El arte de conservar el patrimonio

El arte de conservar el patrimonio

Con entrada libre y gratuita, la Feria del Libro Antiguo reunirá nuevamente librerías anticuarias de todo el país. La cita, dedicada este año a las escritoras argentinas, permitirá explorar primeras ediciones, ejemplares raros y libros difíciles de conseguir.

Del 29 de octubre al 2 de noviembre, bibliófilos, coleccionistas y editores se encontrarán en la Plaza Seca del exCorreo Central para la 18° edición de la Feria del Libro Antiguo. El evento, organizado por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), busca preservar y difundir el patrimonio bibliográfico nacional, además de fomentar el intercambio comercial.

“La feria va más allá del mundo editorial y sorprende en distintos planos”, asegura Diran Sirinian, librero y miembro de ALADA. Además de ejemplares de colección, se exhibirán encuadernaciones artísticas, mapas, revistas, manuscritos, álbumes fotográficos y afiches, que van del siglo XVI hasta la actualidad, convirtiendo el encuentro en un puente entre pasado y presente.

Durante varios meses, los expositores se dedican a seleccionar y organizar el material que desplegarán a lo largo de cinco días. “La idea es presentar cosas que sean curiosas y que no se hayan visto todavía”, señala Sirinian, con más de dos décadas en el oficio. Además de la búsqueda y el armado, los libreros deben pensar en cómo exhibir cada pieza para que cuente una historia y atraiga la atención de los visitantes. “El mayor desafío es sorprender con originalidad”, agrega.

En su 25° aniversario desde la refundación, ALADA celebra una trayectoria marcada no solo por los libros, sino también por la pasión por el coleccionismo y el descubrimiento constante. “El verdadero valor está en poder reunirnos entre colegas bajo un mismo techo y crear un espacio donde descubrir piezas singulares”, afirma Sirinian. En esta edición, instituciones como la Biblioteca de la Academia Argentina de Letras, el Archivo General de la Nación y la Biblioteca Argentina para Ciegos sumarán su presencia, aportando colecciones y documentos especiales al recorrido.

Este año, el eje temático estará centrado en la mujer escritora argentina, con una agenda que invita a reflexionar sobre su rol en la literatura y el acervo cultural. Entre las actividades se destacan dos mesas redondas: la primera dedicada a las voces femeninas de la narrativa nacional, con Florencia Abatte, María Gabriela Mizraje, Matilde Sánchez y Adriana Rodríguez de Pereda; y la segunda sobre la relación entre cultura, patrimonio y coleccionismo, con Juan Javier Negri, Emilio Perina, Juan Solá y Pablo Gasipi.

Además de adquirir ejemplares, los visitantes tendrán la oportunidad de acercarse a los oficios que dan vida al libro. En el Espacio Taller, encuadernadores, editores, impresores, ilustradores y otros artesanos mostrarán su trabajo en vivo, ofreciendo una experiencia directa, educativa y participativa. “Aunque lleva el nombre ‘Libro Antiguo’, la feria es mucho más amplia, diversa y atractiva que lo estrictamente histórico”, concluye Sirinian.

 

La Feria del Libro Antiguo se podrá visitar del miércoles 29 de octubre al domingo 2 de noviembre, de 14 a 20 h en el ex Correo Central (Sarmiento 151, CABA).

La memoria puesta en escena

La memoria puesta en escena

“Qué hacer con todas estas cosas”, una obra de teatro documental que recupera el relato como archivo y plantea la construcción de la identidad a través de la mirada de los otros, la propia y de los objetos que nos rodean.

La obra parece no querer arrancar. Los actores repasan el guion aún con el público sentado. “Cuando yo digo esto, acordate que ahí entrás vos” le dice ella a él, que es condescendiente a sus indicaciones pero no se lo nota convencido. Se toman su tiempo pero finalmente, se miran; ya es hora. Los espectadores, que tarde o temprano se darán cuenta que ocupan el lugar de la cámara, habían mantenido el silencio durante todo ese rato. Ella, todavía con el guion en la mano, saca un control remoto y apunta hacia las luces del teatro. Como si se tratase de la directora, dice: “Escena cinco, toma uno, acción”. La obra empieza, pero claro, ya lo había hecho antes.

