Todos unidos flexibilizaremos

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En el acto por la conmemoración del Día del Trabajador, el presidente de la Nación Mauricio Macri se hizo presente en el microestadio de Ferro para unirse al festejo organizado por Gerónimo “Momo” Venegas, secretario general de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores -UATRE- y líder del Partido Fe que integra la alianza Cambiemos. El máximo mandatario anunció, como se esperaba, el Plan Empalme que beneficiará a empresarios, que contraten a trabajadores que cobren planes sociales. Sin entrar en detalles sobre el proyecto, Macri sostuvo sobre el final: “Se acabó el país de la ventajita” y llamó a los trabajadores a aumentar la productividad.

La convocatoria de Venegas y Macri fue una de las seis que hubo el 1º de Mayo para conmemorar el Día del Trabajador. La fragmentación de los movimientos sindicales dio como resultado un acto de la CGT en Obras Sanitarias, otro de la CTA en la Escuela Itinerante, los movimientos sociales se movilizaron al Monumento al Trabajo y las diferentes vertientes de la izquierda lo hicieron a la Plaza de Mayo (el FIT) y al Obelisco (la Izquierda al Frente).

La convocatoria de Venegas y Macri fue una de las seis que hubo el 1º de Mayo para conmemorar el Día del Trabajador, a la cual asistieron cerca de cinco mil personas.

La convocatoria de Venegas y Macri fue una de las seis que hubo el 1º de Mayo para conmemorar el Día del Trabajador, a la cual asistieron cerca de cinco mil personas.

Un gran operativo policial -con presencia también de la Gendarmería- se realizó para garantizar la seguridad de Macri en Caballito. Utilizó la cancha de Ferro como pista de aterrizaje y de despegue para el helicóptero presidencial. El acto tuvo lugar en el microestadio el club, donde esperaron unas cinco mil personas desde las dos de la tarde.

La organización repartía, en la entrada, agua y escarapelas adhesivas con la leyenda “cultura del trabajo”. También regalaban banderitas celestes y blancas, ya una insignia en los eventos oficialistas. Y si bien no hubo choripán, los vendedores de garrapiñadas y de cerveza transitaban entre el público ofreciendo su mercadería en las tribunas. Tampoco hubo, a la vista, presencia de micros pero luego de finalizado el acto, en las avenidas aledañas se vieron pasar buses escolares con las cortinas cerradas y las luces del interior apagadas.

La Marcha Peronista abrió el congreso autodesignado “El Peronismo en Cambiemos”. Después sesionó: alguien del público exponía una idea, se votaba a mano alzada para revalidar sus palabras y luego el “Momo” sentenciaba: “Aprobado por una unanimidad compañero”. Así varias veces, hasta que el representante de Mendoza quiso dejar algo en claro: “Solicitemos que dentro del partido de Cambiemos se lo tenga más presente al Partido Fe porque si no pareciera que no existimos”. También fue ratificada su petición.

La Marcha Peronista abrió el congreso autodesignado “El Peronismo en Cambiemos”.

“Este partido se ha conformado con gente honesta que nada tiene que ver con el gobierno anterior, que fueron 12 años de corrupción”, remarcó Carlos Mayer (52) que quiso dejar claro que había ido “solo”. Al ser consultado por ANCCOM sobre la presencia en el lugar de, por ejemplo, Baldomero “Cacho” Álvarez, intendente que fuera electo por el Frente para la Victoria en Avellaneda, argumentó: “Perón siempre atendió a todos, este espacio estuvo abierto para toda la gente que quiera participar y demostrar que quiere sacar al país adelante.” Por su parte, Franciso Montiel (36) pertenciente al Sindicato de Trabajadores de Aguas y Gaseosas, habló de su presencia en Ferro: “Nosotros estamos con el sindicato, después lo demás que se arreglen ellos.”

Alrededor de las 19, el máximo mandatario se hizo presente acompañado por varios ministros como el titular de Trabajo, Jorge Triaca; de Medioambiente, Sergio Bergman y de Seguridad, Patricia Bullrich; entre otros. También el actual vicejefe del Gobierno Porteño, Diego Santilli, estuvo presente y fue muy saludado por los presentes. El staff completo del gobierno se subió al escenario para darle lugar a la entrada del Presidente.

Macri sostuvo sobre el final: “Se acabó el país de la ventajita” y llamó a los trabajadores a aumentar la productividad.

