Los caballos y el antidoping

Los caballos y el antidoping

La industria hípica Argentina, cuya calidad de razas y trabajo de criadores, cuidadores, médicos veterinarios y un gran número de amantes de los caballos, la sitúa en tercera posición mundial, recientemente comenzó a verse amenazada por una propuesta de origen europeo que busca eliminar cualquier competencia: la iniciativa doping cero. Esto pone en peligro a las familias de peones, cuidadores, criadores, veterinarios y partícipes indirectos, que subsisten gracias al diario trabajo que aportan a la industria.

“Este es un tema exclusivamente veterinario”, aclara el médico veterinario Federico Pont Lezica, profesional asesor del haras El Paraíso, un importante centro de producción de caballos de Argentina. “Hay que pensar, antes que nada, en la salud animal. A partir de ahí comienza la discusión. Hay que definir qué es un doping y diferenciarlo claramente de un tratamiento terapéutico que se le receta a un deportista, sometido a importantes esfuerzos y en la mayoría de los casos a una edad en que no ha finalizado su desarrollo.”

Según la ley 24819 de antidopaje, que regula todas las disciplinas deportivas, incurre en doping quien utilice en su entrenamiento, antes, durante o después de una competencia deportiva sustancias y/o medios prohibidos. En el caso de la hípica abarca al turf (carreras), al polo y al salto. El control establece no sólo las sustancias prohibidas, como es el caso de los estimulantes, narcóticos y anfetaminas, entre otros; sino que también instaura ciertos límites tolerables de medicamentos que son aceptables y sustancias sujetas a ciertas restricciones. Como explica el veterinario Federico Pont Lezica, los límites se establecen porque los animales que corren, muchas veces animales aún en desarrollo, padecen afecciones que son resultado del ejercicio, y necesitan un tratamiento médico, lo que evita dolor, incremento de la lesión o roturas irreversibles en la competencia. Esto no solo implica proteger la salud animal, sino también al jockey que lo monta, por el peligro de caídas.

Caballos corriendo una carrera

«Hay que definir qué es un doping y diferenciarlo claramente de un tratamiento terapéutico que se le receta a un deportista», aclara el veterinario Federico Pont Lezica.

Así, Pont Lezica aclara que “todo fármaco que se suministre a un animal debe ser instaurado con criterio y responsabilidad del médico veterinario actuante, el que respalda el diagnóstico y el tratamiento con la receta médica”. Por su parte, Gustavo Ruzzante, médico veterinario a cargo de los caballos de Nero y de Pablo Mac Donough, integrantes de La Dolfina, aclara en diálogo con ANCCOM: “Hay drogas que se dan con concepto médico”. Desde el punto de vista médico, hay tres categorías de caballos: el que puede correr sin nada, el que no puede correr, y el que necesita un tratamiento determinado para correr. Esta última categoría, siempre decidida bajo criterio médico, debe ser defendida.

Según publicó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), la Argentina se ha posicionado como tercer productor de caballos de carrera y primer productor de caballos de polo del mundo, permitiendo no sólo una influencia mundial como país, sino también brindando innumerables puestos de trabajo en los hipódromos y haras. “Yo, como de esto”, explica Rubén, cuidador. “No soy veterinario, ni polero, ni nada. Yo cuido al caballo, si me sacan el caballo, no tengo trabajo.”

El conflicto comenzó hace unos meses, a raíz de una serie de detecciones no del todo clarificadas en los aspectos de límites permitidos y sustancias prohibidas. Si bien las disposiciones varían, siendo diferentes las formas de sancionar y de exigir el doping entre el hipódromo de Palermo, de San Isidro y La Plata, como explica el médico veterinario Dante Valenti, presidente de la Asociación Argentina de Veterinaria Equina (AAVE): “Existe un reglamento de carreras, pero dicho reglamento no vale más que la Ley Nacional de Antidopaje. Hay que regirse por ello”.

