Varones antipatriarcales y mujeres feministas

Varones antipatriarcales y mujeres feministas

El sábado 29 de abril se realizó en el Anfiteatro Eva Perón de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) el segundo encuentro del Ciclo de Entrevistas “Feminidades Públicas”, convocada por el Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires.

En este encuentro el eje propuesto fue el de “Feminidades y Derechos Humanos” y contó con dos invitadas de lujo: la periodista y activista feminista Marta Dillon y Nora Cortiñas, miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

En palabras de sus organizadores, el ciclo tiene como objetivo poner en escena la relación entre la feminidad y lo público, en contradicción con el lugar tradicional que se les asigna a las mujeres relacionado a las tareas domésticas y recluidas al ámbito privado: “Nos parece importante mencionar que las invitadas supieron romper el estereotipo asignado por el género”, afirmó Joaquín Coronel, militante de Varones.

Diego Rodríguez, perteneciente al Colectivo, se ocupó de presentar la charla: “Somos varones y maricas que nos organizamos políticamente con la idea de aportar a la lucha contra el patriarcado. Tenemos como objetivo generar espacios de reflexión colectivos entre aquelles sujetes que nos percibimos varones o que somos leídos como tales en la sociedad. Rechazamos el lugar de poder que este sistema nos asigna. Nos organizamos retomando reivindicaciones del feminismo y denunciando la violencia machista”. Además, declaró su preocupación por la situación del colectivo LGBT en Chechenia, la política de vaciamiento de la ESI (Educación Sexual Integral), el caso Higui y el cierre de espacios culturales en nuestro país.

Nora Cortiñas se destacó por sus anécdotas, que distaron de ser protocolares. Por el contrario, contó con sobradas muestras de afecto y atención por parte del público, que no paró de celebrar sus aportes con aplausos. Y también risas, en algunos momentos. Abrió su disertación relatando que se crió en una casa muy machista, muy patriarcal, que su marido era muy celoso y cuando desapareció su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, comenzó a verse obligada a salir a la calle a reclamar: en esa irrupción en el espacio público recordó sus primeros encuentros con personas pertenecientes a la militancia en la diversidad: “En el caminar de las Madres se acercaron a nosotras chicos homosexuales. Encantadores pibes que veían, en nosotras, afecto. De esa manera tan natural, no con los libros sino con el contacto con ellos, empecé a entender de otra forma. En las marchas, por ejemplo, se acercaba algún pibe y me decía: ‘Madre ¿yo me puedo dejar ver con ustedes? Porque si mi mamá me ve con ustedes va a pensar que estoy por buen camino’”.

El caso de Nora, una mujer de 87 años inserta en la política y disputando el espacio público, ejemplifica la transformación de la mujer: de estar exclusivamente al servicio de su familia entre las cuatro paredes de su hogar, a ser la mujer pública y en la disputa por el poder. En esa transición, encontró sus primeros cruces con el feminismo: “Yo primero leía sobre el feminismo: decían que en Europa las feministas eran las que revoleaban el corpiño y yo decía ¡qué estupidez!”. En otro momento, recordó que participó, junto con otras Madres, en el primer Encuentro Nacional de Mujeres en 1986 y admitió que: “Fui entendiendo que los derechos humanos son todos y no solo los de los desaparecidos y los presos políticos”.

El aporte de Cortiñas también permitió dar cuenta de una transformación de la ubicuidad del feminismo, de los espacios académicos a la calle: “A nosotras, las feministas nos preguntaban por qué salíamos a la calle. Por eso, cuando fui al primer Encuentro, llegué con timidez y les expliqué que salíamos porque nos habían sacado un pedazo nuestro. Nosotras rompíamos con el lugar de la mujer que se queda en su casa. Y con el que quería la Iglesia: poniendo una velita y la fotito del hijo en una repisa rezando y llorando. Como no lo hicimos, les molestó. Pero lo hicimos por una cuestión visceral. Salimos a pelear como unas leonas”.

