Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

El retorno a la cotidianidad escolar dejó en evidencia los efectos del aislamiento por la pandemia. Fonoaudiólogos y docentes explican qué pasó con los niños de jardín de infantes.

Los trastornos específicos del lenguaje (TEL) y del habla aumentaron tras el aislamiento obligatorio del 2020 de forma significativa en niños y niñas. La limitación de los vínculos y la interacción con pares pueden ser una de las causas en estos retrasos en el desarrollo integral de las infancias post pandemia. ¿Qué dicen las especialistas? ¿Cómo influye la recuperación de la educación presencial plena?

Para Laura Kolodny, licenciada en Fonoaudiología con orientación en Neurolingüística de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de Musicoterapia en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), “el aislamiento afectó bastante al desarrollo del lenguaje, dependiendo de la edad y de qué tan construido estaba el lenguaje en su momento. Antes tenía una lista de espera de muchos pacientes, pero en 2021 aumentó sobre todo en un grupo etario de tres años que todavía no hablaba. La pandemia atrapó a chicos de uno o dos años,  que están en la edad de la adquisición del lenguaje”, afirma.

El relato de Yesica Muñoz, estudiante del Profesorado de Nivel Inicial en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 55 (I.S.F.D. y T. N°55) de Escobar y mamá de un niño de hoy cuatros años en tratamiento por TEL coincide con los efectos de haber pasado un año confinados: “A los cuatro días de que el presidente decretó la pandemia, él cumplió dos años. Empezó jardín en 2021 a los tres, pero eran cuatro burbujas, no iba casi nunca. Recién este año comenzó normal”, señala, y destaca también que durante ese período de encierro el estímulo estuvo siempre presente: “En el profesorado aprendí tantas cosas y él estaba en una edad súper accesible para eso. Le leí libros, hacíamos juegos, entonces no tuvo nada que ver la falta de estímulo. Cuando me junté con una amiga y su hijo, de la misma edad que el mío, me di cuenta que hablaba muchísimo más que él. Llamé a la fonoaudióloga y dos semanas después el jardín me recomendó que lo lleve”.

En las consultas la fonoaudióloga le comunicó que el no ir al jardín provocó su retraso en el aprendizaje del lenguaje. “Me dijo que él necesitaba eso, el contacto con otros niños y niñas. No salía a ningún lado. Tenía la plaza en la otra cuadra y no podíamos ir. Cuando salió fue un niño muy feliz, ahí empezó a demostrar lo que es él ahora”, dice.

Según Kolodny, “son las interacciones con otros pares las que las niñas y los niños necesitan para poder comunicarse y las que tenían estaba muy reducida a la familia. Se perdió también el vínculo con otros pares en las plazas, en los lugares de diversión, con el resto de la familia, los tíos, los primos, con los amigos de las familias y sus hijos. Probablemente con las personas que vivían pasaban ocho horas frente a una compu, así el formato de comunicación estaba un poco complicado”, resalta.

En este sentido, Fabiana Ferrero, licenciada en Educación Inicial de la Universidad Nacional de Luján (UnLu), jefa del Campo Práctico 1 y 2 del Instituto Superior de Formación Docente y Técnico N° 55 de Escobar y maestra jardinera de hace treinta y siete años, remarcó la importancia de la educación inicial para las infancias: “Lo social que tiene la escuela no lo tiene nadie. La microsociedad la tiene en el jardín o la guardería. El estar presencial hace que sea más independiente y que adquiera un montón de habilidades que atrás de una pantalla no se pueden lograr. En el entorno familiar el niño habla mal pero la familia le entiende lo que quiere. Distinto es cuando no están en ese entorno, tienen que competir en el buen sentido con otro. Y para eso necesitan muchas habilidades, poder comunicarte, hacer valer tu palabra”, expresa.  

Cuando los jardines retornaron a una presencialidad con jornada completa, pudo notar la cantidad de niños con dificultad para comunicarse. “Tienen como un retraso de dos años. Hay un retraso importantísimo”, expresa Ferro.

Siguiendo esta línea, la licenciada en Fonoaudiología Fernanda Medina de la UBA, que atiende en forma particular y en un centro para chicos con discapacidad, dice: “La educación inicial permite exponer a los niños a situaciones nuevas y aprendizajes nuevos. Dentro de lo que es el desarrollo del lenguaje está muy marcado que es el entorno donde adquirimos el lenguaje por estar expuestos; no solo es la palabra de oído, sino lo que huelo, lo que siento, los gestos”.

Mayra Ruiz, licenciada en Psicopedagogía de la Universidad de Flores y parte del espacio terapéutico de aprendizaje Brinca y Rebrinca de General Pacheco, donde articulan distintas áreas para todas las edades, pudo notar como la cantidad de casos post pandemia se multiplicaron. “Aumentaron las consultas un 99%. Hay muchos chicos que están llegando a grados altos sin saber leer ni escribir. Si bien no le podemos echar toda la culpa a la pandemia, en ese tiempo del haber estado aislados, afectó. Todo lo social es muy importante para el chico para lo que es el habla. Al no poder pronunciarlo de manera adecuada es muy difícil que lo puedan pasar a un símbolo como lo puede ser una letra”, asegura.

