“¿Qué clase de sociedad somos que no cuestionamos que a una criatura la mata una bala?”

“¿Qué clase de sociedad somos que no cuestionamos que a una criatura la mata una bala?”

La mañana gris del domingo 18 de marzo se presentaba como el barrio: tímido, pero con ganas. Con deseos, con exigencias, de a poco, los y las vecinas de la Villa 21-24 y del barrio de Barracas se iban agrupando con los niños, las niñas, jóvenes y adolescentes que aguardaban en Iriarte y Montesquieu. Entre puestos callejeros de empanadas salteñas, se iban camuflando globos de todos los colores, se iba desplegando la bandera cabecera de lo que sería una jornada llena de sonrisas, de juego, de memoria y de rabia, traducida en acción.

No hizo falta esperar a que llegara el carrito con megáfono aportado por la Iglesia de Caacupé, para que se empezara a escuchar la canción con la que comenzó, y con la que finalizó, la Caravana por la Infancia Digna que recorrió los pasillos angostos del barrio, hasta llegar a la canchita donde juegan a diario ciento de chicos y chicas. Con un cielo que se despejaba al calor del encuentro, a las 15, los tambores y las voces gritaban: “Alerta. Alerta. Alerta que caminan/Los pibes y las pibas/Por los barrios de Argentina”

La imagen muestra a niños recorriendo los pasillos de una villa, en la Caravana por la Infancia Digna.

La Caravana por la Infancia Digna recorrió los pasillos de la Villa 21-24 y del barrio de Barracas.

Los y las vecinas se asomaban por sus ventanas atraídos por esa proclama que avisa enfurecida, desde abajo, que acá están, ellos son, los niños y las niñas que se movilizan para ejercer sus derechos, los y las que recuerdan a Cinthia Ayala, a Kevin Molina, a Facundo Ferreira y a todos los niños y jóvenes que fueron y son, alcanzados por la desidia del Estado.

Mientras avanza saludando e invitando a sus amigas del colegio a que se sumen, Lourdes, que está entrando en la preadolescencia, grafica no sólo los motivos que la movilizan, sino también una marca de época: “Infancia digna es tener los derechos de los niños, tener el derecho de poder salir a jugar sin temor a que se te caiga una bala perdida, o un secuestro”.

Cinthia Ayala estaba con otros amigos y amigas en la canchita de su barrio Tierra Amarilla, en la Villa 21-24, cuando en la noche del 28 de diciembre de 2014 se escucharon cuatro disparos, uno de los cuales impactó en el estómago de ella, una niña de 8 años, que no hacía otra cosa más jugar.

En muchos casos,  los asesinatos son posibles debido a un Estado (presente), que en los barrios sólo se deja ver en los patrulleros, las escopetas, los cacheos por portación de cara y el ninguneo. Por acción cuando la bala proviene de sus fuerzas represivas, o por omisión cuando la bala perdida proviene de una zona liberada por las fuerzas de seguridad, el abandono social del Estado también se expresa en sus políticas públicas: ¿cómo garantizar el derecho a la educación, con despidos de maestros y recortes de programas socioeducativos? ¿Cómo garantizar el derecho a la salud digna, si las ambulancias no entran a los barrios? ¿Cómo garantizar el derecho a la vivienda digna, cuando se vive sin red de cloaca, ni de gas y se inunda la casa cada vez que llueve? ¿Cómo garantizar el derecho a la identidad cuando la policía te para por llevar una gorra?

durante el Festival Caravana por la Infancia Digna, padres y niños reunidos. Se ven dos banderas que dicen "Ni una bala más, ni un/a pibx menos"

El abandono social del Estado está expresado en sus políticas públicas.

Desde la perspectiva de Gabriela Tozoroni, Secretaria Nacional de ATE para la Niñez, Adolescencia y Familia: “A nuestros pibes, el Estado en lugar de darle políticas públicas de protección, los mata por la nuca, los mata por la espalda y los criminaliza todos los días en sus barrios. En cada lugar donde nuestros pibes tienen que transitar una vida digna, se la hacen cada vez más indigna con la situación también que están atravesando hoy sus familias, con los modelos de ajuste, de represión, de desempleo, y donde en lugar de construir escuelas, seguimos invirtiendo en balas”.