Un cuidador bañando a un caballo

“No soy veterinario, ni polero, ni nada. Yo cuido al caballo, si me sacan el caballo, no tengo trabajo”, explica Rubén, cuidador.

La iniciativa doping cero, que propone niveles de tolerancia cero en todas las sustancias, sean con concepto terapéutico o no, es promovida y ponderada por Francia, un país cuya industria hípica se ha ubicado siempre en las más altas categorías, junto con Argentina. Louis Romanet, quien fue presidente de la International Federation of Horseracing Authorities (IFHA) y cuya familia ha trabajado en la industria hípica durante generaciones, es uno de sus promotores, defendiendo una industria ecuestre francesa “elitista”, aclara Federico Pont Lezica. Como explica el médico veterinario, ellos se basan en un caballo que no necesita tratamiento terapéutico para correr. Esto no solo es una idealización médica -ya que el ejercicio intenso, al igual que un jugador de fútbol, conlleva sí o sí a lesiones-, sino que además una masa equina de alto valor genético y costo de crianza es descartada al matadero, lo que se hace insostenible para una industria productiva sustentable de alto hándicap.

La lucha es política -aclaran- los criadores. Los veterinarios expresan por unanimidad que ellos no tienen peso en la decisiones, que se toman por influencias y poder económico. “La lesión del animal es algo real, hay que tratarla”, explica Valenti. “Hay que defender la vida del animal.”

Los veterinarios que hoy trabajan en el Hipódromo de San Isidro comenzaron a elaborar una iniciativa para fijar los límites aceptables de las drogas de tratamiento necesarias y cuidar la salud del equino. Además de insistir en que el médico veterinario puede y debe realizar receta médica y tratamiento. Esta nota será elevada a las autoridades para poder comenzar a discutir con basamentos científicos.

Los médicos veterinarios aseguran que darán batalla porque la industria hípica Argentina va más allá del deporte de alcurnia, de las clases altas, o de las apuestas. Es una industria de calidad, que ha estado al resguardo de un cuerpo médico veterinario de excelencia, y que ha impuesto a la Argentina como un país de referencia.

Un jockey montando un caballo

Según publicó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), la Argentina se ha posicionado como tercer productor de caballos de carrera y primer productor de caballos de polo del mundo.

Actualizada 18/07/2017

Un audiovisual para ciegos

Un audiovisual para ciegos

Murciélagos es el nombre del documental producido por La Última Escena, acerca del homónimo equipo argentino de fútbol, que explora desde una nueva perspectiva audiovisual la vida personal de cada uno de los integrantes de la selección masculina de fútbol para ciegos de Argentina. Ganador del premio al mejor cortometraje en el Festival de Cine de Mar del Plata y Premio INCAA TV al Mejor Cortometraje, se prepara para ser proyectado en Francia y continúa su difusión nacional.

“Estamos haciendo una película para ciegos”. Así describe el proyecto Joaquín Mallea Gil, encargado del diseño sonoro, el mayor desafío al realizar Murciélagos. Dirigida por Felipe Ramírez Vilches, y con un equipo compuesto por Manuel Montero como asistente de dirección, Francisco Corteggiano y Valeria Pampin en producción, Paulina Gramon Vidal en dirección de fotografía, Brenda Baumkoler en cámaras, y montaje de Mariano Acosta; Murciélagos no está centrado en una forma documentalista y periodística, sino en un relato desde adentro, para los de adentro.

En una charla exclusiva con ANCCOM, Francisco, Paulina, Brenda y Joaquín explicaron lo que significó realizar un documental sobre el equipo argentino de fútbol para ciegos que acaba de ganar la Copa Madrid, derrotando en la final a España por 5 a 0. “Queríamos que sea algo para ellos —explica Paulina—. Nos contaron que una vez habían hecho una publicidad, y cuando los invitaron a la proyección, era todo visual. Para ellos era lo mismo que nada”.

Entrenamiento de los Murciélagos y de los juveniles en el CENARD.

