hay en nuestro país una figura lo contemple como un delito específico. 

Si bien no existen estadísticas oficiales, la Asociación de Lucha contra el Cibercrimen (AALCC), en un informe presentado en 2019, determinó que este delito afecta en un 87% a mujeres y adolescentes. Durante el periodo 2016-2018 se incrementaron un 20% las denuncias de difusión de material íntimo sin consentimiento. En ese lapso hubo 650 denuncias por “pornovenganza” y 3.500 por “sexo extorsión”. 

Perspectiva de género 

El 23 de julio del 2020, el Senado de la Nación dio  sanción a un proyecto de ley para regular la difusión no consentida de imágenes íntimas. La iniciativa fue elaborada sobre la base del proyecto de ley de la senadora por Santiago del Estero, Claudia Ledesma Abdala de Zamora (Frente de Todos), donde se tuvo en cuenta el proyecto de la senadora por Tucumán Silvia Elías de Pérez (Juntos por el Cambio). Dicha sanción pasó a la Cámara de Diputados, pero luego no fue sometido a debate parlamentario, por lo que continúa pendiente de tratamiento en la Cámara Baja.

En diálogo con ANCCOM, Marina Benítez Demtschenko puso bajo la lupa el tratamiento del problema: “Técnicamente, todos los proyectos son espantosos, adolecen de falencias que son preocupantes y  terminan siendo muy desprotectores en el caso en que se conviertan efectivamente en ley. Lo que no se tuvo en cuenta a la hora de redactar estos proyectos, es  que en este tipo de delito, se requiere de una inmediatez absoluta y que no puede ser tratado de la misma manera que la violencia física; el contenido es imposible de bajar de la web, el agresor es omnipresente y existen otros agresores potenciales que son quienes difunden el material”. 

El antecedente en Latinoamérica para este tipo de delitos es la Ley Olimpia, de México. Su nombre proviene de una mujer que fue acosada virtualmente luego de la viralización de material audiovisual íntimo sin su consentimiento. Dicha  norma busca tipificar este tipo de situaciones y prevé una condena de hasta 6 años de prisión y multas económicas.

“Un error garrafal del último proyecto debatido en el Senado es que es un copiar/pegar de la Ley Olimpia de México. Se deben tener en cuenta las características de nuestro país en materia informática. Lo que hace esta ley es enmarcar el concepto de violencia digital directamente relacionado a la difusión no consentida de material íntimo y esto se trata de una problemática mucho más omnicomprensiva que supone otros comportamientos y conductas dañosas hacia las mujeres”, aclara la también directora de  Activismo Feminista Digital.

En nuestro país,  la regulación mexicana fue tomada como modelo en 2019 por la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados. En la misma, se propuso modificar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y los mexicanos aprobaron la ley  en una sesión histórica con cuatrocientos votos a favor y cero en contra. 

 El proyecto vigente define la violencia digital como “actos de acoso, hostigamiento, amenazas, insultos, vulneración de datos e información privada, difusión de contenido sexual sin su consentimiento, textos, fotografías, videos y/o datos personales (…) o cualquier otra acción que sea cometida a través de Tecnologías de la Información y la Comunicación (…) y atente contra la integridad, la dignidad, la vida privada o vulnere algún derecho humano de las mujeres”. 

“Quieren incorporar a este delito bajo lo que se denomina de instancia privada, lo que supone que quien denuncia en medio de la desesperación de una viralización tenga que impulsar toda una investigación. Si de verdad queremos que este tipo de conductas se penalicen, hay que tener en cuenta la brecha al acceso a la justicia que tenemos las mujeres y lo que conlleva hacer una denuncia de este tipo. No se puede copiar/pegar y hacemos notas solo para la agenda mediática sino que se tiene que llevar adelante este tipo de proyectos conociendo bien la problemática”,  explica Demtschenko.

¿Cómo es la legislación en otros países?

Aunque no hay una figura ni pena común, desde 2014 algunos países que han avanzado en legislaciones para penar la difusión no consentida de imágenes íntimas. Entre otros: Israel, Japón, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España, Nueva Zelanda, Alemania, Filipinas, México, Brasil, Perú y Puerto Rico.

Hace siete años, Israel se convirtió en el primero del mundo en incorporar a su Código la figura de “pornovenganza” como delito. De esta manera, el delito se catalogó como crimen sexual y a las personas afectadas como víctimas de abuso sexual. Se modificó la ley sobre acoso sexual y se incluyeron penas de hasta cinco años de cárcel.

Las sanciones no siguen un criterio unívoco.  Alemania impone multas. Reino Unido, Irlanda del Norte y Nueva Zelanda aplican sanciones penales; Brasil y Canadá establecen responsabilidades indemnizatorias del tipo civil. España aplica penalidades privativas de libertad y multas, y agravantes en atención a circunstancias personales del hecho y de la víctima. Perú contempla también imponer medidas de prisión, con agravantes para los funcionarios públicos y Puerto Rico sigue la misma línea.

