Un audiovisual para ciegos

Un audiovisual para ciegos

Murciélagos es el nombre del documental producido por La Última Escena, acerca del homónimo equipo argentino de fútbol, que explora desde una nueva perspectiva audiovisual la vida personal de cada uno de los integrantes de la selección masculina de fútbol para ciegos de Argentina. Ganador del premio al mejor cortometraje en el Festival de Cine de Mar del Plata y Premio INCAA TV al Mejor Cortometraje, se prepara para ser proyectado en Francia y continúa su difusión nacional.

“Estamos haciendo una película para ciegos”. Así describe el proyecto Joaquín Mallea Gil, encargado del diseño sonoro, el mayor desafío al realizar Murciélagos. Dirigida por Felipe Ramírez Vilches, y con un equipo compuesto por Manuel Montero como asistente de dirección, Francisco Corteggiano y Valeria Pampin en producción, Paulina Gramon Vidal en dirección de fotografía, Brenda Baumkoler en cámaras, y montaje de Mariano Acosta; Murciélagos no está centrado en una forma documentalista y periodística, sino en un relato desde adentro, para los de adentro.

En una charla exclusiva con ANCCOM, Francisco, Paulina, Brenda y Joaquín explicaron lo que significó realizar un documental sobre el equipo argentino de fútbol para ciegos que acaba de ganar la Copa Madrid, derrotando en la final a España por 5 a 0. “Queríamos que sea algo para ellos —explica Paulina—. Nos contaron que una vez habían hecho una publicidad, y cuando los invitaron a la proyección, era todo visual. Para ellos era lo mismo que nada”.

Entrenamiento de los Murciélagos y de los juveniles en el CENARD.

Desde el inicio del proyecto, la productora tuvo en claro el objetivo: hacer un documental cuyo sustento fuese el sonido, dejando la imagen en un segundo plano para que los propios protagonistas, los Murciélagos, pudiesen disfrutar de la producción cinematográfica como cualquier otra persona. Planteado como un documental inclusivo, el foco ya no era contar y difundir, sino, por sobre todo, lograr que los propios protagonistas se sintieran parte y pudiesen disfrutar del proyecto audiovisual.

Había ya disponibles un sinfín de entrevistas, notas y producciones sobre los Murciélagos, pero ninguna enfocada en ellos, ni producida para ellos. Así centraron su trabajo, en un comienzo, específicamente en la composición del sonido. “El comienzo fue lo más complicado —asegura Brenda, y todos asienten—. Trabajar solo en el sonido”. Articularon lo que fue el guión y la idea, para comenzar a trabajar en las imágenes en un segundo plano; buscando que la estética se articulara con el sonido. Como agrega Paulina: “Armamos el esqueleto en sonido y en base a eso empezamos a ver qué imágenes podían combinar con ese sonido”.

Murciélagos comenzó como un proyecto para la Facultad de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA, específicamente para la materia Diseño Audiovisual II. Era impensable el éxito que tendrían más tarde y el nivel de difusión que alcanzaría su producción. “Nuestro profesor nos ayudó muchísimo —aclara Paulina—. La cátedra es más clásica, no estaban del todo convencidos de lo que queríamos hacer”.

Mostrar a los Murciélagos como individualidades, como personas más allá del equipo, implicó rondas de mates, meriendas, charlas y visitas por montones, dejando de lado el usual intercambio pregunta-respuesta de una entrevista tradicional. Al comienzo, hubo simpatías divididas entre los miembros del equipo, algunos estaban contentos, otros tantos miraban el proyecto con desconfianza. Sin embargo, con el correr de los días, “se empezaron a dar cuenta de que lo nuestro era otra cosa, no era una nota periodística y nada más”.

Hablar de fútbol para ciegos, explica Joaquín, es fácil hasta que uno se acerca y explora de lleno el tema. “Es como aprender un deporte nuevo, hay mil cosas que uno no sabe”. Enumera las formas de jugar, el sonido de la pelota, las tácticas, entre mil detalles que, vistos desde afuera, no son percibidos. “Verlos jugar es hipnotizante”, aclara Paulina.

Brenda Baumkoler, Paulina Gramon Vidal, Francisco Corteggiano,y Joaquín Mallea Gil.

