Freddo y los sueldos congelados

Freddo y los sueldos congelados

El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, fue uno de los dueños de Freddo hasta diciembre de 2015, cuando anunció que abandonaba el fondo de inversión Pegasus para pasar a ser funcionario del entonces flamante gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, más allá de la publicitada desvinculación, la empresa desarrolla una política salarial de precarización en sintonía con las intenciones oficiales.

A comienzos de mayo, los empleados de la compañía  padecieron una serie de despidos masivos que iniciaron un conflicto que llevaría todo el año en resolverse. Marcelo Gasso, delegado hace más de 20 años,  comentó: “La empresa en mayo despidió 30 trabajadores. Desde la crisis de 2001 que en la empresa no había despidos masivos.”

El suceso se agravó el 1 de agosto, cuando la empresa postergó el aumento de los trabajadores y postuló una serie de condicionantes para otorgarlo. Mientras que los trabajadores esperaban el 25% de incremento -el índice convenido con la Cámara de Heladeros- , la empresa solo buscaba ofrecerles el 10%.

Viviana Godoy, delegada en su primer mandato,  comentó además la intención de Freddo de eliminar una de las categorías de los empleados. “Hay distintas categorías: inicial, especializado y calificado. Hay un 30% de la empresa que tiene esa última categoría. Argumentan que para hablar de un aumento, a esa categoría la tienen que eliminar”. La intención de la empresa era indemnizar a los empleados y bajarlos de categoría, a lo que se negaron.  Por último,  Godoy dijo: “No se puede bajarle el sueldo a alguien. Todos tienen un derecho adquirido”.

Una empleada, que trabaja hace 13 años y que prefirió no identificarse,  comentó: “Al comienzo era o bajarnos la categoría o chau, irnos de la empresa. Muchos, por miedo, quieren aceptar eso”. En ese sentido, el delegado Gasso señala: “Había algo que era totalmente premeditado, de modificar el convenio, de reducir el plantel, de reducir los salarios de los trabajadores. Creo que todo eso viene en concordancia con la reforma laboral”.

La misma empleada que trabaja en uno de los locales comentó que como la empresa no contrató nuevos trabajadores luego de los despidos de mayo,  muchos trabajadores se vieron forzados a realizar más tareas de las que realizaban habitualmente. “Yo soy empleada de atención al cliente y sin embargo también estoy en la caja. Pero a mí no me pagan como cajera. O sea tengo que hacer las dos tareas, con todo lo que implican las dos cosas.”

Al negarse a la oferta de Freddo, los empleados tuvieron una audiencia en el Ministerio de Trabajo, en la que no pudieron ponerse de acuerdo con la empresa. La firma no solo ofrecía el 10%, sino que además ese aumento le  correspondía al 70% del personal, el que estaba en la categoría de especializado e inicial. Al negarse a estas condiciones, los trabajadores empezaron a convocar a asambleas en los diferentes locales de la empresa.  

Al mes siguiente, los empleados descubrieron que en tres locales donde trabajaban los delegados, les habían descontado el presentismo a todos por haber presenciado las asambleas argumentando que habían hecho un cese de actividades. Fue ahí cuando comenzó la escalada del conflicto. Los trabajadores pidieron una segunda audiencia en el Ministerio para pedir explicaciones y el reintegro del dinero. En relación con esta situación, Godoy comentó: “La asamblea es un derecho.  Pero fueron puntuales, en esos locales donde trabajan los delegados.  Les descontaron al final a todos los empleados, incluso a los que estaban de franco”. La cadena de heladerías se negó a realizar el reintegro y los empleados realizaron un cese de actividades por 24 horas.

Godoy señala que hace diez días rubricaron un acuerdo: la empresa otorgará solo un 15% de aumento y una suma no remunerativa para compensar el diez por ciento restante. “Pan para hoy y hambre para mañana”, concluye en la heladería.

