La religiosidad de los barrios populares

La religiosidad de los barrios populares

La mañana esta espléndida y el calor del sol se concentra en el techo de chapa del quincho. Entre sorbo y sorbo de café recién hecho, el sociólogo y antropólogo Pablo Semán relata cómo empezó  su día y describe las plantas que decoran la terraza de su casa. Luego de un ida y vuelta sobre los beneficios y belleza de la vegetación, la charla comienza a centrarse en el libro que posa sobre la mesa: Vivir la fe. Entre el catolicismo y el pentecostalismo, la religiosidad de los sectores populares en la argentina, su última obra, editada por Siglo XXI.

Tu investigación se centra en la religiosidad desarrollada en el Barrio Aurora. ¿Por qué elegiste ese barrio?

Por algunos indicadores me parece que es un barrio que, en términos de las experiencias religiosas, es bastante parecido a muchos otros del Gran Buenos Aires. No hay un único modo de ser de estos barrios en relación a la religión, pero es representativo de una forma muy generalizada de existencia de la vida religiosa. La elección del Barrio Aurora tuvo que ver con que allí tenía más contactos que en otros lugares. En este género de investigación uno tiene que aceptar que por más que se tengan hipótesis, variables y dimensiones muy definidas, lo más interesante es cómo el campo te permite rearticular todas tus preguntas de investigación, y de alguna manera perder en el camino todos los preconceptos y construirte una nueva valija.

¿Qué implica la matriz cosmológica en la religiosidad popular?

Centralmente implica que lo sagrado está adentro del mundo. Todos los que formamos parte de las clases medias universitarias, quizás ahora menos que cuando yo hice esta investigación, podemos pertenecer a un grupo religioso o incluso ser ateos. Pero compartimos una mirada sobre lo religioso que ha sido muy generalizada en buena parte de Occidente, en la que el más acá y el más allá están separados. Como dice Max Weber, hay un fenómeno en Occidente que es el desencantamiento del mundo. Es la ruptura del comercio entre los hombres y Dios. Esta es la realidad de una parte de la población occidental. La perspectiva cosmológica es la de grupos sociales que no han vivido el desencantamiento del mundo. El problema es que el término religión remite a dos cosas opuestas al mismo tiempo. Hablamos de reunir lo que está dividido, entre otras cosas los hombres entre sí y los hombres con lo sagrado, y el sentido de religión es uno. Se cree que hay una continuidad de supuestos entre la perspectiva secularizada y la cosmológica, pero no la hay. En el medio hay otra respuesta que se traga otros supuestos. Quién vive en la perspectiva cosmológica, está obligado a aceptar una palabra que no es propia de su tradición. Estar obligado a usar palabras del otro para expresar lo propio es hegemonía. En ese sentido la perspectiva cosmológica, intenta rehabilitar un punto de vista que aparece sometido en la palabra religión.

Decís que en el Barrio Aurora hay un pentecostalismo autónomo. ¿Qué características tiene esa autonomía?

Los primeros pentecostales llegaron como migrantes trabajadores a inicios del siglo XX. Después vinieron misiones organizadas desde países en las que había pentecostales y más tarde, surgieron pastores locales que armaron iglesias relacionadas con los milagros de sanidad. En ese proceso surge, de una forma invisible pero muy potente demográficamente, un pentecostalismo organizado desde y por los sectores populares que yo digo que es autónomo. En realidad casi todas las iglesias pentecostales son autónomas, pero estas tienen mayor autonomía porque no pertenecen a ninguna red, ni asociación y muchas no están inscriptas en el fichero de cultos. Son vecinos que se convirtieron al pentecostalismo en iglesias más grandes, y cuando volvieron a su barrio crearon una iglesia junto a otros vecinos. Esa autonomía en la práctica implica una desmonopolización de los medios de producción de bienes religiosos legítimamente aceptados. En ese sentido ese pentecostalismo autónomo es una revolución desde abajo. Lo que antes hacían los sacerdotes en el marco de un circulo parroquial muy selecto, integrado por las mejores familias de la zona, ahora lo hacían las personas que en la Iglesia Católica casi no podían hablar. En mi investigación buena parte de los fundadores de algunas de las iglesias pentecostales autónomas habían pertenecido al catolicismo y a organizaciones de la parroquia con algún grado de activismo, que pudieron desempeñar con más centralidad y más frutos para ellos en una iglesia autónoma.

El tema de la transversalidad religiosa está muy presente a lo largo del libro. ¿A qué refiere esto?

Hay varios flujos transversales entre los grupos religiosos. Algunos se arman desde muy abajo, desde los fieles y otros flujos surgen en parte desde líderes religiosos. Mucha gente que se hizo evangélica entre los años ´70 y´90, se encontraban con el pentecostalismo a través de la reminiscencia de sus mejores momentos en el catolicismo. Entonces hay himnos pentecostales que surgían del mundo católico, y se cantaban sin que sus fieles sintieran que estaban traspasando una frontera. Inversamente, los católicos entendieron y quisieron recuperar para ellos la emotividad, la capacidad de llamado que tienen los pentecostales. Entonces miran sin decirlo la liturgia evangélica. Hay un fenómeno mundial muy importante, no tan conocido en Argentina, que es el Movimiento de Renovación Carismática del Catolicismo (MRCC) que se denomina así mismo neopentecostal, admite que mira a las otras religiones y su objetivo de renovar el cristianismo en su totalidad. Es el movimiento del catolicismo que más crece en el mundo, aunque en nuestro país lo hace con bastante retraso ya que la Iglesia Católica en Argentina no es afecta a ese tipo de práctica y representación de la vida religiosa.