El TEL está enmarcado en el campo de la salud mental y discapacidad. “La ley de discapacidad está dictada, pero no se están cumpliendo algunos aspecto de la regulación estatal. Hay que cambiar un poco el paradigma; no ver al niño como el niño que no llega a algo, somos nosotros los que estigmatizamos y tenemos que cambiar el chip de que somos la barrera. El niño no tiene que adaptarse a los sistemas, si no al revés”, exige la fonoaudióloga Kolodny.

El impacto de la pandemia en los niños autistas

El impacto de la pandemia en los niños autistas

Graciela Ortega forma parte de la organización Padres TEA Formosa. Es mamá de Benjamín de 9 años con un autismo severo diagnosticado desde los 2. Él no habla, su vida se basaba en una rutina combinada entre terapias y escuela hasta que a principios del año pasado con la llegada del coronavirus dicha rutina se vio severamente trastocada, generándole ansiedad y angustia entre otras sensaciones. “Si bien a todos nos afectó la pandemia, a los niños TEA más porque no les gusta estar encerrados, son hiperactivos, necesitan Salir e ir a despejarse a algún lado. Entonces fue un cambio fatal, porque él ya venía con una rutina y la pandemia fue un retroceso total para él”, explica Graciela.

El espectro autista es un estadío del neurodesarrollo, de origen neurobiológico. Es una condición que se lleva toda la vida y que afecta a lo que es la comunicación, lo social y todo lo que tiene que ver con las conductas y la intelectualidad. Se diagnostica a través de un manual estadounidense específico de trastornos y estadísticas, que se llama DSM-5. Situaciones como la de Benjamín se repitieron y se repiten sin parar.

María Soledad Sama Sánchez es licenciada en Psicopedagogía y Estimulación Temprana y profesora de Nivel Inicial. Explicita que el déficit en el desarrollo del lenguaje en un niño acarrea dificultades al resto de las áreas de aprendizaje. Enfatiza en la importancia de dar con un diagnóstico certero a tiempo y en entender que dos niños pueden compartir similares patrones, síntomas o características pero su diagnóstico nunca será idéntico. En el autismo, a diferencia de otras condiciones, se establecen niveles de acuerdo al grado de desarrollo cognitivo alcanzado al momento de su detección.

Sama Sánchez es también acompañante terapéutica, ayuda a los niños con sus tareas escolares e interviene con los docentes cuando los 40 minutos de Zoom que constituyen las clases resultan insuficientes. “La mayor parte de los padres prefieren venir a terapias presenciales, porque es lo único que tienen de esta forma, ya que no tienen, por lo menos en provincia de Buenos Aires, la escuela. Personalmente, prefiero la presencialidad porque de forma virtual, hay muchos niños que no tienen Zoom, entonces se hace muy complicado hacer terapia por videollamada”, dice.

“Todo lo que tiene que ver con la socialización de los chicos con TEA se da en las escuelas», dice Jalik.

La consultora Acción e Inclusión surgió en el año 2016 como un soporte para padres con chicos con discapacidades que busca ser un complemento a las diversas terapias. Una de sus fundadoras es Jennifer Jalik, quien de alguna manera pudo plasmar su propia vivencia en este proyecto. Ella es coach, pero por sobre todo es mamá de Alan, un adolescente de 16 años que convive con TEA. Brinda talleres a padres y a escuelas, además de escribir libros como Qué le pasa a este niño y trabajar en lo que define como “Marketing Inclusivo” con diversas empresas. Explica que la pandemia, en su caso, vino a entorpecer el proceso de autonomía que Alan estaba transitando y en el cual el ir a la escuela y la socialización con sus pares que allí se daba es un aspecto determinante. 

En este sentido aclara que “todo lo que tiene que ver con la socialización de los chicos con TEA se da en las escuelas. Un parque no es un lugar donde cualquier chico puede estar. Porque hay demasiados estímulos, demasiada gente, porque es muy abierto, mucho ruido, hay animales, situaciones que hacen que se desregularicen. Todo lo social se desarrolla en un ámbito preparado para este desarrollo. Y el haber extendido tanto el tiempo para que puedan volver a estar en este ámbito obviamente afectó su calidad de vida muchísimo”, asegura.

El factor de incertidumbre sobre el futuro inmediato es algo que perturba profundamente a los jóvenes TEA. La gran mayoría de los casos que llegan a los consultorios psicopedagógicos en esta nueva etapa de apertura se ven impulsados por la ansiedad que les genera no poder mantener una rutina que los ordene y les marque una perspectiva temporal. Observan el mundo de una forma mucho más absorbente y amplificada en cuanto a lo emocional.

Jennifer ejemplifica esto mediante una de sus vivencias: “Alan rompió su celular, lo revoleó. Le preguntamos por qué lo había hecho y nos dijo: ‘Porque me aburrí de todo lo virtual. A mis amigos los quiero ver. No quiero más chatear’. Y lo rompió, sin registro de que cuesta plata. La forma que tiene de decirlo, en el caso de Alan tiene lenguaje, pero lo puede decir después de haber actuado de un modo que no le fue grato.“

“Alan rompió su celular, lo revoleó. Nos dijo: ‘Porque me aburrí de todo lo virtual», cuenta su mamá.