Por su parte, Marta Dillon, fundadora del suplemento “Soy” de Página/12, relató cómo fue su incorporación al feminismo: “Yo creo que tiene que ver con darse cuenta de la subalternidad que significa ser mujer. No es una cosa que sucede de un día para el otro. Mi mamá desapareció cuando yo tenía 10 años. Yo la ayudaba a ella a cuidar a mis hermanos y esa sensación de hacerse cargo de tres varones se sostuvo a lo largo del tiempo. Esa tarea que muchas niñas y mujeres reconocerán. Después, fui madre soltera. Pero definitivamente me convertí en feminista cuando tuve el diagnóstico de VIH positivo. Ahí realmente la diferencia en la mirada de los otros y las otras era radical, porque una mujer que se había infectado era inmediatamente supuesta de ser una puta, de tener una vida sexual condenable. De hecho, siempre se reiteraba esta pregunta sobre cómo me contagié, esperando que les responda que en una transfusión. Si esa respuesta no llegaba, ahí ya no era tan víctima. Para los gays el estigma era peor. Y en el caso de los travestis, todavía hoy los sigue matando la dificultad de acceder a una atención médica adecuada. Hace muy poco realmente que hay una existencia legal para las trans y travestis”. Además, sostuvo que ser feminista es estar en un lugar marginal, señalar algo que nadie quiere ver y que cuestiona hasta lo más íntimo, “por eso hablamos de revoluciones en las camas, en las casas, en las plazas, en las calles y en todos lados”. Dillon afirmó que hacerse feminista la transformó: “Cambia todo. Creo que hasta cambió mi relación con mi madre”.

Marta Dillon, periodista

Marta Dillon, activista y fundadora del suplemento “Soy” de Página/12. “Yo creo que tiene que ver con darse cuenta de la subalternidad que significa ser mujer», relató.

Acerca del rol de las mujeres en la etapa de la dictadura, reflexionó: “Algunas mujeres, que hasta se entrenaban para usar las armas o las usaban directamente, no dejaban de tener la responsabilidad de lo doméstico a su cargo. Después, al ser secuestradas, pasaron por los centros de detención y fueron torturadas de manera bien particular”.

Por otro lado, y como trazando una línea de tiempo, recordó el rol de las mujeres piqueteras durante la crisis de 2001, quienes tomaron un papel protagonista en la calle. Analizó cómo las organizaciones piqueteras empezaron a ir masivamente hacia los Encuentros de Mujeres y a cambiarlos radicalmente con otras discusiones y con otras propuestas.

También destacó el valor de la sororidad en la lucha contra la violencia machista y dijo, en relación a los casos de feminicidios: “No se aguanta más tener que sumar todos los días un nombre más al bagaje de la memoria y tener que aguantar los detalles morbosos con los que se han maltratado a estas chicas tan jóvenes. En este momento hay una gran posibilidad de que los lazos que nos sostienen se extiendan y se hagan más fuertes”.

Hacia el final de la charla Nora Cortiñas concluyó: “Les dije que venía a aprender. Y hoy aprendí que las Madres fuimos extraordinariamente feministas”. Y el público estalló en aplausos.

Este ciclo de charlas comenzó el 8 de abril bajo el eje “Feminidades Públicas y Trabajo” con les invitades Silvia León y Marlene Wayar. Tiene como objetivo financiar el VI Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales (ELVAP) organizado para los días 7, 8 y 9 de octubre, en de Santiago, Chile, en el que participarán además otras organizaciones y colectives antipatriarcales  o profeministas como Traidores de Papá -de Uruguay- y el chileno Kolectivo Poroto.

El segundo encuentro del Ciclo de Entrevistas “Feminidades Públicas” fue convocada por el Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires en el Anfiteatro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

 

Actualizada 04/05/2017

Se inaugura la baticancha

Se inaugura la baticancha

– ¡Acá, Coqui, acá !

-Voy

-¡Dale! ¡Ya estás para tirar al arco!

-¡Voy!

-¡Marcalo más a la derecha, Ángel!

-Voy.

