Cosa de locos: La Colifata cumple 25 años

Cosa de locos: La Colifata cumple 25 años

Un semicírculo de sillas en medio del verde jardín comienza a ocuparse por quienes, ansiosos y expectantes, se suman a la ronda con ganas de expresarse.

Desde la consola, el equipo técnico integrado por los coordinadores del proyecto, Analía Valotta, Camila Masci, Victoria Noguera y Federico Martínez Ruiz, levantan su pulgar. “Arrancamos muchachos”, dice Analía y entrega dos micrófonos. Suena la cortina musical. Es rockera. Algunos no resisten y comienzan a bailar.

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Radio La Colifata nació el 3 de agosto de 1991, fundada por el psicólogo Alfredo Olivera, quien continúa al frente del proyecto. Fue la primera radio en transmitir en vivo desde un hospital neuropsiquiátrico, el José Tiburcio Borda, ubicado en el porteño barrio de Barracas. Tan notable fue su repercusión, que se convirtió en modelo para otros países como Uruguay, Chile, Brasil, Francia y España, entre otros. Desde los jardines del Borda, los internos y ex internos junto a algunos invitados lograron construir, semana a semana, un espacio de expresión y vinculación con los oyentes, y con ese mundo del que fueron excluidos.

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Toman sus respectivos micrófonos con decisión. Julio y Diego dan la bienvenida a los oyentes y anuncian la grilla del programa. La presentación es interrumpida repentinamente: “Que a los médicos de los hospitales se les pague el sueldo”, “Si ven gente durmiendo en la calle, comuníquense con el 108”. Nadie se enoja, todos alzan su voz cuando lo desean. Ya son quince las personas que conforman la ronda. Algunos son visitantes.

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“La Colifata nació como una radio sin antena. Primero surgió como una columna en la FM comunitaria de San Andrés. En cada emisión se trataba un tema en particular. Nosotros le sumábamos la participación de un colectivo de personas que estaba internado en un hospital psiquiátrico. Yo iba con un grabador de periodista al Borda, nos reuníamos con la gente alrededor de una mesa y decidíamos de qué temas queríamos hablar. A veces surgía de iniciativas de los presentes, y otras veces de la temática de esta radio comunitaria de la que participábamos. La única consigna era que el grabador pasara de mano en mano: lo que decían se grababa y después unos fragmentos de los debates se ponían al aire. Así nació la columna radial de los internos del Borda”, recordó Olivera.

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La transmisión continúa. Mientras, ingresa un hombre al jardín. Trae una caja. Es una donación de ropa. Julio, todavía con micrófono en mano, agradece y concientiza a los oyentes sobre la importancia de donar para que los ayuden a enfrentar el frío.

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“Luego de la columna en FM San Andrés, el espacio fue FM La Boca y después la Rock & Pop. No teníamos medios económicos y, por ende, tampoco medios técnicos. Entonces surgió esta metodología de trabajo que se basa en desarrollar una estrategia de comunicación que permita insertarse en lo social para, desde allí, permitir que circule como palabra válida el discurso de un grupo de personas que cargaban con el estigma social de la locura. Así, armábamos distintos microprogramas que distribuíamos a las radios y de esa manera la palabra de un interno llegaba a la comunidad”, rememora su creador.

En 1992, un oyente donó la primera antena con un equipo de 1 watt, lo que le permitía un alcance de 200 metros a la redonda. Tiempo después recibieron una antena de 300 watts, cuando un oyente escribió a “Sorpresa y media”, un programa televisivo que elegía sueños de sus audiencia para hacerlos realidad.

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Los coordinadores proponen que se presenten individualmente a quienes se sentaron en la ronda. Hacen circular el micrófono para que cada participante diga lo que tenga ganas de decir. Algunos cuentan situaciones personales o familiares, estados de ánimo. Otros, comparten poemas. “Es que acá cada uno tiene su espacio, siempre y cuando nos respetemos y nos escuchemos entre todos”, explica Victoria mientras coordina la presentación.

