Abr 11, 2018 | Culturas, Novedades
Ni un museo, ni un centro cultural. El lugar elegido por la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo para exponer Medios, Iglesia y Ceguera, del artista plástico argentino León Ferrari es la redacción del diario Tiempo Argentino, medio que funciona de manera cooperativa y que fue recuperado por sus trabajadores. De martes a jueves entre las 15 y las 19 se puede ver la exposición, al menos hasta mediados de abril, según los organizadores.
Son las 17 y la redacción de Tiempo Argentino está a full. Tipeo, risas, discusiones, concentración y más tipeo es lo que se percibe al entrar por la calle México. Lo primero que detiene al visitante no es el recorte del diario Clarín, de 1997 -parte de la muestra-, titulado “El líder mezclaba la biblia con la ficción”, sino, el cartel de abajo, que dice, grande y en negrita: “Se puede tocar”. Y esa fue un poco la idea de los organizadores. “A veces les tenemos que pedir nosotros que nos molesten”, cuenta Federico Amigo, Secretario de Redacción del diario.

Mientras los trabajadores de Tiempo Argentino realizan sus tareas se expone la muestra Medios, Iglesia y Ceguera.
La mayor parte de la obra está expuesta sobre una pared, al lado de donde trabajan los periodistas. Para pasar tienen que pedirle permiso a gente que está trabajando. “Pasa tranquilo”, dice el periodista Alejandro Wall.
La primera parte de la muestra es un recorte de la obra “Nosotros no sabíamos” que expone distintos artículos periodísticos de 1976 donde se tomaban a los crímenes del Estado como temas policiales. “Son las noticias que lograron pasar el tamiz de la censura, o que dejaron pasar como mensaje del terror. Si bien están lejos de abarcar todos los crímenes cometidos por nuestras Fuerzas Armadas, dan una idea del clima que vivía la población y del grado de conocimiento que tenían quienes justificaban con un por `algo será´, expresión que luego de los juicios reemplazaron por ´Nosotros no sabíamos´”, explicó el autor en 1992. En 1976 Ferrari se exilió a Brasil y el 27 de febrero de 1977 su hijo desapareció.

La sección «Nosotros no sabíamos» repasa los artículos policiales durante la dictadura.
Hacia el fondo de la redacción se encuentra una serie de gigantografías que llevan titulares del diario del Vaticano intervenido por la Iglesia Católica, L’Osservatore Romano, entre diciembre de 2000 y febrero de 2001. Algunas de las portadas dicen “El perdón y la reconciliación son imprescindibles para una auténtica renovación personal y social”. El papa Juan Pablo II dijo esa frase, Ferrari le pidió entonces que anule la inmortalidad y el Juicio Final a través de una carta el 24 de diciembre de 1997. La carta no fue respondida y algunos años después fue reenviada.
Al fondo de la redacción aparece un collage enorme que ocupa casi toda una pared. Se trata de un fondo blanco con alguna cursiva negra, roja y verde, a la que cuesta leerla, y distintos recortes de diarios que cuentan del conflicto bélico de Medio Oriente.

En la zona de fotomontajes se encuentra un retrato de Hitler intervenido con la imagen de Videla dentro de la Casa Rosada.
Antes de salir de la redacción, si se mira a espaldas del que atiende en la mesa de entrada, se encuentra con distintos fotomontajes que el autor realizó en las últimas épocas de su carrera. Los más impactantes son el titular de un diario qué pide por los desaparecidos y de fondo se ve el Palacio de Tribunales, una nota de un diario de la que solo se lee un titular que habla de Juan Pablo II y todo lo demás está tapado con el envoltorio de los preservativos Prime. Y por último, se exhibe el fotomontaje con la cara de Hitler, y dentro de su boca está la Casa Rosada y dentro está Videla, el ex presidente durante la dictadura, una suerte de mamushka de genocidas.
La muestra, de entrada gratuita, está disponible de martes a jueves de 14 a 19 en México 437.