El diálogo ocurre en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) de la Ciudad de Buenos Aires. Los protagonistas son dos futbolistas, integrantes de Los Murciélagos, la Selección Argentina de fútbol para ciegos, el plantel que sumó a sus logros la medalla de bronce de los Juegos Paralímpicos Río de Janeiro 2016 y que, el 1º de diciembre, inaugura cancha de entrenamiento propia luego de veinte años de tener que utilizar la del equipo de patinaje.

Además de nueva cancha, el cuerpo técnico se muestra contento porque considera que tiene un buen plantel a largo plazo, junto a los juveniles y a los Murcielaguitos, la categoría más chica de la disciplina. Dicen que cada medalla, además de condensar el éxito deportivo -como ya había sucedido en Atenas 2004 y en Pekín 2008- , significa más apoyo para el deporte y un salario los jugadores, después de que cumplan los cuarenta años.

-¿Hacemos unos pases?

-Dale, acá estoy- dice Vicente Zuccala, integrante del seleccionado, y patea la pelota. Ahí comienza un ida y vuelta de paredes. «Vicente, hagamos cruce». «Dale, acá». Lo divisa por su tono y la distancia: «La voz es la visión nuestra, así que si no hay comunicación en el equipo no hay nada. Funciona en cualquier ámbito. Sea como sea, un gesto, una mirada. En nuestro juego es fundamental hablar», explica Froilán Coqui Padilla, jugador de Los Murciélagos desde el 2009, quien ingresó en el equipo a los treinta años luego de llegar a Buenos Aires a los veinticinco, para hacerse un certificado de discapacidad. En el monte, en Santiago del Estero donde vivía con sus padres y siete hermanos, no estaba la posibilidad de certificarse ni de tratarse. Además, su familia no tenía recursos para realizarle estudios de pequeño. Por eso su prima lo llevó a Tucumán a los once años, para tratarse. Si bien la vida que llevaba era más tranquila e imaginaba imposible manejarse en la ciudad, lo motivaba pensar que podía conseguir cosas que en su lugar natal eran inviables: «No sabía que existían los bastones o el deporte para los ciegos, ni las computadoras o teléfonos, no tenía idea. Cuando llegué viví con mi tía, en una habitación pequeña, con mi hermano. Pero resulté mucha responsabilidad para ella, entonces viví con amigos o solo y hasta en una Iglesia». Un día Froilán se animó a viajar sin ayuda en colectivo: “A partir de ahí no paré de moverme, de averiguar cosas”, recuerda y menciona el Instituto Román Rossel de San Isidro, del que había escuchado que ayudaba a los ciegos. “Ahí empecé a jugar al fútbol con reglas para ciegos».

jugador de los muerciélagos

Las reglas en el fútbol ciego son como las del futsal convencional (fútbol sala) con algún tipo de especificidades. El arquero, por ejemplo, debe ser vidente por reglamento, y puede guiar solo a su defensa. Si da una orden a un mediocampista o a un atacante es penado con falta, además no pueden salir de su área, delimitada con un cuadrado. La zona de ataque le pertenece a un guía (cada equipo tiene el suyo), y el mediocampo al entrenador. Todos los jugadores de campo deben utilizar antifaz para estar en igualdad de condiciones, porque quizás alguno podría llegar a percibir luz según su grado de ceguera y eso lo pondría en ventaja. En el juego, también se debe anticipar el movimiento de marca a una distancia prevista. Es decir, quien posee el balón es identificado con el ruido del cascabel que tiene la pelota, pero quien va a marcarlo debe decir reiteradas veces «voy».

Vicente Zuccala, jugador desde hace cuatro años en la Selección e integrante de River Plate, cuenta que le costó adaptarse al juego profesional porque aunque es ciego de nacimiento se había acostumbrado a jugar al fútbol con amigos y familiares con la pelota de fútbol convencional: «Al principio era tímido, pensaba ¿cómo voy a decir ‘voy’ todo el tiempo y gritando? Qué ridiculez, voy a quedar como un payaso», confesó entre risas. Lo mismo le sucedía a Matías Olivera, jugador de Los Murciélagos en categoría Juveniles. Le resultaba extraño acostumbrarse al tamaño de la pelota. La del fútbol convencional es más grande y tiene más pique, en cambio la del juego profesional es más chica y está más tiempo al ras del piso para que la fricción genere el sonido del cascabel. Antes del uso de este balón, lo que se hacía en Argentina era atar a la pelota una pandereta de chapitas aplastadas para que hiciera ruido, pero era peligroso el contacto del cuerpo con la pelota, en especial para el arquero. En otros países, como en Brasil, se utilizaba envolverla con plástico o también se le ponían latas u objetos que hicieran ruido. A partir del desarrollo profesional del fútbol y el establecimiento de las reglas, se comenzó a utilizar la pelota actual con cápsulas con el cascabel dentro, entre el cuero y la cámara.

