Miles bajo la lluvia para defender la universidad

Miles bajo la lluvia para defender la universidad

Ni el diluvio pudo parar a la masiva movilización de miles de docentes, investigadores,  estudiantes que marcharon bajo la lluvia del Congreso a Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública y en firme rechazo al ajuste del gobierno de Cambiemos en la educación. La marcha convocada por las 57 Universidades de todo el país en la cuarta semana de conflicto por una paritaria salarial dilatada e inconclusa sumó el respaldo de trabajadores no docentes, organizaciones sociales y políticas y ciudadanos “sueltos”. Los organizadores calcularon que más de 400 mil personas salieron ayer a las calles contra lluvia y viento helado para sumarse al grito en defensa de la universidad pública.

“La única forma de enfrentar a estos señores empresarios empecinados en bajarnos los sueldos y en achicar el presupuesto es con la más amplia unidad y con la lucha. ¡Estamos diciendo basta! ¿Cuál es la parte que no se entiende? ¡Basta de ajuste y basta de políticas antipopulares!”, subrayó Luis Tiscornia, secretario general de la CONADU Histórica desde el escenario central montado de espaldas a la Casa Rosada. Eran las 19:00 y la tormenta había dado apenas un poco de tregua a los manifestantes.

En el final de una jornada signada también por una nueva y brusca devaluación del peso, Walter Merkis, secretario de Hacienda de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN), ironizó: “Se preocupan por unos bolsos pero no por 52.000 millones de dólares que acaban de llevarse del país. Quieren echar abajo los derechos que se consiguieron a través de la lucha”.

El movimiento estudiantil se expresó a través de un breve discurso de un delegado de la Federación Universitaria Argentina (FUA) quien describió la movilización como una “rebelión universitaria a la que el gobierno le tiene miedo” e instó a profundizar la organización estudiantil.

Ya sobre el final, Sonia Alesso, secretaria general de la CTERA, se dirigió directamente al presidente Mauricio Macri, advirtió que docentes y estudiantes no aceptarán sumisos el ajuste y exigió que se realice una paritaria nacional docente.

“Nos quieren hacer creer que esta movilización es una disputa por el salario. Lo que está en disputa hoy es la educación pública, laica e inclusiva, una herramienta fundamental para el desarrollo de nuestro pueblo”, sumó el titular de Conadu, Carlos De Feo.

Junto a docentes e investigadores, se sumaron también los estudiantes. Las largas y nutridas columnas incluyeron, entre otras, a las Universidades de Buenos Aires, Cuyo,  Tucumán, La Plata, Luján, Salta, Litoral, Mar del Plata. También a todas las del Conurbano bonaerense, amenazadas desde el inicio del gobierno de Cambiemos.

El reclamo de la comunidad educativa lleva meses, pero recién en las últimas semanas comenzó a ser visibilizado por la agenda mediática con las clases públicas en la Plaza de Mayo. Las 57 universidades nacionales de todo el país finalizaron el primer cuatrimestre de forma irregular y ninguna inició con normalidad el segundo. Esta es la cuarta semana consecutiva sin clases. El conflicto también afecta a los colegios secundarios preuniversitarios.

El conflicto tiene doble cara: la situación salarial docente, por un lado, y el presupuesto destinado a educación y ciencia y técnica, por el otro.

Luis Tiscornia, de CONADUH.

El lunes las gremiales docentes se reunieron con el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro y recibieron la oferta de un 15% de aumento salarial, muy lejos del reclamo del 30% de aumento con cláusula gatillo para adecuarse a la inflación. La reunión se pospuso en cuarto intermedio hasta el miércoles con la promesa de parte del gobierno de mejorar la propuesta. La respuesta fue escasa: 15% de aumento más dos cuotas no remunerativas – una de $456 y otra de $228 – a pagarse en noviembre y diciembre, respectivamente. Las gremiales docentes no aceptaron la oferta y ratificaron la convocatoria a la jornada de protesta.

La comunidad educativa también lleva meses manifestando su preocupación en relación al presupuesto. Junto con los paros, ese reclamo también se manifestó en abrazos multitudinarios. El presupuesto destinado a educación ha disminuido en términos reales un 12% desde el año 2015, y de los tres mil millones de pesos que se destinaron a principios de año para inversión en construcción sólo se ejecutó un 6%.

