Un documental sobre la violación de los derechos humanos en Malvinas

Un documental sobre la violación de los derechos humanos en Malvinas

Se estrena «Las voces del silencio», de Gabriela Naso, que aborda la lucha de los exconscriptos para que los estaqueamientos y otros abusos que padecieron durante la guerra sean considerados delitos de lesa humanidad.

«El documental es mi aporte a la construcción de la memoria colectiva, a que podamos pensar Malvinas desde una perspectiva de derechos humanos, que ayude a contrastar el discurso de la ‘gesta heroica’”. Con una mirada crítica, Gabriela Naso, licenciada en periodismo por la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y magíster por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, dirige Las voces del silencio, un documental producido por Pulpofilms que se estrena el 1 de abril en el Cine Gaumont (Rivadavia 1635) y el 3 de abril en el Teatro Argentino (Avenida 51, entre 9 y 10, La Plata). La película reconstruye la lucha de un grupo de excombatientes de Malvinas que, tras denunciar los abusos, maltratos y amenazas sufridos a manos de sus superiores durante la guerra, enfrentan las trabas del sistema judicial argentino que impiden el juzgamiento de los responsables. Además, aborda las dificultades que aún hoy atraviesan los exsoldados para romper con el discurso de la “gesta heroica” y demostrar que los hechos denunciados constituyen crímenes de lesa humanidad, los cuales no prescriben.

“Hoy vemos cómo el Gobierno nacional resignifica el relato de Malvinas con otros fines. Un ejemplo claro: el 2 de abril se estrena un documental sobre Pedro Edgardo Giachino. Fue el primer caído en combate, pero también un represor de la ESMA. Sin embargo, lo presentan solo como un héroe, sin mencionar su rol en el terrorismo de Estado. Lo mismo ocurre con Astiz y otros militares. Están usando la figura de estos represores para, de alguna forma, lavar la cara de los perpetradores», advierte Naso.

A casi 43 años de los hechos y 18 del inicio del proceso judicial, el documental rescata las experiencias de David Zambrino, Ernesto Alonso, Gerardo Roschge, Hugo Robert, Miguel Anderfuhrn y Silvio Katz, no solo relatando sus vivencias de abuso y sufrimiento, sino también poniendo en evidencia cómo la versión oficial de la guerra sigue siendo un relato difícil de cuestionar, incluso después de más de 40 años.

¿Qué se oculta detrás del discurso hegemónico de la gesta militar? ¿A qué obedece su aceptación por parte de la sociedad? ¿Por qué sigue vigente? Son algunas de las preguntas que le surgieron a la directora al investigar los maltratos y la violencia padecida por los soldados conscriptos a manos de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas argentinas durante el conflicto bélico de 1982.

Naso explica que la construcción del relato épico de la guerra comenzó mucho antes de su final. “Investigué mucho los documentos y los archivos desclasificados de las Fuerzas Armadas, ya antes del final del conflicto estaban organizando cómo contar la historia, qué hacer con los caídos, con los excombatientes, con los familiares”, señala. Parte de ese plan fue la imposición del silencio: al regresar, muchos soldados fueron trasladados a Campo de Mayo, sin contacto con sus familias. “Se les daban cartillas con recomendaciones y entre ellas figuraba que solo podían hablar de Malvinas en términos de actos heroicos. Ahí empieza a construirse este relato épico de la guerra”, agrega la directora.

El silencio no solo vino impuesto por las Fuerzas Armadas, sino también por la propia naturalización de la violencia dentro del servicio militar. “Uno puede preguntarse, ¿por qué esta causa no avanzó? ¿Por qué cuesta que avance? Y por un lado, está esa imposición del silencio, pero también hubo una gran naturalización de la violencia en el servicio militar obligatorio”, señala. El estaqueo, el mercil en agua helada, la picana con teléfono de campaña: prácticas que eran vistas como disciplina, pero que fueron torturas. “Tienen que ver con la formación de las Fuerzas Armadas, son las mismas que se usaron en los centros clandestinos de detención en el continente. Hay una continuidad entre esas prácticas que se repiten en las islas, porque son las mismas fuerzas, adaptadas a la materialidad del lugar. Entonces, también hay una dificultad para reconocer como tortura lo que es tortura”.

En el proceso de realización del documental, Naso ya había establecido una relación de confianza con varios de los excombatientes. «Ya los conocía previamente, conocía sus historias. Con esa primera capa superficial del relato de la guerra ya superada, pude ir más allá y profundizar en sus historias”, recuerda la directora.

 “Son las mismas Fuerzas Armadas que actuaban en los centros clandestinos de detención en el continente, hay una continuidad entre esas prácticas y lo que repiten en las islas”, dice Naso.

El documental también busca diversificar las voces del relato, incorporando figuras clave como el actual juez federal Alejo Ramos Padilla, quien, en su rol como abogado del CECIM La Plata, representó a los soldados conscriptos torturados durante la guerra. Asimismo, incluye al juez federal Federico Calvete, quien en 2019 citó a 24 militares a prestar declaración indagatoria por torturas a conscriptos durante la Guerra de Malvinas, y cuya participación en la investigación también fue documentada.