En diálogo con ANCCOM, Alejandra Endler, directora y guionista de la obra teatral documental Qué hacer con todas esas cosas, recupera lo que fueron sus principales inspiraciones: “La novela de Nathalie Léger Sobre Barbara Loden, es la historia de una periodista que tiene que escribir la biografía de una cineasta y actriz de los 60, y me resultó interesante cómo ella termina contando su propia historia a través de otra mujer. Pero hubo varios puntos de partida –agrega Endler–. El silencio de los cuerpos que caen, de Agustina Comedi, es un documental autobiográfico, pero que en realidad habla de su papá. Eso me despertó la idea de hacer documental en teatro, explorar ese recurso del relato en capas y que no sea lineal. El cuento de Hebe Uhart, Querida mamá, donde una mujer le escribe una carta a su madre muerta, es muy particular: habla acerca de los objetos que la rodean y en función de ello concluye que todas esas cosas son de su madre, y a ella no le pertenecen”.

La obra recupera el relato como archivo y habla de la búsqueda de la identidad, que según la directora, se define sobre lo que los demás dicen que eres, lo que se cree de sí mismo y los retazos de historia, de objetos, fotos y libros con los que uno se va armando. A Laura (Lisa Caligaris) le brota la necesidad de grabar un documental. No sabe bien cómo encararlo, pero necesita volver a narrarse, tras haber sido, a su criterio, erróneamente ilustrada en la novela de su hermano Lorenzo (Martín Elías Costa), quien hace años emigró a Nueva York y es un escritor de renombre. En la casa vacía, tiene todo embalado en cajas de cartón, porque no sabe qué hacer con todas esas cosas que, aunque parezcan insignificantes, funcionan como disparadores nostálgicos, como la propia memoria de la protagonista. Mediada por un realismo mágico, la obra se desenvuelve en un híbrido entre la realidad y la ficción, el presente y el pasado, paradojas de lugares que son pero que nunca lo fueron.

Presentada como el Proyecto de Graduación de la Licenciatura en Dirección Escénica en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), Endler investiga el lenguaje del recuerdo: algo que no cierra y que no siempre sabemos de dónde viene, pero que allí está. El juego entre escenografía e iluminación genera planos que señalan qué es lo que la protagonista elige contar a la audiencia y qué es lo que queda tras las sombras. Al ser una obra de muchas capas, en la que la historia se cuenta en fragmentos, la puesta en escena funciona como un elemento narrativo. “La obra mutó un montón –dice Endler–. Al principio, quisimos hacer un set de filmación. Pero aún con toda la parafernalia, estábamos en deuda porque algo siempre faltaba. Era un continuum de tratar de justificar un realismo que en la obra escrita no estaba. Entonces nos fuimos para el otro lado: la cámara es el espectador. Después, tuvimos que resolver cómo convertir a la luz en el ojo de la cámara, para que la protagonista sectorice el espacio, o el elemento, y que se creen diferentes atmósferas. Lo resolvimos con el control remoto, un dispositivo que nos permitió jugar con la ambigüedad de lo mágico”.

La puesta gira en torno al concepto de heterotopía que la directora recupera de Michel Foucault, “esos espacios diferentes, esos otros lugares, esas impugnaciones míticas y reales del espacio en el que vivimos», donde estallan múltiples tiempos y dimensiones afectivas, explica Endler. El praxinoscopio, la muñeca sin cabeza, el piano, son objetos que construyen y sintetizan el mundo donde Laura se ha desenvuelto a lo largo de su vida. Los actores están todo el tiempo in-praesentia, mientras sus roles se superponen en una ficción que intenta ser lo más real posible, sumergida en una realidad performática. El espacio teatral se convierte en un lugar para la experimentación del documental como un archivo de memorias; y quizá su toque más característico, lo real, ya no sea tan importante.