El reclamo también incluye a los investigadores nacionales que denuncian escasez presupuestaria. El año pasado, la inversión en Ciencia y Técnica llegó al segundo nivel más bajo desde el año 2004, superada por el año 2016.

La concentración de las gremiales docentes comenzó a las 16:00 en el Congreso de la Nación donde los principales referentes de las distintas confederaciones se apostaron para coordinar la movilización y atender a la prensa. Alrededor de las 18:00 la mayor parte de los grupos ya se habían incorporado a la movilización central que confluyó a las 19:00 en la Plaza de Mayo. Allí, los dirigentes de las gremiales docentes y estudiantiles dieron inicio al acto que contó con la presencia de sindicatos, agrupaciones populares y referentes políticos. Nora Cortiñas, Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el secretario general de SUTEBA), Roberto Baradel; y un delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), que sostuvo un cartel denunciando los despidos en Télam, se sumaron a la columna principal. El escenario estuvo rodeado por una valla circular que permitió que la Plaza se colmara de gente. La columna principal se apostó sobre la avenida De Mayo y fue tan extensa que llegó hasta la Avenida 9 de Julio.

Hoy, el gobierno vuelve a reunirse con los gremios docentes para intentar conciliar el aumento salarial. Los universitarios llegarán a ese encuentro con el envión de una movilización multitudinaria y pacífica –hubo incidentes con la Policía dos horas después de la desconcentración- en defensa de la educación pública.

Mirá la fotogalería de ANCCOM:

 

 

Una bronca federal

Una bronca federal

En una jornada histórica con la presencia de más de 400 mil personas que se movilizaron desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública, ANCCOM dialogó con distintos referentes de la lucha docente que marcharon bajo la intensa lluvia.

Mientras se moja y en pleno desarrollo de la quinta reunión de la Mesa Nacional de negociación salarial, Luis Tiscornia, secretario general de la Conadu Histórica, ratifica la continuidad del plan de lucha que ya lleva cuatro semanas de no inicio del segundo cuatrimestre con cese total de actividades. “Es un empecinamiento del Gobierno nacional en querer imponer desde mayo la rebaja salarial, fijando un techo en la paritaria del  15%. Hubo otros que lo firmaron, nosotros no firmamos, luchamos”, aseveró Tiscornia. En cuanto a la expectativa con respecto a la reapertura de la mesa de negociación del viernes por la mañana Tiscornia fue concreto: “Si el Gobierno está mirando la realidad y tiene un poco de sensatez tiene que hacer una propuesta razonable, más aún luego de una movilización masiva en distintos puntos del país”.

Helena González de la Universidad Nacional de la Patagonia, sede Comodoro Rivadavia, alertó sobre la situación de los docentes universitarios del sur de nuestro país. “Las políticas universitarias de este Gobierno nos perjudican. Un ejemplo claro es la intención de sacar los beneficios que tenemos por zona desfavorable que representa el 80% de nuestro salario”. Respecto a las medidas de lucha que se replican a lo largo y ancho del país y que manifiestan la unión de los docentes y el estudiantado, González recordó el abrazo a la universidad donde estuvieron presentes todos los entes representativos de Comodoro Rivadavia. Desde entonces, los estudiantes realizan un acampe y vigilia durmiendo en el hall de la universidad.

ANCCOM tuvo la posibilidad también de dialogar con otra de las delegadas del interior presentes en la marcha. Sandra Mutal, docente universitaria de la Facultad de Artes de Córdoba, quien rememoró la última movilización masiva realizada en su provincia con el acompañamiento de más de cien mil personas. El malestar que generaron las recientes declaraciones del ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, con frases como “no se puede seguir teniendo carreras donde hay más profesores que alumnos”, motivaron a más de una réplica desde los distintos gremios y asociaciones docentes de todo el país. “No nos sobran docentes. Córdoba por ejemplo tiene una población estudiantil muy grande. Trabajamos día a día en condiciones que no son las óptimas para enseñar. El deterioro salarial es cotidiano, lo sentimos en nuestros bolsillos”, resumió Mutal desde su experiencia como docente en su provincia.

