Despidos en editorial Atlántida

Despidos en editorial Atlántida

“Yo había escuchado de despidos así, sobre todo en el medio gráfico, pero nunca me había tocado vivir algo tan cruel e irrespetuoso”. Con estas duras palabras, Walter Balcedo define la situación que están viviendo los empleados recientemente despedidos de la editorial Atlántida. Crueldad y falta de respeto son dos términos contundentes que grafican no solo el hecho concreto de las desvinculaciones, sino también el modo en el que fueron efectuadas. “El martes 5 llegamos a la empresa y de repente alguien de Intendencia, con una lista en la mano, empezó a nombrar a quienes no podían entrar, así sin más. Yo estaba en esa lista”, detalla.

Balcedo se desempeñaba como jefe de preprensa dentro de la editorial, aunque hace tiempo su actividad excedía a las tareas comunes del sector: “En 2017, la empresa Televisa -a cargo de la editorial desde 2007- decidió eliminar las redacciones de revistas con licencia como Cosmopolitan o Muy Interesante, y empezaron a enviar el contenido desde México para que nosotros lo editemos y lo traduzcamos al modo argentino. Yo nunca fui un obsecuente, pero siempre hice mi trabajo y cumplí favores sin entrar en conflictos. Si tengo que resumir en una palabra lo que hizo la empresa en estos últimos meses, sin duda sería engaño”, asegura.

El término utilizado por Balcedo no es azaroso. En 2018, Televisa le vendió la empresa a un conglomerado de accionistas anónimos, quien se hizo cargo de la editorial creada por Constancio Vigil en los albores del siglo XX. La nueva dirigencia, a cargo de publicaciones masivas como las revistas Gente, Para Ti y Billiken, entre otras, llegó con múltiples propuestas de renovación y promesas de estabilidad laboral. Pero todo quedó a medias tintas.

“Me enteré que estaba en la lista por teléfono, mientras estaba de vacaciones con mis tres hijos y en período de lactancia”, subraya Yasmina Dátola.

“El nuevo directorio nos aseguró en julio que lo último que iban a hacer era despedir gente, y que estábamos en el mejor lugar posible para desarrollar nuestro trabajo. Si bien la venta viene cayendo hace años, nos proponían que aportemos ideas para salir adelante. En siete meses no solo no cumplieron su palabra, sino que encima nos echaron con ´justa causa´ inventando motivos”, sostiene Yasmina Dátola, quien trabajaba hace doce años en Billiken, primero como cronista y luego como redactora. “Me enteré que estaba en la lista por teléfono, mientras estaba de vacaciones con mis tres hijos y en período de lactancia”, subraya.

El caso de la publicación infantil es paradójico, ya que se encuentra vaciada y suspendida en el año de su centenario, cumpliría 100 años en noviembre. Al desprecio por la trayectoria, un mal que parece ser coyuntural, se le suma el agravante del incumplimiento salarial.

“La gerencia nos mandó un mail avisando que iban a depositar el 50 por ciento del sueldo, con la supuesta intención de saldar el otro 50 a la brevedad”, dice Nahuel Machesich, quien hasta el fatídico martes se desempeñaba como jefe de Redacción de la revista. “Nosotros decíamos en broma que los nuevos directores eran estilo ´Marquitos´ Peña (NdeR: Marcos Peña es el jefe de Gabinete nacional), por su juventud y su discurso positivo. Tengo una hija que nació prematura y se encuentra en terapia intensiva, pensé que eso iba a salvarme, pero no. Con estas actitudes te das cuenta que, más allá de las apariencias, se les cae la máscara enseguida”, asegura.

La revista Billiken cumpliría 100 años en el mes de noviembre.

Las justificaciones esgrimidas por la empresa para desvincular a sus empleados son diversas y, como especifica el testimonio de afectados y gremialistas, absolutamente falsas. En la misma línea, varios trabajadores no registrados fueron cesanteados, lo que representa un claro caso de precarización laboral.