 

Qué hacer con todas estas cosas será presentada en el teatro El Grito (Costa Rica 5459) durante los miércoles de octubre y noviembre, a las 21h.

El año en que los fotoperiodistas vivieron en peligro

El año en que los fotoperiodistas vivieron en peligro

Por segunda edición consecutiva, el Espacio Memoria abrió sus puertas para la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino, organizada por ARGRA, que podrá visitarse hasta el 20 de noviembre con entrada libre y gratuita. La represión en el centro de la escena.

La Casa Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza, sede de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, se convirtió en escenario de reencuentros y saludos durante la inauguración de la 36ª Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino. La exposición, a cargo de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), recorre los hechos, las emociones y las luchas que marcaron el último año del país. “Es un seguro contra el olvido”, sostiene Sebastián Vricella, presidente de la entidad.

La muestra reúne 150 fotografías seleccionadas entre casi 2.500 enviadas por profesionales de todo el país. En esta edición, se pone especial atención a los episodios de represión y movilizaciones sociales, reafirmando a ARGRA como un archivo vivo de la memoria visual argentina y reflejo de la sociedad. Entre los reporteros gráficos que exponen, se encuentran los editores de ANCCOM Leandro Teysseire y Victoria Gesualdi y las exintegrantes del equipo de fotoperiodistas de la agencia, Cristina Sille, Camila Godoy y Rocío Prim.

Entre los reporteros gráficos que exponen, se encuentran los editores de ANCCOM Leandro Teysseire y Victoria Gesualdi y las exintegrantes del equipo de fotoperiodistas de la agencia, Cristina Sille, Camila Godoy y Rocío Prim.

Al ingresar, un breve texto de bienvenida recuerda que, como en otros momentos de la historia, el fotoperiodista arriesga su vida para capturar imágenes que desnudan la injusticia. Desde allí, se propone un trayecto inmersivo que recorre cultura, política, medio ambiente, arte, deporte, derechos humanos y vida cotidiana. Cada sala, organizada por categorías, permite sumergirse en los detalles de cada historia y experimentar por un instante lo que la cámara registró.

Las fotografías documentan los acontecimientos nacionales que marcaron el 2024, como la Marcha Federal Universitaria, el rechazo a la Ley de Movilidad Jubilatoria y el 20º aniversario de Cromañón. Al mismo tiempo, rescatan prácticas ancestrales que persisten en distintas regiones del país, como artesanas hilando o esquilando ovejas, y celebraciones como la presentación de la delegación de Santa Fe en el Festival de Cosquín o el Nuevo Día de San Cayetano.

El recorrido es federal e internacional: incluye registros de Río Negro, Tucumán, Córdoba, Salta, Neuquén, Buenos Aires, Chubut y San Juan, así como eventos protagonizados por argentinos en Francia y España. Cada toma ofrece una mirada particular, desde planos generales que muestran la magnitud de un evento, hasta primeros planos que capturan emociones y detalles que a menudo pasan desapercibidos.

En la sala Haydeé Gastelú, los retratos de personalidades destacadas del ámbito cultural como Esther Díaz, Inés Garland y Marcelo Subiotto, se entrelazan con imágenes de tormentas eléctricas y zonas devastadas por incendios, generando un diálogo entre la creatividad y la fuerza de la naturaleza. Más adelante, la sala Marta Vásquez se centra en el deporte. Allí se puede ver a la Selección Argentina de fútbol masculina celebrando la Copa América o al tándem formado por Maximiliano Gómez, ciclista con discapacidad visual, y su guía Sebastián José Tolosa, compitiendo en la persecución individual masculina de 4000 metros en los Juegos Paralímpicos de París.

Los momentos de triunfo y esfuerzo conviven con el ensayo fotográfico El Familiar, de Bárbara Leiva, que combina mito, archivo y memoria para narrar la “Noche del Apagón” de julio de 1976, durante la última dictadura cívico-militar. La obra, desarrollada en la Escuela ARGRA, explora la frontera entre ficción y realidad y revela de qué manera se construye y perpetúa el miedo.

