El Estado siembra despidos

El Estado siembra despidos

La primera posta fue el lunes de la semana pasada. Ese día, los trabajadores de la Agencia Nacional de Discapacidad se enteraron que el gobierno echaba a 70 de sus compañeras y compañeros.  Un policía en la puerta del organismo, en Hipólito Yrigoyen 1439, en Capital, leía de un papel los nombres de quienes a partir de ese momento eran dejados sin trabajo. La segunda sucedió pocos días después, cuando el Ministerio de Agroindustria resolvió echar a 330 personas, disfrazando la medida de “desvinculación”, tal como se usa en el lenguaje gerencial.  Así, 400 empleados se quedaban en la calle en menos de una semana.

Más de 400 personas quedaron sin empleo en el Ministerio de Agroindustria.

El lunes 16 de abril, los empleados y empleadas de la Agencia Nacional de Discapacidad llegaron hasta Hipólito Yrigoyen 1439, como todas las semanas, para retomar sus tareas habituales. Sin embargo, algo había cambiado en la geografía del lugar: carros de asalto y efectivos apostados en el ingreso. En las oficinas faltaban empleados; los que estaban eran policías de la Federal. Así se enteraron de los despidos.

La Agencia había sido creada por el Gobierno nacional en septiembre de 2017, tras el intento fallido (producto de la fuerte resistencia) de dar de baja 170 mil pensiones por discapacidad y  absorber a otras reparticiones como la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad, el Servicio Nacional de Rehabilitación, el Programa Incluir Salud y la ex Comisión Nacional de Pensiones.

Christian Gutiérrez trabajaba en el área desde hacía 18 años. Su puesto era administrativo. “Nos encargamos de recibir y procesar el trámite de pensiones no contributivas, que asisten a una población muy carenciada, que no se pueden desarrollar sea por cuestiones de salud y/o dificultades económicas”, explica sobre las tareas que hacía. Los medios de comunicación (o buena parte de ellos) se encargaron de hablar del curro de las pensiones. Para Gutiérrez eso “es una gran canallada. Acá trabajan un montón de profesionales, y las personas para acceder a las pensiones tienen que presentar un montón de trámites, como  presentar certificados médicos e informes sociales que realizan nuestros trabajadores sociales”. ANCCOM intentó comunicarse con la Agencia, pero nadie respondió.

Reclamo de la Agencia Nacional de Discapacidad en el Congreso.

El interior también existe (y sufre)

Los 70 despidos no corresponden solamente a la sede porteña sino que se extienden a otras sedes, entre ellas las de Córdoba, Neuquén, Mendoza y Ushuaia. Cerraron además algunos centros de atención local (CAL) en localidades bonaerenses como Lomas de Zamora, Moreno, Tigre, Necochea y Tres Arroyos. Para lograr el objetivo, emplean un método arcaico pero eficiente: dejande pagar los alquileres y servicios para que las oficinas de atención desaparezcan.

Silvia Moglie es delegada de ATE a nivel nacional. Trabajaba en el CAL de Luján hasta que la echaron la semana pasada. Cuenta que allá se enteraron de los despidos “por una foto que nos envían los compañeros de Capital de la lista que tenía la Policía en sus manos. Después nos llamó el gremio, ATE. En Luján, somos cuatro despedidas. Tres somos trabajadoras sociales y una compañera es administrativa.” Moglie agrega: “Vivimos un desguace permanente del organismo, no tenemos caja chica, nos compramos el papel higiénico, el agua que consumimos. Luján es cuna de Cambiemos y está claro que acá nos persiguen”.

Valeria Barrere,  por su parte, trabaja en la delegación de Tres Arroyos. Su telegrama tiene fecha el 13 de abril, momento en el cual estaba mandando mails y solicitando respuestas a diversos trámites. Quedaron 100 trámites de pensiones pendientes que estaban a su cargo.  Lejos de indignarse por su situación personal, Barrere realiza un diagnóstico integral: “No me preocupo por mi caso personal, porque voy a seguir trabajando y en definitiva soy una más en la larga lista de despidos que azota al país. Me preocupo porque hay que exigirle al gobierno nacional que toque timbre a cada uno de los pensionados para decirle adónde va a concurrir a hacer su trámite”, afirma.