En el caso de Mila, una niña TEA salteña de 9 años, la virtualidad le trajo más desestabilización que ventajas. Las clases por Zoom le generaron irritabilidad, cansancio y frustración al no poder seguir cierto ritmo. Para su mamá, Lucrecia, la falta de conexión física con sus pares fue crucial en esto, ya que necesita compartir experiencias, juegos y copiar conductas propias de la edad. Lucrecia suelta una sentencia que es rotunda: “Se nota el retraso social, madurativo y emocional de los niños, en general. Siento que todos los chicos, adolescentes e incluso adultos TEA están sufriendo en silencio mucho más, sólo que ellos pueden camuflar socialmente muchas cosas”.

César es un niño TEA de 7 años que reside en CABA. Ida Navarro, su mamá, es de las tantas que celebra la vuelta de la presencialidad en las escuelas. Explica que “él no está preparado para la virtualidad, porque en sí ya se pierde en su mundo, se desorienta, imaginate cuando se tuvo que sentar a escuchar a una persona, no fue lo mismo que cara a cara, fue un caos”. En su casa convive con dos personas de riesgo, aún así, Ida considera que a partir de la vuelta a la institución el progreso que observó fue significativo. Apostaron a llevarlo hasta el último día y considera nociva la idea de volver a la virtualidad, ya que no cuenta con las herramientas pedagógicas para sostener su avance.

La pandemia vino a demostrar diversos colapsos a nivel funcional en distintas áreas del país. Sin querer denostar la importancia sanitaria que tuvo el aislamiento, se observa que en los niños con espectro autista las consecuencias son cruciales y hasta en un punto irreversibles. Todas las madres consultadas convergen en que el retroceso fue desmesurado y que su reparación (si es que aún es posible) costará años de involución vincular y cognitiva.

 

La licenciada Sama Sánchez recomienda que si por alguna razón ven que las terapias virtuales se convierten en un obstáculo para el avance del niño hagan lo posible para continuarlas de manera presencial. Por último enfatiza la importancia de que ellos mismos puedan apoyarse en los terapeutas, que conversen con ellos y se saquen los miedos e incertidumbres, ya que también necesitarán ser escuchados. Todo en pos de trabajar en conjunto, padres, terapeutas y docentes para impulsar el desarrollo de los niños con esta condición y que el discurrir de los efectos que deje esta pandemia sean lo más inocuos posibles.

A clase y sin vacunas

A clase y sin vacunas

En el marco de los debates por el sostenimiento de las clases presenciales en el AMBA, resulta relevante introducir la variable de cantidad de personas vacunadas en un sector que se describe como esencial pero no termina de recibir la protección necesaria para llevar adelante su tarea. ANCCOM dialogó con sindicatos docentes provinciales y cotejó las informaciones registradas, hasta el momento, sobre el plan de vacunación del sector que hace semanas se encuentra en el centro de la agenda mediática. La campaña de vacunación para el personal de la educación iniciada federalmente el 3 de marzo, a partir de la distribución de 492.400 dosis de la vacuna Sinopharm, no parece avanzar de igual modo en todos los distritos. 

El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, confirmó antes de dar comienzo al operativo que el sector educativo asciende a las 1.458.083 personas en la República Argentina. La organización de la vacunación, estipulada por el Consejo Federal de Educación, se divide en cinco etapas: directivos, inspectores, nivel inicial, primer ciclo, educación especial; personal no docente; segundo ciclo del nivel primario; nivel secundario; educación superior. El repaso de la situación en distintos puntos del país ofrece un panorama de la actualidad de un grupo de trabajadores que, pese a su relevancia y lugar central en el debate público de estos tiempos, no parece protegido.

Ciudad de Buenos Aires

La vacunación del personal educativo es un foco de críticas recurrentes de los sindicatos y docentes de CABA. Jorge Adaro, Secretario Adjunto de la Asociación de Docentes de Enseñanza Media y Superior (ADEMYS), señala que las autoridades  iniciaron la campaña con los grupos correspondientes a la primera etapa como corresponde pero “no lo terminaron de completar, y no hubo nunca más una noticia sobre vacunación”. Basándose en los datos oficiales, Adaro afirma que únicamente el 14% de la docencia de la Ciudad está vacunada. El gobierno porteño ofrece en su página web  estadísticas actualizadas de la vacunación, en las que el personal docente se enmarca bajo la categoría de “personal estratégico”: por el momento, son 15.752 los educadores inmunizados con la primera dosis (el 34,36% de los empadronados del sector para vacunarse). Fuentes del ministerio de Educación confirman que la comunidad educativa en la Capital ronda las 110 mil personas. Es decir, el 41,67% se encuentra inscripto y solo un 14,32% fue inoculado.

La reprobación hacia el manejo de la inmunización para los docentes es compartida por Wenceslao Costa Díaz, maestro en la escuela Blas Parera de Palermo: “La campaña de vacunación es rara, no tenemos información. A mis compañeros les fueron avisando de golpe que tenían que vacunarse. Pero después hubo un parate, dejaron de vacunar”. A esta falta de avances se suma el descontento por el nulo trabajo de acondicionamiento en las escuelas públicas y la escasez de insumos sanitarios tales como termómetros, tótems de alcohol y máscaras. “Hablan mucho de la presencialidad pero no se mueven para vacunarnos, ni para que las escuelas estén mejor. En todo el año pasado no se hizo nada”, remarca Costa Díaz, quien sigue esperando su primera dosis al ser docente de séptimo grado.

“Hablan mucho de la presencialidad pero no se mueven para vacunarnos», subraya Costa Díaz, maestro porteño.