Una visita especial

El ritmo de la muestra cambia con la llegada de Taty Almeida, una de las pocas Madres que quedan. Recibida entre aplausos y flashes de cámaras profesionales y celulares, hace que, por un momento, todos los presentes se vuelvan fotógrafos, y la exposición pase a un segundo plano frente a su presencia. Al tomar la palabra, Taty recuerda a otra madre de Plaza de Mayo, Vera Jarach, recientemente fallecida, y agradece a ARGRA, a la vez que destaca que la fotografía es una de las mejores formas de seguir resistiendo. En sus manos sostiene un cartel pidiendo justicia por Pablo Grillo, fotoreportero herido durante una manifestación en marzo.

Los cánticos la rodean: “Madres de la plaza, el pueblo las abraza”, y ella los devuelve con su propia versión: “Pueblo de la plaza, las Madres los abrazan”. Escoltada por Vricella y un grupo de colaboradores, recorre la muestra, se detiene a saludar y escuchar a quienes se acercan, mientras visitantes de todas las edades hojean los anuarios 30 años de Fotoperiodismo en Democracia y comparten historias detrás de cada fotografía.

En un tiempo en que las noticias se consumen con rapidez y la sobreinformación abunda, la propuesta de ARGRA invita a detenerse y mirar con atención todo lo que puede suceder en tan solo trescientos sesenta y cinco días.

 

La 36ª Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino puede visitarse de lunes a viernes de 11 a 20 y los sábados de 13 a 18, en la Casa Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza (Av. del Libertador 8151, CABA).

Teatro desenfrenado

Teatro desenfrenado

Osvaldo Lamborghini, obras completas, primera parte nos recuerda lo desafiante del pensamiento de este autor amante de las márgenes y de lo que muchos suelen elegir no mirar. En esta performance se mezcla todo lo que es Lamborghini, sin esquivar la pornografía y la violencia.

Al entrar al teatro, independiente y en medio de un barrio de casas bajas y depósitos en la capital porteña, se respira una atmósfera joven, culta y vibrante. El Galpón de Guevara cuenta con un café bar, una pequeña biblioteca y una mesa de ping pong;  funciona como un club social donde podés ver obras de teatro, hacer danza y acrobacia aérea. Lo que sí, te recomiendan dejar la bicicleta con candado, porque están abiertos al público y no sé sabe qué le pueda llegar a pasar.

Los espectadores compraron sus entradas mediante la página de Alternativa Teatral o en la boletería que funciona al extremo de la barra. La fila para entrar a la sala se extiende por todo el salón de entrada, el café bar y los primeros metros de la vereda. El clima es amable, como casi siempre lo es durante las noches a mediados de la primavera. De los 150 asientos disponibles, la mayoría estaban ocupados y la obra comenzó con un juego de luces que establecieron el clima de la historia.

Como en todo, hace falta contextualizar. Osvaldo Lamborghini fue un escritor y poeta argentino de vanguardia. Nació en 1940 y falleció en el 1985 en Barcelona. Solo publicó tres libros en vida; el resto fueron póstumos. Su literatura se caracteriza por su uso del lunfardo y por ser paródica, violenta, política, pornográfica, escandalizante y, también, algo cínica. Fue peronista, pero también criticaba ciertos aspectos de esa militancia, por lo que se acercó a la Acción Revolucionaria Peronista de John William Cooke. Lamborghini, al igual que su hermano Leónidas, quién también fue autor, fue tremendamente censurado, en principios por el gobierno de facto de la Revolución Libertadora y, luego, por la última dictadura militar, que lo obligó al exilio.  

Lamborghini explicaba, cuando aún vivía, que entre sus libros y sus obras plásticas no había una discontinuidad, sino que estaban todas relacionadas entre sí. Como un auténtico representante de la vanguardia artística, decía que su obra estaba ligada a la vida y esto se ve reflejado en las elecciones estéticas y los guiones  de la pieza teatral que lo homenajea.