Consultado por este medio, Fernando “Tato” Dondero, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), explica que en la editorial “la situación complicada viene desde el año pasado, cuando decidieron mensualizar publicaciones semanales históricas como Billiken o Para Ti, lo que produjo la desafección de varios colaboradores no permanentes. La patronal nueva prometió dialogar con la comisión interna, y terminó despidiendo gente con causas inventadas para no pagar las indemnizaciones correspondientes. Llegaron a despedir a una jefa de Arte arguyendo que la gente de su sector se quejaba de malos tratos cuando jamás hubo ni un reclamo”.

La ola de despidos no discriminó sectores ni jerarquías, y si bien en la segunda semana de febrero se dio el mayor caudal, las desvinculaciones vienen desde comienzo de año. En diálogo con ANCCOM, Félix Vallejos, delegado de SiPreBA en Atlántida, aclara que “los primeros dos casos se dieron en enero, con dos compañeras despedidas. El martes 5 se produjeron alrededor de diez despidos, y nos enteramos que el director de la revista Gente, la directora de la revista Para Ti, y la gerenta de Recursos Humanos habían sido notificados de su despido antes de que lleguen a chocarse con la puerta”.

Trabajadoras de la editorial llevando a cabo medidas de lucha.

En paralelo, Dondero reconoce que, además del contexto recesivo que atenta contra la gran mayoría de los trabajadores, hay otros factores que afectan directamente no solo a Atlántida en particular, sino al sector gráfico en general: “Editoriales como Publiexpress, que por ejemplo tiene a su cargo la revista Pronto, también sufrieron despidos recientemente. Las empresas quieren contar con la menor cantidad de empleados posibles, mientras que el consumo de información en papel decrece cada vez más”.

No obstante, tanto empleados que conservan su puesto, como despedidos y gremialistas, tomaron cartas en el asunto e iniciaron medidas de lucha para intentar revertir la situación.”El martes hicimos un paro hasta las 0:00 horas, el miércoles decidimos declarar un estado de asamblea permanente hasta el viernes, mientras que el lunes hicimos un acto en la puerta de la editorial con cese de actividades y amplia participación de todos los sectores involucrados”, destacó Vallejos.

La ola de despidos no discriminó sectores ni jerarquías, y si bien en la segunda semana de febrero se dio el mayor caudal, las desvinculaciones vienen desde comienzo de año.

“No hay voluntad de diálogo sobre el derecho a decidir”

“No hay voluntad de diálogo sobre el derecho a decidir”

“Las palabras son muy peligrosas: se utilizan con total intencionalidad en todo momento”, dice Òscar Fernández Sánchez, catalán especialista en producción, licenciado en comunicación audiovisual y diplomado en Ciencias de la Educación, aunque siempre ejerció de periodista. Como productor audiovisual del Grupo SEGRE, su docencia en la Universidad de Lleida parte desde la experiencia, desde la práctica productiva concreta. Por ende, cuando hace aquella afirmación, lo hace hablando de un caso real, repleto de ejemplos. Así menciona a Cataluña, la comunidad autónoma española que, en 2017, vio a su movimiento independentista cristalizarse en masivas protestas en las calles, un referéndum deslegitimado por el gobierno español a cargo del ya renunciado Mariano Rajoy, y la mudanza de políticos catalanes al exterior.

“De hecho, hay quien dice que han huido, y hay quien dice que son exiliados”, detalla Fernández Sánchez, en lo que es el primero de varios ejemplos de cómo el discurso mediático se moldea, con mayor o menor sutileza, en base a intereses subyacentes. “¿Qué punto de vista es el correcto? ¿Cómo hemos de decidir? Periodísticamente, es un político que ‘se ha marchado de España’. No es un exiliado, si lo analizamos lingüísticamente”.