La Agencia había sido creada por el Gobierno nacional en septiembre de 2017.

Menos pensiones

La mutilación de la Agencia Nacional de Discapacidad no solo afecta a los trabajadores. Según ATE, hasta diciembre de 2015 se otorgaban 12 mil pensiones por mes y en los primeros cuatro meses del 2018 sólo se aprobaron 8.869 en todo el país. Walter Pignataro es delegado general de ATE Pensiones y revela que “el mes pasado se entregaron 1000 pensiones y hoy hay 100 mil que están trabadas. Los expedientes están parados. Van pasando de una oficina a la otra, o quedan paradas un año en una oficina, y así sucesivamente, pero el trámite no se liquida. Estamos hablando de personas en la situación más vulnerable de Argentina“.

Eliana Fernández, delegada de ATE Pensiones, afirma que al panorama ya descripto “se suma que fueron achicando los criterios para el otorgamiento de pensiones: se empezó a reducir la cantidad de patologías que se podían tomar para iniciar la pensión, se empezó a quitar del medio la visión social que tenía la pensión no contributiva por invalidez.” Al otorgar una pensión se tenía en cuenta no solo la patología sino también el entorno social y cultural que tiene la persona: si vive en estado de hacinamiento, si tiene una familia numerosa, si tiene algún otro ingreso.

En febrero de este año los trabajadores denunciaron el achicamiento de estos criterios, y también la intención de excluir a los menores con discapacidad, porque no los consideraban discapacitados laborales. “Esto salieron a desmentirlo en La Nación, pero la realidad es que esos expedientes referidos a menores de edad están en cajas para mandar al archivo”, afirma Fernández.

Cosechar desempleados

El festival de despidos no terminó en la Agencia Nacional de Discapacidad. Continuó esta semana con la confirmación de 330 trabajadores despedidos en el Ministerio de Agroindustria, en manos del ex titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere. Las tres áreas de Agroindustria más afectadas por las cesantías son el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), donde ya hubo 130 despidos a principio de año, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Agricultura Familiar, que sufrió 160 bajas en 2016.

Sebastián Rivera, delegado general de la Junta Interna de ATE, entiende que hay una orientación profundamente clasista en los despidos: “Se dirigen fundamentalmente a los trabajadores de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, que se encarga de desarrollar políticas públicas para los sectores más vulnerables del agro y hacia los trabajadores que perciben los salarios más bajos, de apenas 12 mil pesos», denuncia.

Cualquier despido impacta de manera terrible porque puede dejar a una provincia entera sin operadores y, por ende, a productores sin apoyo. Carina Maloberti, secretaria gremial de ATE SENASA,  anticipa que esperan unos “380 despidos en SENASA de un total de 958 que es lo exigido según el Plan de Dotaciones Óptimas desarrollado por el Ministerio de Modernización».

En tanto, la Federación Agraria Argentina (FAA) había aclarado mediante un comunicado de prensa que durante la última reunión de la Mesa de Enlace con el ministro Etchevehere «en ningún momento se nos adelantó acerca de posibles recortes ni despidos en organismos como SENASA, INTA, ni en el área de Agricultura Familiar». La FAA agregó que en dicho encuentro se exigieron soluciones a los graves problemas de los pequeños y medianos productores que se encuentran «en emergencia económica, financiera y productiva».

 Jorge Harvez, trabajador de Agroindustria y primer vocal del Consejo Directivo de ATE Capital, es “un veterano”, y ya tiene antecedentes en la administración pública. Trabajó en su momento en la Junta Nacional de Granos, hasta que el menemismo la disolvió. Sostiene que “hoy tenemos como funcionarios públicos a los que desalojan a los productores. No sólo defendemos el lugar de nuestros compañeros sino el rol del Estado, que es lo fundamental de este caso”.

