Una semana sin clases por falta de luz

Una semana sin clases por falta de luz

La comunidad educativa de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia realizó el martes último clases públicas y convocó a los vecinos del barrio a participar de actividades con el propósito de difundir las problemáticas que atraviesa la institución. Hace ya siete días que las autoridades de la escuela de nivel secundario y terciario se ven obligadas a suspender el dictado de clases por falta de energía eléctrica. Y a pesar de la urgencia, por la que alrededor de 500 jóvenes perdieron hasta el momento una semana de clases, la empresa EDESUR informó que no está en condiciones de reparar el desperfecto técnico en el corto plazo, debido a un problema sindical.

Ante la falta de respuestas concretas a su reclamo formal, diferentes sectores de la comunidad escolar decidieron manifestarse en la vía pública a través de clases abiertas para visibilizar el problema y obtener una solución que les permita volver a clases con normalidad. La movilización, que comenzó cerca de la una al mediodía, continúo durante toda la jornada.

Malena Briones, alumna e integrante del Centro de Estudiantes, describe las circunstancias con las que lidian docentes y estudiantes: “Entre alumnos de bachiller, de iniciación y de profesorado, la escuela tiene un total de 500 estudiantes, que se están quedando sin clases. Hoy es el séptimo día que no tenemos por falta de luz. Se supone que tendríamos que haber, porque a principio de año hicieron un cambio en la estructura eléctrica en la que invirtieron tres millones de pesos. Sin embargo, entre todos los arreglos dejaron parte de la escuela afuera porque no estaba en los planos, y gastaron toda esa plata en la mitad de la escuela. Un día se nos corta la luz por la rotura de un cable de EDESUR, y la empresa dice que no sabe cuándo lo van a poder arreglar.” Frente a la ausencia de una solución inmediata y en vista de la cantidad de horas de clase perdidas, Briones manifestó la determinación de los alumnos de participar de clases públicas en la vereda de la institución como una manera de continuar con su aprendizaje, pero también para hacer visible las exigencias de la comunidad educativa. “Realizamos estas actividades abiertas, en principio para no perder la regularidad de la cursada. La idea es que podamos venir y hacer algo, ya sea adelantar los trabajos de escultura, de pintura o de dibujo que tengamos pendientes, pero sobre todo para que no perdamos la regularidad. También para mostrar que, a falta de respuesta del Estado ante la problemática que nos lleva a perder clases, somos nosotros quienes decidimos tenerlas de todas formas”.

Malena Briones del Centro de Estudiantes junto a sus compañeros.

Briones manifestó la determinación de los alumnos de participar de clases públicas como una manera de continuar con su aprendizaje, pero también para hacer visible las exigencias de la comunidad educativa.

En el mismo sentido se manifestó Julián Bouvier, estudiante el Profesorado de Docencia Artística: “Desde el Gobierno y los medios de comunicación hegemónicos se insiste con el tema de que los pibes no tienen clases por el paro docente, y nosotros, que perdimos una semana de clases por un desperfecto técnico, estamos en la puerta de la escuela demostrando que queremos estudiar y que nos interesa la educación pública”. El joven responsabilizó a los gobernantes por la situación: “Queremos cuidar a la educación, pero los gobiernos no hacen nada. Nadie se hace cargo de nuestro problema. Primero le echaron la culpa a EDESUR, después al Ministerio de Educación. EDESUR está desde hace varios días con un reclamo gremial interno, con lo cual no están pudiendo atender las necesidades de la escuela. El Ministerio de Educación no se hace cargo y la Dirección del Área Artística, de la cual depende la Escuela de Bellas Artes, también desoye nuestras protestas.”

Lorenzo Dibiase, otro alumno del nivel terciario, añadió: “Recién hoy, el séptimo día desde el corte de luz, nos trajeron un generador eléctrico. En estos siete días no paramos de mandar cartas y de comunicarnos por redes sociales con EDESUR”. La incertidumbre sobre el futuro es grande, plantean los estudiantes: “No sabemos si va a haber alguna respuesta a las clases abiertas, pero en caso de que para mañana sigamos sin luz, nos vamos a concentrar en la puerta de la Dirección del Área Artística. Y mientras no tengamos respuestas, vamos a seguir con las clases públicas”, adelantó Briones.