Invitado a dar una serie de clases abiertas en la Universidad de Buenos Aires entre el 5 y el 12 de noviembre, utiliza este tipo de ejemplos para dar cuenta de una problemática comunicacional: para él, los medios de comunicación españoles no actúan como reflejo de la opinión pública, sino de una opinión publicada. “No están ejerciendo de la voz del pueblo y de la opinión general, sino que ejercen de la voz del gobierno o de los intereses, en este caso ideológicos, tanto por un lado como por el otro”, enfatiza.

Fernández Sánchez da cuenta de un esquema polarizado, donde la división más visible es entre los medios catalanes y los medios españoles fuera de Cataluña. El independentismo y el unionismo, respectivamente, dominan dentro y fuera de la región, y aquellos sesgos afectan visiblemente la manera en que los medios comunican los eventos que rodean al movimiento independentista catalán.  

Esto se vio en la cobertura de los incidentes del 1 de octubre de 2017 alrededor del referéndum por la independencia: de aquella historia, Fernández Sánchez extrae un ejemplo paradigmático de divergencias en la forma de reportar un mismo evento. “En clase enseñé cuatro portadas de cuatro periódicos donde, aparte del texto, lo importante era la imagen que se mostraba, y con los alumnos analizamos la imagen”, explica; cada una de esas portadas ilustró de un modo particular y único los incidentes violentos de ese día con la Guardia Civil enviada por el gobierno de Rajoy.

“En una imagen de gran tensión, se ve cómo la policía bloqueaba la entrada a los votantes,” describe. En la siguiente portada, la fotografía elegida enfatiza la agresividad dura de las fuerzas policiales españolas, seguida por otra que representa a los manifestantes como los que utilizan la violencia contra estas fuerzas. Y otra, finalmente, muestra a los cuerpos de seguridad del Estado enfrentados con los cuerpos de seguridad de la Generalitat, y así responsabiliza a los agentes mientras niega la presencia de la población civil.

Como consecuencia de aquellas diferencias sustanciales en los modos de cubrir noticias como el conflicto en Cataluña, Fernández Sánchez nota un gran escepticismo en la opinión pública hacia los medios. “Porque tú vas a un quiosco, compras siete diarios, y ninguno dice lo mismo”, explica. Asimismo, nota en los medios españoles una tendencia a culpabilizar a agentes políticos catalanes por las manifestaciones populares en favor de la independencia, acusándolos de haber manipulado al pueblo. Mientras, los medios catalanes presentan al movimiento como surgido desde la sociedad y reivindican a Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat de Cataluña, actualmente fugitivo en Bélgica, “como el único político que ha oído al pueblo”.

Fernández Sánchez observa que, dentro de este contexto, no es posible un verdadero diálogo en los medios sobre la cuestión de la independencia, o siquiera sobre el derecho a decidir al respecto. “El debate sobre el derecho a decidir no está en los medios [españoles]”, dice, y apunta a la falta de voluntad del gobierno español como la principal causa.

Pero esta polarización, y particularmente la reticencia al debate en los medios españoles, no necesariamente se corresponden con la opinión pública. “Una encuesta popular, encuesta de opinión al pueblo, que publicaron los diarios en 2017, dice que el 75,6 por ciento de la población catalana está a favor de un referéndum”, cuenta a modo de demostración, “y el 57,4 por ciento de la población española también. Por tanto, son dos encuestas de población que ponen de manifiesto que el pueblo legitima un referéndum. Pero los gobiernos no lo hacen y los medios tampoco”.

En aquella postura gubernamental y mediática, reticente considerar un debate sobre un referéndum, Fernández Sánchez ve un obstáculo a la resolución de la problemática catalana. “Eso pasa sólo por el diálogo. Pero un diálogo donde no hay voluntad de dialogar es un diálogo de sordos. Y eso es lo que ahora mismo está pasando. Nadie cede”.

Reconoce, no obstante, algunas tentativas de acercamiento con Cataluña en el gobierno socialista de Pedro Sánchez, que sucedió a Rajoy como presidente, luego de que el líder del Partido Popular perdiera una moción de censura. Entre estas tentativas, incluye una propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía para darle un carácter más fuerte a los gobiernos de las comunidades.

