Hacia la vigilia, sin dictamen

Hacia la vigilia, sin dictamen

Este miércoles, el plenario de comisiones que trata el proyecto de legalización del aborto culminó con discusiones reglamentarias en torno al dictamen que se discutirá el 8 de agosto en el recinto de la Cámara Alta. En los últimos días, algunos senadores y senadoras que apoyan la iniciativa propusieron modificar el proyecto que obtuvo media sanción en Diputados con el fin de elaborar un dictamen de consenso que oriente a los indecisos hacia el voto positivo. Los cambios contemplan la reducción del plazo de 14 a 12 semanas para realizar el aborto, la no penalización de los médicos que se nieguen a hacerlo, la introducción de la objeción de conciencia institucional y la asignación de un plazo de 60 días para que los hospitales se adecuen a la situación.

Durante la reunión el texto modificado obtuvo 26 firmas, sin embargo, no hubo acuerdo respecto a los cálculos: para algunos la mayoría necesaria es la de la totalidad del plenario y para otros corresponde contabilizar la mayoría de cada una de las tres comisiones (Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales). Finalmente, el presidente del debate, el radical Mario Fiad, sostuvo que como mínimo se requerían 27 firmas y por lo tanto ratificó que no había dictamen. Por su parte, los antilegalización no presentaron un proyecto propio y la incertidumbre se resolverá en el recinto la semana próxima: o se discute el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo tal como fue sancionado en la Cámara Baja o bien se aplican las modificaciones y de ser sancionado, el texto modificado deberá volver a Diputados para su aprobación definitiva.

El feminismo llegó para quedarse

Las audiencias de especialistas terminaron este martes. Durante la última jornada, médicas, abogados, escritoras y filósofas expusieron a favor y en contra de la legalización. Sin duda uno de los discursos más celebrados fue el de la escritora y guionista Claudia Piñeiro quien exigió a los legisladores que se corran de los extremos y busquen puntos de encuentro: “Mírense y busquen un acuerdo como lo han hecho en otras leyes (…) en un extremo tenemos una ley que se puede mejorar y de otro lado está el rechazo total que nos deja totalmente desamparadas” y enfatizó: “Escuché a senadores decir que si a su hija la violaran y quedara embarazada la ayudarían a abortar, entonces yo le pregunto: y si tu hija conociera a un muchacho que le encantó esa noche y al fallarle el método anticonceptivo queda embarazada, ¿no la ayudarías a abortar si ella no quiere ser madre? Y del otro lado hay silencio o me contestan mi hija jamás haría una cosa así. ¿En qué sociedad vivimos que nos podemos imaginar hijas violadas con derecho a abortar y no nos podemos imaginar hijas que tienen una sexualidad libre a las que les falló el método anticonceptivo?”

Minutos más tarde, siempre con la Constitución de 1853 en mano, disertó el abogado Pablo Garat y la reprobación casi general en la sala se hizo evidente: “voy a ser políticamente incorrecto, yo sé lo que vale una mujer, pero acá tiene que dejar lugar al otro porque también hay niñas por nacer, ya que no quieren hablar del niño (…) y voy a hablar de dos mujeres, la primera es Pandora, que abrió una caja y dejó salir todos los males y la otra es la Madre Teresa de Calcuta que dijo no las aborten, dénmelas a mi”.

“Yo voy a hablar literalmente del valor que se nos da a las mujeres”, así comenzó su exposición Alika Kinan, sobreviviente de la trata de personas con fines de explotación sexual y en lo que duró su relato se diferenció de las incoherencias planteadas por el abogado Garat y mostró una realidad dolorosa y poco conocida sin necesidad de aludir a la caja de Pandora: “La explotación sexual es el privilegio histórico que tienen los hombres de poder darle valor a nuestros cuerpos en una clara relación de desigualdad”. Y ya con lágrimas en los ojos, concluyó: “Cuando una mujer víctima de trata tiene que abortar de manera clandestina está siendo doblemente violada y ultrajada porque no puede hacerlo con las garantías del Estado”.

