Del «hecho en China» al «creado en China»

Del «hecho en China» al «creado en China»

El exembajador argentino en Beijin analiza el ascenso del gigante asiático desde una perspectiva geopolítica, filosófica e histórica. El rol de la planificación, el lugar social de los abuelos, la educación como motor del ascenso social y las diferencias con la política internacional estadounidense.

Aunque los productos chinos, japoneses o coreanos forman parte de nuestra vida cotidiana, en Argentina persiste una mirada exótica y lejana sobre Asia. Sin embargo, entender el rol de China en el escenario global es clave para no quedar al margen de las transformaciones que redefinen el orden mundial. En diálogo con ANCCOM, el exembajador en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, analiza el ascenso del gigante asiático desde una perspectiva geopolítica, filosófica e histórica. Politólogo de formación y militante de tradición, Vaca Narvaja creció en el exilio cubano como parte de la llamada «guardería montonera», un enclave secreto donde se criaron los hijos de dirigentes revolucionarios como su padre, Fernando Vaca Narvaja.

Ante la confesión de la cronista, que admite no ser experta en China, responde sin condescendencia: “He conocido funcionarios que llegaron a altos mandos sin tener idea de China”. Él, en cambio, estudió ese país, lo vivió durante uno de sus momentos más críticos -la pandemia de covid-19- y adoptó muchas de sus costumbres. Promueve el intercambio de saberes con la misma naturalidad con la que regala libros a quienes, como él, se acercan con ganas de entender.

¿Por qué China tiene un rol histórico tan relevante en el escenario mundial?

China fue, durante siglos —del I al XVI— el centro económico global, con un peso que oscilaba entre el 30 y el 45% de la economía mundial. Esa perspectiva histórica explica por qué, para los chinos, su país no está «emergiendo», sino reemergiendo. Ven este crecimiento como un retorno a su lugar natural en la historia. Esa hegemonía se interrumpe con las invasiones extranjeras entre los siglos XIX y XX, conocidas en China como el “Siglo de la Humillación”, que reducen su participación económica global al 5%. La reconstrucción empieza con la fundación de la República Popular China en 1949. A esto se suma una larga tradición filosófica y estratégica —Confucio, Lao Tse, Sun Tzu— que pone el foco en la armonía interna y la defensa, no en la expansión. Pensemos en la Gran Muralla, el símbolo más fuerte de China, es una muralla: un esquema defensivo. Y el elemento central es la cohesión interna. O sea, la preocupación número uno de China era el orden civil de su población y de su territorio, que era muy grande, muy diverso.

A diferencia de otras potencias de Occidente, pareciera que China no tiene tendencias colonialistas, al menos de las maneras que conocemos. ¿Qué explica esa diferencia estructural?

Hay una tendencia a suponer que el crecimiento de China implicará una lógica imperialista similar a la que conocimos con las potencias occidentales. Pero tanto sus políticas como sus discursos demuestran otra cosa: multilateralismo, paz, desarrollo compartido. Yo creo que esto es algo que se explica primero por la geografía: tienen un territorio inmenso, diverso y difícil de cohesionar. Por eso, históricamente, su prioridad fue mantener ese orden interno, antes que la expansión. Por otro lado, considero que hay un componente filosófico que también tiene mucho peso. Tanto el confucianismo como el taoísmo rechazan la imposición y valoran la armonía con la naturaleza y entre las personas. Incluso sus grandes exploraciones, como las de Zheng He durante la dinastía Ming, no buscaban conquistar sino intercambiar conocimientos, medicina y alimentos. Fue un enfoque de encuentro civilizatorio, no de dominación.

¿Qué rasgos definen hoy a la sociedad china?

Es una sociedad con una fuerte conciencia colectiva. Las metas se encaran con disciplina, sacrificio y sentido de comunidad. También hay una estructura muy jerárquica y un profundo respeto por la autoridad, rasgos que conectan naturalmente con la organización del Partido Comunista Chino. Esto se complementa con una visión humanista y universalista, tanto en lo filosófico como en lo político. Las iniciativas que promueve China en Naciones Unidas —de seguridad, desarrollo y civilización global— apuntan a un mundo multipolar, basado en la cooperación, la transferencia de tecnología y el beneficio mutuo.

Occidente suele interpretar el liderazgo chino como autoritarismo. Sin embargo, su forma de ejercer poder internacional parece ser muy distinta a la estadounidense. ¿Cómo lo viviste en tu experiencia como embajador?

Hay una diferencia filosófica profunda. Mientras Estados Unidos históricamente impone su modelo con sanciones o intervención militar, China apuesta por la no injerencia y el respeto a la soberanía. En sus vínculos internacionales, prioriza la cooperación antes que la confrontación. Durante mis años como embajador, noté que la adhesión al Partido Comunista Chino no es tanto ideológica, sino práctica: los resultados están a la vista. Desde 1949, China sacó a 800 millones de personas de la pobreza. Hoy no hay pobreza estructural. Lidera sectores tecnológicos, cuenta con 75.000 km de trenes de alta velocidad y un desarrollo urbano impresionante. Esa mejora constante genera confianza en el Estado. En una primera etapa de su modelo de desarrollo, China atrajo inversiones con mano de obra barata y exenciones impositivas. Pero exigió un requisito clave: transferencia de tecnología. Las empresas extranjeras tenían que asociarse con empresas chinas. Así, en apenas unas décadas, China pasó de ser la fábrica del mundo a liderar sectores como la industria automotriz y las nuevas tecnologías.

Mencionaste el «sacrificio» como parte del progreso. Y aunque se pueda coincidir, creo que desde acá, a los ojos de los argentinos, muchas veces, ese sacrificio y disciplina chinos se perciben como algo extremo, ¿no?

El sacrificio tiene un contexto: China tiene más de 1.400 millones de habitantes. La competencia es feroz y el estudio es la principal vía de ascenso social. Por eso, las exigencias escolares son altísimas. Aprender mandarín, además, no es sencillo. Es un idioma complejo, con una escritura casi artística.

Lo llevo a un ejemplo quizás medio básico, pero que puede ilustrar las diferencias culturales: cuando corre la noticia de que en el almacén de barrio, los adultos envían a sus hijos menores de edad solos a China, muchos vecinos argentinos suelen acusarlos de fríos, desapegados ¿cómo lo ves?