“Ha pasado desapercibido, pero ha habido un intento, quizá tenue, quizá pobre,” dice respecto del encuentro entre Pedro Sánchez y Quim Torra, actual presidente de la Generalitat de Cataluña. Un hecho sin precedentes, ya que los encuentros entre presidentes del gobierno español y del gobierno Catalán, según Fernández Sánchez, solían ser meramente protocolares. “Pedro Sánchez lo que ha hecho es un diálogo”. Sin embargo, es escéptico. Desde su perspectiva, el movimiento independentista se ha radicalizado, su foco está puesto en la independencia por sobre cualquier propuesta moderada.

Frente a la ilegitimidad constitucional de cualquier referéndum por la independencia de Cataluña, tal como lo argumenta el gobierno español, enfatiza la necesidad insatisfecha de un mayor diálogo mediático y una apertura a la participación de la opinión ciudadana en las discusiones sobre la naturaleza misma de la organización y división política de España, incluso, si fuera necesario, a nivel constitucional.

“La solución más evidente es que hagan un referéndum como ha hecho el Quebec o como ha hecho Irlanda -concluye-. Y que, en todo caso, trabajen la opción del no. Pero España tiene tal miedo de hacer un referéndum, porque cree que saldrá el sí. Pues no, haz un referéndum y pregúntate qué vas a hacer tú para conseguir que se queden”.

A una voz

A una voz

El pasado viernes 29 de junio se conoció el dictamen de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) que determinó la legalidad de la fusión entre la operadora de cable Cablevisión, perteneciente casi en su totalidad al Grupo Clarín, y la empresa multinacional de telefonía Telecom. ANCCOM dialogó con expertos en política comunicacional para dilucidar las consecuencias de esta operación.

“Esta megafusión consolida a la tercera empresa más importante del país en volumen de facturación, y la primera en su rubro, que además tiene posiciones dominantes en cuatro servicios: televisión por cable, telefonía fija, telefonía móvil y conexión a banda ancha de Internet”, explica Diego Rossi, profesor adjunto de la cátedra Políticas y Planificación de la Comunicación de la UBA y docente de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). Así, “Cablevisión Holding controlará el 42% del mercado de telefonía fija en el país, 34% de telefonía móvil, 56% de las conexiones a Internet por banda ancha fija, 35% de la conectividad móvil (con posiciones monopólicas en muchas ciudades del centro y norte del país) y el 45% de la TV de pago”, precisa Luis Lazzaro, docente de Derecho de la Comunicación y la Información de la Universidad Nacional de Moreno y de la UNDAV.

Si bien el fallo de la CNDC establece limitaciones a la operación de fusión para que se «garantice el cuidado de los derechos del consumidor» y se «promuevan las inversiones y el desarrollo tecnológico del sector”, para Lazzaro “no es cierto que la medida fomente la competencia, como pretendió justificar el presidente Mauricio Macri”. La posibilidad que tiene la empresa fusionada de ofrecer una modalidad de servicio cuádruple play “desalienta a nuevos competidores que encontrarán un prestador concentrado y con ventajas competitivas, y perjudica más a quienes no tienen espectro para prestar telefonía móvil, o tienen unidades de negocios más pequeñas que no les permite acceder a crédito o invertir de la misma manera”, asegura Rossi.

Para la docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y secretaria del Sindicato de Prensa de Comodoro Rivadavia, Mónica Baeza, una de las conductas de que implica la concentración mediática se manifiesta en materia de costos y tarifas: “Al ser un solo grupo el que controla todo, también va a controlar los costos que se van a trasladar a los usuarios del servicio». Al respecto, Rossi detalla que la falta de regulación del valor de los abonos lleva a una distorsión de precios: “Fibertel, en abril de 2018 para el mismo servicio de TV por cable más Internet cobraba precios que oscilaban entre $684 en Santa Rosa y Toay (La Pampa) y $1666 en Villa María o Río Cuarto, Córdoba”. Además, agrega que estas prácticas son contrarias a la Ley 27078, conocida como Argentina Digital, que en su Artículo 48 establece que “los precios deberán ser justos y razonables, cubrir los costos de la explotación y tender a la prestación eficiente y a un margen razonable de operación”.