Fue en ese momento que volvió a hablar Venegas, acusado por distintas investigaciones periodísticas de mirar para otro lado mientras los afiliados de su gremio realizan trabajo esclavo. “Lo más importante de la victoria de Mauricio Macri –enfatizó-, fue terminar con la corrupción de Estado”. Y luego bromeó por el sonido de los bombos y redoblantes que no cesaban: “Silencio por favor, cualquiera va a decir que estamos en un acto peronista”. Después finalizó improvisando un grito eufórico, algo desentonado: “Viva el Presidente, vivan los ministros.”

Como si estuviera cronometrado, el Jefe de Estado, dio su discurso en 15 minutos para luego volver a levantar vuelo. Comenzó prometiendo que el cambio ya les iba a llegar a quienes todavía no lo habían sentido, luego continúo remarcando las bonanzas de la gestión: el Plan de Infraestructura, la supuesta baja de la inflación, el pago a los acreedores de la deuda externa, la Ley Pymes y la reciente Ley de Emprendedores.

El discurso prosiguió con el anuncio del plan denominado “Empalme” que se esperaba que el Presidente presentara. El proyecto consiste en un descuento de las cargas sociales para los empresarios que contraten trabajadores beneficiarios de planes sociales. “Aquel que recibió un plan lo pensó en términos de un tiempo, pero pasaron los años y sigue en la misma situación”, argumentó Macri a tono con otra de sus declaraciones: “Se acabo el país de la ventajita, de los mafiosos”.

La organización repartía, en la entrada, agua y escarapelas adhesivas con la leyenda “cultura del trabajo”.

Sandra Riveiro (50) integrante del Sindicato de los Trabajadores de Espectáculos Públicos reconoció desconocer la medida pero señaló: “Todo lo que sea trabajo, lo apoyo. Si hay despidos o suspensiones por algo es, yo sigo apostando al cambio”, recalcó al ser consultada por el incremento de la desocupación durante la gestión de Cambiemos. Lucas Córdoba (26), militante de la Juventud Pro, siguió la misma línea de su referente político: “Hay algunos sectores que tuvieron despidos pero es algo que se está trabajando” y prosiguió: “No es en todos los sectores, hay quienes pudieron salir adelante y otros que se están demorando”.

El Presidente se vanaglorió por la creación de 82 mil puestos de trabajo desde agosto del año pasado hasta la fecha, pasando por alto los 42.000 empleos privados que se perdieron, a pesar de ese incremento, desde que asumió, según los últimos datos oficiales proporcionados por el propio Gobierno. “Una vez un señor dijo que la estrella polar del país tiene que ser la productividad –dijo Macri-. Ser productivo es hacer las cosas bien, demostrando que podemos ser los mejores del mundo”, volvió a resaltar sobre el final mientras papelitos celestes y blancos volaban desde las tribunas pero sin que suene la Marcha Peronista.

Para ver la línea de tiempo de ANCCOM que recopila los hechos, los despidos y los acuerdos durante el gobierno de Mauricio Macri, hacé click acá:

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Actualizada 02/05/2017

De los mártires de Chicago a los docentes argentinos

De los mártires de Chicago a los docentes argentinos

“He expuesto los que creía justos reclamos de la clase obrera, he defendido su derecho a la libertad y a disponer del trabajo y los frutos de su trabajo”, declaraba Albert Parsons minutos después de ser sentenciado a muerte. Junto a él, George Engel denunciaba: “Aquí he visto a seres humanos buscando algo con qué alimentarse en los montones de basura en las calles. Desprecio el poder de un gobierno injusto, sus policías y sus espías”. Samuel Fielden afirmaba: “La Constitución, cuando dice ‘el derecho a la libre emisión del pensamiento no puede ser negado’, da a cada ciudadano, reconoce a cada individuo, el derecho a expresar sus pensamientos. Yo he invocado los principios del socialismo y de la economía social y sólo por esta razón me hallo aquí y soy condenado”. Michael Schwab agregaba: “Un movimiento social no es una conspiración, y nosotros todo lo hemos hecho a la luz del día”. Parsons, Engel, Fielden, Schwab y otros dos condenados más a la horca son recordados hoy como “los mártires de Chicago”, y sus alegatos, que datan de 1886, cumplen este 1° de Mayo 131 años.

