Ago 3, 2021 | Comunidad, Novedades
Producto de la pandemia, la rutina y las actividades de la sociedad Argentina cambiaron rotundamente. El ámbito educativo no fue excepción. Y la materia de Educación Física sufrió una drástica transformación. Para investigar sobre esta problemática, diversos profesionales contaron cómo es enseñar esa asignatura en este contexto.
“En la escuela tengo diez burbujas de doce alumnos, en total repartidas entre el turno mañana y tarde. En jardín, tengo salita de cuatro y cinco años, en el secundario tengo primer, segundo y tercer año”, dice Leonardo Ibarra, profesor de Educación Física en el colegio Solar De Horneros ubicado en Merlo.
¿Qué tipo de actividades se realizan en una asignatura tan centrada en lo físico y en el contacto real con otros? “En el aula virtual les hago hacer actividad física que comprometa muy pocos movimientos, porque no sabemos el espacio que tiene cada uno en su casa. Les pido que realicen ejercicios de coordinación, equilibrio en el lugar; también uso videos cortos en donde charlamos y explico la actividad”, dice Ibarramuy entusiasmado.
La metodología de utilizar canciones para los ejercicios es algo muy estimulante y entretenido para los alumnos; “ellos se van muy contentos “, cree Ibarra. Hay formas de enseñar más tradicionales, como cuenta Camila Mayo, docente en las escuelas N.º 64 y EP N.º 62, de Merlo. “En clase trabajamos con las habilidades motoras básicas, anteriormente hago una explicación y demostración de la actividad“, agrega.
Otra variable que podemos encontrar es la teórica/práctica. “Realizamos actividades teóricas, lúdicas, recreativas, etcétera. Consisten en resolver diferentes desafíos, ya sea con el cuerpo, con algún elemento o de manera escrita”, señala Claudia Luporini, docente en las escuelas Nº 34 y Nº 11, también de Merlo. De manera tradicional o innovadora cada docente a su manera mantiene la esencia de la materia: hacer actividad física “En la clase hacemos ejercicios construidos, abdominales, flexiones y sentadillas”, informa, por su parte, Fernando Bengoechea, docente en la escuela secundaria N.º 34, también de Merlo.
Los profesores se vieron obligados a tomar examen por medio de la virtualidad. ¿Cómo hicieron?. “Los chicos me mandan los trabajos por correo y les doy una devolución “, afirma Fernando, para ilustrar un caso.

Con el inicio de las clases virtuales surgieron plataformas no tan conocidas para el público común, estas aplicaciones fueron un pilar fundamental en las clases online. “En el aula virtual lo que evalúo es la participación del Meet”, afirma Ibarra. Por otro lado, hay otros medios que ofrece el mundo digital como es el ejemplo de Zoom, dispositivo que tuvo una gran importancia para padres, alumnos y docentes el año pasado. “Para las evaluaciones se realizan reuniones por Zoom con los padres de los chicos y con los chicos para hacer las devoluciones”, dice Félix. La herramienta de mensajería instantánea WhatsApp también es usada por algunos docentes para tener una interacción más fluida con sus alumnos. “El método de evaluación es mediante observación de resolución de tareas, participación y cumplimiento, etcétera. Se realiza intercambio por Whatsapp, mediante mensaje, llamada o videollamada. “, explica Liorini.
¿Y qué dicen las madres y los padres de los chicos? Sabrina Alvez, mamá de León Alvez, un niño de seis años que asiste al colegio San Fernando, ubicado en la Ciudad Autónoma De Buenos Aires, cuenta: “En gimnasia hacen ejercicios combinados, como por ejemplo saltar tocándose la cabeza” . En este caso en particular la nota numérica fue sustituida por un informe. “La evaluación es el proceso en general. Porque como nota se dan informes valorativos”, afirma.
¿Y los alumnos? ¿Qué dicen ellos, a fin de cuentas quienes deben recibir los contenidos? Rodrigo Navarro, de 17 años, quien asiste a la técnica número N° 1 de Merlo explica: “Me mandan trabajos prácticos, son preguntas de condiciones físicas y las reglas de los deportes como vóley y fútbol”. La socialización entre los pares es muy importante durante la adolescencia, ya que en esta etapa las personas pasan por varias transformaciones tanto a niveles físicos como psicológicos. “Extraño estar con mis compañeros, jugar a la pelota en clase”, reconoce Rodrigo.
Ago 3, 2021 | Comunidad, Novedades
En abril de 2016, y a tan solo nueve meses después de su primera presentación, el Plan Qunita fue sacado de circulación a partir de una resolución del Ministerio de Salud del entonces gobierno de Mauricio Macri. Impulsada por una denuncia de la ex diputada Graciela Ocaña debido a supuestos sobreprecios en la licitación, la resolución detuvo la entrega de los kits destinados a mujeres embarazadas titulares de la Asignación por Embarazo. Además, hubo estudios que indicaron un supuesto peligro para los bebés en algunos de los elementos del plan. Todo esto volvió un paso atrás en el acceso al derecho del sueño seguro de muchos recién nacidos.
El kit contenía una cuna armable, indumentaria, elementos de cuidado e higiene, juguetes y una guía. La importancia del plan se basó en intentar disminuir el número de muertes que ocurren en la práctica mal realizada o sin seguridad del colecho, costumbre que consiste en que la madre y/o padres de un bebé duerman juntos por la noche. En el año 2015, se registraron 250 casos de Síndrome de Muerte Súbita de Lactantes (SMSL) producido en bebés menores de un año aparentemente sanos.