 

Los orígenes

Leonardo Almada, asistente técnico de Los Murciélagos desde este año, cuenta sobre el inicio del fútbol ciego: «En Argentina empezó principalmente a partir del Instituto Román Rossel de San Isidro, con el trabajo de Enrique Nardone. En la institución jugábamos siempre al fútbol, yo estaba allí porque soy disminuido visual, conozco a muchos de los chicos desde esa época, no había diferentes categorías en ese entonces». A partir de que se fue sumando gente y empezó el contacto con otras instituciones de las provincias, se comenzó a pensar en formar una Selección Nacional. Se empezaron a armar torneos con equipos de afuera, como Brasil y España. En 1991 se conformó la Selección  Argentina, y en 1995 se redactó el reglamento internacional del fútbol ciego, que tuvo muchos aportes del Comité Técnico de Fútbol para Ciegos conformado un año antes por el argentino Enrique Nardone, el técnico brasileño Ramón Souza, y el español Carlos Campos. La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) aprobaron oficialmente el reglamento en 1996. «Argentina estuvo desde la formación de este juego a nivel profesional, y eso se percibe en el desarrollo actual», dice Almada. También menciona que se había creado una Selección de Disminuidos Visuales en aquel momento y él era jugador. Luego esa categoría no existió más: «Se puso más expectativa en el fútbol ciego porque el nuestro era igual que el convencional. Las reglas del fútbol ciego proponían novedad y eso le dio impulso».

El sueño del deporte como futuro

El entrenamiento sigue y desde mitad de cancha Ángel Deldo recibe el pase, y corre a gran velocidad. Mantiene la posesión de la pelota y dibuja una «S» a lo largo del trayecto que le permite sortear a la defensa y tirar al arco con determinación. Este movimiento, además de otros como el lineal, o la «U» se aprenden de memoria como un código de juego. Dario Lencina, arquero titular de la Selección desde 2001, explica que el tipo de juego se estudia, y hasta se ven videos de otros equipos y del propio. Los jugadores los escuchan e identifican las voces de sus rivales. Además, considera que trabajar la confianza entre compañeros es lo principal: «Compartir concentraciones, y también tiempo fuera de la cancha hace crecer la química del equipo. Jugamos juntos al truco, yo aprendí braille, esas cosas nos hacen ponernos mutuamente en el lugar del otro». Los técnicos también organizan juegos que ayudan a la integración. Hacen que uno pase por arriba de los demás, o que se dejen caer y que otro los agarre de atrás. «Uno tiene desconfianza de caerse, pero después cuando el otro te agarra, esa confianza también se traslada a la cancha y a la vida», dice Coqui Padilla. Vicente Zuccala también destaca la unión del grupo. Considera que al ser fútbol de competencia quizás podrían darse situaciones de rivalidad porque están compitiendo entre ellos por un puesto, pero que no sucede, sino que todos quieren que al equipo le vaya bien: «Sabemos que los que van en una lista a un campeonato son gran parte, y los que no van también, porque ayudaron a que entrenes». Reconoce que hay roces, como en todos los grupos, pero no es lo que prevalece: «El grupo fue unido en momentos muy duros». Para Zuccala por más que haya apoyo de diferentes entes (principalmente del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, ENARD) no es lo mismo que el fútbol convencional. Un ejemplo de esto es el caso de Padilla, quien todavía no posee casa propia, vive con su mujer y su hija en una piecita: «Por suerte se aprobó que los medallistas tengan una jubilación, así voy a poder seguir manteniendo a mi familia. Antes ni eso había. Incluso en los comienzos, este fútbol no era pago. Hay estructuras que podrían mejorar, el deportista se tendría que dedicar solo a jugar, y estoy seguro que el bueno lo sería mucho más. La medalla abre puertas, ojalá algún día se abran las de la casa propia». La historia de Padilla lo hace un referente para muchos. Zuccala también destaca como modelo a Silvio Velo, lo asombra su capacidad para las jugadas complejas, los amagues que le hace a los videntes. Los jugadores también valoran mucho a los arqueros, para ellos tienen un rol fundamental.