Muchas familias que emigraron por necesidad envían a sus hijos de regreso a China para que mantengan un vínculo cultural y educativo que para ellos es muy importante. Lo ven como algo positivo para la crianza de sus hijos, porque confían en la educación que recibirán y en que va a ser mejor para su desarrollo humano. Además, se da algo interesante: esas familias que se sacrificaron trabajando en supermercados o fábricas, lograron una mejora económica real. Hoy, muchos de sus hijos ya no quieren continuar esos negocios: quieren estudiar, avanzar, cambiar su destino. Por eso viajan a China. Es una prueba de movilidad social efectiva. Y con respecto a la crianza, aparece una figura central en la cultura china: los abuelos. En general, los núcleos familiares viven juntos o muy cerca, y son los abuelos quienes crían a los nietos mientras los padres trabajan. Son quienes los reciben en China cuando estos niños viajan. Para ellos, los adultos mayores son una institución clave, transmisores de valores, cultura y tradiciones.

China hizo una inversión gigantesca en educación, ciencia y tecnología. Primero envió a sus jóvenes a formarse al exterior y luego los repatrió para volcar ese conocimiento en el país. Al mismo tiempo, fortaleció su sistema universitario, hoy completamente alineado con los intereses estratégicos nacionales. En China se gradúan 1.500.000 ingenieros por año. En Estados Unidos, apenas 200.000.

Sabino Vaca Narvaja

¿Cómo creés que se explica el nivel de desarrollo alcanzado por China?

Lo que muchas veces no se ve detrás de un logro tal como superar tecnológicamente a Estados Unidos, es la planificación de largo plazo. China hizo una inversión gigantesca en educación, ciencia y tecnología. Primero envió a sus jóvenes a formarse al exterior y luego los repatrió para volcar ese conocimiento en el país. Al mismo tiempo, fortaleció su sistema universitario, hoy completamente alineado con los intereses estratégicos nacionales. Para darte una idea: en China se gradúan 1.500.000 ingenieros por año. En Estados Unidos, apenas 200.000. Hay una entrevista muy clara del CEO de Apple, Tim Cook, donde explica por qué siguen fabricando en China. Él dice: “No es por la mano de obra barata. Es por la especialización. En EE.UU. no lleno una sala con ingenieros en herramientas de precisión. En China, lleno diez estadios”. China ya no es solo “la fábrica del mundo”. En los 80 lanzaron el “Programa Antorcha”, luego “Made in China 2025” —con el lema del hecho en China al creado en China— y ahora están con “Innovación 2030”, que prioriza inteligencia artificial, computación cuántica, tecnología satelital. La diferencia es que lo hacen con una planificación estatal muy fuerte. Arman ecosistemas donde un grupo de jóvenes puede desarrollar una inteligencia artificial capaz de competir globalmente. Y esa es su ventaja: pensar el desarrollo con soberanía.

¿Y cómo se inscribe en eso la llamada “guerra comercial” con Estados Unidos?

La guerra comercial tiene dos fases. En la primera, Trump intentó frenar el avance tecnológico de China. Fracasó. Ahora, en esta segunda etapa, lo que Estados Unidos quiere frenar es el surgimiento de un sistema monetario alternativo. China avanza en la internacionalización del yuan, desarrolla el yuan digital, y se organiza con los BRICS para comerciar en monedas propias. Lo que Estados Unidos tiene hoy es una enorme deuda, y mantiene su poder global gracias a la capacidad de emitir dólares sin respaldo productivo. Eso genera una burbuja financiera cuyos costos paga el resto del mundo. La guerra en Ucrania también puso esto en evidencia. Volvimos a la teoría de centro-periferia del argentino Prebisch. Porque parecía que los países desarrollados dependían de emergentes como Ucrania, o incluso como nosotros, para garantizar alimentos y energía baratos. Y ahí tenemos que hacer una reflexión profunda: Argentina no solo tiene lo que necesita el mundo… tiene lo que necesitamos los argentinos. La pregunta es cómo agregarle valor sin repetir relaciones de dependencia.

¿Y cómo ves actualmente la política exterior argentina?

El mayor talón de Aquiles de Milei es, precisamente, su política exterior. Es vergonzosa. Argentina venía construyendo, con distintos gobiernos, una diplomacia coherente en derechos humanos, ambiente, género, integridad territorial. Eso era un activo respetado en el mundo. Como país austral, teníamos una posición neutral, heredera de la tercera posición y del Movimiento de Países No Alineados. Este gobierno rompió con todo eso: se subordinó políticamente a otro Estado de una manera que nunca habíamos visto. Incluso en el tema Malvinas, al poner el foco en “los derechos de los habitantes” y no en la integridad territorial, se debilita la posición histórica argentina ante Naciones Unidas. China, por ejemplo, no reconoce la anexión de Crimea, aunque tenga buena relación con Rusia. Porque sostiene un principio: la integridad territorial. Y eso es lo que sorprende. Que Argentina, históricamente coherente, hoy se corra de esa línea. Cuando Trump impuso un arancel del 25% al acero y aluminio —que Argentina exporta bastante—, Milei no reclamó. Cuando se amplió al 10% para todos los productos, respondió que iba a “adecuar la normativa argentina”. Y además quiere dolarizar. Más pérdida de soberanía, imposible. Solo falta que pida la ciudadanía norteamericana.

¿Y cómo queda China en esta reconfiguración?

La relación con China también se ve afectada. Si vos liberalizás tu economía frente a un gigante industrial como China, sin proteger tu industria, vas al desastre. Pero no es que China imponga eso. Tiene acuerdos de asociación estratégica con Argentina y Brasil que respetan nuestras necesidades. No exige un tratado de libre comercio. Con Chile, por ejemplo, sí lo tiene. China no te impone un modelo: te pregunta qué necesitás y construye desde ahí. Eso es soberanía: tener estrategia propia, decidir en qué sectores vas a invertir, cómo proteger tu industria, qué querés desarrollar. Sin eso, la soberanía se evapora. Y lo que queda es pura dependencia. Hoy vemos una entrega. Política, económica y también cultural. Viene Milei, lo visita la general Laura Richardson, viaja once veces a Estados Unidos… Y mientras tanto, el aparato productivo argentino se desarma. Es un industricidio. Y lo más paradójico: dice ser liberal, pero admira a Trump, que hace proteccionismo. Es incoherente incluso con su propia ideología.

¿Cómo explicás el surgimiento de figuras como Milei en la política argentina? ¿Qué responsabilidades le caben al sistema político?

