Mujeres al ataque

Mujeres al ataque

Argentina integra el Grupo D, junto a Inglaterra, Japón y Escocia, todos rivales dificilísimos.

El fútbol femenino vive un momento histórico en el país. El tercer puesto en la Copa América Chile 2018, la clasificación a Francia 2019 y el anuncio de la profesionalización son motivos para esperanzarse. Desde que el plantel de la Selección hizo público su reclamo por viáticos insuficientes, falta de lugar de entrenamiento y hasta de vestimenta, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) parece haber tomado nota y ha mostrado un mayor compromiso con el equipo.

En mayo de 2017, luego de casi dos años sin director técnico designado y sin disputar partidos oficiales, Carlos Borrello –entrenador entre 2003 y 2012– fue nombrado nuevamente al frente del equipo. Y pese a las fallas estructurales, en noviembre pasado las jugadoras lograron una impensada clasificación al Mundial de la FIFA.

Competirán 24 seleccionados divididos en seis grupos de cuatro, y pasarán de ronda los dos mejores de cada uno y los cuatro mejores terceros. El torneo reúne a casi todas las estrellas de la disciplina, entre ellas la brasileña Marta, la estadounidense Carli Lloyd y la holandesa Lieke Martens. La gran ausente es la última ganadora del Balón de Oro, la noruega Ada Hedgeberg, quien desistió de participar tras denunciar las desiguales condiciones de trabajo del combinado femenino nacional en comparación con el masculino.

La Selección debuta el lunes 10 de junio contra Japón.

Argentina tiene como objetivo principal avanzar a los octavos de final, algo que nunca sucedió. Para cumplir esa meta, Carlos Borrello apuesta a un equipo versátil, con un 4-2-3-1 como sistema predilecto pero no excluyente, que se caracteriza por su ofensiva punzante, laterales agresivas y con proyección y un mediocampo combativo.

“Tratamos de variar y tener alternativas de juego en lo táctico”, afirma la volante central Miriam Mayorga, de 29 años, nacida en Bariloche, recibida de médica hace unos meses y actual capitana de UAI Urquiza, el equipo campeón de la Primera División de las mujeres. Mayorga, quien llega a Francia 2019 como primer recambio en la mitad de la cancha, destaca la fortaleza del once argentino: “Nuestro punto fuerte es la actitud y lo aguerridas que somos. Son cualidades que pocos equipos tienen”.

La mediocampista Miriam Mayorga.

Los nombres propios también ilusionan. En el arco aparece la experimentada Valeria Correa, guardameta de Rosario Central y una de las pocas que participó de los mundiales de Estados Unidos 2003 y China 2007. Sus relevos en el puesto son Gabriela Garton y Solana Pereyra. En defensa sobresale Aldana Cometti, del Sevilla de España, una central de 23 años con mucho anticipo y un sólido juego aéreo. Por la banda derecha, Adriana Sachs aporta polifuncionalidad, ya que además se puede desempeñar como marcadora central, mientras que por la izquierda Eliana Stábile, figura clave en el repechaje contra Panamá, resalta por sus constantes subidas y su buen tiro de larga distancia.

El alma del mediocampo es Vanesa Santana, cuya virtud es la marca, generalmente acompañada en un doble cinco por la salteña Ruth Bravo, la encargada de crear juego. Ambas “aportan sacrificio, lucha y recuperación”, sostiene Mayorga. La ofensiva está liderada por la mendocina Estefanía Banini, enganche, capitana y la que teje los hilos de cada ataque. Cerca de ella, a cada extremo, las incisivas Florencia Bonsegundo y Mariana Larroquette. Hace un mes, Larroquette, de UAI Urquiza, se consagró por segunda vez consecutiva como goleadora del Torneo de Primera División con 28 tantos. La referencia en el área es Soledad Jaimes, del Lyon francés, quien viene de ser campeona de la Champions League, algo nunca antes conseguido por una futbolista argentina.

Las rivales de la primera rueda son muy peligrosas. Argentina comparte el Grupo D con Inglaterra, Japón y  Escocia, que en los papeles están algunos escalones arriba y contaron con dos años más de preparación para afrontar esta competencia. Las favoritas son Inglaterra y Japón, candidatas al título. Las británicas ocupan el tercer puesto del Ranking FIFA, son dirigidas por Phil Neville, multicampeón con el Manchester United y disponen de la explosiva mediapunta Fran Kirby. Y las japonesas son de temer: ya se coronaron en Alemania 2011 y salieron segundas en Canadá 2015. La clave pasará por lo que suceda contra la debutante Escocia, a priori la adversaria más accesible. Más allá de su falta de experiencia, ocupa el puesto 19 en el Ranking FIFA (Argentina el 37) y tiene entre sus filas a la volante ofensiva Kim Little, una estrella del fútbol femenino.

“Sabemos lo difícil que será ya que nos enfrentamos contra potencias mundiales –opina  Mayorga–, son selecciones que llevan años de trabajo y funcionan como verdaderos equipos”, pero advierte: “Ojo que en el fútbol puede pasar cualquier cosa. No perdemos la esperanza”.

Lionel Messi visitó a la Selección Argentina antes de que partiera a Francia. Aquí posa junto a Estefanía Banini.