Germán Muleck es el otro arquero de la Selección, además de Darío Lencina. En los últimos Juegos Paralímpicos tuvo un papel especial, porque atajó los últimos tres penales que dieron ganador del bronce al equipo, ya que el tiempo regular del partido había terminado sin anotaciones. Muleck, en diálogo con ANCCOM, hizo un balance de lo que dejó el 2016 para los Murciélagos: «Fuimos a buscar otra medalla y no se nos dio. Pero es un oro por lo que representa para la disciplina como apoyo en términos económicos, de difusión y de prestigio. Nos había pasado en los Juegos Paralímpicos de Londres, cuando vinimos sin medalla, que tuvimos que volver a pelear el día a día».

Hayan tenido o no ayuda, el equipo siempre entrenó duro para avanzar. Empezaron a recibir sostén económico hace ocho años. Respecto a eso, Muleck recordó que Silvio Velo, uno de los goleadores, está hace veinte años en el equipo y cuando esa Selección salió campeona por primera vez no tenían apoyo económico. El arquero aseguró: «Yo creo que esta Selección se caracteriza por el honor de llevar la camiseta, por las ganas, y el orgullo».

Los Murciélagos se caracterizan por su esfuerzo. Este jueves finalmente inaugurarán su nueva cancha, con la ilusión de que eso les traiga mejoras en sus prácticas. “Es de pasto sintético, que es el material correcto para este deporte. La de patinaje, por el material, es más peligrosa para las caídas. Se había planeado inaugurarla antes de los juegos, para poder practicar, pero se atrasó un poco más”, explica satisfecho por la noticia, Almada, el asistente técnico de Los Murciélagos.

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Actualizado 29/11/2016

¿Por qué no se cumple la Ley de Cupo Femenino en los sindicatos?

¿Por qué no se cumple la Ley de Cupo Femenino en los sindicatos?

La Ley 25.674 establece la representación femenina en cargos electivos y representativos de las asociaciones sindicales en un mínimo del 30% cuando el número de mujeres alcance o supere ese porcentual sobre el total de los trabajadores. En la nueva estructura de la Confederación General del Trabajo (CGT) hay 37 Secretarías, de las cuales solo dos están a cargo de mujeres: Sandra Maiorana (de la Asociación de Médicos de la República Argentina), en la Secretaría de Salud y Noemí Ruíz (del sindicato de Modelos Argentinos), en la de Igualdad y Oportunidad de Género.

Las cuentas son claras: en la única central obrera que el Gobierno Nacional reconoce a la hora discutir, por ejemplo, cuestiones salariales, la ley es incumplida. “Lo que sucede en la CGT, lamentablemente, es la regla de lo que pasa en el resto de los sindicatos”, asegura Magalí Brosio, integrante de Ecofemini(s)ta, espacio que discute asuntos sobre economía con perspectiva de género.

Laura Sotelo ATE Capital en la sede de Carlos Calvo.

Laura Sotelo ATE Capital en la sede de Carlos Calvo.

CONDICIONANTES Y CRÍTICAS

Aunque la ley fue sancionada en 2002, el Instituto de la Mujer de la CGT realizó un informe en 2008 donde mostraba que sobre 1.448 cargos directivos a nivel sindical, solo 80 (un 5%) eran ocupados por mujeres. Un relevamiento del Ministerio de Trabajo de este año refuerza estos datos: sobre 25 sindicatos analizados, en 20 hay mujeres que ocupan cargos, pero en ninguno lo hacen en los puestos jerárquicos, como Secretarías Generales o Secretarías Adjuntas. “Los lugares que ocupamos tienden a ser de formación, acción social o cuestiones de género, labores que el sistema vincula a lo femenino”, subraya Laura Sotelo, responsable de Géneros por el Consejo Directivo en la Asociación Trabajadores del Estado de Capital (ATE Capital). Y agrega: “Es fundamental lograr estar en la mesa de negociación salarial, algo que no podemos hacer desde las secretarías que nos toca ocupar”.

