“En 2020 será ley”

“En 2020 será ley”

Uno de los debates que atravesó la plaza fue si conformarse con el proyecto de Alberto Fernández o exigir que se apruebe el redactado por la Campaña Nacional.

En pañuelos, en remeras, en accesorios, en carteles, , en banderas, en glitter y hasta en medias. En todos lados el verde, esa marea que ya se considera imparable-, volvió a hacerse presente frente al Congreso de la Nación en un nuevo #19F, por tercer año consecutivo. En el “Día Internacional de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito” y bajo el lema “El proyecto está en las calles”, miles de mujeres y disidencias alzaron sus pañuelos al viento y exigieron que el Parlamento trate y apruebe la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), de cara a la apertura de sesiones legislativas del 1° de marzo.

A partir de las 17 comenzaron los talleres en las carpas ubicadas sobre las avenidas Hipólito Yrigoyen y Rivadavia, los picaditos de fútbol y diversas actividades entre las que se incluyó la proyección del documental El camino a la ley, que recorre la historia del aborto en América del Sur. Las calles de los alrededores parecían peatonales ya que, desde temprano, agrupaciones, organizaciones y personas que se manifestaban de manera independiente iban llegando a la Plaza de los Dos Congresos.

La radio abierta comenzó a las 18 como antesala del acto oficial y del pañuelazo, momento central de la convocatoria que se replicó en más de cien ciudades de todo el país y del mundo.

«Siento la piel de gallina» fue una frase repetida por las manifestantes.

La primera demostración verde del año tuvo como protagonista a una multitud diversa en género y edad, e incluso se vieron muchas familias enteras. Con Maite, de apenas un año, en brazos, Catalina dijo: “Estoy acá por ella, para que crezca en un mundo más justo.” Fue la segunda marcha de la niña que, con el pañuelo atado al cuello, señalaba con fascinación cada mancha de color verde que encontraba.

“Nos une un pañuelo, nos une un color, nos une una consigna: aborto legal en toda América Latina”, se escuchaba desde el escenario ubicado de espaldas al Palacio Legislativo, sobre la avenida Entre Ríos, el telón blanco -ya fondo habitual de las marchas y movilizaciones- actuando de pantalla gigante en la que se proyectó el pañuelo, símbolo de la lucha. La gente, que fue llegando paulatinamente a medida que avanzaba la tarde, ocupaba la calle, la plaza, y más allá también.

Las fotos tomadas por algunos de los múltiples drones que sobrevolaban la plaza durante el final de la tarde y el comienzo de la noche, le ponían la piel de gallina a más de una. Dan cuenta los cientos de miles de pañuelos verdes que se alzaron pasadas las 20, interpelando a la Asamblea Legislativa, ausente en ese momento, para que no olvide la responsabilidad que tiene durante el 2020 para con las mujeres y disidencias. “Las mujeres abortamos”, le gritaron al Congreso: “Toda nuestra lucha nos trajo hasta acá.”

Miembros del grupo chileno Las Tesis coordinaron una coreografía multitudinaria.

Estar en medio de esa marea, ser parte de ella, era emocionante, tal como así lo expresó Martina, recién egresada del colegio secundario: “Es mi primera vez en una marcha. Tenía ganas de venir pero a mi vieja no le gustaba mucho. Yo no quería tener ese prejuicio, quería venir y decidir por mí misma si me gustaba o no me gustaba, y no paro de tener piel de gallina. Me encanta.”

A su lado, y pasándole un tereré, su amiga Delfina también recuerda la primera vez que participó de una marcha feminista: “Fue hermoso, me acuerdo que me trajo una amiga y había un montón de gente, entré y la energía que sentí… la cantidad de mujeres, grandes también, gritando y cantando… Se me ponía la piel de gallina, fue hermoso. Ya desde el bondi vas sintiendo la energía al ver a las mujeres con los pañuelos, viniendo para acá.”

La novedad y uno de los momentos más fuertes fue cuando comenzó la performance El violador eres tú. Dirigida por tres miembros del colectivo chileno Las Tesis -creadoras y pioneras de la iniciativa que se replicó por todo el mundo y hasta en el Parlamento turco- y siguiendo la letra en una pantalla sobre el escenario que dejó leer “El violador sos vos” en su adaptación al castellano rioplatense, las voces se alzaron por toda la plaza, casi en sincronía total. El momento que más se escuchó fue cuando la canción decía “es el Congreso / adonde votan el aborto clandestino”, el ímpetu haciendo memoria al debate parlamentario de la ley en el 2018, y reprochando a esos senadores que impidieron la legalización de la IVE. “El Estado opresor es un macho violador / el Congreso opresor es un macho violador.”

Mujeres y disidencias de todas las edades participaron de la convocatoria masiva.