Alrededor de 74.000 cunitas fueron entregadas en distintas maternidad del país antes de la anulación del programa. Según un estudio de la Fundación Soberanía Sanitaria, en 2015 -año en que comenzó Plan Qunita- la tasa de mortalidad infantil se redujo un 8,5%. ¿Por qué se suspendió entonces, si mostraba aparentes buenos resultados? Uno de los motivos fue que se encontraron potenciales riesgos en algunos elementos del kit: por un lado, un informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial aseguró que las cunitas encastrables tenían bordes afilados y faltaron advertencias de uso, y por otro, un estudio determinó que las bolsas de dormir eran peligrosas ya que representaban un riesgo de asfixia para los bebés.
Alejandro Jenik, médico especialista en pediatría y neonatología, dialogó con ANCCOM sobre el informe que presentó a pedido de la Subsecretaría de Salud Comunitaria, Maternidad e Infancia, que repercutió sobre la causa Qunita. El médico señaló que la bolsa de dormir estaba erróneamente diseñada: “El proyecto era muy bueno, pero estaba mal implementado. Yo mencioné que el programa era elogioso, que había que continuarlo, excepto por la bolsa de dormir”. La pregunta entonces es por qué no se decidió seguir con el plan reemplazando los elementos deficientes, sin privar a los recién nacidos del kit.
Con respecto a otros detalles aparecidos en el informe del INTI, que también hizo mella en la opinión pública, para el especialista “No eran cosas importantes, si los bordes estaban afilados o no. Qunita era un programa importante porque lleva cunas a donde no hay, y cada niño debe tener una. El colecho no puede pasar porque los padres no tienen elección, la cuna debe estar y los padres tienen que hacer la elección si la usan o no, es una obligación del Estado”.
La falta de datos a nivel nacional con respecto a las prácticas de colecho impide conocer la situación de las familias más vulnerables, con madres solteras o adolescentes, en las que el colecho es más frecuente. Un estudio elaborado en 2017 por Subcomisión de Lactancia Materna y Grupo de Trabajo de Muerte Súbita e Inesperada del Lactante, señala los beneficios del colecho si se realiza correctamente y también advierte sobre las precauciones a tomar, evitando: posición del bebé boca abajo, superficies blandas, padres con fatiga extrema o consumo de alcohol o drogas, hacinamiento y falta de ventilación, entre otras. “El colecho no debería ser la única opción posible para familias carenciadas, sino una elección luego de conocer los beneficios y riesgos”, concluye Jenik.
¿Elección, costumbre o falta de alternativas?
Para entender más en detalle la cuestión cultural del colecho, ANCCOM dialogó con Soledad Perez, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas quién en 2005 publicó un artículo sobre el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante y la relación con un aumento de casos en los barrios más carenciados de Bariloche. Perez concluyó en que la etiqueta de SMSL muchas veces “tiende a homogeneizar lo que queda debajo de ese rótulo sin una causa aparente, pero si después descubrís que el SMLS está geográficamente localizado en los barrios más postergados y vulnerables, con ciertas condiciones habitacionales, en realidad la etiqueta invisibiliza un problema estructural de falta de acceso o incumplimiento de un montón de derechos”.
Por este motivo, bajo el rótulo de muerte súbita -y desconocida- muchas veces se esconde una vivienda inadecuada, falta de acceso a la salud, a los controles prenatales adecuados y al asesoramiento incluso en temas como el impacto del tabaquismo en la salud de los bebés. “Estas muertes pueden pasar en un barrio de clase media o alta, pero si se da en un período de tiempo muy corto, como pasó en Bariloche, la aplicación de ese rótulo es ingenua e invisibiliza las condiciones para que estas muertes ocurrieran”.
Otra cuestión importante es la construcción social del fenómeno, que suele demonizar la pobreza y la incapacidad de elección: “Es muy fuerte discursivamente salir en los medios diciendo ‘estos bebés se murieron por pobreza, porque las familias no tenían acceso a tal cosa’. Es muy fuerte para la familia, como algo que no le pudieron garantizar”, explica la investigadora. De esta forma las madres no solo cargan con la pérdida de un hijo, sino también con la afectación de ser las responsables de esa muerte en el discurso médico y mediático.
La forma de maternar, junto con las prácticas culturales arraigadas como el colecho, varían en cada región del país y componen “estrategias” como las denomina Pérez, para enfrentar, por ejemplo, las fluctuaciones térmicas del noroeste argentino o el frío intenso de la Patagonia, donde muchas veces las familias se amuchan para dormir y hacer frente a las bajas temperaturas. Por este motivo, si se quiere incluir un programa como el Plan Qunita y que se extienda a toda la población, es necesario conversar sobre los controles pre y postnatales. Este tipo de planes “necesitan un arraigo en la población; para instalarlo hay que hacer capacitaciones que tengan que ver con internalizar por qué es una buena práctica el uso de una cuna. Eso lleva tiempo y por eso una evaluación integral del plan debería hacerse transcurrido un tiempo”, sostiene la investigadora.
Los últimos días, luego del sobreseimiento de los imputados en la causa impulsada por Graciela Ocaña -entre los que se encontraban el ministro y viceministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán y Nicolás Kreplak, respectivamente- debido a que no se consideró que haya habido perjuicio al Estado por sobreprecios, se evalúa la vuelta del Plan Qunita. Es necesario incluir mejoras y orientación, pero será otra alternativa para poner el debate sobre la cama: colecho sí o colecho no, pero con la posibilidad de elegir lo mejor para un sueño seguro.