¿Qué es la psicologización de la religión?

En el barrio me encontré con muchísima gente que asistía a servicios de psicoterapia y entendían los beneficios que tenía para ellos. A pesar de su bajo poder adquisitivo, adherían y sostenían el tratamiento. Se trataba de  una experiencia que conceptualizaban de una forma que les permitía articularla con lo religioso. Había una serie de prácticas y simbolizaciones de la experiencia que combinaban, lo que ellos percibían y constituían como beneficios del psicoanálisis y la religión. Esto se daba cuando para las clases medias de aquel momento, la articulación entre psicoanálisis y religión eran casi impensables. Tanto católicos como evangélicos convergen en prácticas que son toda una dimensión de la interioridad, del yo, de los conflictos familiares, y que los creyentes sienten que no la agotan en la experiencia religiosa. Entienden que esa conflictiva puede atenderse desde una combinación entre religión y recursos de psicoterapia. Lo que hay es la creación de un imaginario y un repertorio de recursos religiosos muy importante e invisibilizado, porque uno cree que sectores populares, religión y psicoanálisis son tres términos que no se casan nunca. 

¿Cuál es la relación entre religión y política?

Esa relación existe y no siempre de la misma forma. Hay motivos religiosos alimentando la inspiración política desde hace muchísimo tiempo. En el sujeto se mezclan la figura del ciudadano y el creyente. Cada sujeto elabora su ciudadanía de formas muy diferentes, entre otras apelando a su acervo de experiencia religiosa. Y a la inversa, hay muchos creyentes que elaboran su inserción en el mundo religioso a partir de su propia trayectoria en la política. Hay que entender que la proveniencia, la inserción, la trayectoria social de cada sujeto modela la forma en que se apropia de las prescripciones que la religión tiene sobre la política. ¿Qué quiere decir esto? Que sujetos que históricamente han sido peronistas y han reelaborado varias veces su peronismo, cuando los evangélicos más ortodoxos les decían que una cosa es el mundo y otra la religión, ellos respondían que eso no es así. Para nosotros, la política pasa por la ayuda pero además creemos que algo siempre tiene que ser politizado, que junto con la ayuda viene el proyecto político. Y el proyecto político es la dimensión más importante de la práctica política. Eso es lo que nosotros pensamos independientemente de la posición que tengamos. 

¿Qué opinás en torno al conflicto que surgió con la serie “El Reino”?

Más allá de que no hay ficción que no esté determinada socialmente, y de que es ridículo impugnar el análisis de ese hecho así como pedir que se prohíba la serie, la polémica expresa una tensión clave. La que se da entre los derechos relativos a la agenda de diversidad y género, que una parte de la sociedad teme que los evangélicos amenacen, y los derechos de ciudadanía religiosa. Me parece importante resaltar que las reacciones expresaron un cuestionamiento de las generalizaciones y las homologaciones parte-todo en que se sostiene la pretensión de denuncia de la serie. Los efectos del feminismo y del pluralismo, han abonado una sana reacción contra la estigmatización de un grupo religioso por parte de algunos sectores del público. Y los evangélicos, algunos al menos, podrán encontrar ahí algo para aprender más allá de que la serie les resulte ofensiva. Al tomar como espejo de su hipótesis ficcional el caso brasileño y al explotar el temor de un mercado desinformado, subtiende la posibilidad de que en todos lados puede ser o es igual. La verdad sociológica es que el mundo evangélico en Argentina no se ha comportado hasta acá como lo hizo el brasileño en ningún momento de los últimos 30 años. La reacción del público evangelicofóbico se ve estimulada por una presentación distorsiva e impide percibir, qué en los sectores populares los grupos evangélicos han sido muchas veces un refugio para las mujeres que enfrentan la violencia doméstica, por ejemplo. Sí se atendiera más a la realidad que a las series, podríamos hacernos cargo de una pregunta que urge para quienes tienen intereses democráticos: los evangélicos están para quedarse por lo que es necesario plantearse políticas que los incluyan.

La religiosidad de los barrios populares

La religiosidad de los barrios populares

La mañana esta espléndida y el calor del sol se concentra en el techo de chapa del quincho. Entre sorbo y sorbo de café recién hecho, el sociólogo y antropólogo Pablo Semán relata cómo empezó  su día y describe las plantas que decoran la terraza de su casa. Luego de un ida y vuelta sobre los beneficios y belleza de la vegetación, la charla comienza a centrarse en el libro que posa sobre la mesa: Vivir la fe. Entre el catolicismo y el pentecostalismo, la religiosidad de los sectores populares en la argentina, su última obra, editada por Siglo XXI.