La injusticia de aquel día daría origen, en todo el mundo, al Día del Trabajador, cuyo significado ha ido cambiando con el tiempo. Al principio, los anarquistas se inclinaban hacia la conmemoración y los socialistas hacia la celebración. Según el historiador y experto en sindicalismo argentino, Santiago Senén González, el que movió la balanza en nuestro país fue Perón. “Durante su primer y segundo gobierno se hizo un festejo hasta con un himno y desfiles”, cuenta, y pone el acento en la dignidad reparada: “El trabajador, al ver cumplidos muchos de sus reclamos, vio en el 1º de Mayo un día más bien festivo”. Luego de este período, sostiene Senén González, “se volvió, hasta hoy, a la conmemoración como lucha”.

Manifestación en contra de los despidos en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

Manifestación en contra de los despidos en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

En 1890, cuatro años después de la condena a los mártires de Chicago, en Buenos Aires se distribuyó un manifiesto que decía: “¡Trabajadores! Compañeras, compañeros: ¡Salud! ¡Viva el 1º de Mayo: día de fiesta obrera universal!”. Se trató de la primera conmemoración de la fecha en la Argentina, que incluyó un acto en el Prado Español, ubicado por entonces en la actual avenida Quintana, pleno Recoleta, entre Ayacucho y Junín. Allí se reunieron anarquistas y socialistas para debatir acerca del programa a seguir y su proceder práctico e inmediato. Al día siguiente, el diario La Nación ninguneaba la manifestación: “El hecho no puede tener gran importancia porque aquí ni hay cuestión obrera, ni subsisten las causas principales que le han dado importancia en Europa y los Estados Unidos”. Y la crónica del mitin terminaba consignando: “Habló primero un señor alemán. Enseguida hizo uso de la palabra un francés, luego tres italianos y un español. Había, en la reunión, muy pocos argentinos, de lo cual nos alegramos mucho”.

El manifiesto distribuido en nuestro país fue el de la Segunda Internacional, que se reunió en París en 1889, y en el que se leía: “No se mueven nuestros hermanos para obtener pingües aumentos de salarios, casi siempre inútiles porque se elevan después los artículos de primera necesidad, sino en demanda de que las ocho horas de producción no sean más que ocho”. Senén González explica que, en el primer punto de su documento, el congreso obrero pide “crear leyes protectoras y efectivas sobre el trabajo para todos los países con producción moderna. Para lograr eso, considera la organización de la clase obrera por todos los medios que sean posibles y también la manera de verificar las pretensiones para su emancipación”.

Hoy, a días de la represión contra los trabajadores de la educación frente al Congreso de la Nación y a menos de un mes del contundente paro general contra el Gobierno de Mauricio Macri, parece que para algunos no ha cambiado nada desde aquella infame condena a los mártires de Chicago. El 6 de abril último, por ejemplo, el diario de los Mitre publicaba una nota con esta bajada: “En una recorrida por el microcentro, se ven locales abiertos, taxis circulando y estacionamientos casi completos; testimonios de quienes decidieron no parar”. Al día siguiente, en la edición impresa, un artículo de opinión se titulaba: “Un paro flaco y tristón empujado por zurditos”.

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo (agosto 2016), en la que miles de personas marcharon para reclamar por la situación laboral.

Con el conflicto docente, el ministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas se apresuró a declarar que, ratificada la vigencia de la conciliación obligatoria, “las medidas de fuerza devienen entonces ilegales”. Ante la falta de respuestas, los maestros intentaron instalar la Escuela Itinerante frente al Congreso y allí  fueron reprimidos por las fuerzas policiales. “Nos llevaron esposados como si fuéramos unos terribles delincuentes”, relató Miguel Acuña, docente de la Escuela 19 del Bajo Flores. “Si no les gusta que nosotros nos manifestemos públicamente, que vayan y discutan con sus diputados en el Congreso y que se animen a modificar el artículo 14 bis que habla del derecho a la protesta y de nuestro derecho como trabajadores”, desafiaba Acuña en diálogo con ANCCOM.

“Los trabajadores saben que su rol es el del reclamo”, opina Senén González, “es parte integrante de la esencia del sindicalismo”. “Y deben seguir por la vía del reclamo en el Congreso -agrega-. Así el sistema se va erosionando y cambiando, por eso se obtienen las ocho horas, los convenios colectivos, y tantos otros beneficios”. Senén González es escéptico y realista: “El Palacio de Invierno ya cayó, la Bastilla no existe más, y la mejor arma es la que hizo famosa (Augusto Timoteo) Vandor: pegar y negocia.“El contexto sociohistórico del país lleva a reclamar y seguir reclamando. Esas son las reglas de juego, y por eso la lucha continúa y debe continuar”, concluye.

Cooperativa SUBPAGA (Subproductos Ganaderos Argentinos) de Berazategui.

 

Actualizada 26/04/2017