Cinthia era un año menor a Kevin Molina, quien el 7 de septiembre del 2013 fue víctima de un enfrentamiento entre bandas que se disputan los territorios para sus negocios del narcotráfico y liberalización de zona por parte de las fuerzas de seguridad. El tiroteo de tres horas y media, que incluyó según la pericia del caso, 105 disparos, se llevó la vida del niño, que se resguardaba debajo de la mesa en su casa, en Zavaleta. Por este homicidio fueron imputados siete integrantes de las fuerzas de seguridad, por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, al haber desconocido los ocho avisos que entre las 8:25 y 9:02 AM realizaron los vecinos al 911 sobre los hechos que se estaban sucediendo: “Me encuentro justo en el lugar y negativo detonaciones”, fue la respuesta alrededor de las 9 de la mañana, de los agentes de Prefectura que estaban en funciones.

Media hora después, el llamado de los vecinos al 911 no sería ya por ayuda, sino por justicia: Kevin había sido impactado por una bala perdida. De los siete prefectos imputados, el Juzgado 14 sólo procesó a uno, el prefecto Daniel Stofd, jefe del primero de los dos móviles que habían llegado al lugar del tiroteo.

Imagen de un monton de niños sentados durante el Festival Caravana por la Infancia Digna

Ni un pibe menos

Este domingo, son tantas las ganas de celebrar el encuentro, que esos pequeños gigantes pasos hacen caso omiso a la recomendación de las personas mayores que acompañan, quienes piden “ir más despacio para ir todos juntos”. La columna de niños, niñas, jóvenes y adultos seguía sumando cada vez más entusiastas al recorrido, pero sobre todo al motivo de la jornada: recordar a las Cinthias, a los Kevin, a los Facundos, a todos los sueños despojados y traerlos de vuelta en cada sonrisa, en cada abrazo cargado de rabia, para endurecer la lucha, sin perder la ternura. Para que no haya ni una bala más, ni un pibe menos.

“Este festival no debería ser para recordar la ausencia de un chico; debería ser porque los chicos tienen derecho a jugar, a cantar, a ver una obra de títeres, a compartir un momento; y nosotros deberíamos compartirlo con ellos, porque para eso estamos y no para explicarles que falta un chico, una chica”, dirá más tarde, sobre el cierre de la actividad, Noemí Barreto, prima mayor de Cinthia.

La canchita, para cuando llegó la caravana a las cuatro de la tarde, ya estaba preparada con globos, banderines, equipo de sonido para los artistas que animarían el festival con sus historias, sus chistes y sus creaciones, que hacen al niño y niña ejercer el derecho de divertirse libremente. Unas imágenes pegadas sobre cartón, atadas a una reja, rezaban leyendas:

“No es lo mismo preguntarse, ¿qué vas a ser cuando seas grande? a ¿Qué vas a hacer cuando seas grande?” / “Infancia digna es conocer el calor de un abrazo” / “Infancia digna es una infancia libre y protegida” / “Para tod@s, todo”

 “Lo que nos preocupa fuertemente –aporta Tozoroni- es la mirada punitiva y la estigmatización que hace el Estado sobre la adolescencia y la juventud, criminalizando la pobreza, invirtiendo más en balas que en libros, impidiendo garantizar los derechos a los pibes”.

Imagen de niños, padres y madres, jugando en una cancha de basquet

En Barracas ya hay plazas que llevan los nombres de Kevin y de Cinthia. La primera en la manzana de Zavaleta donde vivía el niño, la segunda en Montesquieu y California, donde solía jugar Cinthia. Esos sitios son espacios recuperados por la comunidad que se organiza. Noemí, de cara a los pibes, a las pibas y al barrio, mientras caía la tarde, reflexionó: “Los chicos tienen derecho a ser chicos. A jugar, a tener espacios verdes. No porque falte un nene hacemos una plaza, y nos quedamos con eso y no pensamos en por qué nos falta ese nene. Y llenamos los barrios de plazas porque faltan chicos, y decimos que estamos ayudando a los chicos, para que jueguen, pero tuvo que morir un nene o nena para que esa plaza esté; los chicos tienen que jugar porque tienen que jugar, es su derecho, tienen que ir a la escuela porque ese es su derecho, tienen que recibir una ambulancia porque ese es su derecho, tienen que comer todos los días, porque ese es su derecho. ¿Qué clase de sociedad somos que no cuestionamos que a una criatura la mata una bala?”