Jul 31, 2021 | Culturas, Novedades
En el nombre del litio es un documental crudo de Calma Cine junto con la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, producido a partir de la investigación de Pia Marchegiani, en el que se mezclan paisajes naturales con irrupciones tecnológicas generando un contraste incómodo. Sus directores y guionistas Martin Longo y Tian Cartier pisan la cuenca hídrica compuesta por las Salinas Grandes y la laguna de Guayatayoc y se encuentran con las comunidades indígenas que habitan el territorio que, agrupadas en la Mesa de los 33, se levantan ante el avance de empresas extractoras de litio que se proponen una explotación impune de los salares.
“Lo que se intenta mostrar es la desigualdad que hay en el mundo, el conflicto que trae el sistema extractivista desmedido y el poco espacio que tienen las minorías para poder expresarse”, expresó Longo en diálogo con ANCCOM.
Los viajes a la zona en donde se llevó a cabo la filmación comenzaron en 2017. Cuatro años después -pandemia de por medio- la problemática sigue más que vigente.
Ante el riesgo que provoca el cambio climático, países centrales y gobiernos del mundo, se unen para intentar apaciguarlo. Cada vez más discursos circulan de cadena nacional en cadena nacional, alegando que el futuro solo será futuro si se lleva a cabo una transición energética. Transición para la cual el litio es un mineral indispensable, ya que tiene la capacidad de almacenar energía.
El norte argentino contiene más de la mitad de las reservas mundiales de litio y por eso, hay concesiones mineras sobre casi toda la puna argentina.
Las comunidades Kolla y Atacamas de las provincias de Jujuy y Salta vienen desplegando denuncias desde 2009, cuando exploraciones mineras dejaron graves daños en las capas acuíferas, producto de las perforaciones en el salar. Esto se visibiliza en el documental junto con el impacto que pueden tener estas extracciones en las actividades económicas que brindan subsistencia a las comunidades.
En la vulneración sistemática a los pueblos se incluye la violación del derecho a la consulta regido por el Kachi Yupi, protocolo que redactaron las comunidades estableciendo procedimientos de consulta y consentimiento previo, libre e informado. Esto, amparado por los artículos 3 y 4 de la Declaración de las Naciones Unidas de los Pueblos Indígenas; y las constituciones provinciales de Salta y Jujuy, en sus artículos 15 y 50 respectivamente, que hablan de “integración”, “protección” y “reconocimiento” de los pueblos.
El documental plantea que el eje debería estar puesto en otro lado: “Evidentemente hay una necesidad de transición energética, de pasar de las energías de combustibles fósiles a energías renovables. La importancia que tiene el litio en esa transición es mucha”, sostuvo Longo. Sin embargo, expresó que la pregunta que circula es cómo reemplazamos la fuente de energía en vez de cuestionarnos sobre el consumo de energía que realizamos. “El desarrollo industrial nos puso en la situación en la que estamos hoy y no estamos viendo cómo frenar este avance. Me parece que la transformación está en cambiar algunas costumbres que tenemos con relación al consumo”, concluyó.
Como ANCCOM ha mostrado en investigaciones anteriores, maneras de extraer litio de una forma consciente existen, pero esas formas chocan con los intereses económicos de gobiernos y empresas privadas. “Creo que es ahí donde hay que generar el cambio. Se entiende que lo económico es fundamental pero igual de fundamental es lo ambiental y lo social”, afirmó Longo.
En el nombre del litio no trae soluciones sino que intenta visibilizar, abrir el debate y llamar a la reflexión.
Parece que la tarea impuesta de nuestro país es financiar la transición energética de los países centrales. ¿A qué costo? Destruyendo la vida de las comunidades indígenas. En nombre de la humanidad, la Puna se vuelve zona de sacrificio. En el nombre del litio se perpetúa la explotación, la colonización y la desaparición de los pueblos indígenas. Parece que la historia siempre vuelve a su punto de partida. En esta ocasión, para eliminar lo que estorba, no hacen falta balas, solo un Estado ausente y potencias impunes y desesperadas.
Longo pone el ojo sobre el comportamiento de quienes tienen el poder de cambiar las cosas: “diría que todo va a seguir por la misma línea, lamentablemente”. Aunque agregó: “Confío en que hay voces nuevas, que hay movimientos fuertes que no creo que se puedan frenar. Hay un movimiento ambiental y social que se está impulsando, sobre todo en los más jóvenes. Tengo esperanza de que en algún momento, por lo menos cuando mis hijos puedan tomar decisiones, esa masa crítica ayude a cambiar un poco el rumbo de esta situación”.
En el nombre del litio estará disponible del 1 al 9 de agosto a través de https://enelnombredellitio.org.ar/. Como una epifanía, desde el 1° de agosto, día en que los pueblos indígenas de América Latina agradecen a la madre tierra. Día de la Pachamama.
Jul 29, 2021 | Comunidad, Novedades

Desde principios de este año comenzó a desarrollarse en Argentina el proyecto de Reconversión Eléctrica Automotriz (RETROFIT, por sus siglas en inglés), un proyecto impulsado por el INTI en el que se busca, entre otros objetivos, desarrollar un manual de buenas prácticas para la transformación de vehículos de combustión interna a eléctricos de forma segura. El pasado 12 de febrero el presidente del INTI, Ruben Geneyro, firmó un convenio con la empresa misionera Tecnología S.A.