Provincia de Buenos Aires

El distrito más poblado del país cuenta con números que superan la media en la inmunización de docentes. Elisa Semino, Secretaria de Comunicación del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) declara que “la campaña de vacunación está avanzando muy bien”. Nicolás Riedel, docente en San Miguel, destaca la puntualidad y el trato en los centros de vacunación –recibió la primera dosis de Sinopharm, al igual que un 30% de sus compañeros–. Sin embargo, considera que el manejo del gobierno provincial fue “bastante improvisado” e identifica como origen de la inmunización la falta de aprobación de Sinopharm para ser aplicada a mayores de 60 años: “en cuanto las habilitaron, la campaña de docentes se detuvo y todavía no se reinició”. En diálogo con ANCCOM el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, informó que el porcentaje de docentes vacunados en la provincia es del 53%. Según datos proporcionados por el Ministerio de Educación de la Nación, son 213.371 educadores vacunados sobre un universo de 401.875. Se trata de un asunto tomado con importancia por el distrito de Buenos Aires en el que, como resalta Santamaría, “los chicos tienen más burbujas y circulan más, lo cual dificulta el aislamiento necesario”. Por su parte, el docente Nicolás Riedel advierte sobre las implicancias de la llegada del invierno: “No considero a las aulas un lugar seguro. Más allá de los protocolos, es mucho tiempo de corrido con los alumnos en un mismo recinto que muchas veces no está bien ventilado”. Semino, de SUTEBA, concuerda: “Los docentes están expuestos a tratar con grupos rotativos y burbujas que, a su vez, están en contacto estrecho con diferentes familias y miembros de la comunidad”.

 

Santa Fe

Los números alcanzados en este distrito en materia de inmunización de la comunidad educativa dan cuenta de una campaña que se ha mantenido constante en el tiempo. El 5 de abril, la ministra de Salud provincial Sonia Martorano había declarado que todas las personas abarcadas por las primeras tres etapas –60 mil aproximadamente– recibieron su primera dosis. Como resultado, próximamente los docentes de escuelas secundarias y universidades comenzarían a ser inoculados. La información brindada por la titular de la cartera sanitaria es corroborada por Sonia Alesso, Secretaria General de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (AMSAFE). “La campaña se hizo en toda la provincia con mucho éxito, cuidado y eficacia. Actualmente está llegando al 90% del sistema educativo”, destacó. Según datos oficiales, el personal docente de Santa Fe cuenta con un total de 88.419 personas vacunadas, lo que representa el 81, 61% del personal de la educación está inoculado.

Mendoza solo vacunó al 25% de los docentes.

Mendoza

La Dirección General de Escuelas le comunicó a este medio que 52 mil docentes y ocho mil celadores conforman el personal de la educación en Mendoza. A partir de lo establecido por el Consejo Federal de Educación, el primer grupo (compuesto por 15.500 personas, el 25,83% del total) fue vacunado, y la provincia aguarda la llegada de dosis para continuar con el operativo. Desde el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) la cantidad de educadores inmunizados es considerada “ínfima”, y desmienten la información oficial: “Solo se completó la primera dosis para directivos y Nivel Inicial, y una parte del primer ciclo del Nivel Primario”. El gremio docente expresa su disconformidad respecto al detenimiento de la campaña de vacunación y la falta de información, y denuncia que “los celadores, que son quienes más expuestos están, fueron excluidos de la primera etapa”.

Córdoba

Según datos obtenidos del Ministerio de Educación cordobés, aproximadamente 80 mil docentes están inscriptos en el registro para recibir la inmunización, de los cuales el 40% (correspondientes a la primera etapa de vacunación) han sido efectivamente inoculados. Las estadísticas dadas a conocer recientemente por el ministro Educación de la Nación, Nicolás Trotta, que recopilan la información proporcionada por los gobiernos provinciales, muestran que más de 12 mil educadores no se encuentran anotados: de un total de 92.259 docentes, 33.972 se encuentran inmunizados, lo que reduce la proporción de vacunados al 36,82%. Miembros de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) coinciden con los datos numéricos, pero manifiestan su descontento con el progreso actual de la campaña: “Viene muy lento, porque son pocas las dosis y no alcanzan a cubrir la demanda del sector”.

Tucumán

Al igual que en el caso cordobés, el Ministerio de Educación de Tucumán informa un padrón de 31.500 docentes registrados, menor al total de 41.828 trabajadores que exponen los datos proporcionados por el ministerio de Educación de la Nación (https://chequeado.com/wp-content/uploads/2021/04/WhatsApp-Image-2021-04-28-at-23.16.50.jpeg). Coinciden, sin embargo, en la cantidad de inmunizados: 10 mil docentes, que representan el 31,74% de los inscriptos y el 23,9% del sector. La ministra de Salud Rossana Chahla anunció que el 3 de mayo dio inicio a la aplicación de las segundas dosis para concluir con la primera etapa de vacunación del colectivo docente tucumano.

La Pampa ya vacunó a más del 31 por ciento de los docentes.

San Luis

El Secretario General de la Asociación Sanluiseña de Docentes Estatales (ASDE), Daniel Gozainy, resalta que “la provincia viene con un ritmo ordenado y acelerado de vacunación”, con cerca de ocho mil trabajadores de la educación puntanos que recibieron la primera dosis de la vacuna Sinopharm y comenzaron a recibir la segunda a partir del 29 de abril. Las estadísticas enviadas por las autoridades provinciales a Nación coinciden con lo anunciado por Gozainy: son 7.949 los docentes vacunados en San Luis, lo que supone el 49,22% del total de un personal educativo conformado por 16.151 personas.