Es el resultado de un deterioro profundo en nuestra cultura política. Los partidos dejaron de discutir ideas, proyectos, planes de gobierno. Se volvieron estructuras meramente electorales, enfocadas en ganar elecciones más que en gobernar con rumbo.
 Además, hay una Cancillería pensada para un mundo que ya no existe: tenemos 30 embajadas en Europa y apenas 15 en Asia, cuando nuestra complementariedad económica está claramente con países como China, India y Brasil. La salida de los BRICS lo ilustra: desaprovechamos un espacio estratégico junto a nuestros principales socios comerciales. Y considero que ahí también hubo una incapacidad por parte de la cancillería de explicar por qué era importante ser parte de los BRICS, en qué nos beneficiaba. No se explicó lo suficiente. Todo esto erosiona nuestras instituciones. La gente percibe una política alejada de sus problemas reales, y es ahí donde aparecen liderazgos rupturistas como el de Milei. Mientras tanto, en países como China, el Estado es valorado porque mejora la calidad de vida de la gente. Acá, si no logramos lo mismo, vamos camino a una degradación institucional más profunda.

¿Qué tan mal parados nos deja un presidente que con frecuencia le falta el respeto a otros miembros de la comunidad internacional? ¿Hay vuelta atrás después de esto?

Nos deja muy mal parados, sí. Pero esto no es un fenómeno exclusivamente argentino: en todo el mundo hay liderazgos preocupantes, desde Trump hasta los partidos de ultraderecha en Alemania. Es verdad que en nuestro caso parece que seríamos los campeones de la distopía. Pero a mí me gusta verlo como una oportunidad. Porque todo lo que esto expone es una falla más profunda: la crisis de representación. Si la democracia se limita a votar cada tantos años y no hay una ciudadanía involucrada, el sistema se vacía. Lo que necesitamos es más democracia, pero de mejor calidad: con participación real, con control ciudadano, con tecnología al servicio del bien común. Hoy, en muchos países, el poder económico ha capturado la política. Gente con fortunas personales superiores al presupuesto de Estados enteros decide políticas públicas. Eso desvirtúa la democracia, que debería expresar la voluntad de las mayorías, no de las corporaciones. Por eso, tenemos que generar instituciones que estén a la altura de los desafíos sociales. En la Argentina, un ejemplo positivo fue la defensa transversal de la universidad pública. Es un espacio en donde Milei no pudo avanzar, y eso se debe a que hay gente que siente que la universidad pública le cambió la vida. Eso muestra que todavía hay activos sociales valiosos. Lo urgente es que el Estado recupere ese espíritu colectivo y lo traduzca en bienestar concreto.

 

Las cámaras se apagan y las causas judiciales siguen

Las cámaras se apagan y las causas judiciales siguen

Los cuatro detenidos en la última represión a la marcha de los jubilados fueron liberados. Sin embargo, se les abrió procesos por «resistencia a la autoridad», una figura muy difícil de comprobar pero suficiente para perturbale la vida a las personas que solo reclamaban por un haber digno.

Tras el fuerte operativo represivo contra la manifestación del miércoles que exigía aumento de los haberes jubilatorios frente al Congreso, hubo detenciones arbitrarias, agresiones a trabajadores de prensa y el uso de gases lacrimógenos que afectaron a más de 70 personas. Las cuatro personas que fueron presas recuperaron su libertad, pero ahora sus vidas quedarán condicionadas porque deberán lidiar con una causa federal. Testimonios, denuncias y un nuevo capítulo del avance represivo sobre el derecho a la protesta.

Una nueva jornada de represión sacudió las inmediaciones del Congreso Nacional durante la manifestación semanal convocada en defensa de los jubilados. El operativo fue coordinado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, bajo la conducción de Patricia Bullrich, y contó con la intervención de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía Federal Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria y efectivos motorizados.

A dos cuadras del Congreso, un camión hidrante de Gendarmería aguardaba con su motor encendido. También se desplegaron agentes con escopetas de balas de goma, gases lacrimógenos y gas pimienta. Desde la Posta de Salud y Cuidados se brindó asistencia a más de 70 personas, incluidos jubilados, periodistas de distintos medios y manifestantes solidarios, por quemaduras en la piel, lesiones traumáticas y crisis de angustia.

El jubilado y extrabajador de YPF Pablo Luna fue uno de los detenidos. “Les dije que no me tiraran al piso porque me iban a matar. Tengo un pedacito de riñón, si me golpeaban ahí, no la contaba. Ahora tengo problemas en la garganta por el gas pimienta. Me quieren imponer una perimetral para que no pueda ir al Congreso. Pero es mi derecho, lo vengo ejerciendo desde los años 90”, dijo a esta agencia. Desde adentro de la camioneta de la Policía Federal que lo trasladaba, el miércoles a la noche gritó detrás de la ventana con rejas: “No somos chorros ni estafadores, estaba yendo a tomar el colectivo para ir a mi casa, con mis nietos”. Al mismo tiempo, un grupo de Jubilados Insurgentes le hacía el aguante con palabras de aliento y lo nombraban como un “luchador de las causas populares”. Luna tiene 65 años y cobra el haber jubilatorio mínimo. Es decir, con el aumento que recibirá este mes, en los primeros días de junio cobrará 304.783 pesos.

“Vimos una intervención coordinada de todas las fuerzas federales. Es preocupante. Esta vez el ensañamiento fue particular hacia la prensa, el ataque fue dirigido. Parece que no aprendieron nada después de lo que pasó con Pablo Grillo”, señaló Alejandrina Barry, abogada del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh). La referencia apunta al fotógrafo que recibió un impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza en la marcha del 13 de marzo, y que continúa internado. Esta semana tuvo que ser sometido nuevamente a una intervención quirúrgica para drenar líquido cefalorraquídeo. La intervención fue exitosa. 

Durante la represión fueron detenidos también los fotoperiodistas Leandro Cruzado y Javier Iglesias. A ellos se sumó la retención del fotógrafo Tomás Cuesta, cuya imagen, con la cabeza bajo la rodilla de un agente, recorrió los medios. Cuesta fue liberado horas después, pero el episodio generó un amplio repudio.

La fotógrafa freelance Mariana Nedelcu, que cubría la movilización para el diario Clarín, relató a ANCCOM: “Cuando la Gendarmería armó el cordón y empezó a avanzar, se llevaron puestos a todos. Me caí, me golpeé la rodilla y la cabeza, la cámara se rompió. Nos pisan, no les importa nada. El ataque fue directo a quienes teníamos cámaras. No importa si sos estudiante, si tenés casco, si colgás la credencial. Nos convertimos en un blanco por hacer nuestro trabajo”. Y agregó, sobre la detención de los fotógrafos: “Yo estaba al lado, los gendarmes le pegaban manotazos a las cámaras que querían registrar las detenciones, después los terminaron tirando al piso, no querían que se vea lo que hacían”. 