El financiamiento del corto fue enteramente propio, aunque no gastaron grandes sumas ya que se apoyaron mucho en los propios equipos y los elementos que ya tenían para poder realizarlo. Tras la presentación en la cátedra, el equipo de producción comenzó a enviar el documental a diversos festivales y proyecciones del país. “Lo mandamos al Festival de Cine de Mar del Plata el último día —recuerda Francisco—. Le hicimos los subtítulos rápido, quedaron súper mal”. Sin embargo, los subtítulos no fueron un impedimento para que el corto quedase nominado y más tarde ganase el premio al Mejor Cortometraje Argentino en el Festival Internacional de Mar del Plata y el Premio INCAA TV al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Mar del Plata.

No obstante, como relata Paulina, el mayor premio fue ver las caras de los Murciélagos cuando les mostraron el proyecto. Presentarlo frente al equipo fue la mayor presión, más que frente a la cátedra o cualquier otro premio; eran los protagonistas quienes los juzgarían, y se ponía en juego la totalidad del objetivo del documental: hacerlos parte de él. Como relatan los productores, el capitán del equipo se emocionó y tuvo que dejar la palabra a otro compañero; fueron innumerables las felicitaciones que recibieron. “Ahí fue cuando terminamos el trabajo realmente, fue el mayor orgullo”.

Murciélagos recibió una mención de honor en el 17° Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos, entregado por un director de cine sordo, lo que deja claro que no es sólo un documental más, sino que es un documental inclusivo: ya sea a través del sonido, o sólo de las imágenes, Murciélagos logró captar la esencia de los individuos que forman parte del equipo de fútbol y transmitieron en pantalla algo más que una anécdota interesante.

Próximamente, el documental será expuesto en Buenos Aires, el 19 y 20 de agosto en la bienal de la Facultad de Diseño y Urbanismos. En octubre viajará a la Casa Argentina en París, donde se proyectará como parte de una muestra. Además, tienen proyecciones pautadas para octubre en la Alianza Francesa de Buenos Aires, así como múltiples proyecciones en diversos espacios. Sin duda, un documental que logró traspasar la pantalla de la mejor manera.

Actualizada 04/07/2017

 

Protesta de los bachilleratos populares

Protesta de los bachilleratos populares

Docentes y alumnos de distintos bachilleratos populares de la Ciudad de Buenos Aires decidieron movilizarse al Ministerio de Educación porteño, el 28 de junio último, para visibilizar sus reclamos y exigir una solución al Estado, tras la falta de respuestas por parte de la ministra, Soledad Acuña.

A pesar del frío, la convocatoria reunió a más de cien personas al ritmo de bombos y cantos originales. Una de las frases más repetidas durante la jornada fue: “No somos privadas ni estatales, somos populares”. Los reclamos comunes a todos los bachilleratos que se leían tanto en las pancartas como en los volantes que diseñaron para la ocasión son: el reconocimiento de los bachilleratos populares por parte de Ministerio, la planta funcional y la titularización docente para todos los trabajadores, la aceptación de las parejas pedagógicas, los boletos y becas para los estudiantes y el financiamiento integral.

Fernando Lázaro miembro de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP), organización que creó bachilleratos populares en 2004, dijo: “Venimos trabajando junto a otras organizaciones, abriendo `bachis´ populares,  y exigiendo al Estado el reconocimiento de estas experiencias de educación popular”. Según Lázaro, un bachillerato popular es una escuela media para jóvenes y adultos autogestionada por las organizaciones y movimientos sociales, es gratuita. Estos espacios educativos están insertos barrios carenciados, en fábricas recuperadas.  “Los bachilleratos populares desde que nacieron arrancaron su lucha en base a necesidades de abrir escuelas que tenían los vecinos, mientras que el Estado no garantizaba ese espacio para las personas que habían sido expulsadas del sistema educativo tradicional. A partir del funcionamiento mismo de las escuelas comienzan los pedidos por el reconocimiento”, contó Julián Larrea, docente del bachillerato popular de Parques Patricios. “Pensamos a la escuela como organización social y desde hace años venimos reclamando, porque si bien tenemos el reconocimiento de varias de ellas, hay otras que las autoridades nos lo están negando. Hay una decisión del Estado, cada vez está más dura, de no reconocer nuevas experiencias. Hay seis que están aún sin reconocer”, señaló Lázaro. 

“No somos privadas ni estatales, somos populares”, era uno de las consignas que se escucharon en la movilización.