Sin embargo, Naso no pudo conseguir la participación de defensores oficiales ni de autoridades de las Fuerzas Armadas, a quienes también intentó entrevistar para reflejar todas las perspectivas posibles. «Quería darles espacio también para que ellos puedan contar su perspectiva de los hechos, y no accedieron», concluye la directora.

“Traer luz sobre estos crímenes implica comprender la doble faz del Estado terrorista, una legal y otra clandestina, analizar la sistematicidad del ataque, correr el discurso de la ‘gesta heroica’ y deconstruir el estereotipo patriarcal del héroe. En otras palabras, se trata de recuperar la historia desde el presente para enriquecer la memoria colectiva y así apuntalar nuestra identidad y proyecciones futuras. La memoria es la vida y, como construcción social y política, está ligada a la edificación de la sociedad que queremos”, reflexiona Naso.

«Una vez más, cabe recordar la validez de aquella sentencia que dice que los pueblos que no tienen memoria están condenados a recaer una y otra vez en las peores desgracias. Quise rescatar esta historia como un aporte a la construcción de la memoria colectiva y como una modesta reparación para las víctimas”, concluye la directora de Las Voces del Silencio.

Crímenes de guerra

El 28 de marzo, la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, con el voto unánime de los jueces Alejandro Slokar, Carlos Mahiques y Diego Barroetaveña, hizo lugar a un recurso extraordinario en la causa por torturas a soldados conscriptos en Malvinas. El fallo reconoce estos abusos como crímenes de lesa humanidad.

La decisión revoca un fallo previo y establece que los estaqueamientos, enterramientos y golpizas sufridas por los soldados pueden encuadrarse como crímenes de guerra o de lesa humanidad, lo que implica su imprescriptibilidad. Desde el CECIM La Plata exigieron a la Corte Suprema que confirme esta resolución y garantice justicia para las víctimas. La causa, iniciada en 2007, ya cuenta con más de 200 testimonios y más de 100 militares imputados, pero aún enfrenta trabas judiciales. En 2023, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aceptó tratar la denuncia internacional contra el Estado argentino por su falta de acción en estos casos. Ahora, la Corte Suprema deberá resolver 11 recursos extraordinarios y definir si confirma el carácter imprescriptible de estos delitos, una decisión clave en la búsqueda de verdad y justicia

10 años de teatro: Una escena cada vez más independiente

10 años de teatro: Una escena cada vez más independiente

Las salas y sus producciones florecen en los circuitos no comerciales a pesar de la crisis y los ataques a la cultura. A lo largo de una década, ANCCOM narró las tablas como un espacio de resistencia.

Hace una década, ANCCOM nació con un objetivo claro: dar voz a realidades y expresiones que los grandes medios dejaban fuera de agenda. Desde entonces, ha sostenido un fuerte compromiso con las artes escénicas, reflejado en una cobertura diversa que abarca desde el teatro independiente hasta festivales internacionales. Una crónica sobre un encuentro de artistas autogestionado, comunitario y cooperativo que celebraba la creación teatral en todas sus formas fue la primera nota sobre teatro y la que marcó el rumbo de las que vendrían después.

A lo largo de estos diez años, ANCCOM entrevistó a referentes del ámbito teatral no sólo por el estreno de sus obras, sino también como voces claves para analizar el estado del arte en relación con el contexto político, económico y social. Desde su rol de productor teatral, Carlos Rottemberg abordó la tensión entre la gestión estatal y el circuito comercial y analizó el impacto de las crisis económicas en la sostenibilidad de las producciones. El dramaturgo y director Mauricio Kartun conceptualizó el teatro como una herramienta de resistencia y expresión política. Y figuras como Rita Cortese, Mirta Busnelli y Pepe Monje reflexionaron sobre los cambios que atravesó la escena en el último tiempo y los desafíos que enfrenta el sector.

Para descentralizar la cartelera porteña y dar visibilidad a lo que ocurre más allá de la calle Corrientes, la agenda de ANCCOM se enfocó en iniciativas que llevaran el teatro a distintos municipios de la provincia de Buenos Aires. Propuestas como la reciente Vicente López en Escena, donde las actuaciones ocurren en espacios inesperados o el Festival de Teatro Independiente Pirologías, que desafía prejuicios y modas importadas son ejemplos de cómo a lo largo de esta década, el teatro del conurbano no solo ha crecido, sino que ha ampliado su alcance, y se ha consolidado como un espacio con identidad propia.