Respecto al impacto que tiene la subejecución de partidas del presupuesto votado por el Congreso de la Nación sumado al incremento de los costos por la escalada infrenable del dólar, Antonio Rosello, secretario adjunto de Conadu Histórica, señaló que “como los insumos de investigación, de servicios médicos y de provisión de conocimiento son importados se ha reducido a la mitad la posibilidad de atención al público en centros universitarios que atienden gratuitamente a toda la población”. La falta de fondos se evidencia también en la imposibilidad de hacer frente tanto al pago de servicios por sumas exorbitantes producto de los tarifazos, como a problemáticas de infraestructura. “Se ha cortado el suministro de energía en distintas universidades de todo el país. No hay suministro de gas en Neuquén donde funciona la Universidad Nacional de Comahue (UNC), a pocos kilómetros de Vaca Muerta, porque se suspendieron todas las obras de infraestructura nueva y con cuatro grados bajo cero se ha tenido que reducir la atención al público y el dictado de clases”, advierte Rosello.  Al respecto, la secretaria general de ADUNC, Micaela Gomiz, informó que se enviaron a la universidad 14 millones de pesos desde Nación pero aún se adeudan 50 millones, lo cual conllevó a la suspensión de actividades y a la acumulación de deudas con algunos de los acreedores y proveedores.

En esta misma línea, Jorge Luis Nuñez, secretario adjunto de la Asociación de docentes e investigadores de la Universidad de Quilmes (ADIUNQ), manifestó la gran dificultad que afronta hoy su institución para paliar los gastos de funcionamiento, refacciones y mejoramiento edilicio. “No están aprobando las obras de infraestructura. En la Universidad de Quilmes teníamos proyectado un comedor para 900 estudiantes y también la concreción del aula magna a través de una licitación que ya estaba aprobada para completar las butacas y el sistema de sonido. Está todo paralizado”, explica Núñez.

En una jornada marcada por la suba descontrolada del dólar, a casi 41 pesos, con la consecuente profundización de la crisis económica que ello implica, Federico Montero, secretario general de FEDUBA, rescató el gesto conmovedor de la sociedad argentina en defensa del derecho innegociable al acceso a la universidad y la educación. “La masividad, la capacidad organizativa y el desarrollo de esta actividad en los distintos puntos del país son una fuerte señal para el gobierno de que el pueblo no está dispuesto a retroceder en sus derechos”, subrayó.

Durante el cierre del acto central de la jornada, Carlos De Feo, secretario general de CONADU, dejó en claro que la pelea que se está dando no es solo por el salario de los docentes. “Lo que está en disputa hoy es la educación superior pública, gratuita, laica, inclusiva y con ingreso irrestricto. Una universidad que es ejemplo en América Latina y un modelo en el mundo, por eso miles de estudiantes de otras latitudes vienen a estudiar acá”, manifestó desde el escenario frente a las más de 400 mil personas que pese al frió y la lluvia no titubearon en hacerse presentes en esta jornada de lucha histórica por la defensa de la educación pública.

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Toma en las universidades

Toma en las universidades

Ante la crisis presupuestaria y los bajos salarios docentes, los alumnos de las universidades de todo el país están en pleno proceso de toma de las instalaciones en apoyo al reclamo masivo que hoy tendrá lugar en el Congreso y Plaza de Mayo.

Algunas imágenes de las asambleas en la Universidad Nacional de Quilmes y la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Una obra incómoda para revivir la dictadura

Una obra incómoda para revivir la dictadura

María Centurión y Valentín Mederos de la Obra La Cuna Vacía (dir. Omar Pacheco) – Teatro La Otra Orilla.

La propuesta de la obra La Cuna Vacía comienza con un desafío a los sentidos y las emociones. De una manera poco ortodoxa y rupturista, la obra narra los sucesos ocurridos durante el golpe militar de 1976, proponiendo una manera diferente de recordarlos, de reconocer la fuerza de tantas mujeres y, por último, de nunca olvidar. Presentada por primera vez en el 2006, al cumplirse 30 años del Golpe, en el Centro Cultural de la Cooperación, y reestrenada en 2011, continúa con su gran capacidad de interpelación a los espectadores, todos los viernes a las 21 en el teatro La Otra Orilla, General Urquiza 124, CABA.