La Albiceleste viene de jugar la Copa de Naciones en la que se midió con equipos importantes como Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur, y realizó el último tramo de su preparación en el predio de la AFA en Ezeiza, donde recibió la visita de Lionel Messi después de un entrenamiento. En suelo galo continúan las prácticas en las instalaciones del FC Noisy Le Grand, en los alrededores de París.

El lunes 10 de junio Argentina enfrentará a Japón en el Parque de los Príncipes, la cancha del Paris Saint Germain. Cuatro días más tarde, en Le Havre, norte de Francia, será el turno de Inglaterra, y el 19 de junio las chicas volverán a la “Ciudad Luz” para jugar contra Escocia. Todos los partidos de Argentina se transmitirán por la Televisión Pública. “Es increíble. Posibilita que la gente vea el fútbol femenino, cosa que antes no se podía. Este acompañamiento tan cercano no se veía antes”, se entusiasma Mayorga.  

“No debemos cometer los errores del pasado y la continuidad es lo principal. Los entrenamientos y los amistosos deben mantenerse porque nos dan rodaje en lo colectivo y en lo individual”, reflexiona Mayorga acerca de los 12 años que la Selección estuvo sin ir a un mundial y en vista del futuro prometedor que hoy se presenta.

El “pacto de caballeros”, otro fallido del gobierno

El “pacto de caballeros”, otro fallido del gobierno

«Si vos mismo no te la estás creyendo, ¿cómo vas a convencer a alguien de que esto es válido y de que tiene algún efecto?», dice la economista Mariana Fernández Massi.

Una lista de 64 productos considerados “esenciales” para la mesa de los argentinos con precios congelados por seis meses. De esta manera se presentó el plan que propuso el actual gobierno para atemperar la inflación. La lista incluye lácteos, bebidas con y sin alcohol y productos de almacén como galletitas, fideos, azúcar, arroz, entre otros. Ya a los pocos días de su lanzamiento, surgieron muchas dudas acerca de la eficacia de su implementación y de cómo funciona esta medida en el contexto de una crisis de dimensiones. ANCCOM dialogó con diferentes economistas para que brinden su mirada, como también con algunos clientes que se acercan a los supermercados en búsqueda (a veces infructuosa) de esos artículos.

Al recorrer varios comercios adheridos a este plan, se observó que, por el momento, los precios de los productos (si es que se encuentran) coinciden con la lista publicada en el sitio del Ministerio de Producción y Trabajo. Alejandro Robba, economista y vicedecano de la Licenciatura en Economía de la Universidad Nacional de Moreno,  advierte que «un congelamiento de precios puede ser útil en el corto plazo, no puede pasar más de uno o dos meses.

 Una de las principales dificultades que presenta el programa “Precios Esenciales” es el faltante de stock. Por caso, durante la recorrida realizada en el supermercado Coto de Moreno, ANCCOM pudo rastrear, por ejemplo, la falta de productos descremados en las góndolas de los lácteos.  O la mermelada La Campagnola, entre otras marcas, fue otra de las mercaderías que no se encontraba en ningún supermercado de la zona, entre ellos Chango Más y Día, también de Moreno y Carrefour, de General Rodríguez.

Romina tiene 35 años y vive en la localidad de Francisco Álvarez. Cuenta que para ella “Precios Esenciales” no hay. “Yo prefiero ir a los chinos porque los precios son más baratos. En mi opinión, el impacto del plan no se ve ni tampoco sirve”. Por su parte Margarita, de 73 años y jubilada que cobra el haber mínimo, dice: «No pongo mayor atención a los ‘Precios Esenciales’, todo está muy caro y cada día peor».

«No pongo mayor atención a los ‘Precios Esenciales’, todo está muy caro y cada día peor», advierte Margarita, de 73 años.

La fiscalización del programa es una herramienta fundamental. Sin embargo,  no funciona correctamente. Mariana Fernández Massi, economista e investigadora en Sociología y Economía del trabajo, afirma: “Yo estoy muy a favor de los controles de precios, me parece que son un instrumento súper válido en una política económica. Pero para que tengan fuerza como tales, requiere que haya una política pública en serio detrás de esos planes y eso significa un esquema un poco más parecido a lo que era tradicionalmente Precios Cuidados”. En este punto también coincide el economista Robba, quien cree que “Precios Esenciales sería una política interesante aunque sea por una canasta muy pequeña de alimentos. El problema es que no están bien publicitados ni sabemos dónde están. Me parece que si uno habla de ‘Precios Cuidados’, algo similar pero con una cobertura mucho mayor, este no era un congelamiento sino que se analizaron los costos de esos precios y se los iba aumentando lentamente. Era un precio de  referencia”.

De acuerdo con un informe reciente elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, el 49% de los artículos no estaba en las góndolas de 30 ciudades de la provincia, mientras que de los registrados, había poco stock.

En cuanto a la señalización, el 67% de los productos no estaba indicado con el correspondiente cartel “Precios Esenciales”, como tampoco estaban a la vista de los clientes. Pablo Tavilla, economista y director del Departamento de Economía y Administración de la UNM,  sostiene que “esto tiene muchos visos de algo que este gobierno ha puesto mucho énfasis y que ha tenido mucho éxito que es trabajar los medios, la información pública, el debate público y habilidad para desviar la atención. Esto de ‘Precios Esenciales’ se parece mucho a eso”.

