Ago 31, 2018 | Comunidad, Novedades

Ni el diluvio pudo parar a la masiva movilización de miles de docentes, investigadores, estudiantes que marcharon bajo la lluvia del Congreso a Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública y en firme rechazo al ajuste del gobierno de Cambiemos en la educación. La marcha convocada por las 57 Universidades de todo el país en la cuarta semana de conflicto por una paritaria salarial dilatada e inconclusa sumó el respaldo de trabajadores no docentes, organizaciones sociales y políticas y ciudadanos “sueltos”. Los organizadores calcularon que más de 400 mil personas salieron ayer a las calles contra lluvia y viento helado para sumarse al grito en defensa de la universidad pública.
“La única forma de enfrentar a estos señores empresarios empecinados en bajarnos los sueldos y en achicar el presupuesto es con la más amplia unidad y con la lucha. ¡Estamos diciendo basta! ¿Cuál es la parte que no se entiende? ¡Basta de ajuste y basta de políticas antipopulares!”, subrayó Luis Tiscornia, secretario general de la CONADU Histórica desde el escenario central montado de espaldas a la Casa Rosada. Eran las 19:00 y la tormenta había dado apenas un poco de tregua a los manifestantes.
En el final de una jornada signada también por una nueva y brusca devaluación del peso, Walter Merkis, secretario de Hacienda de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN), ironizó: “Se preocupan por unos bolsos pero no por 52.000 millones de dólares que acaban de llevarse del país. Quieren echar abajo los derechos que se consiguieron a través de la lucha”.
El movimiento estudiantil se expresó a través de un breve discurso de un delegado de la Federación Universitaria Argentina (FUA) quien describió la movilización como una “rebelión universitaria a la que el gobierno le tiene miedo” e instó a profundizar la organización estudiantil.

Ya sobre el final, Sonia Alesso, secretaria general de la CTERA, se dirigió directamente al presidente Mauricio Macri, advirtió que docentes y estudiantes no aceptarán sumisos el ajuste y exigió que se realice una paritaria nacional docente.
“Nos quieren hacer creer que esta movilización es una disputa por el salario. Lo que está en disputa hoy es la educación pública, laica e inclusiva, una herramienta fundamental para el desarrollo de nuestro pueblo”, sumó el titular de Conadu, Carlos De Feo.
Junto a docentes e investigadores, se sumaron también los estudiantes. Las largas y nutridas columnas incluyeron, entre otras, a las Universidades de Buenos Aires, Cuyo, Tucumán, La Plata, Luján, Salta, Litoral, Mar del Plata. También a todas las del Conurbano bonaerense, amenazadas desde el inicio del gobierno de Cambiemos.
El reclamo de la comunidad educativa lleva meses, pero recién en las últimas semanas comenzó a ser visibilizado por la agenda mediática con las clases públicas en la Plaza de Mayo. Las 57 universidades nacionales de todo el país finalizaron el primer cuatrimestre de forma irregular y ninguna inició con normalidad el segundo. Esta es la cuarta semana consecutiva sin clases. El conflicto también afecta a los colegios secundarios preuniversitarios.
El conflicto tiene doble cara: la situación salarial docente, por un lado, y el presupuesto destinado a educación y ciencia y técnica, por el otro.

