La abuela de la ciencia

La abuela de la ciencia

Mary -Claire King, la genetista estadounidense que impulsó el descubrimiento del “índice de abuelidad” para encontrar a los nietos y nietas de las Abuelas de Plaza de Mayo, visitó Buenos Aires y fue reconocida por su aporte a la ciencia y a los derechos humanos. “Las mejores preguntas a la ciencia se las hace el pueblo”, dijo.

El Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia (CCC), en pleno barrio de Palermo, estaba casi llenó de referentes de la ciencia, jóvenes, militantes de derechos humanos y público general. La gente entraba apurada y se sentaba en cualquier asiento libre para garantizarse un buen lugar y es que no es para menos, Mary-Claire King, la genetista estadounidense y activista por los derechos humanos, visitó la Argentina por luego de casi 40 años y fue homenajeada por ayudar a las Abuelas de Plaza de Mayo con su aporte científico.

Mary -Claire King junto con otros científicos desarrollaron el “índice de abuelidad”, una fórmula estadística-matemática que, a partir de material genético, establece con una precisión indubitada la probabilidad de parentesco entre una abuela y su nieto o nieta. Este índice posibilitó la ayuda para restituir la identidad de los hijos e hijas de los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.

Con un auditorio lleno en presencia del ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); Ana Franchi, la directora del Banco Nacional de Datos Genéticos, Mariana Herrera Piñero; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro; el nieto restituido Leonardo Fossatti y Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Mary-Claire King ingresó al auditorio que la recibió de a pie y con aplausos que parecían no tener fin. Lo mismo había ocurrido minutos antes con Estela que entró del brazo de Filmusl En las primeras filas estaban sentados los representantes del ámbito de la Ciencia y de los Derechos Humanos, y una veintena de nietos y nietas restituidas gracias a la lucha de Abuelas y al hallazgo científico de King, claro. Entre ellas Paula Logares, primera nieta recuperada gracias al “índice de abuelidad” junto a su abuela, Elsa Pavón.

“Lo particular que tiene mi historia es que fue el primer caso vía judicial y con análisis de sangre, pudieron probar quién soy yo, quién es mi familia y probar un montón de cosas, inclusive el Plan Cóndor. Mis padres y yo, estábamos exiliados en Uruguay, nos secuestran allí y nos traen para Argentina. Yo lo viví en primera persona, fue terrible y doloroso, pero es algo que nos pasó a todos como sociedad”, recordó Logares y diálogo con ANCCOM, aún conmovida por el reencuentro con Mary-Claire. 

La emoción de Mary-Claire cuando entró al auditorio y el público la recibió con gran ovación fue genuina. Sonrió cada vez que la nombraban y que le agradecían su aporte y su compromiso social. Y aunque las gratitudes eran reiterativas e incesantes, en Argentina se comprende que ella fue una figura esencial para ayudar a restituir la identidad de decenas de bebés apropiados en la dictadura y un avance para la ciencia genética en general. “Las mejores preguntas a la ciencia se las hace el pueblo, y eso tiene que ver con el compromiso social y político de la ciencia”, destacó Mary Claire ante un auditorio atento con lo que ocurría sobre el escenario. Las Abuelas de Plaza de Mayo fueron quienes le hicieron esas preguntas a la ciencia, impulsadas por su dolor y la desesperación de sus seres queridos, y quien respondió a esa inquietud fue una joven científica llamada Mary-Claire King que impulsó la invención del “índice de abuelidad”.

Mary Claire King explica a las Abuelas Estela de Carlotto y Nélida Navajas cómo se determina el “índice de abuelidad” (1983)

Mary Claire King explica a las abuelas Estela de Carlotto y Nélida Navajas cómo se determina
el “índice de abuelidad”, en 1983.

Mary-Claire miraba fijamente a cada uno de los nietos y nietas que estaban en la primera fila del auditorio del CCC sentados frente a ella, sin duda veía reflejada su contribución a la ciencia y la democracia. 

Víctor Penchaszadeh médico genetista y amigo de las Abuelas, pieza fundamental para que la ciencia escuchara la pregunta de las Abuelas, participó de la celebración a través de un video donde remarcó: “No puede haber ciencia, ni menos una genética que esté divorciada de los derechos humanos como lo estuvo a comienzos del siglo pasado”. En referencia a la Segunda Guerra Mundial cuando los genetistas realizaron experimentos atroces y a menudo mortales. Pero Mary-Claire King “usó la genética para inspirar esperanza y para ayudar a construir nuestra democracia”.