Como representante del bachillerato popular de Parques Patricios y profesor de tercer año en Ciencias Sociales en el barrio Pompeya, Julián Larrea, denunció: “No tenemos ningún tipo de reconocimiento, por lo cual no podemos emitir títulos, ni becas para los estudiantes, tampoco salarios para los docentes, y mucho menos un financiamiento integral”. Esta situación vuelve problemático el trabajo de muchos profesores y la ausencia de materiales torna dificultoso el aprendizaje por parte de los alumnos. Son cincuenta los estudiantes que asisten al bachillerato de Parque Patricios, jóvenes de 18 años hasta jubilados. “La currícula sigue creciendo año a año en tanto el Estado no dé respuestas a la educación para adultos. Las materias que se cursan no son las convencionales, decidimos de manera autogestiva, entre profesores y estudiantes, qué materias vamos a dictar teniendo en cuenta las necesidades mismas del territorio y de los distintos estudiantes que asisten al bachillerato”, explicó Larrea.

Marta Álvarez, tiene 28 años, es de nacionalidad boliviana y comenzó el bachillerato hace tres años en “Casa Abierta”, en la villa 31. Actualmente cursa el tercer y último año del bachillerato en donde enseña Larrea. “Para mí es una buena experiencia poder estudiar, creo que me están dando no solo la oportunidad de terminar la escuela, sino de ser alguien en la vida, tanto a mí como a mis treinta compañeros. Hoy mi meta es terminar la secundaria para poder estudiar algo más. En el bachillerato todos somos unidos, organizamos entre todos las clases”, contó Álvarez. Ella se lamenta que el bachillerato no esté reconocido por el ministerio de Educación, ya que valora el esfuerzo que hacen sus docentes, quienes no cuentan con la remuneración por su trabajo. Es por ese motivo que junto a sus compañeros asistió al Ministerio en repudio de la situación y en apoyo a sus profesores. “Hacemos muchas actividades para recaudar fondos y así mejorar nuestro espacio de estudio, como kermés y peñas. Así compramos los asientos y mesas que nos hacían falta, porque no contamos todavía con la ayuda del Gobierno”, describió Álvarez.

María Echever trabaja hace tres años en el bachillerato popular  Darío Santillán como docente  del área de Ciencias Sociales dando clases de Historia, Sociología y Filosofía en la sede de Barracas, en la Villa 21-24. También trabaja algunos días realizando tareas en la secretaría popular que es el espacio que tienen para la organización de la escuela. “Vinimos al Ministerio a reclamar por el reconocimiento de los bachilleratos aún no reconocidos; la reapertura de la planta orgánica funcional lo que posibilita que nuestros docentes cobren salarios; por la aceptación de las parejas pedagógicas”, enumeró Echever. En todos los bachilleratos populares los profesores trabajan en parejas pedagógicas, sin embargo solo se reconoce uno por aula. En esta misma línea Lázaro planteó: “Las parejas pedagógicas son parte de la estructura del bachillerato popular. Nosotros consideramos que construimos  a partir de las diferencias, estas no se pueden negar y es a partir de esa concepción que trabajamos con parejas pedagógicas, para dar cuenta de las múltiples realidades. Como hay tantas realidades en el aula creemos que con un docente no es suficiente y por eso trabajamos con dos. También consideramos que es rico que entre los profesores puedan proponer y debatir ideas desde distintas perspectivas pedagógicas y políticas”.  Además, Echever demanda por becas, boleto estudiantil gratuito y el financiamiento integral de las instituciones populares. “El Estado no se hace cargo, hay algunos bachilleratos que tienen reconocimiento de títulos, pero no de salarios, otros tienen ambos, pero no un financiamiento integral. La situación de los distintos bachilleratos populares es diversa, pero estamos la gran mayoría conglomerados bajo la Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha, que es una herramienta que nos permite realizar este tipo de acciones colectivas con más fuerza. Es a raíz de la unión de todos los `bachis´ populares que hemos conseguido el reconocimiento de muchos el años pasado, pero aún falta mucho más”, agregó Echever.

Los reclamos comunes a todos los bachilleratos se leían tanto en las pancartas como en los volantes que diseñaron para la ocasión.

