“A cada paso que das, se levanta una barrera”

“A cada paso que das, se levanta una barrera”

Natalia Vinelli, docente y una de las fundadoras de Barricada TV, conversó con ANCCOM sobre su último libro: “La televisión alternativa en la transición digital. Las experiencias de Argentina y Chile” una investigación que debate los desafíos de los canales comunitarios en la actualidad. ¿Qué panorama se avecina para los medios alternativos?

Natalia Vinelli tiene una amplia trayectoria en los medios. Es periodista, comunicadora social, docente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), una de las fundadoras del canal comunitario Barricada TV, investigadora y autora de libros como Ancla: una experiencia de comunicación clandestina y Comunicación popular y alternativa, entre otros. Su último libro La televisión alternativa en la transición digital es la tesis de su doctorado en Ciencias Sociales, una de las primeras en ser defendida de manera virtual. También es militante del Frente Patria Grande, liderado por el abogado Juan Grabois, y forma parte del Ente Nacional de Comunicaciones desde el año 2020: “Trabajar en la gestión pública sigue siendo parte de la militancia, porque lo que a mí me preocupa centralmente es que la política pública llegue a donde tiene que llegar para no perderse en el camino”, explica. 

Ambas experiencias, tanto en Barricada TV como en el ENACOM, construyeron la perspectiva que orienta la investigación. La autora compara las experiencias chilenas y argentinas para reflexionar acerca de nuevas políticas públicas que establezcan un escenario más democrático para los medios. Para eso, destaca la necesidad de un Estado responsable por estas regulaciones. 

 

¿Cuánto tiempo te llevó la investigación?

Me llevó muchísimo tiempo, aunque ya había trabajado unos cuatro años sobre televisión alternativa en la maestría. Me parece importante decir que es la tesis de doctorado. En un contexto donde todo un sector de la sociedad y dirigentes políticos cuestionan la educación pública, siempre es fundamental destacar que fue la que me permitió investigar y formarme. Esta investigación es parte de esa historia. El libro en su conjunto es el resultado de una reflexión sobre mi práctica como parte integrante de un canal de televisión alternativo, popular y comunitario que es Barricada TV. La experiencia me llevó a cuestionarme muchos temas vinculados al funcionamiento del canal, lo cual me pareció que podía ponerlo en común, ver qué pasaba en otros canales para que toda la investigación funcione como insumo para tomar decisiones sobre la gestión de los propios canales y también para pensar políticas públicas.

 

¿Qué obstáculos atraviesan hoy estos canales?

Hay de todo tipo. El primero tiene que ver con la cantidad de años en los cuales se fue llevando adelante las experiencias de televisión sin licencia, la cual te permite acceder a fuentes de financiamiento y a otras cuestiones vinculadas a la gestión. Este atraso de tantos años, desde la transición democrática hasta acá, genera una desigualdad en el punto de partida para los medios populares que es indiscutible. La segunda es que para poder jugar un juego, primero tenés que emparejar la cancha. Nos venimos encontrando con radios y canales que una vez legalizados se encuentran con un montón de barreras en el sistema. Por ejemplo, PARES TV es un canal que hizo todo su vínculo con la comunidad a partir de la transmisión del fútbol. Seguían a Flandria, uno de los equipos de fútbol de Luján. TS Sport, les manda una carta documento para que no sigan transmitiendo los partidos de fútbol porque ellos son “los dueños de los derechos”. Otra cuestión: en la ciudad de Buenos Aires, el 70% de la población mira televisión a través del cable. El vivo, que es lo que más se sigue viendo, no se mira a través de la televisión de aire. Todas las estadísticas demuestran que se miran por cable. Sin embargo, las cableras tienen la obligación de levantar a los canales comunitarios en su área de cobertura de manera gratuita. Nunca cumplieron con la normativa. Como canal, seguís transmitiendo para el pequeño porcentaje que sigue mirando televisión por aire, digital, pero por aire. ¿Qué quiero decir con esto? Que son detalles. A cada paso que das, se levanta una barrera. Y en definitiva, la pregunta sería ¿Por qué? ¿Qué puede joder que PARES TV transmita Flandria? Bueno, evidentemente jode. Cuando vos del otro lado tenés medios que son hiperconcentrados suceden estas cosas. No dejan nada librado al azar y tienen un control absoluto de lo que pasa.