La Pampa

En el último reporte publicado por el gobierno provincial se especifica que un total de 3.698 docentes pampeanos accedieron a la vacuna, de los cuales 3.021 únicamente recibieron la primera dosis. Dado que el total de inscriptos del sector es de 11.703, el segmento de inoculados es del 31,59%. El secretario de Salud Laboral de la Unión de Trabajadores de la Educación de La Pampa (UTELPa), Darío Muñoz, destaca la aplicación ágil de las vacunas a partir de su llegada al distrito pero advierte que un grupo de docentes en actividad aún no se ha inscrito para la inmunización: según esta estimación, por lo menos 5.200 educadores restarían anotarse. Además, aclara que la primera etapa sigue en curso: “Los directivos y la conducción de las diferentes escuelas están en su mayoría vacunados, no así los que están en las aulas”.

Neuquén

Desde el Ministerio de Salud provincial se informa que “la población objetivo estimada del personal de educación es de 33.860 docentes” (número que incluye a todos los niveles), mientras que “la cantidad vacunada con la primera dosis es de 4.668”, esto es, el 13,78%. La Secretaria Adjunta de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN Provincial), Susana Delarriva, agrega que aproximadamente 23.500 del total corresponden al sistema educativo público, de los cuales cerca de seis mil aún no se han inscripto. Si bien el sindicato contempla el criterio proporcional de distribución de las dosis y la prioridad que deben tener las personas en situación de riesgo, Delarriva comenta que le han pedido al gobierno que considere al sector educativo. Próximamente se reunirán con las autoridades de la cartera educativa provincial para debatir la cuestión.

Río Negro

Patricia Ponce, Secretaria Gremial y de Organización de la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (UnTER), denuncia la existencia de desigualdades en la distribución de vacunas en la provincia: “Hay zonas con docentes que ya recibieron la segunda dosis, mientras que en otras todavía aguardan por la primera”. Desde el sindicato se le exige al Ministerio de Educación un cronograma de vacunación preciso para quienes aún no fueron inmunizados. En cuanto a datos, Ponce declara que aproximadamente son 24 mil docentes en la provincia, de los cuales 5.905 (24,6%) recibieron la vacuna.

Tierra del Fuego

El proceso de inmunización de la comunidad educativa fueguina se inauguró recién en la semana del 26 de abril, según informa el Secretario Gremial del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Tierra del Fuego (SUTEF), Julio Beriau. “Antes hubo algunos docentes vacunados por ser población de riesgo, pero ahora empezó la vacunación específica para el sector con los que tienen más de 45 años”, agrega. Por el momento, el porcentaje de educadores inmunizados en esta provincia es el más bajo en todo el país. Las 664 vacunas aplicadas que revelan los datos oficiales representan el 9,22% de un grupo que, según estimaciones del SUTEF, comprende a 7.200 trabajadores.

Santiago del Estero

En abierta oposición a la información suministrada por el gobierno santiagueño, el Secretario General del Círculo de Docentes de Enseñanza Media y Superior (CISADEMS), Darío Toledo, denuncia el hermetismo informativo respecto a la vacunación del personal docente: “El Consejo General de Educación está intervenido desde 2016, el poder está muy concentrado y obtener datos oficiales reales es difícil”, dice. El gremialista indica que la cantidad de educadores vacunados en la provincia, según el gobernador Gerardo Zamora, no es cierta e ilustra el manejo del gobierno con lo ocurrido en una ciudad: “Empezaron a vacunar en el departamento de Choya y se olvidaron de la Escuela N°30, y después aparecieron casos de Covid”. Según los números oficiales, 14.434 trabajadores de la educación, que representan el 38,62% de los 37.373 docentes totales, están inmunizados.

Formosa

“La información acá la conseguimos a través del intercambio con nuestros delegados, ni siquiera los gremios oficialistas se toman el trabajo de exponerlas”, cuenta Sebastián Patitucci, Secretario de Prensa del Gremio de Docentes Autoconvocados de Formosa. En el marco de una campaña organizada con un criterio que prioriza los lugares de mayor contagio y en la cual los docentes acceden a la aplicación de las dosis principalmente según el grupo etario que se esté vacunando, Patitucci acusa “errores y selecciones sospechosas” en la convocatoria para la inmunización en las escuelas. “En el colegio Gobernador Juan José Silva la dirección del nivel secundario hizo un filtrado de las listas y sacaron a un montón de gente arbitrariamente”, amplía. Según los datos presentados por la cartera comandada por Trotta, 8.793 docentes formoseños de 22.278 (el 39,47%) fueron vacunados.