“Acá tenemos una disputa muy clara entre una política que basa el desarrollo económico en la fortaleza del mercado interno y otra que cree que hay que exportar cualquier cosa y así llegarán las inversiones, y estos dos años y medio nos demuestran lo contrario”, afirma con pesadumbre Harvez, quien ya vivió exactamente lo mismo cuando lo despidieron de la Junta Nacional de Granos, recordando con tristeza que “después de eso vino la crisis de 2001”.

Sebastián Rivera, delegado general de la Junta Interna de ATE.

Trabajo precario

Los trabajadores cesanteados revisten, en general, bajo la modalidad de contratación del artículo 9 de la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20744, que ofrece todos los beneficios de la planta permanente pero no la estabilidad laboral y, por lo tanto, no permite indemnización. Se trata de empleados que pueden tener más de diez años de antigüedad y, cabe reconocer, heredan esta situación de precarización y vulnerabilidad de gestiones anteriores.

Precarizados e injustamente rechazados por parte de la sociedad. Sebastián Rivera, delegado de ATE, recuerda al respecto un momento desagradable que les tocó vivir recientemente, cuando Agroindustria había dispuesto asueto, en medio del anuncio de despidos.: “Nos retiramos el viernes hacia nuestra seccional Capital, y desde algunos autos nos gritaban  Vayan a laburar, vagos’. ¿Qué loco, no? Porque justamente quien no nos dejaba trabajar era el ministro, con otro lock-out patronal. Como sabemos, ya lo hizo en 2008 defendiendo sus intereses de clase. Hoy, con estas actitudes está ganando las batallas empresariales de aquel conflicto, y nosotros pagando con nuestros puestos el incremento de sus patrimonios”.

Correr sin mirar

Correr sin mirar

Son conocidos como “la marea roja” por el color de su indumentaria. Entrenan en el Club Unión, ex Seden, ubicado en el Partido de Merlo. Cuatro días por semana, los deportistas comienzan los entrenamientos puntualmente a los ocho de la mañana y ANCCOM los acompañó en una de las prácticas.

“El trabajo con los chicos ciegos me ha motivado mucho. Actualmente, tenemos ocho en el equipo, cuatro ya están trabajando a nivel. Esto ya me gratifica, los otros cuatro están en trabajo de adaptación. Para mí, es algo inusual nuclearlos a todos en el mismo equipo. Pero nosotros tenemos la posibilidad de hacerlo”, relata -antes de comenzar el entrenamiento- Walter Javier Píccolo, atleta de triatlón y conductor del grupo.

Corredores ciegos y entrenadores del Triforrest posan para la cámara posicionados como si fueran un equipo de fútbol y con sus características remeras rojas.

El equipo de la «marea roja» nuclea a cuatro corredores en nivel y cuatro en adaptación.

Con sus 55 años, Piccolo va al frente del grupo de corredores y parten raudos por la calle Libertad y luego por Maipú. Transcurrida una hora y cuarenta minutos, los atletas regresan tras haber dejado atrás 14 kilómetros de recorrido. Al volver se van directo al gimnasio del club. Durante unos veinte minutos, Walter realiza un balance del entrenamiento. Los corredores, tirados sobre colchonetas, lo escuchan atentamente los problemas a superar mientras realizan trabajos de elongación. “Somos un grupo selecto dentro de la zona, porque a donde nosotros vamos, siempre andamos bien”, arenga Piccolo.

El primer corredor ciego del TriForrest es Ernesto José Vera, de 57 años, profesor de Folklore, que enseña actualmente en el “Taller de ciegos, Ricardo Vázquez”. Hace tres años y ocho meses que corre junto a Piccolo, su lazarillo. Son amigos desde la infancia y esa unión potencia el trabajo de cada día, Ernesto cuenta cómo es el triatlón: “Nos tocan mil quinientos metros de natación; así se empieza. Salís del agua y tenés cuarenta kilómetros en la bici, en tándem con Walter, por supuesto. Después, a bajarse de la bici, sacarse ese casco y recorrer los últimos diez kilómetros de pedestrismo”.