Cerca de las 18, comenzó a resonar en el salón Arturo Illia del Congreso el eco de los cantos que impregnaron las calles de ruido en el último Martes Verde. Desde temprano, cientos de estudiantes de primaria, secundaria y universidades se congregaron en los alrededores del Senado acompañando al “estudiantazo federal”, que se llevó a cabo en múltiples ciudades del país. Además, a las 13, un numeroso grupo de artistas e intelectuales se tomaron una foto en las escalinatas del Congreso y entregaron a las senadoras presentes una carta en apoyo al proyecto. Pasaron las horas y bajó la temperatura pero el calor humano y el sonido de los bombos no dejaron lugar al cansancio. Por supuesto, Martha Rosenberg no se quiso quedar afuera: a las 20, cuando finalizó la audiencia fue la primera en levantarse de su asiento y le pidió a Mariana Hellin, su compañera en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, salir un rato afuera “para saludar a las chicas”. En ese recorrido, bajando la escalera que conduce del edificio a las calles llenas de verde, Mariana miró a Martha con una sonrisa y le dijo a Anccom: “Terminaron las audiencias, pero el feminismo llegó para quedarse”.

La marea verde esta vez emergió desde las entrañas de la tierra

La marea verde esta vez emergió desde las entrañas de la tierra

Varias organizaciones, entre ellas la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el colectivo Ni una Menos y las metrodelegadas, sumadas a artistas como Miss Bolivia, tomaron las líneas del subte para expresar distintos tópicos que subyacen en el debate por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo: el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, la maternidad asociada al deseo, el derecho a la información en contra de la desinformación opresiva, el aborto como cuestión de salud pública y el derecho a la educación sexual integral.

La acción comenzó en las cabeceras de cada línea de subte, luego las agrupaciones viajaron en los trenes decorándolos de verde, repartiendo volantes y cantando canciones a favor de la legalización del aborto. Finalmente, se reunieron todas en Plaza de Mayo donde realizaron un pañuelazo frente a la Casa Rosada.

En vistas al debate que tendrá lugar el próximo 8 de agosto en la Cámara de Senadores, los colectivos decidieron unirse para visibilizar la necesidad de que el aborto sea legal, seguro y gratuito.

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Entre la ciencia y el  Medioevo

Entre la ciencia y el Medioevo

Marcha Ni Una Menos, el 4 de Junio de 2018.

En el sexto plenario de comisiones del Senado que debate el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo comenzo a las 10 de la mañana y terminó al anochecer. Entre los expositores, se destacaron el anacrónico médico tucumano y asesor del Gobierno Abel Albino (en contra), el ex Ministro de Salud Daniel Gollan y la presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), Mabel Bianco, (ambos a favor).

Sin duda el que más dio que hablar fue Abel Albino, quien se extendió durante 50 minutos y pidió a los gritos: “¡Por favor no maten a los chicos!”. El médico aludió a personajes casi siempre anteriores al siglo XXI, como los romanos, los espartanos, la Madre Teresa de Calcuta, el Martín Fierro y Juan Bautista Alberdi y afirmó entre carcajadas irónicas que “una mujer embarazada no es una idiota a la que le falló el plan, una mujer embarazada es un tesoro para el país y su hijo es una joya.” Y terminó la idea argumentando que la función del proletariado es crear prole: “¡Necesitamos más gente, por favor!”

A los 30 minutos del discurso la senadora Pamela Verasay interrumpió a Albino con una pregunta acerca de los métodos anticonceptivos para prevenir embarazos y la respuesta del médico incitó una oleada de caras de descontento y de insultos por lo bajo. Frente a la inquietud de la legisladora, Albino respondió, nuevamente entre risas, que “el profiláctico no protege de nada. El virus del sida atraviesa la porcelana. Esto no es un viva la pepa, a los chicos hay que educarlos para el amor, que se casen temprano, que organicen sus vidas”. Hasta ese entonces Mabel Bianco, que había disertado anteriormente, sostenía con su mano una cara de agotamiento y preocupación pero al escuchar la afirmación acerca de los profilácticos no disimuló la indignación: se levantó de la silla y se retiró de la sala gritando “¡Esto es una vergüenza!”.