Mar 28, 2018 | Géneros, Novedades
El lunes 26 se realizó la tercera audiencia del juicio por travesticidio de Diana Sacayán. El primer testimonio fue de Roberto Cohen, el médico forense que realizó la autopsia de el 14 de octubre de 2015. Luego de contar que no conocía ni a Marino -el acusado- ni a Diana -la víctima- pasó a explicar al tribunal los tres tipos de lesiones halladas, excoriativas y equimóticas, que están vinculadas a golpes o choques contra objetos duros, lesiones por ataduras en las manos y lesiones por arma blanca. Según el médico, dos de ellas fueron mortales y le comprometieron el hígado y la vesícula lo que le provocó una hemorragia interna. Según el forense, Sacayán pudo haber tenido unos diez minutos aproximadamente de sobrevida, aunque en estado de indefensión por los golpes.

Mientras escuchaba el testimonio, Gabriel Marino, el acusado, se pasaba las manos por la cara, se recostaba en la silla, luego apoyaba los brazos sobre la mesa y por momentos cerraba los ojos como si durmiera.
Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal especializada en violencia contra las mujeres y LGBT y que participa junto a la Fiscalía en el juicio, preguntó:
-¿Alguna vez tuvo que realizar una autopsia a una mujer trans?
-Muchas veces- respondió el forense.
-¿Podría decir alguna especificidad?
-La multiplicidad de lesiones. Pero es algo que también vi en las autopsias de la niña Ángeles Rawson y Wanda Taddei.
Para finalizar el testimonio del médico, uno de los jueces, Julio César Báez, le preguntó:
-¿Considera que las múltiples lesiones se relacionan con la ferocidad del crimen?
-Si le llama ferocidad a la multiplicidad de lesiones, debo decirle que sí.
Al terminar la declaración del forense, el acusado pidió retirarse. “Se siente mal”, dijo su defensor, Lucas Tasssara, solicitando si podía seguir la audiencia sin estar presente. A lo que el tribunal accedió.
Verónica, activista, amiga de Diana y quien le manejaba la agenda fue la segunda en dar testimonio.
El Juez Báez le preguntó: “¿Conoce a Gabriel Marino?”.
-Sí, pero no con ese nombre.
Verónica contó que la última vez que vio a Diana fue el sábado anterior a su muerte. “Nos encontramos en la puerta de la estación del tren en Laferrere. Nuestro encuentro fue para darle dinero para comprar unas tablet o computadoras” . La suma del dinero era de 20 mil pesos, y fue robada de la casa de Diana después de asesinarla.

Verónica recordó la vez que junto a Diana iban camino a La Plata, donde se trataba el tema de cupo laboral trans. “Estábamos en una parada esperando el colectivo, sobre la avenida 9 de Julio, cerca del Ministerio de Salud y un masculino insultó a Diana. Intervino la Metropolitana, hicieron todo un operativo y fuimos reprimidos. A Diana le ‘amarrocaron’ las manos, la tiraron al piso, se burlaban y le pisaban las muñecas. Diana les explicaba que trabajaba en la defensa de derechos humanos en el INADI. Los policías le decían que ellos eran la autoridad y no la dejaban sentarse. Y todo eso por cuatro travestis, un chico y yo. Diana y el compañero del INADI terminaron detenidos.”
“¿Cuáles fueron las consecuencias de la muerte de Diana?”, preguntó el Tribunal.
-Diana era la que daba la fuerza en toda esta lucha. Era combativa. Hay miedo a la vulnerabilidad.Con Diana muerta ya no iba a haber quién te sacaba de la comisaría, hacer un escrito, poner una demanda.
-¿A qué se refiere con la muerte de Diana?
-Las personas del colectivo son más vulneradas a ser violentadas-, respondió Verónica.
Otra testigo fue Amaranta Gómez Regalado, activista y antropóloga, de trayectoria internacional, que fue convocada como testigo experta por la querella de la familia de Diana.
Gómez habló de lo trans: “Una categoría nueva. Desde mi punto de vista y por los trabajos que se han hecho, es una categoría política que permite visibilizar las necesidades de la población travesti, transgénero y transexual. Transitar los géneros. Jugar con la biología que no se conforma haber nacido femenino o masculino”.
La antropóloga dijo ante el tribunal que un cuerpo travesti es una ciudadanía. Pero que en la mayoría de los países de América Latina no reconocen esto. “Aquí hubo avances y ha costado mucho trabajo. Pero por más legislación que exista, el reto está en el cambio del chip cultural, porque el cuerpo travesti rompe un binal, no es femenino ni masculino, es otro, se autoconstruye”.