Desde su primera publicación, el 24 de marzo de 2015, ANCCOM asumió un compromiso indeclinable con los derechos humanos, un eje ha atravesado su cobertura de política y sociedad, y también de la cultura. Así, sus cronistas han reseñado numerosas obras que abordan la historia reciente del país. Desde el ciclo Teatro por la Identidad, brazo artístico de Abuelas de Plaza de Mayo, que lucha contra el olvido desde la dramaturgia, hasta Memoria de un poeta, una obra que mantiene vivo el recuerdo de los 30 mil desaparecidos contando la historia de una bibliotecaria de barrio víctima del terrorismo de Estado.

Nuestra agenda también se ha nutrido de propuestas que utilizan el teatro como una herramienta de expresión y un espejo de los conflictos sociales. Obras que exponen el acoso escolar, la explotación infantil, la trata de personas, la violencia de género, el aborto y la desigualdad, convirtiendo el escenario en un espacio de denuncia. “Las artes escénicas se volvieron a convertir en un refugio de resistencia, de encuentro y de construcción de comunidad”, asegura el agente de prensa y licenciado en Comunicación Daniel Franco.

En la última década, asimismo, el teatro independiente ha experimentado un crecimiento notable. Espacios como Timbre 4, El Camarín de las Musas, Caras y Caretas, Teatro Beckett y el Centro Cultural San Martín han sido fundamentales al incorporar en sus carteleras obras que no ingresan en el circuito comercial. Además de ser plataformas para la exhibición, estas salas se convirtieron en ambientes de experimentación y formación para una nueva camada de artistas, quienes se convirtieron rápidamente en protagonistas destacados de las coberturas de ANCCOM. Durante el recorrido por estas usinas culturales, hemos descubierto relatos que fusionaban arte e historia, como Padre Carlos, el Rey Pescador, que narraba la vida de Carlos Mugica, “el mártir de los pobres”, o Consagrada, la obra sobre la historia de la exgimnasta olímpica Gabriela Parigi.

La sostenibilidad de estos espacios en un contexto de crisis económica sigue siendo un desafío. Sebastián Blutrach, productor teatral y dueño del Teatro Picadero, señala que, aunque el teatro no desaparece, sí enfrenta un proceso progresivo de vaciamiento. “No cierran los teatros de golpe porque eso genera una reacción inmediata, pero el paulatino vaciamiento de los fondos culturales los deja debilitados hasta que se justifica su cierre”, advierte. A pesar de las dificultades, el sector sigue buscando nuevas estrategias para atraer espectadores y sostener sus propuestas. En el caso del Picadero, una de las apuestas ha sido la construcción de una comunidad propia a quienes se le ofrecen beneficios y descuentos. “Mi objetivo es que ninguna función tenga menos de 150 espectadores”, afirma Blutrach.

El contexto actual plantea interrogantes sobre el rol del teatro en la sociedad y los desafíos que enfrentará en los próximos años. En un escenario marcado por recortes presupuestarios, el reto principal será sostener la producción y asegurar que el teatro siga siendo un espacio de encuentro, debate y creación. Según Blutrach, la mayor preocupación radica en los cambios en los hábitos del público, especialmente entre los más jóvenes: “Uno de los desafíos más grandes es que el público pueda desconectarse del celular durante una función”, asegura. En la misma línea, Franco subraya la importancia de fomentar nuevas audiencias. “Es fundamental desarrollar políticas de formación de espectadores y subsidiar el consumo cultural”, sostiene y agrega, optimista: “El teatro no va a desaparecer ya que no existe inteligencia artificial que lo pueda reemplazar”.

Si bien no podemos asegurar cómo será el futuro de las artes escénicas, sí podemos ratificar que el compromiso de ANCCOMpara los próximos diez años seguirá siendo el mismo: difundir y dar visibilidad a aquellas propuestas culturales valiosas que la escena teatral argentina tenga para ofrecer.

10 años de música argentina: la irrupción de la canción urbana

10 años de música argentina: la irrupción de la canción urbana

De las plazas al mercado, el trap ganó al público joven pero también seduce a los viejos rocanrroleros. Wos, Naty Peluso y Ca7riel, entre otros emergentes, conviven con los póceres de rock, el jazz, el tango y el folclore.

Los últimos diez años de la música argentina estuvieron atravesados por el auge de los ritmos urbanos, que se integraron en un ecosistema de géneros ya consolidados y transformaron la escena sin perder sus bases históricas. El camino de los músicos de aquellos géneros tomó dos direcciones: mientras algunos se mantuvieron fieles a los sonidos característicos, otros emprendieron un proceso de búsqueda, establecieron puentes con el pasado y fusionaron distintos estilos que dieron lugar a un nuevo sonido. En este contexto, artistas y un periodista especializado analizaron los cambios y el impacto de la tradición en la música actual.

Mariano del Mazo, periodista y escritor, examinó la última década y afirmó que el cambio más grande en música popular fue el advenimiento de las nuevas músicas urbanas, que incluye géneros como el pop, el hip-hop, el trap, el reggaeton y la electrónica. “Fue muy pronunciado lo que ocurrió con el trap, en términos de expansión y conquistas de mercados. En otros géneros se mantuvo una tendencia: cierto conservadurismo del rock, cierta producción muy interesante y proteica del tango, pero sin ningún tipo de alcance masivo, el folklore sin grandes novedades y la repetición de formatos ya hechos anteriormente en el pop”,  observó.