Franco Armando, profesor de Historia de la Clase Obrera en el bachillerato popular Salvador Herrera ubicado en la villa 17, barrio de Pirelli, contó: «El bachillerato popular viene a dar una respuesta a la falta de centros de educación de nivel medio en los lugares de menos recursos, como las villas”. Según Armando, su bachillerato tiene el reconocimiento del Estado como institución educativa, pero no de los profesores y es por eso que se congregaron frente al Ministerio.  La escuela popular lleva cinco años de existencia y tan solo dos años de reconocimiento oficial. “Pero no tenemos ningún tipo de sueldo ni tampoco becas para los estudiantes. Hace doce años que el macrismo está en la Ciudad y desde las distintas organizaciones venimos dando lo que el Estado no brinda, ya sea comedores, bachilleratos o centros comunitarios”, añadió Armando.
 
Gisela Cayetá es profesora en el Bachillerato Popular Independencia de la materia Educación Popular y Género desde el 2011, y es egresada de la misma institución. “Nuestro bachillerato está reconocido, venimos a apoyar a los que faltan y no tienen voz. También venimos a reclamar que actualmente nos quedamos sin espacio para enseñar. Hace siete años veníamos funcionando en la Facultad de Psicología de la UBA y nos echaron. Ahora nos encontramos en un local prestado y estamos pidiendo un espacio propio”, manifestó Cayetá. Gabriela Mariel, una de sus alumnas, contó que empezó este año a estudiar. Ella tiene 19 años y una hija de tres años con la que asiste a clases.  “El lugar que actualmente ocupamos a veces lo podemos usar y otras no, y esto nos juega en contra porque perdemos días de estudio”, dijo. Además, manifestó su apoyo a los bachilleratos populares y reconoció que si no fuera por sus docentes, ella no podría terminar la escuela. “Me gustaría terminar el secundario que es lo más importante para poder conseguir un trabajo, pero también quisiera seguir estudiando”, confesó.

Juanjo González coordinador del bachillerato Sol del Sur de Villa Soldati, trabaja como docente de Cooperativismo de primero, segundo y tercer año, desde que comenzó hace 4 años. “Estamos en una situación intermedia, porque el Sol del Sur está reconocido formalmente por el Ministerio, pero los profesores no cobramos un sueldo por nuestra labor, el nivel edilicio es precario y teóricamente íbamos a tener becas este año, pero no se efectivizó para este primer cuatrimestre”, denunció González. Además, planteó que la enseñanza popular es una alternativa a la educación formal, que en estos momentos no estaría conteniendo a los chicos y chicas que no pueden terminar la secundaria. Desde esa perspectiva exigieron el Estado que reconozca  como un derecho la educación  que están supliendo los bachilleratos populares. Pablo Hupert, compañero de Juanjo González, profesor de Historia de primero y tercero en Sol del Sur dijo: “Nos reconocieron como establecimiento privado, cuando no lo somos, y a los privados no les dan becas. Pedimos, además de las becas, el financiamiento de la infraestructura, el mobiliario, computadoras, útiles y materiales como cualquier otro colegio estatal”. Hupert subrayó que los bachilleratos tienen un costado afirmativo, más allá del reclamo al Gobierno, que es la autogestión. “Las autoridades no pueden creer que todos los años se sigan abriendo bachilleres populares. El año pasado abrieron ocho y este año cuatro más”, exclamó Hupert. Hay distintas posiciones dentro del bachillerato popular, algunos piensan que la educación popular es la manera de cambiar al mundo, pero Hupert, tiene una visión distinta, cree que es una manera de cambiar a los que están dentro, tanto alumnos como docentes, y que eso puede ayudar a tejer otro tipo de relaciones, pero que  no sería un reemplazo del viejo partido revolucionario que vendría a aportar a la generación de una vanguardia de clase obrera consciente. “En general el bachillerato al que pertenezco está en una red de `bachis´ que siguen al bachillerato Paulo Freire, cuya línea está marcada por la frase `la educación no va a cambiar al mundo, pero va a educar a los hombres que van a cambiar el mundo´. Para mí, no es una cuestión de conciencia, sino con una nueva forma de relacionarse, de cooperar con los demás. Acá en vez de encontrarse con un colegio que los expulsa porque son de la villa o porque no pueden cursar todos los días, se encuentran con una escuela que los contiene”.

Los reclamos: reconocimiento por parte de Ministerio, la planta funcional y la titularización docente para todos los trabajadores, la aceptación de las parejas pedagógicas, los boletos y becas para los estudiantes y el financiamiento integral.