Llegando al cierre del plenario de esta jornada, Milagros Peñalba, adolescente de 16 años y estudiante salteña demostró que sus datos, en contraste con los de Albino, eran directos, concretos y prácticos, sin apelar a ninguna moral: “En Salta, un cuarto de los embarazos son adolescentes, la verdadera rectora de la educación es la Iglesia y te sancionan, te persiguen y te expulsan por presentarte a favor de esta ley. Si nos quedamos embarazadas nos juzgan en las calles, nos echan de los colegios y si no se nos echa, se nos margina. Pero si abortamos nos llaman asesinas”. Y concluyó su exposición con una reflexión que se ganó el silencio de todos los presentes: “Estamos hartas y hartos de que los encargados de representar a la provincia representen a un sector conservador, que sostiene la doble moral, desconoce los pueblos originarios y niega nuestros derechos (…) No tenemos educación sexual ni tampoco se nos proveen métodos anticonceptivos. El aborto legal es un derecho necesario que debe unirnos a todos”.

El martes —a diferencia de Albino, el médico tucumano que discutía la porcelana—, el Ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, se manifestó a favor de la legalización del aborto. Durante 20 minutos el funcionario habló ante un salón colmado de senadores y senadoras, periodistas y asesores y justificó su postura con argumentos científicos. Una vez que Mario Fiad, el presidente del plenario, le cedió la palabra, Rubinstein explicó: “He tenido siempre un respeto enorme por los datos y por la rigurosidad. Por eso los datos que voy a dar han sido chequeados y validados, son sólidos y provienen del Ministerio de Salud.” Y agregó: “Muchas veces los datos y las evidencias pueden ser más o menos cómodos, pero mi objetivo es que la decisión que tome cada uno de ustedes esté informada por la mejor evidencia científica posible”.

En la exposición, el Ministro respondió básicamente tres cuestiones centrales ligadas a las cifras de embarazos y muerte materna en edad reproductiva, a la reducción del número de abortos en países donde la práctica está legalizada y por último despejó dudas acerca de los costos y recursos que el sistema de salud necesita para cumplir con la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). A través de una enorme variedad de gráficos y mapas detallados, Rubinstein demostró que la Ley daría por resultado 70 mil internaciones menos y las muertes evitables se reducirían en un 92 por ciento: “En el caso de la legalización, lo que baja de manera dramática son los costos atribuibles a las complicaciones y lo más importante es que se reducen las muertes. Cualquier muerte evitable de una mujer es algo que nos debe preocupar, pero además la muerte es el último emergente de una realidad sanitaria y social muchísimo más amplia”.

En el exterior, como todos los martes, cientos de mujeres que reclaman la sanción definitiva del proyecto de ley se congregaron en los alrededores del Congreso con los pañuelos verdes, sumadoa ahora a los pañuelos naranja que llevan la consigna “Iglesia y Estado, asuntos separados”. A eso de las 16, justo en la puerta del Senado, un grupo muy reducido conformado por un cura y no más de cinco mujeres mayores, se agarraban de las rejas del edificio y rezaban con cruces y pañuelos celestes. Pero el silencio sagrado de los antiderechos culminó cuando entraron en escena unas 50 bailarinas de folclore sonrientes y llenas de brillos verdes dispuestas a bailar una coreografía al compás del canto ¡Que sea Ley!

 

Agosto verde

Agosto verde

Durante dos reuniones consecutivas, el martes y el miércoles, se acordaron en la Cámara de Senadores la fecha y las comisiones que tratarán el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. La votación en el recinto se realizará el 8 de agosto y una semana antes, el 1º de ese mes, se firmará el dictamen. La iniciativa, finalmente, se debatirá en tres comisiones: Salud (que será cabecera), Justicia y Asuntos Penales, y Asuntos Constitucionales.