La tarde iba cayendo cuando la murga empezó a sonar. Hombres, mujeres, niños y niñas con sus vestidos de tachuelas, silbatos y paraguas rojos y amarillos, ingresaban bailando, con una sonrisa de oreja a oreja, que se contagiaba en cada cara de la ronda. Por allí se la ve a Lourdes saltando, revoleando los brazos con sus amigas. Como en segunda fila de la ronda, se refleja en el rostro de Noemí una mueca de esperanza al ver en cada pibe que corre feliz, la certeza de que estos niños y niñas, sí se cuestionan que una bala mató a una criatura.

Imagen de un niño sonriendo y sosteniendo un pañuelo rojo que dice "infancia digna es..."

Un rally en sillas de ruedas

Un rally en sillas de ruedas

El sábado pasado se desarrolló la décimo segunda edición de Rallydad, el rally que busca visibilizar las barreras físicas a las que se enfrentan diariamente las personas con movilidad reducida en la Ciudad de Buenos Aires. El evento, organizado por la ONG Acceso Ya, invita a subirse a una silla de ruedas y realizar un breve circuito con el objetivo de ponerse en el lugar del otro. La travesía evidenció tanto los problemas urbanos para quienes tienen una discapacidad motriz como la impaciencia de los automovilistas. Baches, rampas mal hechas y negocios y escuelas que solo tienen escalones como forma de acceso fueron algunos de los hallazgos del recorrido.

Personas en sillas de ruedas, junto a acompañantes, en el d, recorrido en silla de ruedas anual de la fundacion Acceso YA

El Rallydad tiene el objetivo de visibilizar la problemática del acceso en personas con discapacidad o movilidad reducida.

Rallydad se realiza cada 17 de marzo, día en que se conmemora la promulgación de la Ley Nacional de Accesibilidad N° 24314. La norma,  tal como explicó Claudio Waisbord, fundador de Acceso Ya, “establece la obligación de que toda construcción nueva se realice en torno a estándares de accesibilidad”. Para él, usuario de silla de ruedas, “la accesibilidad es un problema específico, que coloca a los discapacitados fuera de la sociedad por razones que se pueden resolver fácilmente”.

Alrededor de las 16:30, sesenta participantes salieron de las inmediaciones de Avenida Córdoba y Uriburu, cruzaron hacia la Facultad de Ciencias Económicas, recorrieron dos cuadras hasta Riobamba y luego cruzaron Córdoba para ir por Ayacucho hasta Paraguay. La vuelta fue por Córdoba hasta el punto de origen en la Plaza Houssay. La elección del recorrido no fue aleatoria: los organizadores de Acceso Ya se encargaron de que en los metros recorridos quedaran plasmados cada uno de los reclamos que vienen sosteniendo hace más de diez años: “Elegimos este lugar porque tocábamos numerosas causas que tenemos con los subtes, con las escuelas públicas, con los locales comerciales…”, dijo Josefina Macías, coordinadora ejecutiva de la ONG.

Foto del presidente de la Fundacion Acceso YA en el Rallydad.

Claudio Waisbord, presidente de la Fundación Acceso Ya.

En el total del circuito, que representa cuatro cuadras, se identificaron baches, pozos, roturas, y hasta rampas mal hechas, “clásicos” obstáculos para las personas con discapacidad. Los participantes pasaron por cuatro instituciones educativas y sólo una de ellas, la escuela Alicia Moreau de Justo, contaba con rampa. Numerosos comercios, entre ellos un McDonald’s y un Freddo, solo tenían escalones para acceder a su interior.