A su turno, Herrera Piñero, Ana Franchi y Filmus elogiaron la labor científica de King y remarcaron que la ciencia debe acompañar los intereses de la sociedad. Por otro lado, Leonardo Fossati y Wado de Pedro también se sumaron a los elogios, desbordados por la emoción de sus propias historias, agradecieron haber conocido su verdadera identidad. “Nuestra vida cobró otro sentido con tu trabajo. La mirada que tenemos hacia vos Mary-Claire, es la que tenemos sobre aquellos que les dieron una mano a nuestros familiares cuando más lo necesitaban. Te vamos a estar eternamente agradecidos”, le dijo Fossati.

Kign llegó a Buenos Aires el domingo y el lunes arrancó con una agenda apretada de actividades. La primera fue el encuentro con nietos y Abuelas en la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, que esta semana fue incluido entre los Patrimonios de la Humanidad. Paula Logares recordó que mientras recorrían la Casa por la Identidad y le contaban sus historias y mostraban algunas fotos, Mary-Claire también recordaba: “Ella realizó parte de mi análisis y el de distintas familias, y los recuerda, por eso, es una persona sumamente especial y nos podía saludar con sentimiento y con cariño acordándose de eso y siendo parte de nuestra historia”. 

Mary-Claire miraba fijamente a cada uno de los nietos y nietas que estaban en la primera fila del auditorio del CCC sentados frente a ella, sin duda veía reflejada su contribución a la ciencia y la democracia.  

Estela de Carlotto fue la encargada de cerrar el acto y aseguró: “Donde había dudas e incertidumbre ahora hay certezas”. Se refirió a Mary-Claire como su amiga y pilar fundamental en la búsqueda de los familiares desaparecidos: “Incluso de mi nieto que tardé tanto en encontrarlo”.

Entre el público estaba Alberto Kornblihtt, biólogo y doctor en Ciencias Químicas, director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias del CONICET y la Universidad Buenos Aires (UBA)): “La visita de Mary-Claire King es un hito para la relación entre la ciencia y los derechos humanos. Le agradezco al CONICET, al Ministerio de Ciencia y también a la UBA por otorgarle el título de Honoris Causa”, señaló al final de la charla a ANCCOM. Y recordó que el día martes King fue doblemente distinguida: a la mañana a en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), donde se le puso su nombre al laboratorio que procesa las muestras de las personas que dudan de su identidad y los familiares que buscan a los desaparecidos con vida; y por la tarde en la Facultad de Ciencias Exactas, con el Honoris Causa, luego de dar una clase magistral: “La charla que dio en Exactas no fue solo de contenido científico sino de compromiso político con los derechos humanos y con la democracia, en la apertura del acto, yo dije que ella es como un prócer para la Argentina y que merece el mayor de los respetos  de nuestro pueblo por su aporte para poder encontrar a los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo”, destacó.

“Ella es encantadora, además ha descubierto entre otras cosas, los genes de susceptibilidad al cáncer de mama, los BCRA 1 Y 2, y es famosa mundialmente por su aporte en derechos humanos como en la genética”, agregó otro prócer de la ciencia argentina.

Durante la jornada también se aludió al presente, donde el negacionismo y los planes para olvidar nuestra historia y negar los logros de la ciencia y tecnología provienen de algunos candidatos presidenciales.

Al finalizar el acto, King reforzó: “La responsabilidad es de ustedes, de cuidar a su país”.  En el auditorio del CCC pareció un mensaje claro: es necesario hacer memoria para fortalecer la democracia, Mary-Claire King y las Abuelas dejaron un legado que impide bajar las banderas de la Memoria, la Verdad la Justicia.

 

 

“Un regalo de las Abuelas para el mundo”

“Un regalo de las Abuelas para el mundo”

El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG),  organismo pionero en su especialidad, fue creado en 1987 a partir de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo como herramienta para la búsqueda de sus nietos apropiados durante la dictadura. “Su función es la de identificar a los nietos nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus padres en la última dictadura cívico militar y colaborar en la identificación de personas desaparecidas”, explicó la directora del organismo, Mariana Herrera Piñero, doctora en Ciencias Biológicas y especialista en Genética Forense.

El Banco se creó por la Ley 23511 y hasta 2009 funcionó dentro del Servicio de Inmunogenética del Hospital Durand, de la Ciudad de Buenos Aires. En ese año, y a partir de la sanción de la Ley 26528,  pasó a depender del Ministerio de Ciencia y Tecnología y a ocupar las oficinas de Avenida  Córdoba 831. “Lo que solucionó la última ley fue poner al Banco bajo la órbita de un único ente estatal, darle la autonomía y la autarquía necesarias para que no dependiera de los vaivenes de los gobiernos”, explicó Herrera Piñero.

Paula Miranda, Arqueóloga. Coordinadora del Área de Antropología Forense del BNDG.