La fecha definitiva del tratamiento en la Cámara Alta se definió el martes en la reunión de Labor Parlamentaria. Mientras tanto, por la tarde, se llevó a cabo una conferencia de prensa convocada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en el salón Arturo Illía del Congreso de la Nación. A la reunión asistieron los senadores Pamela Verasay (UCR-Mendoza), Humberto Schiavoni (PRO-Misiones), María de los Ángeles Sacnun (FpV Santa Fe) y Anabel Fernández Sagasti (FpV Mendoza), además de las diputadas Victoria Donda, Brenda Austin, Mónica Macha, Romina del Plá, Cecilia Moreau y Araceli Ferreyra entre otras. También dijeron presente y lucieron el pañuelo verde las actrices Catherine Fulop, Lola Berthet y Julieta Ortega. Senadores, diputados y miembros de organizaciones feministas y políticas exigieron que el proyecto de legalización del aborto reciba un tratamiento respetuoso en el Senado y pidieron que se mantenga la letra de la media sanción aprobada el pasado 13 de junio en la Cámara de Diputados.

La decisión sobre por cuáles comisiones debatirán el proyecto generó tensiones y discusiones polémicas. La semana pasada, la vicepresidenta Gabriela Michetti giró el proyecto aprobado en Diputados a cuatro comisiones. Los sectores que apoyan la iniciativa habían solicitado el tratamiento solo en las comisiones de Salud y Justicia y la decisión de Michetti de incorporar las comisiones de Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda desencadenó el cuestionamiento de Miguel Pichetto, presidente del interbloque Argentina Federal y de Marcelo Fuentes, presidente del FpV-PJ, quienes sostuvieron que la propuesta de la vicepresidenta tenía la clara intención de dilatar el debate.

Hoy, Michetti y Pichetto se reunieron en el despacho de la vicepresidenta y acordaron girar el proyecto a tres comisiones. El consenso determinó que la comisión de Salud seguirá siendo cabecera y que intervendrán también las comisiones de Justicia y Asuntos Penales como pretendía Pichetto. En cuanto a la inclusión de la comisión de Presupuesto y Hacienda, la senadora del FpV por Santa Fé, María de los Ángeles Sacnun declaró el martes que “si estamos hablando de un proceso de ampliación de derechos no podemos hablar de gastos, hay que hablar de inversión. Acá el presupuesto no tiene nada que ver”. Finalmente la vicepresidenta debió ceder y el proyectó no girará a la comisión de Presupuesto y Hacienda.

Mientras tanto, pendientes de las discusiones y consensos entre senadores, numerosos grupos que se manifiestan a favor de la legalización del aborto realizaron masivos pañuelazos en distintas ciudades del país. Neuquén, Bariloche, San Luis, Tucumán y Rosario, entre otras, se sumaron al reclamo. Así, durante la jornada del martes las plazas de la República Argentina se tiñeron una vez más de verde y las chicas de la Campaña afirmaron que “en la historia de nuestro país un pañuelo nos hermana y el aborto será ley”.

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Escenas de un día para recordar toda la vida

Escenas de un día para recordar toda la vida

Chicas y chicos acostados sobre la calle tapados con frazadas y con pañuelo verde.

Desde temprano diferentes banderas entraron en escena, las caras con glitter, las banderas y los pañuelos verdes. Las avenidas fueron afluentes desde donde llegaron multitudes hacia la Plaza Congreso. El frío, el sueño, la impaciencia, la expectativa se apropiaron de una mayoría de mujeres que ya empezaban a cantar a cantar.