En base a los números provenientes de Nación se advierte que 3.878 maestros chubutenses (22,15% de 17.506) y 1.840 santacruceños (20,65% de 8.910) fueron inoculados en la Patagonia. La provincia de San Juan es la que vacunó al mayor porcentaje de docentes en todo el país detrás de Santa Fe, con 13.286 inmunizados de 23.880, es decir, el 55,56%. En la región del Litoral, Entre Ríos vacunó a nueve mil docentes de 47.891 (18,79%); Corrientes inoculó a 9.231 educadores de 36.201 (25,50%); Misiones inmunizó a 17.984 maestros de 43.482 (41,36%); 17.144 docentes chaqueños de 39.637 tuvieron acceso a la vacuna (43,25%). En el noroeste argentino 4.120 docentes riojanos de 13.834 (29,78%) han sido vacunados, y lo propio ocurrió con 2.536 catamarqueños (de 16.298 personas, el 15,56%) y 16.373 salteños (de 40.199, el 40,73%). El gobierno de Jujuy es el único que no reveló dato alguno acerca del progreso de la campaña de vacunación, aunque sí se conoce la cantidad de trabajadores que conforman el sector educativo en la provincia: 22.857.

En medio de la contienda por las clases presenciales, el número creciente de casos de coronavirus y la discusión acerca de la efectividad de los protocolos, pasa inadvertido el problema de la inmunización: los datos del ministerio de Educación de la Nación indican que el 59,25% de los educadores restan ser inoculados. En un contexto de cambios constantes, la tendencia general, reflejada por las estadísticas, muestra que la vacunación docente no parece ser prioritaria en muchas provincias.

Piden amparo para los padres que cuestionan la presencialidad en las aulas

“Obligar a las familias para que sus hijos concurran de manera presencial es ponerlos en una disyuntiva entre el derecho a la educación y el derecho a la salud y la vida”, resume Carolina Fabrizio. La integrante del colectivo “Familias por la Salud Colectiva” presentó ante la justicia porteña un amparo contra el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para que los y las estudiantes no tuvieran la obligación de asistir presencialmente a las aulas y que las instituciones educativas garanticen el acceso a la educación por vía remota.

El reclamo fue presentado por el abogado Hernan Mirasole, integrante de la Asociacion Civil Nace un Derecho, en el juzgado Contencioso Administrativo y Tributario N° 13, Secretaría N° 26, a cargo del juez Guillermo Scheibler. El 5 de abril, el magistrado firmó un acta e intimó al Ministerio de Educación de la Ciudad a presentar, en los próximos 5 días, un informe para saber si tienen un proyecto alternativo en el protocolo para el inicio de las clases presenciales del 2021.

“Así no se puede”

Desde el colectivo explican que es inviable continuar con la presencialidad debido a cuestiones de infraestructura en las instituciones educativas, la poca seguridad de las “burbujas educativas”, la falta de insumos tanto para docentes como para personal de limpieza, la falta de ventilación, las pocas posibilidades de cumplir el protocolo en el caso del transporte público, sanitarios en condiciones precarias, problemas en la aplicación del protocolo en los niñas y niños de jardín de infantes, falta de previsiones para la llegada del invierno, personal docente y de limpieza que no fue vacunado en su totalidad y fallos en los termómetros digitales para tomar la temperatura.

“Esta no es una opinión antojadiza y nos hemos comunicado con expertos en salud, educación, psicología y psicopedagogía” argumenta Patricia Losada, una de las integrantes del colectivo. Este grupo de familiares alega que no están en contra de la presencialidad, siempre y cuando el número de contagios se mantenga en niveles reducidos, y consideran que está en cada padre, madre o tutor o tutora llevar o no a sus hijos o hijas a las aulas, pero piden a las autoridades locales que se abra una vía para que sus niños y niñas puedan cursar de forma remota. “Nos estamos basando en lo que hacen los países limítrofes. En Uruguay y Paraguay se suspendieron y en Chile y Brasil se está pidiendo lo mismo, es decir no es nada extravagante nuestro planteo”, destaca Mirasole.

 ¿Todos de acuerdo?

A pesar de las diferencias políticas, tanto CABA como Nación acordaron continuar con la presencialidad en las aulas, a las que consideran un espacio de pocos contagios, a pesar de su aumento en el país durante las últimas semanas con un pico que superó los 22.000 contagios diarios. Hace unas semanas, la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, en un programa de televisión planteó la idea de flexibilizar aspectos del protocolo: “Hemos decidido flexibilizar algunos aspectos de los protocolos para que permitan que la organización de la escuela no complique la organización familiar”, señaló la funcionaria. Luego de esa declaración, ANCCOM se comunicó con fuentes del Ministerio de Educación porteño donde desmintieron cualquier iniciativa de flexibilización y aclararon “que el protocolo es bastante claro en los procesos ante un caso sospechoso”. Además, resaltan desde el Ministerio, “la escuela con protocolos no es un lugar donde se reproduzcan los contagios”.

Según datos brindados por el ministerio porteño, durante el primer mes de presencialidad se han reportado más de 1200 casos. Un 60% de los contagiados es personal docente y fueron aisladas más de 400 burbujas escolares. “Hay una idea de que los niños contagian en un porcentaje menor, pero no es así. Se enferman, en menor cuantía pero se enferman. Para las familia no pasa por un número, pasa por personas”, consideró Losada.