Entre 1984 y 1987, las Abuelas de Plaza de Mayo consultaron a diferentes especialistas de todo el mundo con el afán de que su sangre pueda servir para identificar a sus nietos. Fue un argentino exiliado en Estados Unidos, Víctor Panchaszadeh, quién las contactó con la genetista Maire-Claire King, creadora del «índice de abuelidad», una fórmula estadística que establece el parentesco entre un abuelo y su nieto. Fue entonces cuando surgió la necesidad de crear un banco como espacio de obtención, almacenamiento y análisis de muestras genéticas.

 El BNDG trabaja en conjunto con Abuelas y con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), quienes derivan entre 100 y 120 casos por mes, algunos de personas que tienen dudas acerca de su identidad y se presentan espontáneamente y otros contactados por alguna de estas dos instituciones o por orden de un juez. En la CONADI o Abuelas, primero se inicia un legajo de investigación en donde se consultan algunos datos de la persona como fecha y acta de nacimiento, y se pregunta acerca de las dudas que motivaron la consulta; pero si la documentación judicial no es suficiente, se pide una muestra de ADN al Banco.

“De la muestra que se le toma a la persona, una parte se archiva y otra entra al laboratorio donde se extrae el ADN. Ese ADN ingresa en distintos circuitos de perfiles genéticos, donde se hacen las comparaciones y se obtiene una valoración estadística de la prueba que puede dar que no es compatible con ninguna familia o que hay una inclusión con algún grupo familiar”, detalló Herrera Piñero.

De los 122 nietos restituidos, 75 fueron a través del trabajo que realiza el equipo de BNDG. “Las personas entran en contacto con nosotros directamente para tomarse la muestra. Muchas veces nos cuentan sus historias, por qué tienen dudas, y otras no, vienen tipo trámite”, contó Jessica Maggiore, licenciada en Hemoterapia e Inmunohematología y encargada de la “adnateca”,  sección del Banco que organiza las muestras de ADN que se obtienen.

Cecilia Raìces Montero es arqueóloga: “Contribuimos con muestras óseas desde las que se obtiene el ADN para completar el grupo familiar”

Uno de esos 75 casos es el de Mariana Zaffaroni Islas, nieta de María Esther Gatti de Islas, quien recuperó su identidad en 1991 por una investigación de Abuelas y la confirmación por parte del BNDG. “El trabajo del Banco me parece fundamental, ya sea para la gente que tiene dudas y que por sus propios medios se acerca a consultar, como para los que como yo, que por una cuestión judicial tuvimos que hacerlo. La tarea es imprescindible porque brinda una información objetiva e indubitable”, afirmó Mariana, a quien aceptar su verdadera identidad le llevó 20 años.

Mariana nació en 1975 y un año y medio después fue secuestrada junto a su mamá María Emilia Islas y a su papá Jorge Zaffaroni, y apropiada por el agente de inteligencia Miguel Ángel Furci y su esposa. En 1993, dos años después de realizado el análisis en el Banco, la justicia le restituyó su verdadera identidad. Hasta hoy sus padres y su hermano o hermana -que debió nacer en cautiverio-, permanecen desaparecidos.

En estos treinta años de historia, el BNDG fue cambiando al ritmo de los avances científicos y tecnológicos. “En el año ’87 todavía no se trabajaba con las herramientas de biología molecular, es decir, no se trabajaba sobre el ADN, por eso esas técnicas eran más limitadas en su poder de discriminación”, explicó Herrera Piñero. Durante los años noventa comenzaron a trabajar con ADN mitocondrial y a partir del 2001 el proceso se automatizó. “Hoy el Banco cuenta con equipos de última generación que tienen  muchísima sensibilidad en cuanto a la capacidad de obtener un perfil genético, incluso a partir de restos óseos o muestras en mal estado de conservación”, explicó la directora de la institución.

El BNDG funciona con un equipo científico multidisciplinario dentro del cual es fundamental el trabajo de la Unidad de Antropología Forense, que trabaja con la exhumación de restos de familiares o desaparecidos que no pudieron dar su muestra en vida. “Contribuimos con muestras óseas desde las que se obtiene el ADN para completar el grupo familiar”, explicó  Cecilia Raices Montero, arqueóloga y miembro de esa sección. “Es importante completar el árbol familiar porque así aumentan las posibilidades de encontrar al nieto”, agregó Paula Miranda, que también es arqueóloga y coordinadora de la Unidad.

Alejandro Vázquez Reyna, trabaja como antropólogo en el BNDG.

Según datos de la CONADI, faltan restituir aproximadamente 500 nietos, pero para Herrera Piñero el trabajo del Banco no terminará cuando encuentren al último hijo de desaparecidos: “La institución cumple un rol social importante, cuenta con un acervo de conocimiento que no puede quedar sólo en esto. El Banco es un regalo de las abuelas para el mundo”.

Actualizada 07/06/2017