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“Es en este lugar de encuentro radiofónico en el que empezamos a abordar la problemática de la marginación, los padecimientos psíquicos y la estigmatización de la locura. Fuimos constatando que el contacto de manera permanente con otros generaba efectos positivos en las personas que formaban parte del proyecto. Ahí nos animamos a pensarlo también en términos terapéuticos”, afirma el fundador del espacio.

La realidad indica que hay una problemática habitacional y la imposibilidad de reinsertarse en la sociedad al salir del Borda. Al respecto se refirió Olivera: “Con el transcurso de los años sentíamos que la radio hacía bien a quienes participaban de la misma, así que fuimos creando herramientas para poder medir el impacto, conectando el trabajo radiofónico con el proceso de cada persona. A inicios de los años 2000, nos dimos cuenta de que La Colifata anualmente colaboraba con el 35% de las externaciones del hospital. Luego constatamos también que entre los internos que eran dados de alta, un 50% de ellos continuaba en radio y otro 50% dejaba de venir. Si comparábamos ambos grupos, en los que no continuaban había más posibilidades de reinternación que en los que seguían participando”.

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El debate en La Colifata es habitual y el término desmanicomialización genera opiniones como la de Tríniti, otro interno que toma la palabra: “Uno se ‘bordaliza’, se acostumbra a estar en el Borda y cuando salís y vas a un hotel no tenés amigos. Esto le pasa a muchos integrantes del hospital: afuera no nos aceptan, nos discriminan y tampoco sirve que nos saquen de acá y nos lleven a un geriátrico, porque nos enfermaríamos más. La solución sería darle a cada muchacho lo que se merece, los años vividos acá los tiene que recuperar algún día. Este hospital es de los pacientes. No es de los laboratorios. No es de Macri. Es nuestro. Hablar de desmanicomialización implica no quedarse en las palabras, hay que hacer algo. No hablemos más de locura y salud mental, hagamos algo, vayamos a la solución concreta”. Los aplausos no tardaron en llegar.

Gustavo expresa sus ganas de recibir el alta. Añora volver a Paternal con sus familiares. Marcelo, otro “colifato” –como ellos mismos se denominan- pide algunas canciones para bailar, con motivo de su cumpleaños. Todos lo acompañan en el centro de la ronda y bailan al ritmo de la música electrónica que los envuelve y se apodera de ellos.

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Cumplir el primer cuarto de siglo invita a un balance: “Estos 25 años fueron sumamente positivos”, afirma Olivera, aunque considera que aún quedan muchas cuestiones pendientes: “El problema de las dificultades que como sociedad tenemos para relacionarnos con ese fenómeno que llamamos ‘locura’ es muy complejo y no alcanzan 25 años, pero lo que sí se ha logrado es constituir un espacio de valoración y dignidad para un grupo de personas que en realidad pueden ser cualquiera de nosotros. La radio hoy por hoy es una herramienta útil en todo el mundo para acompañar procesos ligados a lo terapéutico y donde las personas restituyen su derecho a la palabra”.

De cara al futuro, Olivera plantea: “Ahora tenemos el desafío de comprobar si la radio puede constituirse en una herramienta de inclusión social y económica para las personas que van saliendo de la internación. Queremos conservar el espacio abierto que tenemos en el hospital Borda para las personas que están internadas, y continuar con La Colifata itinerante o nómade para desarrollar espacios radiofónicos en distintos lugares, ofreciendo la posibilidad de que se expresen los vecinos. Y por último desarrollar el estudio externado profesional de radio, que estamos por comenzar a construir en el barrio de Colegiales, y será un punto de encuentro entre la gente de la comunidad que quiere hacer radio con personas que van saliendo de la psiquiatría. El objetivo de este tercer espacio es justamente esa inclusión social y económica”.

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Mientras tanto, en el círculo del jardín, Silvi, otra colifata, toma el micrófono e invita a los oyentes a acercarse al hospital. Se festejarán los 25 años de radio el próximo sábado 13 de agosto, a las 14.00.


