No a la UNICABA

No a la UNICABA

Foto Archivo ANCCOM: La marcha por el No al UNICABA, en mayo de este año.

El proyecto impulsado por el Gobierno de la Ciudad pretende desmantelar prácticas profesionales y pone en riesgo las fuentes de trabajo.

Mirá el video de ANCCOM con imágenes de algunos de los 29 Institutos y Escuelas que están en riesgo:

 

 

La ola de despidos llegó a Radio Del Plata

La ola de despidos llegó a Radio Del Plata

Reclamo salarial de los trabajadores de Radio Del Plata. ARCHIVO: 19/07/2017.

Más de 50 trabajadores fueron despedidos de radio Del Plata, luego de que finalizara el período de conciliación obligatoria con el Grupo Electroingeniería, propietario de la emisora. El viernes último, al intentar ingresar a su lugar de trabajo, los cesanteados se encontraron en una lista y con el personal de seguridad que les prohibió el ingreso al edificio.

Los trabajadores de prensa continúan en una situación de crisis que parece agravarse cada vez más, en un contexto de despidos masivos tanto en el ámbito privado como en el público. Días antes nomás, la agencia estatal de noticias TÉLAM había despedido a 357 trabajadores. Ahora fue el turno de Radio Del Plata, que tras meses de espera y conflicto, la situación culminó con la desvinculación de más de 50 empleados, quienes constituyen el 45 por ciento del personal de la empresa.

“Entre los despedidos hay productores, operadores y columnistas”, comenta Andrea Landi, locutora de la radio. Si bien ella no fue despedida, se solidariza con sus compañeros y compañeras. “En estos momentos la situación es de paro total. Los despedidos fueron citados en un estudio de abogados para ‘negociar’ su propia indemnización, algo totalmente fuera de la ley. Nos adeudan casi cuatro meses de salario, no se realizan aportes y, desde hace dos meses, cobramos el 12,5 por ciento del salario por semana”, agrega Landi.

Esta vez, fueron más de 50 los despedidos.

Si bien el conflicto data de hace un tiempo, la empresa despidió en mayo pasado a 12 personas. El pasado 29 de mayo, el Ministerio de Trabajo dictó un período de concliciación obligatoria tras el cual, la empresa desvinculó a otros 38 trabajadores.

En diálogo con ANCCOM, Marcela Ojeda, columnista de Radio Del Plata, describe: “Trabajo en Del Plata desde hace 14 años. Hasta hace tres años era cronista los sábados, pero lentamente, aunque de manera predecible, dejaron de pagar taxis para poder movilizarnos, e incluso ya no querían pagar horas extras a los choferes de los móviles”. Ojeda explica cómo la empresa fue armando el escenario que concluyó en su despido: “Durante varios meses, y ante este look out patronal, fui a cumplir horario sin funciones. No se me permitía hacer mi trabajo. Ante esta realidad decidí plantear que quería que se me reubique o que vean la forma de darme tareas. Durante el último año hice una columna de género todos los martes en “La Tarde Del Plata”. Esto fue aceptado y coordinado por un gerente de programación. Hasta hace un mes que me llegó la carta documento despidiéndome con causa, de manera mentirosa y perversa, inventaron el motivo”.

Por su parte, Juan Francisco Sala, operador técnico de la radio, sostiene que “si bien ya hubo conciliación obligatoria, a los trabajadores se los volvió a echar. En un primer momento habían sido 12, después hace un mes, a otros 30, y gracias a que se dictó la conciliación fuimos reincorporados. Pero después me volvieron a echar. A excepción de un par de compañeros que no volvieron a desvincular, después echaron a todos y sumaron ocho más, o sea se fueron 38. En total, son 50 con los 12 anteriores. No hay ninguna chance de reincorporación, y lo más grave de todo es que tampoco nos aseguran la indemnización en tiempo y forma”. Y agrega: “La radio quiere hacer un ajuste, un vaciamiento, ya sea para terminar de mandarla a la quiebra o para venderla mucho más barata”.

El cordón policial en una protesta en julio del año pasado, convocada por los trabajadores por reclamos salariales.

Hasta el momento, los trabajadores de prensa se encuentran realizando un paro indeterminado y denuncian que “Radio Del Plata despide pero no indemniza”. A ello se suma la deuda del pago de salarios y la falta de aportes jubilatorios y de obra social. En un comunicado de prensa, los trabajadores de Del Plata repudian el despido a sus compañeros, al tiempo que responsabilizan a Osvaldo y Santiago Acosta, y a Gerardo y Sebastián Ferreyra, dueños de la empresa Electroingeniería, por las deudas. Por otra parte, consideraron que dichas maniobras son un ataque directo a la libertad de expresión y al derecho a la información.