Esta medida fue lanzada en el momento donde se habían comunicado los datos de inflación. No obstante, la poca convicción del gobierno en este tipo de herramientas condiciona al plan. “Hay una cuestión muy básica con las políticas públicas: si vos mismo no te la estás creyendo, ¿cómo vas a convencer a alguien de que esto es válido y de que tiene algún efecto? El gobierno mismo cuando anunció esto, lo hizo diciendo que no cree en el control de precios, concluye Massi.

«Este fue otro anuncio para ganar tiempo», subraya el economista Alejandro Robba.

Otra objeción importante es que entre los productos de la canasta “Precios Esenciales” no existe una verdadera diversificación de marcas y bienes como sí había cuando se implementó “Precios Cuidados”. No hay pañales, artículos de limpieza o de higiene personal, como tampoco incluye pollo, verduras, frutas ni pescado fresco. Además, los supermercados chinos y los comercios de barrios no se encuentran adheridos al programa. Entre las empresas proveedoras de los productos seleccionados podemos citar a Ledesma, Arcor, Molinos Río de la Plata, Bunge Argentina, Bodegas Norton, Morixe y Bagley entre otras, las cuales evidencian que el mentado «acuerdo de caballeros»  fue, en verdad, un mero convenio con empresarios oligopólicos que no están dispuestos a sacrificar rentabilidad.

“Este fue un anuncio para ganar tiempo, pero en la realidad, el programa Precios Esenciales, no existeafirma Robba. La falta de control, el limitado stock de productos y su escasa visibilización son los grandes problemas de esta medida. Entonces, ¿estamos realmente frente a un “plan de alivio” o acaso se acerca más a una estrategia solamente comunicacional?

¿Quién quiere ser financiado?

¿Quién quiere ser financiado?

El presupuesto de este año destinado para Ciencia y Tecnología es un 33% menor al del 2015.

Un joven pasea en bicicleta y se detiene en medio del Parque Rivadavia al ver algo que le llama la atención: una tabla cuadrada de madera en el piso y, al lado, un hombre de guardapolvo blanco sosteniendo una rueda de bicicleta. El hombre le pregunta si quiere acceder a realizar una experiencia de física. El joven, sin dudarlo, se baja de su bicicleta y apoya su mochila roja en el suelo para iniciar el experimento. Se para en la madera, agarra la rueda que el hombre de guardapolvo hace girar, y se sorprende al sentir cómo su cuerpo va girando al ritmo de la rueda. Cuando termina la experiencia, el joven saca un diábolo bronco de su mochila, comparte su habilidad y explica al hombre de guardapolvo cómo funciona. Ambos se halagan y se despiden.

En el Parque, desde lejos, se podía ver un globo blanco y gigante con el lema “S.O.S ciencia”. Los árboles estaban intervenidos con telas de colores, y los postes de luz sostenían carteles con frases como: “Sin ciencia no hay soberanía nacional”, “Sin ciencia no hay futuro” o “No a la fuga de cerebros”.

Lo que sucedía en ese lugar era la segunda edición del Festival Ciencia Paliza, un evento organizado por las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, con el objetivo de exponer los temas sobre los que trabajan los científicos argentinos y las consecuencias del ajuste en el área. El presupuesto de este año destinado para Ciencia y Tecnología es un 33% menor al del 2015, lo que representa un recorte de 23 mil millones de pesos.

Diego Golombek fue uno de los científicos que dialogó con el público.

La jornada comenzó a las 14 con la fuerza de la batucada de mujeres Talleres Paliza y contó con la cálida conducción de las científicas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)   Valeria Edelztein  y Nadia Chiaramoni.  Remarcaron que esta segunda edición fue organizada debido a que  la situación no mejora desde aquel primer festival en Parque Centenario. Sostuvieron que “la idea es visibilizar el impacto que tiene el desfinanciamiento de la ciencia y la tecnología, mostrar qué es lo que hacemos en los laboratorios, crear un espacio de diálogo para escucharnos, discutir propuestas, para ver qué podemos hacer como ciudadanos y también, pasarla bien”.

Durante las cuatro horas que duró el festival, se podían visitar stands que si bien estaban principalmente destinados a los niños, personas de todas las edades se vieron interesadas. La mamá de dos niños de 9 y 4 años expresó: “La ciencia es muy importante en la crianza de mis hijos. Los llevó a un colegio laico y trato de que se fomente la educación razonada y no religiosa. Me interesa todo lo que fomenta el acercamiento a las ciencias duras y sociales. A mi esposo le interesa mucho lo que es el mundo animal, vegetal y a mí todo lo que es cultural. Me enteré por la batucada y nos quedamos porque apoyamos todo lo que sea luchar por el presupuesto en ciencia».

Las conductoras narraron varias historias sobre ciencia y hubo “mateadas científicas” en las que intercambiaban inquietudes y propuestas con el público sobre diversos temas, como el voto electrónico, la educación sexual integral, las tormentas, el narcotráfico, entre otros.

Entre los científicos que conversaron con el público estuvo el biólogo Diego Golombek: “Voy a seguir  insistiendo en que la ciencia y la tecnología son el camino, aun cuando estemos en tiempos tan oscuros y urgentes. Si un chico tiene vocación por la ciencia hay que apoyarlo, ya que la ciencia no es para genios, sino para apasionados. Parafraseando al poeta Gabriel Senaya: ´Si queremos futuro, la ciencia es un arma cargada de futuro´”.

Familias y, principalmente chicos, participaron de una jornada reflexiva pero también lúdica.