La obra

Con las actuaciones de Hernán Franco, Juan Isola y Valentín Pelisch, la puesta en escena despliega un lenguaje multimediático que combina interpretación en vivo, música estrambótica, iluminación estroboscópica, ilustraciones, animaciones y diversos materiales audiovisuales pregrabados. El resultado es una experiencia sensorial intensa, donde lo teatral se entrelaza con lo visual y lo sonoro, generando un universo tan hipnótico como perturbador y confuso. Un espectador lo puso en estos términos: “Al principio me quería ir, pero no me pude levantar de la silla en toda la obra. No sé si me gustó, pero definitivamente me atrapó”.

Jeremías, acróbata y circense de 32 años, opinó que, a diferencia de su amigo -quien no dio su nombre-, le encantó: “No pude parar de reírme. No solo es divertidísima, sino que es sumamente inteligente y funciona como una parodia de la sociedad argentina, de nuestra política y nuestra manera de ser”.

La performance duró una hora y media y, fiel al autor pero no al folleto de promoción, entrelaza la trama de varias de las novelas, caricaturas, cartas y poemas de Lamborghini. Retrata la relación entre dos hombres homosexuales, pero ambos son Osvaldo Lamborghini. Hace referencia al consumo de drogas alucinógenas, los prejuicios hacia las personas gay, a la sexualidad como un lugar de disfrute, pero también de perversidad y violencia. Es psicodélica en todos los aspectos, los liberadores y los agobiantes, porque muestra a los personajes en un estado de consciencia alterado permanente.

También habla de las percepciones societales de éxito y como los individuos las incorporan como propias, del perfeccionismo incapacitante y de cómo reprimir lo que sentimos (en especial, lo sexual) solo provoca mayores dificultades y exabruptos antisociales, como el bullying, la violencia sexual, el clasismo y la cultura del reviente (del consumo de drogas indiscriminado).

Una joven llamada Cami, en breve diálogo con ANCCOM y al terminar la función, declaró: “No me parece una obra muy ATP, ni apta para espectadores sensibles. Yo traje a mi papá basándome en lo que leí online y no sabía dónde meterme”. Es arte y los actores están a la altura del desafío que también interpela a los espectadores: el guion toca temas que, para aquellos no familiarizados con la prosa y filosofía  de Osvaldo Lamborghini con eje en lo violento y lo pornográfico, la obra puede shockear.

A la manera y bajo el estilo que impone esta obra de teatro, podríamos describirla con una catarata de palabras inconexas y, al final, no tan desconectadas: marginal, pornografía, censurable, psicodélica, homosexual, prejuiciosa y, a la vez, inclusiva. Sobre todo, es extremadamente actual y nos permite reflexionar acerca de cientos de problemáticas contemporáneas.

Osvaldo Lamborghini, obras completas. Primera parte es una producción de la compañía La Espada de Pasto, realizada en coproducción con El Galpón de Guevara y desarrollada dentro del programa de residencias artísticas VIVA. El proyecto cuenta con el apoyo de Mecenazgo y se presentará los viernes a las 23 horas hasta el 28 de noviembre.

Un potrero de poesía

Un potrero de poesía

Una selección con apodos de animales, el modo de nombrar al potrero en otros países latinoamericanos y el maravilloso barrilete cósmico dedicado por Víctor Hugo a Diego fueron algunos de los disparadores que propuso el poeta costarricense Memo Acuña a los chicos del Instituto Agote en un encuentro del Festival Va Poesía. Una apuesta por el derecho a la belleza para todo el mundo.

En medio de Palermo Soho, entre cafés de especialidad y clases de pilates, se encuentra el Instituto de menores Dr. Luis Agote. Ubicado en una esquina, con molduras y una gran puerta de madera, en él viven chicos de 17 años privados de su libertad. En un contexto que pareciera darles la espalda, el Festival Va Poesía les propuso pasar la mañana realizando actividades que vinculaban el lenguaje, la poesía y el fútbol.