Tu investigación se centra en la religiosidad desarrollada en el Barrio Aurora. ¿Por qué elegiste ese barrio?

Por algunos indicadores me parece que es un barrio que, en términos de las experiencias religiosas, es bastante parecido a muchos otros del Gran Buenos Aires. No hay un único modo de ser de estos barrios en relación a la religión, pero es representativo de una forma muy generalizada de existencia de la vida religiosa. La elección del Barrio Aurora tuvo que ver con que allí tenía más contactos que en otros lugares. En este género de investigación uno tiene que aceptar que por más que se tengan hipótesis, variables y dimensiones muy definidas, lo más interesante es cómo el campo te permite rearticular todas tus preguntas de investigación, y de alguna manera perder en el camino todos los preconceptos y construirte una nueva valija.

¿Qué implica la matriz cosmológica en la religiosidad popular?

Centralmente implica que lo sagrado está adentro del mundo. Todos los que formamos parte de las clases medias universitarias, quizás ahora menos que cuando yo hice esta investigación, podemos pertenecer a un grupo religioso o incluso ser ateos. Pero compartimos una mirada sobre lo religioso que ha sido muy generalizada en buena parte de Occidente, en la que el más acá y el más allá están separados. Como dice Max Weber, hay un fenómeno en Occidente que es el desencantamiento del mundo. Es la ruptura del comercio entre los hombres y Dios. Esta es la realidad de una parte de la población occidental. La perspectiva cosmológica es la de grupos sociales que no han vivido el desencantamiento del mundo. El problema es que el término religión remite a dos cosas opuestas al mismo tiempo. Hablamos de reunir lo que está dividido, entre otras cosas los hombres entre sí y los hombres con lo sagrado, y el sentido de religión es uno. Se cree que hay una continuidad de supuestos entre la perspectiva secularizada y la cosmológica, pero no la hay. En el medio hay otra respuesta que se traga otros supuestos. Quién vive en la perspectiva cosmológica, está obligado a aceptar una palabra que no es propia de su tradición. Estar obligado a usar palabras del otro para expresar lo propio es hegemonía. En ese sentido la perspectiva cosmológica, intenta rehabilitar un punto de vista que aparece sometido en la palabra religión.

Decís que en el Barrio Aurora hay un pentecostalismo autónomo. ¿Qué características tiene esa autonomía?

Los primeros pentecostales llegaron como migrantes trabajadores a inicios del siglo XX. Después vinieron misiones organizadas desde países en las que había pentecostales y más tarde, surgieron pastores locales que armaron iglesias relacionadas con los milagros de sanidad. En ese proceso surge, de una forma invisible pero muy potente demográficamente, un pentecostalismo organizado desde y por los sectores populares que yo digo que es autónomo. En realidad casi todas las iglesias pentecostales son autónomas, pero estas tienen mayor autonomía porque no pertenecen a ninguna red, ni asociación y muchas no están inscriptas en el fichero de cultos. Son vecinos que se convirtieron al pentecostalismo en iglesias más grandes, y cuando volvieron a su barrio crearon una iglesia junto a otros vecinos. Esa autonomía en la práctica implica una desmonopolización de los medios de producción de bienes religiosos legítimamente aceptados. En ese sentido ese pentecostalismo autónomo es una revolución desde abajo. Lo que antes hacían los sacerdotes en el marco de un circulo parroquial muy selecto, integrado por las mejores familias de la zona, ahora lo hacían las personas que en la Iglesia Católica casi no podían hablar. En mi investigación buena parte de los fundadores de algunas de las iglesias pentecostales autónomas habían pertenecido al catolicismo y a organizaciones de la parroquia con algún grado de activismo, que pudieron desempeñar con más centralidad y más frutos para ellos en una iglesia autónoma.

El tema de la transversalidad religiosa está muy presente a lo largo del libro. ¿A qué refiere esto?

Hay varios flujos transversales entre los grupos religiosos. Algunos se arman desde muy abajo, desde los fieles y otros flujos surgen en parte desde líderes religiosos. Mucha gente que se hizo evangélica entre los años ´70 y´90, se encontraban con el pentecostalismo a través de la reminiscencia de sus mejores momentos en el catolicismo. Entonces hay himnos pentecostales que surgían del mundo católico, y se cantaban sin que sus fieles sintieran que estaban traspasando una frontera. Inversamente, los católicos entendieron y quisieron recuperar para ellos la emotividad, la capacidad de llamado que tienen los pentecostales. Entonces miran sin decirlo la liturgia evangélica. Hay un fenómeno mundial muy importante, no tan conocido en Argentina, que es el Movimiento de Renovación Carismática del Catolicismo (MRCC) que se denomina así mismo neopentecostal, admite que mira a las otras religiones y su objetivo de renovar el cristianismo en su totalidad. Es el movimiento del catolicismo que más crece en el mundo, aunque en nuestro país lo hace con bastante retraso ya que la Iglesia Católica en Argentina no es afecta a ese tipo de práctica y representación de la vida religiosa.

