Intimidan a los estudiantes que tomaron el Mariano Acosta

Intimidan a los estudiantes que tomaron el Mariano Acosta

El Ministerio de Educación pidió los datos de los adolescentes que permanecen en la medida de fuerza y una persona sorpresivamente dejó la escuela sin luz. Los estudiantes exigen el cese de las prácticas laborales obligatorias de los alumnos de último año, las malas condiciones edilicias y el suministro insuficiente de viandas escolares.

El viernes por la tarde, la escuela de la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Acosta fue tomada por los estudiantes en busca de respuestas a una larga serie de reclamos. Lejos de buscar el diálogo, el Ministerio de Educación porteño, a través de un órgano de supervisión, pasó el viernes alrededor de las 18.30 a pedir datos personales de las familias de los estudiantes que votaron positivamente por la toma del establecimiento.

 “Pidieron nombre y apellido de las personas que bancaban la toma”, cuenta Ludmila Tassi, alumna del Acosta, y señaló que tuvieron que atrincherarse en un aula y que finalmente solo se dieron los datos de los miembros de la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes bajo el consentimiento de los mismos. Además, según señaló Tiempo Argentino, minutos después la toma sufrió por la noche el vandalismo de un desconocido, que cortó unos cables y con ellos, la luz del colegio.

 “A eso de las 7 de la tarde entró una persona al colegio que decía responder a un llamado urgente del Ministerio de Educación para arreglar un baño. Las compañeras que vigilaban la puerta se negaron, pero el tipo entró igual prepotentemente”, relata Ludmila en diálogo con ANCCOM. “Cuando entró, empezó a dar vueltas por el colegio y a los 10 minutos se cortó la luz. Cuando los directivos fueron a ver la caja de electricidad, la puerta, que tiene candado, estaba forzada y los cables cortados”.

Ante el sabotaje, los alumnos, padres y directivos se vieron forzados a pasar la noche en el patio del establecimiento. En medio del conflicto, de la presencia policial en las puertas de la escuela y conversaciones sobre cómo seguir, desde el Centro de Estudiantes manifestaron a través de su Instagram: “Sabemos que esto sucedió en pos de levantar la toma y, por si todavía queda alguna duda, esto no va a pasar. Exigimos que nos devuelvan la luz y seguridad dentro del establecimiento que tiene menores de edad dentro. Exigimos que no haya persecución política nunca más”.

 Días antes de la toma, el Ministerio de Educación mandó a los padres un mail titulado “Alerta ante posible toma del establecimiento escolar” que citaba resoluciones del Ministerio donde se advierte sobre la responsabilidad preventiva y ulterior de las familias y los equipos de conducción del colegio al respecto de “la integridad de los estudiantes” y ante posibles perjuicios contra el patrimonio de la escuela.

 Una hora después del corte de luz, a las 20 y a través de su cuenta oficial de Twitter, la ministra de Educación Soledad Acuña señaló: “El populismo lo único que busca es hacer daño. Baja línea dentro de las aulas, impone su ideología e incentiva conductas violentas como la toma de escuelas. Hoy un grupo de estudiantes de la escuela Mariano Acosta decidió tomar la escuela por intereses claramente partidarios”.

 El colegio Mariano Acosta, ubicado en el barrio porteño de Balvanera, que durante la tarde del sábado sigue aún sin luz, está tomado desde este viernes a las 18.30 al finalizar el turno tarde, y durará en ese estado hasta el lunes a las 7.45 cuando ingresen los chicos del turno mañana. Los reclamos de los estudiantes son tres, principalmente: el cese de las prácticas laborales obligatorias de los alumnos de último año, las malas condiciones edilicias y el suministro insuficiente de viandas escolares.

“La rectora defiende la escuela pública y no se arrodilla”

“La rectora defiende la escuela pública y no se arrodilla”

Dos meses después de las denuncias efectuadas por la rectora Raquel Papalardo tras la irrupción de policías en la escuela Mariano Acosta, fue cesanteada de su cargo. La comunidad educativa organizó el lunes último al mediodía un abrazo a la institución para exigir la reincorporación de su rectora. Papalardo no pudo participar del acto porque, tras recibir la comunicación oficial, sufrió un pico de presión y los médicos le indicaron reposo. Al día siguiente, los estudiantes cortaron las calles Urquiza y Moreno en solidaridad con la histórica rectora y denunciaron que la supervisora los amedrentó cuanto intentaban realizar una asamblea.