El director de la obra,  Omar Pacheco, la presenta tomando como eje la propuesta metodológica y técnica del “Teatro Inestable”; una propuesta definida como una filosofía de vida, que presenta un sistema de comunicación diferente, contrapuesto al establecido por el teatro tradicional. Pacheco –que hace más de 36 años que trabaja con este concepto- concibe este teatro para movilizar y modificar la actitud pasiva del espectador. “No hay otra posibilidad de construir un imaginario distinto sin un proyecto grupal, sin oponernos al sistema, sin romper con lo establecido y eso lleva largos años de formación y de búsqueda personal y colectiva”, afirma el director.

 El cuerpo es uno de los ejes de la obra. Poniendo más énfasis en él que en la palabra, la obra casi no tiene diálogos. Por el contrario, continuamente aparecen escenas donde la gestualidad lo es todo, desde rostros de horror hasta danzas que manifiestan el dolor de los personajes. La obra parte desde la noción de desaparecido y el cuerpo se convierte en una metáfora de las luchas, los miedos y las ausencias en los años dictatoriales.

“Este proyecto tiene que ver con la creación de un nuevo sistema de comunicación, el cual demanda poner el cuerpo en crisis, sacarlo de la comodidad de los movimientos y acciones de la vida cotidiana para activar otras zonas que expresen y transmitan, no que informen a través de la palabra”, expresa María Centurión, actriz de la obra.  

“Desde el primer momento, en la formación aprendemos que el cuerpo es el que habla. En general la palabra informa desde lo literal para que el espectador comprenda desde la racionalidad todo lo que está sucediendo. En cambio, el cuerpo puede transferir un mensaje mucho más profundo, siempre y cuando está cargado de contenido”, comenta, por su parte,  Valentín Mederos, otro de los integrantes del elenco.

La obra no tiene una continuidad narrativa sino que se presenta en un espacio atemporal, con escenas sueltas de danza, intervenciones de muñecos y monólogos. Esta manera de comunicar altera profundamente la recepción del espectador, poniéndolo también en tensión e interpelándolo no solo desde un punto racional sino emocional. Uno de los resultados de esta manera de narrar es el hecho de que al final de la obra, el espectador se sienta tan afectado que no pueda aplaudir.

La obra no tiene una continuidad narrativa sino que se presenta en un espacio atemporal, con escenas sueltas de danza, intervenciones de muñecos y monólogos.

Elementos como los sonidos, la música y la luz también se ven alterados. Al encontrarnos en un espacio que está la mayor parte del tiempo a oscuras, la luz de manera tenue ilumina los rostros de los actores, enfatizando sus caras y sus expresiones. Omar Pacheco afirma que al ser la estética narrativa inédita, provoca una conmoción que justifica a la pregunta de por qué el público no siente la necesidad de aplaudir.

Finalmente,  la temática de la dictadura y la manera de narrar es la que termina poniendo en quiebre la manera tradicional de expresar un discurso. Desde los postulados del Teatro Inestable se conjugan el compromiso artístico con lo ideológico. Y así la obra se presenta desde un lugar de resistencia, comprometida con la realidad política del país.

“Transmitir el horror de lo que significa una dictadura es una forma de resistir al olvido, de interpelarse e interpelar a los otros,  para que la memoria esté activa, presente y, sobre todo, para recordar que aún nos falta encontrar a nuestros desaparecidos y a sus hijos expropiados de su identidad”, expresa María. Valentín Mederos agrega: “Todo lo que hacemos en la vida y en el arte es un hecho político e ideológico, por lo tanto no podemos desconocer nuestra historia, nuestra memoria, y debemos tomar partido frente a la realidad de la cual formamos parte.” Presenciar La cuna vacía se inscribe en ese camino.

“Tenemos que seguir dando batalla”

“Tenemos que seguir dando batalla”

Además de ser psicóloga y trabajadora social, Eva Giberti recorrió los caminos del feminismo desde su adolescencia y lo sigue haciendo ahora, con sus vitales 89 años. Hace más de una década que integra el programa Víctimas contra las Violencias, en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y es autora de numerosos libros: Escuela para padres, Adopción Siglo XXI: leyes y deseos y Mujeres y violencias, entre otros. De convicciones fuertes, Eva habla pausado y de manera segura, tiene una mirada profunda y el pelo rojo como el fuego. Sentada en el sillón del escritorio de su casa, en la que vive desde hace más de 50 años, se dispone a contestar las preguntas de ANCCOM.