La música, como todos los aspectos de la vida, fue atravesada por la pandemia, el aislamiento y el aumento del uso de los medios digitales. Del Mazo reconoció estos factores como los impulsores del trap, un movimiento que se gestó en el 2010 y creció al calor de la presencialidad, con batallas de freestyle y encuentros en Parque Rivadavia. La posibilidad de hacer canciones con una computadora, compartirlas en plataformas de streaming musical y difundirlas en redes sociales, sin la intervención de un sello discográfico, abrió la puerta para que una nueva generación de artistas se diera a conocer.

“A principios de este siglo, Chico Buarque dijo que la canción era un fenómeno del siglo XX, y que el siglo XXI sería el siglo del hip-hop y del rap, o del plagio. Después de artistas como Gardel, Jobim, Lennon-McCartney, no habría manera de superar lo que ocurrió en ese tiempo. No sé si acertó, porque ya van 25 años del siglo XXI y la canción sigue presente”, dijo del Mazo y agrega; “Se impuso a través de géneros nuevos, derivados del hip-hop, del reggaeton, de otros ritmos y con un sonido que hoy está naturalizado. Actualmente hay algo que tiene que ver con el silbido, con la repetición, que es aparentemente invencible. Un montón de chicos y chicas son capaces de memorizar largas parrafadas que no tienen ninguna melodía, algo que en el siglo XX hubiera sido bastante complicado. Hoy la atención del oyente es mucho más fragmentada y a su vez más afilada, lo que hace que todo sea más vertiginoso y que lo que ayer fue cantado enseguida caiga en el olvido. Es complicado pensar en un clásico, o un futuro clásico.”

Sin embargo, en esta década la música urbana no permaneció estática, ya que algunos cantantes se alejaron de las fórmulas propias del género, y se encomendaron a una exploración, tanto en sus discos como en sus recitales, en la que incorporaron elementos del rock, jazz e incluso aparecieron guiños hacia el tango y el folklore. Del Mazo afirmó: “La necesidad del toque en vivo hace que se metan instrumentos analógicos. Uno va a ver los conciertos y hay instrumentos en formato rock: guitarras eléctricas, sesiones de vientos. Hay cierta torsión hacia el formato canción que viene de artistas que empezaron haciendo otra música. Aquello que es puro sonido y ritmo con poca melodía va teniendo una tendencia hacia lo cancionístico. Así mismo pasó con Wos, Nathy Peluso, Trueno y Dillom.”

En estos años, los nuevos artistas y géneros convivieron con músicos emblemáticos de otras décadas, tanto en el público, compuesto por distintas generaciones, como en los intérpretes. El periodista remarcó: “Algo que afortunadamente está ocurriendo con la nueva música es que respeta el pasado inmediato. La mayoría de los chicos que hacen música hoy tienen un gran respeto y admiración, también conocimiento de las obras de los Redonditos, de Divididos, de Spinetta. El sonido de esta época ya no es el rock, es otro sonido que está fraguando. Quizás para el oyente veterano estos nuevos artistas cuestan, porque son otras voces, otro estilo y estética, como costó en las décadas del sesenta y setenta a los viejos tangueros asumir el rock. Hoy los jóvenes tienen otra consideración estética de lo que es alguien que canta o toca bien, no pasa por la entonación.”

Fernando Samalea, histórico baterista y bandoneonista que ha tocado con artistas como Charly García y Gustavo Cerati, dialogó con ANCCOM sobre la continuidad de la música actual con el pasado y expresó: “Hay algo mágico donde siempre queda una década en el medio que molesta. Por ejemplo, en los años ochenta se rescataba mucho de los años sesenta, pero los setentas se veían como algo arcaico y obsoleto. En los noventa hubo una nueva revisión de la música disco, del funk, y tanto el rap como el hip-hop tuvieron que ver con eso. Tal vez, sin ánimo de ponerme en pragmático porque nadie tiene la verdad absoluta, estos tiempos dejan muy en claro que convivimos con varias décadas para revisitar. Los videos más actuales de bandas en boga, llámese Bándalos Chinos o Ca7riel y Paco Amoroso, le hacen guiños muy característicos a otros tiempos”.

El músico, que se encuentra en plena escritura de un nuevo libro de memorias, agregó: “Es como si hubiese un mediomundo en el mar atrayendo todo lo que pasó, y a su vez, generando la punta de lanza hacia lugares insospechados, porque en definitiva los jóvenes son quienes deben enseñarnos el camino e ir hacia delante en la música.”