Una de las actividades más concurridas del evento fue la entrevista abierta a Mario Pecheny, doctor en Ciencia Política, docente, investigador del CONICET y próximamente director del área de Ciencias Sociales y Humanidades de dicho organismo, y Roberto Salvarezza, presidente del CONICET entre 2012 y 2015 y actualmente diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.

Si bien Pecheny tendría que haber asumido el directorio el año pasado, los conflictos presupuestarios hicieron que su nombramiento se demorara un año. Con respecto a esta situación, aprovechó el espacio para agradecer a Dora Barrancos, quien fue directora del área desde el 2010 hasta el mes pasado, y renunció en señal de protesta.  Finalmente, el doctor en Ciencia Política asumirá el 12 de junio y aseveró que Barrancos tiene “una fuerza inigualable y deja la vara muy alta”.

Durante la charla, las conductoras hicieron mención reiterada a lo ninguneadas que están las humanidades. En el mismo sentido, Pecheny expresó que no está de acuerdo con esa idea de que aquello que hacen los científicos debe ser útil,  ya que la utilidad lleva su tiempo.  “A cualquier cosa que se nos ocurra, desde por qué nos matamos cuando manejamos mal con el auto, o por qué se embarazan quienes no quieren quedar embarazadas, uno podría buscar la respuesta en términos de ingeniería. Pero no tiene que ver con la calidad del cinturón de seguridad, ni con los métodos anticonceptivos,  sino con las relaciones sociales. ¿Por qué seguimos normas?, ¿Por qué no? ¿Por qué tenemos deseos? , ¿Por qué la gente vota en contra de sus propios intereses? Esas son las cosas que estudiamos en las Ciencias Sociales y hay algunos que no les interesa que se sepa todo”.

Los científicos realizaron una parodia del programa «¿Quién quiere ser millonario?!

En relación al valor de la investigación en Ciencias Sociales agregó: “¿Por qué pensar que no es útil trabajar sobre desempleo, pobreza, cuestiones de salud, violencia, género?”. Afirmó que las investigaciones humanistas no tienen que ver con cosas altamente cotizadas como el “litio” o la “nanotecnología”, pero sí con la “felicidad y el sufrimiento de la gente.”

En cuanto a la fuga de cerebros, Salvarezza sostuvo que los jóvenes científicos tampoco tienen lugar en el mundo privado. “La mayoría de los jóvenes que son muy buenos, tienen contactos en el exterior porque el 30% de la ciencia argentina se hace en cooperación internacional, están buscando futuro en otro lado”.

Además, Roberto Salvarezza expresó que la idea de tener más ciencia está asociada al desarrollo de los países: “Durante 12 años argentina apostó a investigar y a tener mayor número de científicos. Teníamos 3.000 científicos en 2003 y llegamos a tener 10.000 en el 2015. Con esto tampoco alcanzaba,  porque en el país tenemos 3 investigadores cada 1.000 habitantes de población económicamente activa y los países desarrollados tienen 8, 12 o 14”.

Denunció que el Gobierno, en vez de alentar a los científicos, reduce bruscamente su ingreso al CONICET y al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), por ejemplo. Alguien del público quiso saber:

-Por qué al gobierno no le interesa tener más científicos.

-Cuando al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, le preguntaron qué estaba sucediendo con el reclamo de los científicos contesto: “Habría que debatir si la ciencia es una prioridad para la Argentina” – recordó y como buen científico interrogó: “En este sentido el diputado preguntó: “¿Qué país del mundo se cuestiona eso? ¿Estados Unidos? ¿Inglaterra? ¿Francia?”

Salvarezza sostuvo que este gobierno tiene una idea de Argentina que va en contra de lo que están realizando esos países: “No vamos hacia el desarrollo en el que la damos inclusión a todos. Vamos al camino del subdesarrollo,  a ser proveedores de materias primas, y como proveedores de materias primas, alcanza para 20 millones de argentinos, los otros veintipico nos quedamos afuera”.

En diálogo con ANCCOM el diputado reflexionó: “Hoy sabemos lo que necesitamos. ¿Pero podemos saber lo que vamos a necesitar dentro de dos años? Está muy bien que uno destine prioritariamente ciertos fondos donde sabés que lo necesitas hoy, pero a toda la ciencia la tenés que financiar porque ninguna sociedad sabe qué va a necesitar mañana. No perdamos de vista lo que es la riqueza del conocimiento o para una sociedad”.

A modo de cierre, Valeria Edelztein  y Nadia Chiaramoni propusieron jugar a ¿Quién quiere ser financiado?, haciendo alusión al programa  de televisión ¿Quién quiere ser millonario?, en el que participó una científica del CONICET para ganar dinero y destinarlo a su proyecto de investigación. En el público se formaron dos equipos, uno liderado por el decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Juan Carlos Reboreda, y otro por la decana de la Facultad de Filosofía y Letras, Graciela Morgade.  El juego no tuvo dinero como recompensa para el equipo ganador (Filosofía y Letras), pero sí finalizó con un abrazo entre los dos decanos, simbolizando la unión entre ambas facultades que seguirán luchando por más presupuesto para la ciencia.