El abrazo fue presidido por Eduardo López, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), quien aclaró que a Papalardo no la jubilaron sino que la cesantearon. “Raquel tiene cuarenta años de docencia en esta institución, no había nacido la Ministra que la cesó cuando ella ya estaba dando clases aquí”, dijo indignado López. También, recordó que dos meses atrás la rectora impidió que las fuerzas de seguridad hicieran inteligencia en actividades escolares controlando los centros de estudiantes y afirmó que el motivo de su despido se debe a que la rectora defiende la escuela pública y no se arrodilla.

El próximo paso que dará la comunidad educativa será presentar acciones legales. “Vamos a ir a la Justicia, a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, vamos a pedir una entrevista con Rodríguez Larreta para que se avenga a derecho y garantice no la restitución, sino la continuidad de Raquel Papalardo en el establecimiento”, dijo López.

La comunidad educativa organizó el lunes último al mediodía un abrazo a la institución para exigir la reincorporación de su rectora.

Silvina Hermosa, presidenta de la Asociación Cooperadora del Colegio Mariano Acosta y madre de un alumno, leyó una carta que Raquel escribió para el abrazo. Según las palabras de la rectora, que desea jubilarse en ejercicio, el mismo Ministerio que hoy la deja cesante, es el que este año, mediante una resolución interna, le prorrogó su cargo hasta el 31 de diciembre del 2017, con el incremento de horas a desempeñar en el Mariano Acosta. “Por ello permanecí en la escuela entre 10 y 12 horas diarias, todos saben de mi pertenencia y compromiso con la visión pedagógica y formadora de ésta escuela. Lo público no da lugar a trenzas ni oportunidades fáciles para conseguir cargos, lo público y educativo se construye artesanalmente y día a día, no cumpliendo solo un horario. Todos saben que durante mi gestión se regularizó el funcionamiento administrativo y nunca tuve sumario ni irregularidades en ninguna gestión política. En lo pedagógico se ampliaron los proyectos educativos. Seguramente no todo es elogiable, pero en cada acción que llevo a cabo, sea con el personal docente, no docente, con los estudiantes o con las familias, evalúo las consecuencias humanas e institucionales”, escribió Papalardo. En la carta Raquel señaló que, en dos instancias, y por concurso, tuvo la oportunidad  de desempeñar un cargo como supervisora, pero no lo aceptó porque cree en la valorización de la escuela como instancia pedagógica. “Cuando el viernes 30 de julio llegué a mi casa alrededor de las veinte horas y el portero me hizo entrega de unas fotocopias de cédulas de notificación de carácter no urgente, dejadas en el buzón por alguien, comencé a leerlas y tuve una conmoción, temí por mi salud, experimenté el miedo a perder mi trabajo, circunstancia social extendida que preocupa a todos. Inmediatamente registré la pérdida de remuneración y suspensión de la obra social. El Ministerio de Educación ha decidido comunicar de este modo y hacer uso ciego de un procedimiento administrativo, pero sinceramente creo que me cesan, porque soy referente de la defensa de los estudiantes, de la escuela pública y de la demanda de los docentes”, relató Papalardo. Según la rectora se observan errores en la resolución de la Ministra cuando dice que Papalardo estaba de licencia el 22 de mayo, ya que se reintegró el 17 de abril a sus tareas habituales después de una fractura. Además, Papalardo denunció la forma en que fue notificada y dijo: “Existen medios habituales de comunicación mediados por la secretaría, pero eligieron esta modalidad, un camino de torpeza gerencial, un camino que pone a todos los niveles de decisión humanamente oscuros. Por ello puede ser entendido como persecución personal. Esto se conecta con una política educativa más amplia, hay prácticas de amenaza ante demandas docentes, se los desprestigia, arremetiendo con discursos de ineficiencia para instalar la idea de la educación como un gasto, sustituyen los expertos locales por consultoras externas. En estas circunstancias han decidido unilateralmente que yo no pertenezca más a ninguna escuela de la Ciudad, en términos de cese administrativo, sin siquiera esperar a que se haga la consulta correspondiente a un trámite en curso”.

