Luego de haber pasado por el Centro Cultural Rojas y el Polo Integral de las Mujeres en Salta, la muestra Guerreras. Historia de resiliencia se puede visitar hasta el 11 de marzo en el Museo Evita. En diálogo con ANCCOM, Eleonora Ghioldi cuenta acerca de su trayectoria, de la continuidad de este proyecto y de otros que aún están en proceso, también vinculados a la lucha de género.
¿Qué te llevó de la sociología a la fotografía?
Cuando tenía 20 años comencé a realizar fotografía y empecé a estudiarla a la vez. Después de un par de años me quise dedicar de lleno a la fotografía. Luego me mudé a Estados Unidos y allí me puse a estudiar intensivamente. Soy una persona muy visual, no las puedo separar porque me encantan ambas áreas de estudio.Alos 24 años, en 1986, tuve mi primer trabajo. Consistía en la impresión de fotos en blanco y negro en un laboratorio vinculado a museos, exponían fotógrafos reconocidos como Wim Wenders o Helmut Newton. No era nada comercial, fue una experiencia increíble. Me abrió la cabeza. En ese momento se imprimía todo con película, no existía lo digital, entonces se podía observar todo el proceso creativo cuando se efectuaba el revelado y la impresión. Luego trabajé para documentales, lo que me posibilitó darme cuenta de lo que quería decir y quizás solo con fotografía no me alcanzaba. Por eso la idea de los testimonios, de incorporar audios, videos y entrevistas.
¿Por qué emigraste a los Estados Unidos?
No fue planeado, supuestamente era por un mes. Una vez allá, me di cuenta que podía estudiar fotografía de una manera más seria que lo que se ofrecía acá en ese momento y me quedé.
¿Cuándo surgió Guerreras?
Hace siete años. Siempre quise respetar que sea un espacio de charla. Si bien está terminado, hay personas que se acercan porque quieren participar, específicamente familiares de víctimas de femicidios. Es muy difícil para mí decir que no aunque no estoy activamente tratando de incorporar historias.
¿Qué es lo que te plantean?
Que la historia se sepa, que no caiga en el olvido. Y para mí lo importante es que sea un espacio de diálogo abierto, que no pasen a ser cifras. Con el testimonio y el audio, la intención es salir del anonimato, del número. Quela gente se conecte con que son personas, historias. Por eso la idea de que en los audios fuese una constante que digan el nombre, la edad en que fueron abusadas, la experiencia que tuvieron y la relación que tenían con el abusador. Hay hermanos, médicos, hay padres, amigos, extraños.
Tu inquietud es que se refleje la idea de red, que estén interconectadas, ¿por qué?
Porque quería demostrar que todos tenemos una persona conocida que ha sufrido algún tipo de violencia sexual, se puede armar un árbol o una red enorme sin límite que demuestre que todos conocemos a alguien sin necesidad de visitar una organización. Luego de hacer una fotografía para el testimonio le decía a esa persona que si tenía una amiga que tuvo una experiencia y que quiera formar parte del proyecto que le pase mi contacto. Siempre la respuesta era “no sé, quizás, tengo que ver”… Entonces yo contestaba “pensalo, estoy segura que conocés a alguien”.
¿Cómo llegaste a los testimonios de Ciudad Juárez?
A través de una amiga de una amiga que conocía a unas chicas que son parte de un colectivo que se llama Bordamos por la Paz, son familiares de víctimas de desapariciones y asesinatos.
«Que la historia se sepa, que no caiga en el olvido. Y para mí lo importante es que sea un espacio de diálogo abierto, que no pasen a ser cifras», explica Eleona Ghioldi.
¿Qué lugar tiene la violencia de género con el entramado de relaciones que propone el capitalismo?
La violencia contra la mujer está relacionada con un todo. La violencia en contra de la mujer aumenta tomando forma en su expresión más extrema que es el femicidio, abusos, esterilización forzada. En Estados Unidos, en los años 60, se dio mayormente con hispanos, mujeres negras y nativas que cuando iban a hospitales públicos las esterilizaban sin consentimiento luego de parir. Cuando fueron llevados los médicos a la Corte no fueron penalizados. Estos casos sistemáticos muestran cómo se entretejen todas las formas discriminatorias: cuanto más precaria es la situación económica, más se agudiza ese entrecruzamiento. Luego se cambió la ley, si una mujer quiere ligarse las trompas después de dar a luz necesita 48/72 horas por ley de hablarlo con el médico para dar margen a la posibilidad de arrepentimiento.