Mariana Menga es docente de Ciencias Sociales del bachillerato Voces de Latinoamérica del Hormiguero, que funciona en el barrio Rodrigo Bueno, una villa de la Comuna 1  en Costanera Sur. Este bachiller existe desde 2013 y recién en 2015 fue reconocido como escuela de régimen estatal por parte del Ministerio.  “Nos costó dos años el reconocimiento y poder sacar los primeros títulos. Actualmente no contamos con planta orgánica funcional, es decir que como docentes no cobramos salarios, no tenemos  recursos para infraestructura, materiales didácticos, lo que llamamos el financiamiento integral como cualquier otra escuela de régimen estatal”, explicó Menga. También aclaró que definieron, en el marco de la coordinadora de bachilleratos populares, hacer la concentración frente al Ministerio de Educación porque desde hace meses que solicitan reuniones con funcionarios para que den respuestas a sus reclamos, pero el único diálogo que tuvieron es con la directora de adultos de la Ciudad, quien no dio respuesta alguna a las cuestiones que se plantearon. Mauro Paucra, alumno de Mariana Menga, es peruano y dijo haber venido a la Argentina para darle un futuro mejor a sus hijas. “Pasaron por mi casa algunos docentes promocionando la escuela popular para adultos que no habían terminado la secundaria. Me inscribí para ver cómo era la educación acá, no con la idea de terminar la secundaria. Cuando fui a la primera clase no había llevado cuaderno ni nada para escribir, pensaba volver a casa a buscar los útiles, pero los profesores me facilitaron los materiales y comencé de inmediato. Así terminé primero y segundo y ahora estoy en mi último año. En el país en donde estaba no podía estudiar, vine acá y me dieron la oportunidad. Estoy muy contento con el bachillerato popular, porque no es como una escuela tradicional, todo se comparte, nos comunicamos entre todos, tanto docentes como alumnos, es una experiencia muy buena”, expresó Paucra.

Catalina Neira es docente de Comunicación Popular del primer año del bachillerato 20 Flores de la Asamblea de Flores,  que funciona desde el 2010. Trabaja desde el 2012 como educadora y forma parte de la Coordinadora de Bachilleratos en Lucha. “Peleamos por la aceptación de nuestras prácticas docentes como  válidas para el sistema educativo. Hasta el 2015 veníamos teniendo discusiones sobre la oficialización de distintos bachilleratos que se fueron abriendo desde el 2001. A partir del momento que (Mauricio) Macri y (Horacio Rodríguez) Larreta asumieron en la Nación y en la Ciudad, las discusiones cambiaron completamente, siempre fue difícil el diálogo pero se podían generar espacios de negociación. Hace dos años que están muy trabadas y como consecuencia, este año los alumnos no cobraron sus becas. Por lo tanto venimos acá para que el Gobierno reabra las mesas de diálogo que cerró unilateralmente con un manoseo que no corresponde. Hemos  establecido lazos con muchísimas instituciones del ámbito público de la Ciudad, porque trabajamos con la población que el sistema educativo formal expulsa constantemente y por eso mismo pedimos tanto por los derechos de los trabajadores como por los estudiantes”. Lorena Sastre es colega de Catalina y se desempeña en la docencia en el área de Desarrollo de las comunidades desde el 2012. “Intentamos construir una educación popular y alternativa. Nos hacemos presentes para exigir el reconocimiento oficial e íntegro por parte del Estado, nuestro bachillerato fue reconocido por la mitad, es decir que emitimos títulos pero los estudiantes no tienen todos sus derechos, la infraestructura es muy precaria y solo se reconoce un docente por aula”.  Nilton Junior, es un alumno de segundo año del bachiller 20 Flores, tiene 22 años y  empezó a estudiar en 2016. “El bachillerato popular me dio la oportunidad que no me dio ningún otro colegio, yo estoy trabajando y por los horarios no podía cursar en ningún lado”, dijo Nilton. Asistió a la convocatoria para apoyar a sus docentes y exigir que si están reconocidos como escuela pública tengan los mismos derechos que cualquier otra escuela. 