Desde la Posta de Salud también informaron que un herido de 25 años recibió golpes en la cabeza y fue atendido en el hospital Ramos Mejía. Otro periodista debió ser derivado al hospital Santa Lucía por lesiones oculares. “Los gases fueron disparados directamente hacia quienes sostenían cámaras. Son elementos de tortura usados como herramientas de control”, denunció Barry.

 

Hambre y frío

Los detenidos permanecieron varias horas dentro de los móviles policiales, para luego ser trasladados a la comisaría de la calle Madariaga, en Villa Lugano. Pasaron la noche sin comida ni abrigo suficiente. Recién fueron liberados al día siguiente y quedaron imputados por los delitos de resistencia a la autoridad, una figura legal que, según los abogados del Ceprodh, carece de pruebas concretas. Sin embargo, algunas de estas acusaciones prosperan y pueden implicar la prisión preventiva, como ocurrió el año pasado tras la detención de 33 manifestantes el 12 de junio. Y aún en caso de que con el tiempo sea desestimada, implica la obligación de presentarse ante el juzgado y la imposibilidad de salir del país, entre otros condicionamientos.

“Esto responde a una orden política. Llegaron con la decisión tomada de detener gente. Es una forma de amedrentar. A este gobierno no le importa dejar a un jubilado sin comer”, comentó Barry. Desde Ceprodh también denunciaron que, al igual que en la marcha del 12 de marzo, las detenciones no incluyen ni la hora ni el lugar. “Fueron arbitrarias e ilegales”, agregó. 

En paralelo a la represión, dentro del Congreso se cayó la sesión que iba a tratar un aumento del 7,2 % en las jubilaciones mínimas y la actualización del bono complementario, congelado en $70.000. El oficialismo, con apoyo del PRO y algunos bloques provinciales, evitó dar quórum.

“Fue una jornada de brutalidad. Tress de los detenidos eran fotoperiodistas. Quieren censurar a la prensa. No quieren que se vea lo que hacen todos los miércoles”, dijo Agustina Ferro, también abogada del CeProDH. La represión coincidió con el debate parlamentario que nunca llegó a iniciarse. Y agregó: “Es una muestra más de dónde están puestas las prioridades del Gobierno”, afirmó Ferro. “Un cartucho de gas lacrimógeno cuesta lo mismo que una jubilación. A los jubilados, a los reporteros que quieren mostrar lo que pasa, no solo los censuran. Los atacan”.

Desde la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), Valeria Mustoni advirtió que “el ataque a la prensa es sistemático. Hoy mismo el gobierno publicó en el Boletín Oficial nuevas restricciones para el acceso de periodistas a la Casa Rosada. No quieren que se informe lo que están haciendo.” Lo dice en referencia a la nueva reglamentación para la prensa que anunció hoy el gobierno, que incluye: un sistema de puntos para acceder a las acreditaciones y conservarlas, mediante el cual, según dice: “dos faltas graves pueden provocar la revocación y/o no renovación de la acreditación otorgada” a los periodistas, aunque no precisa que significa “falta grave”. Además, para decidir las acreditaciones enumera criterios como el alcance numérico del medio y restringe la posibilidad de que los acreditados se muevan o tomen fotos dentro de la Casa Rosada. Esta medida generó preocupación por la garantía de la libertad de expresión. 

El Ministerio de Seguridad intentó justificar el operativo con un mensaje en redes sociales. Bullrich escribió en su cuenta: “Grupos anarquistas amenazan con venir a pegarle a la policía. No son manifestantes. Son violentos con antecedentes de atentados y terrorismo”. Sin embargo, no hubo pruebas que respaldaran esa afirmación. 

En simultáneo, el Gobierno anunciaba el Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos, que invita a blanquear dólares no declarados a través de transferencias de hasta 50 millones de pesos. En contraste, los jubilados siguen esperando un aumento mientras son reprimidos por reclamar.

«El héroe es lo menos liberal y capitalista que existe»

«El héroe es lo menos liberal y capitalista que existe»

La escritora y guionista de cine Melina Cherro reflexiona sobre la idea de héroe colectivo presente en El Eternauta y su tradición en la historia del cine. Desde el lejano oeste hasta la Buenos Aires distópica.

Melina Cherro es docente, escritora y guionista de cine. Autora de libros sobre cine como Diálogos con Diotima: mito y cine y Más allá del olvido, una historia crítica del cine fantástico argentino escrito junto a Ángel Faretta y Diego Ávalos. ANCCOM dialogó con ella para discutir la reciente adaptación de la obra de Oesterheld, dirigida por Bruno Stagnaro y producida por Netflix. La especialista celebró sus virtudes, la gran hazaña que implicó su realización y el tema que atraviesa la obra: “el héroe en grupo por sobre el héroe individual”. El propio Oesterheld ya lo manifestaba en el prólogo de la historieta recopilada en 1975: “El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano”.

¿Pero quién es el héroe colectivo de El Eternauta y en qué se diferencia del héroe individual? “Me parece que la idea de héroe colectivo viene de la mano de la cuestión de la comunidad y de la reconstrucción social, que tanto en la historieta como en la serie se manifiesta con la presencia del ejército”, explica Cherro. “En la serie vemos al ejército cumpliendo sus funciones en toda su esencia, que es la protección de la patria y el pueblo, y que para llevarlo a cabo necesita de sus ciudadanos, con sus conocimientos y talentos únicos. Lo vemos especialmente durante la situación del tren en el último capítulo, donde hay un trabajo en equipo de todos los personajes y cada uno tiene su función”.

Para Cherro, es al final del segundo capítulo cuando aparece un poco esta primera idea de héroe colectivo cuando se forma “esta primera comunidad que se arma conflictivamente para salvar a Juan Salvo [Ricardo Darín]. Es el primer paso que ellos tienen que dar como grupo para salir de lo individual hacía la pequeña familia, para más adelante convertirse en una familia más grande”.

La serie de Stagnaro también representa la figura del héroe colectivo a través del arco de su protagonista Juan Salvo que empieza siendo un héroe individualista cuyo único objetivo es ir a buscar a su hija, a pasar a formar parte de la resistencia ante la invasión alienígena. Entonces es cuando sacrifica sus propios intereses por el bien mayor. La historia no recompensa al héroe solitario, sino que lo pone en una situación en la que la salvación sólo vendrá de la mano de la organización comunitaria. “Todos los personajes deben hacer este pasaje de lo individual a la comunidad para finalmente hacer lo que deben hacer, que es ir a Campo de Mayo donde se está formando la resistencia”, comenta Cherro.