Diez meses de impunidad

Diez meses de impunidad

Familiares y allegados de las víctimas, docentes de la escuela N°49, la Asamblea de Directores de Moreno, el colectivo Familias por la Educación Pública, gremios como SUTEBA, ATE, CTA, y vecinos y vecinas de distintos barrios del municipio se movilizaron ayer  en la Plazoleta Carlos Fuentealba de Moreno, ubicada en la intersección de la Ruta 23 y Acceso Oeste. ¿Los reclamos? Justicia por las muertes de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez y condiciones dignas para el dictado de clases en el distrito.

“Rubén era mi compañero de vida. Un auxiliar y un docente excelente, tenía un compromiso social maravilloso. Siempre estaba preocupándose por el otro, siempre buscando algo nuevo que hacer para que sus alumnos de la Escuela 49 estuviesen bien”,  comenta Mabel Zurita, esposa del auxiliar Rubén Rodríguez. “Es importante destacar que la situación caótica ya venía anunciándose. Veníamos realizando reclamos a las autoridades pertinentes por las difíciles situaciones que estábamos atravesando en cada una de las escuelas y no hubo respuestas a tiempo” agrega Mabel, que también es docente en Moreno.  “Veníamos hace un par de años reclamando ante las carencias de la escuela -dice indignada-, desde los vidrios hasta las dificultades que había con las pérdidas de gas. Quizás venían, miraban y se iban o venían en otra oportunidad a arreglarlo, si es que volvían. A veces dejaban pasar el tiempo o cerraban alguna llave tratando de solucionar de esa manera el problema”.

Mabel Zurita, esposa del auxiliar fallecido Rubén Rodríguez.

Todos los que se acercaron al acto compartían esta lectura. La muerte de Sandra y Rubén no fue un accidente, se podría haber evitado.  “Las obras deben hacerse con responsabilidad, no es solamente ir y tratar de ocultar provisoriamente una falencia. En algunas instituciones las obras que se hicieron ya están otra vez en malas condiciones”, explica Mabel.

Viviana, secretaria de una escuela primaria y ex compañera de Sandra y Rubén, comparte los motivos por los que se movilizó en esta jornada: “Me acerco porque conocí a Sandra y a Rubén, trabajé con ellos en la Escuela 49 y lo que ocurrió realmente es inexplicable. Nunca nos hubiéramos esperado que pasara algo así pero, en realidad, solo es consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno”. Agrega que “si las cosas se hubieran hecho como debería ser, si las escuelas hubieran tenido el mantenimiento adecuado o si se hubiera escuchado la voz, el reclamo que diariamente hacía Sandra a cargo de la escuela como vicedirectora, esto no hubiera pasado”.

Pablo Díaz, en tanto, docente y miembro de la comisión directiva de SUTEBA,  recuerda a Rubén “en la puerta de la escuela, donde nos esperaba cuando íbamos con el móvil de salud para atender a los chicos. Siempre hablaba con él de la realidad de Argentina, de la realidad de Moreno, compartiendo visiones del país que queríamos. Hace diez meses él estaba ahí para garantizarles algo calentito a los chicos”.

Respecto al reclamo de justicia, Díaz comenta: “Las responsabilidades que nosotros creemos que existen exceden al interventor del Consejo Escolar. Las responsabilidades son aún mayores, del ministro de Educación, de la misma gobernadora María Eugenia Vidal” y agrega: “La situación edilicia es grave desde hace muchos años y excede a la gestión de Cambiemos. Lo que sucede es que a esa precarización a la que ya nos habíamos acostumbrado, la gestión de Cambiemos vino a empeorarla. Hubo un abandono total, por eso nosotros decimos que se trata de un asesinato por desidia”.

 

La escuela primaria N°49 hoy

La escuela donde murieron Sandra y Rubén se encuentra en el barrio San Carlos II, a sesenta cuadras del centro del Partido de Moreno. Está ubicada en una zona de clase trabajadora, atravesada por la desigualdad de oportunidades y la crisis económica, como tantos otros barrios del conurbano. Dylan, de 9 años, uno de sus alumnos,  comenta que “el año pasado nos dieron algunas clases en el campito del barrio, porque la escuela estuvo cerrada por lo que pasó. Nos enseñaban allá con un pizarrón. Sandra era la directora, Rubén era portero y yo era alumno de la Seño Laura. Con lo que pasó todos se pusieron tristes pero también muy unidos”.

Marcela Corvalán es docente de la escuela desde hace veinte años, y además era amiga personal de las víctimas. “La comunidad educativa se sintió muy afectada con lo que ocurrió. Son personas que pertenecían a la escuela desde hace muchos años. Rubén hace 26 años y Sandra, 17. Gente muy comprometida, por eso se sufrió tanto, nos afectó tanto y lo vivimos con tanto dolor”, explica.

Esta primaria es de doble escolaridad, y desde su inauguración cuenta con un comedor escolar. Tiene una matrícula formada por 400 niños y niñas, que desayunan, almuerzan y meriendan en el establecimiento. Marcela comenta que frente a los problemas de abastecimiento del comedor “somos las personas de la escuela quienes tenemos que estar reclamando. Los maestros hacemos lo que podemos. Los cocineros y auxiliares cocinan con amor, hacen lo que pueden para que los chicos tengan su plato de comida diaria, más hoy en día que estamos pasando muchísimas necesidades”.

Hernán Pustilnik es docente de tercer grado en la Escuela Nº 49. Despide afectuosamente a los niños y niñas que acaban de finalizar su jornada escolar. Respecto a Sandra y Rubén comenta: “Es algo que uno no asume nunca, lo que pasó acá. Se van a cumplir diez meses, todavía es imposible de entender y mientras que no haya justicia nosotros vamos a seguir luchando. Es raro estar en la escuela sin que ellos estén. A veces es más difícil para nosotros que para los chicos”.