En los testimonios se ve el maltrato que padecen las víctimas o los familiares durante el proceso judicial, ¿lo notaste más fuerte en Argentina?
En dos de los tres casos de Argentina lo mencionaron. De todos los que documenté en Estados Unidos, solamente dos personas hicieron la denuncia, y de ellas solo una (un profesor de danzas) fue a la cárcel. En la muestra también hay un video de tres horas de entrevistas a profesionales para darle un marco teórico a la información obtenida de los testimonios. La abogada peruana Julissa Mantilla dice allí que este estereotipo del silenciamiento no es verdad, las mujeres hablamos del tema. Lo contamos en el ámbito privado porque es el único en el que sabemos que nos van a creer y que no nos van a enjuiciar. ¿Qué pasa cuando la mujer cuenta? ¿Dónde está la justicia? ¿Cómo protege a la mujer? Es una llamada de atención. No es que la mujer no habla, está silenciada en un marco público porque no está protegida, en cuanto cuenta lo que le pasa su palabra se pone en duda.
«La violencia contra la mujer está relacionada con un todo. La violencia en contra de la mujer aumenta tomando forma en su expresión más extrema que es el femicidio, abusos, esterilización forzada», plantea Eleona Ghioldi.
La muestra dispara la reflexión acerca del vínculo entre arte y denuncia…
El interrogante es qué es el arte y qué queremos de él. Todo puede ser arte. Es lo que uno hace, lo que está creando. Nunca me interesó llamarme artista o llamarlo arte, siempre lo llamo trabajo. Es una herramienta, utilizo lo que siento que va a sumar a la historia que estoy tratando de contar, sea con una foto, un testimonio, un audio, una instalación, un video. El audio lo incorporé porque no quería que fuera solo mi visión, que como fotógrafa es imposible de eludir, el audio funciona como un puente para permitir que el sujeto pueda decir lo que está sintiendo y abrir un espacio para que la persona que está fotografiada pueda decir lo que ella piensa. Por eso llega de otra manera.
¿Hiciste la muestra fuera de Argentina?
En Estados Unidos hice una pero privada porque este trabajo es autogestionado. Llegó un momento en el que se me estaba acabando el dinero, no podía seguir imprimiendo. Fue una iniciativa comunitaria para finalizarla, poder pagar a la editora para que termine el video, imprimir las fotos, enmarcarlas. Mis amigos me incentivaron, fue invitación de boca en boca. Vinieron personas que no me conocían, cuando les contaban del trabajo se involucraban y querían cooperar para que lo pueda terminar. A raíz de eso pude montarlo para que se muestre en el Centro Cultural Rojas que abrió para el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2018, y estuvo un mes. En julio llegó al Polo Integral de las Mujeres en Salta, allí permaneció por tres meses. Atrajo a mucha gente para que conozcan la organización que tiene muchísimas actividades para la mujer en situación de riesgo, también existe un punto destinado a tomar denuncias para que las víctimas puedan realizar los trámites en un solo lugar.
¿Estás encarando proyectos nuevos?
Gracias a haber estado en Salta pude hacer entrevistas a mujeres transexuales que van a formar parte de uno de los otros dos trabajos que estoy haciendo sobre roles de masculinidad. Va a ser muy abarcativo, su fecha de finalización es a largo plazo. El otro es sobre la legalización del aborto en el que hay testimonios de personas gestantes, entonces incluyo hombres que nacieron mujer, en este estoy a la mitad del proceso de investigación.
La muestra termina en marzo, ¿hay posibilidades de que continúe?
Estamos en tratativas, con seguridad se va a exponer en la Universidad de Junín. Hay propuestas para llevarla a Brasil y España. A mí me interesa que continúe en Argentina y en Latinoamérica.
«Nunca me interesó llamarme artista o llamarlo arte, siempre lo llamo trabajo. Es una herramienta, utilizo lo que siento que va a sumar a la historia que estoy tratando de contar, sea con una foto, un testimonio, un audio, una instalación, un video», cuenta Ghioldi.
Dentro de la actual coyuntura económica, la industria lechera argentina ha sufrido las consecuencias de la devaluación y las corridas cambiarias de 2018 y la falta de políticas estatales para el sector. Mientras que muchos tambos cierran, leches, quesos y yogures se encarecen.