Construir personajes

¿Cómo se escribe un guion con muchos personajes principales?

Es un gran desafío escribir una historia con tantos personajes, hay que tener una capacidad de síntesis muy grande, con pocas acciones tenés que poder describir a muchos personajes y que tengan carnadura. La tarea del guionista es encontrarle a cada personaje esas acciones que lo caractericen y que el público lo entienda, que empatice con él. En ese sentido, está muy bien el personaje de Omar [Ariel Staltari], porque incluso cuando no empatizamos con él, entendemos sus razones. Todos los personajes tienen que tener sus razones.

¿Cómo es la historia del héroe colectivo en el cine? ¿Hay muchos ejemplos?

Existen muchas películas en la historia del cine que incluyeron está idea de héroe colectivo: Los Siete Magníficos, el western que es una versión norteamericana del clásico japonés de Akira Kurosawa, Los Siete Samuráis, trabaja esta idea. En general, esta idea siempre aparece en todas las series o películas en donde se plantea una situación apocalíptica, cómo The Walking Dead, donde son un montón de personajes heroicos, que tienen sus características, sus fortalezas y sus debilidades, y que esas fortalezas y esas debilidades afectan para bien o para mal al grupo.

Esto viene ya de la antigua Grecia.

Sí. Si bien están los héroes como Héctor; Aquiles, Agamenón, Ulises, Odiseo, todo el tiempo son héroes colectivos: son los aqueos y los troyanos. Pero, en realidad, como concepto es el mismo, el héroe es el que viene a cumplir una misión heroica de rescate y puede sacrificarse por una causa mayor porque lo que puede llegar a perder es mayor si no cumple su rol de héroe. La idea de salvar al mundo siempre está y necesitamos de esa función heroica, ya sea en héroes colectivos o individuales. ¿Por qué el héroe colectivo sería mejor que Jake Sully en Avatar? A fin de cuentas, el héroe ya sea colectivo o individual, es lo menos liberal y capitalista que existe, porque cuando entiende su función heroica, no le importa su casa, su familia o sus cosas, lo único que importa es que una causa mayor por la cual vale la pena sacrificarse y perder todo”.

Detrás de cámara

En algún punto, ¿el héroe colectivo de El Eternauta empieza en el ‘detrás de escena’, con su equipo técnico de grandes talentos dirigido por Stagnaro?

 Conozco un montón de gente que trabajó en El Eternauta. Ilustradores, dibujantes, gente muy joven que está dando sus primeros pasos en el mundo del cine. Si uno se pone a ver los créditos te das cuenta que toda esa gente se formó en las escuelas de cine argentino: en la ENERC, la UNTREF, la FADU. No se trata de una disputa entre lo privado y lo público, sino que son dos sistemas de formación que se necesitan y que juntan sus saberes y sus formas de aprender hacía un fín común. Quizás una de las cosas más difíciles es que la idea de héroe colectivo de El Eternauta no se quede simplemente en un eslogan. Para que funcione esta idea del héroe colectivo, tenemos que comportarnos como héroes colectivos.

¿Ese héroe se manifiesta en la vida real?

Pienso en las donaciones que se hicieron por las inundaciones en Bahía Blanca, todas las personas que estuvieron dispuestas a ayudar, pienso en el Mundial y en lo que representó para Argentina ganar la Copa del Mundo, que en algún punto comparte la misma función que El Eternauta, que es ponernos a los argentinos frente al mundo. A esta idea hay que llenarla de sentido, llenarla de acciones y entender qué quiere decir, si no se vuelve un eslogan vacío. En especial en estos tiempos donde estamos todos tan enojados con el otro, donde todo el tiempo vemos al otro como un enemigo, esta idea de héroe colectivo puede servir para trascender este momento tan difícil que estamos viviendo como argentinos.

Olvidada por mujer y por negra

Olvidada por mujer y por negra

La historia de María Remedios del Valle vuelve a tener visibilidad en el teatro independiente. Capitana del Ejército del Norte y Madre de la Patria fue borrada de la historia oficial.

Sobre la calle Humahuaca al 4027, a solo una cuadra de Avenida Corrientes, el Complejo Ítaca puso en cartelera El Grito Sagrado, la historia de María Remedios del Valle. Alejada de la parte más comercial de la avenida, de los teatros de entretenimiento, con grandes luminarias y del Obelisco porteño, la actriz afrodescendiente Dayana Bermúdez Cortez interpreta a la capitana del Ejército del Norte que luchó en las guerras de la independencia y que muchos llamaron la Madre de la Patria. “Nosotras las olvidadas, que solo teníamos para perder nuestras cadenas. Nos habían prometido que al luchar dejaríamos de ser esclavas, pero solo perdimos a nuestros hijos, maridos y la vida. Sabemos que no fuimos nosotras quienes escribimos la historia”, presta la voz Bermúdez Cortez a María Remedios del Valle para dar a conocer su historia.

El unipersonal de la actriz y productora colombiana Bermúdez Cortez, está dirigido por la dramaturga Lorena Romanin, a partir de un texto original de la actriz y dramaturga, Marcela Peidro y acompañado por un equipo en su mayoría integrado por mujeres. En el escenario con pocos elementos, Bermúdez Cortez, vestida con una túnica blanca que contrasta con el color de su piel, interpela directamente al público, lo mira a los ojos y se acerca a la platea. María Remedios del Valle, los interroga y los incrimina: “Ustedes que no pisaron el campo de batalla y disfrutan de las tertulias por la independencia. Su libertad por la que yo peleé me hizo invisible. Ahora no lucho, exijo e imploro”. Una denuncia, en formato teatral, de cómo la historia oficial borró a una prócer argentina por negra, por mujer y por pobre.

“Al momento de escribir el texto –explica Marcela Peidro- me pareció fundamental no sólo relatar los acontecimientos importantes de la vida de María Remedios, cómo ella vivió los hechos concretos e históricos, sino también, hablar de lo que hizo la historiografía con su vida, de qué manera la historia oficial la narra. Así, poder colocar la mirada crítica sobre el tratamiento que se le da a su vida y legado. Para eso necesitaba una voz externa que no sea la de María Remedios, alguien que conociera lo que hicieron con su historia, la que ella no escribió ni leyó porque además, no sabía leer ni escribir. Resaltar así la vida de una persona que fue relegada. Y si bien esta obra es en particular sobre María Remedios, en la historia de nuestro país son varios los personajes que encarnaron la lucha y que por algún motivo fueron invisibilizados. Por eso, creo, la importancia de una perspectiva que dé lugar a las voces de quienes fueron marginados y aún muchas veces, siguen siéndolo”.