Respecto al 2 de agosto del año pasado recuerda: “El impacto fue terrible. Lo que pasó acá podría haber pasado en cualquier otra escuela” y agrega: “luego de la explosión vinieron a revisar, se empezó solo por el gas, se descubrió que la totalidad de las escuelas de Moreno tenían pérdidas de gas con riesgo de explosión”.

Marcela Corvalán y Hernán Pustilnik, docentes de la Escuela 49 de Moreno.

¿Qué pasa en las otras escuelas?

Actualmente hay alrededor de noventa establecimientos escolares sin calefacción en el Municipio de Moreno. Muchos de ellos cuentan con una instalación nueva terminada, pero no tienen servicio; otras aún sufren pérdidas de gas. Esto genera frío invernal en las aulas, salas de maestros y comedores y, por otro lado, una severa dificultad para preparar alimentos o infusiones calientes para los chicos que asisten a clases.

Más de cincuenta escuelas del municipio aún no dictan clases con normalidad, pese a lo avanzado del ciclo lectivo. En la mayoría de ellas se rota la cursada, es decir que asisten ciertas divisiones o grados unos días y las demás, alternan otros. “En la escuela en la que trabajo por la noche solo están habilitadas tres aulas, damos clases salteadas. Hubiéramos preferido otra respuesta, en especial de la Provincia, que es a quien le corresponden las escuelas de Moreno” explica Hernán.

En el último mes hubo varios  episodios de riesgo reportados en escuelas locales. En la Escuela Secundaria N°27 de Cuartel V hubo una explosión causada por una pérdida de gas. El auxiliar, que estaba intentando encender la calefacción, como consecuencia, perdió el 30 por ciento de la audición y tiene daños en la córnea. A diez días del incidente, sigue internado.

Por otro lado, durante la manifestación en la Plazoleta Carlos Fuentealba, varios vecinos denunciaron irregularidades en las escuelas de sus barrios. Ayelén, madre de un estudiante, expresa: “En este momento en la Escuela Secundaria N° 51 de mi barrio, Villa Ángela, están sin clases porque se desmoronó un pozo que había en el patio y a raíz de eso se rajaron los baños”.

Cuando las condiciones edilicias no son aptas, no sólo se interrumpe el acceso a la educación de los niños, sino que también se pone en riesgo a docentes y auxiliares. Daniel Gómez, también presente en la manifestación, afirma:  “Hace poco explotó una estufa en la Escuela Nº 72 del barrio La Esperanza. No fue otra tragedia, no pasó a mayores pero es riesgoso. Estamos exigiendo justicia y que todas las escuelas tengan todo lo que tienen  que tener”.

135 femicidios en el año y una multitud para decir “basta”

135 femicidios en el año y una multitud para decir “basta”

Cada colectivo tuvo su representante en la lectura final del documento.

La situación de las mujeres y las disidencias en Argentina es escalofriante: no se termina de contabilizar una cifra estadística de femicidios que, a las horas, ya es interrumpida por una nueva atrocidad de la violencia machista. La quinta marcha del Niunamenos que se realizó ayer con movilizaciones en todo el país no pudo escapar a esa regla macabra: el sábado por la noche, dos jóvenes de la provincia de Córdoba fueron asesinadas a puñaladas delante de sus hijos y se sumaron a los 133 femicidios en lo que va del año -según cifras del Observatorio de las Violencias de Género “Ahora que sí nos ven”-. La enorme potencia verde de la convocatoria de ayer, con la presencia de miles de mujeres, fue a decirle basta, una vez más, a todo eso.

Si -tomando la valiosa palabra de Rita Segato- hablamos de crímenes que enuncian, que tienen claros mensajes y destinatarios, vale decir también que la quinta marcha por el Niunamenos de ayer también fue una enunciación contundente. Y lo fue por muchas razones. Una de las más importantes es que este colectivo, seguido por miles de mujeres que copó Plaza de Mayo y se encolumnó varias cuadras por Avenida de Mayo, buscó visibilizarse representativo de la pluralidad de identidades y colectivos que militan la erradicación de las distintas formas de violencia de género.

“Estamos acá una vez más para tomar las calles y manifestarnos, para decir basta de violencia económica, sexista, racista y clasista contra las mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries, gordes e intersex; de la clase trabajadora: ocupades, desocupades, precarizades, piqueteres y de la economía popular, visibilizando especialmente a las mujeres indígenas, originarias, afroargentinas y negras en pos de empezar a saldar la deuda histórica para con ellas y todas las identidades vulneradas por el capitalismo patriarcal y el modelo económico de Mauricio Macri y la alianza Cambiemos, sostenido por su gobierno y los gobiernos provinciales que precarizan nuestras vidas y profundizan todas las desigualdades y las opresiones”, fue el comienzo de la lectura del documento consensuado por las distintas organizaciones feministas en asambleas.

«Las mujeres pasamos muchos años creyendo que teníamos deberes, y lo que tenemos son derechos”, dijo Nora Cortiñas.