Los efectos de la concentración empresarial son múltiples pero los especialistas coinciden en que la fusión por absorción de las dos compañías pone en riesgo la diversidad de información. Claudia Villamayor, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Quilmes, sostiene que esta fusión «habla de un nuevo mapa de la comunicación en Argentina que claramente es una afrenta al derecho a la comunicación y a la democracia de las comunicaciones porque deja concentrada en manos de los sectores privados la administración de la palabra en el país. En este caso, el negocio está concentrado en el Grupo Clarín”. Para Lazzaro, la primera víctima de la concentración es la información: “A mayor concentración de los dispositivos convergentes menor será la circulación de voces y opiniones diversas. Por lo tanto, la previsible manipulación de contenidos en las redes audiovisuales y digitales afectarán en primer lugar a los ciudadanos y a la democracia misma como sistema político en que las ideas deben circular con libertad y confrontarse”.

En la misma línea, Baeza añade que esta fusión afecta las condiciones laborales de los trabajadores de prensa. Por eso hay que leerla a la luz de los acontecimientos que están ocurriendo en el país: “En los últimos dos años tuvimos muchos cierres de medios comunicación en las provincias del interior, y por lo tanto pérdidas de fuentes de trabajo”. De acuerdo con la dirigente comodorense, esto no es casual, “sino que es parte de este proceso de concentración en el que solamente se van a escuchar algunas voces y en el que se elimina la responsabilidad del Estado, en materia de regulación de esos negocios y en torno a garantizar el derecho a la comunicación de todos”. En este sentido, para Rossi “está claro que los cambios en las grillas de programación y el incumplimiento de cuotas de pantalla y producción de películas y series nacionales, avaladas por el actual Gobierno, también ponen en riesgo la diversidad cultural y el pluralismo informativo”.

Por otra parte, Villamayor asevera que, en materia de comunicación, “el rol del Estado según el gobierno de Mauricio Macri y de la alianza Cambiemos es un rol ‘gendarme’, un rol que garantiza la potencia de la concentración mediática. ‘Gendarme’ porque dispone todas las políticas y el marco jurídico para favorecer el crecimiento económico solo del sector privado y reduce al Estado a velar porque esto sea así”. De igual modo, Baeza considera que “nos están debiendo a la sociedad un debate con respecto a este tema, un marco regulatorio y sobre todo acciones de control, ausentes en las políticas de medios desarrolladas en estos dos últimos años”.

“El gobierno se encamina a hacer desaparecer los medios públicos”

“El gobierno se encamina a hacer desaparecer los medios públicos”

“El servicio público de radiodifusión constituye una organización fundamental para proveer a las sociedades modernas de una herramienta comunicacional que garantice el ejercicio del derecho a la comunicación de los pueblos”, sentencia el último párrafo del trabajo Medios públicos y derecho a la comunicación, del especialista en políticas de medios masivos y derecho a la información Guillermo Mastrini. “Es de suma importancia -reflexionó-  contar con una activa participación de la sociedad civil en la tarea de legitimar los servicios públicos y en dotarlos de la arquitectura institucional que los transforme en representantes de las inquietudes y necesidades del conjunto de la población, con independencia política de los gobiernos e independencia económica del mercado”. La definición, palabras más, palabras menos, explica qué son y para qué sirven los medios públicos. Medios, siempre en peligro por los usos de los gobiernos. Sin embargo, tal amenaza se ha exacerbado en el último tiempo -exactamente, desde el comienzo de la gestión de la Alianza Cambiemos al frente de la Nación- debido a las constantes políticas de ajuste.