Las barreras físicas no fueron las únicas a las que se enfrentaron los participantes. En el cruce de calles, tanto automovilistas como colectiveros dispararon bocinazos contra los transeúntes y hasta esgrimieron palabras desafortunadas. Tamara, una estudiante de Terapia Ocupacional que asistió al evento, contó cómo vivió el circuito usando silla de ruedas por primera vez: “Es muy laborioso avanzar debido a que las calles están muy rotas y en mal estado. Si tardás un poco en cruzar el semáforo los autos te tocan bocina”, dijo. La falta de empatía no sólo se evidencia en la impaciencia y el trato de la sociedad civil sino también en la negligencia y desinterés que manifiestan: “Los autos se estacionan delante de las rampas y si pedís que se muevan no tienen consideración”, dijo Tamara.

imagen de un papel amarillo que dice "No debe tapar una rampa, no olvide hacer el bien no cuesta tanto y hace mucho ya que usted no está excento/ta"

Acceso Ya busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con movilidad reducida y, a la vez, mejorar la calidad institucional de la sociedad.

Si algo pretendía Acceso Ya con este “rally” era demostrar los peligros diarios a los que se tienen que enfrentar quienes poseen algún tipo de limitación motriz. Eso quedó a la vista cuando una de las participantes estuvo a punto de sufrir un accidente tratando de atravesar un pozo en la esquina de Córdoba y Ayacucho. Mariel Tesler, abogada de Acceso Ya, contó: “La chica se fue para atrás y casi se mata porque la rampa está mal hecha y la calle tiene una pendiente.  En general, a esas rampas solo se las pinta de amarillo y no se toman el trabajo de arreglarlas. Eso es disfrazar el mal estado en el que está la ciudad”.

Y aunque la ciudad todavía presenta muchos obstáculos, Waisbord, fue optimista al resaltar que en sus treinta años en silla de ruedas pudo ver “enormes cambios” en materia de accesibilidad y esto lo demostró en la jornada del sábado con la noticia de una nueva lucha conquistada. El 5 de marzo pasado, el juez Roberto Gallardo resolvió una cautelar que obliga a Metrovías y Sbase a garantizar la accesibilidad mínima en un plazo menor a tres meses hasta tanto se hagan las obras definitivas. Según Mariel Tesler, ahora los subtes tendrán que “destinar personal de las empresas para asistir a las personas que requieran asistencia y colocar distintos tipos de dispositivos mecánicos para que puedan acceder a los servicios”. Waisbord, por su parte, cerró la jornada con optimismo: “Estos pequeños logros son justamente el sentido por el cual trabajamos: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con movilidad reducida y a la vez mejorar la calidad institucional de nuestra sociedad al poder involucrar a gente que no es discapacitada en esta defensa de los derechos ciudadanos.”

imagen de las personas que participaron del Rallydad cruzando una avenida por la senda peatonal.

El Rallydad se realiza todos los 17 de marzo, día en que se promulgó la Ley Nacional de Accesibilidad N° 24314.

imagen de una vereda rota, en el fondo se ve la gente que realizó el recorrido caminando y en sillas de ruedas.

Los subtes deberán destinar personal para asistir a las personas que requieran asistencia y colocar distintos tipos de dispositivos mecánicos que les permitan acceder a los servicios.

Ciencia que ladra

Ciencia que ladra

El pasado viernes 9 de marzo, a partir de las 9:30 de la mañana, se llevó a cabo una jornada de protesta en el Polo Científico y Tecnológico contra los recortes en el ingreso de investigadores al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y eliminación de becas posdoctorales, entre otros puntos. Las actividades incluyeron paneles sobre el estado de la ciencia con científicos y representantes del Frente de Izquierda y de Unidad Popular, performances de grupos artísticos y un tuitazo. Asimismo, las organizaciones sindicales mantuvieron una reunión con las autoridades del Ministerio  y del Directorio del CONICET para exigir una respuesta satisfactoria al conflicto.

El principal problema consiste en la reducción de ingresos a Carrera del Investigador Científico (CIC) para aquellas personas que resultaron doblemente recomendadas en las instancias de evaluación del organismo. “Yo hice toda mi carrera de posgrado financiado por el CONICET, terminé el doctorado en 2015 y me otorgaron la beca posdoctoral en 2016. Me presenté el año pasado a la convocatoria para el ingreso a carrera y soy una de las 411 personas que fueron doblemente recomendadas, es decir, que pasé la instancia de evaluación tanto de la Comisión Asesora como de la Junta pero por cuestiones presupuestarias el Directorio decidió denegarme el ingreso a carrera”, comentó Gabriel Bosquín, licenciado en Letras y doctor en Lingüística.