Desde un camión que hacía las veces de escenario se leyó el documento del colectivo y la lectura desempeñó, en sí misma, un fuerte papel simbólico: si bien el manifiesto de este año le reservaba a cada una de las pluralidades identitarias y colectivas que lo componen un lugar bien destacado de reivindicación de sus demandas y derechos, la lectura encarnó esa visibilización en los cuerpos que enfocaban las cámaras, con representantes de cada una de esas pluralidades enunciando sus propias realidades y denuncias con espacio y voz propia.

El grito por el aborto legal, seguro y gratuito fue una de las principales demandas, a casi una semana de la nueva presentación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. El reclamo fue acompañado por las exigencias de provisión y producción pública de Misoprostol y Mifepristona aprobada por la ANMAT y el cumplimiento de la Interrupción Legal del Embarazo en todo el país, sin restricciones, con las técnicas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con el lema urgente de “¡Niñas, no Madres!” que cobró fuerza en los últimos meses.

“El fenómeno de la violencia contra las mujeres tiene que ver con el avance en la conciencia y el cambio social que implica que las mujeres dejen de callarse y someterse. Las formas del femicidio son una expresión totalmente desesperada, extraviada y desde luego criminal de intentar sostener el dominio masculino sobre mujeres que se desvían de alguna pauta de sometimiento”, le explicó a ANCCOM, durante la caravana, Martha Rosenberg, reconocida médica y psicoanalista integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

“Acá estamos contenidos, necesitamos venir y expresar lo que sentimos para que esto no ocurra más», explicó Alfredo, el padre de Carla Soggiu.

Es que si la llegada de más y más pibas a las calles es el saldo positivo desde la primera convocatoria del Niunamenos, allá por 2015, lo cierto es que las cifras siguen siendo alarmantes y desesperadas. Desde aquel 3 de junio a este 20 de mayo, se cometieron 1193 femicidios en nuestro país, según cifras del Observatorio mencionado. De esa cifra, el 29% de las víctimas tenía entre 15 y 25 años y el 88% de los agresores eran conocidos o de su círculo íntimo. La Oficina de la Mujer de la Corte Suprema también presentó su informe 2018: de los 278 femicidios relevados, el 83% se produjo en contextos de violencia doméstica y el 56% fue cometido por parejas o exparejas de las víctimas.

Si algo expresa la fuerza de estas luchas es, justamente, el largo pero firme paso de los familiares de nuestras chicas muertas. “Acá estamos contenidos, necesitamos venir y expresar lo que sentimos para que esto no ocurra más… Para que estén todas vivas -reclamó Alfredo, padre de Carla Soggiu, encontrada muerta en el Riachuelo el 19 de enero-. Hace más de cuatro meses estamos esperando que nos entreguen los contactos de los botones antipánico y no nos hacen caso. Lo pide el abogado, lo pide la Fiscalía y no tenemos respuesta. Todavía no sabemos qué pasó con nuestra hija, que estuvo 90 minutos activando el botón antipánico”. A su lado y abrazada a la mamá de Carla, marchaba Marta, la mamá de Lucía Pérez, asesinada en 2016. “Esto no nos puede seguir pasando: como país, no podemos soportar esta desidia con las mujeres. En épocas de crisis, las mujeres y los niños somos los que peor la pasamos. El Estado debe hacerse presente, no puede darles la espalda a las víctimas. Lucía, Araceli, todas esas niñas, desde el cielo, nos están pidiendo que estemos acá reclamando por justicia”, le confió a ANCCOM.

La pluralidad de voces leyendo sobre el escenario le hizo frente a otra compleja pluralidad, la de las distintas formas de violencia contra mujeres y disidencias. La económica tuvo un lugar preponderante en el documento: “La deuda con el FMI, fraudulenta e ilegítima”, “el ajuste” y “los casi 250.000 despidos” fueron parte de un manifiesto que recordó el Cordobazo y exigió la prórroga en la moratoria para la jubilación de amas de casa.

El 29% de las víctimas tenía entre 15 y 25 años y el 88% de los agresores eran conocidos o de su círculo íntimo.

Las organizadoras dijeron que ayer hubo cerca de 100 mil en Plaza de Mayo, aunque sería imposible reducir la marea verde a un número. Tampoco puede simplificarse en una única voz; por eso fue tan potente la lectura en clave diversidad, cada cual con su realidad y todas juntas contra la violencia patriarcal y machista. Uno de los momentos más conmovedores fue la lectura sentida y pausada de Paula Arraigada, del Movimiento Trans Nadia Echazú, exigiendo, sobre el final de sus palabras, “el derecho a una vejez digna” para travestis y trans. “¡El candombe en la calle no es delito!”, gritaron al cierre del discurso de las afrodescendientes. Una multitud de demandas y una pluralidad de voces se levantó allí, sobre ese escenario improvisado del que la fantástica Norita Cortiñas fue espectadora de lujo, primera línea de la enorme columna de miles y miles de mujeres que cerró la movilización con un pañuelazo verde. Y quién mejor que ella, luchadora incansable por los derechos humanos, para recordar por qué hay que copar las calles: “La importancia de luchar es que dejamos de ser invisibles. Las mujeres pasamos muchos años creyendo que teníamos deberes, y lo que tenemos son derechos”.

“Nos quitan tanto, que acabaron quitándonos el miedo.”

“Nos quitan tanto, que acabaron quitándonos el miedo.”