Los problemas edilicios son un constante reclamo de la comunidad educativa al Ministerio de Educación.

El derecho y deseo de estudiar

Desde el mediodía hasta altas horas de la noche, decenas de estudiantes se concentraron frente a la entrada del establecimiento en defensa de su derecho a la educación. Acompañados cada tanto por padres, madres y docentes, los jóvenes participaron de cursos y talleres al aire libre, pasando las horas a base de mates, alfajores, proyectos artísticos y alguna que otra guitarra. “Se están haciendo talleres de encuadernación y de esténcil, de dibujo y de pintura. A la noche, una profesora adelantó contenidos de la materia de escultura. Más tarde, docentes del profesorado hablaron sobre la situación actual del país. También vamos a tener una reunión de la Comisión de Género, que se está haciendo dos veces por semana”, explicó la integrante del Centro de Estudiantes, Malena Briones. En este sentido, Lorenzo Dibiase explicó: “A través de estas clases públicas estamos llevando a la calle lo que hacemos dentro del aula: producir material simbólico. Esta es una escuela de arte. Hay compañeros dando talleres. También estudiamos y tocamos la guitarra, que es lo que siempre solemos hacer, porque compartir estas cosas forma parte de la institución. Se trata de llevar hacia afuera la misma lucha que planteamos desde adentro de la escuela.”

Además del problema más inmediato que supone la falta de energía eléctrica, Briones declaró que el establecimiento se encuentra en malas condiciones de infraestructura. “Es un colegio muy viejo, que en principio era una fábrica y después lo fueron adaptando. Cada vez que llueve se inunda, hay goteras y las paredes están destruidas. Además, está la cuestión del predio que nos vienen prometiendo desde hace quince años y nunca terminan de construirlo. Cada vez que se para la construcción, tenemos que hacer alguna medida de fuerza como cortar la calle o tomar la escuela, y recién ahí continúan”, se queja la estudiante. La dificultad, según dice, radica en los cambios de empresas, y la burocracia que eso conlleva: “Cambian la firma, desaparece el presupuesto y se vuelve a parar la obra, es un ciclo que se viene repitiendo hace diez años. Si no hacemos este tipo de medidas de fuerza, no nos dan respuesta. Ya llevamos los informes, hicimos los reclamos como dice la ley, reclamamos a EDESUR y a la Dirección del Área Artística, pero seguimos sin tener solución.”

Padres y docentes en la puerta de la escuela, reclamando por la falta de luz.

Padres y docentes de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia: «Se trata de llevar hacia afuera la misma lucha que planteamos desde adentro de la escuela”.

A raíz de las dificultades edilicias que sufre la institución, Julián Bouvier afirmó que el problema que actualmente atraviesa la comunidad escolar de la “Rogelio Yrurtia” no se remedia simplemente con la instalación momentánea de un generador eléctrico, sino que la solución definitiva es la construcción de un nuevo edificio. “Lo único que hacemos es tapar baches en vez de solucionar el problema. Hace dos años tuvimos una intoxicación dentro del aula por una pérdida de gas. Dieciocho pibes y un profesor tuvieron que hospitalizarse. Después de eso se cortó el gas y estuvimos un mes con la escuela tomada, esperando que nos devuelvan el gas. Ahora se rompió un cable y estamos hace siete días sin luz. Para el gobierno y el Ministerio de Educación, la respuesta es mandarnos un generador; para nosotros, la respuesta es tener un edificio nuevo.”

El próximo jueves, estudiantes de los niveles secundarios y terciarios, padres y docentes marcharán unidos para difundir su reclamo en los alrededores del barrio. “Estamos intentando reunir a la comunidad educativa”, expuso Bouvier.

Instalaciones del colegio

Bouvier afirma que “lo único que hacemos es tapar baches en vez de solucionar el problema».

 

Delicado estado de las instalaciones de la Escuela

“Es un colegio muy viejo, que en principio era una fábrica y después lo fueron adaptando. Cada vez que llueve se inunda, hay goteras y las paredes están destruidas», comenta Briones.

Mirá el reclamo de la comunidad educativa de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia:

(Fuente: estudiantes y docentes de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia). 