“La idea es copiar o asimilar las virtudes de lo que se realizó en el GNC tratando de impulsarlo desde el punto de vista eléctrico”, explica el ingeniero mecánico Diego Marino, jefe del Departamento de Desarrollo para la Industria de la Movilidad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). “También brindar una capacitación, dar las líneas básicas para poder hacer una reconversión, y generar el desarrollo de proveedores que vean que hay un mercado seguro que no va a producir accidentes, que la gente empieza a optar por esta temática y de ahí se comienzan a generar estos nuevos mercados de acción”.

El manual en el que trabaja el INTI está pensado tanto para grandes fábricas como para talleres mecánicos autónomos.
La reconversión se plantea ¿por cuestiones ambientales o por avance tecnológico?
La movilidad sustentable es una solución no solamente para el tema de la contaminación por los gases de efecto invernadero y la contaminación auditiva que generan los vehículos a combustión. Además es un salto tecnológico que la Argentina tiene que asimilar en el corto o mediano plazo porque en el futuro van a ser este tipo de vehículos los que se van a empezar a fabricar y la movilidad convencional va a quedar para muy pocos casos o para cuestiones que no se puede reemplazar. No digo que ya tenemos que desechar todo lo convencional sino empezar a articular muchos aspectos con respecto a la movilidad sustentable y el RETROFIT podría ser ese nexo entre un vehículo 0km eléctrico y uno 100 por ciento a combustión.
¿En qué área se desarrolla el proyecto?
Mi departamento se llama Desarrollo para la Industria de la Movilidad que está dentro de la subgerencia de Energía y Movilidad, la cual cuenta con cuatro departamentos: la generación de energía a través de energías renovables; la distribución y la gestión de esa energía; la acumulación a través de sistemas, por ejemplo litio, hidrógeno, plomo ácido, y después el uso aplicado a vehículos que es el Departamento de Movilidad. En ese departamento tenemos dos pilares fundamentales donde estamos trabajando que es el área de drones y el área de movilidad sustentable.
¿Cómo surgió el proyecto RETROFIT?
Surge como una investigación que realizamos a partir de varias experiencias o interacciones con distintos usuarios para ver qué es lo que se está necesitando o cuáles son las tendencias que se vienen dando en Argentina, en Latinoamérica y en el mundo. En Latinoamérica el tema la modificación de la planta motriz convencional por una eléctrica se viene dando desde hace un tiempo y ahora está tomando un impulso. El RETROFIT viene de acuerdo a esa investigación y empezamos a articular qué se necesitaría en Argentina como base para comenzar a fortalecer esta temática y cuál sería el objetivo final del programa. Nosotros queremos armar un manual para poder distribuirlo y que sea oficial, pero el objetivo también es tener un prototipo que permita hacer investigación y desarrollo de componentes y de comportamientos de vehículos con RETROFIT.
¿De qué consta el convenio?
La empresa misionera Tecnología S.A es la primera con la que firmamos el convenio donde estamos trabajando en el desarrollo de un manual de buenas prácticas. No podemos empezar a proyectar cómo va a tener incidencia tanto técnica o económica si no dan las pautas para poder hacer bien un RETROFIT de forma segura y siguiendo por lo menos un procedimiento adecuado. Entonces, el convenio consta de que vamos a realizar -junto con una empresa- y articular todas las condiciones para generar este manual de buenas prácticas. Vendría a ser como el procedimiento inicial o las indicaciones que darían la seguridad de cómo realizarlo. El RETROFIT no es de una provincia, sino que tiene alcance federal. Estamos hablando con gente de Buenos Aires, de Capital, de Misiones, de Entre Ríos, de Salta, de Tierra del Fuego que en su totalidad o en una parte se están incorporando.
¿Qué es el Manual de buenas prácticas de Reconversión Eléctrica Automotriz?
Son como las indicaciones o los procedimientos o los resguardos que hay que tener a la hora de realizar un procedimiento técnico. Es aplicable a cualquier tipo de emprendimiento de manufactura. Así, estaríamos disminuyendo el grado de fabricación o modificación casera y de error importante a la hora de convertir un vehículo. Entonces con esas bases podemos planificar distintos aspectos de un proyecto general. Lo apuntamos a los talleres pero a estos últimos no los modificamos para que sea uno de una multinacional o de un vecino que se puso un taller técnico. Queremos darle las pautas para que cualquier tipo de taller cuente con el equipamiento y las condiciones para que el operario que va a realizar esa práctica esté seguro de cómo hacer estas modificaciones para que el vehículo pueda circular. Después el grado del taller o su sofisticación, eso dependerá de cuánto se pueda invertir y qué elementos se puedan ir articulando. O sea desde el volumen que quiera hacer RETROFIT, si quiere hacer uno por mes es una cosa, cien por mes es otra. En este manual lo que se va a alterar es un vehículo que ya esté diseñado de fábrica. Los diseños propios dentro de una fábrica multinacional o nacional tienen ya una estructura de trabajo en la que el RETROFIT no va a incorporarse.

La reconversión de los vehículos puede ser parcial o total.
¿Existe a nivel mundial algún manual de este estilo?
De este estilo no y sí. Digo “no”, primero porque estuvimos investigando y no hay algo así como lo que queremos armar pero si hay lineamientos técnicos, por ejemplo, en Francia, Australia, hasta en Latinoamérica. Uruguay es el primero que impulsó esto del RETROFIT, más o menos armó algunos lineamientos técnicos pero no en concepto de un manual. Francia, en Europa, es el que está más avanzado porque ya legisló o está por legislar con respecto al RETROFIT. Están esperando el “ok” pero cumpliendo ciertas reglas obligatorias.
¿En qué instancia se encuentra el proyecto?