Por su parte, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) sigue el conflicto de cerca y se suma al repudio por los despidos, tanto en Radio Del Plata, como en la Agencia Télam. “Denunciamos el ataque al libre ejercicio del periodismo, en sus dos expresiones más recientes: primero, en el vaciamiento y los despidos arbitrarios e ilegales en la agencia Télam, seguido por más de 50 despidos en Radio Del Plata. Hay tres mil periodistas menos en todo el país. Menos periodistas, menos información y menos libertad de expresión”, sostienen desde el sindicato.

 

Otra semana negra

Otra semana negra

La historia de la crisis en los medios sumó esta semana un nuevo capítulo con el despido de dos trabajadores de la agencia estatal Télam y 30 de Radio Del Plata. Aunque con características diferentes, ambos ajustes retratan la sangría en los medios de comunicación -en especial radiales y gráficos- en los últimos dos años.

El caso de Del Plata tuvo un costado siniestro. Los trabajadores fueron notificados el domingo por la noche y por teléfono que habían sido desvinculados por la empresa Radiodifusora del Plata S.A., parte del grupo Electroingeniería S.A. propiedad de Gerardo y Sebastián Ferreyra y Osvaldo Acosta. Al día siguiente los trabajadores iniciaron un paro de 24 horas con retención de tareas que interrumpió la programación y derivó en la decisión del Ministerio de Trabajo de dictar la conciliación obligatoria. Esa medida implica la reincorporación inmediata de los despedidos y la reanudación de la programación sin interrupciones hasta el 19 de junio. En ese lapso, la empresa deberá dar una respuesta a la crisis que atraviesa la emisora.

Nicolás Trinchero, delegado de la comisión interna del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), informó a ANCCOM que los telegramas fueron llegando a los domicilios de los trabajadores a destiempo y que mostraban irregularidades en los motivos de despido. “No teníamos certeza concreta de cuántos eran los despedidos, nos fuimos enterando a medida que llegaban los telegramas”, agregó.

Los trabajadores denuncian desde hace varios meses los incumplimientos de la empresa: el atraso en el pago de salarios y su abono en cuotas, la falta de depósito de cargas sociales, el incumplimiento del pago de aguinaldos y el ofrecimiento de retiros voluntarios. El 14 de mayo iniciaron una medida de fuerza como respuesta a la imposición de reducir los salarios de todo el personal un 50% durante 60 días. Durante esa semana, la empresa manifestó a los trabajadores su intención de reducir personal por lo que algunos trabajadores negociaron un acuerdo para que se les abone la correspondiente indemnización en cuotas, mientras que otros accedieron a otra fuente laboral. Ese acuerdo fue incumplido por la empresa que alegó que los trabajadores “habían abandonado su puesto de trabajo”. La maniobra se tradujo en doce despidos de la semana pasada.

Con los 30 despidos de esta semana sumaron 42 los trabajadores que se habían quedado sin su fuente de trabajo. Trinchero informó que la empresa se puso a su disposición para ofrecerles el pago de la correspondiente indemnización, pero que ellos ya “no confían” en sus palabras, por lo que decidieron llevar adelante una asamblea permanente y exigir la inmediata reincorporación de los trabajadores. Finalmente, el martes se llevó adelante una reunión en el Ministerio de Trabajo en la que se dictó la conciliación obligatoria hasta el martes 19 de junio, lapso en el cual la empresa deberá dejar sin efecto las 42 cesantías. Los trabajadores levantaron la medida de fuerza y ya se encuentran en sus puestos de trabajo.

Télam

En Télam, el martes pasado el redactor de Economía Ángel Jozami y una miembro de la mesa de edición, Fernanda Arce, ambos trabajadores que no contaban con ningún tipo de sanción dentro de la empresa, fueron notificados de su desvinculación. Según un comunicado de la agencia del día lunes, la razón de su despido fue el “acto de irresponsabilidad” y la “falta de ética y profesionalismo” que los trabajadores habían tenido en su trabajo en un cable publicado el día 13 de este mes en el que se informaba que los propietarios de las Lebac que vencerían 48 horas después eran en su mayoría extranjeros, cuando en realidad sólo un 5% eran de ese origen, según datos del Banco Central contrastados en el comunicado.