Actualizado 17/05/2017

Salir del molde

Salir del molde

«¿Así te sentas en tu casa?», «no uses el celular», «ponete el uniforme reglamentario», «atate el pelo», «no llegues tarde». «No contestes.» «no me subas el tonito», «ya estás grande, hacelo». «Respetá a los mayores que saben más que vos», «portate bien», «dame el asiento», “si sos varón, no llores”, “sos demasiado chico para opinar”. Lejos de todas estas frases hechas que los jóvenes suelen escuchar día a día, el propósito que los reunió era el de cuestionar esos mandatos sociales que muchas veces suelen potenciar o funcionar a costa de sus verdaderos deseos o expectativas. Ellos, “demasiado chicos”, se tomaron el espacio, para opinar -por suerte- demasiado.

El martes 11 de octubre, a primera hora del día, alrededor de cien alumnos y alumnas de colegios secundarios se mostraban entusiasmados con su excursión poco habitual: todos estaban muy motivados por participar de Juventear (en sus tres jornadas tuvo un total de cuatrocientos participantes), un proyecto pensado como una serie de congresos que se propone revisar la realidad, visibilizar problemáticas y abrir puntos de fuga para el desarrollo de un pensamiento crítico.

La cita era a las nueve de la mañana en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Y a esa hora, bien puntuales, todos se encontraban listos para presentar las ponencias que habían estado preparando desde hace tiempo.

El lugar elegido no fue librado al azar. La idea también representó una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela, “potenciando las expectativas de construcción de futuros posibles”, en palabras de Lara Purita, docente y una de las organizadoras del evento.

La consigna que los chicos recibieron era la de elaborar un documento como los que se preparan para los congresos académicos, que problematizara mandatos sociales de su preocupación o recurrencia, para hacerlo público y luego, con ello, generar un debate enriquecedor y de interacción, con variados puntos de vista.

El lugar elegido no fue librado al azar. La idea también representó una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela.

El lugar elegido no fue librado al azar. La idea también representó una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela.

Mandatos

Entre el deseo y el saber fue el lema que guió al Congreso que, en la primera de sus jornadas, tuvo como protagonistas a alumnos y alumnas de los últimos años del secundario del Instituto Inmaculada Concepción (Parque Patricios), del  Instituto Canto a la Vida (Villa Lugano) y de la  Escuela Técnica de la UNDAV (Avellaneda).

Pasadas las diez de la mañana comenzaron las exposiciones: las estudiantes “voceras” del Instituto Inmaculada Concepción rompieron el hielo cuando les llegó el turno de tomar el micrófono y lanzarse a hablar: “Los jóvenes nos encontramos encerrados en una maraña de expectativas  que los demás tienen respecto de nosotros, por el sólo hecho de ser jóvenes. La sociedad también hace su aporte y nos pone por delante estereotipos, a los cuales se espera que nos acomodemos”.

La primera ponencia tuvo como principal tópico destacar que los mandatos sociales, que denotan un deber ser, son mandatos culturales, ya que atraviesan la sociedad civil en sus diversas instituciones. “Entendemos a la cultura como un entramado simbólico  que organiza y da sentido a la realidad de una época y en un determinado espacio geográfico”. Además, manifestaron que “los mandatos culturales son problemáticos porque ponen en riesgo nuestra identidad individual”.

Con un público joven expectante, se empezaba a generar un espacio para la escucha,  la reflexión, y el intercambio de ideas: “El Estado, con sus políticas, también nos dice qué espera de los jóvenes. Cuando se compran computadoras para poblar escuelas, cuando pone en agenda la discusión acerca de la edad mínima para establecer penas a los que delinquen , o cuando permite que la policía demore a las personas por su aspecto físico”.

Así comenzaba Juventear, con las consignas “Pensamiento crítico” y “Juventud debate”, promoviendo además el uso de las redes sociales con sus respectivos hashtags. “La idea -señaló Purita- es la de fortalecer una mirada que entienda a la cultura como una construcción colectiva de potencial transformador y que se piense a los jóvenes como un sector de producción simbólica fundamental para las actualizaciones que el presente nos exige”.

El rol de los medios de comunicación y su capacidad de propaganda fueron otros de los asuntos clave que se trataron en relación a la construcción de los mandatos sociales vinculados a la imagen: “Estamos todos enterados de que la chica debe tener un cuerpo apto para pasarelas, un pelo que no tenga frizz, una cara angelical y todas esas cuestiones que poco tienen que ver con su formación académica o su gusto por el arte”, continuaban las expositoras de la primera escuela disertante.