Estamos avanzando bastante y adecuando de acuerdo a los plazos que nos permite la pandemia. No quedó dormido, todas las semanas tenemos un logro que venimos proyectando de acuerdo a la planificación. Cuando hay un proyecto de desarrollo siempre se pone un plazo pero con el tema de la pandemia, las cuestiones de circulación y hasta de proveedores se complica un poco, por esto mismo es difícil aventurar un plazo.
¿Qué clase de vehículos reconvierten?
Nuestro proyecto se encuadra en vehículos utilitarios porque notamos que es el primer eslabón de la cadena que queremos avanzar, pero se puede dar desde motos hasta buses, camiones y puede ser aplicado un RETROFIT 100 por ciento donde se cambia toda la motorización; o un “hibridizaje”, o sea con un porcentaje eléctrico. Hay distintas formas de hacerlo híbrido y de generar el combustible para estos nuevos motores. Intentamos en la primera aproximación ir a un vehículo que tenga la posibilidad de convertirse en flota, ya que a eso apuntamos y además por las virtudes que tienen este tipo de vehículos -utilitarios-, por ejemplo su propiedad que es transportar cargas, entonces uno ya estaría salvando algunos ítems importantes a controlar.
¿Dónde obtienen los autos a reconvertir?
Tratamos de apuntar a la flota de vehículos que hay en el INTI y de poner en valor algunos.
¿Cuándo saldría al mercado un auto reconvertido?
Ya están saliendo pero sin contar con estos lineamientos que está trabajando el INTI que apuntan a la parte de la seguridad y a la procedimental. Hay RETROFIT casero y el Registro de la Propiedad del Automotor es la única autoridad de aplicación que lleva un registro y pide algunos ítems de seguridad del vehículo terminado. Es decir, las piezas trazables que se le retiran, por ejemplo, el motor y la incorporación de nuevas, en este caso el motor eléctrico. Entonces no es que está obstruido hasta que el INTI pueda obtener el manual sino que la idea es profesionalizarlo y darle todo un contexto técnico a estas prácticas. Nosotros vamos a la producción del vehículo.
¿Planean expandir el proyecto a vehículos de mayor porte?
Si, está en la planificación pasar a los distintos tipos de vehículos. Por ahora empezamos con las camionetas pero estamos trabajando para generar acuerdos y trabajos con buses, que es el siguiente paso. Después iríamos a categoría menores pero de mayor volumen, mayor cantidad, autos por ejemplo, que hay más circulando en comparación con camionetas y respecto a eso hay que estar muy seguro de lo que se va a proponer porque al haber más va a generar mayores variables a tener en juego.
¿Van a ser híbridos los autos?
No, la idea es revitalizar un vehículo, pasar a combustible eléctrico puro. El RETROFIT también se da o se puede empezar a hablar con hibridizajes pero en realidad la idea es pasar al 100 por ciento eléctrico.
¿Cuánta autonomía tendría un auto reconvertido?
Eso depende de muchos aspectos, de la potencia del motor que se le ponga, de qué tipo de vehículo se utilice, de con qué cantidad de baterías se cuente, pero eso es un tema que está dentro del manual de buenas prácticas, tratar de dar una aproximación en cuanto a la autonomía. No es una cuestión simple de deducir o de indicar porque no puedo decir “este vehículo con RETROFIT te va a durar x cantidad de kilómetros”.
¿Tienen pensado incluir motos en el proyecto?
Motos es un tema complicado porque hay muchas variables a tener en cuenta y es más, por los costos a lo mejor conviene directamente pasar a una 0km eléctrica. Por eso lo dejamos un poco de lado en este trabajo que estamos haciendo pasando más a vehículos de mayor porte. Pero las motos son una opción. Se están haciendo en otros lados y es muy fácil de armarlo o modificarlo. Por cuestiones de seguridad y económicas por ahora no lo vemos factible para emprender ese trabajo pero siempre estamos dispuestos si hay una empresa que dice “me interesa trabajar en esto” lo podemos hacer tranquilamente.
¿Es más rentable un auto reconvertido con motor eléctrico a uno a gasoil o a nafta?
Si comprás un auto convencional, el costo de la nafta crece y va a seguir creciendo no sólo en Argentina sino a nivel mundial porque se hace más difícil la generación de combustible, nafta, diesel o lo que sea porque cuesta más sacarlo de la tierra. Entonces, a lo mejor es un costo inicial alto pasar a eléctrico pero después con energías renovables, con la generación de energía el repago de esa inversión inicial lo podés contemplar.
¿Qué beneficios traería este proyecto?
En lo ambiental habrán menos emisiones de gases contaminantes, menos contaminación sonora; un vehículo eléctrico tiene menos partes desde el punto de vista del mantenimiento; menos líquidos que necesitan para refrigerarse. Por ejemplo aceites, entonces son menos líquidos contaminantes; menos mantenimiento y menos chatarra que se genera. Por ejemplo, si tenés que cambiar una bujía, tenés que cambiar las cuatro y no la podés revivir haciendo un proceso inverso, ya pasa a ser basura. Entonces, en cuanto a lo ambiental la parte eléctrica no digo que es 100 por ciento buenísimo pero estamos mejor de lo que es el combustible convencional. También la adaptación de nuevas tecnologías, pasar a desarrollar esta tecnología y empresas que se dediquen a la fundación de estos productos, de estas piezas eléctricas, no solamente como vehículo completo, como RETROFIT, si no como autopartes porque las baterías tienen una vida útil. Un vehículo eléctrico 0km en algún momento va a necesitar esa modificación de baterías o darle una segunda o una tercera vida a las que estén defectuosas. Entonces al tener que hacer un recambio de batería se generará demanda; por lo que va a haber empresas que empiecen a optar desde el punto de vista económico, tecnológico y darán el salto del valor agregado que podemos producir en Argentina o en la región.