Frente a la posibilidad de que Alberto Fernández envíe su propio proyecto al Congreso, muchas manifestaron su deseo de que el proyecto de ley que se trate en el Parlamento sea el redactado por la Campaña Nacional por el Aborto Legal -que este año cumple 15 años-, “el de las mujeres”, ya que “consolida la democracia y coopera con organismos internacionales para los derechos humanos”, según la ONG Economía Femini(s)ta.

“El proyecto que tiene que salir es el de la Campaña: es el que se viene debatiendo, armando y construyendo a partir de la lucha de las mujeres”, expresó Cristina, docente y agremiada del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA). “Me parece que el proyecto más lógico es el que se construye desde las bases, el que debatimos desde hace ya muchos años las que peinamos canas, aunque ya no nos corresponda ese derecho porque no podemos concebir más.”

Otras, como Agustina, estudiante de Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA), consideran como algo negativo la presentación de un proyecto paralelo: “Si llega a salir el proyecto de legalización, no va a ser el proyecto de las mujeres sino el de Alberto, cediendo a ciertas presiones, como la objeción de conciencia institucional, para mantener tranquilos a ciertos sectores de la Iglesia y la sociedad. Que de todas formas no se van a contentar porque no quieren que tengamos un derecho como debería ser en su totalidad, sino que nos quieren maternando y calladas. Siempre van a buscar trabas para las mujeres, personas gestantes y ciertas minorías no tengamos nuestros derechos como corresponde.”

Sin embargo, la mayoría reconoció como algo positivo el hecho de que el presidente se manifestara públicamente en favor de la legalización del aborto, y que esto fuera acompañado por políticas públicas tales como la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “Hay muchas mujeres que están en esos puestos también porque estuvieron en las bases y batallando para que salga la ley”, sostuvo Cristina, y agregó: “Creo que está bien que los políticos se expidan. Lo que no puede pasar es que entre jugar la cuestión moral y personal en los legisladores y mandatarios. Lo que tiene que jugar es la política, es una decisión política y de ampliación de derechos.”

La noche siguió luego del pañuelazo con un festival musical del que participaron artistas tales como Paula Maffía, Eruca Sativa, Femigangsta, Ignacia, y Masqueun3, entre otras.

Pero el mensaje que se sostuvo de principio a fin de la convocatoria, quedó resonando a través del micrófono y los parlantes en los oídos de todas, de todes: “Este es el año, en 2020 será ley.”

El proyecto está en las calles una vez más.

Paro y movilización de residentes y concurrentes

Paro y movilización de residentes y concurrentes

Residentes y concurrentes de los hospitales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires decidieron, en asamblea, continuar con un paro por tiempo indeterminado junto a una nueva movilización, como respuesta a la aprobación intempestiva de la ley que intenta regular su trabajo, y de los incidentes ocurridos el jueves 28 de noviembre, día en que el oficialismo aprobó con mayoría automática una ley que residentes y concurrentes ven como la legalización de la precarización. 

En este marco, los médicos residentes y concurrentes se dirigieron hacia la jefatura de gobierno para entregar una carta al Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, y luego hasta el Ministerio de Salud, donde se reunieron con la ministra Ana María Bou Pérez.

Médicos de los hospitales Santojanni, Piñero, Rivadavia, Argerich, Ramos Mejía, Alvear, Muñiz, entre otros, se sumaron a la movilización. Sin embargo, a raíz de una reunión poco fructífera, la Asamblea votó en la puerta del Ministerio continuar con el paro de actividades hasta conseguir el veto de la ley, ya que la ministra, a pesar de reconocer que faltó comunicación con los residentes, no accedió a derogar la norma y además aprovechó el encuentro para comunicarles el descuento salarial que sufrirán por los días de paro.  Los profesionales de la salud también decidieron un acampe a partir de las 8 del miércoles en la Jefatura y una asamblea a las 10.

Los médicos definen a esta nueva normativa como “regresiva”. La norma apela al desarrollo de su actividad profesional pero no lo define como un trabajo, sino como una “actividad de formación intensiva continua”. Aplica a los hospitales municipales y propone un aumento de las horas de trabajo (no concordante con el salario percibido), de las licencias por maternidad o paternidad y de las sanciones.

 

Se habla del cumplimiento de 64 horas de trabajo semanales y no se contempla el franco postguardia, un logro conseguido hace pocos años y que no se cumple en todos los hospitales. En cuanto al salario, la ley indica que “no podrá ser inferior a la remuneración percibida actualmente y se ajustará por acta de negociación colectiva”, pero no indica cómo será esa negociación ni el nuevo régimen salarial, además de que se deja de calcular los sueldos en base a los de planta permanente del hospital.