Luis Tiscornia, de CONADUH.
El lunes las gremiales docentes se reunieron con el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro y recibieron la oferta de un 15% de aumento salarial, muy lejos del reclamo del 30% de aumento con cláusula gatillo para adecuarse a la inflación. La reunión se pospuso en cuarto intermedio hasta el miércoles con la promesa de parte del gobierno de mejorar la propuesta. La respuesta fue escasa: 15% de aumento más dos cuotas no remunerativas – una de $456 y otra de $228 – a pagarse en noviembre y diciembre, respectivamente. Las gremiales docentes no aceptaron la oferta y ratificaron la convocatoria a la jornada de protesta.
La comunidad educativa también lleva meses manifestando su preocupación en relación al presupuesto. Junto con los paros, ese reclamo también se manifestó en abrazos multitudinarios. El presupuesto destinado a educación ha disminuido en términos reales un 12% desde el año 2015, y de los tres mil millones de pesos que se destinaron a principios de año para inversión en construcción sólo se ejecutó un 6%.
El reclamo también incluye a los investigadores nacionales que denuncian escasez presupuestaria. El año pasado, la inversión en Ciencia y Técnica llegó al segundo nivel más bajo desde el año 2004, superada por el año 2016.
La concentración de las gremiales docentes comenzó a las 16:00 en el Congreso de la Nación donde los principales referentes de las distintas confederaciones se apostaron para coordinar la movilización y atender a la prensa. Alrededor de las 18:00 la mayor parte de los grupos ya se habían incorporado a la movilización central que confluyó a las 19:00 en la Plaza de Mayo. Allí, los dirigentes de las gremiales docentes y estudiantiles dieron inicio al acto que contó con la presencia de sindicatos, agrupaciones populares y referentes políticos. Nora Cortiñas, Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el secretario general de SUTEBA), Roberto Baradel; y un delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), que sostuvo un cartel denunciando los despidos en Télam, se sumaron a la columna principal. El escenario estuvo rodeado por una valla circular que permitió que la Plaza se colmara de gente. La columna principal se apostó sobre la avenida De Mayo y fue tan extensa que llegó hasta la Avenida 9 de Julio.
Hoy, el gobierno vuelve a reunirse con los gremios docentes para intentar conciliar el aumento salarial. Los universitarios llegarán a ese encuentro con el envión de una movilización multitudinaria y pacífica –hubo incidentes con la Policía dos horas después de la desconcentración- en defensa de la educación pública.
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Ago 31, 2018 | Comunidad, Novedades

En una jornada histórica con la presencia de más de 400 mil personas que se movilizaron desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública, ANCCOM dialogó con distintos referentes de la lucha docente que marcharon bajo la intensa lluvia.
Mientras se moja y en pleno desarrollo de la quinta reunión de la Mesa Nacional de negociación salarial, Luis Tiscornia, secretario general de la Conadu Histórica, ratifica la continuidad del plan de lucha que ya lleva cuatro semanas de no inicio del segundo cuatrimestre con cese total de actividades. “Es un empecinamiento del Gobierno nacional en querer imponer desde mayo la rebaja salarial, fijando un techo en la paritaria del 15%. Hubo otros que lo firmaron, nosotros no firmamos, luchamos”, aseveró Tiscornia. En cuanto a la expectativa con respecto a la reapertura de la mesa de negociación del viernes por la mañana Tiscornia fue concreto: “Si el Gobierno está mirando la realidad y tiene un poco de sensatez tiene que hacer una propuesta razonable, más aún luego de una movilización masiva en distintos puntos del país”.
Helena González de la Universidad Nacional de la Patagonia, sede Comodoro Rivadavia, alertó sobre la situación de los docentes universitarios del sur de nuestro país. “Las políticas universitarias de este Gobierno nos perjudican. Un ejemplo claro es la intención de sacar los beneficios que tenemos por zona desfavorable que representa el 80% de nuestro salario”. Respecto a las medidas de lucha que se replican a lo largo y ancho del país y que manifiestan la unión de los docentes y el estudiantado, González recordó el abrazo a la universidad donde estuvieron presentes todos los entes representativos de Comodoro Rivadavia. Desde entonces, los estudiantes realizan un acampe y vigilia durmiendo en el hall de la universidad.

ANCCOM tuvo la posibilidad también de dialogar con otra de las delegadas del interior presentes en la marcha. Sandra Mutal, docente universitaria de la Facultad de Artes de Córdoba, quien rememoró la última movilización masiva realizada en su provincia con el acompañamiento de más de cien mil personas. El malestar que generaron las recientes declaraciones del ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, con frases como “no se puede seguir teniendo carreras donde hay más profesores que alumnos”, motivaron a más de una réplica desde los distintos gremios y asociaciones docentes de todo el país. “No nos sobran docentes. Córdoba por ejemplo tiene una población estudiantil muy grande. Trabajamos día a día en condiciones que no son las óptimas para enseñar. El deterioro salarial es cotidiano, lo sentimos en nuestros bolsillos”, resumió Mutal desde su experiencia como docente en su provincia.
Respecto al impacto que tiene la subejecución de partidas del presupuesto votado por el Congreso de la Nación sumado al incremento de los costos por la escalada infrenable del dólar, Antonio Rosello, secretario adjunto de Conadu Histórica, señaló que “como los insumos de investigación, de servicios médicos y de provisión de conocimiento son importados se ha reducido a la mitad la posibilidad de atención al público en centros universitarios que atienden gratuitamente a toda la población”. La falta de fondos se evidencia también en la imposibilidad de hacer frente tanto al pago de servicios por sumas exorbitantes producto de los tarifazos, como a problemáticas de infraestructura. “Se ha cortado el suministro de energía en distintas universidades de todo el país. No hay suministro de gas en Neuquén donde funciona la Universidad Nacional de Comahue (UNC), a pocos kilómetros de Vaca Muerta, porque se suspendieron todas las obras de infraestructura nueva y con cuatro grados bajo cero se ha tenido que reducir la atención al público y el dictado de clases”, advierte Rosello. Al respecto, la secretaria general de ADUNC, Micaela Gomiz, informó que se enviaron a la universidad 14 millones de pesos desde Nación pero aún se adeudan 50 millones, lo cual conllevó a la suspensión de actividades y a la acumulación de deudas con algunos de los acreedores y proveedores.