Jul 29, 2021 | Novedades, Vidas políticas

El mandatario francés Emmanuel Macron fue una de las víctimas de Pegasus.
El 18 de julio, un grupo de periodistas involucrados en el Proyecto Pegasus -una investigación colaborativa a cargo de Forbidden Stories y Amnistía Internacional– reveló que el celular del presidente francés Emmanuel Macron formaba parte de una lista de objetivos a los que había accedido el spyware Pegasus, un software de espionaje a cargo de la empresa NSO Group Technologies, ubicada en Israel.
Aunque la noticia reflotó la discusión acerca del ciberespionaje internacional, el mencionado consorcio de periodistas ya había denunciado en otras ocasiones que la compañía israelí comercializaba este software malicioso (o malware) con diferentes gobiernos para actividades de vigilancia, al menos, desde 2016. Uno de los escándalos más difundidos fue el que involucró a la gestión del ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto, denunciado por espiar los smartphones de 15.000 figuras de la sociedad civil, incluidos periodistas, abogados, activistas por los derechos humanos e, incluso, al actual mandatario Andres Manuel Lopez Obrador.

El actual presidene mexicano, Andrés Manuel López Obrador, denunció haber sido espiado por su antecesor, Enrique Peña Nieto, a través del software de la empresa israelí.
Cuando hablamos de las nuevas amenazas tecnológicas, son muchas las aristas que se abren: desde la captación masiva de datos personales, hasta ciberespionaje o ciberataques que podrían afectar la economía mundial. Casos como el de Pegasus despiertan temor en comunidades altamente digitalizadas, y generadoras de un constante flujo de datos que pueden ser recolectados, categorizados y utilizados para los más diversos fines y por los más diversos actores.
Más allá de la ficción
El espionaje es uno de los géneros cinematográficos hollywoodenses más famosos y que tuvo su época dorada durante la Guerra Fría, periodo en donde se estimaba que la cantidad de agentes secretos podría haber llegado a cientos de miles. Las dobles identidades y las misiones top secret generan interés hasta nuestros días, y personajes como James Bond o el Superagente 86 quedaron grabados en la cultura popular occidental. La trama central de este tipo de películas se basa en la lucha contra un enemigo, representado en la gran pantalla ya sea por la Unión Soviética o la República Islámica de Irán. El agente se infiltra en las altas esferas del poder corrupto y malévolo para deshacer sus planes o salvar a los rehenes, en un claro antagonismo del bien contra el mal.
Sin embargo, la realidad es menos épica y se vuelve más difícil diferenciar a los buenos y a los malos de la historia. La ética se pierde detrás de los intereses de quienes detentan el poder, que no solo se dedican a espiar a terroristas o potenciales amenazas para su país -según afirman-, sino que también son objetivos del espionaje otros jefes de Estado, periodistas, empresarios, abogados, académicos, diplomáticos e incluso activistas sociales y por los derechos humanos. Ya no son necesarios vuelos internacionales, documentación falsa o agentes secretos, sólo basta con un mensaje al celular con un link malicioso -al estilo del “cuento del tío”- para que la víctima pueda ser monitoreada desde su dispositivo móvil sin siquiera darse cuenta.
¿Cuántas veces se reciben cadenas de mensajes advirtiendo no clickear determinado link porque se trata de un virus? Esta táctica, que podría parecer propia de un hacker amateur, es la utilizada por el malware Pegasus de la compañía NSO Group. La víctima recibe un mensaje en donde normalmente se lamenta la muerte de algún familiar, para luego dejar un link con los datos de una funeraria. Cuando se aprieta el vínculo, este no lleva a ninguna página en especial. El individuo, tras una llamada a su amigo para desmentir la noticia, olvida lo ocurrido y no parece sospechar nada. En ese momento, sin embargo, un potente virus de vigilancia y espionaje ya ha infectado el teléfono y permite al espía acceder a toda la información del dispositivo: imágenes, llamadas, correos electrónicos y ubicación. También puede encender la cámara y escuchar audios.
Alberto Rafael Román Soltero, científico de datos autodefinido como “nerd” y oriundo de México, llevó a cabo un análisis ético de la información del escándalo Pegasus en su país en el 2019. En una entrevista con ANCCOM, afirmó que el problema del ciberespionaje y sus derivados radica en que “se están inventando cosas mucho más rápido de lo que las estamos regulando”. Según él, “ya no se puede dar un paso hacia atrás. Eso sería como proponer un desarme nuclear porque significa un problema para el mundo. No va a pasar. Tampoco se puede prohibir porque ya fue inventado y no puede ser frenado. Cuando algo nuevo es descubierto, toda la humanidad debe adaptarse, evolucionar conforme a eso y no fingir que simplemente no pasó”.
Soltero, en clara sintonía con su investigación, remarca que no es su intención crucificar a la empresa israelí por lo sucedido porque, más allá de tener una responsabilidad ética y moral, no deja de ser una compañía que persigue el lucro y a fin de cuentas está establecida legalmente, aunque tampoco la justifica ni le resta responsabilidad parcial a sus actos. “Ellos solamente están descubriendo, haciendo y vendiendo. ¿Se imaginan que la ética de la venta de armas dependiera de cada una de las compañías que las fabrican? Eso no sucede”, afirma.