Además, el músico destacó la importancia de la tecnología en el rock, y sus influencias sobre otros géneros: “Una afirmación que me gusta mucho es que el rock comenzó cuando a alguien se le ocurrió enchufar una guitarra española a un parlante. Denota que la tecnología tuvo mucho que ver. Yo vengo de los años ochenta y la música tenía mucho que ver con los años sesenta, el tipo de melodía y el tipo de ritmos. La gran diferencia fue la tecnología de los sequencers, las baterías electrónicas, ese sonido particular con los procesadores de entonces”

Samalea añadió: “También en los años noventa afloró la movida de los loops y las repeticiones, que le dieron las marchas características al rap y al hip-hop. Los ingenieros que hacen los sonidos de los teclados, los sequencers o baterías electrónicas, de alguna forma son héroes anónimos que tienen mucho que ver en la personalidad de cada época.”

Daniel “Pipi” Piazzolla, baterista de Pipi Piazzolla Trío y Escalandrum, y nieto de Astor Piazzolla, meditó en torno al impacto de los últimos 10 años en el jazz. El músico expresó: “El jazz ocupa un lugar muy importante dentro de la música argentina porque es un género que le permite a los nuevos compositores expresarse y hacer nueva música sin estar regidos por lo que dicen los grandes sellos, por lo que es un buen ámbito para poder experimentar a pleno todas las ideas que se te van ocurriendo. Al jazz nunca le interesó ser famoso ni sonar en las radios. El jazz argentino fue evolucionando y creo que la globalización ayudó bastante en esto de mezclar estilos, de escuchar música de otros mundos y experimentar con nuestra propia música.”

A lo largo de su historia, y debido a su versatilidad y carácter lúdico, el jazz argentino se fusionó con distintos estilos como el tango, el folklore, el rock, el funk y el hip-hop. Piazzolla remarcó: “No es una novedad que artistas de otros géneros incorporen al jazz en su música, ya pasó con músicos de otras generaciones como Luis Alberto Spinetta, con La Máquina de Hacer Pájaros. En el jazz se experimenta tanto que hay cosas que después quedan para otros estilos como ideas”. De esta forma, su integración a la música urbana se manifestó como parte de un curso natural.

Con entusiasmo respecto al pasado, presente y devenir musical, Samalea concluyó: “El mundo de la música parecería ser un río que no cesa y cada generación va trayendo nuevos artistas que cautivan y congregan a miles de chicos y chicas. Me parece maravilloso como el encanto de la juventud denota siempre atracción por las expresiones artísticas. Quizás estamos en una era que es del vale todo, desde lo robótico a lo funky, a lo barroco, incluso épico, de algunas melodías. Siempre está el ritmo, ya sea en lo urbano, lo hipnótico, lo minimalista o en otras composiciones más elaboradas que insta a la danza. Pareciera que la humanidad conecta siempre con ese instinto primitivo del 2/4 y el latido del corazón.”

Teatro público, gratuito y en lugares inesperados

Teatro público, gratuito y en lugares inesperados

Hasta el 30 de marzo y con entrada gratuita, se celebra una nueva edición del festival de teatro que tiene lugar en espacios alternativos del partido de Vicente López. Estrenos exclusivos y experiencias inmersivas son algunos de los atractivos de la propuesta.

El festival de teatro Vicente López en Escena celebra su décima edición con una programación cargada de propuestas innovadoras y un espíritu de reflexión sobre la tradición, la familia y el legado de los oficios. Creado por la Secretaría de Cultura del municipio y bajo la dirección artística de Silvia Gómez Giusto, el evento ofrece una serie de actividades que van más allá de las funciones tradicionales. «La idea inicial fue probar con obras que ya estaban en el circuito teatral y adaptarlas a espacios alternativos, buscando romper con la centralización en la ciudad de Buenos Aires y generar un nuevo circuito cultural en la región», señala Gómez Giusto, quien estuvo al frente de la propuesta desde sus inicios, en diálogo con ANCCOM. Este ciclo, que comenzó como una prueba para salir de las salas y conectar con nuevos públicos, hoy se ha consolidado como un festival de gran dimensión que ofrece una nueva manera de experimentar las artes escénicas.

Los ejes curatoriales de esta edición se centran en la tradición, el legado familiar, la pérdida de oficios y proponen a los espectadores conectar con sus historias personales y sus raíces culturales. “El arte es la forma más espiritual de atravesar estos temas”, asegura la directora artística. Una de las obras invitadas para reflexionar sobre estas cuestiones es El Punto de Costura, una conferencia performática dirigida por Cynthia Edul, que trabaja a partir del regreso a los oficiosde una familia de inmigrantes sirios. La obra, que se presentará el sábado 29 en el Centro Cultural Munro, explora el universo de los textiles, los orígenes de la industria y su historia en Argentina. “El objetivo es rescatar esas profesiones y mostrar cómo a través del lenguaje del teatro, muchos artistas pueden revisitar distintos oficios y tradiciones”, menciona Gómez Giusto.