Como consecuencia del aumento de la leche, durante 2018, sus productos derivados también incrementaron sus precios. “Lo que nosotros venimos sufriendo hace varios años, pero que se acentuó mucho los últimos meses, es el aumento del costo de esa materia prima casi todas las semanas, es difícil sostener una estabilidad en el costo”, cuenta Federico Chab, miembro de la Cooperativa de Trabajo Séptimo Varón, ubicada en el barrio porteño de Floresta, que elabora productos lácteos derivados de la leche. “No podemos trasladar toda esa suba al precio final de nuestros productos porque nos caerían las ventas, entonces tenemos que hacer un equilibrio, obviamente tampoco podemos no aumentar porque no nos darían los números. Este año, aumentamos entre un 25 y un 30% los productos.”
Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, dependiente de la Secretaría de Agroindustria de la Nación, el precio de la leche pagado al productor aumentó, desde noviembre de 2017 a noviembre de 2018, un 58 por ciento, más de 10 puntos de la inflación general estimada de todo el año pasado, que, dicho sea de paso, fue la más alta desde 1991. Sin embargo, muchos productores argumentan todo tipo de problemas, ya que los costos, por la devaluación, subieron casi un 80 por ciento.
Hoy un litro de leche, para el consumidor, supera los 30 pesos, dependiendo de la marca y ubicación del punto de venta y, según el INDEC, para Capital y Gran Buenos Aires dicho valor se incrementó aproximadamente un 40 por ciento durante 2018. De ese valor, que paga cada persona en un supermercado o almacén, el productor recibe un poco más de 9 pesos.
En cuanto a la distribución geográfica de los productores, la OCLA ha informado que está concentrada mayoritariamente en las provincias de Córdoba (37%), Santa Fe (32%) y Buenos Aires (25%), y en menor medida en Entre Ríos (3%), Santiago del Estero (1%) y La Pampa (1%)
La crisis del sector lechero no es una novedad, aunque se ha visto empeorada por la actual coyuntura económica. “La crisis lechera en principio es larga, porque nunca hubo un mercado lechero armado, y en momento de fuertes devaluaciones y de abuso de poder de la industria del supermercado queda muy expuesta”, explica Ignacio Kovarsky, presidente de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen e integrante de la Comisión Lechera de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP). “Con la devaluación de 2018 aumentaron de tal manera los costos que el precio de la leche no lo siguió, y existe un desfasaje entre los precios de los insumos y el precio de la leche”. Desde el punto de vista de los precios, Kovarsky agrega: “El precio sale de dos lados: de la exportación como pueden ser de productos elaborados, o del supermercado, de la góndola que todos compramos”.
La crisis también se relaciona con la composición del mercado y la cadena de valor. “Este es un mercado de cuatro patas: tambo, industria, comercialización y el Estado. El tema son los costos, no solo el porcentaje de ingreso de la lechería que tiene cada uno sino los costos“, argumenta Guillermo Draletti, ex presidente y actual miembro de la Comisión Directiva de la Unión General de Tamberos (UGT),. Y recalca el impacto del aumento del dólar en el sector tambero: “La influencia es muy mala para nosotros, porque nosotros vendemos en pesos. Es más, nos pagan al mes o al mes y medio y en pesos. Y todo lo que compramos, inclusive la energía, lo que está vinculado a repuestos, lo que es maquinaria agrícola, todo eso está dolarizado”.
Según datos de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, que audita 310 empresas, se le paga al productor un promedio de $7,92 por litro de leche, en datos de septiembre de 2018. Por otro lado, los datos del OCLA, que audita 18 empresas, indican un promedio de $8,08 por litro de leche al productor. Esto implica una diferencia del 32,8% con respecto al mismo período del año anterior.
“La situación es muy mala, terminal para muchos tambos. Acá lo que está pasando es que vivimos temas climáticos dramáticos pasando desde inundaciones en muchas cuencas a sequías en 2018, perdiéndose muchas de las reservas de los tamberos, y después una industria que no está pagando lo que debe por la materia prima. Tenemos el récord mundial de brecha entre lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor. Un productor acá está en menos de 20 centavos de dólar el litro y al público está casi un dólar la leche”, explica Draletti. “Somos 10.000 tamberos desparramados en varias provincias, fundamentalmente Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, y las industrias serán un puñado que manejan el 80% de la leche”, agrega.