Por otro lado, prohibir este tipo de empresas sería abrir las puertas a que se realicen las mismas operaciones pero a través de la deep web (Internet profunda), mientras que liberarlas solo generaría mayores tensiones a nivel internacional. La mejor solución al alcance, según el mexicano, es crear una especie de consorcio internacional integrado no solo por las compañías sino también por las naciones y organismos internacionales para que discutan con seriedad y conciencia la realidad de estas poderosas tecnologías.
En este sentido coincide Andrés Piazza, abogado y consultor internacional respecto a gobernanza y derecho de internet. Como co-director de IDD-LAC –Instituto de Desarrollo Digital de Latinoamérica y el Caribe-, busca promover la creación de espacios para traducir en regulaciones adecuadas algunos de los consensos de los debates acerca de la gobernanza de internet. Este organismo “propone no solamente crear espacios y fortalecer el impacto de regulación y debate de la gobernanza de internet sino también -explica- diagnosticar por qué no se ha ayudado a mejores regulaciones y políticas”.
Respecto al control de estos gigantes tecnológicos, Piazza considera que se debe conocer cómo operan determinadas tecnologías, y que debe haber un grado de divulgación de parte de las empresas hacia los Estados por vía de regulación y, al mismo tiempo, tiene que haber un equilibrio para que no se pueda acceder o vulnerar a la propiedad intelectual y los secretos comerciales de las empresas.
Más allá de los deseos, estos no se traducen aún en normativas concretas y reales. Y mientras más se demore, las tecnologías siguen avanzando y mutan justo cuando se comienza a entenderlo, cual nueva cepa del covid-19. Este es el caso de la ambiciosa legislación impulsada por la Unión Europea y enfocada al control de los riesgos que plantea la Inteligencia Artificial (IA), que actualmente está en borrador pero se espera que entre en rigor recién en el 2023.
La batalla informática
En mayo, la mayor empresa de oleoductos de Estados Unidos, Colonial Pipeline, fue víctima de un ciberataque que provocó la inactividad de la misma y derivó en un temporal aumento del precio del crudo. Algo muy parecido sucedió a las pocas semanas cuando JBS, la mayor productora de carne del mundo, denunció un hackeo masivo que obligó a detener la producción en varias de sus plantas. Ambos casos, aunque habrían sido perpetrados por piratas digitales que iban detrás de una recompensa monetaria, permiten traer a discusión la posibilidad de una “guerra digital” internacional que afecte a la sociedad civil de manera diferente que las guerras convencionales.
Respecto a esta posibilidad, Andrés Piazza confirma que se están incrementando a gran escala los ataques a sistemas de información críticos de diferentes tipos en todo el mundo pero todavía no hay una matriz geopolítica tan importante como para hablar de una guerra. “Si se llega a un impacto geopolítico podría estar más vinculado a la carrera por las nuevas tecnologías y el posicionamiento que se hace por su adopción. Por ejemplo, las disputas por el espectro para el 5G en la Unión Internacional de Telecomunicaciones o la guerra comercial entre Estados Unidos y China con empresas como TikTok o Huawei”, analiza.
Por su parte, Soltero se anima a decir que aquello con lo que espían a los presidentes y que se oye tan lejano, es lo que tenemos todos en el celular. Afirma que lo que se teme que pase en un futuro, como las guerras digitales, ya está pasando en la actualidad y no nos damos cuenta o lo permitimos pasivamente: “Todos aceptamos los términos de búsqueda y al hacerlo las empresas y los gobiernos saben cuáles son nuestros comportamientos en redes sociales. Podemos meternos en nuestro perfil de publicidad de nuestra cuenta de Google, y conocer lo que sabe la compañía de nosotros. Saben nuestro sexo, edad, tendencias, signo zodiacal, si tenemos pareja o no, por donde nos movemos, qué es lo que nos gusta y no nos gusta hacer, sobre qué cosas investigamos, nuestras rutas, cuánto tiempo estamos en lugares y con qué otras personas. Toda esta información la aceptamos para que todo el mundo la tenga y no pasa nada. Y eso da miedo”.
Jul 28, 2021 | Comunidad, Novedades

Graciela Ortega forma parte de la organización Padres TEA Formosa. Es mamá de Benjamín de 9 años con un autismo severo diagnosticado desde los 2. Él no habla, su vida se basaba en una rutina combinada entre terapias y escuela hasta que a principios del año pasado con la llegada del coronavirus dicha rutina se vio severamente trastocada, generándole ansiedad y angustia entre otras sensaciones. “Si bien a todos nos afectó la pandemia, a los niños TEA más porque no les gusta estar encerrados, son hiperactivos, necesitan Salir e ir a despejarse a algún lado. Entonces fue un cambio fatal, porque él ya venía con una rutina y la pandemia fue un retroceso total para él”, explica Graciela.
El espectro autista es un estadío del neurodesarrollo, de origen neurobiológico. Es una condición que se lleva toda la vida y que afecta a lo que es la comunicación, lo social y todo lo que tiene que ver con las conductas y la intelectualidad. Se diagnostica a través de un manual estadounidense específico de trastornos y estadísticas, que se llama DSM-5. Situaciones como la de Benjamín se repitieron y se repiten sin parar.
María Soledad Sama Sánchez es licenciada en Psicopedagogía y Estimulación Temprana y profesora de Nivel Inicial. Explicita que el déficit en el desarrollo del lenguaje en un niño acarrea dificultades al resto de las áreas de aprendizaje. Enfatiza en la importancia de dar con un diagnóstico certero a tiempo y en entender que dos niños pueden compartir similares patrones, síntomas o características pero su diagnóstico nunca será idéntico. En el autismo, a diferencia de otras condiciones, se establecen niveles de acuerdo al grado de desarrollo cognitivo alcanzado al momento de su detección.
