«Un monstruo muy potente»

«Un monstruo muy potente»

Margarita Meira, al frente de Madres Víctimas de Trata.

Brisa Aylén Pereyra. Gisela Gutiérrez. Diana Colman. Roxana Villalba. Araceli Fulles. Celeste Orozco Maturano. Johana Ramallo. Priscila Ramírez. Carla Soggiu. Angelina Aylén Cáceres. Uno a uno, los nombres se suceden en un muro de Facebook que parece no tener fin. En las redes de la organización Madres Víctimas de Trata, cada denuncia se transforma en un único grito colectivo: “No están perdidas, son desaparecidas para ser prostituidas”. Como forma de impulsar la concientización y la lucha en contra de la llamada esclavitud del siglo XXI, el 30 de julio fue designado el Día Mundial contra la Trata de Personas.

Susy tenía 17 años cuando su supuesto novio la sedujo para que abandonara su casa. Un año después, en 1992, la joven fue hallada muerta en el departamento que ambos compartían. “Inhalación de monóxido de carbono”, determinó el informe policial. Nunca hubo ningún procesado ni nadie fue detenido. “Yo antes pensaba que el que secuestró a mi hija había sido un idiota, un perejil cualquiera. Recién cuando empecé a caminar me di cuenta de la trama poderosa que hay detrás”, recordó su madre, Margarita Meira.

Margarita emprendió la búsqueda de su hija sin saber que la trata de personas existía. Políticos y fiscales de todos los colores y banderas le dieron la espalda. “Me decían que la estaban buscando y que la iban a encontrar, y la tenían en un prostíbulo. Estaba todo arreglado, todos eran cómplices. Nunca pensé que la política era tan sucia”, explicó.

Con los meses, Margarita descubrió que Susy había sido explotada en Cocodrilo, Shampoo y Rush, reconocidos prostíbulos de la Ciudad de Buenos Aires. Cuatro años después, luego de alivianar deudas, evitar su incipiente desalojo e intentar preservar a sus hijos menores, su marido y ella retomaron el caso e iniciaron una lucha que continua hasta el día de hoy en la Asociación Madres Víctimas de Trata.

Performance en festival «Se trata de no más trata» en septiembre de 2016.

Junto con el tráfico de drogas y de armas, la trata está entre los tres negocios ilícitos que más dinero mueven a nivel mundial. Si bien se organizan bajo distintas formas y con distintos objetivos, el Informe Global de Trata de Personas 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) indicó que la gran mayoría de las víctimas en América son objeto de explotación sexual, seguidas por la trata con fines de trabajo forzoso. A su vez, el 80% de las víctimas de trata detectadas en Sudamérica son de sexo femenino, mujeres y niñas.

En el caso de Argentina, el auge de la marea verde provocó que las diferencias dentro del movimiento feminista en torno a la prostitución recuperaran protagonismo. En este marco, la discusión entre regulacionistas y abolicionistas pareciera ser irreconciliable: mientras la primera perspectiva reivindica el trabajo sexual y la libertad de cada mujer de decidir sobre su propio cuerpo, la otra entiende que son muy pocas las que realmente pueden ejercer tal libertad, y que detrás de la prostitución subyacen distintas vulneraciones socioeconómicas y una cultura machista y patriarcal. “La gran fábrica de putas en el mundo es la pobreza”, sostuvo desde esta última postura Alika Kinan, activista por los derechos de las mujeres y sobreviviente a la explotación sexual.

“En el imaginario social se sigue construyendo la idea de que las únicas que sufren la trata son las pibas cuando nos las ‘chupan’. Pero el factor común entre las víctimas de la prostitución es que no han tenido oportunidades laborales, ni de estudio, ni de acceso a una vivienda. Todo eso son carteles en el camino que les dicen ‘prostitución’, todos los caminos las van conduciendo, y llega un momento donde dicen ‘bueno, lo hago, ya está, no me queda otra’”, explicó Alika.

“Nuestra ley es una de las mejores a nivel mundial pero los artículos que hablan de la restitución de derechos y del reconocimiento del delito por parte del Estado no están reglamentados”, advirtió Alika.

Más allá de estas discusiones, el primer gran avance a nivel legal en la materia se logró en el año 2008, con la sanción de la Ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a las Víctimas. Sin embargo, la normativa fue mejorada cuatro años después por la Ley 26.842, actualmente vigente. Entre otras modificaciones, la nueva regulación busca garantizar el derecho de la víctima a recibir asistencia psicológica y médica; a un alojamiento apropiado, manutención, y capacitación laboral, entre otros. “Nuestra ley es una de las mejores a nivel mundial, pero los artículos que hablan de la restitución de derechos y del reconocimiento del delito por parte del Estado no están reglamentados”, advirtió Alika. A su vez, Meira denunció la exclusión sistemática de las víctimas en la toma de decisiones de políticas públicas: “Estos diputados opinan sin investigar. Si vas a votar una ley de trata, pone una víctima al lado tuyo. No podés hacer lo que se te da la gana sólo porque vos creés que es así”.