Si bien cuando el público entra a la sala es recibido por María Remedios, hay momentos de la obra en que Bermúdez Cortez vuelve a aparecer. Lee una carta, porque Remedios no sabía hacerlo, pide por ella, mantiene aún vigente su reclamo. El recurso teatral, escrito por Peidro, de desdoblar el personaje, “es súper interesante porque coloca la mirada desde la actualidad. Si bien contamos una historia de principios del siglo XIX, la obra está representada por una persona negra que, al igual que el público, hace una lectura desde nuestra época”, explica Romanin y Bermúdez Cortez agrega: “A nivel de la puesta de escena, como actriz me parece fascinante, es un juego que cuando leí por primera vez la obra, lo sentí como un desafío, tenía que ser ella y luego yo de manera alternada. Hablo mucho al público, veo sus caras, hago preguntas que espero que alguien responda. Aunque todavía no tuvimos esa suerte”.

María Remedios, luego de las guerras por la independencia volvió a Buenos Aires. Pordiosera y abandonada, mendigaba y vivía de la limosna mientras esperaba que alguien al verla la distinguiera, incluso por sus cicatrices, y recordara que ella era la capitana del Ejército del Norte. Fue el diputado Juan José Viamonte quien la reconoció y comenzó el proceso para otorgarle la pensión pertinente. Sin embargo, fue el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, quien varios años después le asignó una pensión aún mayor, acorde a su verdadero cargo y por quien María Remedios, en forma agradecimiento, sumó a su nombre el apellido Rosas.

“Para mí resuena mucho el tema del reconocimiento, porque soy una mujer negra en una sociedad mayoritariamente blanca y he tenido que luchar muchísimo para tener el lugar que tengo. Entonces es un poco, o mucho, de mí misma pidiendo también ser reconocida, visibilizar que el esfuerzo es doble o tripe para poder llegar a espacios como este”, explica Bermúdez que en el escenario vocifera: “La reconocieron pero qué es reconocer a alguien. La borraron de los libros de historia, no se sabe dónde está su cuerpo. Solo quería que la reconocieran por el nombre que sus compañeros le dieron. Tuvo que cambiar su apellido a Rosas para ser vista”.

Romanin concuerda en que uno de los temas centrales y permanentes durante toda la obra es el interrogante por el reconocimiento y el pedido de justicia, pero sin que el reclamo opaque el compromiso con la lucha y los ideales. “Son dos puntos que sintetizan muy bien la complejidad del personaje. Por un lado, María Remedios se pregunta qué hay que tener para ser recordada como heroína de esta patria, y la respuesta es ser hombre, blanco, rico y letrado. Y por otro, habla de sus heridas, ‘estas marcas no las borraría por nada en el mundo’, es alguien que no se arrepiente de su entrega por una causa de bien mayor que consideraba justa. Me parece algo muy importante de rescatar en estos tiempos el compromiso social, creo que se perdió el sentir por una causa”,

¿Cómo comenzó el proyecto?

Bermúdez: Yo sSoy afrodescendiente, colombiana, pero a los lugares a los que voy siempre investigo la historia negra del país. Llegué a Argentina hace diez años, y noté que había una gran falta de conocimiento sobre la historia negra. Comencé a investigar, reunirme con colectivos, y encontré a María Remedios del Valle. En ese tiempo también me estaba formando como actriz, y comenzó a rondar la idea de llevar su historia a algún material audiovisual. No estaba segura del formato pero sí de querer representarla, me parecía un personaje interesante y muy invisibilizado. Como activista, es la forma que tengo de movilizarme con respecto a la afrodescendencia, hacer algo con la historia a partir de lo que sé hacer, desde la actuación. Aunque sea una prócer argentina es parte de mi historia también, no importa el país, porque para mí es historia negra latinoamericana. Es así que en 2022 hice otra obra de teatro sobre ella que se llamó La Madre de la Patria. Luego me pareció más lindo hacer un unipersonal.

 

¿Qué esperan para la obra en el futuro?

B:Tengo muchas ganas de llevar la historia a todas partes. Ir a donde no conozcan tanto la historia negra argentina. Europa es un lugar que me interesa, allí tienen mucho la idea de que Argentina es blanca y me parecería muy bueno contarles este pedacito de nuestra historia.

Romanin: Hay obras que al tener un mensaje tan concreto, tan claro y tan importante de ser transmitido, la verdad que quedarte en un único lugar y que sea Capital Federal, a donde principalmente viene gente que habitualmente ve teatro, no es lo más atractivo del mundo. Sino que viajar resulta más interesante, ir a pueblos que por ahí la gente no va tanto al teatro o directamente no los tiene, o a otros países donde resuene la historia

 Desde el nombre, El Grito Sagrado, la obra retoma parte de la letra del Himno Nacional. “El grito es un pedido y una denuncia. Y por otro lado, hay algo de sagrado en la obra, es un personaje muy vinculado con lo espiritual. Buscamos rescatar lo que para ella era sagrado e importante, y alejarla de la religión que le impusieron cuando fue esclavizada. A partir de la poca información que hay acerca de ella, sabemos que era Yoruba, que es una religión africana, y que la profesaba su madre. Durante la obra hacemos algunos cantos y rezos yorubas y los tambores que toca el músico -Lucas Sanjurjo-, se llaman Batá y son especiales para tocar música Yoruba. Fue nuestra forma de conectarla un poquito más con todo lo que tiene que ver con lo espiritual”, explica la actriz.

Los músicos, Sanjurjo y Pina González, ubicados a un costado del escenario, hacen sonar un ritmo desconocido con los tambores Batá mientras en simultaneo, se escucha el himno argentino. “Ese momento representa la integración de la cultura de ella con la argentina, durante la obra se genera una fusión. Porque en nuestro himno no están representadas todas las voces, solo las de quienes pasaron a la historia. María Remedios y la población negra y afrodescendiente, no están contemplados culturalmente en la música del himno”, explica la directora.