En la carta Raquel también expresó sus deseos de jubilarse estando en la escuela, esperando su último día de trabajo al frente de ella y por eso solicitó su continuidad. El discurso de la directora finalizó con una dedicatoria: “A los funcionarios que han roto el clima de bienestar que sostiene el normal desarrollo de maestros, profesores, alumnos y de las familias del colegio Mariano Acosta desequilibrando el proceso educativo, mínimo para el derecho a la educación. No vamos a bajar los brazos, haremos todo lo que tengamos que hacer, no se puede destruir lo que se hizo durante toda una  vida”. Silvina Hermosa agregó: “Desde la Asociación Cooperadora y desde nuestro lugar como padres pedimos la continuidad de la rectora, porque trabajamos en conjunto con ella todos los proyectos educativos y las necesidades que tiene esta institución. A veces nos íbamos a las nueve de la noche de las reuniones y Raquel seguía trabajando y atendiendo las necesidades de esta comunidad educativa”.

Los estudiantes cortaron las calles Urquiza y Moreno en solidaridad con la histórica rectora y denunciaron que la supervisora los amedrentó cuanto intentaban realizar una asamblea.

Agustín Prieto, presidente del Centro de Estudiantes habló con ANCCOM de la reacción de la comunidad educativa al conocer la noticia: » El viernes a la diez de la noche nos enteramos que nuestra rectora de un día para otro había cesado su cargo y todas sus actividades. Fue desconcertante y tan impactante que generó este abrazo con más de doscientas personas, en el que no sólo participó gente de la escuela, sino vecinos del barrio de Balvanera, porque es un emblema del colegio y de toda la comuna tres por participar en los diversos espacios de la comunidad”.  Con respecto a los motivos del despido, Prieto dijo: “Están en contra de la educación pública como herramienta emancipadora, no es casualidad que esto suceda una semana después del anuncio de un paro docente. Tampoco lo es que Raquel, una de las rectoras más importantes de los colegios de la Capital Federal, con una intachable carrera de defensa a la educación pública, haya sido una de las primeras a la que le toca vivir este grado de violencia institucional por parte del Gobierno de la Ciudad y del Ministerio de Educación. Desde principio de año que los docentes vienen sufriendo sin paritarias nacional, se caen los techos de los colegios, no hay viandas ni calefacción. En este contexto no podemos dejar pasar esto, Raquel tiene que volver a ser la rectora del Acosta”.

Néstor Mascaro, profesor y representante de UTE expresó su descontento ante el despido de Papalardo y las razones por las cuales fue tomada esa decisión: “Lo que está ocurriendo es una gran vergüenza, no es una casualidad lo que estamos viendo sino otro amedrentamiento más a la educación pública por parte de este gobierno. Nadie puede creer que a Raquel la separaron del cargo por excederse en sus años para jubilarse. Se la ataca porque el Mariano Acosta levanta la bandera de la educación pública con ella como rectora hace diez años. Una década atrás la escuela se caía a pedazos, fue ella la que nos devolvió al instituto, abrió un aula museo, un archivo histórico, un teatro, una radio, y como si fuera poco también un jardín de infantes. Todo eso en una educación pública que no es la que quiere el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero el Mariano Acosta es una escuela a la que no se le tuerce el brazo así nomás, acá le vamos a dar pelea porque este es el comienzo de un plan de lucha para que vuelva la rectora Raquel Papalardo. Ella se va a ir por la puerta grande como lo merece una persona de sus características”.

El próximo paso que dará la comunidad educativa será presentar acciones legales. Mientras, las familias se acercaron a la movilización.

Diego Fernández, docente primario de Lengua con más de veinte años de antigüedad, dijo que la idea del abrazo fue demostrar el descontento y que hay una necesidad de movilizarse porque si no se quejan, “ellos” avanzan, refiriéndose a las autoridades del Gobierno de la Ciudad. Por un lado, Fernández repudió la forma en que se dejó cesante a la rectora: “Si los tiempos legales y administrativos para que se jubile ya se cumplieron, tampoco es la manera de que una persona de su calidad humana y con su capacidad de gestión se entere, por medio de una nota que le llegó a su casa advirtiendo que ese mismo día cesaban sus actividades. La tendrían que haber notificado que si no presentaba los papeles en tiempo y forma se le iba a dar curso al cese administrativo. Y si bien puede llegar la notificación al domicilio particular o a la escuela debe ser entregado en mano al interesado”. Por otro lado, Fernández dijo que más allá de que los tiempos legales se hubiesen cumplido resulta contradictorio reubicar a una persona y a los dos meses darle el cese. El docente reivindicó la gestión de Papalardo: “Por primera vez en muchos años los docentes del nivel primario nos hemos sentido representados, escuchados y contenidos”. Para él, esto es una persecución política e ideológica que data desde que Raquel asumió como rectora. “No se le perdona que este colegio sea participativo y abierto, que aquí hayan estado (el ex juez Eugenio) Zaffaroni, (la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo) Estela de Carlotto, (la Madre de Plaza de Mayo) Nora Morales de Cortiñas y que a los familiares de los detenidos desaparecidos de ésta institución se les haya entregado el título, en un acto que se hizo en 2013 en el que participó parte del Gabinete Nacional de ese entonces. La denuncia por el ingreso de los policías a la institución fue sólo la gota que colmó el vaso, la persecución viene de años”, dijo Fernández.