¿Desde cuándo comenzaste a identificarte con el feminismo?

Llegué visceralmente al feminismo. Ya desde niña y adolescente me reventaba que se diferenciara lo que podía hacer una mujer y un varón, me resistía absolutamente. Digo visceralmente, porque no había leído lo que empecé a leer después. A su vez, comencé a tener contacto muy tempranamente con Alicia Moreau de Justo, porque asistía a las conferencias y a las reuniones del partido socialista, que era el partido de vanguardia en ese momento, y Alicia era feminista. A la primera que escuché hablar de feminismo fue a ella. Desde el socialismo, que era también el feminismo tradicional, ella fue la primera luchadora en Argentina que hablaba de los derechos de las mujeres, que defendió el voto femenino, mucho antes que Eva Perón. Después empezaron las lecturas y los contactos muy tempranos con mujeres que militaban en el feminismo, por ejemplo Hilda Rais y paulatinamente me fui adentrando en esos grupos.

¿Y cómo eran esas primeras experiencias feministas?

Eran brotes, no eran movimientos organizados, eran pequeños grupos que se reunían en distintos lugares, pero no era todavía el feminismo organizado, que empieza bastante más tarde, en la década del 60. En ese momento, todas las que nos decíamos feministas éramos raras, locas, enemigas de los hombres y una no podía decir que era feminista. Era difícil, serlo o decirlo, lo decíamos entre nosotras, en los grupos en los que nos atrevíamos a militar, porque ni en casa, ni en la escuela, ni en la universidad se podía decir, aunque se hablaba, pero una se arriesgaba a una mala contestación o una burla. Esto nos significó un entrenamiento en la resistencia. Lo que se ve hoy en día, de no retroceder ni un paso, y estar convencidas de lo que hay que hacer, pasaba en los primeros grupos feministas. No se renunciaba a nada, se insistía, así se avanza y se organizan las gestas revolucionarias, ni un paso atrás, esa es siempre la consigna.

¿Qué recordás de aquellos momentos?

Eran los tiempos en los que se pensaba que había que casarse y tener hijos, de manera que ser feminista era conflictivo, y contradictorio, no se podía pensar en tener novio y ponerse hablar de feminismo, ni decirle al que iba a ser tu marido: “Vos tenés que hacer las tareas de la casa, no ‘colaborar’”. Eso no se podía, ni se soñaba. Algunas mujeres nos decían que pretendíamos cambiar el mundo. Y sí, justamente, lo que queríamos era cambiar el mundo y seguimos pretendiendo cambiarlo.

¿Cuándo comenzaste a escribir específicamente desde una perspectiva feminista?

Empecé a escribir acerca de feminismo desde que publiqué Escuela para padres, en la década del 60. Escuela para padres fue un fenómeno social en Argentina. Comencé a plantear ahí el feminismo. La idea era rupturista, meter ese concepto en Escuela para padres era algo que el psicoanálisis, ni por casualidad, hubiera introducido. Dentro de esta colección, escribí varios artículos que son de corte netamente feministas y que resultan raros, acerca de qué era, y de lo que se podía en esa época declarar, porque era el feminismo original, no era el actual, que tiene la característica de ser un movimiento. Yo explicaba por qué las mujeres debían trabajar fuera del hogar y por qué no eran inferiores que los hombres, qué significaba el trabajo no reconocido como tal dentro del hogar. Eran textos decididamente provocativos para la época, desde el punto de vista de lo que significaba la educación, que era totalmente autoritaria. Toda Escuela para Padres es una lucha y pelea contra el autoritarismo, lucha y pelea que yo mantengo actualmente, es cromosómico pelearme contra el autoritarismo.

¿Trabajaste el tema del aborto?