Desde el inicio del proyecto, la productora tuvo en claro el objetivo: hacer un documental cuyo sustento fuese el sonido, dejando la imagen en un segundo plano para que los propios protagonistas, los Murciélagos, pudiesen disfrutar de la producción cinematográfica como cualquier otra persona. Planteado como un documental inclusivo, el foco ya no era contar y difundir, sino, por sobre todo, lograr que los propios protagonistas se sintieran parte y pudiesen disfrutar del proyecto audiovisual.

Había ya disponibles un sinfín de entrevistas, notas y producciones sobre los Murciélagos, pero ninguna enfocada en ellos, ni producida para ellos. Así centraron su trabajo, en un comienzo, específicamente en la composición del sonido. “El comienzo fue lo más complicado —asegura Brenda, y todos asienten—. Trabajar solo en el sonido”. Articularon lo que fue el guión y la idea, para comenzar a trabajar en las imágenes en un segundo plano; buscando que la estética se articulara con el sonido. Como agrega Paulina: “Armamos el esqueleto en sonido y en base a eso empezamos a ver qué imágenes podían combinar con ese sonido”.

Murciélagos comenzó como un proyecto para la Facultad de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA, específicamente para la materia Diseño Audiovisual II. Era impensable el éxito que tendrían más tarde y el nivel de difusión que alcanzaría su producción. “Nuestro profesor nos ayudó muchísimo —aclara Paulina—. La cátedra es más clásica, no estaban del todo convencidos de lo que queríamos hacer”.

Mostrar a los Murciélagos como individualidades, como personas más allá del equipo, implicó rondas de mates, meriendas, charlas y visitas por montones, dejando de lado el usual intercambio pregunta-respuesta de una entrevista tradicional. Al comienzo, hubo simpatías divididas entre los miembros del equipo, algunos estaban contentos, otros tantos miraban el proyecto con desconfianza. Sin embargo, con el correr de los días, “se empezaron a dar cuenta de que lo nuestro era otra cosa, no era una nota periodística y nada más”.

Hablar de fútbol para ciegos, explica Joaquín, es fácil hasta que uno se acerca y explora de lleno el tema. “Es como aprender un deporte nuevo, hay mil cosas que uno no sabe”. Enumera las formas de jugar, el sonido de la pelota, las tácticas, entre mil detalles que, vistos desde afuera, no son percibidos. “Verlos jugar es hipnotizante”, aclara Paulina.

Brenda Baumkoler, Paulina Gramon Vidal, Francisco Corteggiano,y Joaquín Mallea Gil.

El financiamiento del corto fue enteramente propio, aunque no gastaron grandes sumas ya que se apoyaron mucho en los propios equipos y los elementos que ya tenían para poder realizarlo. Tras la presentación en la cátedra, el equipo de producción comenzó a enviar el documental a diversos festivales y proyecciones del país. “Lo mandamos al Festival de Cine de Mar del Plata el último día —recuerda Francisco—. Le hicimos los subtítulos rápido, quedaron súper mal”. Sin embargo, los subtítulos no fueron un impedimento para que el corto quedase nominado y más tarde ganase el premio al Mejor Cortometraje Argentino en el Festival Internacional de Mar del Plata y el Premio INCAA TV al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Mar del Plata.

No obstante, como relata Paulina, el mayor premio fue ver las caras de los Murciélagos cuando les mostraron el proyecto. Presentarlo frente al equipo fue la mayor presión, más que frente a la cátedra o cualquier otro premio; eran los protagonistas quienes los juzgarían, y se ponía en juego la totalidad del objetivo del documental: hacerlos parte de él. Como relatan los productores, el capitán del equipo se emocionó y tuvo que dejar la palabra a otro compañero; fueron innumerables las felicitaciones que recibieron. “Ahí fue cuando terminamos el trabajo realmente, fue el mayor orgullo”.

Murciélagos recibió una mención de honor en el 17° Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos, entregado por un director de cine sordo, lo que deja claro que no es sólo un documental más, sino que es un documental inclusivo: ya sea a través del sonido, o sólo de las imágenes, Murciélagos logró captar la esencia de los individuos que forman parte del equipo de fútbol y transmitieron en pantalla algo más que una anécdota interesante.