Concentración de trabajadores y becarios del Conicet ante el ajuste en el organismo.

“Lo que es importante recalcar es que lo que se están cortando son líneas de investigación con el ajuste de presupuesto, no es sólo un número sino qué es lo que se está restringiendo, no sólo es un ingreso o una fuente de trabajo sino que también es una forma de pensar el mundo”, agregó.

Julieta Haidar, becaria doctoral del CONICET e integrante de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), fue afectada por los recortes al no ver renovada su beca posdoctoral. “Formo parte de otro grupo, los llamados pendientes de evaluación, porque en septiembre el Congreso de la Nación sancionó una ley en la cual dice que ya no puede haber restricciones de edad para ingresar a carrera, que es lo que venía existiendo históricamente en el CONICET”,  declaró. “Entonces, el CONICET lo que hizo fue apartar a aquellos que teníamos más del límite de edad que se establece, que son 35 años, para ser evaluados con posterioridad, y somos otras 400 personas que aún no tenemos los resultados de nuestra evaluación para el ingreso a carrera. Hoy estamos con esta situación: 400 personas directamente expulsadas del organismo y otras 400 que no saben cuál va a ser su futuro laboral”.

Juan Ignacio Felice, becario posdoctoral en la Facultad de Medicina de La Plata, con una investigación en curso sobre mecanismos moleculares de la generación de arritmias cardíacas, también resultó perjudicado por los ajustes presupuestarios. “Esto implica un corte en todas las líneas de investigación y colaboración que yo había empezado, tanto con gente de Argentina como del exterior”, aclaró.

“También hay otra situación: CONICET no está pagando las licencias por maternidad a las compañeras que han tenido hijos durante el transcurso de las becas, mediante artilugios legales les están diciendo que como tendrán unas prórrogas en sus becas no les van a pagar los casi cien días de licencia que les corresponden”, agregó María Soledad García, antropóloga y arqueóloga. “Hay alrededor de 15 compañeras que están en esta situación”, dijo.

El Polo Científico Tecnológico en la calle Godoy Cruz.

Por otro lado, los afectados denuncian sufrir un estado de precarización laboral. “No estoy en planta permanente, no recibo un salario sino que recibo un estipendio, y no tengo todos los derechos de los trabajadores a pesar de que CONICET te pide exclusividad, es decir, que no podés tener otro trabajo, solo es compatible la beca con un cargo docente simple”, explicó Silvia Nassif, otra becaria doctoral damnificada. “Es muy tremendo, sobre todo para las Ciencias Sociales, porque cuando te quedás sin la beca te quedás sin nada, y muchos de nosotros somos docentes ad honorem”, redondeó.

Los científicos afectados dicen que las medidas de fuerza y las jornadas de protesta continuarán hasta tanto se salde el conflicto. Laura Romano, becaria doctoral del CONICET e integrante de la organización Becarios Empoderados, comentó a ANCCOM: “En principio vamos a permanecer movilizados, vamos a seguir haciendo actividades en el Polo Científico para darle visibilidad al conflicto. A principios de abril habrá otra reunión, así que seguramente iremos los distintos espacios para apoyar a los compañeros que participen de ella y haremos varias actividades allí, y después se está pensando en hacer una marcha más grande”.

“El feminismo es la profundización del modelo de igualdad que soñamos”

“El feminismo es la profundización del modelo de igualdad que soñamos”

Si bien en Argentina son la mitad de la población, su tasa de empleo sigue siendo más baja que la de los varones: 43,1% contra 66,3%. La Ley N° 25674, del año 2002, conocida como de “Cupo Sindical Femenino”, busca garantizar la presencia de mujeres en cargos electivos, como mínimo un 30%, y su participación en las comisiones negociadoras. Pero según un análisis reciente de organismos estatales, no hay mujeres en las comisiones directivas y solamente conducen el 18% de las secretarías, subsecretarías o prosecretarías, y de éstas el 74% serían de Igualdad, Género o Servicios Sociales de las organizaciones gremiales. El panorama es peor en la propia CGT –la única central con la que el Gobierno se sienta a discutir–, donde las mujeres representan apenas un 8%.