La jornada de reclamo y movilización cerró con una negociación parcial y la promesa de reuniones que dividen el reclamo. Fernando Santana de la Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA) y miembro de la CEIP histórica transmitió, asomado desde la puerta del Ministerio, lo que manifestó el empleado del Ministerio de Educación de la Ciudad, Gonzalo Mira Senra: “Nos ofrecieron una reunión para el martes que viene a las 6 de la tarde con la segunda de la ministra, para hablar solo con los bachilleratos no reconocidos. Luego la semana del 10,  todavía no está confirmado, habría una reunión con los otros bachilleratos por tratar las distintas cuestiones”. Fernando Santana valoró positivamente lo que obtuvieron casi como una victoria: “Estuvimos toda la tarde, creo que conseguimos algo, hay que ver qué sale de esas reuniones. Nos van a entregar una hoja con este acuerdo por escrito. Si nos hubiéramos ido una hora antes no hubiésemos logrado nada”. Al finalizar la concentración pidió a los alumnos que se retirarán con calma porque había un camión de la Policía, para evitar cualquier tipo de problema.

Actualizado 29/06/2017

Otro caso de gatillo fácil queda impune

Otro caso de gatillo fácil queda impune

Un nuevo caso de gatillo fácil quedó impune. El policía Santiago Veyga, que reportaba en la comisaría 12, fue absuelto por el tribunal que investigaba los asesinatos de Jonathan “Kiki” Lezcano y Ezequiel Blanco por el Tribunal Oral Criminal Nº 16.

A pesar de los videos presentados por los familiares de las víctimas, que muestran cómo los jóvenes fueron torturados y humillados, el Poder Judicial absolvió al policía que disparó argumentando que el oficial actuó en legítima defensa. Los abogados de Kiki y Ezequiel anticiparon, en una conferencia de prensa que brindaron en el Centro Cultural de la Cooperación, que apelarán ante la Cámara de Casación para que revea la sentencia.

Jonathan  y Ezequiel fueron asesinados en Villa Lugano el 8 de julio de 2009, pero sus cuerpos fueron encontrados recién el 14 de septiembre como NN en el cementerio de Chacarita y en la morgue judicial, respectivamente.

Santiago Veyra- ex policía de la comisaría 12”- fue absuelto por primera vez en 2011, tras presentarse como víctima de un robo ante el juzgado de Fernando Cubas. En noviembre del 2012, la Sala IV de la Cámara de Casación Penal, revocó el sobreseimiento y apartó a Cubas de la causa a partir del video y de otras pruebas que dieron lugar a la reapertura del juicio que culminaría-otra vez- con el fallo que resuelve la absolución de Veyga.

La familia de los jóvenes denunciaron que “dejando libre a Veyga, el Poder Judicial garantiza la impunidad de las fuerzas represivas”.

 

Actualizada 29/06/17

“Nos sacan el derecho a ser personas”

“Nos sacan el derecho a ser personas”

Bajo el paraguas del colectivo Furia Trava, cientos de personas se movilizaron de Plaza de Mayo hacia el Congreso en el marco de la segunda Marcha Nacional “Basta de Travesticidios”. Frente a la Casa Rosada, los manifestantes volvieron a reclamar por la  aplicación de la Ley de Cupo Trans, y exigir un freno a la persecución que sufren las personas trans.

La marcha se nutrió del apoyo de diferentes organizaciones sociales y políticas. Autonomía y Libertad, el PO, La Izquierda Diario, Las Rojas, CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial), el Bachillerato Popular Trans, entre otros, se sumaron a la movilización.

En diálogo con ANCCOM, la activista y organizadora de la marcha, Florencia Guimares, explicó que la marcha buscó “visualizar las problemáticas que sufren día a día trans y travestis dentro del propio colectivo. Y sentenció: “Una parte, los trans VIP, en apoyo con el macrismo, levantan la bandera del orgullo simplemente porque está de moda, mientras a nosotras nos están matando. No podemos regalarle nuestra lucha para que ellos hagan marketing”.

Dentro del grupo Libertaria, Raquel Dizel, de 70 años, ocupó el centro de la escena. Lucía una remera negra que con letra blancas formaba la frase “la prostitución no es trabajo”, y el pañuelo del aborto en la cabeza. “La lucha trans debería ser responsabilidad de toda la sociedad”, le dijo a esta agencia.

Cuando las agujas marcaron las 19:00 comenzó el acto. Sobre un escenario improvisado, frente al Cabildo, Guimaraes invitó a reunirse alrededor de la radio abierta. Agradeció a las organizaciones y se solidarizó con las cooperativas que apenas unas horas antes habían sido reprimidas en la Avenida 9 de Julio. “Macri es ajuste y represión”, subrayó.  

La activista Lara Bertolini apuntó también al accionar de las fuerzas de seguridad sobre el colectivo. “Se nos acusa de narcos, la policía nos persigue, nos desnuda. El futuro de la sociedad tiene que ser la diversidad”, puntualizó.