 Veníamos mal

Una de las críticas que más resalta este colectivo es la deficiencia en materia de infraestructura de las instituciones educativas. Los familiares consideran que esto no es una cuestión que se inició en la pandemia sino que ocurre desde hace años: “Venimos de colegios, que previo a la pandemia, tenían deficiencias. Escuelas donde se cortan la luz, el agua, donde las cooperadoras deben comprar los elementos básicos de higiene. ¿Imaginate en una pandemia? Estos elementos deberían abundar, pero en verdad no están”, explica Fabrizio. También siguiendo esta línea, Losada, que tiene nietos y nietas que concurren a escuelas públicas y privadas, señaló la poca coordinación entre el Ministerio y las instituciones educativas para la aplicación del protocolo: “Se delegó, a los docentes, la implementación y la instrumentación de las medidas y resoluciones”. Según ella, “quienes deberían estar en cabeza de la organización e implementación de los protocolos son las autoridades que han dispuesto este despropósito”. Los padres y madres también destacan que muchas instituciones no cumplen con las distancias entre alumnos y alumnas dentro de las aulas; según el protocolo de la Ciudad entre cada chico y chica debe haber por lo menos un metro y medio de distancia.

Con respecto al transporte, el gobierno de CABA lanzó el programa Primero la escuela. Desde el colectivo señalan que esta idea es absurda debido a las condiciones de hacinamiento en las que se viaja en transporte público y el potencial peligro que esto conlleva: “Cabe destacar que esto se realiza en virtud de la preservación de la comunidad, teniendo en cuenta la imposibilidad del cumplimiento de protocolos, en especial en el transporte público, donde se viaja hacinado. Esto es un efecto dominó, que va a terminar perjudicando a la comunidad y es lo que estamos tratando de evitar desde el inicio de esta desgraciada pandemia”, señala Losada.

 

No comunicación

La ministra de Educación porteña, en la entrevista mencionada, señaló que se comunican con los diferentes grupos de padres y madres a través de encuestas. En este sentido, desde el colectivo Familias por la Salud Colectiva aseguran: “Lamentablemente esto no ha sido así. Lo único que hay son instancias coercitivas para obligar a los padres y madres a llevar a sus hijos e hijas a las aulas. En verdad no estamos en contra de la educación, solo estamos en contra de la presencialidad obligatoria”, indicó Mirasole, para quien debe desterrarse el planteo de que este amparo es de un partido político en especial: “Hay una idea de algunos sectores de llevar esto al terreno partidario, con la idea de un ‘nosotros somos los que bancamos la educación porque bancamos la presencialidad y los que no quieren estudiar son de otros partidos’. Dentro del colectivo hay familiares de todos los partidos políticos. Lo único que pedimos es que haya una opción para cursar de forma remota o que se cumplan de manera efectiva los planteos del protocolo”.

Por último, desde el colectivo advierten que distintos padres y madres han sido hostigados verbalmente con la pérdida de vacantes, la regularidad e incluso con la intervención del Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescente para que lleven a sus hijos e hijas de manera presencial a las aulas. En este caso, los integrantes apuntan al gobierno porteño de ejercer presión a las instituciones para que se mantenga la obligatoriedad. Uno de los casos estos casos fue el de Lucía, una madre que es paciente de riesgo y que tuvo que enviar a sus hijos a la escuela: “Me advirtieron de que si no enviaba a mis hijos a la escuela después no podría incorporarlos en otro momento del año”. También destacó: “Hay un montón de compañeros y compañeras de mis hijos que tienen problemas respiratorios, pero al no ser un asma severo no los cuentan como pacientes de riesgo. Pero todos sabemos que un pibe o piba que tiene problemas respiratorios, por más que no sean severos, es potencial pacientes de riesgo. Esto para nuestros niños y niñas es enviarlos al matadero”. Mirasole agrega:“Los padres están muy preocupados y angustiados, porque tienen miedo a perder la vacante; por eso están pidiendo que se garantice la virtualidad tanto para los que se encuentran eximidos, según el protocolo, como para aquellos que no aceptan la presencialidad”.

Desde el Ministerio de Educación porteño señalan que las ausencias de alumnos en las aulas por el aumento de contagio “no son significativas” y que las instituciones educativas, por el momento, “no han reportado nada al respecto”.

Durante las últimas semanas, se advirtió un incremento en la tasa de contagiosidad a 1.4 en  la escala del índice R, que indica la intensidad de una enfermedad, en niños y niñas de 0 a 18 años. ANCCOM se comunicó con Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, quien explicó: “La tasa de contagiosidad aumentó en todos los rangos etarios que van desde los 0 hasta los 65 años. Eso no ocurrió con los de más de 70 años, producto de la vacunación. El crecimiento se debe al aumento de la circulación y la movilidad. En este contexto, los chicos se mueven más, viajan en transporte público y hacen otras actividades de contacto que los expone más”.

Sued consideró que si los protocolos se respetaran, no debería haber contagio. Para reducir la contagiosidad, los colegios “deben estar ventilados, debe mantenerse la distancia y el barbijo puesto. Si se hace así, no hay por qué preocuparse”. En contraparte, “si no hay ventilación o se amontonan, es claro que va a ver un aumento en la transmisión”.

 

«Los docentes estábamos preparados, los edificios no»

«Los docentes estábamos preparados, los edificios no»

Estudiantes, docentes y directivos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires regresaron presencialmente a las aulas después de un año de virtualidad escolar. Según las cifras del gobierno porteño, el miércoles 17 de febrero se abrieron 739 establecimientos de nivel inicial, 886 escuelas primarias y 492 secundarias que suman 370.493 estudiantes sobre un total de la matrícula de 785.152. Sin embargo, al comenzar las clases cientos de imágenes circularon en los medios de comunicación y en las redes sociales mostrando el incumplimiento de medidas básicas de higiene. A esto se le suma los resultados del informe sobre los protocolos escolares realizado en el Observatorio del Derecho a la Ciudad por el Presidente de la organización Jonatan Baldiviezo, en colaboración con la ingeniera María Eva Koutsovitis y el investigador y periodista Alejandro Volkind.