“En Argentina en los últimos años cerraron más de 600 tambos. En 2018, en Trenque Lauquen se comercializaron, desde el primero de junio hasta el primero de octubre, más de 4000 vacas de tambos y eso representa, versus la misma etapa del año anterior, un incremento del 60% de las ventas. Lo que está pasando es que se están achicando los tambos, se están vendiendo vacas en producción”, agrega Kovarsky. “Tenemos renta negativa, ya que ni siquiera podemos pagar los costos de producción, el mes de septiembre dio un 0,8% de producción negativa. Estás muy expuesto a los vaivenes económicos, a las devaluaciones y a los manejos del supermercado y la industria”.
Por otro lado, la Secretaría de Agroindustria también indicó que las exportaciones de lácteos crecieron un 24,3%, vendiéndose un total de 170.266 toneladas y siendo los principales destinos Brasil, Argelia y China. El valor total de la venta fue de 519,4 millones de dólares.
Sin embargo, los actores desestiman que el mercado exportador impacte en el precio del mercado interno. “El mercado interno consume 8.500 millones de litros, pero nosotros estamos produciendo, aún en el momento en que estamos, 10.000 millones, o sea tenemos saldo exportable. No influye en el precio al consumidor que se exporte la leche, son incluso industrias distintas” dice Kovarsky. Sin embargo, también resalta que la falta de políticas estatales puede redundar en un faltante de leche por el cierre de los tambos y en un desequilibrio entre la oferta y la demanda: “Si no se hacen políticas pronto, vamos a ir a producir menos de los 8500 millones de litros que necesitamos para el consumo interno, y ahí vamos a estar en un proble
Con el lema “Basta de tarifazos” se realizó ayer la Marcha de Antorchas convocada por la CTA – Autónoma, la CTA de los Trabajadores y el Frente Sindical para el Modelo Nacional. A lo largo del día fueron varios los puntos de reunión elegidos por gremios y organizaciones. “Barrios de Pie” se movilizó desde el mediodía hacia la Secretaría de Energía e instaló una olla popular. En la avenida 9 de julio y Juan Domingo Perón, a las 18, se congregaron los trabajadores en lucha contra los despidos de Interpack, Siam y Pilkington. También se agruparon la gremial AGD (de docentes de la UBA), la Unión Ferroviaria Oeste y Sutna (trabajadores del neumático). La FUBA (junto con los Centros de Estudiantes de Medicina, Farmacia, Veterinaria y Filosofía y Letras) y la FUNA (Federación de la Universidad de las Artes) y agrupaciones de estatales y municipales, junto al Polo Obrero, las organizaciones del Frente de Izquierda, Partido Obrero, Izquierda Socialista, PTS y el MST, entre otros movimientos políticos, tenían punto de reunión en ese sitio.
Desde las 18:30 se concentraron en Belgrano y Lima, la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun) y el Frente Sindical para el Modelo Nacional, a cargo de Pablo Moyano. A la misma hora, en 9 de julio y Avenida de Mayo, hicieron lo propio las 62 Organizaciones Peronistas.
En el trayecto, la marcha hacia el Congreso unía a todos los presentes bajo el grito de “Andate Macri”, acompañado por numerosas antorchas, banderas, carteles, bombos, platillos y trompetas. Una de esas banderas, expresaba: “Larreta, mirá como nos ponemos” y estaba firmada por: “Docentes en lucha por las escuelas nocturnas”. La mayoría de las personas caminaban junto a las columnas de las organizaciones sociales, políticas y defensoras de los derechos humanos.
A las 20 dio inicio el acto central en la puerta del Palacio Legislativo, sobre un camión que sirvió de escenario. En ese sitio se pudieron ver algunas antorchas encendidas. Ahí fue donde se leyó un documento firmado por las gremiales organizadoras del acto, en el que se hacía énfasis en la ausencia de un Estado garante, el avasallamiento de los derechos de los habitantes, en un contexto de despidos y cierre de pequeñas y medianas empresas, que están ocasionando un grave retraimiento en la economía.
También fue un punto nodal en la lectura, el enriquecimiento de funcionarios como el exministro de Energía Juan José Aranguren, el expresidente del Banco Central Luis Caputo o el actual titular de la cartera de Hacienda Nicolás Dujovne. En ese momento se hicieron sentir muy fuerte abucheos y gritos pidiendo de manera urgente un paro nacional.