«El futuro de la sociedad tiene que ser la diversidad”.

Antonella, otra de las referentes, amplió esa descripción y también apuntó al Ejecutivo nacional. “Este gobierno nos está reprimiendo, nos está quitando el derecho de ser personas. Las travestis tenemos derecho a vivir”, subrayó. Además, explicó que la mayoría de los travestis no superan los 35, 40 años de edad, y que, si bien desde hace dos años existe la Ley de Cupo Laboral Trans, la mayoría de travestis “caen en la prostitución por ser la única opción”. Y concluyó: “Hablar del colectivo trans, es hablar de prostitución. Hacemos responsable al Estado de esta situación, porque en la Ciudad de Buenos Aires no se aplica esta ley”.

Antes de culminar el acto y comenzar a marchar, la representante del Fondo Internacional Trans (TIF) y activista de OTRANS, Claudia Vázquez Haro, recordó la coincidencia de la marcha con el Día Internacional del Orgullo Gay. “Hoy es un día para militar, para hacer política y para recordar lo que hace el gobierno con nosotras”, afirmó. Y agregó: “Queremos trabajo digno, y no responder a las leyes del mercado. Entendemos que la prostitución no es un trabajo”.

Frente a la Casa Rosada, los manifestantes volvieron a reclamar por la aplicación de la Ley de Cupo Trans, y exigir un freno a la persecución que sufren las personas trans.

Con la bandera también marcharon Eva “Higui” de Jesús, la joven que estuvo presa por defenderse de una violación, y el hermano de Diana Sacayan, una de las principales activistas en materia de derechos humanos y la lucha por la inclusión del colectivo travesti que fue asesinada brutalmente en octubre de 2015.

La cabeza de la marcha no había logrado llegar a la calle Perú, cuando la Policía cortó camino. Bloqueó el paso por Avenida de Mayo de tal forma que los manifestantes sólo pudiesen utilizar medio carril. Fue apenas por una cuadra: los efectivos continuaron el resto del trayecto por la vereda. En la intersección con la 9 de Julio una mujer policía de civil comenzó a filmar toda la movilización.

“Señor, Señora no sea indiferente, matan a travestis en la cara de la gente”. Fue el grito con el que los manifestantes atravesaron la Avenida de Mayo. De fondo, el Obelisco se teñía de los colores de la bandera del orgullo gay. Al llegar al Congreso se leyó el documento oficial. “Vamos a recordar a todas las víctimas de este sistema capitalista, colonial y patriarcal. Basta de travesticidios. Basta de crímenes de odio sociales y políticos. El tiempo de revolución es ahora”. Se repasó los nombres de todas las jóvenes trans ya fallecidas. Cerca de las 22:00 comenzó la desconcentración entre lágrimas, abrazos y lluvia de colores.

Autonomía y Libertad, el PO, La Izquierda Diario, Las Rojas, CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial), el Bachillerato Popular Trans, entre otros, se sumaron a la movilización.

 

«El tiempo de revolución es ahora”.

 

Actualizada 29/06/2017

Barricada en el aire

Barricada en el aire

«Faltan cinco minutos para salir al aire, vamos a arrancar con la cámara dos. Hagamos silencio porque se escucha todo. Lu, vos pasá la imagen a este monitor, y los títulos de las noticias», luego de decir esto, Natalia Vinelli –pionera de los medios alternativos- se concentró en su pantalla y comenzó a indicar por el micrófono los encuadres para las cámaras del piso de grabación. Los demás en el estudio hablaban entre sí, ya estaban expectantes del comienzo, y sacaban fotos para recordar un momento histórico en la comunicación popular argentina. En el piso, los dos conductores del día se acomodaban, y repasaban los últimos detalles. «Un minuto para que Barricada TV salga al aire por primera vez», dijo luego Natalia, y miró al televisor que mostraba la programación que se estaba emitiendo, previo a la salida del noticiero. Sonrió, miró a dos de sus compañeros y les dijo: «Miren la calidad de la imagen y la titulación. Son unos genios, no lo puedo creer». Minutos más tarde, en el piso de grabación los camarógrafos escucharon por sus auriculares lo que Vinelli decía para todos los demás compañeros en la sala contigua, dirigiendo el programa a través de todos los monitores: «Tres, dos, uno, ¡al aire!»