¿Qué es la psicologización de la religión?

En el barrio me encontré con muchísima gente que asistía a servicios de psicoterapia y entendían los beneficios que tenía para ellos. A pesar de su bajo poder adquisitivo, adherían y sostenían el tratamiento. Se trataba de  una experiencia que conceptualizaban de una forma que les permitía articularla con lo religioso. Había una serie de prácticas y simbolizaciones de la experiencia que combinaban, lo que ellos percibían y constituían como beneficios del psicoanálisis y la religión. Esto se daba cuando para las clases medias de aquel momento, la articulación entre psicoanálisis y religión eran casi impensables. Tanto católicos como evangélicos convergen en prácticas que son toda una dimensión de la interioridad, del yo, de los conflictos familiares, y que los creyentes sienten que no la agotan en la experiencia religiosa. Entienden que esa conflictiva puede atenderse desde una combinación entre religión y recursos de psicoterapia. Lo que hay es la creación de un imaginario y un repertorio de recursos religiosos muy importante e invisibilizado, porque uno cree que sectores populares, religión y psicoanálisis son tres términos que no se casan nunca. 

¿Cuál es la relación entre religión y política?

Esa relación existe y no siempre de la misma forma. Hay motivos religiosos alimentando la inspiración política desde hace muchísimo tiempo. En el sujeto se mezclan la figura del ciudadano y el creyente. Cada sujeto elabora su ciudadanía de formas muy diferentes, entre otras apelando a su acervo de experiencia religiosa. Y a la inversa, hay muchos creyentes que elaboran su inserción en el mundo religioso a partir de su propia trayectoria en la política. Hay que entender que la proveniencia, la inserción, la trayectoria social de cada sujeto modela la forma en que se apropia de las prescripciones que la religión tiene sobre la política. ¿Qué quiere decir esto? Que sujetos que históricamente han sido peronistas y han reelaborado varias veces su peronismo, cuando los evangélicos más ortodoxos les decían que una cosa es el mundo y otra la religión, ellos respondían que eso no es así. Para nosotros, la política pasa por la ayuda pero además creemos que algo siempre tiene que ser politizado, que junto con la ayuda viene el proyecto político. Y el proyecto político es la dimensión más importante de la práctica política. Eso es lo que nosotros pensamos independientemente de la posición que tengamos. 

¿Qué opinás en torno al conflicto que surgió con la serie “El Reino”?

Más allá de que no hay ficción que no esté determinada socialmente, y de que es ridículo impugnar el análisis de ese hecho así como pedir que se prohíba la serie, la polémica expresa una tensión clave. La que se da entre los derechos relativos a la agenda de diversidad y género, que una parte de la sociedad teme que los evangélicos amenacen, y los derechos de ciudadanía religiosa. Me parece importante resaltar que las reacciones expresaron un cuestionamiento de las generalizaciones y las homologaciones parte-todo en que se sostiene la pretensión de denuncia de la serie. Los efectos del feminismo y del pluralismo, han abonado una sana reacción contra la estigmatización de un grupo religioso por parte de algunos sectores del público. Y los evangélicos, algunos al menos, podrán encontrar ahí algo para aprender más allá de que la serie les resulte ofensiva. Al tomar como espejo de su hipótesis ficcional el caso brasileño y al explotar el temor de un mercado desinformado, subtiende la posibilidad de que en todos lados puede ser o es igual. La verdad sociológica es que el mundo evangélico en Argentina no se ha comportado hasta acá como lo hizo el brasileño en ningún momento de los últimos 30 años. La reacción del público evangelicofóbico se ve estimulada por una presentación distorsiva e impide percibir, qué en los sectores populares los grupos evangélicos han sido muchas veces un refugio para las mujeres que enfrentan la violencia doméstica, por ejemplo. Sí se atendiera más a la realidad que a las series, podríamos hacernos cargo de una pregunta que urge para quienes tienen intereses democráticos: los evangélicos están para quedarse por lo que es necesario plantearse políticas que los incluyan.

Cuatro meses después del fuego

Cuatro meses después del fuego

 

El 9 de marzo de 2021 era un día cálido y tranquilo, como cualquier otro en el verano de la cordillera chubutense, pero al llegar la tarde un hecho inesperado irrumpió esa calma y todo se convirtió en desesperación. Varios focos de incendio se activaron casi de manera simultánea en distintos puntos estratégicos. Las altas temperaturas, la sequía y los fuertes vientos  complicaban la tarea de los pocos brigadistas y bomberos que había en la zona, ya que muchos de ellos se encontraban a más de 30 kilómetros, afectados a otro fuego iniciado dos días antes.

En pocas horas varias zonas de Lago Puelo y El Hoyo estaban envueltas en llamas, obligando a los vecinos a resistir como podían y poniendo en riesgo su seguridad para defender sus casas, sus animales y el trabajo de toda una vida. Algunos ni siquiera tuvieron tiempo  y debieron huir con lo puesto, mientras detrás de ellos el incendio devoraba sus casas, sus chacras y el bosque. 