Audiencia pública impulsada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires .

 

No solo los medios privados se hallan sometidos a las consecuencias de las medidas económicas y el manejo de la pauta publicitaria ejecutadas por el gobierno del presidente Mauricio Macri. También los medios públicos están sujetos a la política de austeridad, que se traduce en recorte presupuestario, reducción de horas y despidos de trabajadores. Al menos 670 puestos de trabajo se perdieron entre diciembre de 2017 y enero de 2018, según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). En la Televisión Pública hubo 204 empleos perdidos, mientras que en Radio Nacional, 233.  También la Televisión Digital Abierta (TDA) sufrió las decisiones del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, del cual Hernán Lombardi es el titular, con 180 despidos. Los canales PAKA PAKA, DeporTV, y Encuentro tuvieron 34 cesanteados, y en el Canal de la Ciudad hubo 19. La política de vaciamiento de medios públicos no tuvo piedad: conductores, productores y colaboradores fueron perjudicados violentamente.

No solo hubo despidos. Reducción de gastos, congelamiento de salarios y eliminación de las horas extras fueron otras decisiones adoptadas por el gobierno. En la Televisión Pública, por ejemplo, los noticieros del fin de semana fueron eliminados por completo. Frente a tal cruzada, el jueves 22 de marzo se organizó una audiencia pública impulsada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). Participaron de ella vastos sectores que dieron forma a un rico arco político en defensa de los medios públicos y de su necesidad en cualquier sistema democrático. Bajo el lema “Sin trabajadores, no hay medios públicos. Sin medios públicos, no hay democracia”, delegados de SiPreBA, diputados, senadores y legisladores de distintos espacios políticos, organizaciones sindicales y de comunicación, entre otros, dijeron presente en la reunión celebrada en el anexo de la Cámara de Diputados, frente al Congreso de la Nación.

Hugo Yasky ​​, secretario general de la CTA , toma la palabra en la audiencia.

Durante la audiencia, la delegada gremial de Télam Carla Gaudensi indicó el actual estado de situación de la agencia de noticias: “Hemos tenido ajustes en todas las coberturas. Se ha dejado de cubrir hacia el exterior, a nivel nacional y varios trabajos que la agencia estaba acostumbrada a realizar. A su vez, este año tuvimos la reconversión de todo el servicio de radio. Salíamos por streaming, pero ahora no hay más vivo. Todo pasó a ser podcast para poder comercializarlo y venderlo”. Por otro lado, el diputado de Unidad Ciudadana por la provincia de Buenos Aires, Leopoldo Moreau, también se refirió al conflicto que viven los medios públicos: “Estamos frente a una problemática que pone en riesgo fuentes de trabajo y condiciones laborales, pero además, al sistema democrático. El gobierno se encamina, no a debatir una ley de convergencia tecnológica, sino a hacer desaparecer los medios públicos y limitar las voces plurales”.

Como dice Mastrini, el servicio público de radiodifusión -el conjunto de los medios públicos- es fundamental para la sociedad en su totalidad debido a que garantiza el derecho a la comunicación. Además, ello implica asegurar el principio de pluralidad de voces, la libertad de expresión y la heterogeneidad de temas a tratar por estos medios. “Este es un gobierno que se jacta de despreciar a los medios públicos y, por lo tanto, a los trabajadores. Y esa jactancia, en definitiva, se explica a partir del hecho de que ellos consideran que el resto de los medios que pertenecen a los grupos monopólicos son los que interpretan cabalmente su pensamiento y sus lineamientos”, dijo Hugo Yasky, diputado de Buenos Aires por Unidad Ciudadana. Y luego, agregó: “Estamos ante un conflicto que es grave porque afecta a estos sectores pero también a una cantidad muy grande en los medios privados, donde compañeros y compañeras sufren precarización laboral, despidos y trabajo intermitente”.

A los despidos se sumaron la reducción de gastos, el congelamiento de salarios y la eliminación de las horas extras. La situación es crítica.