Sama Sánchez es también acompañante terapéutica, ayuda a los niños con sus tareas escolares e interviene con los docentes cuando los 40 minutos de Zoom que constituyen las clases resultan insuficientes. “La mayor parte de los padres prefieren venir a terapias presenciales, porque es lo único que tienen de esta forma, ya que no tienen, por lo menos en provincia de Buenos Aires, la escuela. Personalmente, prefiero la presencialidad porque de forma virtual, hay muchos niños que no tienen Zoom, entonces se hace muy complicado hacer terapia por videollamada”, dice.

“Todo lo que tiene que ver con la socialización de los chicos con TEA se da en las escuelas», dice Jalik.
La consultora Acción e Inclusión surgió en el año 2016 como un soporte para padres con chicos con discapacidades que busca ser un complemento a las diversas terapias. Una de sus fundadoras es Jennifer Jalik, quien de alguna manera pudo plasmar su propia vivencia en este proyecto. Ella es coach, pero por sobre todo es mamá de Alan, un adolescente de 16 años que convive con TEA. Brinda talleres a padres y a escuelas, además de escribir libros como Qué le pasa a este niño y trabajar en lo que define como “Marketing Inclusivo” con diversas empresas. Explica que la pandemia, en su caso, vino a entorpecer el proceso de autonomía que Alan estaba transitando y en el cual el ir a la escuela y la socialización con sus pares que allí se daba es un aspecto determinante.
En este sentido aclara que “todo lo que tiene que ver con la socialización de los chicos con TEA se da en las escuelas. Un parque no es un lugar donde cualquier chico puede estar. Porque hay demasiados estímulos, demasiada gente, porque es muy abierto, mucho ruido, hay animales, situaciones que hacen que se desregularicen. Todo lo social se desarrolla en un ámbito preparado para este desarrollo. Y el haber extendido tanto el tiempo para que puedan volver a estar en este ámbito obviamente afectó su calidad de vida muchísimo”, asegura.
El factor de incertidumbre sobre el futuro inmediato es algo que perturba profundamente a los jóvenes TEA. La gran mayoría de los casos que llegan a los consultorios psicopedagógicos en esta nueva etapa de apertura se ven impulsados por la ansiedad que les genera no poder mantener una rutina que los ordene y les marque una perspectiva temporal. Observan el mundo de una forma mucho más absorbente y amplificada en cuanto a lo emocional.
Jennifer ejemplifica esto mediante una de sus vivencias: “Alan rompió su celular, lo revoleó. Le preguntamos por qué lo había hecho y nos dijo: ‘Porque me aburrí de todo lo virtual. A mis amigos los quiero ver. No quiero más chatear’. Y lo rompió, sin registro de que cuesta plata. La forma que tiene de decirlo, en el caso de Alan tiene lenguaje, pero lo puede decir después de haber actuado de un modo que no le fue grato.“

“Alan rompió su celular, lo revoleó. Nos dijo: ‘Porque me aburrí de todo lo virtual», cuenta su mamá.
En el caso de Mila, una niña TEA salteña de 9 años, la virtualidad le trajo más desestabilización que ventajas. Las clases por Zoom le generaron irritabilidad, cansancio y frustración al no poder seguir cierto ritmo. Para su mamá, Lucrecia, la falta de conexión física con sus pares fue crucial en esto, ya que necesita compartir experiencias, juegos y copiar conductas propias de la edad. Lucrecia suelta una sentencia que es rotunda: “Se nota el retraso social, madurativo y emocional de los niños, en general. Siento que todos los chicos, adolescentes e incluso adultos TEA están sufriendo en silencio mucho más, sólo que ellos pueden camuflar socialmente muchas cosas”.
César es un niño TEA de 7 años que reside en CABA. Ida Navarro, su mamá, es de las tantas que celebra la vuelta de la presencialidad en las escuelas. Explica que “él no está preparado para la virtualidad, porque en sí ya se pierde en su mundo, se desorienta, imaginate cuando se tuvo que sentar a escuchar a una persona, no fue lo mismo que cara a cara, fue un caos”. En su casa convive con dos personas de riesgo, aún así, Ida considera que a partir de la vuelta a la institución el progreso que observó fue significativo. Apostaron a llevarlo hasta el último día y considera nociva la idea de volver a la virtualidad, ya que no cuenta con las herramientas pedagógicas para sostener su avance.
La pandemia vino a demostrar diversos colapsos a nivel funcional en distintas áreas del país. Sin querer denostar la importancia sanitaria que tuvo el aislamiento, se observa que en los niños con espectro autista las consecuencias son cruciales y hasta en un punto irreversibles. Todas las madres consultadas convergen en que el retroceso fue desmesurado y que su reparación (si es que aún es posible) costará años de involución vincular y cognitiva.
La licenciada Sama Sánchez recomienda que si por alguna razón ven que las terapias virtuales se convierten en un obstáculo para el avance del niño hagan lo posible para continuarlas de manera presencial. Por último enfatiza la importancia de que ellos mismos puedan apoyarse en los terapeutas, que conversen con ellos y se saquen los miedos e incertidumbres, ya que también necesitarán ser escuchados. Todo en pos de trabajar en conjunto, padres, terapeutas y docentes para impulsar el desarrollo de los niños con esta condición y que el discurrir de los efectos que deje esta pandemia sean lo más inocuos posibles.