Julio Pibert, docente y secretario en una escuela, quien hoy vive con su esposa en una pequeña cabaña de alquiler, perdió su casa ubicada en el barrio Catarata Norte en El Hoyo. “El incendio marco mucho en mí y en mi señora. Es como un antes y un después. Yo tenía todo y no me faltaba nada. Hoy no tengo nada. Se me fue el trabajo de varios años, la casa la había levantado e incluso tenía un galpón de herramientas con un tallercito que era mi cable a tierra. De golpe me encontré con que mi casa ya no estaba y había que empezar a reconstruir”, comenta Julio y agrega: “La parte que hasta ahora logré levantar fue gracias a los materiales que me donaron amigos, compañeros de trabajo y gente que me conoce. Además, tengo la ayuda de un vecino albañil que viene todos los días, y de un comerciante del pueblo que tiene una ferretería  y me fía y a veces directamente no me cobra.”

Por su parte, Marina Barrientos,  vecina del barrio Eco Aldea en la localidad de Lago Puelo, no solo perdió su casa sino también el sustento familiar: “A nosotros se nos quemaron tres casas y el taller de herrería que era la fuente de trabajo de nuestra familia. Yo vivo con mi marido y mis tres hijos que dependen de ese taller que se quemó. Entre los clientes del taller, amigos y familiares que nos ayudaron, pudimos reconstruir una de las casas que se nos quemó y ahí estamos viviendo mis hijos, mis nueras, mi nieto, mi marido y yo, o sea ocho personas”, dice. 

Tras lo sucedido, varios medios nacionales se hicieron eco de la situación y reflejaron la tragedia en todas sus dimensiones. Incluso hubo intervención del gobierno nacional, que desplegó acciones y destinó fondos para ayudar a los damnificados. Hoy, a cuatro meses de lo sucedido, parece que la ayuda no se distribuyó de la mejor manera.

“Desde Nación llegaron unos módulos, tipo casitas prefabricadas, que tienen cocina comedor, un dormitorio y un baño. Yo me anoté y me dijeron que en una semana estaba armada, pero ya pasaron cuatro meses y no hay absolutamente nada. La municipalidad está administrando los fondos y estos módulos que llegaron pero, a mi entender, esta todo empastado con otras cosas. Por otra parte, desde la provincia solo mandaron gente para realizar encuestas. A mí me vinieron a ver  tres veces y la cuarta vez que aparecieron los saque de mi casa porque ya me parecía una cargada”, relata Pibert sobre su experiencia.

Tras el incendio, a Marina la angustia no la deja dormir: “El cansancio psicológico es horrible. Nos hablamos entre vecinos para darnos ánimos porque una semana esta angustiado uno, a la semana siguiente el otro y así estamos. No nos cabe en la cabeza lo que están haciendo, se burlan de nuestra necesidad. El dinero que enviaron desde Nación ha llegado al municipio pero andan las pirañas alrededor y es inconcebible, porque a los que menos nos llega la ayuda es a nosotros”, asegura y continúa con su relato: “Incluso seguimos sin luz y sin agua potable. Dicen que están arreglando el tendido eléctrico pero parece que lo está haciendo una tortuga, así que desde la municipalidad nos dan unos vales para comprar nafta e iluminarnos con generadores”. 

 

“A raíz de todo esto, creamos una junta promotora de vecinos y somos nosotros mismos los que intervenimos cada vez que llega algo para los damnificados. Nuestro objetivo es fiscalizar lo que hacen los funcionarios y recordarles que existimos. Han repartido cosas en otros barrios y al nuestro no llego nada”, explica Barrientos y amplía: “Muchos vecinos reconstruyeron hasta donde pudieron, con las donaciones que recibieron de particulares. Hay muchas mamás solas y gente sin trabajo que no tiene la posibilidad de volver a levantar su casa”.

A las pérdidas materiales, naturales y emocionales de aquella tarde, se sumó una que parece una paradoja y que hoy a la distancia podría formar parte de una humorada. Mientras todos los recursos humanos estaban abocados a combatir el siniestro, uno de los focos se extendió descontroladamente devorando la base del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, ubicada en el Paraje Las Golondrinas en Lago Puelo. Los brigadistas perdieron todas sus herramientas de trabajo,  vehículos de la institución e incluso sus propios autos y motos. 

“Hoy nuestra base es un tráiler que envió la provincia. En la zona seguimos sin luz, así que nos enviaron un grupo electrógeno y estamos trabajando con las pocas herramientas que nos quedaron, que son las que teníamos encima cuando estábamos combatiendo el incendio del 9 de marzo. Se nos prometió la reconstrucción de la base y el reconocimiento monetario de los vehículos para los compañeros que los perdieron, pero hasta ahora quedo solo en palabras. Estamos levantando la base nosotros con las donaciones de materiales que nos van llegando”, relata el brigadista Daniel Samartin.

Las llamas se cobraron la vida de tres personas, consumieron  14 mil hectáreas de bosque, centenares de viviendas y tuvieron en vilo a los habitantes del área y a sus familiares, que sin poder comunicarse con sus afectos se hundieron en la desesperación. Hoy, ya pasado el desastre, muchos damnificados siguen durmiendo en carpas, casillas o en pequeñas habitaciones que pudieron construir gracias a la solidaridad de personas de todo el país.