Actualizada 10/08/2016

Sábados en la escuela

Sábados en la escuela

Los chicos están sentados, concentrados en sus cuadernos. La profesora acaba de leer un cuento y los garabatos surgen y se multiplican a toda velocidad en los cuadernos. La coordinadora pregunta si falta mucho, junta las hojas y los inquietos estudiantes pueden salir al patio. Todos a la carrera. Afuera los espera la tallerista de Capoeira. Es un hermoso sábado por la mañana en la escuela n°25 de Wilde, en el partido de Avellaneda, y el Centro de Actividades Juveniles (CAJ) funciona  a pleno.

Enmarcados en el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012-2016, los CAJs tienen como propósito ampliar y mejorar las condiciones y formas de acceso, permanencia y egreso de los jóvenes en las escuelas. También fortalecer sus trayectorias educativas a través de la participación en diferentes acciones organizadas en tiempos y espacios complementarios y alternativos a la jornada y al horario escolar.

Según datos oficiales, 190 mil jóvenes de 2.542 escuelas de todo el país asisten a los CAJs, financiados íntegramente por el Ministerio de Educación de la Nación. En el programa trabajan unos 12 mil talleristas de distintas áreas.

La principal responsable del programa desde 2012 es Patricia Rodríguez. La coordinadora por el Ministerio de Educación destaca la implementación del programa en casi todo el territorio nacional, aunque lamenta que en la Ciudad de Buenos Aires no se haya puesto en marcha. “Participan 23 provincias y la única jurisdicción donde no tenemos potestad es en la Capital Federal. El Ministerio de Educación porteño nunca quiso firmar convenio, nosotros sí. Los CAJs son una política de Estado, se proponen anualmente y en la Ciudad –aunque no abiertamente- siempre se rechazó la propuesta. No se lograron avances de ningún tipo”, puntualiza en diálogo con ANCCOM.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). COL JORGE W. ABALOS , LOS TELARES , SGO. DEL ESTERO . 2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Los participantes del CAJ de Los Telares, Santiago del Estero. 

En la implementación de los CAJs intervienen, aportan recursos y equipos técnicos, la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas del Ministerio de Educación de la Nación y las direcciones de Nivel, direcciones y coordinaciones de Políticas Socioeducativas de los ministerios provinciales.

A nivel programático, los objetivos principales son contribuir con la calidad educativa; generar las condiciones adecuadas para la construcción de aprendizajes significativos para los jóvenes en la escuela; fortalecer estrategias de inclusión escolar y pertenencia institucional de adolescentes y jóvenes que, por distintos motivos, no están cursando estudios en el nivel secundario; y promover el recorrido por espacios complementarios a los curriculares para la apropiación de conocimientos. “La idea no es pensar que el CAJ es el espacio para la realización de estos fines y la escuela no, sino poder trabajar en conjunto y ver qué está pasando con los jóvenes. También es una manera de interpelar a la escuela secundaria. En este sentido, los CAJ vienen a cuestionar un poco lo que es el origen de la escuela, su matriz conservadora. La finalidad es que haya un diálogo entre estos dos formatos y que se interpelen y dialoguen”, reflexiona Rodríguez.  

El trámite para poner en marcha los talleres que dan vida a las escuelas cada sábado supone una articulación entre el Ministerio de Educación de la Nación  y cada una de las jurisdicciones. Tras la firma de los convenios marco entre la Nación y los distritos, las instituciones educativas que desean incorporarse formalizan la solicitud a las autoridades provinciales y al Equipo Jurisdiccional. Cada distrito puede definir los días y horarios de funcionamiento en los CAJs, privilegiando los sábados para el desarrollo de las actividades. En todos los casos deben cumplir por lo menos con una jornada semanal de cinco horas para llevar adelante las actividades.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). Escuela Secundaria N°17, Villaguay, Entre Rios. 2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Las participantes del CAJ de la Escuela Secundaria N°17, Villaguay, Entre Rios. 