Sotelo reflexiona sobre la letra fría de la ley: “En algún punto, el 30% funciona como un techo. Porque si el porcentaje de trabajadoras en el gremio es menor, el número de los cargos a ocupar baja. Pero si sucede al revés, ese número de roles directivos no sube. Y, en realidad, en muchísimos sindicatos las trabajadoras superan ampliamente el 30% y de todos modos la ley no se cumple”. Sin embargo, no deja de destacar que la ley es un gran avance y que “ante una gran desigualdad, se legisló en torno a eso y ahí hay un logro”. También resalta: “En los doce años anteriores se ampliaron derechos en término de representación y participación, lo cual impacta en los sindicatos”. No obstante, por el tipo de estructuras de los gremios, los cambios tarden mucho más que en otros sectores.

Carolina Brandariz, secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género en Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), gremio que cumple con la ley 25.674, aporta sobre el tema: “Nuestro sindicato representa a un 80% de trabajadoras. De la totalidad, el 60% somos jefas de hogar. Eso quiere decir que los estereotipos que se reproducen en la sociedad no son verídicos. Las mujeres que trabajamos, que somos responsables del hogar y además militamos, tenemos una triple tarea. Eso muchas compañeras lo ven como una carga, se ponen una barrera a sí mismas, reproducen un discurso machista como si fuera propio”.

En esa línea de pensamiento, Magalí Brosio afirma que “las tareas de cuidado en el hogar siguen siendo vistas socialmente como una obligación de la mujer. Y eso es una carga, porque quita tiempo para dedicarse a la actividad gremial”.

Otro límite que se reproduce históricamente es el de entender a los gremios como un ambiente únicamente masculino. “Cuesta mucho que los compañeros pierdan privilegios, porque estar en paridad de representación sindical implica eso. Algunos sindicatos quieren regirse por pautas culturales de hace cincuenta años. Pero tendrán que tomar nota que los tiempos avanzaron”, explica la representante de UTE. Brosio, a su vez, marca una contradicción que genera una imposibilidad material para cumplir con la ley: “Cuando una compañera quiere denunciar el incumplimiento, tiene que hacerlo frente a una junta electoral sindical elegida por el mismo consejo directivo del sindicato. O sea que se estaría topando con la misma estructura que le niega el lugar”.

Carolina Brandáriz, Secretaria de Género de UTE.

Carolina Brandáriz, Secretaria de Género de UTE.

LO QUE NO SE DISCUTE

Si la mujer no es parte de las discusiones más importantes al interior de los sindicatos, quedan excluidos muchos temas. “Principalmente queda afuera la familia. Hay que entender que nosotras no somos las únicas responsables del hogar, tiene que ser una responsabilidad compartida. Y también que no es un tema únicamente del ámbito privado, que la organización sindical tiene que contemplar eso”, describe Brandariz. Por su parte, la integrante del espacio Ecofemini(s)ta brinda más ejemplos: “Incluir a las madres en el mercado laboral es algo primordial a discutir. También temas relacionados al acoso laboral, que muchas veces son tratados livianamente y que para las mujeres son una carga tremenda, porque pasan la mayor parte del día en esos ambientes”.

Como un ejemplo de esta temática, Sotelo comenta que desde ATE impulsan un proyecto sobre “licencias parentales”. La idea apunta a poder adaptar los nombres al nuevo código civil, sin distinguir entre padre y madre, si no haciendo referencia al nacimiento (o adopción) y consiguiendo la paridad en los tiempos de licencia, lo que implicaría igualdad de responsabilidades respecto a los temas del cuidado del hogar. Otro punto que queda fuera de las negociaciones colectivas en la mesa chica de los sindicatos, son los jardines infantiles o lactarios, que al no haber, limitan la participación activa de la mujer en la actividad gremial. “La igualdad real de oportunidades y el acceso a los cargos jerárquicos también se pasan por alto en las discusiones salariales si no aparece nuestra voz”, aporta Sotelo.