¿Qué pasa con la Ley de Góndolas?

¿Qué pasa con la Ley de Góndolas?

Desde hace tiempo, hacer las compras dejó de ser una tarea sencilla. Encontrar variedad de un mismo producto e identificar los precios más económicos implica un esfuerzo de deducción, ya que a veces los productos ni siquiera tienen una etiqueta con su valor. A la luz de esta situación, este 26 de mayo entró en vigencia definitiva la Ley de Fomento de la Competencia en la Cadena de Valor Alimenticia, más conocida como la Ley de Góndolas. Su objetivo es contribuir a ampliar la oferta de productos, incentivar una mayor participación de las Pymes y los sectores de la economía popular y, de esta manera, generar una competencia equitativa que impulse un balance de los precios.

Los establecimientos alcanzados por esta ley son todos los que cuenten con una superficie no menor a 1.000 metros cuadrados y cuya facturación bruta anual sea superior a los trescientos millones de pesos (300.000.000). De manera que quedan excluidos los negocios de cercanía y los supermercados denominados “chinos”, quienes si bien no están obligados por la normativa, pueden adherirse voluntariamente.

Los rubros sobre los que rige la normativa son alimentos, bebidas, artículos de higiene personal y de limpieza del hogar, los cuales están incluidos en una lista diseñada por la Secretaria de Comercio Interior. Entre los productos designados se encuentran: lácteos, harinas, frutas y verduras, pastas secas, aguas saborizadas y gaseosas, lavandinas y jabones, desodorantes, pañales para bebes y adultos y productos para la gestión menstrual.

Según lo establecido en las góndolas tanto físicas como virtuales, los productos de menor valor deberán estar perfectamente señalizados y ubicarse a una altura equidistante entre el primer y el último estante. A su vez, no puede haber menos de cinco opciones de proveedores o grupos empresarios, los cuales tendrán asignados de manera equitativa un 30 por ciento del espacio disponible. Al mismo tiempo se deberá destinar un 25 por ciento del espacio para productos similares y distintas marcas producidas por Pymes, y un 5 por ciento para los generados por cooperativas y mutuales de la economía popular, agricultura familiar, campesina e indígena.

Para el economista  Nicolás Pertierra, perteneciente al Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), “por el alcance que tiene la ley requiere un esfuerzo, pero se puede fiscalizar y garantizar su cumplimiento. Es una puerta de entrada para muchas firmas y empresas del sector alimenticio que tienen condiciones bastante desiguales para acceder sobre todo, a las cadenas de supermercados. Es solo un puntapié inicial para empezar y seguir generando un tablero más equilibrado dentro del sector de productores de alimentos”.

En este sentido, la gran incógnita está en cómo será la relación de las Pymes y pequeños productores con las grandes cadenas. Si bien la ley establece pautas claras al respecto, habrá que ver si las cantidades a entregar y los plazos de pago son aceptables para estos competidores de pequeña y mediana escala. “Me parece que ahí va a estar la clave, en qué medida esas condiciones sean viables para los productores más chicos. Porque hoy en día si no tienen presencia en esos establecimientos, es por las condiciones de financiamiento dados a plazo y cantidad de entregas que tienen que darle al supermercado”, explica Pertierra.

Si bien la normativa cobró carácter de obligatoriedad esta semana, los controles se pusieron en marcha a mediados de mayo. En esta primera etapa, el foco está puesto el inciso C del Artículo 7, que exige una distribución equitativa tanto porcentual como equidistante en las góndolas y una correcta señalización de los precios a través de cartelería con la leyenda “menor precio”. Cabe aclarar que estos valores no pueden ser de carácter transitorio, por lo cual los precios más bajos no podrán formarse a partir de ofertas, bonificaciones o descuentos de ningún tipo.

Tras visitar los supermercados COTO de Avenida Santa Fe y Avenida Scalabrini Ortiz,  Disco de Paraguay y Armenia, Jumbo de Avenida Intendente Bullrich y Avenida Cerviño   Carrefour de Avenida Scalabrini Ortiz y Soler, sigue observándose en sus góndolas el predominio de los principales grupos empresarios relegando incluso, a sus propias segundas marcas. Esto se ve claramente en los esquineros e islas utilizados para exhibir y promocionar exclusivamente productos de las marcas de primera línea.

Particularmente en las góndolas digitales de estas mismas cadenas, se cumple con lo estipulado en relación al orden de aparición de los productos de menor precio, pero se sigue dando prioridad a los principales proveedores, sobre todo si existe una oferta o el producto en cuestión está dentro de los precios cuidados. Por otra parte, las subdivisiones existentes dentro de cada categoría varían y permiten realizar una búsqueda más o menos específica. Aun así, se torna un poco engorroso encontrar variedad para un mismo rubro y realizar las compras por este medio puede no resultar tan sencillo como parece.