El instituto tiene una dinámica escolar con aulas luminosas y sillas de colores entre medio de rejas y escaleras laberínticas que estructuran el edificio. Aunque esa disposición estaba disponible, el lugar que le designaron al Va Poesía fue un espacio común cuya acústica dificultó un poco la actividad. Es que, según explicaron los docentes, la organización de la jornada estuvo condicionada por una pelea reciente entre dos grupos de chicos.

A modo de inauguración, Ricardo Rojas Ayrala, escritor y director del Festival junto con Marta Miranda, dijo unas palabras antes de presentar a Guillermo “Memo” Acuña, poeta costarricense invitado. Sin posicionarse desde un lugar superior, sino planteando el encuentro desde la horizontalidad de compartir experiencias e imaginarios, Ayrala le preguntó a los chicos acerca de las palabras que usan en su cotidianidad y le explicaron a Acuña algunos modismos argentinos como “berretín” o “chamuyo”. “Cuando uso una palabra, estoy hablando de mi contexto, estoy hablando de donde vengo, de donde estoy y de lo que yo quiero. El lenguaje está vivo.”, afirmó Ayrala.

A partir de allí, Acuña tomó la palabra y comenzó a hacerle preguntas a los jóvenes en relación al tema que abordarían desde la poesía: el fútbol. En diálogo con ANCCOM, el poeta comentó: “Me parece que es un tema que da mucho para hablar, un buen recurso para acercarse a los pibes y tiene mucho de lo poético también”. Su elección fue muy acertada, evidentemente es algo que convoca a los chicos del Agote, pues más de la mitad de los casi 20 adolescentes presentes llevaba puesto algún tipo de prenda futbolera.

Por ese motivo leyó de su colorido cuaderno tres poemas dedicados al fútbol: “Desde la ventanilla del bus”, de Claudio Bertoni; “Estadio de noche”, de Günter Grass; y “Fútbol”, de Blanca Varela. Pese a los ruidos de los handies de los guardias, los jóvenes escuchaban con atención, sentados en grupos de cuatro. Aunque con una evidente falta de confianza, de a poco fueron comentando lo que entendían y les despertaba cada verso.

Aprovechando la incipiente pérdida de timidez, Acuña comenzó a desplegar una actividad preguntando por la palabra “potrero” mientras los y las docentes repartían hojas rayadas y lapiceras. Es que, luego de mencionar múltiples palabras equivalentes a “potrero” en distintos países de Latinoamérica, el escritor les pidió a los chicos que escribieran alguna frase utilizando esos vocablos. “En Bolivia, ‘pichanga’; en Brasil, ‘pelada’; en Costa Rica, ‘mejenga’; en Guatemala, ‘chamusca’; en México, ‘cascarita’ ”, leía Acuña mientras los jóvenes parecían debatirse internamente entre empezar a escribir o tratar de memorizar los múltiples modismos. “Jugar a la bocha. Hoy picado, ¿y mañana?” fue una de las producciones más celebradas entre los compañeros.

Veo unas vacas

en una cancha de fútbol

dos pasan

rozando un palo

la tercera

es gol.

 (Desde la ventanilla del bus”, de Claudio Bertoni).

La siguiente actividad consistió en la misma dinámica, salvo que con otras palabras. Esta vez, el costarricense comenzó preguntando por el vocabulario utilizado en el fútbol relacionado a animales. No tardaron en brotar expresiones como “burro”, “perro” o “palomita”. Luego la charla viró hacia otras expresiones alejadas del mundo animal, hasta llegar al mítico relato de Víctor Hugo Morales en el mundial de México 86’: “Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés?”. Al recitar esa frase, por un instante se produjo algo distinto en el ambiente, todos los presentes querían escucharla completa. Ni los guardias hicieron ruido, sus handies se enmudecieron. Fue una gran demostración de lo que los escritores venían advirtiendo desde el inicio de la jornada: el peso del lenguaje y las palabras que usamos.