Además de la potencia de la música en vivo, una gran propuesta visual acompaña la actuación de Bermúdez Cortez. Ilustraciones de María Remedios y colores fuertes que contrastan. “Las imágenes que proyectamos son dibujos originales para la obra, las usamos como una forma poética de apoyar la historia. Porque es un unipersonal histórico, que tiene una línea narrativa, pero también todos estos recursos que suman a la pieza como construcción de obra de arte”, explica Romanin. Solo hay un momento de completa oscuridad, sin imágenes, y es cuando María Remedios se vuelve un fantasma que recorre las calles de Buenos Aires, el cuerpo de la actriz deja de ser visible y en la oscuridad solo se escucha una voz que reclama.

María Remedios del Valle murió el 8 de noviembre, declarado en su honor Día Nacional de  Afroargentinos y de la Cultura Afro. Murió con el sueño de una Nación Argentina que incluyera y reconociera a las personas negras. “Murió con el sueño escapando por las manos, cuando ella quería vivir” explica Bermúdez Cortez sobre el final de la obra.

 

La obra se puede ver los miércoles a las 20:30 horas en el Complejo Ítaca (Humahuaca 4027). Las entradas se pueden adquirir en boletería o en la página web de Alternativa Teatral.

 

Larreta festejó con el Topo Gigio

Larreta festejó con el Topo Gigio

El exjefe de Gobierno salió cuarto en las elecciones, detrás de Adorni, Santoro y Lospennato. Sin embargo, festejó el daño que le hizo al PRO, restándole el 8% de los sufragios.

En su primer elección porteña por fuera del aparato del PRO, el exjefe de GobiernovHoracio Rodríguez Larreta obtuvo el 8% de los votos y se colocó en el cuarto lugar, por debajo de Silvia Lospennato, que con el 15,9% le dio al PRO su peor elección en el distrito porteño de los últimos 20 años. 

El cuarto lugar fue ampliamente festejado por el equipo de Volvamos Buenos Aires. En el bunker, predominaron las felicitaciones entre los miembros del espacio y los cantos y vitoreos para Larreta: “Hay que saltar, hay que saltar, es con Horacio en la Ciudad”, cantaban los asistentes mientras esperaban al candidato. Alrededor de las 20, cuando ya Lospennato y Santoro habían dado sus declaraciones, Rodríguez Larreta bajó de las oficinas donde esperó los resultados para hablar con los medios y militantes. “Dijimos que íbamos a volver y volvimos”, fueron sus primeras palabras. Antes había hecho el gesto del Topo Gigio, el mismo que había hecho Juan Román Riquelme cuando se enfrentó en Boca a Mauricio Macri, a quien finalmente terminó desplazando del club. 

Con eje en la seguridad, la higiene y las obras que faltan en la Ciudad, la campaña del espacio Movimiento Al Desarrollo (MAD) se basó principalmente en resaltar la gestión de Rodriguez Larreta como Jefe de Gobierno porteño durante el período 2015-2023 y remarcar que, con Jorge Macri, “la ciudad está peor”. “Hoy los porteños confirmaron lo que me venían diciendo en los barrios: la ciudad está mal y la gestión de Jorge Macri es mala”, declaró el candidato. En diálogo con ANCCOM, Guadalupe Tagliaferri, segunda en la lista y senadora de Juntos por el Cambio desde 2019, remarcó: “Estamos en esta lista porque nos duele, nos da bronca. Pero no por nosotros, porque es la vida de los porteños. Salir a la calle y tener tachos de basura que rebalsan, que no haya seguridad, que en la Ciudad hayan vuelto las entraderas, con el nivel de angustia que eso genera en una familia, obvio que si amás la política de la Ciudad, esto te indigna y te da mucha bronca”. 

Emanuel Ferrario, también interpretó los resultados como una alerta para Jorge Macri y el Pro: “El 85% de los porteños le dijeron al Gobierno de la Ciudad que no están contentos con su gestión. 16 de las 17 listas estábamos diciendo que la gestión de la Ciudad no está bien y la única lista que no hizo ni una autocrítica con respecto a la situación  fue la del Gobierno. Me parece que este resultado muestra eso, que es necesario que se corrijan cosas porque los porteños merecemos vivir mejor, porque hasta hace no mucho tiempo, estábamos mucho mejor”. 

Los asistentes tenían coloridas gorras con la figura de un alien y alentaron fuertemente a cada uno de los candidatos a medida que iban apareciendo, incluso después de conocidos los resultados.  

Josefina Gonzáles Jauregui, quien ocupaba el decimosegundo lugar de la lista afirmó:  “Estamos felices con la elección, felices de volver. Horacio es el único que conoce bien la Ciudad. Esta gestión del PRO no nos representa, el PRO siempre fue sinónimo de buena gestión y eso es lo que está faltando ahora, la ciudad está mal, está insegura y sucia”.  

También Tagliaferri manifestó su alegría con respecto a los resultados: “ Estoy feliz, estoy contenta, estoy exultante. Es casi nuestra primera elección, contra aparatos enormes y en una elección super nacionalizada, me parece que encontramos un respaldo enorme por parte de los porteños”.  

Olor a pis 

El grado de nacionalización de la elección se observa claramente en la victoria de Manuel Adorni, que obtuvo el primer lugar con una campaña basada casi exclusivamente en su identificación con Javier Milei. Sin embargo, el espacio de Larreta se centró en poner énfasis en su diálogo con los vecinos de la Ciudad:  “Gracias a los que nos dieron su visión de la ciudad, yo fui anotando uno por uno en mi cuadernito y fui confirmando lo que ya sentía y todos vemos: la ciudad está mal, la ciudad no es lo que era, hay olor a pis”, afirmó el ex Jefe de Gobierno, y su público asintió sobre el aroma a orín que hay en las veredas porteñas.  

“Para nosotros en las elecciones de la ciudad hay que resolver los problemas de la ciudad. Eso es lo importante”, postuló Tagliaferri, quien también se refirió a ciertas “jugadas sucias” y fakes news que circularon durante la campaña: “Horacio ha vivido un escrache que fue armado y el gobierno de la Ciudad en lugar de contar y decirnos las cosas que había hecho y cuáles eran las propuestas a futuro, se dedicó durante 15 días en todos los canales de televisión sólo a pegarle a Larreta. Bueno, aún así hicimos esta excelente elección”, remarcó. 

Estas elecciones en la Ciudad tuvieron la participación más baja en las últimas décadas, con un poco más del 50% de asistentes. “Al ver que participó solamente uno de cada dos porteños hoy en la elección, creo que toda la política debería recibir ese mensaje. No es casualidad que el 50% de los porteños no hayan querido ir a votar, es algo que todos tenemos que pensar. Y es muy importante que entendamos que la política tiene que dar resultados, la legislatura tiene que dar resultados”, afirmó Ferrario. 