El último informe nacional sobre la situación de la mujer en el mundo del trabajo muestra una brecha salarial del 23,5% con los varones, que asciende a un 35% en el caso de las personas asalariadas no registradas. A esto hay que sumar el tiempo y las tareas dedicadas al hogar, no remunerados, que para las mujeres en Argentina son, en promedio, tres horas diarias más que la de los hombres. ANCCOM dialogó con Anna Jonquel, del gremio de canillitas, quien mantiene esta doble lucha tanto por sus condiciones laborales como por sus derechos de género en un rubro históricamente masculino.

Mujer amamantando a su hijo durante un manifestación.

Las asociaciones sindicales no cumplen con la Ley de Cupo Sindical Femenino que busca garantizar la presencia de mujeres en cargos electivos y su participación en las comisiones negociadoras.

Anna es universitaria, militante desde 2011 y canillita desde 2014. Hoy, junto con su cooperativa (fundada en 2001), se movilizará dentro de la Corriente Federal de los Trabajadores. “Uno de los aspectos que desarrollamos es transformar las relaciones laborales. Tenemos que trabajar de manera cooperativa ya que entendemos que es la forma de trabajo de toda actividad canillita y ámbitos de la vida”, explica.

Rememora la lucha de los canillitas luego del retorno de la democracia: “Cobramos un porcentaje de tapa. Como nos pasó a todos en el 2001, el trabajo fue flexibilizado. Nosotros pasamos del 40%, al 32% y, aunque parezca mentira, todavía aún hoy no lo pudimos recuperar”.

Anna subraya la influencia del Grupo Clarín y lo sucedido con Papel Prensa en la última dictadura cívico-militar: “Viene concentrando toda la actividad gráfica y de la comunicación y, claramente, luchar por un mayor porcentaje en estas condiciones hace que sea cada vez más complicado. Como cualquier empresa, quiere aumentar las ganancias, por lo que afectar las fuentes de trabajo es un método viable para ellos”, dice y resalta la importancia de organizarse en momentos coyunturales complejos para no sólo resistir, sino avanzar.

los brazos de una mujer tirando de una soga.

La lucha del rubro canillita por un porcentaje de tapa se dificulta por la concentración de la actividad gráfica y de la comunicación que tiene el Grupo Clarín.

Disiente con quienes ven en la tecnología la principal amenaza, sostiene que el problema central es el avasallamiento de Clarín y los puntos de venta: “Algo que no pudimos evitar fue que se vendan diarios en estaciones de servicio, farmacias y supermercados. Eso a nosotros nos mata porque perdemos clientes”. A pesar de esto, gracias a la lucha en CABA Y Gran Buenos Aires pudieron frenar la distribución de diarios por correo que quería hacer Clarín por suscripción.

El desempleo en otras áreas, según Anna, repercute en la actividad de los canillitas: “Una de las grandes dificultades que estamos teniendo ahora es que hay muchos barrios fabriles y `gracias´ al ajuste, todos los compañeros canillitas están cerrando. ¿Para qué van abrir si los trabajadores que antes pasaban por la zona a comprar el diario o la revista para el nene ya no van? El diario es uno de los consumos que se recortan”. Y denuncia que aumentar el precio del diario no es la solución, porque se pierden clientes. “Nosotros no tenemos convenio colectivo, así que no nos queda otra que salir a pelear por el porcentaje. Muchas de las distribuidoras quebraron y las compraron. La historia de AGR no está muy lejos de esto. ¿Qué es lo que sucede? Mediante los caminos de distribución, Clarín concentra y elige”.

una mujer tapandose el rostro con un pañuelo en el contexto de una movilización.

No hay un cupo de igualdad dentro del rubro de canillitas porque, al ser de herencia familiar, por lo general, son los hombres quienes toman el negocio.

Son aproximadamente 5 mil canillitas en Capital y Conurbano. Dentro de la cooperativa de Anna se organizan para hacer un recorrido semanal en donde salen hablar con sus otros compañeros. “La idea es organizar para ponerle un freno a esto. No te puedo decir ya la cantidad de compañeros que quedaron sin trabajo”, cuenta con tristeza.