Tras recibir más de doscientos proyectos en una convocatoria abierta para artistas de todo el país, sólo seis obras fueron elegidas para formar parte de la programación. Con un abanico amplio de posibilidades, se priorizaron aquellas piezas teatrales que realmente trabajaran sobre espacios fuera de lo convencional y que además estuvieran alineadas con los ejes temáticos de esta edición. Entre las propuestas resalta La memoria futura. Las voces de las Abuelas, una experiencia inmersiva dirigida por Luciana Mastromauro que invita a conocer a partir de sus propias voceslas historias de mujeres cuyos nietos fueron apropiados durante la última dictadura militar. La cita será el próximo 22 y 23 de marzo en la icónica casona Quinta Trabucco ubicada en el barrio de Florida.

El domingo 23 será una jornada llena de propuestas que desafían las fronteras entre el escenario y el público en espacios inesperados. Entre ellas, se destaca el estreno de La velocidad de la sangre, una obra que se presentará en las escalinatas de la calle Dr. José Penna 999, y que explora la relación entre un padre y un hijo a través de un relato cargado de emociones y reflexiones. También, en la Sociedad Alemana de Gimnasia, ubicada en Juan Bautista Alberdi 1865, Olivos, se podrá visionar la obra Un tiro cada uno, dirigida por Consuelo Iturraspe y Laura Sbdar. Escrita y dirigida de modo colectivo, la pieza teatral relata la historia de un femicidio e indaga sobre la problemática de la violencia de género. “Hacerlo en estos lugares implica una estructura de producción muy grande, pero al mismo tiempo te da la riqueza de hacer una experiencia que es única y difícil de repetir”, asegura Gómez Giusto.

Al ser un evento que ocurre solamente una vez al año, desde la Secretaría de Cultura se permiten tomar riesgos y apostar por nuevos desafíos. “Hay una conciencia muy clara de que tenemos que traer material profesional y de gran calidad a nuestros vecinos y también a quienes se acercan de otros municipios”, agrega Gómez Giusto. Por ese motivo, una de las grandes novedades de esta edición es la incorporación de Nueva Escena, una sección que reúne dos obras de jóvenes creadores que exploran nuevas formas de expresión y representan el presente y futuro de las artes escénicas. “Para dar a conocer estas nuevas voces y miradas de concebir el teatro nos parecía que merecían tener un lugar apartado dentro de la programación”, sostiene Gómez Giusto.

El sábado 22 de marzo se podrá ver en la Escuela Municipal Paula Albarracín de Sarmiento la comedia de teatro físico Laura se extravía. En el delirio especulativo del sentido, dirigida por Malena Medici. La obra se centra en el monólogo de la protagonista, quien busca comprender su vida y las emociones que la atraviesan. El viernes 28, en el Centro Cultural Munro, será el turno de Breve enciclopedia de la amistad, una creación de Grupo BESA que narra la historia de dos adolescentes que, al decidir irse de vacaciones y pasar el verano juntos sin sus padres se adentran en un ritmo frenético de juego y fantasía.

A lo largo de diez años, el festival se ha convertido no sólo en un referente cultural sino también en un punto de encuentro para quienes disfrutan del arte en todas sus formas. Con entradas gratuitas en todas las funciones y en locaciones que resultan accesibles tanto para los vecinos como para quienes se acercan de zonas aledañas, el evento se logra instalar como uno que promueve el acceso a la cultura sin barreras económicas ni geográficas. “Mucha gente vio teatro por primera vez con este festival”, asegura Natalia Caporale, directora general de cultura de Vicente López. Además, menciona que es una decisión del municipio seguir sosteniéndoloy destaca cómo, con el apoyo de la intendenta Soledad Martínez, el evento sigue creciendo cada vez más. “Me parece importante desde la gestión pública apostar por creadores, artistas y proyectos que quieren crecer”, sostiene Caporale.

En una época signada por las pantallas y los múltiples estímulos que proporcionan los dispositivos tecnológicos, Vicente López en Escena ofrece una alternativa para conectar con el arte desde la presencialidad y el encuentro con otras personas, priorizando así la experiencia colectiva. “El arte siempre nos abre una puerta y nos rescata”, concluye Gómez Giusto, reafirmando la misión del festival de generar experiencias culturales enriquecedoras.

 

La programación completa del festival Vicente López en Escena se puede ver completa aquí.

Una mirada sobre el suicidio de los pueblos

Una mirada sobre el suicidio de los pueblos

Rita Cortese dirige «No tiene un desgarrón», una adaptación propia de una obra de Thomas Bernhard de 1988 que denuncia al neofascismo.

No tiene un desgarrón, obra escrita y dirigida por Rita Cortese, es una síntesis y adaptación de la polémica Heldenplatz (“Plaza de Héroes”) del austríaco Thomas Bernhard. La obra original trata sobre la desolación y la pérdida en los últimos ecos del régimen nazi: el suicidio del profesor Josef Schuster, intelectual judío quien, al regresar del exilio, advierte que el antisemitismo es aún peor que cuando escapó 50 años atrás en épocas del nazismo. La versión argentina hace foco en la señora Zittel (Julieta Cardinali) y Herta (Vera Spinetta), ama de llaves y sirvienta del profesor, y da forma a un drama íntimo en permanente juego con lo social.