Sobre el suelo terracota se posan algunas botas, zapatillas y mocasines –todos violetas- que no cubren ningún pie. Los talles: 38, 36, 22, 16. Una inscripción interpela: “¿Quién se pone en nuestros zapatos?” A modo de intervención, los calzados pintados junto a un igual número de cruces representan a las víctimas de femicidios durante el último año y a los hijos e hijas que quedaron huérfanos de madre. La acción la lleva adelante la agrupación Atravesados por el Femicidio, que nuclea a los familiares de las víctimas. “Ellos nos llamaron para darnos un poco de asesoramiento y contención luego de lo de mi hija. El 24 de diciembre de 2017 ocurrió el hecho. Ella y su pareja tenían que venir a pasar la Navidad con nosotros pero al mediodía nos llamaron para decirnos que tuvo un accidente. Nunca nos imaginamos lo que terminó pasando.” Fredy Garnica es padre de una víctima por femicidio. “Hay que seguir luchando porque en realidad todavía no termina esto -continúa-.  El gobierno siempre está ausente. Hay algunos del grupo que todavía no reciben justicia.”

La quinta marcha Ni Una Menos fue convocada para las 16 en la Plaza de los Dos Congresos con dirección a Plaza de Mayo. Sin embargo, los puestos de artesanías y comidas comenzaron a instalarse desde las 14, aprovechando el todavía escaso flujo de gente y la posibilidad de estacionar los autos con la mercadería en la proximidad. Las primeras en llegar mataron el tiempo redirigiéndose de puesto en puesto, algunas preguntaban precios, otras sólo apreciaban la originalidad de la mercadería. Desde pines pintados a mano, parches, remeras con las consignas principales –»Hemos decidido conquistar nuestra libertad», «Respetá mi existencia o esperá resistencia»- hasta stands con venta de copas menstruales, toallitas reutilizables, esposas, látigos, preservativos de regalo y fanzines con información sobre sexualidad. Tampoco faltaron los puestos de comida: el clásico de choripán y la venta ambulante, cada vez con más fuerza, de comida vegana o vegetariana, como el pequeño puesto que con letras grandes atraía al público: “Hambur veggie anti-yuta”.

«Son las mujeres y los cuerpos feminizados las que sufren en primer lugar el ajuste», dijo la politóloga Verónica Gago.

Como es característico del 3J, la multitud que abrazó la movilización fue heterogénea. El objetivo que cohesionó a las diversas organizaciones y a  independientes fue la intolerancia a que sigan matando mujeres, travestis y trans y el reclamo al Estado para que se haga responsable. Sin embargo, a este pedido, según las diferentes campañas y luchas, se sumaron otros: Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, separación de Iglesia y Estado, Educación Sexual Integral (ESI) en todas las escuelas del país, asistencia adecuada a víctimas de trata, modificación de la Ley Antidiscriminatoria, cupo laboral travesti-trans, reconocimiento a las trabajadoras sexuales, eliminación de prácticas racistas, y otras.

Estefanía Camera Da Boa Morte es activista de la columna Negras, Indígenas, Racializadas y Disidencias, que encabezó por primera vez la marcha Ni Una Menos. En diálogo con ANCCOM, la referente detalló los reclamos del sector: “Pedimos ni una migrante menos, ni una afro menos, ni una indígena menos y la autoproclamación de los territorios -siendo el primero y sagrado: nuestra cuerpa-. Estamos pidiendo la plurinacionalidad, que se deje de invisibilizarnos y de tener practicas racistas, capitalistas y coloniales por no reconocer a las treinta y seis naciones indígenas y a las descendencias afroargentinas que hay en el país y por seguir borrándonos de las historias en todo lo que es el nivel educativo.”

Por otro lado, desde la organización Zona, integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, también se hicieron reclamos específicos. “Reclamamos primero la inclusión laboral travesti-trans en todo el país, la efectiva aplicación de la Ley de Identidad de Género, la actualización a nivel nacional de la Ley Antidiscriminatoria y la aplicación de ESI en todas las escuelas. Sobre todo nos movilizamos en resistencia a la movida conservadora y de derecha”, argumenta Mariana, referente de la organización.

El color verde, que exige la legalizacón de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, tiñó la jornada.

La lucha también tuvo un fuerte reclamo en relación a la crisis económica actual del país. El lema “VivasLibresYDesendeudadasNosQueremos” fue acuñado por el colectivo Ni Una Menos a partir de un consenso generalizado al respecto. La politóloga y militante Verónica Gago explicó la importancia del pedido: “Este 3J nos enfocamos en la situación de la crisis económica, la violencia financiera de la deuda y cómo son las mujeres y los cuerpos feminizados las que sufren en primer lugar el ajuste; estamos haciendo malabares para llegar a fin de mes, para reponer desde las economías populares lo que el Estado ha quitado como infraestructura pública e infraestructura social.”

Para las 18.30, la Avenida de Mayo se encontraba bajo luces artificiales; ya no quedaban rastros del vibrante cielo celeste que alumbró la jornada. En la cabeza de la movilización estaba el colectivo Ni Una Menos y lo acompañaba la percusión interpelante de tambores y redoblantes de Las Tamboras. Luego de rodear la Plaza de Mayo en medio de música y bailes, las presentes se reunieron, cerca las unas de las otras, en silencio, a escuchar el documento que reunía los reclamos. En una plaza colmada de mujeres, travestis y trans que se movilizaron y salieron a las calles una vez más para ejercer sus derechos, alguien levantó un cartel: “Nos quitan tanto, que acabaron quitándonos el miedo.”