Mientras tanto, los diputados nacionales  siguen bailando un eterno minué en medio de una campaña electoral en donde se discute si está bien usar el término “garchar”. a propósito de la frase de Victoria Tolosa Paz. 

Las víctimas se multiplican a falta de sanciones efectivas porque sin penas no existe seguridad ni protección ante hechos de violencia machista mediados por la tecnología. Antes de comenzar la pandemia el 87% de las agredidas eran mujeres y muchas adolescentes. Las expectativas de los próximos relevamientos no son alentadoras.

«Se vislumbra un futuro muy prometedor»

«Se vislumbra un futuro muy prometedor»

Magui Fernández Valdez se define como lesbiana no binarie transfeminista, y es pre candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Todos. En diálogo con ANCCOM repasó políticas de inclusión como la Ley de Aborto, el cupo laboral trans y el decreto por el DNI no binario y reflexionó sobre todo lo que falta lograr una sociedad más igualitaria.

¿Sos la primera precandidata nacional no binarie? 

No lo sé, puede ser. Si te dijera te miento. No te puedo ni afirmar ni desmentir porque no lo sé. Me estarías dando el título. Más allá de la identidad individual pienso en una modificación en general. Un Frente de Todes que su lista la piensa de otra manera, hoy hay una conformación con otra mirada. Queremos que lo que nosotres hagamos y militemos hoy en general se vea plasmado en la política más adelante. Hoy estamos cosechando un poco la militancia de hace muchos años.

Magui Fernández Valdez se postula como pre candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Todos. Lesbiana no binarie transfeminista, como se define, se interesó en la política desde su adolescencia. La resignificación del movimiento de los derechos humanos y los efectos de la última dictadura en nuestro país fueron sus primeros intereses. Pero no fue hasta su paso por la Universidad de Lanús, su ciudad natal, que comenzó a militar. Después de un año empezó a estudiar Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Esto la llevaría a trabajar en la “Línea Aborto: más información, menos riesgos” organizada por Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto y a profundizar su militancia. 

 

A sus 32 años es secretaria general y militante en la organización política Nuevo Encuentro de la Ciudad de Buenos Aires y referente de La Sublevada, el frente de géneros de la agrupación. Asegura que viene de una familia con abuela y una tía abuela muy peronistas, pero fue con el gobierno de Néstor Kirchner con el que dijo “es por acá”, mientras que el transfeminismo también atraviesa su ideología. 

¿Por qué militas el transfeminismo? 

Yo creo que hay algo en relación a la interseccionalidad y en ampliar las fronteras de cómo se ocupa el poder, que es de las cosas más interesantes que tiene el transfeminismo. También de romper con una lógica que piensa al sujeto político como las mujeres cis y como con ciertas características. Para romper con esa lógica y pensar en una multiplicidad de sujetos políticos que se vinculan con otras lógicas y de otras formas. Y también con algo en relación a la ocupación de la palabra y de la distribución de esa palabra y de mantener las lógicas orgánicas con una construcción mucho más horizontal o participativa. Actualmente tenemos que trabajar mucho para poder visualizar el proyecto político por delante y que esa intersección impregne a ese proyecto político de todo lo que tenga que tener. Lo identitario no es lo único que aparece como un carácter que define hacia dónde va tu proyecto político.

¿Cómo se posiciona esta rama dentro de los feminismos?

Pienso que hay una falsa dicotomía de es feminismo o es transfeminismo. Las dicotomías en ese sentido y los binarismos le han hecho mucho daño a la política a lo largo de la historia y sería un error oponer el transfeminismo al feminismo. De la misma manera que hay muchas formas de habitar el feminismo, también hay muchas formas de habitar el transfeminismo. Tiene más que ver con pensar en una multiplicidad de sujetos políticos que se vinculan en torno a un proyecto político trastocando las lógicas que venían circulando y también abriendo el juego. La política en ese sentido es como una estructura muy rígida para dejarse permear por la creatividad, por la sensibilidad, por el amor. El peronismo le enseña mucho a la política de dejarse impregnar por eso y el transfeminismo también.

¿Cuál es tu opinión con respecto al decreto por el DNI no binario?