En la misma línea, Matías Zalduendo, maestro de cuarto grado de matemáticas del Acosta y secretario de derechos humanos de UTE- CETERA dijo que a Raquel la cesaron del cargo como parte de una persecución política. Zalduendo hace hincapié en que la situación ocurrió después de que la rectora denunció fuertemente el ingreso de la policía a las escuelas. Pero también cree que la represalia se debe a cuestiones anteriores: “No le perdonan que hace más de diez años viene enseñando a generaciones y generaciones que las convicciones no se dejan en la puerta de la escuela, la importancia de que nos organicemos para cambiar la realidad, que luchar tiene sentido y que las mejores clases las damos unidos en defensa de la Educación Pública”. Mariano Mango, en calidad de miembro de la Comisión Directiva del Sindicato UTE, maestro de la escuela, ex alumno del terciario de la escuela y papá de una alumna reclamó: “Nosotros creemos que fue cesada como un modo de disciplinamiento, como consecuencia de la forma en que ha luchado Raquel, sobre todo en estos últimos meses, al haber defendido a los pibes de ese intento de hacer inteligencia por parte de la Policía Federal. Exigimos la continuidad de Papalardo al frente de esta institución como rectora”.

Después de cantar el Himno Nacional argentino, se realizó un abrazo simbólico al colegio por el que alumnos, exalumnos, docentes y no docentes dieron una vuelta a la manzana del colegio con la bandera nacional cantando: “Somos de Plaza Miserere, la escuela normal, Acosta”. Luego tanto alumnos como docentes se retiraron a las aulas, ya que como dijo Eduardo López: “El mejor homenaje que le podemos hacer a Raquel es continuar enseñando”.

 

Actualizada 04/07/2017

Lecciones a punta de pistola

Lecciones a punta de pistola

Un oficial armado ingresó en la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas N°2 Mariano Acosta, en el barrio porteño de Balvanera, el jueves último. El hecho provocó el temor y la preocupación de los padres y docentes del colegio, pero también el repudio de amplios sectores de la sociedad que ven, en esta y en otras acciones, el hostigamiento a los trabajadores docentes y a los estudiantes que reclaman por sus derechos.

La comunidad educativa del Mariano Acosta presentó una denuncia ante la Asesoría Tutelar del Menor, a cargo del fiscal Gustavo Moreno, para que se investigue a los uniformados de la Policía de la Ciudad que formaron parte en la intimidación y amedrentamiento de los alumnos. Además el viernes, en una asamblea, los padres y docentes de la escuela decidieron presentar una acusación en la Procuraduría Contra la Violencia Institucional  (PROCUVIN) y planean presentar una nota firmada por los responsables de los menores al ministerio de Seguridad de la CABA para exigir una explicación por haber enviado agentes al instituto. Raquel Papalardo, rectora del Mariano Acosta, destacó la sensibilidad de la comunidad educativa en diálogo con ANCCOM: “En esta escuela hubo sesenta y cinco desaparecidos por la dictadura y hoy estamos preocupados. La situación es muy compleja, no recuerdo una democracia como ésta. Este proyecto de país que proponen no cierra sino es con represión, porque si la gente tiene hambre, no tiene acceso a la salud, al trabajo y a la educación va a salir a protestar para defender sus derechos”. Por su parte, Alina Conde, madre de un estudiante de la escuela, presente en la asamblea del viernes advirtió: “No es la primera vez que pasa. El 23 de marzo algunos alumnos estaban haciendo banderas y la policía estaba en la vereda del colegio observándolos. En la zona hay robos casi todos los meses y ellos no aparecen, pero para vigilar a los chicos sí”.