El tema del aborto era un tema central, también desde aquellos momentos. Escribir sobre aborto era decididamente indecente. El primer artículo grande fue en 1985, antes habían pasado muchos años, pero ni se soñaba con hablar de aborto. No se hablaba, no se tocaba, y una, por discreción, no avanzaba con el tema porque sabía que iba a una discusión con personas con las que una no quería enemistarse por razones de convivencia. Ese primer artículo lo escribí para la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), y me costó un dolor de cabeza, porque se empezaron a enojar otros miembros de la Asamblea. Provocó que la gente que no estaba coincidiendo conmigo, armara lío. Esa fue la primera experiencia que tuve y la sufrí en carne propia, porque me di cuenta cómo realmente te atacan y te dicen que vos no podés escribir sobre eso y que está mal visto. El último artículo que escribí es realmente duro y es sobre adopción. Escribí sobre qué es ese disparate de que las mujeres tengan un hijo y lo den en adopción. No tienen idea lo que significa entregar a una criatura en adopción.

¿Cuál es el problema de la adopción en Argentina?

El problema no es la Ley de Adopción, sino los padres que desde Buenos Aires se van al interior, arreglan con los jueces de provincia y se vienen con el bebé legalizado en la provincia, ese es el negocio. Se traen a los chicos de Misiones o de Salta y se saltean el registro de Ciudad de Buenos Aires. Siempre hay arreglos, el problema son los propios adoptantes que tienen dinero para irse a pasar una semana en la provincia, porque si no, tienen que esperar ocho años y no quieren esperar, son historias muy largas.

¿Existe el instinto maternal?

No, no existe. Lo gracioso del caso es que quienes inventaron el instinto maternal fueron los teólogos. Entre el 1500 y 1600, en Europa, las mujeres habían dejado de amamantar a los hijos y se quedaban trabajando al lado de los maridos en los campos. Había muchas pobres en Europa, que tenían los hijos porque no sabían cómo no tenerlos y luego los entregaban a las amas de cría y los chicos se criaban con ellas, hasta el año. Después se los devolvían, pero la mitad de esos niños morían. En el ejército sacaban la cuenta de que se quedaban sin varones y se empezaron a preocupar, entonces llamaron a los teólogos para resolver el problema. Los religiosos inventaron lo del instinto maternal y dijeron que las mujeres tienen que amamantar a sus hijos y estar con ellos, porque si no la madre no se hace cargo de su parte animal. Los animales se convirtieron en el modelo. Le metieron en la cabeza eso a las mujeres, así como nos metieron en la cabeza que tenemos que limpiar los pisos, atender al marido y estar preciosas. A las mujeres, como hay un significativo porcentaje que quiere y amamanta a sus hijos, nos resultó muy fácil creernos lo del instinto maternal, pero además por otra razón básica, elemental y terrible, porque todos necesitamos creernos que alguien alguna vez nos quiso. Es terrible descubrir de adulto o de niño, que ni siquiera tu madre te quiso, entonces si hay un instinto, ni tu madre te puede haber fracasado. Es una garantía para todos los que crecimos, el pensar que, por lo menos nuestra madre, nos quiso.

¿Qué significa para una mujer interrumpir un embarazo?

Es algo complejo, para alguna mujer puede ser traumático y para otra un alivio infinito. Aunque no sea doloroso es complicado, es jodido, es decir, vos estás totalmente convencida, pero el solo hecho de entrar al quirófano es molesto. Pero, ¿vos te crees que vas a llorar por un hijo que no tuviste? ¿De qué me están hablando? Te hiciste un aborto porque te mandaste la farra, porque te descuidaste, porque las pastillas no te funcionaron, porque ya tenías tres chicos y no querías cuatro o porque tenés doce años y tu tío te pasó por encima. ¿De qué hijo me estás hablando? Hablemos de aborto, en serio.

¿Cuál es tu mirada con respecto a la educación sexual?

Estuve en la creación de la Ley de Educación de Sexual y, yo por supuesto siempre provocando la ruptura, planteé que en el proyecto de ley se incluyera trata de personas y prostitución. Se pusieron como locos: “¿Cómo vamos a poner trata de personas?” Entonces, tuve que explicar: ¿De dónde creen que en Salta aparecen las primeras víctimas de trata? Son niñas de once y doce años, son las escolares que se llevan. Por eso las que tienen que leer qué es la trata de personas, son esas niñitas. Fue una discusión, que la peleamos y la ganamos, porque era necesario. Sacamos la ley tal como queríamos, con trata de personas y prostitución. Esa ley que fue maravillosa, fue resultado de dos años de discusión, aunque yo no estuve en los dos años. Yo entré a debatir en la síntesis definitiva.