En esta misma línea, Jorge Luis Nuñez, secretario adjunto de la Asociación de docentes e investigadores de la Universidad de Quilmes (ADIUNQ), manifestó la gran dificultad que afronta hoy su institución para paliar los gastos de funcionamiento, refacciones y mejoramiento edilicio. “No están aprobando las obras de infraestructura. En la Universidad de Quilmes teníamos proyectado un comedor para 900 estudiantes y también la concreción del aula magna a través de una licitación que ya estaba aprobada para completar las butacas y el sistema de sonido. Está todo paralizado”, explica Núñez.
En una jornada marcada por la suba descontrolada del dólar, a casi 41 pesos, con la consecuente profundización de la crisis económica que ello implica, Federico Montero, secretario general de FEDUBA, rescató el gesto conmovedor de la sociedad argentina en defensa del derecho innegociable al acceso a la universidad y la educación. “La masividad, la capacidad organizativa y el desarrollo de esta actividad en los distintos puntos del país son una fuerte señal para el gobierno de que el pueblo no está dispuesto a retroceder en sus derechos”, subrayó.
Durante el cierre del acto central de la jornada, Carlos De Feo, secretario general de CONADU, dejó en claro que la pelea que se está dando no es solo por el salario de los docentes. “Lo que está en disputa hoy es la educación superior pública, gratuita, laica, inclusiva y con ingreso irrestricto. Una universidad que es ejemplo en América Latina y un modelo en el mundo, por eso miles de estudiantes de otras latitudes vienen a estudiar acá”, manifestó desde el escenario frente a las más de 400 mil personas que pese al frió y la lluvia no titubearon en hacerse presentes en esta jornada de lucha histórica por la defensa de la educación pública.
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Ago 15, 2018 | Culturas, Novedades

Daniel Vides, presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), toma la palabra.
El lunes por la tarde se llevó adelante el primer encuentro de “Fotoperiodismo y conflicto social”, organizado por el departamento de Comunicación del Centro Cultural de la Cooperación (CCC) y el Area de Estudios sobre Fotografía de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la/UBA. Contó, además, con la colaboración de ANCCOM y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA).
Más de cien personas llenaron la Sala Pugliese del CCC donde se realizó una charla con fotoperiodistas y otra con colectivos de fotógrafos.
Yamila Ocampo, investigadora del CCC, junto a Cora Garmanik, doctora en Ciencias Sociales, fueron las presentadoras y hablaron sobre la necesidad de analizar la relación entre el fotoperiodismo y los conflictos sociales tanto en la historia como en la actualidad. También remarcaron la importancia del intercambio de experiencias entre fotoperiodistas de agencias y medios y colectivos de fotógrafos y fotógrafas.

Cora Garmanik, doctora en Ciencias Sociales.
Paula Ribas fue la primera expositora en tomar la palabra. La fotógrafa despedida por el vaciamiento de Télam comenzó a hablar sobre su experiencia en agencias de noticias, definió al conflicto social como la “disputa de intereses de la sociedad y el Estado” y remarcó que “la fotografía es la búsqueda de una imagen democrática”.
Mientras en la pantalla se observaban imágenes de marchas como la que se realizó en contra de la Ley de Reforma Previsional en diciembre del año pasado, Ribas afirmó que “en la actualidad el conflicto social está agudizado y el periodismo ha pasado a ser el blanco de la violencia”. Acto seguido, sentenció: “Hay que tener una posición ética y moral frente a estos acontecimientos”.
El segundo en tomar el micrófono fue Pepe Mateos, el exfotoperiodista de Clarín que estuvo presente -entre otros conflictos sociales- en la masacre de Avellaneda, cuando la Policía Bonaerense asesinó a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Durante su exposición proyectó obras fotográficas que le tocó hacer durante el alfonsinismo y el menemismo y, en ese sentido, afirmó que “los años interesantes son tremendos porque son años de cambios de paradigma y tienen un costo altísimo para la mayor parte de las personas”. Finalmente remarcó: “La fotografía tiene que comunicar algo”.