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Los espectadores se acomodan en sus butacas. En el escenario flanquean tres grandes biombos tapados por trajes oscuros. En el centro de la escena, una ventana: al otro lado estaría la plaza donde el pueblo vienés aplaudió el discurso de Hitler, gritos que todavía atormentan a la viuda del difunto profesor. Julieta Cardinali y Vera Spinetta trabajan alrededor de esta ventana, frente a otro público que, más tranquilo, cada tanto devuelve los chistes, ensaya una risa y trata de establecer paralelismos entre la Austria de Bernhard y la Argentina de hoy; las plazas que esperan afuera del escenario.

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En diálogo con ANCCOM, Rita Cortese, actriz, cantante y directora de la obra, reflexiona sobre el rol del teatro, la actualidad y estos paralelismos, siempre con un pie en el texto del que fue su primer proyecto directorial:

¿Cuál fue tu primer acercamiento a la obra de Thomas Bernhard y cuándo se empezó a gestar la idea de hacer una adaptación de esta obra?

Bernhard es un autor que me conmueve mucho. Hace muchísimos años hice los tres actos de Heldenplatz, “Plaza de Héroes”, en el Teatro San Martín. También hice Un almuerzo en lo de Ludwig W, dirigida por Roberto Villanueva; y Antes del Retiro o Antes de la Jubilación. Esta obra, Heldenplatz, tiene una estructura muy particular, y con una cantidad de personajes que solamente se podía hacer en el teatro oficial (hoy en día sería imposible). Pero además a mí me importaba realmente el primer acto de los tres, que trata de lo que les pasa a estas dos empleadas ante el suicidio de este profesor, teniendo en cuenta que siempre un servicio doméstico de las clases altas, muy altas, cuando esa casa desaparece por alguna razón, también ellas corren el riesgo de no tener más cama, ni comida, ni agua caliente; o sea, también se pierde una cierta manera de vivir. Estoy hablando de clases muy, muy adineradas, la clase a la que pertenecía este profesor Schuster, el protagonista ausente de la obra. Y me importó eso: ese vínculo entre ellas dos, lo que ocurre y lo que pude imaginar desde esta situación. Entonces hice la adaptación, hace ya muchos años. Un día vino Julieta Cardinali a casa, le mostré mi idea y le encantó. Por supuesto, luego terminamos la adaptación con Carito (Carolina) Santos. Y bueno, ahí estamos, muy felices de hacer la obra en este momento en el Teatro Picadero.

El título enfoca un elemento muy concreto que es el traje del profesor. ¿Por qué focalizar en un traje entre tantos otros elementos que se podrían tomar de la obra original?

Sí, porque es como que… ¿Cómo puede ser si no hay una herida ahí? ¿Por qué? ¿Por qué pasa todo lo que pasa? Hay un doble sentido ahí. Además, me parece que el término “desgarrón” es un término muy, muy argentino, ¿no? En un momento en que estamos muy, muy desgarrados.

¿Y qué significa para usted esta “presencia ausente” de Josef Schuster?

Un orden casi te diría dictatorial, ¿no? El no-movimiento de la vida. Él es un hombre que ha quedado solo.

En la obra hay una dicotomía muy marcada entre una élite intelectual y la masa.

Exactamente. Lo que ocurre es que los textos son geniales. La obra tiene una actualidad brutal. Y habla del pueblo. La mirada que tienen este hombre y estas mujeres respecto de lo que está pasando. Cuando ellas dicen: “Bueno, viven en condiciones terribles y, qué se yo, pero evidentemente a esta gente no le importa vivir en esas condiciones terribles”. Es un poco lo que está pasando.

Ellas hablan de una “ceguera” y una “sordera” colectivas.

Claro, es no saber reconocer el mal vivir. Es un pueblo el que se suicida.

Decidir hacer esta obra, en este contexto político, ¿fue una decisión puramente artística?

Mirá, yo esta obra la quiero hacer hace mucho tiempo. Pero lo que ocurre es que es una obra de un presente… Digamos, éste presente que tenemos, esta ruptura de la comprensión de lo que es la vida, se viene gestando desde hace muchos años. Esta ruptura de la palabra, esta palabra que está amenazada, estos cuerpos que están fuera de escena. En este momento los cuerpos están fuera de escena para que tomen lugar las máquinas. Hasta llegamos a hablar de la inteligencia artificial como si uno realmente supiera lo que está diciendo; o sea, un absurdo, por un lado. Y, por otro lado, la ausencia de los cuerpos. La pandemia, las pandemias que hemos tenido, porque también tuvimos el VIH primero, donde la sexualidad era la muerte; en este tiempo, esta pandemia fue donde el otro era un contagio. Este es el mundo que se está viviendo hoy en la Argentina —y vale la metáfora: este mundo que está metido hoy en la Argentina— donde la posibilidad de felicidad está muy lejana, donde los cuerpos no están… entonces es muy difícil generar un mundo mejor con el otro.