Solemos consumir más canales de cable, incluso cuando existen canales de aire con mejor contenido ¿Por qué?

Los canales de aires son mejores. El problema es que tenés muchísimos canales de cable, más de 300, y un puñado de canales de aire. Entonces, ¿compite o no compite? Además, aunque tengas las dos opciones no es una tecnología que se haya instalado masivamente entre los televidentes. Mucha gente no sabe que se puede combinar entre los canales de cable y de aire. Todo eso dificulta un contexto en el cual la televisión digital durante el macrismo se desfinanció y no recuperó los niveles de desarrollo que tenía en los años previos. Hay una serie de elementos que tienen que ver con la forma en la cual nos comportamos al consumir medios de comunicación que entorpecen el encuentro con sus audiencias. En algún punto hay un gran avance en términos de profesionalización y sostenibilidad. Se encontró la manera de generar medios que a su vez sean una salida laboral y profesional para sus propios integrantes, pero aún con esas ventajas, se complica su funcionamiento. Me parece que ahí está la discusión central. Cuando mirás el sistema de medios, se puede medir la democratización de la sociedad.

 

Teniendo en cuenta tantos casos latinoamericanos sobre televisión alternativa, es casi irónico que las personas no se encuentren con estos espacios tan accesibles…

No se construyen audiencias de un día para el otro. Pero, si miras para atrás, los medios comunitarios siguen estando, existen, persisten y siguen creciendo. Todavía hay que seguir construyendo el camino a la masividad, derribando todas las barreras que sean necesarias para eso. Pero, a la vez, creo que la función del canal comunitario en su propio entorno sigue siendo muy importante. Porque en definitiva la gente que lleva adelante estos medios son aquellos que se acercan a participar, a militar. Los que se suman son constantes. Lo que pasa es que es mucho más largo el trecho que hay que caminar para igualar esa cancha. La clave en todo esto es que esa base social pueda seguir luchando por sus conquistas junto a normativas que se encarguen de igualar estas condiciones. 

 

¿Se puede pensar en el desarrollo digital como una ayuda para impulsar estos canales?

Es interesante porque yo me acuerdo que FM La Tribu, que está al aire hace más de 30 años, hizo un programa especial por el 2001 al año siguiente. Era un podcast. Las radios comunitarias vienen haciendo podcast desde el año cero. Cuando empezamos a transmitir con Barricada TV veíamos que nadie se conectaba a lo analógico, que ya lo digital iba avanzando, por lo que empezamos a salir con streaming antes que Netflix se volviera masivo. En esa búsqueda de poder hacer circular nuestros contenidos, fuimos explorando un montón de formas. La experiencia, la posibilidad y el ejercicio está, lo que no se puede hacer es separarlo de las condiciones de producción. Vos te metés a internet y pareciera que todo es libre, pero el algoritmo te pone primero determinadas cosas. Eso es porque hay una transnacionalización de por medio. Es un lugar muy diferente. ¿Cómo hacés para instalarte y funcionar en el sistema de medios con una lógica que no es capitalista, sino de cooperación, colaboración, y de solidaridad?

 

Si mirás el sistema de medios, podés medir la democratización de la sociedad.

Natalia Vinelli

¿Cómo ves el panorama de ahora en más?

El escenario que se abre para los medios comunitarios es de muchísima incertidumbre. Las declaraciones que han hecho quienes son parte de la fuerza política de Javier Milei en torno a los medios públicos enciende una alarma. Esto no es algo nuevo. Vamos a tener que estar en estado de permanente movilización. En estos momentos las organizaciones de medios comunitarios, el sindicato de prensa y los distintos sectores de la comunicación estamos discutiendo sobre cuál va a ser nuestra agenda.

 

A la hora de no retroceder con todo lo logrado, ¿qué va a ser primordial?

Como punto de partida, la defensa de lo conquistado hasta la actualidad. Todo lo que tenga que ver con el sostenimiento de medios, con su financiamiento y con las condiciones de posibilidad para poder seguir desarrollándose con alguna oportunidad en el sistema de medios: como los fondos de fomento de concursos del Fomeca, todo lo relativo en torno a las legalizaciones y las licencias obtenidas por radios y canales de televisión. También, la defensa de la pauta, la cual no tiene una ley, pero fue parte de la conformación de resoluciones que permiten a los medios comunitarios poder aplicar a la pauta oficial.