Próximamente, el documental será expuesto en Buenos Aires, el 19 y 20 de agosto en la bienal de la Facultad de Diseño y Urbanismos. En octubre viajará a la Casa Argentina en París, donde se proyectará como parte de una muestra. Además, tienen proyecciones pautadas para octubre en la Alianza Francesa de Buenos Aires, así como múltiples proyecciones en diversos espacios. Sin duda, un documental que logró traspasar la pantalla de la mejor manera.

Actualizada 04/07/2017

 

Cuando la pantalla no muestra solo una cara bonita

Cuando la pantalla no muestra solo una cara bonita

A veinte años de su primera vez, comenzó una nueva edición del Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos (FICDH), presentando en esta oportunidad una provocadora propuesta en el marco del Ni Una Menos: “Nuestro cuerpo, nuestra tierra”. Con más de cien piezas e invitados internacionales de reconocimiento -como Imelda Daza Cotes, representante del movimiento colombiano “Voces de Paz”, o el cineasta boliviano Jorge Sanjinés-, el festival presenta una oferta que dura hasta el 7 de junio y que, sin dudas, viene a romper cánones y a hacer reflexionar al público.

En su XVII edición, el festival decidió alinearse con un debate presente en la agenda pública: la violencia de género. A través de la herramienta cinematográfica, el certamen propone repensar los lugares comunes y debatir sobre una problemática que compromete a toda la sociedad. Como explica Florencia Santucho, cineasta y directora del FICDH, la propuesta de este año tiene “el propósito de revindicar, ante todo, la autonomía de decidir sobre el propio cuerpo, elecciones sexuales o políticas; el respeto de la soberanía de los pueblos que habitan el territorio. La propuesta busca empoderar a todas las identidades.”

En su XVII edición, el festival decidió alinearse con un debate presente en la agenda pública: la violencia de género.

En su XVII edición, el festival decidió alinearse con un debate presente en la agenda pública: la violencia de género. Foto: Carla Toledo

El FICDH es organizado por el Instituto Multimedia DerHumALC (Derechos Humanos en América Latina y Caribe), una asociación sin fines de lucro que desde sus inicios, en 1999, tiene el objetivo de fortalecer el tratamiento y el estudio de temáticas sobre los derechos humanos desde la sociedad civil. El festival fue pensando como espacio de reflexión y debate sobre la temática de los Derechos Humanos desde una perspectiva artística, incluyendo cine documental, ficción y animación.

En una charla con ANCCOM, la directora del festival Florencia Santucho explicó que “se propone como un espacio de encuentro y reflexión en torno a las mayores problemáticas de derechos humanos, desde el cine como herramienta de transformación social. A través de un cine crítico y de calidad, empatizamos con historias de vida y de empoderamiento que nos mueven a pesar de las distancias culturales y geográficas. Siempre más películas muestran a las mujeres como protagonistas activas de estos movimientos de cambio”.

Cuando se aborda específicamente la temática de este año, el aporte del festival, según Santucho, es claro: “En los últimos años, las movilizaciones masivas contra la violencia de género han conseguido visibilizar lo que los medios masivos han venido callando y espectacularizando. El cine, en cambio, busca vincular las emociones de sus personajes con el público y, a través de su lenguaje universal, tiene el poder de alcanzar un gran impacto social. Cuando los relatos develan intimidades silenciadas y las hacen públicas, se fortalece el mayor reclamo feminista. Lo privado es político.”

El festival fue pensando como espacio de reflexión y debate sobre la temática de los Derechos Humanos desde una perspectiva artística

El festival fue pensando como espacio de reflexión y debate sobre la temática de los Derechos Humanos desde una perspectiva artística. Foto: Laura Malagon.