La activista habló de las muertes como “el destino final de las personas travestis”. Y destacó la saña de esos crímenes. Los analizó, como hace Judith Butler, desde una doble negación del victimario: la del cuerpo travesti y la del deseo de ese cuerpo. Además de contar que la esperanza de vida de las personas trans es de 32 a 40 años.
El encuentro se llevó a cabo desde las 11 y finalizó a las 17. La última en declarar fue una amiga de la escuela en Laferrere y compañera de militancia de Diana. “Nos refugiábamos en la cocina de la escuela porque recibíamos mucho acoso, mucha burla en los recreos y allí planificábamos y tejíamos. Tendríamos 19 años. Ella siempre fue muy batalladora. Después participamos de las mismas organizaciones y proyectos. Diana siempre quiso seguir estudiando y hacer una carrera política”, describió.
Cuando se enteró de su asesinato, entró en shock. “Fui directo a declarar a la Fiscalía. Por muchos meses, no pude volver a dormir. Tenía miedo. A mí ya me habían intentado asesinar en la puerta de mi casa y fue muy difícil que los jueces me escucharan. Nosotras también tenemos derechos y garantías. Vivimos expuestas a la discriminación y violencia”.
Afuera, las militantes mantenían su ejercicio de soporte y reclamos de justicia. Nora Cortiñas dio ánimos con su presencia.
La próxima audiencia tendrá lugar el 9 de abril.
Mar 25, 2018 | DDHH, Novedades, Te puede interesar
Con una Plaza de Mayo colmada en su mayor parte por ciudadanos autoconvocados, se celebró ayer el acto central por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. A las 16.30, con la lectura de un documento que duró aproximadamente una hora, los organismos de derechos humanos recordaron a los 30 mil desaparecidos, volvieron a denunciar el plan sistemático de desaparición de personas y la complicidad civil y subrayaron el “retroceso en las conquistas de los derechos humanos” durante el gobierno de Mauricio Macri. “Cuando hay voluntad política los Derechos Humanos puede ser política de Estado”, enfatizó la presidenta de Abuelas de Mayo, Estela de Carlotto.