Un cansado Ernesto Vera corre con la remera del Triforrest. En su mano sostiene una correa que lo une a Walter, su lazarillo.

Ernesto Vera, primer corredor de Triforrest.

A la par de Ernesto, se entrena Fernando Yraola, de 48 años, quien participó en varias carreras. “La primera carrera que participé fue el 24 de marzo, en La Carrera por la Memoria, el 2016 en Castelar. Desde allí, no paré. Siempre subo a los podios”, se ufana y agrega: “Gané la de Rosario que era para ciegos y disminuidos visuales, de 15 kilómetros, en la categoría B1, que es para ciegos totales. Eran más de ochenta corredores y vinieron de todas partes del país”.

De los ocho corredores ciegos que cuenta el grupo, la única mujer es Verónica Ruth Etchegoyen. “Hace tres años llegué al Taller sin saber utilizar el bastón, tuve mucha contención, el grupo me estimuló mucho para utilizarlo. Además aprendí Braille, orientación y movilidad para poder manejarme por la calle”, señala. “Estuve en varias carreras, en Rosario, en los 15 kilómetros, salí primera en la categoría B2, que es para disminuidos visuales”, dice.

Ernesto Vera y Walter Píccolo sostienen los premios conseguidos en el Triatlon Baradero.

Ernesto Vera y Walter Píccolo sostienen los premios conseguidos en el Triatlon Baradero.

Los atletas ciegos del TriForrest participan del Taller de Ciegos Ricardo Vázquez, fundado en 2012, actualmente con sede en Merlo. Anahí García, profesora especial y maestra de grado, es la fundadora y coordinadora del Taller y la principal promotora de la existencia del grupo de corredores ciegos. “Lo único que tuve es la mirada de quién podía hacer éste deporte. Vi que Ernesto tenía potencial, y él me decía: ¡Qué groso es tu marido! (por Walter Píccolo)- cómo hace esas actividades, corre, nada, pedalea. Le dije: ‘Vos podés llegar hacer lo mismo. Hablé con Walter, se preparó y comenzaron a entrenar”.

 El presidente del Taller, en tanto, Ernesto Hugo Echevarría, comenta: “La cantidad de asistentes al taller es cercana a las cincuenta personas y las puertas están abiertas a toda aquella persona ciega y disminuida visual que necesite ayuda, aquí tenemos muy buenos profesores y desarrollan diferentes actividades”. Como las que realiza Claudio Adrián Arjona, que no forma parte del Triforrest pero participa con ejercicios de movilidad. Su mamá, Susana Reyes, explica: “Claudio quedó ciego a los 31 años. Él era un chico sano, manejaba auto, me sacaba a pasear, íbamos a todos lados. Venimos al Taller hace dos meses, le ayuda a tener más movilidad y a hacer deportes. Cuando no puede venir al Taller está desesperado”.

 

“La peor discapacidad es no tener corazón”

“La peor discapacidad es no tener corazón”

“Las pensiones no son un premio, son un derecho. Ser discapacitado no es un privilegio”. La consigna resonó en la Plaza de la República, frente al Obelisco, donde cientos de personas afectadas por la quita de más de 80.000 pensiones no contributivas por discapacidad reclamaron al gobierno que revise esa medida. Casi en simultáneo a la movilización, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, anunció que el Poder Ejecutivo daría marcha atrás con la decisión que, en los últimos días, generó el repudio de todos los sectores políticos, sindicales y sociales.

A pesar de las dificultades para llegar en un día jueves con paro de algunas líneas de colectivos y con pronóstico de lluvia, personas con diferentes tipos de discapacidades y familiares se dieron cita a las 18:00 junto a otros tantos que se solidarizaron con el reclamo a partir de una convocatoria en las redes sociales.

Miguel llegó puntual. En silla de ruedas le relató la secuencia que afectó a miles a ANCCOM. “Cuando fui a cobrar me encontré con cero en la cuenta, porque dicen que no me corresponde la pensión de 4.300 pesos por estar casado con mi señora que cobra una jubilación”, explicó. Por su parte, su cónyuge Haydée señaló que es discapacitada visual y también tenía una pensión hasta que pudo entrar en la moratoria para jubilarse con el gobierno anterior.