Como explica la directora del festival, la mayor parte del equipo del festival está compuesto por mujeres, y, al abarcar una problemática tan sensible no sólo para las mujeres sino para la sociedad en su conjunto, permite profundizar pensamientos y sensaciones que luego se plasman en las producciones. “Eso es lo que más me moviliza —dice Florencia Santucho— sentir que los hombres y mujeres que se suman al proyecto poniendo cuerpo y alma para su éxito también lo vivan como un proceso de empoderamiento y crecimiento mutuo.”

Si bien es de suma importancia que una problemática tan atroz se vuelva pública, ya que visibiliza y ayuda a generar conciencia social, a veces logra hacer peligrar la temática al transformarse en un tema “de moda” que pasa a estar en boca de muchos para poder estar en el ojo público, sin tener real interés por ella. Respecto a esto, Santucho afirma que “no debería sorprendernos que los casos de femicidios aumentan cuanto más públicas se hacen las denuncias, porque la sociedad en la que vivimos es la que está enferma, no solo el hombre violento es empujado por la cultura dominante a ejercer su violencia como prueba de fuerza. Por lo tanto, visibilizar la problemática de género es cuanto más urgente y necesario porque contribuye a que se instale el debate en las casas, calles y escuelas. El momento es este porque hay un despertar de un movimiento social que está teniendo eco internacional, y cuanto más se radicalice más resultados va a lograr”.

Desde el lado de los participantes Gonzalo Egurza, director de Schuld, un largometraje sobre la dictadura militar argentina de los años 70, explica lo que significa ser parte del festival y cuál es su relevancia: “Es muy importante estar participando del FICDH, ya que en la sociedad se están viviendo tiempos en los que los derechos humanos y, por sobre todo, los derechos se están poniendo constantemente en cuestión”, dice. Egurza entiende el festival como un espacio de lucha: “Los derechos que supimos conseguir con gran esfuerzo, como por ejemplo la Ley de Matrimonio Igualitario, el derecho a la identidad de género, el derecho a la educación pública y gratuita, los derechos en materia laboral, entre otros y por supuesto los derechos humanos que nos amparan y nos dan la posibilidad de exigir justicia ante las atrocidades cometidas por el terrorismo de Estado, se encuentran en función de los sectores de la sociedad que históricamente han sido relegados, marginados y hasta en algunos casos exterminados”. Para el realizador es el Estado quien a través del derecho tiene que proteger a los sectores más vulnerables. “Para mí, el progreso se da cuando un Estado asume ese rol. Cuando un Estado deja de asumirlo, se produce un retroceso. Esto simplemente no puede suceder. Sin embargo, hoy amplios sectores de la sociedad se encuentran en constante estado de alerta para impedir ese retroceso. Es el caso de las grandes manifestaciones en apoyo a la educación pública o las que se celebran bajo la consigna del Ni una Menos». Agrega también que espacios como el del FICDH, son una oportunidad de ejercitar la memoria y la reflexión, desde el cine. “Y esto me parece importante ya que equilibran la balanza con respecto al abordaje que hacen los medios tradicionales de comunicación en estas materias”, asegura.

El FICDH es un festival que propone algo nuevo, un valor agregado que no tiene ningún otro festival: despertar el debate y la reflexión. “El FICDH tiene la particularidad de generar un espacio de encuentro y discusión en torno al cine concebido como herramienta de transformación social —expone Florencia Santucho— En nuestra búsqueda incluimos otros artes como la música, la fotografía, el teatro para que nos acompañen y fortalezcan nuestro mensaje que encuentra en el momento del debate su mayor manifestación”.

“El FICDH tiene la particularidad de generar un espacio de encuentro y discusión en torno al cine concebido como herramienta de transformación social —expone Florencia Santucho

El FICDH tiene la particularidad de generar un espacio de encuentro y discusión en torno al cine concebido como herramienta de transformación social. Foto: Martin Laskievich.