En su cooperativa, solo el 8% son mujeres. “Al ser un rubro familiar que se va heredando, por lo general es el hombre el que toma el rol del negocio pero siempre con su compañera presente. Nosotros en la organización hablamos mucho, y concebimos que el feminismo es la profundización del modelo de igualdad que soñamos todos. Entendemos que no tenemos un cupo de igualdad pero en este momento nuestro eje está puesto en no dar un paso atrás. La comisión directiva puede dar decisiones orgánicas pero nosotros planteamos una centralidad dentro de la cooperativa. Todos realizamos un trabajo minucioso. La idea es construir herramientas políticas para que todos tengamos herramientas de discusión”.

mujer tapandose el rostro con una mascara y lleva colgada como una capa la bandera argentina

La movilización del 8M es fundamental para continuar deconstruyendo el machismo presente en las prácticas culturales, incluyendo la lengua.

Anna agrega que la cooperativa tiene una “pata territorial-barrial” y plantea que esos son los puntos que se deben ganar recordando las grandes huelgas del país. “Cuando vamos al barrio a bancar la olla o los abusos policiales, nos parece más que importante llevar adelante los bachilleratos populares ya que son batallas de ideas. Ahí nos damos cuenta que la presencia la tienen los hombres, porque son las compañeras mujeres las que se quedan al cuidado de los chicos, la casa y la comida. Intentamos romper justamente con eso, pero desde una manera que no vaya al choque. No podemos entrar en su casa, en su ámbito privado e imponer. La idea es compartir material y debate para la deconstrucción de todos y todas”.

Para Anna la movilización del 8M es más que fundamental para continuar deconstruyendo el machismo presente en las prácticas culturales, incluyendo la lengua. “Es lógico que reaccionemos primero con todo lo que vivimos. Nosotras vivimos doblemente la explotación como mujeres en estos contextos. Lo que vivimos para decidir parar… por favor. Y la verdad es que sin el aval de la CGT no es una batalla ganada”, resalta e insiste en que el cupo femenino no es estratégico, sino que hay que transformar los sindicatos: “Ya no podemos seguir hablando de una democracia representativa, sino una democracia participativa”, concluye.

 

El ajuste educativo de Vidal alcanza a toda la provincia

El ajuste educativo de Vidal alcanza a toda la provincia

Los niños y niñas que asistían al jardín de infantes de la Escuela Nº 42 de la ciudad de Chacabuco, que el gobierno de María Eugenia Vidal decidió cerrar, ahora deberán viajar 16 kilómetros todos los días por la Ruta Nacional Nº 7, la tercera más peligrosa del país por cantidad de accidentes según el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), para continuar su escolarización. Y en la misma localidad hay otros tres establecimientos en vilo, la Escuela Nº 28, la Nº 38 y la Nº 47.

La situación se repite en toda la provincia. Unos 500 kilómetros al sur, los chicos de La Josefina, Claudio Molina y Lincalel, tres parajes pertenecientes al partido de Tres Arroyos, ante el cierre de los jardines rurales a los que iban, tendrán que hacer cerca de 15 kilómetros para concurrir a la escuela más cercana.

“Son todas medidas de apuro, sin planificación y contradictorias porque hablan de ´reubicación´ pero el Estado no está pagando el transporte escolar, por lo tanto estos chicos no tienen forma de llegar a esos colegios para poder iniciar sus clases”, afirma el diputado provincial por el Frente Renovador, Pablo Garate.

Desde el Estado aducen que es conveniente para estos alumnos en su proceso de sociabilización integrarse en aulas con más compañeros pero, tal como explica Evelyn Fernández, docente del nivel inicial de Estación Claudio Molina, “al niño que se le cierran las puertas los padres no pueden enviarlo a otra escuela, por lo tanto ese niño queda en su casa, en el campo, solo y sin interacción con otros y va a entrar a un primario sin haber pasado por el jardín”.

Evelyn, que lleva 15 años de maestra en escuelas rurales, cuenta que muchas veces ocurrió que asistiera a clase un único alumno. “Pero jamás escuché que luego ese chico haya tenido inconvenientes para sociabilizar con otros cuando comenzó el primario o secundario en las zonas urbanas”, subraya. “El argumento del gobierno es que hay pocos inscriptos pero la realidad es que son escuelas rurales y poblaciones chicas, siempre son pocos alumnos”, sostiene el diputado Garate.