Esta temática también fue tratada por el Instituto Lengüitas, el día miércoles: “La prensa es la única ventana a la realidad que casi todo el resto de la población ‘no pobre’ tiene. Esto le facilita a los medios de comunicación, la manipulación de la realidad. Y así es como pintan  la imagen de los llamados ‘pobres’, como cachorros sin salvación, incapaces de valerse por sí mismos, ni en su cuidado, ni en su bienestar; un grupo de personas del que hay que cuidarse, y, de vez en cuando, sentir lástima”.

La mirada estaba siempre puesta en una misma cuestión: animarse a cuestionar la realidad y a quebrar las reglas.

Estudiantes de la Escuela Técnica UNDAV en plena ponencia.

Estudiantes de la Escuela Técnica UNDAV en plena ponencia.

Violencia institucional

“Hoy nosotros, acá, con todos ustedes, queremos dejar una marca, un testimonio de la realidad que nos atraviesa día a día”. La segunda ponencia estuvo a cargo de las estudiantes de la Escuela Técnica de la UNDAV, quienes pusieron el foco en la violencia institucional iniciando su exposición con una mención a Ezequiel Demonty (joven que fue torturado por la Policía y arrojado al Riachuelo en 2002). “Nos conmovió este caso porque habla del abuso de las fuerzas policiales, algo que ocurre cotidianamente a nuestro alrededor; tenemos amigos y familiares que han sido víctimas de esto. Sin ir más lejos, a algunos de nosotros, cada mañana, camino a la escuela, nos palpan para ver si estamos armados o para ver si tenemos drogas, sólo por portación de cara, ¿nos pararían si tuviéramos una apariencia diferente?, ¿nos dejarían entrar a todos lados si nos vistiéramos de otra forma?”.

Las chicas, que viven en los barrios de Isla Maciel, Villa Azul e Itatí destacaron la cuestión de los mandatos ligados al origen de una persona que se vinculan, además, con la vestimenta o la manera de hablar: “Se espera mucho de nosotros como sociedad. Que dejemos de cometer delitos, que trabajemos, que no seamos vagos. Sin embargo, nos nos dan posibilidades de progresar o estar a la altura de los otros. Hay veces que queremos buscar trabajo y otros, siguiendo estereotipos, nos niegan esa oportunidad”.

Para concluir con su ponencia, leyeron una poesía de su autoría, que continuaba el tema planteado:

“Quieren ahogar nuestras ganas de progresar.

No estamos en la agenda de los poderosos porque ellos nos creen pequeños y débiles.

Frenan nuestra educación como si lo que hacemos fuera ilegal.

Nos quieren borrar del mundo como si fuéramos basura.

Poco a poco vamos demostrando con fuerza y humildad que somos mejores de los que ellos creen”.

Y los aplausos colmaron el salón principal del Urondo.

Los chicos, colgando los carteles manuscritos que respondían a la pregunta: «¿a qué le decís basta?»

Las familias no-tipo

Luego de que las alumnas de la UNDAV se levantaran, llegó el turno de los estudiantes del Instituto Canto a la Vida, de Villa Lugano, quienes consideraron, desde los inicios de su exposición, que los mandatos están a menudo naturalizados y que deberíamos cuestionarlos: “Cada mandato está sostenido por diversas organizaciones, se transmiten de generación en generación y los incorporamos todo el tiempo mediante publicidades, películas, redes sociales y otros medios de comunicación en general”.

La idea de la ponencia del colegio de Lugano fue centralizarse en los mandatos relacionados con las familias tipo: “Esas en las que hay un padre que trabaja y administra el dinero, una madre que se encarga de la limpieza, de mantener a sus hijos. Los hijos, que estudian en un colegio privado no se pueden relacionar con gente diferente, y tienen una carrera elegida. Todos comparten la misma casa, mamá, papá y los hijos, que comparten los domingos, se van de vacaciones y tienen un auto y un perro”. Las chicas plantearon que ese ideal, hoy, prácticamente es insostenible, ya que existen diversos tipos de familias y diferentes personas pueden cumplir variados roles: “En muchos casos se lleva a las familias a forzar una relación cuando ya no funciona o te hacen desear ser reconocido por un padre que nunca se interesó por verte y en creer que esa es la única posibilidad de estar bien. En otros casos, este modelo es engañoso y nocivo, te hace creer que perdonar a tu familia, pase lo que pase, es un deber, que está mal dejarlos de lado, aún cuando tengas que soportar maltratos y malos momentos. Y eso te hace sentir sofocado, estresado, angustiado en silencio, por no poder cortar con relaciones que no van”.