Pepe Mateos y Paula Ribas.
Pablo Piovano fue el tercero en tomar la palabra. El autor del libro “El costo humano de los agrotóxicos” y exreportero gráfico de Página/12 abrió un debate sobre el conflicto dentro de la fotografía en “este tiempo”. Afirmó que “están sucediendo cosas en el interior del país que no son narradas” y, como consecuencia, se preguntó: “¿Para qué fotografiamos?”. Piovano contó lo que significó llevar adelante la investigación sobre la problemática de los agrotóxicos y, en ese sentido, manifestó que “no hay forma de contar una historia que no sea con el tiempo”.

Pablo Piovano.
A continuación, el actual presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), Daniel Vides, habló acerca de la rama institucional del fotoperiodismo y señaló que “no se puede construir lo que no ocurrió, se puede tomar posición pero no se puede inventar una realidad”. Luego, aseguró que “estamos atravesando una crisis salvaje que el año pasado tomó una gran dimensión y durante diciembre fuimos, claramente, objeto de la represión”. Además reafirmó: “Estaba claro que había algo que no querían que mostráramos”. En ese sentido, Vides reconoció que ARGRA es una gran herramienta para poder enfrentar ese atropello.
Pasadas las 18:15 se abrió el debate y una de las concurrentes preguntó: “¿Cómo se pueden sacar los estereotipos y reflejar el origen del conflicto en las fotografías?”. Piovano insistió en la necesidad de “tomarnos el trabajo de investigar por qué pasa lo que pasa, de ir al interior del país, pero el problema es que no tenemos forma de que nos financien. Y así, ¿cómo hacemos para mostrar a aquellos que no tienen voz?”. En esa línea surgió el dilema entre registrar lo inmediato o lo profundo y fue Ribas quien remarcó que “la fotografía de la inmediatez también tiene una función social muy grande” Y afirmó: “Es tan importante lo profundo en el tiempo como la rapidez en lo inmediato”. Otra de las preguntas hizo referencia a “¿cómo seguir comunicando en un contexto donde no hay trabajo?” Mientras todos asentían cabizbajos, Piovano remarcó que “lamentablemente tenemos enfrente a los grandes medios concentrados que lo único que hacen es engañarnos. Por eso ser fotógrafo en este momento es un gesto romántico”.
Antes de iniciar la segunda parte del encuentro, la pared del escenario desplegó un cartel con la consigna “Todos somos Télam” y, en apoyo a los 357 trabajadores y trabajadoras despedidas, el panel y el público se acercaron al escenario para tomar una foto en apoyo a la lucha y en defensa de los medios públicos y estatales.
La segunda mesa inició pasadas las 19:00 y por el panel fueron desfilando, en palabras de Yamila Ocampo, “distintos colectivos de fotógrafos y fotógrafas con experiencias muy diversas”. Posteo, medio de origen rosarino, fue quien abrió la charla. El expositor agradeció la invitación y explicó que pertenece a un espacio de práctica de la fotografía que realiza trabajos desde la ciudad de Rosario de corte documental. Además remarcó que trabajan con material analógico y que son irregulares, ya que no tienen una agenda determinada ni un cierre de edición porque “publicamos cuando sentimos que conseguimos abordar una problemática de manera seria, profunda, con paciencia y con empatía. Apurar una publicación para responder a una fecha estipulada de antemano es atentar contra la calidad de los trabajos que estamos haciendo y, eventualmente, faltarle el respeto a nuestros posibles lectores”. Desde Posteo definieron a la fotografía como un hecho colectivo- “No tenemos tanta presencia en la web sino más bien en ferias, en presentaciones como estas -expresaron-. El colectivo debe entenderse como puente hacia otros colectivos”.

Colectivo POSTEO de Rosario.
El colectivo Sado, el segundo en presentarse, se formó hace cinco años en la Ciudad de La Plata y, según una de sus expositoras, lo que tratan de hacer es “construir nuevas formas de vida cotidiana”. Aseguraron que el medio surgió con la necesidad de contar los conflictos sociales de la ciudad y “mostrar lo que está sucediendo que los medios hegemónicos no están contando”. Mientras la pantalla mostraba imágenes de conflictos laborales en una línea de colectivos platenses, otro de los expositores señaló: “La horizontalidad es el valor que intentamos construir todo el tiempo”.