La preocupación de docentes y padres se extiende a los estudiantes, que también se organizan para defender la educación pública. Agustín Prieto, presidente del Centro de Estudiantes del Mariano Acosta, sumó a lo ocurrido en su escuela otros hechos: “En la Técnica Número 27 ocurrió la misma situación. Se acercaron policías diciendo que había una marcha y entraron al edificio”. Recordó además un hecho aún más grave ocurrido en la escuela de música Juan Pedro Esnaola. “Requisaron a un chico de 17 años a la salida de una reunión. Le pidieron el documento, abrieron su mochila, inspeccionaron la funda de la guitarra, le sacaron fotos -siendo menor de edad- y sin darle ninguna explicación. El chico quiso llamar a su mamá y no lo dejaron, retuvieron su celular. Después de revisarlo dos veces lo dejaron ir”, describió Agustín.

Raquel Papalardo, rectora del Mariano Acosta: «Me pidieron que cerráramos las puertas de la escuela a lo que me negué».

La lista de intimidaciones a las escuela comprende también a los estudiantes del Carlos Pellegrini: el mismo día que se inauguró la Escuela Itinerante realizaron una clase pública en la puerta del establecimiento en solidaridad con los docentes reprimidos en Congreso. Desde la vereda de enfrente, ocho policías miraban atentamente todo lo que pasaba.

No parece casual las intimidaciones policiales durante las actividades solidarias de los estudiantes con los docentes en su lucha por el llamado a paritarias nacionales. El 17 de abril a las 18.12, el director de Escuelas Primarias de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo Bruno, envió un mail a los inspectores escolares para que adviertan a los directores de las escuelas que las actividades vinculadas a la realidad social “tengan en claro cuáles son los objetivos pedagógicos dejándolos plasmados por escrito en una secuencia de actividades encuadradas en los lineamientos curriculares del Área Formación Ética y Ciudadana y respondiendo al proyecto institucional”.

El viernes por la tarde, en un acto realizado en la Escuela Itinerante para repudiar los hechos del Mariano Acosta, el Secretario General del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel, se refirió a la situación: “Este gobierno está desconociendo lo que son los derechos básicos de los trabajadores: tener una paritaria para discutir tanto mejoras salariales como mejoras en las condiciones laborales. Es un gobierno que asumió por el voto del pueblo pero que está tomando un cariz autoritario”. Además expresó que  con la represión en la escuela Itinerante, en la Universidad de Jujuy y con la entrada de la policía al Mariano Acosta se manifiesta el deterioro de la democracia: “Lamentablemente es una situación compleja en el que los trabajadores tenemos que seguir luchando por hacer valer nuestros derechos”.

En las puertas del Mariano Acosta, hay claros mensajes de preocupación de los alumnos y directivos por el hostigamiento policial.

El episodio del Mariano Acosta

Raquel Papalardo, rectora del Mariano Acosta, relató a ANCCOM lo sucedido el jueves en su escuela: “En el marco de los reclamos por las paritarias docentes los alumnos que conforman el Centro de Estudiantes nos pidieron realizar clases públicas en una plaza. Nos negamos porque nos pareció peligroso y decidimos hacerla en el patio”. Fue así que el jueves 20 de abril, a las 10 de la mañana, antes de comenzar la clase, le informaron a la vicedirectora, Viviana Fernández, que cuatro uniformados estaban frente al colegio. Fernández se acercó para preguntar qué hacían ahí y le respondieron que les habían dicho que habría una movilización.  Ella respondió que solo se realizaría una clase pública en el patio de la escuela y los policías insistieron con que tenían que permanecer por si decidían cortar la calle. Entonces les consultó de dónde venían y contestaron: “del Comando”. Quince minutos más tarde llegó Raquel Papalardo, quien recibió la misma información por parte de los oficiales, a la que se sumaron algunas amenazas: “Yo les hice las mismas preguntas. Me contestaron socarronamente que tenían una orden de captura para mí. Les dije: ´Acá me tienen´. Después me aclararon que les habían informado que se haría una marcha. Agregaron que si queríamos podían cortar un árbol y prenderlo fuego para cortar la calle. Negué que hubiese una marcha planeada y ellos sostuvieron que tal vez los chicos se podrían desbordar y cortar la calle. Me pidieron que cerráramos las puertas de la escuela a lo que me negué. Cuándo interrogué sobre su procedencia me dijeron que venían de Operaciones”.