La exposición de las estudiantes llevó a preguntarse: “¿Queremos vivir nuestra vida de esta manera?, ¿vale la pena? Y si no existe este ideal, ¿por qué lo seguimos buscando?”

Concluyeron exclamando a dúo: “Somos hijos de padres separados, hijos de la violencia, hijos de padres solteros; somos hijos de padres separados que viven juntos, somos objetos de nuestros padres”.

La última ponencia de la primera jornada tuvo un enfoque claramente dirigido a pensar que para lograr una transformación colectiva y para dejar de sentir que hay vacíos que llenar, porque hay un modelo que nunca se alcanza, hay que empezar a revisar estas ideas, reflexionarlas, cuestionarlas y enfrentarlas. Y, sin duda, para eso estaban allí.

La primera jornada tuvo al Grupo artístico Beso como performance de cierre.

No me callo nada la boca

Cerca del mediodía, y finalizadas las exposiciones, de la mano de los conductores del evento se abrió el debate. Fue ahí cuando el público empezó a activar mucho más que su capacidad de escucha. El micrófono pasaba de lado a lado, generando así una riqueza de opiniones: “Vivimos en una sociedad en la cual quien usa remera rosa es homosexual y la que usa la remera corta es una trola”, “los mandatos están super vinculados al consumismo”, “confesé que era gay, pero antes pensaba que estaba mal decirlo”, “habría que hacer una campaña de concientización para los más grandes”, “esto hay que llevarlo a los demás, para que no existan más mandatos para las futuras generaciones”, “las diferencias no nos hacen ni mejores ni peores, solamente nos hacen diferentes”, “hay que salir de la idea de que hay que matar al ladrón porque te quiso robar”, “no da responder con más violencia”, “en mi barrio muchos chicos salen a robar porque no les dan la posibilidad de trabajar”, “no podemos pensar en que si me matan a algún familiar, tengo que matar, lo que tenemos que pensar es que hay un Estado ausente, nosotros no podemos hacer justicia por mano propia”.

Desde sus inicios, Juventear, -que el año pasado resultó ser el trabajo con que las organizadoras concluyeron la Diplomatura en Producción Cultural- busca acortar las distancias entre el nivel de educación medio y el superior, promover lazos entre estudiantes secundarios y generar una oportunidad para acercar la Universidad a la Escuela, visibilizando y democratizando prácticas que a ella la constituyen, volviéndola accesible. Purita, en este sentido, agregó: “El pasaje de la secundaria a los estudios superiores no suele ser nada fácil para los chicos. Muchas veces piensan que no van a poder.  Hay en ellos desconocimiento, inseguridad y falta de estímulos que los terminan inhibiendo. Por eso Juventear cumple un rol muy importante”.

Muchos de los comentarios que surgieron del debate tuvieron que ver con con la elección de futuras carreras: “Quiero estudiar algo que el día de mañana me pueda mantener”, “hay que estudiar lo que te dé felicidad independientemente del dinero”. Y las reflexiones seguían colmando la sala, generando así un ambiente de atención y -en algunos momentos- algo tensos, entre los mismos jóvenes, como así también entre los organizadores y el público en general que se acercó a participar del evento.

Estudiantes del Instituto Inmaculada Concepción (Parque Patricios), del Instituto Canto a la Vida (Villa Lugano) y de la Escuela Técnica de la UNDAV (Avellaneda).

Los poderosos

Finalmente llegó el turno de la invitada motivadora, otro de los ejes del Juventear. En esa ocasión fue Alejandra Díaz, miembro de La Garganta Poderosa, quien hizo aportes en relación a la violencia institucional: “A mi hijo lo mató la policía,  fue eso lo que me hizo militar; pero nunca busqué venganza, yo no quiero causarle el dolor que me causaron a mí, porque esa madre no tiene la culpa”. La juventud escuchaba atenta el relato  de Alejandra, quien tocó uno de los temas más recurrentes de la mañana.