 

En un contexto donde representan un “gasto”, ¿por qué son tan importantes los medios públicos y comunitarios?

Tienen una función muy importante para la pluralidad de voces. Dejar todo librado a la ley de la oferta y la demanda permite que solo las voces dominantes pongan en circulación sus ideas y sus discursos. Es lo que sucede con los medios masivos, privados y comerciales centralizados en Buenos Aires. Los medios alternativos tienen que dar vuelta esta mirada porteña sobre las realidades provinciales y regionales para poner en circulación perspectivas que están vinculadas a sus propias comunidades y a otras miradas del mundo que no tienen tratamiento en los medios tradicionales. No darles la oportunidad de ser escuchados a otros medios afecta profundamente la democracia. Recordando lo que fueron las jornadas en 2001 y el papel que cumplieron los medios alternativos en ese contexto de rebelión, había dos consignas muy fuertes: “¿Vos lo viste? ¿Vos lo viviste? No dejes que te lo cuenten” y “Nos mean y los medios dicen que llueve”. Fue un momento que permitió el desarrollo de un montón de espacios de intervención político comunicacional y se pusieron en circulación nuevas miradas que daban la batalla cultural desde la contrainformación. Ese es el piso por el cual se fueron consolidando muchos de los medios populares que lograron hacer un proceso de profesionalización al amparo de las discusiones de la ley audiovisual. Es decir, que para dar todas las batallas que se vienen por delante, tenemos toda esa experiencia acumulada. Desde haber arrancado trabajando en un contexto en el cual había que salir a mostrar la verdad ocultada por los medios, a hacerlo ahora con un piso de profesionalización muchísimo mayor, me parece que va a hacer un diferencial importante para los tiempos que se vienen.

¿Información o infodemia?

¿Información o infodemia?

«El presidente encontró un tono contenedor y calmo para transmitir la información», dice Taricco.

El 3 de marzo se confirmó el primer caso de Coronavirus en Argentina. El infectado era un hombre que había llegado enfermo desde Italia. El 19 de ese mes, con 128 casos confirmados en el país, el Gobierno Nacional decretó el aislamiento social preventivo y obligatorio a partir de la medianoche siguiente. Traslados y gran cantidad de actividades quedaron suspendidos. Sin embargo, una pequeña cantidad de labores siguen habilitadas para trabajar, entre ellos, quienes se dedican a los medios de comunicación. Su trabajo se considera esencial para mantener informada a la población durante el período de emergencia sanitaria y por eso mismo ANCCOM habló con tres especialistas en medios para hacer un análisis de cómo es la cobertura periodística de la pandemia.

Natalia Vinelli es investigadora y docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación (UBA) y creadora y directora de Barricada TV, un medio de comunicación popular y alternativo. Sobre el Coronavirus y su tratamiento mediático declara: “Prácticamente no hay informaciones que no estén vinculadas con el tema. Tiene lógica porque, aunque no responde a las definiciones de noticias como algo que sale de lo cotidiano, al afectar el ritmo de vida de tantas personas al mismo tiempo, es bastante difícil que no ocupe gran porción del espacio de los medios”- Pero, respecto a cómo se comunica esa información, Vinelli dice que “hay, en general, una tendencia bastante alarmista en el tratamiento del tema. En lugar de llevar tranquilidad a la población, tienden a exagerar o mantener mucho tiempo en pantalla situaciones de urgencia, que terminan generando pánico entre la gente. Creo que, en cambio, los medios podrían colaborar para frenar la circulación de fake news”.