Raquel describe que las clases públicas se llevaron a cabo con tranquilidad, puertas adentro de la institución, entre las 12.15 y las 13.15, pero que más tarde ocurrió otro hecho alarmante: “A las 14.30 yo estaba almorzando en la Secretaría y un policía se presentó en los pasillos. Lo vi y le pregunté qué hacía en la escuela y quién lo había enviado. Entonces respondió que era de la comisaría séptima -a nosotros nos corresponde la octava- y que lo habían mandado porque había una marcha y tenía que saber si íbamos a cortar la calle. Al lado de él se encontraba un profesor de Historia quién me advirtió que estaba armado y empezó a pedirle al oficial que se retirara, porque no podía entrar armado a una institución educativa si no tenía una orden judicial. Entonces, se excusó diciendo que estaba cumpliendo con su labor”, relató Raquel consternada.

En la asamblea  del Mariano Acosta el presidente del Centro de Estudiantes, Agustín Prieto, manifestó su preocupación: “Cuál es el límite, hasta dónde quieren llegar. No queremos esperar a que desaparezca un chico de nuestra escuela y no sepamos donde está. Somos pibas y pibes de entre 13 y 18 años, no el aparato represor del Estado. No tenemos armas, tenemos lápices y hojas. La palabra es nuestra única arma y la vamos a seguir usando para que deje de pasar esto”.

El repudio

“Bajen las armas, aquí solo hay chicos y chicas estudiando”, se leía en los carteles que sostenían los oradores de la asamblea que reunió a los docentes, directivos y estudiantes del Mariano Acosta como así también a representantes de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y maestros de la Escuela Itinerante frente al Congreso el viernes último, luego de conocerse los hechos ocurridos en el colegio. Allí no sólo se debatió lo acontecido en Balvanera sino que se recordó que la semana anterior en Jujuy dos alumnos, Ignacio García y Joaquín Quispe presidente del Centro de Estudiantes- fueron detenidos ilegalmente en la Universidad Ciencias Agrarias por la policía provincial.

Francisco Reydó, representante de CTERA, también opinó: “Lo que pasó en el Mariano Acosta es otra forma de intimidación a la educación pública como lo que ocurrió el jueves cuando se presentaron los empleados bancarios a manifestar su apoyo a la Escuela Itinerante y hubo un cordón policial de Infantería, en clara actitud de provocación e intimidación a una actividad conjunta de educadores y gremialistas. Creo que esto es muy peligroso porque quieren instalar una situación de normalidad y no es natural que eso suceda”. Por su parte, Agustín Prieto, presidente del Centro de Estudiantes del Mariano Acosta advirtió sobre lo ocurrido en su escuela: “Supuestamente un vecino llamó a los oficiales. Pero viendo lo que pasó en distintas instituciones del barrio solo me queda pensar que los vecinos se están coordinando mucho o son los policías los que lo están haciendo para amedrentar e intimidar a la comunidad educativa”.

La policía, la noche de la represión a la protesta social, durante el armado de la carpa itinerante de los docentes.

Reydó expresó que no es aceptable que en un período democrático estén sucediendo estas cosas y advirtió: “Entendemos que disciplinar y condicionar a los trabajadores docentes hoy es condicionar y disciplinar al conjunto de los trabajadores de nuestro país”. En la misma línea, Marcelo Guagliardo, otro maestro de la Escuela Itinerante, declaró: “Nosotros tenemos mucha preocupación; por eso estamos movilizados desde antes que iniciaran las clases, porque veíamos que estábamos frente a un gobierno que se había corrido de sus corresponsabilidades en el sostenimiento de la educación pública. Y utiliza a las fuerzas policiales para reprimir las protestas sociales. Vemos que hay un retroceso a un tiempo que mucho nos costó superar. Las políticas de ajuste no se sostienen si no es con un aparato represivo fuertemente preparado por el Estado. Esto se puede observar en la compra millonaria de armas por parte del gobierno de Macri, debido a que la única hipótesis de conflicto que encontramos en la Argentina es el conflicto interno por la agudización de la crisis social”.

 

Actualizada 25/04/2017