En un ambiente marcado por la solidaridad entre las partes, la audiencia pública se desarrolló con puntos de vistas similares, a pesar de los diferentes espacios políticos de los participantes. La única voz que faltó fue la oficial: Hernán Lombardi, ni nadie del oficialismo, asistió a pesar de que habían sido invitados. “Vamos a hacer una presentación bien plural. Cuantos más seamos y cuanta más diversidad haya en el apoyo, va a ser mejor para fortalecer la posición de los trabajadores de medios públicos”, expresó Yasky cuando fue su turno de hablar. Quienes participaron de la audiencia advirtieron sobre el peligro que corre la pluralidad y la libertad de expresión y con ellas, la democracia.

La audiencia pública se desarrolló con puntos de vistas similares, a pesar de los diferentes espacios políticos de los participantes.

 

 

“El humor no compite con la realidad”

“El humor no compite con la realidad”

Pedro Saborido recorrió durante su multifacética e incansable carrera los diversos medios de comunicación: empezó como sonidista en cine, lo que le permitió trabajar en películas como Esperando la Carroza (1985), hizo radio con ciclos como Saborido y Quiroga (1989) y en 2009 ideó Lucy en el cielo con Capusottos, transmitido por FM Rock and Pop. A partir del 1991 escribió guiones para los programas de TV de Tato Bores, fue co-creador de programas de culto como Todo por Dos Pesos y de obras de teatro como Una noche en Carlos Paz. Además, dirigió películas como Peter Capusotto y sus tres dimensiones. Hoy es guionista de Peter Capusotto y sus videos, un programa que se emite desde 2005. Después de haber navegado por diferentes medios y de conquistar su lenguaje, Saborido hace un trabajo crítico desde adentro.

El programa tiene críticas a la cultura dominante y, muchas veces, a la tele en particular: ¿pensás que la televisión vuelve a los espectadores seres pasivos o que puede llegar a ser usada para pensar, para incomodar?

Esta es una discusión de décadas acerca de si el entretenimiento es evasivo o te enseña a pensar. En sí mismo, ningún medio tiene moral o ética propia sino la intención que le aplica quien difunde a través de ese medio. Por ejemplo, un libro: bueno, acá tenemos un montón de literatura nazi ¿qué vamos a decir del libro en ese caso? O un libro que alienta la pederastía, o las redes sociales que han hecho rica a mucha gente y hay gente que usa las redes sociales para psicopatear gente o directamente contactar a alguien y hacerle un daño. En sí, ningún medio es una cosa u otra, la TV de entrada nos propone ver algo que ya ha hecho otro, sea un reportaje a Borges o un programa de chimentos pedorrísimo donde se especula o se pone en forma de entretenimiento cosas lamentables que le han pasado a alguien. No me animaría a decir que la televisión hace que el espectador sea pasivo, ahora ¿para qué la usamos? Ahí se pone un poco más espeso el asunto y entonces por ahí sí ‘el medio es el mensaje’, y el mensaje es pasivo, recorta, confunde la realidad con lo que te recortan como realidad, hay un montón de cosas que sabemos que ocurren a través de la televisión. Pero no sé si sería tan apocalíptico en ese sentido.

¿Cómo es el proceso creativo para el programa que hacen con Diego Capusotto? ¿Cómo se les ocurren los personajes, cómo eligen los vestuarios, la voz, los rasgos de cada uno?

No hay una mecánica acerca de cómo se nos ocurre cada personaje. Por ahí todo sale de un personajito que hace Diego y que capaz parece que no tiene sustancia pero tiene una forma de hablar, un movimiento o de una idea que pide un personaje. Entonces, algunos automáticamente aparecen y otros son más a partir de una idea. No hay tanto secreto, hay personajes que son más profundos, logrados y hay otros que simplemente son unos personajes que navegan por una situación.

Pedro Saborido, productor guionista y director de cine.

«No me animaría a decir que la televisión hace que el espectador sea pasivo, ahora ¿para qué la usamos?».