En la actualidad, las altísimas sumas de dinero, de intereses y de poder que confluyen en el esqueleto de las redes de trata delimitan un panorama sumamente complejo. Su rostro es el de “un monstruo muy invencible y potente”, en palabras de Alika. No obstante, ambas activistas evidencian que la militancia es el único camino posible para enfrentarlo. “Yo había dicho que me iba a morir sin ver un logro grande, y este año la justicia dictó la prisión preventiva de Raúl Martins, el proxeneta que tuvo secuestrado a mi hija. Vamos a seguir haciendo mucho ruido y a salir con más fuerza”, concluyó Margarita.

«La trata es un prostíbulo con pibas secuestradas y violadas 30 veces por día»

«La trata es un prostíbulo con pibas secuestradas y violadas 30 veces por día»

Margarita Meira estaba sentada tomando mate, rodeada de esos diminutos volantes que se ven pegados en las paradas de colectivos y en los tachos de basura, papelitos que esta vez tenían nombre y apellido, fechas de desaparición, y algunos de ellos, de fallecimiento. Todas chicas desaparecidas para ser prostituídas.

En Santiago del Estero 1662 funciona el espacio de la Asociación Madres Víctimas de Trata, junto a los volantes había mapas con las zonas marcadas de los secuestros y prostíbulos de la Ciudad de Buenos Aires. Un espacio que lucha contra la trata en pleno corazón del barrio de Constitución, ese pequeño lugar que Margarita comparte su tiempo con otro destino, el comedor Madres de Constitución ubicado a la vuelta, en el pasaje Ciudadela 1249. No hay hora ni minuto que no piense en su hija, y en ayudar a otras madres que estén pasando por lo mismo.

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¿Por qué formas parte de Madres Víctimas de Trata?

Yo soy mamá de Susi, desaparecida en 1991. Hace 24 años no se hablaba de trata, no había celulares y era muy poca la gente que tenía un teléfono de línea. Tuve que caminar muchísimo, estando embarazada de mi último hijo. Caminé muchísimo, conocí todo, llegué a la presidencia, a la SIDE, llegué a entender cómo funciona un Estado. Hace 24 años que pido justicia.

En cuanto a mi caso, mi hija ya está muerta, pero espero que mi experiencia ayude a que se haga justicia por las demás. Somos 15 madres, las nuevas Madres de Plaza de Mayo: estamos dando la vuelta a la pirámide el tercer viernes de cada mes pidiendo el cierre inmediato de los prostíbulos. Me acuerdo que cuando tenía 20 años desapareció una chica de apellido Penjerek y me quedó muy grabado eso ¿Cómo puede desaparecer una piba?, decía. Hace 40 años no me entraban en la cabeza estas cosas. Cuando me pasó a mi, no lo podía creer. No entendía, nadie hablaba de trata.

Contame sobre el caso de  tu hija.

Se llamaba Susana Becket y era estudiante, de 16 años, todavía no había cumplido 17. Un día Luis Rafael Olivera la engaña seduciendola y se hace pasar por el novio. En la SIDE me dijeron que iban a encontrar a mi hija, yo me ponía contenta de a ratos, pero después como no aparecía, seguía caminando y buscando. Mi marido perdió su trabajo y empezó a trabajar de taxista, y una noche me avisa que Susi tuvo un accidente y que estaba en la comisaría quinta.

¿Cuánto tiempo después de su desaparición?

Al año más o menos. Cuando llego a la comisaría me entero que había fallecido. Tuve que mentir cuando la policía me preguntó cómo me había enterado, tenía miedo que no me dieran el cuerpo y no la pudiera enterrar. No les quise decir que me enteré por mi marido, por un taxista amigo que llevaba frecuentemente al asesino de mi hija como pasajero. También me habían contado que mi hija estaba en Shampoo y en Cocodrilo. En ese entonces Gabriel Conde regenteaba Shampoo, y Cocodrilo estaba vinculado a Raúl Martins, agente de la SIDE. Yo qué iba a saber que cuando en la SIDE me decían que me iban a encontrar a Susi, eran ellos los que la tenían secuestrada en su prostíbulo.

Esos lugares siguieron funcionando…

Totalmente. En 2002, cuando desaparece Marita Verón, yo venía buscando a mi hija hace 10 años. Nunca conseguí justicia. La muerte de mi hija “era dudosa” y nadie fue declarado culpable. Ni siquiera hubo procesados. Apareció muerta en un departamento, le habían dejado el gas prendido…Su causa prescribió.