 

Los CAJs están abiertos para los estudiantes de las escuelas donde se desarrollan las actividades y jóvenes de la comunidad que pertenezcan a otras instituciones educativas. También para aquellos que no asistan a ninguna escuela. Además, el Programa se implementa bajo la modalidad de Educación en Contextos de Encierro, lo que implica el trabajo con jóvenes involucrados en procesos judiciales pendientes de resolución o resueltos y que se encuentren alojados en instituciones de encierro.

Cada escuela puede optar entre las orientaciones de Educación Ambiental, Arte, Comunicación y Nuevas Tecnologías, Ciencia y Deportes. A su vez, el Programa retoma la propuesta del Ministerio y propone el trabajo de tres ejes transversales: Participación Juvenil y Derechos Humanos, Prevención del Consumo Problemático de Drogas y Educación Sexual Integral. “Tanto las orientaciones como los ejes transversales fueron seleccionados en función de los lineamientos trabajados por el Ministerio y que están presentes en todas sus políticas”, afirma Rodríguez.

El programa también contempla un Proyecto Transversal de Lectura y Escritura, con prácticas que amplíen la formación literaria y multipliquen los encuentros con la cultura escrita. “Una de las cosas más importantes es que los chicos pueden tomar la palabra, porque en definitiva todos los talleres del CAJ tienen que ver con apropiarse e ir construyendo ellos y con los demás su propia subjetividad, ya sea desde la palabra, el canto, el baile o cualquier actividad física. Otra cuestión fundamental es la reivindicación del placer: no estar pendientes de la nota, de lo ‘correcto’ o ‘incorrecto’ que en el caso de la lectura y la escritura están muy asociadas a la práctica escolar. Poder volver al disfrute de eso y vincularlo con lo lúdico. Creo que ahí hay un componente creativo e imaginativo inmenso”, subraya  Micaela González, profesora de Escritura Creativa, en diálogo con ANCCOM.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). Escuela Corbeta Uruguay , Pinamar, Buenos Aires,  2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Participantes del CAJ de la escuela Corbeta Uruguay en Pinamar, Buenos Aires.

 

Otro proyecto dentro de los CAJs -y que está vinculado con la orientación de Comunicación y Nuevas Tecnologías- es el de Radios Escolares, que se realiza en conjunto con la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) y la Autoridad Federal de Servicios Audiovisuales (AFSCA) y propone el desarrollo de diferentes estrategias y ámbitos de trabajo escolar que estimulen la investigación, la expresión y el intercambio entre los alumnos, los educadores y la comunidad.

El proyecto impulsa el uso del medio para la comunicación y el aprendizaje, y se lleva adelante a partir de experiencias regionales o provinciales con equipamiento básico para la comunicación radiofónica.  “Hay 197 radios escolares al aire y son una herramienta pedagógica fantástica para los jóvenes. A partir de esto también se han dado muchas cuestiones de acreditación de contenidos con trabajo con los docentes, capacitación y asistencia técnica. Este año vamos a terminar de instalar 240 radios en convenio con el AFSCA”, señala Rodríguez.  

En las escuelas, los alcances del programa se traducen en el vínculo con los estudiantes. Así, lo explicita la coordinadora de la Escuela n°25 de Wilde. Belén Gessaroli traza la historia del establecimiento con los ‘talleres de los sábados’. “Comenzamos hace poquito, unos tres meses aproximadamente, pero lo que más rescato es el vínculo que se va formando con los chicos. Desde entrar la primera clase sin conocernos y brindarse, empezar de a poquito, tímidos, sin demasiada confianza; al día de hoy, se nota muchísima diferencia: se sienten mucho más cómodos, nos cuentan cosas bastante personales y nosotros tratamos de orientarlos. Eso también es lo bueno del Centro de Actividades, no solamente lo lúdico sino  también la parte emocional, espiritual, los valores, que puedan expresarse, que puedan decir lo que sienten , ya sea a través de la escritura, la radio o el cuerpo y salir un poco de la rutina de ellos que quizás no es tan buena”, subraya.