El programa tiene muchas vistas por Youtube, en algunos casos supera la cantidad de espectadores por TV ¿a qué lo atribuís?

Son dos instancias distintas, son dos maneras distintas. La televisión es la simultaneidad en un espacio y un tiempo. Las vistas de Youtube equivaldrían al catálogo, es decir, uno las va viendo a través del tiempo. Pretender que algo se vea al mismo tiempo todo junto es como pretender juntar a todo el mundo para hacer un asado, la posibilidad de ver a tus amigas de a una por ahí es más grande, es otra forma de contacto. Youtube implica que estén más a disposición, todo el tiempo, pero cómo y cuándo podés.

Saborido, además de hacer TV, tiene muchos otros proyectos: realiza un programa de radio llamado Raviolandia que sale los miércoles a las 21 por Bit Box FM, en teatro colaboró recientemente con Daniel Araoz con la obra Demoledores que se exhibe en el Teatro Picadilly y, junto a Mex Urtizberea, hacen Que mundo idiota en el Teatro Picadero. Está por publicar un libro basado en relatos futboleros publicados por la Revista Un Caño en una sección llamada “Los cuentos del Tío Peter” .

Además, lleva adelante la propuesta del bar Bargoglio, espacio en el que se convoca a reuniones “entregadas al vermuth y la comida casera” en el Café Cultural La Forja ubicado en el barrio porteño de Flores. En estos ciclos ya participaron el actor Pablo Echarri, el humorista gráfico Miguel Rep y el periodista Daniel Santoro.

¿Te resulta difícil hacer humor en un contexto político como el actual en el que los funcionarios a veces dicen cosas inverosímiles, como “hay lugares donde sobra agua y lugares donde falta”?

Son barbaridades pero trato de que no me causen gracia, en todo caso me desesperan un poco y me preocupan. Pero el humor no compite con la realidad. Esto de suponer que solo en la Argentina pasan cosas inverosímiles es otra muestra de narcisismo, nada más. El absurdo es parte de la condición humana, no de Argentina. Yo no suelo ver el gobierno para hacer humor, yo hago lo que se nos ocurre a mí y a Diego, lo que hacemos los dos. Seguramente nos influencia la realidad pero no estoy fijándome qué dice Michetti, no hacemos ese tipo de humor. De hecho las cosas que se están viendo ahora son del año pasado y de pronto si coincide con la realidad o los niveles de interpretación que le da el que mira y quiere relacionarlo, bueno, que lo relacione.

Pedro Saborido, productor guionista y director de cine.

«Esto de suponer que solo en la Argentina pasan cosas inverosímiles es otra muestra de narcisismo», dice.

¿Te parece compatible tener compromiso político y tener sentido del humor?

Sí, si no tendríamos un problema. El humor es una característica de ciertos momentos, es una parte de la vida, algo con lo que uno matiza su vida pero no es una cuestión absoluta. Tampoco estaría haciendo un chiste con todas las cosas que veo. Si hago eso es porque estoy trabajando. En este momento es medio difícil porque por ahí hacés un chiste y el otro se ofende. Ni yo ni Diego hacemos chistes directos. Uno trata de tener una pretensión por lo menos artística de hacer algo elegante, bien hecho, que haga reír no basándose en el nivel de provocación que pueda ofender. En la calle ponen “Macri gato” ¿por qué voy a decir “Macri gato” en televisión, si ya lo ponen en todas las paredes?

¿El humor sirve para reflexionar?

A veces hacemos chistes que son graciosos, pero son una pavada. Del mismo modo, reírse de un sin sentido en sí también es una reflexión sobre algo. Otra cosa es querer hacer reflexionar al otro. Yo creo que uno pone su reflexión y que el otro decida qué reflexionar. Aunque en el fondo creo que uno quiere que todos piensen como uno porque uno pretende que el mundo que piensa uno es algo mejor.

 

Actualizado 12/10/2017