Colectivo SADO de La Plata.
A continuación, tres integrantes de La Garganta Poderosa se sentaron en el panel. Daniela fue quien contó cómo surgió el medio y, en ese sentido, enfatizó que “La Garganta nace con la necesidad de terminar con la estigmatización”. Luego Rodrigo, otro de los integrantes, aseguró que “ser fotógrafo es un privilegio de clase”. De manera simultánea, en la pantalla, no dejaron de circular fotos de actividades en distintas villas, coberturas de movilizaciones, imágenes del Pu Lof de Cushamen. Roque continuó con la exposición y contó la experiencia que le tocó vivir junto a sus vecinos en la Villa 21-24 donde el 24 de mayo “me encontré con 200 policías reprimiendo a los alrededores de mi casa y como no hice a tiempo de buscar mi cámara para registrar lo que estaba pasando, usé mi celular. Entonces la fotografía es importante pero todos los recursos son válidos”. En ese sentido, Daniela aseguró que trabajan para que “dejen de hablar de nosotros y seamos nosotros los que hablemos de nosotros”, y afirmó: “Hay algo que no se muestra porque no quieren que se muestre y es ahí cuando tomamos nuestras propias armas: la cámara es una de ellas”.

Fotógrafos de La Garganta Poderosa.
Enfoque Rojo fue el último colectivo fotográfico en exponer. El equipo forma parte de La Izquierda Diario. Mariana, una de sus integrantes, manifestó que “la fotografía es como un arma para la crítica”. Aseguraron que lo que intentan es hacer periodismo pero de forma militante y estar en los conflictos “que atraviesa la clase trabajadora como el de Pepsico o Lear”. Desde Enfoque Rojo aseguraron que “la fotografía, como todo proceso identitario, es colectivo”.
Luego de una gran ola de aplausos y antes de finalizar la jornada, las presentadoras recordaron que el próximo encuentro tendrá lugar el 10 de septiembre. Ese día, los fotoperiodistas podrán exponer sus obras. Para ello, se abrió una convocatoria hasta el 27 de agosto para que los reporteros o colectivos envíen sus trabajos. Un comité editor seleccionará los trabajos a proyectar en una jornada en la que también habrá espacio para conversar con los autores.

Fotógrafos de Enfoque Rojo.
Ago 9, 2018 | Géneros, Novedades

Con 31 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones y una ausencia, la Cámara de Senadores de la Nación no aprobó el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que obtuvo medía sanción en Diputados. La legalización del aborto podrá ser tratada nuevamente el año que viene.
El debate en el recinto comenzó a las 10 de la mañana y se prolongó hasta la madrugada del jueves. Ya desde temprano, los medios hablaban de una tendencia irreversible por el rechazo. A las 11 la votación estaba 38 a 31 en contra, teniendo en cuenta la abstención de la senadora Lucila Crexell del Movimiento Popular Neuquino y la indecisión del senador Omar Perotti del Partido Justicialista por Santa Fe, quien finalmente también se abstuvo.
Hasta el anochecer, la discusión en el Senado se llevó a cabo con tranquilidad. El primer cruce se produjo cerca de las 19, cuando Gabriela Michetti, la presidenta de la Cámara Alta, le pidió a Luis Naidenoff que no interrumpa los discursos de los senadores: “usted no tiene que conducir la sesión, no tiene que decir cuando termina o sigue alguien. Eso lo tengo que decir yo”. El presidente del interbloque Cambiemos insistió en hacer uso de la palabra y Michetti respondió casi para sus adentros, pero con el micrófono abierto: “Es un pelotudo, que no rompa las pelotas”.