Barricada TV es el canal alternativo, popular, autogestivo y de contrainformación que desde 2010 crea contenido con un enfoque diferente al de los medios comerciales, pero que sólo tenía alcance en el barrio de Almagro. Ayer por primera vez, después de años de trabajo y disputa pudo transmitir con alcance a toda la Ciudad de Buenos Aires (C.A.B.A) y el primer cordón del conurbano, desde el mismo estudio de siempre, ubicado en el cuarto piso de la primera fábrica recuperada del país, Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA). El equipo de Barricada había ganado el concurso para obtener la licencia en noviembre de 2015 dentro de la disposición de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual de distribuir el 33 por ciento del espectro radioeléctrico para medios sin fines de lucro. También la obtuvieron otros dos medios, Urbana Tevé (también en C.A.B.A) y Pares TV (en Luján). Sin embargo, durante 2016, canal trece utilizó en carácter experimental la frecuencia que había sido asignada a las emisoras sin fines de lucro  (canal 33.1 y 33.2 respectivamente) por lo que la transmisión se interfería. Después de un año de reclamos y lucha en las calles, los canales concursados fueron reasignados al canal 32.

equipos técnicos de edición.

Barricada TV es el canal alternativo, popular, autogestivo y de contrainformación que desde 2010 crea contenido con un enfoque diferente al de los medios comerciales, pero que sólo tenía alcance en el barrio de Almagro.

Natalia Vinelli fue quien dio comienzo a Barricada TV. En diálogo con ANCCOM hizo un balance del proceso del proyecto: «Hoy es la maduración de años de trabajo. Lo primero que se me viene a la mente cuando pienso en cómo surgió todo es una frase: ‘piqueteros violentos’. Eso es lo que decían los medios de comunicación en la segunda mitad de los años ’90, y en las postrimerías de 2001, del movimiento piquetero de trabajadores desocupados. En cambio, ¿qué decían ellos? salían a las calles a cantar ‘piqueteros carajo’. Ese canto tenía que ver con una autoafirmación, ‘somos nosotros, estamos acá’. Barricada TV surge en ese contexto como idea de recuperar y acompañar esa palabra afirmativa de los sectores que no tienen representación en los medios tradicionales».

Cuando terminó el primer bloque, las caras se distendieron. Los conductores Lucía Maccagno e Ignacio Etchart se acomodaban para no quedar fuera del encuadre de la cámara. Ellos no serán siempre los conductores, contó Lucía a ANCCOM, ya que la idea es que los roles circulen de manera equitativa. Cuestiones como estas las debaten en reuniones que tienen una vez a la semana, donde también discuten la agenda del noticiero. Ésta siempre está enfocada en los trabajadores, los derechos humanos, y aquellos temas relevantes que no salen en los medios comerciales. También buscan plantear preguntas nuevas sobre las coberturas que tienen en común con medios masivos, es decir, buscan el enfoque social, la cuestión de fondo. «El desafío es que cualquier vecino se quede viendo el programa y aunque piense diferente, le llegue otro discurso, otra realidad, y otra construcción de la noticia», explicó Lucía. Al tener un mayor alcance buscan llegar a más público a través de los formatos y lo estético, con una escenografía cuidada. Ésta fue realizada con maderas, chapas, entre otros elementos, por una cooperativa de diseño que funciona en la fábrica recuperada, ya que el equipo de Barricada quería que el espíritu IMPA esté en toda la programación. «La esencia no cambió, lo único que cambió es que se han vuelto mucho más profesionales», reflexionó Tomás Ortiz, quien volvió los días pasados a la parte técnica del canal después de unos años en los que no pudo participar en el proyecto Barricada por trabajo.

«Me va a agarrar un paro», dijo Natalia entre risas, en uno de los cortes. Ya para los últimos bloques, aparecían comentarios más eufóricos durante las propagandas. A las 21.03, Ignacio saludó a los televidentes y cerró con una frase que quedó resonando en todos y todas: «El que abandona no tiene premio». Ni bien salió la placa ‘Noticiero Barricada TV’ empezaron los aplausos en todo el estudio, que continuaron más tarde en el brindis.

En la puerta de salida del estudio hay un papel pegado, es un recordatorio técnico. Pero en realidad, podría decirse que resume la historia de Barricada TV: «¿Te vas? antes de salir apagá las luces y fijate en la computadora que estemos transmitiendo».

 

Actualizada 27/06/2017