Bajo este argumento de priorizar la formación, no se reconoce a los residentes y concurrentes como trabajadores de la salud y a las guardias, maratónicas, como un trabajo. Además, la norma regulariza la precarización de las tareas de los concurrentes, quienes no tienen salario, ART ni viáticos. Por otro lado, disminuye los 30 días de licencia de paternidad y maternidad a 14 y los días por estrés pasaron a ser 7. A su vez, permite sancionar bajo parámetros «morales», lo cual califican como arbitrario, ya que no hay un patrón común que seguir.

¿Quiénes son?

Los residentes son quienes reciben a los pacientes en los hospitales y atienden en las guardias. Son médicos que ingresan al sistema de salud por orden de mérito y acceden a prestaciones básicas. Por su parte, los concurrentes no pueden acceder a dichas prestaciones, pero se les permite trabajar para poder completar su capacitación. Son profesionales matriculados que trabajan en un hospital público ingresando por medio de concurso y sin ningún tipo de remuneración.

Los residentes son profesionales de la salud, al terminar la carrera se reciben y concursan por un cargo. Trabajan de 8 a 17, aunque muchas veces deben quedarse después de horario. Además, hacen al menos dos guardias de 24 horas por semana. No solo cumplen su especialidad, sino que realizan funciones extras, tales como camilleros, administrativos, profesores, cuidadores. Si bien es cierto que se están formando, no solo trabajan fuera de su horario sino que no duermen y, si lo hacen, es en el hospital. 

Romina Vasco, licenciada en Obstetricia y jefa de residencia de la Maternidad Estela de Carlotto de la Provincia de Buenos Aires, fue a la marcha en apoyo a sus compañeros de CABA para que se vuelva atrás con la ley. Cuenta que en la provincia se participará de una jornada realizada por los residentes para que también se discuta la ley que los afecta a ellos, la cual se encuentra frizada.

“Nosotros compartimos las mismas condiciones de trabajo, si bien realizamos guardias de 12 horas y no de 24, a fin de año debemos cumplir la misma cantidad de horas trabajadas”. Pide que los residentes dejen de ser quienes cubren los puestos que los internos de los hospitales no realizan y que se deje de esconder que más que profesionales en formación son auténticos trabajadores.

Rosario Román, residente de Medicina General de Familia en el Cesac 36 y una de las administradoras de las redes de Asamblea CABA, asegura que son categorizados como la mano de obra barata del sistema de salud, cuyos derechos son muy vulnerados. Si bien considera que es necesaria una reformulación de la normativa que los regula, pide que la Ley 2828 se derogue: “No nos tuvieron en cuenta en su desarrollo”, se queja.

Cuenta que la situación precarizadora se da en todas las dependencias de las residencias y que los residentes son los más postergados en cuanto a derechos y sueldos: “Perdimos mucho valor adquisitivo, las paritarias van a la baja y estos cuatro años fueron de impacto muy negativo”. Y advierte Rosario: “Podemos llegar a estar 30 horas sin dormir atendiendo guardias de 24 horas, y si es día de semana tenemos que realizar la jornada del día siguiente. Nosotros debemos estar supervisados por más que estemos graduados, pero no sucede así”. 

Valeria Grud es residente del Hospital Durand y cuenta que ha llegado a trabajar sin dormir por más de 28 horas. Justo a una compañera, con solo 6 meses de experiencia, estuvieron solas con más de 70 camas a cargo, incluyendo quimioterapias. “Realicé todo tipo de procedimientos con y sin descanso, estuve de guardia 24 horas y seguí trabajando otras 10 horas más, llegué a quedarme dormida en un consultorio y además debemos tolerar muchas humillaciones por parte de los médicos de planta”. Informa que la residencia es una formación de posgrado y no solo requiere título, sino también matrícula nacional. Además de realizar todo tipo de actividades, llegan a firmar certificados de defunción y operan: “No somos estudiantes, somos trabajadores”, discrimina Grud.

Luz Rodríguez fue concurrente del Hospital Gutiérrez en salud mental. Cuenta que en el 2006 sostenían el servicio 50 concurrentes, 6 residentes y solo 10 médicos de planta, confirmando el hecho de que ellos son los que mantienen los hospitales en funcionamiento. “Los residentes no son solo médicos, también hay psicólogos, psiquiatras, farmacéuticos, bioquímicos. Toda la comunidad de la salud se ve afectada por esta ley, no tenemos organismos que nos defiendan”.

Sonia Almada fue concurrente del Hospital Durand y cuenta que durante el tiempo que trabajó había muy pocas residencias pagas. Trabajaba de lunes a viernes más de 15 horas en el equipo infantil-juvenil de salud mental y ellos debían pagar la supervisión de manera privada si no encontraban un psicólogo que quisiera trabajar de manera gratuita. “Desde el equipo organizábamos nuestra capacitación convocando a profesionales de la UBA para dar talleres y jornadas. No siempre podíamos conseguir un consultorio y muchas veces teníamos que atender en pasillos y jardines”, describe Almada.