Centros de Actividades Juveniles (CAJ). Corbeta Uruguay , Pinamar, Buenos Aires,  2015   FOTOS GENTILEZA CAJ.

Pintando murales con el CAJ de la escuela Corbeta Uruguay, Pinamar, Buenos Aires. 

Los chicos se toman su tiempo para entrar en confianza con sus talleristas. Los abrazan, se dejan abrazar, hacen chistes y colaboran aunque quizás la actividad de ese día no sea su favorita. Tamara Goncálvez, de 13 años,  pasó de no querer saber “nada” con la radio porque le daba vergüenza, a acompañar a la tallerista de Radio cantando jingles en las tandas comerciales. “Al principio venía para no estar en casa ayudando a limpiar o aburrida. Pero ahora me gusta estar con la gente del CAJ y compartir las reuniones de los sábados junto a mi amiga Antonela y uno de mis hermanos”, reflexiona. Cada tanto sorprende a todos con sus riquísimas tortas fritas caseras.

 

A la espera del Plan Técnico de Frecuencias

A la espera del Plan Técnico de Frecuencias

La Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) realizó a la fecha, gran cantidad de llamados a concurso y otorgó en total 1280 licencias y autorizaciones a radios AM y FM, y televisión paga y abierta en todo el país.En varias zonas del interior ya fueron asignadas las frecuencias a muchas radios comunitarias y de pueblos originarios, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires todavía no han comenzado los llamados a concurso público para adjudicación de licencias debido a que es una de las 11 “zonas de conflicto” definidas por el AFSCA, y aún no resueltas.

Ya van más de cinco años de sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26.522 promulgada en octubre de 2009. Aunque el crecimiento y el avance de la radiodifusión a nivel nacional son notorios, distinta es la situación en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), por su conflictividad. “La llamamos zona de conflicto porque el espectro está saturado, no hay espacio en el aire para otorgar licencias”, explica Mariel Baiardi, miembro de la Dirección de Proyectos especiales del AFSCA. La solución a esta saturación es un proceso complejo y a largo plazo que debe ser elaborado mediante el Plan Técnico, establecido por la Ley. El Plan será un registro de frecuencias que establecerá cuáles podrán ser reservadas y cuáles concursadas. Baiardi manifiesta: “Ahora lo que se está haciendo es avanzar en todas las zonas que no son conflictivas planificando el espectro y ordenándolo. Pero en los casos donde hay espectro saturado, lo que hay que hacer es relevar todas las señales que hay, algunas tienen cobertura legal y otras no. Después respetar los porcentajes que establece la Ley. Pero es un proceso en el que hay que ver cuáles son las licencias, si están vigentes, cuánto tiempo les queda hasta su vencimiento, cuáles son Reconocimientos sin fines de lucro, cuáles Permisos Precarios, porque el organismo fue recorriendo diferentes procesos tratando de normalizar lo que hay”. Por el momento este Plan Técnico está en desarrollo, por lo que aún muchas FM de la Ciudad se encuentran sin licencias, y sin poder participar de financiamiento.

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

La Ley establece que la elaboración del Plan Técnico deberá realizar las reservas de frecuencias, con posibilidad de ampliarlas debido a la incorporación de nuevas tecnologías, para un mayor aprovechamiento del espectro radioeléctrico.   Eduardo Fernández Rousseaux, director de Evaluación Técnica del AFSCA, explica que la falta de solución al conflicto no se debe a la ausencia de un Plan, si no a la falta de actualización. “Plan Técnico hay, se elaboró en el año 98. En las diferentes provincias cuando hemos llamado a concurso se lo va consolidando. En la Ciudad de Buenos Aires también está el plan pero con una dificultad, que es una zona de conflicto. Cuando se elaboró ese plan y se trabajó se declararon zonas de conflicto aproximadamente unas 20 localidades, que ahora se fueron reduciendo y quedaron 11, entre ellas la CABA”, detalla Rousseaux.