Actualizado 19/12/2017

Otro consumo es posible

Otro consumo es posible

Bonpland al 1660, barrio de Palermo. Allí es la sede  del Mercado de Economía Solidaria, un espacio que fomenta otro tipo de comercialización, con eje en el cooperativismo y la autogestión y el consumo responsable. El proyecto cumple este sábado diez años y lo celebra con talleres, debates y una feria de productores independientes.

La idea del mercado se inició en el 2001, como resultado de la devastadora crisis político-económica que se estaba gestando en el país. “Lo armamos por la necesidad de tener un espacio de venta, porque había mucha necesidad de los compañeros y la posibilidad de comercializar era muy poca” comenta Raúl Ojeda, productor del CEDEPO.

Rosa Zambrano,  responsable de Soncko Argentina y  presidenta de la cooperativa del mercado,  señala que en ese momento el mercado tradicional que se encontraba en el predio de Bonpland se estaba vaciando y no era rentable. “Cuando los del mercado se fueron, se hizo una asamblea y se presentó un recurso de amparo para declararlo patrimonio histórico. Esto fue un proceso de años”, expresa. “El 5 de noviembre del 2007 las organizaciones firmaron un convenio marco, establecía que tenía que haber una administración conjunta entre el Estado y las organizaciones”, recuerda.

Mujer detrás de ornamentos colgantes.

La idea del mercado se inició en el 2001, como resultado de la crisis político-económica

El mercado está compuesto por diez organizaciones que buscan visibilizar y dar lugar a producciones familiares, bajo los principios de la economía social y solidaria. Estas entidades, presentes desde el inicio, se organizan bajo la forma de una mesa, donde hay un representante de cada cooperativa para tratar los temas comunes.

Las organizaciones que ocupan el espacio actualmente son: la Cooperativa Agropecuaria de Productos Familiares (APF), el (CECOPAF), el (CEDEPO), y las cooperativas de Colectivo Solidario, 20 de Diciembre, Lácar (empresa recuperada), Red de Campo, La Asamblearia, Parque Pereyra y Soncko Argentina. Venden ropa, artesanías y frutas y verduras agroecológicas, entre muchos otros productos. Raúl Ojeda comenta que aunque las organizaciones que ocupan el espacio son las originales, ha crecido la oferta de bienes: “Al articular con otras organizaciones, nos proveen cosas que nosotros no tenemos. Entonces se amplía el espectro, hay más diversidad de cosas”, expresa el productor.

Mujeres tejiendo

En el mercado se vende ropa, artesanías y frutas y verduras agroecológicas, entre otras cosas.

Mauro Rossi, productor de la Cooperativa La Asamblearia,  señala que son varios los pilares que sostienen al mercado y que lo hacen  “alternativo”. Entre ellos, aparece la idea de que no existan intermediarios y que solo sea un nexo entre el productor y el consumidor. Además, la de  tener en consideración en qué condición se produce y el impacto ambiental que tiene lo que allí se vende.

Pamela Fadiga, responsable de comunicación de la Cooperativa de Trabajo Colectivo Solidario -la cual trabaja con emprendimientos autogestionados, cooperativas y empresas recuperadas- , comenta que además se impulsa la idea de un consumo responsable y crítico y que el rol del consumidor es fundamental a la hora de elegir en dónde comprar y a quién. “También es entender que si parte de nuestros ingresos lo podemos destinar a este tipo de proyectos, estamos sosteniendo familias; entonces es ponerte a pensar un poco a dónde va la plata”.

El festejo de los diez años contempla estas ideas desde el lugar de diversos talleres y charlas. Un ejemplo es el Taller de Alimentación Consciente para tener noción sobre qué comemos día a día e incorporar la idea de “lo natural” en nuestras dietas. O el taller Una Huerta en mi Terraza, donde se brindarán consejos para llevar adelante una huerta con pocos recursos.  Además, habrá un panel de debate sobre Soberanía Alimentaria.

Por otra parte, habrá una feria de organizaciones invitadas como La Pirka, Feria Agronomía, RED Puna y distintas empresas recuperadas, tocarán bandas en vivo y se realizarán degustaciones y postas de comida.

Actualizado 14/11/2017