A las 18:15 tomaron la palabra referentes de algunas asociaciones y personas con discapacidad para dar voz al reclamo. Allí resonó una frase: “La peor discapacidad es no tener corazón”. Y siguieron las críticas a la decisión del gobierno de Mauricio Macri y, en especial, a la figura de la ministra Stanley.

El presidente de la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales, Guillermo Badino, también fue blanco de las críticas. Sucede que el funcionario había dicho que se quitaron pensiones a personas que “no son inválidos totales” y por lo tanto “si lo desean, pueden trabajar”. Una de las oradoras, que actualmente trabaja en el Poder Judicial, desarticuló ese argumento oficial y señaló las dificultades para ser aceptada en un empleo, el rechazo sufrido en cada entrevista.

Además de la restitución de las pensiones, las personas allí reunidas pidieron el cumplimiento de los acuerdos internacionales sobre derechos de las personas con discapacidad y la garantía del cupo laboral.

Federico, padre de Floreal, un joven con Síndrome de Down, fue categórico, calificó la medida es “nefasta”. Y advirtió. “Esto le tiene que preocupar porque no se puede jugar con los derechos de las personas”.

Actualizada 16/06/2017

Se hace camino al andar

Se hace camino al andar

La Asociación Civil Andar ubicada en Moreno, Provincia de Buenos Aires, trabaja desde hace más de veinte años con y por las personas con discapacidad. Allí se realizan diversas actividades productivas, culturales, terapéuticas, sociales y deportivas.

Carlos Denini es miembro de la Comisión Directiva y cuenta que “la idea de la Asociación Civil Andar surge a principios del año 1985 como una alternativa social diferente que ofrece a niños, jóvenes y adultos con discapacidad, la oportunidad de desarrollar actividades recreativas, lúdicas, deportivas y culturales a partir de propuestas concretas y sistemáticas”.  La entidad  tiene un equipo interdisciplinario -psicólogos, trabajadores sociales, personal terapéutico- constituido por profesionales que acompañan y  apoyan a cada uno de los orientadores que están a cargo de los diferentes grupos. 

Andar cuenta con una granja educativa, una escuela de gastronomía, la Liga de Fútbol Inclusiva, una panadería y un centro de día, entre otras cosas. Luisina Sacchetta, psicóloga y coordinadora del centro de día, relata que trabajan con siete grupos de chicos.  “La idea de los grupos es que sean dinámicos, los integrantes van moviéndose en diferentes actividades durante el año”, explica y agrega: “Queremos que participen en actividades que tengan que ver con el desarrollo de su bienestar emocional y físico, que puedan acrecentar las relaciones interpersonales y sus diferentes habilidades, queremos que cada día sean más autónomos y autodeterminados. Ese es el mayor objetivo, que puedan decidir por ellos mismos y que disfrutar y mejorar su calidad de vida”.

integrantes en plena actividad en la cocina

“La idea de la Asociación Civil surge como una alternativa social diferente que ofrece a niños, jóvenes y adultos con discapacidad, la oportunidad de desarrollar actividades recreativas, lúdicas, deportivas y culturales a partir de propuestas concretas y sistemáticas”

Todos los goles

 Calidad de vida también se encuentra en el deporte. Por eso, Andar también organiza la Liga de Fútbol Inclusiva,  un  torneo para personas con y sin discapacidad creado en 1998, en Moreno, y que se replica en diferentes puntos del país y de América Latina.  La Liga es para mayores de 16 años. En la edición de este año participaron 105 equipos de 35 organizaciones distribuidas en toda la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.

Pablo Lucero,  Director Administrativo de la Liga de Fútbol Inclusiva a  nivel nacional, revela que además del certamen trabajan en  la inauguración de una escuela de fútbol inclusiva, articulando tareas con las escuelas especiales y convencionales. “En esta primera etapa, tuvo como resultado cuarenta inscriptos, y la articulación con seis escuelas, fue una prueba piloto que costó arrancar. Trabajamos con escuelas públicas, porque consideramos que el sector más vulnerable con personas con discapacidad se encuentra ahí, aunque en realidad es el sector no escolarizado”,  dice Lucero.