Movilizacíon de las cuatro Centrales de Trabajadores contra las políticas del Gobierno de Macri y conmemorando el Día del Trabajador.

«Las cuentas son claras: en la única central obrera que el Gobierno Nacional reconoce a la hora discutir, por ejemplo, cuestiones salariales, la ley es incumplida».

RIESGOS y DESAFÍOS

Desde los distintos espacios sindicales coinciden en remarcar la importancia de la creación de las múltiples Secretarías de Género o Igualdad. Entienden que son un avance, pero destacan que no es suficiente. Brosio describe: “La gente que participa en estos espacios ya tiene un interés preexistente sobre el tema. Y lo rico es ir a dar la disputa con los sectores que falta convencer”. En la misma línea, Brandariz plantea que la creación de este tipo de espacios muchas veces logra sectorizar los debates y reclamos: “Las Secretarías de Género son vistas como un lugar para la mujer, pero las Secretarías Generales no”, dice.

“Hay una alianza entre el patriarcado y el capitalismo que genera una división sexual del trabajo. Y ahí el sindicalismo debe dar pelea, porque los géneros y el trabajo organizan a la sociedad”, afirma Sotelo. Según señala, la mujer no solo debe ocupar cargos, sino que, desde esos lugares, no debe reproducir la segregación que hay en el mercado laboral. “El gran desafío es visualizar la falta de representación femenina en los sindicatos, que haya políticas transversales al respecto, hacia el interior de los gremios y no permitir que queden encajonados en el espacio de una secretaría en particular”, acentúa Sotelo.

REPRODUCCIÓN DE LAS VIEJAS ESTRUCTURAS

A mediados del mes de septiembre, el Gobierno Nacional otorgó un reconocimiento parcial a la nueva estructura de la CGT que había surgido en el Congreso de Unidad, celebrado en agosto en el estadio de Obras Sanitarias. Una de las demandas del Ministerio de Trabajo (aunque no la principal) hacia la conducción de la central obrera era el incumplimiento de la Ley de cupo sindical femenino.

No obstante, el miércoles 12 de octubre hubo una reunión en la sede de la obra social del gremio de la Sanidad entre el Ministro de Trabajo Jorge Triaca y el vicejefe de Gabinete Mario Quintana, con los líderes del Triunvirato cegetista Juan Carlos Schmidt, Héctor Daer y Carlos Acuña. Una semana después, se repitió el cónclave al que se le sumó esta vez un grupo de empresarios. En ese encuentro, con la promesa de un bono de fin de año de dos mil pesos, el Poder Ejecutivo logró desactivar, el paro general con el que los gremialistas amenazan debido al deterioro del salario real, los más de 100.000 despidos entre el sector público y privado o la necesidad de reapertura de paritarias, entre otras cuestiones. En esa mesa donde se tomaron decisiones que afectan directamente la vida de muchos trabajadores y trabajadoras, no había ninguna mujer.

 

Actualizado 25/10/2016

Cinco siglos igual

Cinco siglos igual

Pasadas las 19 comenzó la movilización acompañados por grupos de sikuris, reclamando por los derechos naturales y su dignidad milenaria.

Durante el lunes 10 de octubre se realizó una jornada de reflexión en la Plaza Congreso y el 11 de octubre se conmemoró el último día de libertad.

Cuando se celebraba el “Día de la Raza” la marcha era conocida como del contrafestejo. Con el cambio de nombre siguen repudiando el “Día del Respeto a la Diversidad de las Culturas” ya que para los pueblos originarios fue, es y será una invasión y un genocidio.

Mirá la Galería de fotos de ANCCOM:

Actualizado 13/10/2016

¿Qué es el “drag queen”?

¿Qué es el “drag queen”?