Sobre el boulevard de la calle Carlos Pellegrini, Elsa Lombardo va y viene, corretea por ahí con su nieta Micaela bajo una pequeña arboleda que oxigena la avenida 9 de Julio. Juegan. Ríen. Después de un rato se sienta en un banco, con la respiración un poco agitada recuerda: “Yo trato de reírme todo el tiempo, pero estuve en el infierno”.
Elsa fue secuestrada la noche del 28 de julio de 1978 en la casa en que vivía con sus compañeros Enrique Ghezan, Isabel Fernández Blanco y su bebé de 40 días, en Munro. La brigada operativa de El Olimpo, un centro clandestino de detención, la secuestró cuando cocinaba polenta con chorizos. “Una vez que me tuvieron reducida se comieron la comida, se iban turnando”, recuerda.
A casi 40 años de su peor pesadilla, ofrece un taller literario en ese mismo lugar. “A mí me costó mucho volver al Olimpo, empecé a ir de a poco hasta que en un momento se me ocurrió dar un taller literario, y me dijeron: un solo día no, los talleres son de marzo a noviembre. Y así empecé a ir”. Algo emocionada, confiesa estremecerse cada vez que entra, “pero cuando estoy ahí digo: `Acá estoy compañeros, acá estoy´”.
Abrazo, lágrimas, sonrisas, familias y cánticos acompañaron al colectivo Historias Desobedientes y con Faltas de Ortografía, integrado por hijos y nietos de represores que condenan los crímenes realizados durante la dictadura por sus propios padres. Fue su primera movilización como colectivo un 24 de marzo. El grupo tiene menos de un año, se fundó después del fallo judicial que habilitó -temporalmente- la aplicación del 2×1 para los crímenes de lesa humanidad.
En la intersección de Lima y Avenida de Mayo, la directora del documental La guardería, Virginia Croatto, toma mate, charla y se ríe como una ciudadana más que va a la Plaza de Mayo a pedir Memoria, Verdad y Justicia. “Lo que más me atrapó era ver cómo nos afectaba a los niños lo que estaba pasando”. El documental muestra el exilio de los hijos de los militantes en Cuba, del cual Croatto fue parte. “Creíamos que teníamos un tío que iba a hacer aparecer a todos nuestros familiares que habían desaparecido”.
Las noticias que llegaban al país caribeño no eran las mejores y tener que contárselas a un niño no era una tarea sencilla. “Cada vez que había que contarle a un chico que un familiar se había muerto, se esperaba a que venga otro familiar a darle la noticia, había mucho respeto en ese sentido”. No obstante, el espíritu de la niñez seguía latente en la guardería: “Nosotros mismos convertimos la información que nos daban los grandes en relatos infantiles. A nuestra manera entendíamos la revolución y los ideales de nuestros padres. Igualmente, sabíamos que estaban desaparecidos, pero creíamos que iba a aparecer, que iban a volver”.
La principal noticia de la mañana del sábado fue la liberación del ex secretario de legal y técnica de Cristina Fernández de Kirchner, Carlos Zannini y del dirigente Luis D’Elía. ANCCOM habló con él en medio de la marcha: “No pasé por mi casa, del penal me vine directo para acá”, cuenta el dirigente que aún permanece imputado en la causa del memorándum con Irán. Sobre esa causa afirmó: “Está herida de muerte”.
Horacio Pietragalla, hijo de desaparecidos y diputado nacional habló de una mezcla de sensaciones: “Nos levantamos alegres con la libertad de Zannini y D’Elía, pero a la vez te pones triste por tener que festejar la liberación de dos compañeros mientras hoy hay un gobierno que está haciendo pura política de retroceso en Derechos Humanos, discutiendo si los genocidas tienen que estar en cárcel común, en domiciliarias como pretende el ejecutivo”.
Los momentos más eufóricos del discurso de los organismos de Derechos Humanos fueron cuando se repasaron las medidas del gobierno y la justicia. “Le reiteramos al gobierno que no permitiremos ni un retroceso en memoria, verdad y justicia. Ni un paso atrás ni un genocida suelto”, enfatizó Carlotto y Nora Cortiñas, de Madres Línea fundadora, llenó de aplausos la Plaza de Mayo cuando pidió por “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.
Hacé click en la fotogalería y mirá los dípticos de la memoria realizados por ANCCOM:
Mar 23, 2018 | Géneros
La segunda audiencia del juicio por el travesticidio de Diana Sacayán tuvo su eco de reclamos por fuera de Tribunales, frente al edificio cuya entrada principal había sido totalmente vallada. Artistas como Susi Shock y Sudor Marika, militantes travestis, la radio del colectivo LGTBI, defensores de derechos humanos y diferentes agrupaciones sociales acompañaron a la familia de Sacayán mientras aguardaban el desarrollo de la audiencia.
Con la voz en alto y aplausos, la furia travesti se pronunció: “¡Señor, señora! / No sea indiferente /se mata a las travestis /en la cara de la gente.”

El grito de justicia se hizo escuchar en las cercanías del Tribunal Oral N° 4.
Dentro, comenzaba el segundo día del juicio oral frente al Tribunal Oral 4, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez.
Para esta segunda audiencia fueron citados trece testigos; además de Sasha, el hermano de Diana. Su testimonio fue el más extenso, de alrededor de una hora y media. Sasha dio un perfil de Diana como militante, luchadora y figura del movimiento travesti. A una pregunta del juez Báez, Sasha Sacayán subrayó la ausencia de Diana al sostener que era una figura irreemplazable para el movimiento en Argentina y el mundo. Y argumentó sobre la necesidad de que se calificara el delito como “travesticidio y crimen de odio”.
Luciana Sánchez, abogada de la familia, sostuvo que “el Tribunal tiene la voluntad de entender realmente qué estaba pasando, qué pasaba, cómo estaba Diana en ese momento y qué tipo de vínculo se había generado entre Diana y Marino concretamente”.