Asamblea de trabajadores de Télam levantan la mano en una votación.

El jueves 31 de mayo los trabajadores de Télam harán radio abierta frente a la redacción.

En diálogo con ANCCOM, Esteban Giachero, delegado de la comisión interna del SiPreBa, remarcó que ésta es una maniobra que constituye una “sanción desproporcionada y sin justa causa”. El protocolo para modificar una información errónea ya publicada, explicó a esta agencia, es simplemente “levantar” el cable del acceso a los abonados y publicar la nueva información, cosa que no sucedió durante los quince días que la nota estuvo “al aire” para ser consultada.

Además, advirtió que toda información disponible en Télam pasa por un estricto control llevado adelante por las cúpulas jerárquicas: los gerentes periodísticos Luis Sartori y Daniel Capalbo; y el jefe de la sección de Economía, Ricardo Sarmiento, a quienes señaló como responsables directos de los despidos.

El conflicto de los trabajadores de Télam ya lleva mucho tiempo. En una nota publicada el 18 de mayo por este medio, los trabajadores denunciaron censura, vaciamiento de secciones y agotamiento de contenidos. “Recolectamos más de 50 casos de cables que nunca fueron publicados, en secciones blandas que se supone que no hay demasiados temas conflictivos para la línea editorial del Gobierno”, comentó en ese momento Mariano, un trabajador de la agencia.

Los trabajadores de Télam se encuentran en asamblea permanente en reclamo por la inmediata reincorporación de los despedidos e iniciaron una campaña para defender sus fuentes de trabajo y el derecho a la información. Este jueves a las 13:00 también realizarán una radio abierta frente a la redacción, en Bolívar 531. ANCCOM consultó con el Ministerio de Trabajo si está previsto iniciar algún tipo de negociación, pero no obtuvo respuesta.

La educación sobre la mesa

La educación sobre la mesa

Restaurante y Parrilla Don Battaglia es una cooperativa de trabajo gestada tras la quiebra del grupo OJA. La historia fue contada hace pocos días en este espacio: el 9 de febrero de 2013 los compañeros de Battaglia toman el local tras la quiebra, pasan varios días durmiendo allí hasta que consiguen la matrícula habilitante, y se constituyen como cooperativa. El año pasado decidieron otorgar a sus trabajadores la posibilidad de cursar un bachillerato allí mismo para poder terminar sus estudios.

La historia se remonta al vínculo territorial que tiene la Cooperativa Don Battaglia con otras organizaciones del barrio de Villa Crespo, reunidas en la Mesa Territorial de Cooperativas (METECO) de la Comuna 15,  que reúne 14 cooperativas y organiza talleres y actividades, incluido un campeonato de fútbol que se disputa desde 2016.

Agostina Betes es referente de bachilleratos e integrante de la Comisión de Educación de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Además milita en el Movimiento Popular La Dignidad, organización que cuenta con el Bachillerato Popular Villa Crespo que funciona de noche en el Club Atlanta. “Decidimos participar del torneo de fútbol, donde se cruzan laburantes de la cooperativa Battaglia con profesores y estudiantes de nuestro bachillerato -cuenta-. Allí, como producto de esas comuniones que genera el deporte, los laburantes comentan que no terminaron el secundario pero sus horarios laborales no les permiten estudiar.” Significaba todo un reto para la gente del bachillerato: “Lo planeamos durante un año, porque para nosotros significaba un gran esfuerzo armar un bachi de la nada”, agrega Agostina.

Hasta que, continúa ella, “una tarde de lluvia llegó acompañada por Esteban (otro compañero docente) a la primera reunión para ver como armábamos el bachillerato. Nos sentamos con algunos de los trabajadores, que en ese momento eran todos hombres”. A partir de ese momento comenzaron a ponerse de acuerdo y decidieron que la mejor opción era hacerlo de martes a jueves en el horario intermedio, entre los dos horarios de trabajo de los trabajadores del restaurante, de mañana de 11 a 15 y el de tarde de 20 a 24. Así fue que a principios de abril del año pasado arrancaron las clases de 16 a 19.

Pensaron en un módulo de tres años, aunque aquellos que tienen estudios previos pueden cursar uno o dos años. Agostina cuenta orgullosa que son “la única experiencia de La Dignidad que funciona dentro de una cooperativa con trabajadores. Es también el único bachi de La Dignidad que funciona en turno tarde, cuando todos funcionan por la noche. Es una experiencia totalmente diferente”.