Por otro lado, Ezequiel Rivero, becario de CONICET, magíster en Industrias Culturales, Políticas y Gestión de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y licenciado en Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba,  ve las cosas con otro matiz. “Me da la impresión que quizás en los primero momentos del estallido de la pandemia hubo un intento más alarmista en el tono o el encuadre de la información, pero en el último tiempo hay una actividad más responsable. La práctica periodística requiere contraponer distintas fuentes, pero en este caso es muy importante trasladar a la ciudadanía la información oficial: cuáles son las conductas que se deben adoptar y cuáles, los riesgos que se están corriendo. No especular, no generar pánico con futuros distópicos”, aclara Rivero. Y agrega al respecto que: “Otra buena práctica periodística que se está llevando a cabo, por ejemplo, es no desautorizar el discurso científico. Venimos de un momento en que se venía dando demasiada cabida a los terraplanistas y el movimiento antivacunas; y, de pronto, vemos un giro hacia medios de comunicación que invitan a virólogos o infectólogos. Creo que tiene que ver con cómo se está manejando la comunicación oficial, desde el Gobierno, que de alguna forma llena los vacios de información. Eso baja los niveles de incertidumbre y deja menos espacio para la especulación”.

«Tenían mucha cabida terraplanistas y antivacunas; ahora hubo un giro hacia virólogos e infectólogos», Dice Rivero.

La información oficial proviene de dos fuentes: el Estado, más concretamente el Ministerio de Salud de la Nación, y, en un plano internacional,  de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como vocero principal y representante de esta primera fuente se distingue al presidente Alberto Fernández. Al respecto de este rol, Victor Taricco, licenciado en Ciencias de la Comunicación y ex subgerente de la Televisión Pública entre 2012 y 2015, afirma que es uno de los mejores emisores del Gobierno nacional. “Creo que el presidente encontró un tono contenedor y calmo para transmitir la información. Tiene mucha sensibilidad y además tiene la autoridad para tomar decisiones. Esa combinación no se da en otras personas. Lo que él ha logrado es unir en su figura el poder político con el conocimiento necesario para transmitir seguridad. Se nota que no es especialista en Coronavirus, pero su autoridad es tan fuerte y tan correcta en tiempo y espacio que logra concentrar el tono ideal para el momento”, agrega Taricco.

Rivero comparte la importancia del rol presidencial: “El presidente tiene una capacidad de explicar didácticamente, transmite tranquilidad, no infantiliza a las audiencias. Adopta los tonos correctos para ser hostil con quienes no acatan las medidas dispuestas pero a su vez usa tonos más comprensivos con quienes están padeciendo esta situación”. Pero también tiene sus reparos y cree que “en este momento es eficiente; hay que ver si la comunicación política encuentra limites y dónde. Si tuviera que marcar una falla en el discurso de Fernández, es esta recurrencia de llamar idiotas a quienes cometen infracciones. Porque eso permea hacia abajo y legitima”.

“Me preocupa un poco que los medios de comunicación celebren la vigilancia civil. Porque pueden legitimar prácticas violentas entre ciudadanos que desvirtúen todos los esfuerzos que se están haciendo desde el Gobierno para que la cosa no se desmadre”, agrega Rivero en relación a cómo los medios tratan a los infractores. Y al respecto, Vinelli suma que “es un tema que hay que trabajar con sumo cuidado. Me parece que el rol de los medios tiene que apuntar a la solidaridad, al cuidado y no puede promover prácticas autoritarias que se están instalando fuertemente”. En ese sentido, la Carrera de Ciencias de la Comunicación y un conjunto de docentes que conforman el Colectivo de Ideas elaboraron la campaña #SeamosResponsables con la Comunicación, a partir de una serie de recomendaciones sobre la responsabilidad social que conlleva el ejercicio de la comunicación preparadas por la Secretaría de Medios y Comunicación Pública de la Nación Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación y la Defensoría del Público, basadas en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

En tanto, el 26 de marzo,  un grupo de trabajadores de prensa de Infobae presentó en las redes un reclamo porque la empresa los obligaba a concurrir a las oficinas de la redacción en un contexto de aislamiento social obligatorio. Natalia Vinelli comenta al respecto que “se tardó bastante en poner en discusión la cantidad de gente que conforma los paneles en los medios o la edad de las personas que aparecen en pantalla. Las mejores coberturas se podrán construir en la medida que haya una mejor organización sindical de los trabajadores de prensa en pos de mejorar las condiciones de trabajo”.  Y Taricco, por su parte,  resalta: “Lo que falta es que los actores relevantes en el mundo de la información intervengan: sindicatos, universidades, asociaciones civiles, radios comunitarias. Hay que levantar la voz y hacerse escuchar porque la comunicación es parte central del tránsito de esta cuarentena”.