Para cerrar el encuentro, Acuña contó, a través de algunos versos, una historia sobre su padre. Es que Guillermo “Tierra” Acuña fue el único futbolista de su país que pudo meterle un gol al arquero de la URSS, Lev Yashin, apodado “La Araña Negra” debido a sus habilidades y su atuendo monocromático. La hazaña ocurrió en mayo de 1962 y fue narrada por Acuña con admiración hasta quedar suspendida en el aire luego de un fuerte aplauso por parte de los presentes.

De esa manera, finalizaba la jornada en el Instituto Agote, en el anteúltimo día del Festival que sin duda hace de su consigna, “Literatura e inclusión”, una realidad. En palabras de Ayrala: “La idea es generar un lugar de encuentro en el que todos somos sujetos de derecho. En general cuando uno dice que alguien es sujeto de derecho, piensa en un trabajo, en una vivienda, en seguridad social, en justicia, pero nunca se toma en cuenta la belleza. La belleza también es un derecho, también es un derecho de las clases populares”.

Fútbol para sobrevivir

Fútbol para sobrevivir

“¡Yallah! ¡Yallah! Fútbol, pasión y lucha”, una película de Cristian Pirovano y Fernando Romanazzo basada en el fútbol palestino se proyectó en la Ex-Esma con la presencia de Fernando Signorini, el hitórico preparador físico de Maradona. La cotidianidad en medio del horror.

Se proyectó el documental ¡Yallah! ¡Yallah! Fútbol, pasión y lucha (2018) de Cristian Pirovano y Fernando Romanazzo en la Casa por la Identidad con la presencia del director de la película y Fernando Signorini, preparador físico histórico de Diego Aramando Maradona. Fue este fin de semana, en el marco de la Feria y Memoria del Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex Esma), en donde también ocurrió un abrazo simbólico al sitio Museo, que víctima del vaciamiento y en las últimas semanas intervenciones en el contenido por parte del gobierno nacional.

¡Yallah! ¡Yallah! Fútbol, pasión y lucha retrata la cotidianidad en Palestina siguiendo la vida de siete personas teniendo al fútbol como elemento transversal en todas ellas. Se intenta mostrar desde el deporte, el trastorno que ha sufrido la realidad de los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza. La película muestra al fútbol como resistencia, como un instrumento para mantener la normalidad y representación cultural que se personaliza, en este caso, en la Asociación de Fútbol Palestino, que colaboró con el film.

Cristian Pirovano habló con ANCCOM sobre la historia que lo llevó a hacer esta película: “En comienzos del 2013, yo estaba trabajando como fotoperiodista, quería ir a un campo de refugiados porque me llamaba la atención. Tenía una expectativa entre lo político, lo personal y lo profesional y me fui para allá. Al poquito tiempo de estar ahí, me empezaron a seguir unos chicos, al principio en buenos términos y después se empezó a convertir en una situación más tensa, y bueno, empezaron con una piedrita, otra piedrita, un escupitajo, y la situación se empezó a volver más “violenta”, y ahí conozco a un tipo que interviene y les dice en árabe a los chicos que frenen”. Pirovano cuenta cómo esa anécdota lo llevó a conocer al entrenador del equipo de fútbol de Palestina: “Me voy a tomar un café con el tipo, y al toque se pone a hablar de fútbol, de Messi -él era fanático-, y en un momento me dice que le quería mandar una carta al entrenador de fútbol argentino con unos cambios para el equipo y me dice: con estos cambios vamos a salir campeones en el 2014”.

Mientras estaban en ese café hablando sobre la Selección de fútbol argentina, se empezaron a escuchar tiros. Cristian, que no estaba acostumbrado, palideció. Sin embargo, su “héroe” le restaba importancia, “tranquilo, es una celebración, deben haber liberado a algún preso o es una boda”. Al rato, un grupo de cuarenta personas irrumpió en el bar, mientras disparaban al aire, inmediatamente el hombre palestino le advirtió que no debe mirarlos a los ojos. Cuando el evento terminó, los niños corrieron, se acercaron y juntaron los casquillos que quedaron esparcidos por el suelo de aquel bar. Cristian comenta: “Yo lo miro a Mohamed -que era el nombre del tipo- y le digo: ¿Qué carajo está pasando?” y él responde: “Sabés una cosa, si Argentina quiere salir campeón, necesita buscar un jugador como Riquelme”. Y así el fútbol vuelve a ser instrumento para olvidar la muerte.