En la movilización del lunes no estuvieron solos. Ramón es paciente del Hospital Muñiz y estuvo presente apoyando la lucha. “Con esta nueva ley, Larreta los ha refundido. Ningún convenio laboral acepta estas horas de trabajo y encima les achican los sueldos, lo bueno es que los jóvenes toman conciencia y salen a pelear por sus derechos”. Como sobreviviente de la dictadura cívico militar, afirma que tiene la obligación moral de apoyar la lucha de la salud pública: “Tengo casi 70 años, hice el juramento de luchar hasta que me muera con los chicos, las chicas, los jubilados, los niños y de defender lo público”.

Una ley votada de forma express

Victoria Montenegro, diputada de la Ciudad por Unidad Ciudadana y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, fue una de los siete legisladores que no pudieron emitir su voto. Cuenta que le comunicaron del proyecto de ley el miércoles 20 luego de que el Poder Ejecutivo convocara a una reunión informativa. Siendo consciente de la realidad de los residentes y concurrentes, sostiene que era necesario más tiempo para debatir y convocar a una comisión de salud, lo que la ministra en principio había aceptado.

Sin embargo, el Ejecutivo emitió una orden para que el dictamen se firme el viernes 22, ya que el oficialismo tiene los diputados suficientes para constituir el quorum. En ese escenario, empezaron a trabajar con los distintos sectores para incorporar aportes al proyecto original junto a las demandas de los residentes, pero como esto no sucedió, pidieron que se retire el proyecto y que vuelva a comisión.

“El problema fue la forma en que esto se trabajó, no se convocó a los protagonistas. Si bien la ministra es médica y fue residente, pasaron varios años y hoy la realidad es otra, se necesita el intercambio con los que hoy son residentes. ¿Qué urgencia había en sacarla en 48 horas? No hubo ámbito de discusión, se jactan de cumplir con la institucionalidad y el diálogo, pero no lo respetaron, estas son las consecuencias: represión y paro”, concluye la legisladora.

Gabriel Solano, legislador por el PO y el FIT, por su parte, sostiene que el proyecto que se aprobó es un atropello que viene a darle carácter de ley a un régimen de explotación laboral. “Los residentes tienen salarios de miseria, sufren precarización laboral que no solo afecta al trabajador sino también al paciente, afecta lo psicológico y la atención que pueda brindar”, detalla Solano. “Es importante que el proyecto se anule y que Larreta haga uso de su facultad para vetarlo, si bien yo hablé en la sesión no pude votar, se debe abrir una verdadera negociación”, reclama. Asegura que estas leyes tan reaccionarias solo se votan de manera antidemocrática y no con un debate franco y honesto: “Este conflicto se gana en la calle”, afirma.

Luis Zamora, perteneciente a la lista Autodeterminación y Libertad, define a los residentes y concurrentes como un movimiento formidable y autoconvocado: “Su reclamo es legítimo, son el sostén de los hospitales, la salud pública está saliendo a la superficie en lo que refiere al ajuste y la falta de presupuesto”. Zamora informa que frente a un régimen político que vota de forma no democrática, hace falta que el Poder Ejecutivo no promulgue la ley, pero si lo hace se debe presentar otro proyecto que lo derogue o hacer una acción judicial, ya que Fernando Vilardo y Marta Martínez – quienes forman parte de su partido – tampoco pudieron votar”, detalla.

Como consecuencia, cinco de los siete legisladores que quedaron fuera de la sesión presentaron un pedido de impugnación de la norma. “Queremos solicitarle al Jefe de Gobierno y a la Ministra de Salud que veten esta ley que implica un retroceso en nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras, que se convoque a una mesa de diálogo con todas las partes intervinientes para elaborar un proyecto que sea representativo del colectivo, que implique una mejora en las condiciones de trabajo y nos reconozca como tales”, reza la carta que los residentes y concurrentes presentaron en la Jefatura.

La ley 2828 votada el jueves 28 de noviembre fue aprobada solo con votos de los legisladores oficialistas – en este caso 34, cuando solo eran necesarios 31 – mientras que aquellos que se oponían a la ley no solo debieron salir a frenar la represión que se estaba dando afuera de la Legislatura, sino que no pudieron sufragar. Es decir, la norma fue aprobada sin que se computen votos de los bloques de la oposición y con la abstención de los 5 legisladores del bloque Evolución. Por tanto los médicos continúan de paro y en asamblea permanente hasta que se vete la ley con la que desacuerdan.