“El arte drag está devaluado: piensan que uno es un maricón al que le gusta  disfrazarse de mujer en un boliche”, dice Liborio Iuculano más conocido como Elektra Trash. El nombre mezcla el histrionismo del personaje con los desechos que utiliza para hacer su vestuario.

En Argentina, a lo superficial, la moda, el brillo, las plataformas y los tocados gigantes, herencias del estilo drag norteamericano, se les agregan la protesta, la ruptura, la política y, por lo visto, hasta la basura.

Dos drag queens.

En Argentina, a lo superficial, la moda, el brillo, las plataformas y los tocados gigantes, herencias del estilo drag norteamericano, se les agregan la protesta, la ruptura, la política y, por lo visto, hasta la basura. En la imagen, Shirley y Le Brux, performers de la Fiesta Whip.

Drag queen es un término complicado de definir aunque, en un primer acercamiento, se refiere a un hombre que se caracteriza como mujer y crea un personaje. Exigentes y perfeccionistas, utilizan vestuario, pelucas, accesorios y maquillaje; se producen con delicadeza y pulcritud, actitudes que, aunque parezca paradójico, hacen a sus personajes de rasgos femeninos bestiales y grotescos.

Tanto en Argentina como en Estados Unidos, la estética drag surge de la mano del entretenimiento. “Lo propio del drag queen siempre fue lo espectacular, el brillo, la peluca; tienen todo el teatro encima -sostiene Charlee Espinosa, performer de travestismo escénico-. Se quedan mucho en la imagen y no trascienden. Son muy pocas las que tienen algo fuerte para decir”.

Sin embargo, a partir de la década del ’90, las fronteras entre lo estético y lo político fueron desdibujándose. A partir de ahí, algunos performers, como Peter Pank, retomaron la estética drag pero para resignificarla: su cuerpo se transformó en el lienzo donde se monta el contenido y la militancia. Los artistas se “draguean” para decir algo más, para desnaturalizar ese cuerpo que ahora es un discurso
político. Al respecto, Sussy Shock, artista “trans-sudaca”, como se autodefine, sostiene que el arte es en sí político porque está hecho por personas, que a su vez son seres políticos con identificaciones, decisiones, espacios y posiciones propias.

 El maquillaje drag resalta todos los rasgos del rostro y los vuelve femeninos. La foto muestra drag queen maquillándose.


El maquillaje drag resalta todos los rasgos del rostro y los vuelve femeninos.

Si bien en muchas oportunidades se los vincula con el colectivo LGBTIQ, el estilo drag no está directamente ligado a una elección sexual, sino a la intención de brindar un discurso crítico, satírico y algunas veces de denuncia. Incluso existen drag kings, que son  mujeres que se travisten como hombres. “No hay una verdad de ser mujer ni varón, son construcciones políticas, históricas y culturales. Una
mujer asignada como mujer puede incluso jugar con los modos de ser mujer drag queen, lo que implica interpelar lo hegemónico de la feminidad”, dice Mabel Campagnoli, especialista en temas de género.

Lady nada. Un drag queen de peluca rosa larga

“Lo propio del drag queen siempre fue lo espectacular, el brillo, la peluca; tienen todo el teatro encima -sostiene Charlee Espinosa, performer de travestismo escénico-. Se quedan mucho en la imagen y no trascienden. Son muy pocas las que tienen algo fuerte para decir”.

En Argentina no existe un programa del estilo RuPaul’s Drag Race, pero en Tucumán se hace todos los años la elección nacional de la reina drag queen. “Yo soy como la big mamma, todas me adoran y yo las guío y trato de hacerles más fácil el camino para que puedan trabajar y vivir de esto que es un arte”, dice Elektra Trash, conductora del evento y antigua ganadora del certamen. Este año se quedó con la corona Katara Fyre, de Córdoba. Podría pensarse que este concurso plasma la frivolidad que en parte caracteriza al mundo drag, aunque desde otro punto de vista funciona como una herramienta para expresar decisiones y posiciones sobre el cuerpo o la diversidad. En el ambiente drag parece existir todo: están desde las que solo se visten para las fotos, hasta las que quieren decir algo y se plantan ante las etiquetas y los géneros para romperlos y decir: “Acá estoy, soy una reina”.