El director Cristian Pirovano junto a Fernando Signorini, histórico preparador físico de Maradona.

«En el mismo Mundial de Qatar nadie fue capaz de decir nada sobre los 14.000 muertos que hubo en la construcción de los estadios. Ni siquiera un minuto de silencio en ninguno de los partidos», se lamenta Signorini.

Pirovano y Fernando Signorini conversaron sobre el film y el significado del deporte, al terminar la proyección. Entonces, el preparador físico de Maradona comentó: “En los lugares donde la muerte reina todos los días, el fútbol puede ser una excusa para ser feliz”.

Pirovano asegura que el documental que se estrenó en 2018, lejos de envejecer, está creciendo: “Algo que empecé a ver con las proyecciones, es que al principio -en las primeras proyecciones- teníamos muy pocas preguntas. Hoy, en cambio, hay mas cuestionamientos, sobre el rol de la mujer en estas sociedades en conflicto, sobre las narrativas que recorren los medios, y sobre el papel que tienen o deberían tener los distintos organismos internacionales”, rescata.

Por su parte, Signorini, analiza el rol del fútbol en la actualidad con ojo crítico: “Sabes que yo hace mucho que estoy decepcionado con el rol que el fútbol está representando en la sociedad actual”. Y agrega, en diálogo con ANCCOM: “Tenemos alta mortalidad infantil, corrupción galopante, gente sin trabajo, sin techo, pero juega Boca-River o la Selección y olvidate. Yo creo que se lo utiliza como el árbol que tapa el monte, como el opio de los pueblos, como decía Marx, creo además, que a este negocio le conviene la violencia, la rivalidad”.

El profesor menciona también la frase de Luis Menotti, director técnico de la Selección campeona de 1978: “Cuando la pelota saltó del campo de juego a los escritorios de los grandes jerarcas, el fútbol cambió para siempre. Ya dejó de ser esa construcción cultural de las clases populares que nos podía ayudar a ser mejores mañana, hoy se transformó en esta porquería”, lamenta.

Signorini no puede desvincular el deporte y la política:“Fiijate que hasta en el mismo Mundial de Qatar nadie fue capaz de decir nada sobre los 14.000 muertos que hubo en la construcción de los estadios. Ni siquiera un minuto de silencio en ninguno de los partidos, ningún jugador argentino fue capaz de decir nada acerca de ponerse el luto por la muerte de Hebe de Bonafini -Activista argentina y ex presidenta de Madres de Plaza de Mayo- que murió durante la disputa”.

Como Maradona, el profe no se guarda nada: “Hoy son todos ovejitas del rebaño, campeones así a mi no me sirven, porque están utilizando a la Selección y a sus jugadores como ejemplos de que no hay que decir. Está todo mal, pero no hay que callarse. Entonces hay que tener mucho cuidado, hay que tener otra lectura a la que te quiere plantear el sistema”.

La película se estrenó originalmente en el 2018, pero desde entonces pasaron muchas cosas, los secuestros del 7 de octubre orquestados por Hamas que trajeron un recrudecimiento del conflicto en la Franja de Gaza, las masacres y hambruna provocadas por el Estado de Israel; las tratativas de “alto al fuego”, propiciado por Estados Unidos; la entrega de rehenes de ambos bandos. Pero el cese temporal del conflicto no fue respetado, ya que la defensa civil de Gaza continuó reportando bajas, además de los impedimentos para que ingresen los camiones con suministros vitales-.La película invita a repensar el conflicto de Israel-Palestina desde la cotidianidad de quienes lo padecen.