Es un avance increíble y un precedente en la historia. No vamos a ser capaces de ver la magnitud de la medida hasta dentro de bastantes años, de la misma manera que pasó con la Ley de Identidad de Género.  Es algo muy groso con respecto a la ruptura de un paradigma binario que hay instalado y va a tener repercusiones en cosas que pienso que no somos capaces de percibir. Obviamente hay una cuestión en relación a cómo las identidades se conforman y se definen, que es obvio que están caracterizadas por el tiempo y la mutación. Las identidades nunca son un lugar de llegada, son un lugar también de tránsito. Es muy difícil encontrar una traducción formal de eso que caracteriza las identidades en un decreto. Hay un montón de desafíos todavía para seguir laburando en ese sentido, pero sin dudas me parece festejable tener un gobierno que esté dando ese paso. Es un contexto particular por muchas cuestiones y de una profunda revisión de cómo se configura en nuestra cotidianidad y en nuestro vínculo con absolutamente todo. Que nos lo puso un poco la pandemia, pero también es una oportunidad de ser creatives y construir otras lógicas. Es una medida más que celebrable, que hay que poder hacerla propia y militarla, identificar los obstáculos y sus potencias para militarlas. Las medidas salen, se ganan, pero después está el laburo de cómo se implementan y cómo llegan a las personas. Todo ese desafío está por delante con tres medidas que llegan muy juntitas, la Ley de Aborto, el cupo laboral trans y el decreto por el DNI no binario. 

Estas tres medidas, ¿cómo se contraponen con la desaparición de Tehuel?

Sin dudas, estamos en un tiempo histórico en mutación, y hay un montón de cosas para las que hay que seguir laburando. Me parece que la demanda sobre seguir buscando a Tehuel tiene que seguir estando muy presente en todas nuestras agendas, que como gobierno hay que seguir tomando medidas para reforzar y profundizar esa búsqueda. La agenda del transfeminismo lo tiene muy presente. Muchas veces pasa que vamos a la movilización por aborto y hay una plaza rebalsada, vamos a la movilización por cupo y es una plaza más chica. Nos debería invitar a todes a una reflexión sobre cómo habitamos la política y con qué nos comprometemos más o menos. Y hay que seguir laburando para que no haya más Tehueles y para que no haya vidas que importan más que otras. Para que no se jerarquice en la búsqueda de unes por sobre otres y para que el compromiso político y de la organización política nos ponga en clave de militar con el mismo nivel de empatía, de compromiso, de sensibilidad la búsqueda de una piba cis que la búsqueda de un pibe trans.

¿Qué crees que está fallando?

No se podría hablar de una única falla. Hay un sistema que está estructurado en relación a ciertos paradigmas de lo hegemónico. Que lo último que sepamos de Tehuel tenga que ver con el momento en el que salió a buscar laburo me parece que habla de un montón de cosas. Con la población travesti y trans hay una deuda histórica y un laburo muy profundo para hacer en relación no solo al acceso al trabajo sino también a la educación y a la salud. Hay ahí un nivel de marginación, de estigma y de violencia depositado sobre una comunidad en función de un habitar de los géneros y de las propias identidades que es muy hostil. Hay mucho para preguntarnos sobre qué sociedad queremos. ¿Cómo nos permitimos por tantos años que estas cosas sucedan y cómo hacer para que la sensibilidad de todes se permee por esas situaciones? Porque es muy fuerte la indiferencia que se puede generar relacionada a eso.  Podemos hablar de esto como también podemos hablar de la racialización de la población afro y de cómo se estigmatiza históricamente. 

¿Cómo va a afectar que haya más personas con diversidades de género en puestos de poder a corto plazo? 

Va a cambiar como une piensa al Estado o al diseño de políticas públicas y leyes. Si lo pensamos como encapsulado en una esfera de élite de quiénes saben o si abrís esa escucha a quienes lo viven. Hay algo ahí que incluso parece obvio, yo no voy a saber más de cómo se vive en una villa que alguien que vive en una villa. Me parece que con las políticas de género y con la población travesti y trans aparecen como no tan simples. Hay un montón de discursos súper de derecha y neoliberales que ponen en cuestión un montón de cosas. Yo creo que la irrupción y la participación y el entramado mixturado de un Estado que se empieza a pensar de otra forma con les compañeres travestis y trans adentro, sin dudas muta. Muta porque se deja impregnar por otra mirada, por otra lógica, por otra sensibilidad, por otra epistemología, por otra forma de concebir al otre y por otra forma de habitar la propia cotidianeidad. Por un montón de cuestiones que sin dudas en el encuentro de miradas distintas surgen cosas siempre muy potentes. Creo que se vislumbra un futuro muy prometedor incluso con todas las cosas que hay que seguir haciendo y con todas las lógicas que hay que seguir trastocando. Porque no hay que olvidarse que nos falta Tehuel hoy. También podría hablar de las miles de violencias del sistema de salud hacia las lesbianas y la población travesti y trans o sobre el dogma de heterosexualidad constante. Tenemos que pensar cómo se construye esa vida que queremos habitar. Anticipar con nuestras acciones de todos los días, qué es todo lo que queremos que pase y empezar a delinearlo, proyectarlo y construirlo.