El 21 de octubre de 1998 se aprobó la Resolución Nº 3444 que establecía el Plan Técnico Básico Nacional de Frecuencias para el Servicio de Radiodifusión Sonora. Es decir, el plan que organizaba cuáles eran las frecuencias disponibles del espectro radioeléctrico para la adjudicación de licencias mediante concurso público. Hasta el momento, y luego de la aplicación de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, este Plan continúa vigente y se aplica en las zonas de conflicto más leves.

La dificultad y la demora en su actualización para la Ciudad se deben a que el panorama actual del espectro es muy diferente al del año 1998. Según Rousseaux: “La zona de conflicto es donde la capacidad técnica de planificación es superada en al menos tres veces por la cantidad de posibles licenciatarios. Entonces, por ejemplo, tenés en la Ciudad de Buenos Aires una planificación para 50 radios FM y una posibilidad de ‘x número’. Que todavía no está determinado pero que lo supera ampliamente. De acuerdo a los censos que realizó el organismo, veníamos hablando de una posibilidad de 1500 radios para que entren en un espectro que es limitado. Vos llamás a concurso con ese plan técnico y tenés un conflicto sangriento entre quienes se quedan con las frecuencias.”

Según lo dispuesto por la ley, un 33 por ciento de las localizaciones radioeléctricas planificadas se reservará para personas de existencia ideal sin fines de lucro. Si bien las emisoras populares, comunitarias y alternativas ya existían en el país antes de la sanción de la Ley  – por lo que hubo diferentes decretos y regulaciones  previas que permitieron limitadamente su accionar –  es con la nueva Ley que se establecen definitivamente sus derechos, su legalización y su fomento.  La posibilidad de acceso del sector comunitario y sin fines de lucro como un nuevo sujeto emisor en la radiodifusión es una de las modificaciones y novedades más importante con respecto a la anterior Ley Nº 22.285, en la que solo se permitía ser licenciatarios a personas físicas o jurídicas con fines de lucro.

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

Lionel Martin, periodista de Radio Sur FM 88.3 y referente de  la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) Argentina, comenta sobre la situación de estas radios: “Durante mucho tiempo, el AFSCA nos dijo que  estaban trabajando para conseguir un software que pueda escanear de alguna manera todas las emisiones que hay, y a partir de ahí elaborar un plan técnico. Lo que nosotros pedíamos es que, hasta que se llame a concurso a las radios sin fines de lucro nos den algún tipo de Reconocimiento de nuestra existencia, para poder tener un resguardo legal. Pero también para tener un margen de acción para funcionar con respecto a los casos de interferencias con radios comerciales.”Mediante un proceso de empadronamiento que el ASCA aprobó a fines del año pasado, las radios comunitarias podrán presentar la información de sus emisoras, los requisitos cumplidos y sus composiciones legales, es decir si son cooperativas, fundaciones o sociedades civiles: “Esto como un paso previo para que después, en los llamados a concurso, eso pueda pesar como un antecedente de existencia previa”, plantea Martín.

Si bien para el AFSCA la “zona de conflicto” está determinada por problemas técnicos de saturación del espectro, para el periodista el conflicto se debe más a una falta de resolución política: “Hay que definir cuántas radios entran en determinado lugar, qué potencia van a tener para emitir, porque una vez que se elabora el Plan después hay que hacerlo cumplir. Y si hay radios privadas, con fines de lucro, que no se ajustan a los requisitos o no tienen licencias tendrían que ser cerradas”. Para Martín esos cierres tienen un costo político: “Sobre todo, en las grandes ciudades (esas radios comerciales) son las que, a través de la venta de publicidad, se vuelven más rentables y ahí es donde está el negocio, que no se quiere afectar o no se tiene voluntad política para avanzar sobre eso”.