Luego del acto, Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio de Camioneros y conductor del Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) declaró: “Fue una convocatoria increíble. El objetivo de esta marcha fue decirle basta a los despidos, basta de tarifazos, basta de inflación, basta de cierre de empresas, que no vengan a querer jodernos de vuelta con la reforma laboral. Creo que va a ir creciendo la conflictividad social porque el gobierno no escucha y no da respuesta a los reclamos legítimos de los jubilados, de los trabajadores y de los desocupados”. La protesta se replicará el 17 de enero en Rosario, el 24 en Mar del Plata y el 31 en Mendoza: “Vamos a estar presentes en todas las ciudades del país para demostrarle al gobierno que hay millones de argentinos que la están pasando mal y que no queremos seguir con esta política económica. Nos tenemos que unir, derrotarlos y humillarlos en las urnas en el mes de octubre”.
En cuanto a la posibilidad de paro nacional, manifestó que es concreta “porque el gobierno no va a cambiar la política económica y nosotros vamos a seguir defendiendo a los trabajadores”.
Moyano se mostró optimista y en diálogo con ANCCOM, en relación al futuro de los recursos de amparo que planean presentar con el objetivo de parar los aumentos en los servicios públicos y a las acciones penales destinadas a los ministros involucrados en decidir las subas declaró: “Vamos a hacer todo lo posible para frenar estos tarifazos, ojalá que los jueces tomen conciencia, que se resuelva a favor de los trabajadores. Esta política está haciendo cerrar pequeñas y medianas empresas. La gente o paga la luz o come. Creo que va a salir bien, porque los jueces últimamente están respondiendo”.
Acorde a los anuncios oficiales se prevé un aumento del 40%, en promedio, para el transporte público, por lo que en marzo el boleto de colectivo llegará a $18, mientras que el de tren alcanzará los $12,25. El subte subirá a $21 en abril, mientras que los peajes de ingreso a la Ciudad de Buenos Aires ascenderán a $65.
Las tarifas eléctricas tendrán un aumento del 55%, con parciales de 26% en febrero, 14% en marzo, 4% en abril y 4% en agosto, en principio.
El camino a Iguazú, uno de los lugares más turísticos del país, refleja la abatida pero repetida realidad de los trabajadores tareferos de Misiones. A lo lejos, se los alcanza a ver con banderas y carteles, desde una fila interminable que mezcla autos con gendarmes. Hace dos meses que no les pagan el sueldo, la interzafra -mejor conocida como la cosecha de cuatro meses- y la tarjeta social.
“Desde el año pasado que no vienen cumpliendo con los trabajadores de Wanda. El corte que estamos haciendo es para cobrar la intercosecha de yerba y también la tarjeta social que no les pagaron a los compañeros tareferos que realmente lo están necesitando. La medida de fuerza también es llevada a cabo para lograr una suba salarial digna. Estamos en una época difícil, hay mucho aumento de tarifas y los compañeros siguen trabajando por kilo”, explica uno de los trabajadores, apodado El Gordo, que le pone el cuerpo no solo a la medida de fuerza sino a los 40 grados que marca el clima misionero.
Los tareferos trabajan bajo el sol entre 9 y 10 horas por día, aquellos que están en blanco cobran 4.600 pesos por mes pero más del 50 por ciento está en negro: “Es una mísera lo que nos pagan, no cubre ni la canasta básica porque tampoco tenemos un Ministerio de Trabajo presente que regule y corrija a las patronales y respete nuestros derechos laborales. Los gobiernos, tanto nacional como provincial, están desviando la atención con nosotros: llevamos el sufrimiento con el cuerpo y somos los relegados, los marginados”, agrega uno de los tareferos que prefiere mantener en reserva su nombre. En esta lucha recurrente, los tareferos trabajan en conjunto con el Sindicato Único de Obreros Rurales (SOUR) y la Asociación de tareferos de Wanda.
“Vamos a continuar hasta que tengamos una respuesta favorable, una respuesta por escrito y no por palabra, una lista con todos los nombres de los compañeros y compañeras que asegure que van a cobrar la interzafra, que van a tener esa tarjeta social y recién si llegamos a ese punto en un acuerdo con el gobierno nacional y provincial seguramente liberemos la ruta”, concluye uno de los tareferos apostados en la ruta.