Lo viejo funciona

Lo viejo funciona

Se presentaron en la Biblioteca Nacional tres nuevos libros de la colección Las Antiguas, Primeras Escritoras Argentinas, un repertorio compuesto por títulos de escritoras nacidas en nuestro país en siglo XIX y prologados por investigadoras contemporáneas

La colección Las Antiguas, Primeras Escritoras Argentinas surgió en 2011 de la mano de su actual directora, Mariana Docampo, y la editora de Buena Vista, Daniela Mac Auliffe, con la idea de recopilar diferentes obras pertenecientes a escritoras argentinas nacidas en el siglo XIX. “Empezamos a pensar qué títulos podíamos publicar. Al principio queríamos editar a las autoras más conocidas. Sin embargo, sabíamos que había otras que no lo eran tanto. Y estas son las que hasta ahora seguimos publicando”, mencionó Docampo en diálogo con ANCCOM. Desde entonces, el proyecto “nunca se pausó, pero hasta el año pasado estábamos más tranquilas. Entre 2024 y 2025, publicamos seis libros. Tuvimos un caudal nuevo que la revitalizó”, agregó la directora.

Esta revitalización se debe a que, además, los libros cuentan con prólogos que ahora son realizados por diversas investigadoras e intelectuales argentinas y estudiosas de estas autoras. La búsqueda en esto es poder generar que ambas generaciones de mujeres dialoguen. “Antes, la idea de los prólogos era que estuvieran hechos por narradoras argentinas contemporáneas que no conocían a las autoras. Les dábamos el libro y escribían una nota según cómo se sintieran interpeladas”, explayó Docampo al respecto. Sin embargo, continuó, hoy es diferente: “Ahora ellas son las que se contactan con nosotras, son las que nos traen los libros. Eso le dio un giro a la colección en los últimos libros”.

Este viernes 16 de mayo en la Sala Augusto Raúl Cortázar de la Biblioteca Nacional se llevó a cabo la presentación de tres nueva obras que integran dicha colección: Recordando de Lucía Láinez, prologada por Candelaria de Olmos; Fantasías de Raimunda Torres y Quiroga, título que cuenta con el estudio preliminar de Sandra Gasparini y un estudio crítico de María Vincens; y Mineros de Asturias de María Luisa Carnelli, prologado por Florencia Abbate.

El primero de ellos, Recordando, es a la vez un libro de viaje y un libro de memorias que recoge las experiencias de la misma Lucía como viajera y habitante de París entre 1923 y 1926. “Por momentos son impresiones que ella va tomando de los lugares que va visitando; por momentos tiene tono de un diario; por momentos tiene tono de un libro de memorias. Es un libro bastante híbrido y descentrado, ella se corre de los lugares típicos que la puedan encasillar”, explicó su prologuista quien además es investigadora y profesora de la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). De Olmos, durante su exposición, contó que el descubrimiento de esta mujer se dio por casualidad mientras investigaba la vida de su hijo, el escritor argentino Manuel Mujica Láinez, cuando vio los ejemplares del libro en un estante de su escritorio. “No esperaba encontrarme con que él tenía una mamá escritora. Fue una muy buena noticia porque además el texto es precioso”, comentó la docente de la UNC.

La autora de Fantasías, en cambio, mezcla las ficciones de horror, las gacetillas joco-satíricas y su faceta de feminista emancipista para hablar desde lo macabro sobre la violencia patriarcal, la sociedad porteña y la lucha de derechos femeninos. Sandra Gasparini, doctora en el área de Literatura de la Universidad de Buenos Aires y escritora del prólogo de este libro, destacó un aspecto de la escritura de Torres y Quiroga: “Lo interesante de estas ficciones es que los tropos góticos que utiliza tienen que ver con los tropos góticos globales, pero tienen un gusto muy local. Tienen que ver con crímenes que son comentados por la prensa pero desfigurados”. Y añadió: “Yo me preguntaba en el prólogo si tanta fantasía no era para contrarrestar tanto horror”.

Finalmente, el tercer título, Mineros de Asturias, relata el llamado a la huelga general que se replicó por toda España debido al triunfo de la derecha en las elecciones y al retroceso que ocurrió en aquel país con el ingreso de representantes fascistas en el gobierno. Una huelga que logró tomar el control de toda la región por unos cuantos días, pero que luego fue reprimida a través del bombardeo a la población: “Por un lado, tiene un valor literario porque es una escritura muy poética. Por el otro, tiene un valor documental porque es una escritora latinoamericana en medio de una insurrección fallida que se entiende como la antesala de la guerra civil española donde se ven los métodos contrainsurgentes que va a usar luego el franquismo para reprimir”, sostuvo su prologuista Florencia Abbate, quien también se desarrolla como escritora, investigadora y periodista.

A la vez, remarcó la importancia de una mujer como Carnelli: “Es reivindicable cómo se comprometió y entendió que era un momento en que su escritura tenía que colaborar como un aporte colectivo de algo que la trascendía. Quiero rescatar su audacia. Son épocas en donde la audacia nos tiene que iluminar”.

Las tres autoras retomadas en esta colección  (Láinez, Torres y Quiroga y Carnelli) fueron escritoras olvidadas o borradas tanto por la historia como por su mismo entorno, pero que esta colección busca reconocer. “Ellas estaban, tenían, circulaban. Después, muchas de ellas cayeron en el olvido o las silenciaron. Por ello siempre es interesante conocer su entorno además de su escritura. Lo que pasaba alrededor de ellas, lo difícil que era ese contexto”, acompañó Mariana Docampo. Al mismo tiempo, Abbate acentuó la importancia de conocer a aquellas mujeres que marcan nuestras subjetividades, que estuvieron presentes y lo siguen estando: “Puede ser que por los cambios políticos o los cambios de gobiernos los movimientos pasen de la visibilidad a la invisibilidad, pero de alguna manera los efectos subjetivos que van dejando en la gente y en las generaciones que vivieron en un momento de efervescencia de estas cosas no se borran”.

Por ello, Candelaria de Olmos remarcó también la importancia de esta colección y de sus creadoras: “Destaco el trabajo que hacen Daniela y Mariana desde hace 14 años rescatando autoras mujeres que no han tenido el protagonismo esperable, un poco porque era un campo literario liderado por figuras masculinas”.