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

Eduardo Rousseaux explica que la solución se basa en modificar el antiguo Plan fundamentalmente teórico -realizar nuevos acuerdos con la Organización Internacional y el Mercosur- y adecuarlo a la situación actual empezando por la práctica: “La idea es no llevar la teoría a la práctica, sino la práctica a la teoría. “De modo que un primer paso para elaborar un Plan adecuado es acceder al panorama real y para esto la solución ya está en proceso: “Se firmó un convenio con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Cancillería de la Nación y AFSCA, para la compra de un sistema de control y monitoreo del espectro de manera permanente. De esa forma vamos a saber qué es lo que hay realmente en el aire hoy funcionando. Porque tampoco hay datos. O hay datos, pero no sabemos si es lo que realmente funciona o lo que la gente viene y te declara ‘yo estoy funcionando’, pero con qué potencia, cómo están funcionando los licenciatarios. En base a eso, vamos a poder tener en primer punto: la realidad” –asegura Rousseaux– y agrega : “A partir de esa situación podremos monitorear y tener en claro qué es lo que está funcionando hoy en el espectro radioeléctrico, desarrollar una normativa técnica acorde a la realidad. Donde puedan coexistir, convivir, la mayor cantidad de licenciatarios posibles. Pero para poder desarrollar eso necesitamos todo un conjunto de herramientas que las estamos creando y desarrollando ahora. Este sistema de control y monitoreo del espectro no existe en ningún lado, nosotros estuvimos consultando. Lo empezó a hacer ahora Brasil a través de una fundación que ellos tienen de telecomunicaciones, que es la única experiencia así de trabajo global, sobre el sistema de control y monitoreo del espectro.”

Néstor Busso, ex presidente del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, opina al respecto: “El tema del plan técnico está demorado. En realidad la Ley dice que habría que haberlo hecho durante el primer año, obviamente que hay dificultades que son ajenas al AFSCA, pero eso es lo que dice la Ley. Hace tiempo ya que el AFSCA dice que va a contratar un software con el cual pretende monitorear el espectro y elaborar el plan técnico. Es necesario usar tecnología y un software para la elaboración del plan técnico, pero creemos que hay que apresurar este proceso.”

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

Radio FM SUR 88.3. Parque Patricios

El establecimiento del sistema de monitoreo llevará un año de trabajo sistemático y Rousseaux asegura que ya se inició: “Ya firmamos el convenio, estamos terminando los pliegos de llamados de licitación pública internacional  que lo estaremos llamando para principios de marzo. Así que ya están todos esos pasos aprobados. La idea es que a partir de marzo, en treinta días se ponga en funcionamiento. Lo que se espera es tener resultados parciales, y para antes del mes de julio ya tener una base de datos consolidada de la zona sur de Gran Buenos Aires.” La zona sur es una de las más complejas debido a su saturación, entonces, según el Director, es conveniente que el proceso de acumulación de datos empiece por allí: “Sabiendo que es uno de los lugares de zona de mayor conflicto, si le encontramos la solución a ese lugar le encontramos la solución a todo. O sea, en vez de empezar por lo más fácil elegimos empezar por lo más difícil”. Para el Director de evaluación técnica el objetivo de la elaboración de la base de datos es: “Para que el software que le vamos a cargar al sistema pueda tener con qué cotejar lo que hay en  los papeles AFSCA: desde licencias, autorizaciones o censo, con lo que sucede en la realidad.”

Según Gabriel Sottile, Director de Adjudicación de Licencias del organismo, para fines de 2015 se podrá contar con información precisa: “Lo que está realmente consolidado y funcionando hoy en la Ciudad de Buenos Aires no se puede saber, pero a fin de año sí, en todo el país. Obviamente que trabajamos también en conjunto con la Comisión nacional de Comunicaciones (CNC), quienes nos ayudan en la planificación y coordinación. Todo va llevando un tiempo de maduración hasta que el AFSCA esté en condiciones de hacerse cargo de esa cuestión de gestión que hoy sentimos que estamos en condiciones de hacerlo”. Al parecer será a fines de este año cuando se contará con la base de datos necesaria para poder comenzar a realizar la planificación del espectro y posterior otorgamiento de licencias.