Sasha argumentó que la figura de su hermana Diana es irreemplazable para el movimiento en Argentina.
También declaró, entre otros, el vigilante del edificio de la víctima, Leonardo Gabriel Vázquez, quien contó que vio a Diana, por última vez, el sábado 11 de octubre, cuando bajó a abrirles la puerta a dos hombres, a las 20.30 y a las 22.30, pero que jamás los vio salir. Vázquez señaló que de esos hombres, el último en llegar, fue “el señor”, dijo, y apuntó al acusado sentado a pocos metros, Gabriel David Marino.
Mariano Gabriel Martínez, vecino, conocía a Diana “de los pasillos del edificio. Vivía en el piso de abajo, justo debajo de su departamento”. En la declaración contó que en la madrugada del sábado al domingo, estaba durmiendo cuando “un golpe fuerte y seco lo despertó. Miré la hora en el conversor de la tele: eran las 3”. A la mañana siguiente “le pregunté a Gabi, el vigilador, si él había oído algo, pero me dijo que no”.
La dueña del departamento que Diana alquilaba sobre la calle Rivadavia, donde la mataron, recibió un llamado del encargado del edificio diciéndole que hacía unos días que no veía a Diana y había notado que la puerta del departamento estaba sin cerrar, con el marco apoyado.
La propietaria empujó la puerta de entrada y encontró “muchas cosas rotas”. La puerta del dormitorio estaba cerrada. “Golpeé, abrí, era un caos. Un colchón ocupaba todo y parecía estar tapando algo abajo. Los muebles estaban corridos de lugar, desquiciados. La parrilla de la cama estaba contra la pared. Había manchas de sangre y vidrios rotos por todos lados. Era como que habían hecho una montaña de cosas”. Decidió salir y llamar al 911.
Martín Ariel Maldonado, en el momento del crimen era jefe de Judiciales de la comisaría 38 de Ciudad de Buenos Aires. “El móvil (policial) tomó intervención ante el conocimiento de un hecho de sangre y los jefes dan una mano en el lugar. Así me acerqué al departamento. Observé la escena para poner en conocimiento al juzgado. La puerta del departamento estaba semiabierta. Era un departamento normal, pero la habitación estaba como toda desarmada. No se podía entrar, pero se alcanzaba a ver un colchón, que ocupaba casi toda la habitación, y debajo de él, un cuerpo, aunque no se lo veía entero. Había manchas de sangre en el piso y las paredes”.

Militantes de diferentes organizaciones sociales acompañaron a la familia Sacayán en la segunda audiencia.
Cerca de las cinco de la tarde cerró la audiencia. La próxima será el lunes 26 de marzo, en el que habrá otra tanda de testimonios.
En la sala, además de los testimoniantes y los jueces, estuvieron presentes el representante del Ministerio Público Fiscal, Ariel Yapur; miembros del Instituto Argentino contra la Discriminación y la Xenofobia (INADI), cuya querella encabeza Juan Kassargian; y Luciana Sánchez, abogada de la familia Sacayán.
El INADI, por primera vez en su historia, se convirtió en querellante de una causa judicial a raíz de que Amancay Diana Sacayán, trabajaba en ese organismo.
David Gabriel Marino es el único acusado por “homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediando violencia de género, por odio a la identidad de género y con alevosía y robo”. Vestía la misma ropa que el lunes pasado: jeans azules, zapatillas y un saco de lana con cuello alto color crema. La misma mirada entrecerrada y fija, además de la cabeza baja cuando entro a la sala en custodia de dos policías.

El reclamo de justicia no sólo tuvo el apoyo de organizaciones sociales sino también de artistas como Susy Shock.
Mar 17, 2018 | Noticias en imágenes, Novedades
La tristeza no tiene fin tampoco en la Argentina. En la tarde del jueves 15 de marzo, un nutrido grupo de brasileños y argentinos realizó una vigilia en el Obelisco en homenaje a Marielle Franco, la concejala del Partido Socialismo y Libertad PSOL) y militante feminista acribillada en la noche del miércoles en Río de Janeiro.

La concejala afrodescendiente había hecho reiteradas críticas a la intervención militar en Río de Janeiro decretada por el presidente Michel Temer y desde hace dos semanas era la relatora de la comisión responsable de fiscalizar la actuación de de las fuerzas armadas. La semana pasada también había denunciado públicamente la acción violenta de la policía en el barrio de Acari.
En una ronda de palabras, los manifestantes llamaron a continuar su lucha e interpelaron a las personas blancas a asumir un compromiso en la lucha contra el racismo, que aparece hasta en las situaciones más cotidianas.