Un mundial inclusivo

Un mundial inclusivo

Partido Los Dogos vs Senior Estudiantes de La Plata

La International Gay  and Lesbian Football Association (IGLFA) designó a Argentina, y más precisamente a la Ciudad de Buenos Aires, como sede de la 25° edición del Mundial de Fútbol Gay, que se desarrollará en el mes de noviembre de 2024. Aunque todavía no están definidos cuáles serán los predios en donde se disputará la competición, las instancias finales tendrán lugar en estadios porteños.

La competición quedará bajo la coordinación de Los Dogos, institución deportiva que brega por los derechos de la diversidad y derechos humanos, y que en 2007 fue campeón mundial de fútbol al ganar el certamen que se disputó también en Argentina. “IGLFA estaba buscando un país en Sudamérica para organizar el certamen y nosotros decidimos hacer una presentación ante la asociación, luego de la buena experiencia de 2007”, afirma Claudio Blanco, coordinador e integrante de Los Dogos. El dirigente señala que Argentina fue el único país que se postuló para la organización del certamen y que su designación contó con amplio apoyo de los dirigentes de la entidad.

                El torneo contó con el apoyo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), primera entidad en reconocer y cooperar con el fútbol  gay dentro de las organizaciones del Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA). “El objetivo se logró gracias a un contacto que tuve con el presidente de AFA [Claudio Tapia], con quien tuvimos una reunión en donde le manifesté mis propuestas e inmediatamente me dio su apoyo para la organización del torneo”, cuenta Blanco. El dirigente señala que a pesar de que AFA no será el organizador de la competición, la entidad pondrá a disposición campos de juego y distintos equipos de entrenamiento.

La relación de Los Dogos con AFA se inició en el año 2018, cuando la asociación que nuclea al fútbol profesional argentino permitió al equipo desarrollar sus entrenamientos en el predio de Ezeiza, además de proveer equipamiento para que los futbolistas puedan practicar en equidad de condiciones.

La competición se desarrollará del 4 al 9 de noviembre de 2024 en la Ciudad de Buenos Aires pero aún sin sedes confirmadas. “Estamos en la búsqueda de complejos deportivos, en donde haya canchas en buen estado, para el desarrollo de las primeras rondas, pero estamos trabajando para que las instancias finales se disputen en estadios de fútbol profesional”, asegura Blanco.

                Con expectativas para el certamen mundialista, Los Dogos se entrenan dos veces por semana en el predio de Ezeiza de la AFA o en el Centro de Entrenamiento y Formación de Fútbol Amateur (CEFFA) del club Argentinos Juniors. “Buscamos consolidar el equipo, es por eso que hacemos amistosos para agarrar confianza”, sostiene Blanco, quien oficia como secretario de la Asociación de Deportistas por la Diversidad (AADD) y como director jefe de operaciones de IGLFA. El futbolista y dirigente sostiene que la participación en certámenes internacionales quedarán delimitados por los viajes que deban realizar. “En 2022 se disputará un torneo preparativo de fútbol siete en Las Vegas, pero no sabemos si vamos a poder disputarlo. Aunque sí tenemos expectativas para participar en un torneo que se desarrollará en Estados Unidos en 2023”, sostiene Blanco, quien explicó que el fútbol quedó fuera de los “Gay Games” que se celebrarán en Hong Kong en 2022, y que trabaja en la búsqueda de nuevos torneos de preparación. 

Deconstruir el fútbol

El fútbol profesional masculino, a pesar de los cambios sociales, sigue siendo un espacio con prejuicios sobre la preferencia sexual de los futbolistas. “Lamentablemente, el fútbol es machista. En mi opinión, para un profesional es complejo decirlo porque puede perjudicar su carrera, al juzgarlo no por su juego sino por su preferencia sexual”, opina Blanco. Durante la última Eurocopa disputada en Europa, la UEFA rechazó la iluminación del Allianz Arena, el estadio del Bayern Múnich, por utilizar los colores que simbolizan a la comunidad LGBT, amparándose con el justificativo de la neutralidad religiosa y política. Blanco asegura que en el fútbol profesional masculino hay deportistas gays que no lo expresan  por temor a que su carrera sea interrumpida, además de la caída de patrocinadores y la presión de las hinchadas. “Aunque no tienen la obligación de expresar lo que hacen de su intimidad, en el mundo del fútbol no es lo mismo salir con una chica que con un chico y eso puede oficiar como condicionante por manifestar sus preferencias sexuales”, explica Blanco

                Desde IGLFA se esperan cambios importantes en materia organizacional y en especial luego del apoyo de AFA a los Dogos, algo innovador en el fútbol internacional. Hay expectativas de que otras entidades sigan la misma senda. “Esperemos que esto funcione como ejemplo y que en un futuro se pueda contar con el apoyo de más asociaciones y de más patrocinadores. Desde IGLFA estamos muy ansiosos con el desarrollo del mundial con el apoyo de AFA” asegura Blanco.