El FICDH cuenta con la presencia internacional de muchísimos directores, actores e invitados que ayudan no solo a generar debates desde su lugar de artistas, sino a darle al festival una envergadura mucho mayor. “Es un gran honor poder contar con la presencia de directores reconocidos que se interesen en la problemática de derechos humanos y eligen nuestro festival para presentar sus obras —dice la directora—. Eso nos da mucha fuerza para seguir por el camino trazado en estos veinte años de trayectoria”.

Entre las propuestas más arriesgadas, según la directora del festival, se incluye el concierto a beneficio de proyectos contra la violencia de género en el KONEX. Es una propuesta musical que sale de lo “conocido”: “Creemos que sumar públicos distintos es muy necesario para expandir el mensaje de forma contundente.” La propuesta más prometedora es, sin duda, la muestra “autorretratos híbridos” de la artista francesa Orlan que se presenta en la Alianza Francesa de Buenos Aires.

Con más de 800 títulos inscriptos, sólo cien fueron seleccionados entre distintos países, entre ellos veinte argentinos. Las propuestas, horarios y espacios pueden ser consultados en la página oficial. Esta edición promete un lugar de debate, de empoderamiento, y un espacio de reflexión que viene para quedarse. En palabras de Santucho, “claramente queremos provocar reacciones y estimular nuevos pensamientos a través de las emociones.”

Foto: Orlan Wimpy Salgado.

Actualizada 01/06/2017

Los ecovecinos de Villa Mascardi

Los ecovecinos de Villa Mascardi

A 31 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche se localiza Villa Mascardi, una localidad ecológica con 74 años de existencia, cuyo principal objetivo desde su fundación es la defensa del territorio nacional en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Hoy, las familias que habitan el lugar no cuentan con suficiente apoyo de Parques Nacionales y parecería que queda en sus propias manos la regulación del turismo, el control de los fuegos, la limpieza del parque y la protección de la foresta ante los inminentes peligros que acechan al bosque.

“Parques cierra los espacios en lugar de controlar y nosotros no queremos que pase eso”, explica Brígida Altamirano, quien vive hace 25 años en la zona. El objetivo de los pobladores de Villa Mascardi -expresa- no es cerrar el paso a los turistas ni privatizar el parque, sino generar un sistema de control y educación constante que permita conservar el estado del bosque y fiscalizar el problema de la basura, el acampe ilegal y, uno de los peligros más graves, los fuegos.

“Si el cartel dice prohibido hacer fuego,” señala Susana Pena, pobladora de la zona hace quince años, “es que no se puede hacer fuego. No puede ser que los propios vecinos tengamos que salir de noche a controlar si hay fogones porque los guardaparques no lo hacen. No tenemos autoridad para controlar, ni tampoco deberíamos tenerla, para eso están los guardaparques”.

cartel que dice "area de uso diurno" y "prohibido acampar"

Las familias de Villa Mascardi no cuentan con suficiente apoyo de Parques Nacionales y parecería que queda en sus propias manos la regulación del turismo, el control de los fuegos, la limpieza del parque y la protección de la foresta ante los inminentes peligros.

Los problemas del acampe ilegal, el fuego y de la basura se gestan, según explican los vecinos, por la falta de control de Parques Nacionales. Como indica Pena, los bosques deben ser accesibles para cualquier persona, sin excepciones. Pero dicha entrada debe conllevar las vigilancias necesarias para que no se destruya el paisaje y se respete la naturaleza. “Es un problema cultura -asegura Altamirano, otra lugareña- pero mientras este problema persista, hay que subsanarlo con controles más estrictos para que el bosque no sufra”.

Desde el lado de Parques Nacionales, la respuesta encuentra voz en el jefe de guardaparques Ramiro Aráoz, quien no desconoce en absoluto la falta de control y las fallas en la gestión de Parques, pero dice que se hace difícil cooperar con los vecinos debido al poco número de efectivos en la zona y su escasa autoridad legal. “El primer problema es el número,” explica Aráoz, haciendo hincapié en la falla de gestión. “No puede ser que haya solo dos guardaparques encargados de una zona -agreg-. No dan abasto, no pueden cubrir todos los turnos.” Sin dudas, hay una cuestión económica de fondo, ya que un mayor número de guardaparques implica más salarios, más casas que los alojen y, por lo tanto, aumento presupuestario. Por otro lado, si bien las condiciones llevan a cerrar ciertas zonas del parque, Aráoz sabe que “el parque es para todos, no solamente para algunos”.