Tras comenzar las clases y durante una conferencia de prensa, Horacio Rodríguez Larreta confirmó la vuelta de la presencialidad escolar como una meta cumplida: “Estábamos convencidos de la necesidad de que los alumnos volvieran a las clases en forma presencial y cuidada. Por eso a principios de noviembre del año pasado asumimos el compromiso y hoy lo cumplimos”. Pero el escenario fue distinto cuando los estudiantes regresaron a las aulas. En conversación con Télam, gremios docentes como UTE y Ademys, así como madres y padres de los alumnos señalaron que la vuelta a las instituciones fue desorganizado y se notó la falta de elementos de higiene y obras de infraestructura sin terminar. La escena contrasta con las millonarias contrataciones que, sin licitación pública, realizó el Ministerio de Educación porteño con cuatro empresas de limpieza, a las que les otorgó casi $1.000 millones de pesos en los últimos seis meses para la vuelta a las clases presenciales.

La coordinadora de la cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA, María Eva Koutsovitis, diálogo con ANCCOM sobre el retorno de las clases y las contrataciones que hizo el GCBA: “Acá podemos ver la falta de insumos escolares y la precariedad de los colegios, a la par de los negocios que realiza el Jefe de Gobierno”.

El 66% de las aulas no cuenta con ventilación cruzada y sólo el 32% de los bancos son individuales.

Según el informe realizado por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, el 5 de septiembre del 2020, el Gobierno porteño realizó contratos con empresas de limpieza por 1.000 millones de pesos y compró insumos por 50 millones para adquirir servicios de provisión e instalación de dispensadores de jabón líquido, papel higiénico y de refuerzo de personal para desinfectar los espacios. “Estas contrataciones fueron prorrogadas en diciembre por dos meses –añade la ingeniea-, lo que implicó un nuevo desembolso de más de 300 millones de pesos, lo que da un total de más de 1.000 millones de pesos otorgados a estas cuatro empresas de limpieza. A esto se le suma las contrataciones directas para adquirir alcohol en gel, máscaras de protección facial, termómetros corporales a distancia, tapetes sanitizantes, guantes y pulverizadores”. Entre las empresas contratadas directamente se destaca Marketing Dimension SA, que ya había sido elegida por el gobierno porteño para brindar el servicio de producción del evento “Buenos Aires Playa 2019”.

Cabe recordar que a fines del 2020 la legislatura porteña sancionó la Ley de Compre Social que beneficia a las organizaciones populares. “Este decreto -explica Koutsovitis- fomenta el trabajo de las cooperativas y de la economía popular a través de las compras que realiza el Estado. Por lo tanto, estos arreglos eran una gran oportunidad”.

La vuelta presencial también dejó en evidencia la falta de inversión en infraestructura escolar: según el análisis presupuestario realizado a principio de año por los equipos de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el rubro educativo pasó de percibir, en 2015, un 23,1% del total de los gastos proyectados por el Ejecutivo a un 19,4% durante este año. Además, el gremio realizó un relevamiento en más de 600 establecimientos educativos donde evidenció que el 66% de las aulas no cuenta con ventilación cruzada y sólo el 32% de los bancos son individuales. A estos datos, la especialista agrega que “el 60% de los establecimientos tiene un único ingreso y en más del 70% las instalaciones sanitarias son inadecuadas. Hay casos muy emblemáticos, como la escuela N° 19 del barrio Ramón Carrillo, que cuando inició el retorno a la escuela se encontraba sin agua corriente”.

“Vemos falta de insumos escolares y precariedad de los colegios, a la par de los negocios del Gobierno”, dice Koutsovitis.

Como plan de lucha, en las escuelas se conformaron comités de seguimiento integrados por los distintos actores de la comunidad que corroboraron que no estaban dadas las condiciones sanitarias para un retorno seguro. Desde UTE detallaron: «Como lo veníamos sosteniendo, no era posible el eslogan de Larreta: ‘Todos los días, todos los chicos, todas las horas’. Por eso ante el desapego del Gobierno por las normas de cuidado, quienes hacemos posible la educación nos pusimos al hombro en cada escuela esa tarea de protección de estudiantes, docentes y familias. Estuvimos presentes en este inicio de clases garantizando la entrega de alimentos, haciéndonos cargo con nuestros propios ingresos de la conectividad y las clases virtuales. En síntesis: los docentes estábamos listos, los edificios escolares, no».

En las primeras semanas, el último informe difundido por los centros de testeo a docentes de escuelas públicas y privadas da cuenta de 304 casos positivos. En este contexto, Koutsovitis considera fundamental que el gobierno porteño realice un relevamiento detallado de la infraestructura escolar: “Necesitamos que transparente la información y que, de manera consensuada con el conjunto de la comunidad educativa, lleve adelante un programa de adecuación y construcción de nuevos establecimientos garantizando adecuadas instalaciones en los ingresos y egresos con ventilación, bancos individuales en las aulas, señalética adecuada. También se debe asegurar al conjunto de estudiantes y docentes conectividad y equipamiento electrónico adecuados”.