¿Por qué no se aplica?

Porque la Iglesia se opone, en Salta, por ejemplo, ni se usa.

¿Cuál debería ser el lugar del hombre frente a la decisión de la mujer de abortar?

En primer lugar, usar preservativo, para no decirte que se haga una vasectomía que es complicado. La recomendación para el varón es aguantarse y usar preservativo. Si con su pareja aparece un embarazo y ella decide abortar, acompañarla. Hacerse cargo de la situación.

¿Esperabas la media sanción en Diputados y la negativa en el Senado?

En Diputados me la esperaba, y también sabía que no iba a salir, porque el curita del pueblo iba a reventar las cabezas de las chicas del pueblo, y las chicas del pueblo son las senadoras. Las iba a nombrar en la misa, iba a decir: ‘Fulana de tal voto de tal manera’. Para eso el Papa Francisco llamó a todos los obispos y los puso en fila. Ahora hay que hacerle frente con otras armas. Sabía que no iba a salir por la Iglesia, escuchando a los senadores te dabas cuenta que era una cuestión de fe estar en contra del aborto y además porque había problemas desde el punto de vista de la objeción de conciencia de algunos médicos. Eso había que asumirlo, pero no tenía por qué estorbar la existencia de la ley o producir un cambio y hacer otro tipo de reglamentación.

Cómo pionera de la militancia feminista en Argentina, ¿pensabas que se iba a dar el movimiento por la legalización del aborto que se fue gestando en estos últimos años, marcha tras marcha?

No, no. Ni cuando empezamos, ni hace tres años, ni leyendo todos los viernes Página/12, todo el suplemento, me hubiera imaginado que se veía el movimiento de #Niunamenos. Ya habíamos estado en la calle gritando, pataleando y denunciando, pero no podía imaginar esto ni en sueños, porque #Niunamenos movió mucha gente, fue el mundo, ahí salimos todas a la calle en serio.

¿Qué te generó esa instancia?

Dije: “¡Por fin! Para algo sirvió estar juntas, para algo sirvió hablar”. Si hay una virtud que es revolucionaria, es la esperanza, es la más revolucionaria de todas las virtudes, porque no te deja retroceder. Y las mujeres fuimos esperanzadas, además somos técnicas en espera, tenemos una resistencia particular para esperar y seguimos testarudamente adelante y avanzamos aún más cuando se trata de situaciones históricas. Las Madres de Plaza de Mayo han sido un modelo que no retrocedió en la espera y ni te cuento las Abuelas. No retrocedieron ni un paso y así aparecieron los 128. Todas hemos estado esperando esto, sin conciencia de lo que esperábamos y por eso empujábamos. Seguíamos haciendo grupos y charlas y congresos internacionales y nos metimos en las grandes Asambleas. Naciones Unidas tuvo que meter un Área de la Mujer. Empujamos, hasta que, en medio de todas las organizaciones, absolutamente masculinas, machistas y patriarcales, nos instalamos. Las que hicimos punta de lanza, hemos sido las mujeres, porque nunca retrocedimos. Desde adentro hay que estar peleando, por eso nos metimos en los ámbitos de los partidos políticos, si no las chicas, eran las que pegaban los sobres para convocar a las elecciones, nada más, y con el aborto se trata de hacer exactamente lo mismo, ya hay que estar preparando las marchas para el 2019, y estar viendo cómo hacer frente nada menos que a la Iglesia. Tenemos que seguir dando batalla.

¿Te parece que este movimiento, que hoy tiene mucha efervescencia, va a seguir con fuerza?

Desde #Ni una menos esto fue creciendo muchísimo, por qué vamos a pensar que se va a achicar, sobre todo porque quienes están encabezando el movimiento lo están haciendo muy bien. Es gente que, como en todos estos movimientos genuinos, no hay quien les pague. Se va adelante, porque no hay quien esté poniendo subvención, esto es a fuerza de pulmón, de vida, y de esfuerzos, no dependemos de otra gente que no seamos nosotras mismas. Hay que mover a los y las jóvenes, mantener el fervor, y no la creencia, porque la creencia es peligrosa, podés creer en cualquier cosa. Hay que advertirle a la gente respecto de los peligros de la Iglesia y de la religión.