Minutos antes de las 21 la senadora Crexell confirmó su abstención argumentando por qué decidió no votar ni a favor ni en contra: “este debate demuestra el fracaso del Congreso Nacional y el fracaso de la política”. Sin embargo, un rato después, las mujeres de la Campaña Naciónal por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito brindaron una conferencia de prensa en el Hotel Castelar y no hablaron del fracaso político sino del éxito de la lucha: “Nos quieren hacer retroceder, pero este día histórico les tiene que explotar en la cara”. Inmediatamente después tomaron la palabra las actrices argentinas y resaltaron la idea de que ya no hay vuelta atrás: si no es ley hoy va a ser ley el año próximo, porque somos dos millones.”
En el transcurso de la jornada la balanza no se inclinó en ningún momento hacia el resultado positivo y pese a la importancia del proyecto tratado, algunos senadores, seis en contra, uno a favor y otro que decidió abstenerse, optaron por no exponer en el debate. Entre ellos Carlos Ménem, quien regresó a última hora al recinto para rechazar el proyecto, a pesar de no haber asistido a ninguno de los plenarios de comisión en la Cámara Alta.

Pasada la medianoche, en el discurso de cierre, la ex-presidenta, Cristina Kirchner, cuestionó: “Estamos rechazando un proyecto sin proponer ninguna alternativa” y agregó: “Nunca es gratis oponerse al status quo y como legisladores tenemos la obligación de deconstruirnos a nosotros mismos”.
En definitiva, la ley no salió pero una cosa está bien clara: la multitud en la calle no está dispuesta a dejar morir el pañuelo en un cajón. Porque ese triángulo verde habla por sí solo y representa la lucha de las impulsoras de la Campaña, mujeres próceres y pioneras de un lago camino, y también la lucha de las jóvenes, de aquellas que viven el llanto, el abrazo y el grito en el asfalto. Dentro de un año, el proyecto de legalización del aborto podrá ser discutido nuevamente y para ese entonces el feminismo no se habrá borrado de los medios, de las escuelas y mucho menos de las conciencias. Como aseguran una y otra vez las integrantes de la Campaña, las mujeres se cansaron de esperar en la cola de la historia y “no van a parar hasta conquistar sus derechos, constituyendo la equidad nacional, afianzando la justicia social y promoviendo la autonomía y la libertad para todas, para todos, para todes”.

Ago 9, 2018 | Géneros, Novedades

Puertas afuera del Palacio, la calle volvió a ser protagonista. La Plaza del Congreso amaneció dividida. Mientras los senadores debatían el proyecto por la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el recinto, miles de personas se congregaron de ambos lados de las vallas: en la orilla norte, la Campaña por la Legalización del Aborto; y, tras el límite sur, los grupos autodenominados “Provida”. Otra vez celestes contra verdes, derechos contra status quo, las ´pibas´ contra la religión.
La convocatoria arrancó temprano en la mañana y las actividades en ambos lados empezaron alrededor del mediodía para concluir con sendos actos centrales y las vigilias para esperar el resultado que finalmente vio la luz en la madrugada, en contra del proyecto que proponía legalizar el aborto legal, seguro y gratuito.
A las seis de la tarde, del lado norte se vive una fiesta. Las jóvenes son mayoría y el verde, color obligatorio: el mítico pañuelo, el glitter en las mejillas, la sombra sobre los ojos, el labial, las uñas, las chalinas, las remeras, las banderas. También se deja ver el pañuelo naranja de la campaña por la separación de la Iglesia del Estado. Los hombres son menos. Apoyan, pero no lo viven en su cuerpo.

Los bombos suenan y las ´pibas´ bailan y cantan. En el escenario central se lee el libro de poesía Martes Verde, confeccionado a partir de relatos de mujeres que abortaron. En la carpa Safina Newbery venden los pañuelos de la Campaña, el libro de poesía y hacen mística con maquillaje, peinados, tatuajes y estampados de remeras. Las paredes están llenas de pintadas e intervenciones artísticas. Los puestos de choripán y cerveza andan a todo gas. Algunos ofrecen “birra con misoprostol”. El frío y la lluvia se sienten en los huesos y hay que calentarse comiendo, bailando, cantando, alentando.
Un grupo de chicas se protege del frío en un cajero Link. Mientras comen, cuentan que tienen todas 18 y que se conocieron en el secundario de un colegio católico en San Isidro. Se ríen y dicen que “así salieron”. Las acompaña Hernán, que les copia el glitter en las mejillas.
¿Por qué vinieron?
Paula toma la delantera.
Porque creemos que las mujeres pueden decidir sobre su propio cuerpo. No sirve traer un chico al mundo en un contexto en donde no se lo buscó.
¿Y la discusión sobre el inicio de la vida?
Hernán se enoja y contesta que el feto no es un ser humano y, a lo sumo, será un proyecto de ser humano, una vida en potencia.
¿Por qué contestas vos, si no podés gestar?
Porque yo tengo una hermana y, si algún día tiene que abortar, quisiera que lo haga de forma segura, con el Estado conteniéndola.
Del otro lado, la marcha es muy distinta. Ahí no hay fiesta, no hay glitter, no hay poesía. Hay varones y mujeres de todas las edades con los pañuelos celestes al cuello y en el brazo. Hay banderas de Argentina y una gran cantidad de miembros de la Iglesia Católica que rezan abrazados y por parlantes. El feto gigante con la bandera de “salvemos las dos vidas” al cuello está apostado al lado del escenario principal, del que suena primero una chacarera. Luego se suma un cirquero haciendo piruetas. Acción Católica reparte caldo, galletitas y mate cocido. El puesto de pañuelos celestes los regala a cambio de pintarlos.
Paula, 21 años, estudiante de Agronomía de la UBA y miembro de la agrupación católica Schoenstatt dice que está ahí porque hay que “salvar las dos vidas”, que el aborto no resuelve nada y que la solución es que el Estado regule la adopción. Su compañera de agrupación, Clara, de 22, opina que está bueno que las mujeres reclamen por sus derechos pero que esos derechos se terminan cuando afecta a su bebé, que es otra vida.