Mateo hoy tiene 24 años y recuerda sus pasos por el jardín y la primaria de la Escuela Rural Nº 46: “Generabas vínculos estrechos y profundos con los ocho compañeritos que tenía, de distintas edades y donde aprender daba gusto porque al ser menos la maestra podía volver a explicar los conceptos si era necesario o avanzar más rápido sin tener que amoldarse a un número grande de alumnos”, relata.

El ajuste educativo en la provincia incluye la fusión de cursos, como sucede en el Balneario Reta, a 79 kilómetros de Tres Arroyos, y también en la Escuela Primaria Nº 13 de Castilla, partido de Chacabuco, en la que se unifican tres grados en uno.

“Esto plantea un retroceso, ir a clases con chicos de distintas edades y desarrollos madurativos diferentes no es pedagógico”, opina Hugo Hernán Moro, ex concejal chacabuquense. Es la única escuela del pueblo y algunas familias ya están buscando alternativas para mudarse a las ciudades vecinas en vista de esta situación. De todas formas, siguen peleando, y esta semana la comunidad entera se reunió en un abrazo simbólico en defensa del colegio y de la enseñanza pública.

En el partido lindero de Chivilcoy, la Gobernación decidió cerrar las escuelas Nº 26 y 16 y el Jardín de Infantes 915 de la pequeña localidad de Emilio Ayarza. También la Escuela para Adultos de Moquehuá. Los argumentos fueron los mismos. “Todo parte por entender la educación como un gasto y no como una inversión; es ajuste sobre la educación, ni más ni menos, cuando a la educación hay que abrirla no cerrarla. Además de no tener en cuenta lo que implica para estos chicos sacarlos de su ámbito”, remarca Garate.

“Se toman medidas atrás de un escritorio sin conocer la realidad de cada localidad. A nosotros nos costó mucho conseguir la infraestructura y nos rehusamos a perderla”, se queja Néstor Castro, docente del CENS Nº 451 de Educación para Adultos de Claromecó, balneario con 3.000 habitantes también perteneciente a Tres Arroyos. El mismo día en que se abría la inscripción al primer año les informaron que la escuela se cerraba a nuevas personas “por falta de inscriptos”, cuando en realidad se abrió y se cerró casi simultáneamente.

Toda la comunidad se plantó ante la medida y abrieron la inscripción de todas formas para demostrar a las autoridades que lo que estaban diciendo no coincidía con las necesidades educativas del lugar y hoy ya tienen 21 inscriptos. Aun así, siguen en la incertidumbre porque el gobierno todavía no revirtió su decisión. “No todos tienen la posibilidad de viajar a Tres Arroyos para terminar su secundario y nadie nos garantiza que las condiciones de traslado estén dadas para realizar ese viaje de 70 kilómetros todos los días”, destaca Néstor.

Un cuadro similar se da no muy lejos, en Indio Rico, un pueblo de 1.000 habitantes perteneciente al partido de Coronel Pringles. Allí se decidió el cierre del CENS Nº 2511. “Esto es totalmente ilegal, incumplen la Ley 13688 de Educación Provincial y cambian las reglas del juego constantemente”, denuncia la docente Sandra Pandeles, y agrega: “Nos dicen que no nos preocupemos por nuestros puestos de trabajo porque los docentes vamos a pasar a formar parte de otro programa de formación pero lo que nosotros queremos es que no cierren la institución que cuenta con la misma cantidad de matriculados desde que se inauguró”.

Los bachilleratos para adultos de varias ciudades bonaerenses también cayeron “en la volteada”, como en González Chaves, que cuenta con una escuela secundaria para adultos para una población de 8.000 habitantes, y al que se le pretende modificar la modalidad. “Es un bachillerato en el que se hace un seguimiento muy minucioso de los adultos que ingresan con dificultades para adaptarse al sistema educativo y luego se los capacita para que continúen sus estudios en un nivel terciario. Hoy se quiere cambiar por módulos, lo cual implica pasar a un nivel de calidad muy inferior al anterior, donde tampoco se garantiza la continuidad laboral de sus trabajadores”, asegura Carlos Alberto Pérez, docente del establecimiento.