¿Cómo sobrellevaron el caso de Susana vos y tu familia?

En su momento para hacer un juicio tuve que esperar un tiempo, tenía que cuidar a mi bebé y a Guadalupe que tenía 5 años. Al más grande que tenía 13 no le di bolilla pensando que ya estaba crecido y no le iba a afectar. Y es el que más está afectado hasta el día de hoy. Los más chiquitos ni se dieron cuenta aparentemente. Yo soy viuda del papá de Susi y mi actual pareja crió a mi hijo más grande desde los dos años. Él decidió estudiar Derecho para entender un poco mejor todo lo que nos estaba pasando.

En ese momento aún no se había sancionado la Ley 26.364, en el año 2008, sobre la explotación y trata de personas ¿Sigue existiendo un vacío legal?

En esta lucha mi marido logró recibirse y pudimos ver mejor todos los agujeros que tiene la Ley. Cuando se hizo el borrador y su posterior tratamiento no nos dejaron participar. Si vos no tenés una hija desaparecida, no vas a hablar el mismo idioma que yo. Es nuestra lucha, pero hay mucho vacío legal y falta corregir la Ley. Por ejemplo, estamos pidiendo un banco para las huellas dactilares de los entierros NN. A Maida Natalí Castro la encontramos después de largo tiempo y había sido enterrada como NN porque los fiscales no hacen su trabajo. No sé para qué dejamos las huellas dactilares en el DNI si cuando nos encuentran muertas no nos investigan.

Siempre estuviste cerca de las luchas sociales, ¿es verdad que pusiste un comedor pensando que sería una situación momentánea y no pudiste cerrarlo hasta hoy?

En 1988 había mucha gente pedía comida y pensamos poner un comedor comunitario hasta que la situación mejorara un poco. Pero luego de la desaparición de mi hija yo también me quedé sin trabajo y empecé a trabajar como vendedora ambulante, pero gracias al comedor no pasé hambre y lo sigo sosteniendo hasta el día de hoy. Sobre todo para ayudar a otras madres. Porque cuando uno pierde una hija, pierde el trabajo, pierde todo, no tiene para comer.

¿Cómo definirías la trata de personas?

Cuando hablamos de víctimas de trata, nadie habla del prostíbulo. La trata es un prostíbulo donde tienen a las pibas secuestradas y violadas por más de 30 hombres por día y luego asesinadas porque no las pueden dejar libres. Eso es la trata de personas, no me vengan con que la trata de personas es el secuestro, el traslado, y demás: la trata es un prostíbulo con pibas secuestradas y violadas por más de 30 hombres por día, y hasta 60 hombres como dijo Elena Moncada.

¿Qué le exigen al Estado como asociación?

Las 15 madres nos vamos a presentar en todos los despachos de los funcionarios que son responsables de este delito aberrante y le vamos a exigir justicia. Además del banco de huellas dactilares, estamos pidiendo abogados querellantes para las víctimas y ayuda económica. Pedimos que el delito de trata sea de lesa humanidad. El Estado es proxeneta y es cómplice. Tenemos el ejemplo de Tierra del Fuego: Condorito Muñoz tiene 30 prostíbulos y nadie investiga dónde tiene la plata, tiene millones y nunca trabaja. La ciudad de Buenos Aires tiene 1200 prostíbulos y cualquiera puede ver, está inundado de papelitos de la trata. Esos papelitos no son cualquier cosa, son trata de personas. Cuando nosotras denunciamos que las fotos de las chicas que estaban en esos papelitos eran de chicas desaparecidas cometimos un error porque ahora las sacaron y ponen dibujitos para que no las podamos identificar.

Parece difícil exigirle al Estado que solucione algo de lo que es cómplice…

El Estado es cómplice porque cuando rescatamos a Soledad Pedraza, lo primero que hizo fue mostrarnos la página web del prostíbulo donde estuvo y nos señaló todas las pibas que estuvieron secuestradas con ella. Digo que el Estado es cómplice porque cuando unos chicos dijeron que iban a matar al Presidente, les allanaron la casa y les revisaron todo, ¿cómo no pueden ubicar esos prostíbulos de las páginas de Internet? No vamos a seguir permitiendo este Estado cómplice y proxeneta.

¿Para qué querés que sirva el caso de tu hija?

Para ayudar a los demás. La trata es un negocio millonario, es trata y droga; trata y armas. Y eso de que me digan que en todo el mundo pasa, a mi no me tranquiliza, yo quiero arreglar mi país después iré por otros países pero primero acá. Falta mucho, dentro de todo lo que nos estamos esforzando y luchando, falta mucho.