¿Te reconoces en el feminismo?
Clara duda:
No, con ellas no me reconozco.
Romina, de 30 años, está parada junto a su marido y cuenta que está en contra del aborto porque ya se hizo tres:.
“El primero fue con una ginecóloga en una clínica, el segundo me lo hice leyendo en Internet y el tercero me lo hizo una vecina”.
Dice que lo que vivió la hizo cambiar de opinión y que su decisión de interrumpir los embarazos fue porque nadie la contuvo. Se arrepintió después.
¿Qué pensás del movimiento feminista?
Son mujeres con mucha fuerza y muy valientes. Las respeto. Seguro pasaron por mucho. Estoy de acuerdo con algunas cosas, como la paridad en el salario, pero no con todo.
¿Crees en Dios?
Sí, pero mí postura no tiene que ver con eso.
Gracias por tus palabras.
Dios te bendiga.
La jornada sigue sin complicaciones. Son dos marchas, pero parece que hubiese sólo una: de un lado al otro del vallado apenas puede verse el reflejo de la otra concentración, y casi no se escuchan los ruidos. En las calles paralelas no hay vallado y los verdes y los celestes se cruzan. Cabezas bajas, casi ni se miran. Se ignoran. Como si no hubiese esa otra Argentina que se esconde atrás del otro pañuelo.
Llega la noche y la lluvia empieza a aflojar. La discusión en el Senado se empieza a dar por cerrada. Después de 12 horas de debate se confirma que una mayoría por el rechazo al proyecto aprobado en la Cámara de Diputados. Las cuentas ya dan seis votos de diferencia.

Terminan las actividades y todos se juntan en sus escenarios a escuchar el final del debate. Como si fuera un presagio, los autodenominados “Provida” están al lado del Congreso, mientras que la Campaña se ubica en la Avenida de Mayo y la 9 de julio.
A las tres menos cuarto de la madrugada y finalizadas las intervenciones, se procede a votar. El resultado: 38 negativos, 31 positivos, 2 abstenciones y 1 ausente. La IVE no es ley en Argentina.
La presidenta de la Cámara y vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, deja salir un “¡Vamos todavía!”. No ¿sabe? que su micrófono todavía está abierto.
Los autodenominados “Provida” saltan, festejan. Un tiroteo de fuegos artificiales inunda su cielo.
Las mujeres de la campaña abuchean. Gritan. Es la angustia de ver todo un año de lucha golpeado en un instante. La organización empieza a insistir con la desconcentración pacífica. Unos minutos de furia no van a arruinar un año en movimiento y el inicio de un camino sin retorno. Hay llantos, hay abrazos, hay cantos. Hay quienes quieren ir a quemar el Congreso: nadie les hace caso.
Está la certeza de que la lucha sigue, que este no es el final ni mucho menos, que el aborto legal será ley el año que viene. O el otro.
En el recinto, algunos senadores se abrazan. Su fe y su moral salieron victoriosos. Tenían la chance de hacer historia, pero eligieron que nada cambie: las mujeres en Argentina seguirán muriendo mujeres por abortos clandestinos. Fuera del Palacio, sin embargo, la calle vuelve a demostrar que la marea verde es definitivamente imparable.
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