Naturaleza

La granja educativa y la huerta son otros espacios que Andar abre a la comunidad. Lo innovador del área es que los jóvenes operarios, que son  personas con discapacidad, se ubican en un rol de educadores populares.  Martín Zaracho,  uno de estos chicos que trabaja en el vivero y la huerta,  dice que “el fin del emprendimiento es sembrar para obtener las verduras y frutas para comer, pero lo que rinde más en la granja es la parte intelectual, tomar el vivero como un aula para enseñar”. Compara el vivero con una fábrica, ya que si bien en las fábricas producen cosas, aquí producen conocimientos, comenta.

Sofía Albelia, orientadora del grupo, dice que “la huerta es orgánica, no usamos químicos, todo lo preparamos con hierbas naturales para el control de plagas”.  En el espacio tienen una gran variedad de cactus que comercializan en la Feria Popular Itinerante del Municipio de Moreno, donde concurren una vez cada 15 días.

Marie Sosa, en tanto, está a cargo de la granja educativa. “Es un proyecto donde se invitan a colegios y jardines a vivir la experiencia de poder cultivar y hacer todos los procesos que tienen que ver con huerta orgánica y el cuidado del medio ambiente. Son diferentes proyectos que se van trabajando con las escuelas que contratan la dinámica de visita educativa”,  dice.  Las  visitas son de colegios y jardines de infantes de Merlo, Paso del Rey y en especial de Moreno, y algunas instituciones de Capital; tienen un promedio de 4 a 5 visitas mensuales, siendo los contingentes de 65 personas  y el recorrido tiene una duración de 3 horas.

"Andar cuenta con una granja educativa, una escuela de gastronomía, la Liga de Fútbol Inclusiva, una panadería y un centro de día, entre otras cosas".

«Andar cuenta con una granja educativa, una escuela de gastronomía, la Liga de Fútbol Inclusiva, una panadería y un centro de día, entre otras cosas».

Economía inclusiva

Andar desarrolla también emprendimientos productivos, con una lógica de sustentabilidad, que generen empleos socialmente reconocidos para las personas con discapacidad,  y que permitan un ingreso que pueda ser distribuido entre los participantes de las actividades.  Denini afirma:  “En los Talleres Protegidos los operarios reciben un subsidio por parte del Estado de 900 pesos y los que participan de emprendimientos productivos se distribuyen el excedente, de acuerdo a un criterio variado como ser presentismo, habilidad, conocimiento, responsabilidad que determina una categoría del operario”.

Uno de estos emprendimientos es la panadería.  “La producción de pan y de facturas llegan a alrededor de 17.000 alumnos de escuelas públicas de Moreno. Son 80 escuelas a las que se entregan pan, facturas y prepizzas”,  informa  Denini. Andar es proveedor del Consejo Escolar de Moreno,  posición que obtuvo al participar cada año en una licitación junto a otras panaderías. 

Además, en Andar realizan trabajos para empresas que los contratan para participar de una parte de sus procesos productivos. Los operarios, por ejemplo, hacen el envasado, pesaje, etiquetado y distribución en las cajas que después van al comercializador. “Uno de los ejes del taller tiene que ver con el desarrollo de la persona, en la adquisición de habilidades, actitudes y aptitudes para el trabajo” argumenta  Denini para explicar el sentido de esas tareas.

Una escuela de gastronomía es otro de los espacios clave de Andar. Allí, además de enseñar se utiliza para la elaboración de productos de catering. Otro de los logros de la entidad es haber obtenido en 2013 la concesión del buffet de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, en la Capital Federal, luego de un reclamo estudiantil para tener un espacio gastronómico económicamente más accesible y, a la vez, más saludable.  Desde el oeste, Andar multiplica esfuerzos para la contención y promoción de las personas con discapacidad.

 

Actualizado 13/12/2016