Laura, nueva profesora, escucha la charla introductoria del ciclo lectivo 2018.

Los seis bachilleratos de La Dignidad otorgan títulos oficiales.

El otro profe que se acaba de sumar al proyecto es Enzo Scargiali. Sostiene que los trabajadores “tienen la necesidad de estudiar y trabajar especificidades propias de su tarea cotidiana. Porque con realizar su labor no alcanza: hay que llevarles herramientas para poder trabajar, reflexionar y seguir construyendo la cooperativa.”

Las materias que se dictan son: Salud Social, Economía Popular, Historia, Matemática con Orientación Contable, Prácticas del Lenguaje y Teoría Política. Son alrededor de 12 estudiantes,  la mayoría trabajadores de la cooperativa, pero hay algunos que vienen de afuera.

“Tenemos boletines, en los cuales no ponemos notas, lo que damos son devoluciones por escrito, donde analizamos el proceso educativo durante todo el cuatrimestre, y a su vez los alumnos nos dan su devolución sobre nuestro desempeño”, explica Enzo.

Experiencias

Joaquín entró porque vio un cartel en la entrada de Battaglia. Y Beatriz leyó en la calle un afiche del Bachillerato Villa Crespo, pero le resultaba muy tarde terminar de cursar en Atlanta a las 10 de la noche para recién entonces volver a Devoto. Por eso optó por estudiar en el restorán cooperativo.

María Salto, en tanto,  trabaja en el turno noche en el Hospital Italiano, y quiso inscribirse en el Bachillerato de Villa Crespo con el ciclo lectivo ya iniciado: “Me dijeron que no había vacantes. Justo me crucé con un compañero del hospital. Me dijo que podía hablar con alguien que podría ubicarme. Eso me dio esperanzas, dejé todos mis datos y un día me llegó un mensaje de texto. Me avisaban que tenían un lugar y que me acercara a Battaglia”, recuerda. María ya está cursando el segundo año, y asegura que tiene “excelentes compañeros, el lugar es acogedor, estamos todo el tiempo a pesar del cansancio y las dificultades que todos acumulamos. Los profes lo hacen muy llevadero”.

Los chicos y chicas del bachillerato tienen ganas de hablar. Cuentan que tienen un compañero de más de 60 años, o que hay chicos que vienen a cursar en su día de franco. Las materias les hacen ver las cosas de otra manera: destacan la importancia de ponerse en el lugar del otro. En este sentido, María afirma: “Salgo de acá y me voy a trabajar, duermo muy poco. Estoy totalmente agradecida a los profesores, el año pasado llegaba a clases y por momentos me dormía. La voluntad, el empeño, el trabajo en conjunto te llevan a seguir por más”.

Grupo de estudiantes y profesores sonríen a cámara con el pizarrón detrás.

Los 12 estudiantes reciben sus clases en el restorán entre las 16 y las 19 horas.

¿Educar para qué?

Los bachilleratos de La Dignidad surgen en 2007, están reconocidos por el Estado, otorgan títulos oficiales pero los educadores y las educadoras no cobran salario docente. En la actualidad se dictan seis. “Queríamos conservar la autonomía de decisión y la posición respecto de nuestro propio espacio de construcción político-pedagógica. Nosotros hacemos los bachis porque entendemos que la transformación social se da en muchos aspectos, y uno de ellos es la educación”, remarca Agostina.  Se trata de construir colectivamente espacios desde los cuales cuestionar la mirada hegemónica de la sociedad. Por eso se trata de formar “ya no individuos sino seres sociales emancipados. Estos espacios en el fondo tienen una razón política de ser”, cierra.

Tanto Enzo como Agostina coinciden en que no se trata de reemplazar al Estado; por el contrario aclaran que “el nuestro es un lugar inclusivo. Nosotros somos las clases populares organizadas para autogestionarse la educación. Entendemos que el Estado debería garantizar el derecho a la formación de todos y todas, pero la educación del sistema capitalista sólo forma individuos oprimidos: nuestra educación tiene otro objetivo que es liberarnos”.

 

Facturas que queman

Facturas que queman

El lunes 16 de abril, frente al Congreso Nacional, organizaciones de productores y cooperativas nucleados en la Corriente Clasista Combativa, montaron una feria y realizaron un acto en rechazo al último aumento en las tarifas de luz, gas y agua. Una vez finalizado, quemaron, de manera simbólica, las facturas de servicios a las que calificaron de impagables para miles de personas.