El recinto comenzó su debate a las 11. Del lado verde ya estaban las carpas de Ni una Menos, la carpa que daría talleres toda la tarde sobre Rivadavia y, sobre Callao y Perón, un escenario listo para empezar lo que se convertiría en una fiesta

Se acercaba la hora del almuerzo y los discursos y las especulaciones sobre la votación se miraban por TV, cual partido de fútbol, en todas las pizzerías del centro porteño. “Este es nuestro mundial”, le dice una chica a otra, mate en mano, mientras van caminando por Rodríguez Peña a los codazos entre las personas. Para entonces ya había hablado Victoria Donda. Su postura, a favor, recordó que “la clandestinidad mata” haciendo referencia a las condiciones en las que miles de mujeres mueren al practicarse un aborto: “Me pesan los embriones que no van a nacer pero más me pesan las mujeres que no pueden acceder a la salud pública” dijo, eufórica. Mientras desde el escenario se escuchaban gritos de apoyo y aplausos.

Mujeres jóvenes marchando tomadas de las manos y con sus pañuelos verdes.

La marea verde arrasó los alrededores del Congreso.

Gente descompuesta por la falta de aire, gente apretada, gente organizando a mucha gente. Un grupo de ancianas caminan con dificultad y cantan lo más fuerte que pueden “aborto legal en el hospital”. La marea verde se mueve a lo largo de unas cinco cuadras pero se identifican dos focos claros: Rivadavia y Callao, frente al Congreso Nacional y Callao y Perón Frente al escenario.

Veintidós horas de debate y espera y no hay incidentes ni disturbios, solo un poco más de control policial patrullando las calles y el cansancio en las cuerpas que hacía aflorar comentarios: “¿Cuánto queda?”. El momento de escuchar la votación se vivió con un silencio que no había desde hacía mucha horas. Después, la explosión.

Personas entadas en la calle miranda la pantalla que transmitía la sesión de diputados.

Veintidós horas de debate y espera sin incidentes ni disturbios.

Les adolecentes

Una chica sumerge un pincel en un tubo verde brillante, limpia el exceso de pintura y mira fijo a su compañera que la espera parada en frente suyo, con los ojos cerrados. Sobre la mejilla derecha termina de darle forma a un puño en alto, dibujado dentro del símbolo de la mujer. Son dos de las decenas de pibas y pibes que se estampan sobre las paredes blandas de la carpa N°1 montada sobre la calle Rivadavia, esperando para entrar a la primera actividad del día: “Las pibas ya decidieron. El movimiento estudiantil y el derecho al aborto”.

Pasadas las dos de la tarde, las últimas en entrar a la carpa son dos quinceañeras envueltas en un pañuelo verde gigante que alcanza para cubrirlas por completo; afuera queda una multitud de adolescentes que hacen piecito y asoman por los huecos de la tela para no perderse la charla. Después de dos días de tomas en más de once colegios secundarios de Capital Federal y Gran Buenos Aires, los estudiantes decidieron movilizarse hasta la plaza del Congreso en apoyo a la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Hay algunos profesores que se diferencian y nos acompañan en ese proceso de aprendizaje, pero llegamos sólo a la información básica”, cuenta una de ellas y agrega: “En el Artículo 8 del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto se establece que las personas gestantes de entre 13 y 16 años tienen la madurez suficiente para decidir si quieren o no practicarse un aborto. El macrismo nos quiere sacar esa posibilidad y establecer que las personas gestantes entre 13 y 16 años tengan que tener la autorización de un padre para poder acceder al aborto. Esas personas, por lo general, han sido abusadas y en el 80 por ciento de los casos el abuso es intrafamiliar. ¿A quién le vamos a pedir que nos autorice, a nuestro abusador?”

Lola tiene quince años y es alumna del Paideia. “En nuestro colegio tampoco se cumple con la ESI. Algunas alumnas mandamos una carta a las autoridades demandando más espacios de educación sexual, pero nunca tuvimos respuesta”. Sobre la importancia de la aprobación de la ley, sostiene: “Esto no es una cuestión moral. No estamos discutiendo sobre la posibilidad de abortar o no. El aborto ya sucede, hay personas que se están muriendo por eso y no estamos haciendo nada para pararlo, a menos que se legalice. Es una cuestión de salud pública y de poder decidir sobre nuestros cuerpos”.

Mujeres marchando con sus pañuelos verdes.

Desde temprano las banderas y los pañuelos verdes llenaron las calles del Congreso.