En ese sentido, el teatro es también un lugar de encuentro físico.

Claro, el teatro es un hecho vivo. En el teatro somos cuerpos puros. El teatro no está mediatizado ni siquiera por un instrumento: el instrumento somos nosotros. Entonces es muy chamánico. Por eso siempre es tan peligroso.

¿Qué peligro representa el teatro? ¿Para quién?

Contra cualquier régimen que busca achicar el pensamiento y achicar el mundo, el teatro —¡no todo el teatro, por supuesto! algún teatro…— siempre es atentatorio, porque abre posibilidades de crecimiento y encuentro. Fijate vos lo que pasa con los pobres viejitos que somos (yo también lo soy). Jubilados que van a la plaza y los castigan porque van a reclamar un dinero pacíficamente. Gente de 75, 76, 77 años: ¡Qué peligrosos que somos frente a los poderes que quieren oprimirnos! Estamos en un proceso de mundo de una voluntad franca de achicamiento de la especie humana. Porque el proyecto que tenemos hoy es un proyecto de exterminio.

¿Y el tipo de público que va al teatro crees que va con esa conciencia también? ¿O va con una aproximación más ingenua al espectáculo?

El pueblo va a ver a sus actores. Este es un pueblo muy teatrero, un pueblo de un acervo cultural y teatral muy importante. Y el teatro es lo que está perdurando en este momento. El teatro, la danza y la música. ¿Viste la cantidad de música que hay? Me refiero a la cantidad de grupos que hay, cómo los jóvenes sacan y sacan grupos nuevos. La necesidad de vida es la que manda. Y es una fuerza vital. ¡Por eso es tan peligrosa también! Para quienes quieren la muerte, una pulsión vital es el enemigo.

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Termina la función. La sala se llena de aplausos. Julieta Cardinali, todavía con lágrimas en los ojos, y Vera Spinetta, más sonriente y descontracturada, hacen una reverencia frente al público. Desde un pasillo adyacente, mientras empezaba el murmullo en las butacas, Rita Cortese se sube al escenario y dice: “Como equipo queremos manifestar nuestro dolor por el tiempo que estamos viviendo. Pero también decir que éste seguirá siendo un pueblo musical.” El público se retira, lentamente.

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No tiene un desgarrón se presenta en el Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857) todos los sábados de marzo a las 18 y los días jueves y viernes 3 y 4 de abril a las 20. Entradas disponibles en Plateanet.

 

CINE.AR en manos de Adorni

CINE.AR en manos de Adorni

Por un decreto presidencial de necesidad y urgencia, la plataforma se transforma en una sociedad anónima y pasa al área del vocero presidencial. Preocupación en el ambiente cinematográfico.

Mediante el Decreto 194/2025, el Ejecutivo autorizó este lunes el traspaso de las plataformas de CINE.AR del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) a Contenidos Artísticos e Informativos Sociedad Anónima Unipersonal. De este modo, funcionará bajo la órbita de la Secretaría de Comunicación y Medios de la Presidencia de la Nación, con el vocero Manuel Adorni a la cabeza. 

La transferencia comprende el canal de televisión CINE.AR, la plataforma de contenido a demanda CINE.AR PLAY y CINE.AR ESTRENOS, donde se debe abonar un bajo arancel para acceder a los materiales audiovisuales. Además, el traspaso incluye la titularidad de derechos, bienes, presupuesto y personal afectado a dichas plataformas. Nicolás Vetromile, delegado general de Asociación de Trabajadores del Estado en el INCAA, expresó que aún no hay más que comentarios informales sobre la continuidad de los trabajadores de las plataformas, en su mayoría técnicos altamente capacitados. 

Esta decisión de Javier Milei se enmarca dentro de un contexto de ataque constante a la producción nacional, y particularmente audiovisual. Bajo la premisa de reducir al máximo el “gasto público”, la gestión de Carlos Pirovano como presidente del INCAA lleva acumuladas más de quinientas bajas en puestos de trabajo y cierres de áreas completas, aseguró Vetromile. A esto se suma la decisión de Pirovano de reducir la cuota de pantalla de producción nacional en las salas de cine, de modificar la política de fomento a la realización audiovisual por concursos de un año de plazo y a abandonar las actividades de exhibición. El cese de actividades de proyección, festivales nacionales, y desligarse de CINE.AR como plataforma van en concordancia con las decisiones de la gestión.

Es paradójico y poco estratégico que en el momento de auge de las plataformas de contenido audiovisual a demanda, la decisión no sea buscar más financiamiento para el Instituto en esos espacios, que abarcan la mayor parte de la inversión publicitaria. “Desligarse de herramientas como CINE.AR es hacer que el Estado sea más chico, intervenga menos y no tenga soberanía, es permitirle a los grandes medios del mundo estar sin ley”, concluyó Vetramile.