Dentro de estos establecimientos a simple vista, se cumple con la cartelería exigida y los productos tanto de menor valor como de precios cuidados están perfectamente ubicados a la altura requerida. La duda está en saber si la gran variedad de marcas ofrecidas de un mismo producto pertenecen a cinco proveedores distintos. Más aun teniendo en cuenta que los productos de marcas licenciadas por las mismas cadenas comerciales y que suelen copar las góndolas, a la luz de la ley se consideran como una sola.

«Regular los contenidos del fútbol requiere una potencia política muy importante»

«Regular los contenidos del fútbol requiere una potencia política muy importante»

 

El modelo económico y político impuesto en los años 90 ha dejado sus huellas en la sociedad argentina. La ola de privatizaciones que caracterizó aquella época, no solo absorbió empresas estatales sino que además arremetió con una de las expresiones más populares y masivas del país: el fútbol. Por ese entonces, Mariano Suárez recorría las canchas de todas las categorías del fútbol argentino como cronista de Clarín y Télam. Vivenció cómo la lógica de los medios privados se iba imponiendo sobre este deporte.

En la actualidad, además de periodista, Suáerz es abogado y cumple funciones en el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) bregando por la libertad de expresión y los derechos de las audiencias. Fútbol propiedad privada (Editorial Mil Campanas y Ediciones Al Arco), su más reciente libro, es evidencia de ello. En él recorre los 70 años de historia del fútbol televisado, analizando el conjunto de inestables normativas que se fueron moldeando a favor de los más poderosos. El caso del canal comunitario Pares TV, enfrentado al principal grupo de medios del país, funciona como ordenador del relato y ejemplo de cómo operan quienes se creen los dueños de la pelota.

¿Cómo funciona la televisación del fútbol en argentina? 

Una sección de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual vigente, que va del artículo 77 al 80, prevé un mecanismo por el cual el Estado cada año debe reservarse una serie de contenidos deportivos y que no pueden ser materia de derechos exclusivos. Esto no está restringido solo al deporte, pero era lo que más habitualmente se regulaba por ese mecanismo. En junio de cada año, a través de un procedimiento de audiencias públicas convocadas por la Defensoría del Público, debería definirse cuales son los eventos de interés relevante para el año siguiente y que por lo tanto, deberían estar exentos de los derechos de televisación exclusivos. Eso se reguló hasta el año 2015. Luego, a fines del 2017, el macrismo hizo una apariencia de regulación de la norma a partir del juicio que hizo el canal Pares TV, y dictó una lista con un solo contenido, los partidos de la Selección argentina, algo que de todos modos ya es un contenido gratuito asegurado por otra ley. Desde entonces, nunca más se reguló. 

Ahora el gobierno está dando pelea para que se cumpla el DNU 690, el cual establece una tarifa social que las empresas no cumplen. Si no se cumple eso que es apenas un ordenamiento natural, si se quiere, del cuadro tarifario,  regular los contenidos del fútbol requiere un salto muy grande y una potencia política muy importante que no es fácil. 

Mencionaste el juicio del canal Pares TV cuyo caso además desarrollas en tu libro ¿Cuál es la historia de esa emisora y cuál es el conflicto? 

Es un canal comunitario de la ciudad de Luján que no responde, como en otros casos, a ninguna organización social o política y que en términos técnicos, yo diría, es el más avanzado del país. Nació antes que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, pero indudablemente viéndolo en la perspectiva del tiempo, el equipamiento que tiene y el lugar que hoy ocupa, no hubiera sido posible sin el financiamiento y los fondos de fomento de la Ley. Desde el comienzo empezó a transmitir primero los partidos de Flandria y luego los de  Luján, ambos equipos de influencia en la región, de manera que el fútbol se convirtió en parte de la identidad del canal y es uno de los contenidos más vistos. En ese momento, el futbol del ascenso estaba dentro de los contenidos relevantes protegidos por la Ley. El conflicto comenzó en el 2016 con el macrismo, cuando Flandria llegó a la B Nacional. Si bien en la B Metropolitana también hay derechos de televisación, en la B Nacional las empresas muestran un celo mayor ya que la renta es distinta. Ahí el conflicto con Torneos y Competencias estalló definitivamente.  El argumento de la empresa es que Pares está haciendo una transmisión paralela. Dicen “yo pago, vos transmitís gratis y encima lo subís a YouTube”, pero en realidad eso no ocurre. El canal transmite solo a 10km a la redonda, su área de cobertura es Luján, Mercedes y General Rodríguez, no sale de esa zona. Es decir, no hay una situación de competencia desleal.

En un momento los periodistas del canal debieron ir a las canchas con escribanos ¿Por qué?