El problema del acampe ilegal no es sencillo, ya que normalmente va de la mano con el peligro del fuego: quienes acampan, la mayor parte de las veces acompañan su estadía con un fogón para hacer asado, mantener la temperatura, etcétera. El fuego es un factor de alta peligrosidad en los bosques del sur, han existido durante años incendios forestales que destruyen completamente la naturaleza. Aráoz deja en claro que antes los guardaparques tenían una mini bomba para poder controlar el foco, mientras se esperaba a los brigadistas, pero hoy no tienen ninguna herramienta para luchar contra los incendios más que un llamado a los bomberos. “Brigadistas no somos -indica Aráoz-, entonces no estamos autorizados para tener un autobomba. Muchas veces, si se logra controlar el foco, se puede evitar el incendio”.

Para hacerle frente al problema, centrándose en el acampe ilegal como una de sus causas, fueron los mismos vecinos quienes actuaron. Organizados en una Comisión de Fomento, con Guillermo Morixe como presidente, se realizó una donación de materiales para la construcción de cinco lugares de camping agreste gratuitos con las tareas de mantenimiento de limpieza, desmalezado y cortes de pasto permanente y retiro de basura dejada por los turistas.

Cartel de Villa Mascardi

Villa Mascardi está a 31 kilómetros de San Carlos de Bariloche. Es una localidad ecológica con 74 años de existencia.

De igual manera se llevaron adelante muchas otras acciones gracias a la iniciativa de los vecinos y sus donaciones, como recuerda Bárbara Morixe: paradores, arreglo de la capilla de la zona, charlas sobre el hantavirus (peligro inminente en la zona, por ser una enfermedad viral transmitida por ratones), donación de cartelería, entre otras. Y son los mismos lugareños que, si ven un fogón ilegal, se paran a alertar a los turistas sobre su prohibición y apagan el fuego.

En Villa Mascardi, los vecinos suplen a Parques Nacionales y a la autoridad gubernamental. Pero no todo es fácil, ya que, como explica Carlos Frey, es plata que sale de los propios bolsillos. “Cuando hay que hacer una obra dice-, se hace una reunión vecinal y se piden donaciones a los vecinos. Pero no siempre los vecinos pueden contribuir, y es entendible,” aclara. Por otro lado, también son cautelosos en recibir ayuda del Gobierno: no quieren que la lucha se partidice.

Sin dudas, el respeto por la naturaleza comienza, antes que en los turistas, en cada vecino y los pobladores lo saben. “Las casas construidas acá siempre respetaron el bosque”, explica Reynaldo Cervini, dueño de una extensión de terreno de fraccionamiento original. “No tiramos árboles, mantenemos la arquitectura de las casas de madera para que se integre al paisaje, tenemos todos los sistemas de depuración de aguas servidas y nos encargamos de la contención de la basura. Para realizar una obra, hay que pedir autorización a Parques Nacionales. Ser vecino de acá es una responsabilidad muy grande, y todos la tomamos con seriedad y orgullo”.

Villa Mascardi, desde su fundación en el año 1943, con el decreto N°149719, ha sido un lugar de total respeto por el bosque nativo y defensa del paisaje natural. La lucha vecinal continúa día tras día, recogiendo evidencia de fogones, documentando acampe prohibido y recogiendo basura, para poder sumar elementos a los recursos legales que amparan el interés del parque.

Una lucha implica la defensa del turismo responsable, el bosque nativo y el respeto completo por el territorio nacional. Lo mejor que se le puede dejar a las generaciones futuras es el bosque autóctono, cuidado y libre.
Actualizada 09/05/2017