La primera estrategia que tuvo Torneos y Competencias para levantar todas las transmisiones fue presionar a la AFA para que los clubes no dejaran ingresar a nadie ajeno a la empresa. Es decir, no podían ingresar ni las transmisiones partidarias, que en ese momento emitían por YouTube, y mucho menos un canal abierto como Pares TV. Durante varios meses entre el 2016 y 2017, en cada partido había una pelea distinta para ingresar a los estadios. En un momento, cuando Flandia viajaba a distintas provincias y localidades, para asegurarse el ingreso Pares TV asistía con un escribano. Así, en caso de que no los dejaran ingresar a la cancha, podían dejar constancia y luego reclamar por el cercenamiento del derecho a trabajar. El ingreso al estadio estaba fuera de discusión, si una vez adentro se graba y se infringe alguna ley, el canal será el responsable de un juicio patrimonial, pero nadie puede preventivamente impedir el ingreso al estadio. A pesar de estas dificultades y de las múltiples cartas documento que recibió, Pares siguió transmitiendo durante todo el 2017 y 2018. En la actualidad solo transmite el audio de los partidos y en la pantalla colocan una placa con un texto sobre la censura. El derecho de la audiencia no está contemplado en la ecuación de las empresas. Hubo una situación insólita en la que Flandria jugó con Comunicaciones, Ty C Sports no lo televisó,   le cedió el partido a DIRECTV y este lo transmitió para todo el país a excepción de la provincia de Buenos Aires. Entonces Pares, que podría haber transmitido el partido para su zona de influencia, no pudo hacerlo. Por eso, el caso de este canal lujanense es el más extremo y desmesurado de abuso sobre las audiencias. Además de asegurar que haya un negocio que puede ser legítimo, hay que contemplar que lo que se supone, es un contenido con un interés público. 

Télam y los derechos de los periodistas

A partir de tus años de experiencia como periodista en Télam, ¿cómo ves el presente y el futuro de la agencia? 

La agencia viene de un proceso de destrucción feroz durante el gobierno de Macri. Desfinanciamiento, supresión de su carácter federal, eliminación de todas sus corresponsalías provinciales y el despido del 41% de la planta. Además de las cuestiones editoriales. Imagínate la libertad que puede tener un redactor dentro de la agencia cuando la empresa despide a la mitad de la planta y hasta dice públicamente, que los despidió por su pensamiento político o posicionamiento sindical. Ese proceso se comenzó a revertir y, desde antes que asumiera el gobierno actual, ya se habían reincorporado a todos los trabajadores a través de distintas medidas cautelares. Con la gestión actual de Bernarda Llorente hay una reconstrucción de la agencia y de su redacción. Hay una reunificación del edificio, ya que durante el gobierno anterior una parte de la agencia estaba trabajando en Tecnópolis, y una revalorización de las corresponsalías. Ese fue un primer paso. De ahí a construir un medio público como el que todos desearíamos, con mayor control público y quizás también parlamentario, como algunos modelos europeos con presencia de los partidos y con representación del congreso en el directorio de la empresa, para eso todavía hay mucho por hacer. La agencia nació en 1945 con la idea de ser un medio que tuviera una agenda nacional y rompiera con los oligopolios informativos, que en ese momento eran las agencias de noticias de los Estados Unidos. Télam hoy no tiene una incidencia profunda en la agenda informativa, ni siquiera para la estrategia comunicacional del propio gobierno y eso, en 1997 cuando yo entre a Télam, era muy importante. Hay mucho por hacer en cuanto al funcionamiento de la agencia. 

El estatuto del periodista profesional es el tema de otro de tus libros ¿Cuán importante es esta herramienta para ejercer la profesión? ¿Habría que modificarlo por el surgimiento de las redacciones 2.0?

Es una ley vieja sancionada en 1946, cuando aún ni siquiera existía la televisión en nuestro país, que regula la actividad periodística. Ya sea que la actividad se ejerza en una empresa pública o privada de cualquier orden, lo que se aplica es el estatuto del periodista. El corazón de la norma es ser protectora. Su sentido original era proteger al trabajador de prensa de su propio empleador, respecto a la libertad de expresión y frente a posibles despidos. Obviamente que no alcanza eso para asegurar la autonomía del periodista con respecto a la línea editorial de los medios. Me parece que el espíritu del estatuto está vigente, y es perfectamente aplicable a cualquier conflicto que surja en una redacción del año 2021.Después para reformar y mejorar cosas hay un montón. Por ejemplo, producto de los medios digitales, un problema que debería ser regulado es el de la propiedad intelectual de los periodistas y reporteros gráficos. Vos antes publicabas una nota y, como parte del contrato de trabajo, estaba implícito que le cedías tus derechos de propiedad intelectual al medio y este la publicaba. Pero si el medio lo publica más de una vez ¿qué sucede ahí? ¿quién tiene el derecho ahí?. Esa situación que antes era muy inusual, primero porque no había ni conglomerados de medios ni plataformas digitales, hoy es muy común y requiere una regulación. Hay que hacer una reforma progresiva en favor de los derechos de los trabajadores. Siempre que se plantean reformas, en general las promueven las cámaras empresarias con el fin de eliminar el derecho indemnizatorio. Otro aspecto, para que veas cuan útil sería si se aplicara el estatuto, en su artículo 64 establece que el Estado no puede dar pauta oficial a ningún medio de comunicación que tenga deudas laborales o de la seguridad social con sus empleados. Si esto se cumpliera no quedaría un solo medio. Si no existiera la ley, la realidad cotidiana durante el contrato de trabajo todavía sería más precaria.