“Creemos que la figura del invitado motivador es clave, porque aporta una perspectiva constructiva sobre los ejes del debate que las escuelas propusieron para cada jornada, dispara nuevos modos de reflexión, aporta herramientas para seguir pensando”, comenta la productora. También contaron con la presencia de Genoveva Purita, una especialista en Comunicación en la era digital, y con Azul Lombardía, actriz y co-guionista de la serie Según Roxy. “La idea partió de que puedan contarles sus experiencias a los chicos sobre la búsqueda del deseo y la vocación, la capacidad de reinventarse y sortear obstáculos, la identificación de las presiones y la pregunta por las expectativas a la hora de terminar la escuela y tomar decisiones sobre sus futuros”, aclaró.

Durante los días que continuaron se realizaron más de diez ponencias que tuvieron como eje principal del debate a los mandatos de género, maternidad y el legado del “cuerpo perfecto”. También se puso en cuestionamiento el asunto de la discriminación que sufren las mujeres en el deporte y en el mundo laboral, y el mandato del éxito ligado a la felicidad. A su vez, se problematizó respecto de la futura elección de carreras universitarias. Los protagonistas fueron, entonces, los estudiantes del Instituto Glaux, de la Escuela Argentina del Oeste y del Instituto Nuestra Señora del Huerto.

El cierre del día martes estuvo a cargo del grupo Beso. Integrado por más de veinte artistas, protagonizó una performance ligada al contacto con el otro, generando así un momento de suma atención por parte de los chicos y chicas del público, y de tensión y descontento por parte de las organizadoras del Ciclo. A puro beso y abrazo, los intérpretes – descalzos y vestidos con ropas claras- crearon un clima totalmente inesperado.

Finalmente, Ricardo Manetti, director de la Carrera de Artes y del Centro Cultural Paco Urondo, cerró el ciclo motivando a los concurrentes a perseguir siempre sus deseos. Por su parte, los “jóvenes referentes” participantes del Juventear del año anterior (ya egresados del colegio secundario) siguieron el mismo camino.

Con el entusiasmo y la fuerza de la juventud se dio por terminado el segundo año de este ciclo, el cual promete continuar creciendo cada vez, para seguir fortaleciendo los lazos entre los estudiantes secundarios que se encuentran en la búsqueda de Instituciones para desarrollar sus capacidades. Una vez más, los jóvenes fueron el centro de atención, construyendo un espacio de debate hecho por y para ellos.

La finalización del Congreso se coronó con una consigna entre aplausos y gritos: “La peor lucha es la que no se hace; ¿estamos dispuestos a luchar?”. Y la juventud protagonista, nuevamente, prometió seguir dando que hablar.

Actualizado 15/10/2016

La deserción invisible

La deserción invisible

El debate público por el impacto del ajuste presupuestario y los tarifazos en los servicios en las Universidades eclipsó en las últimas semanas una consecuencia inmediata del ajuste en las unidades académicas del Conurbano bonaerense: la lenta pero sostenida deserción de jóvenes estudiantes que ya no pueden afrontar los gastos de traslados básicos para continuar con sus estudios.

Referentes educativos y estudiantiles de las Universidades Nacionales de La Matanza (Unlam), de Lanús (UnLa) y de Avellaneda (Undav) consultados por ANCCOM describieron el nuevo escenario y plantearon los desafíos de la comunidad académica para intentar retener a sus estudiantes. Aunque las casas de altos estudios todavía no manejan estadísticas definitivas sobre el abandono, la caída de la matrícula ya está instalada como una tendencia que preocupa a las autoridades universitarias.

“No nos alcanza la plata para cargar la sube”, afirmó Emiliano Grillo, estudiante de la carrera de Trabajo Social y vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús.

En el Conurbano, describió Grillo, la mayoría  de los estudiantes “son hijos de laburantes, muchos son la primera generación de su familia  que puede ir a la Universidad por lo que  tienen recursos limitados”. Y subrayó: “Son laburantes, trabajan ocho horas y tienen que tomar dos o tres colectivos para ir a laburar. Y a eso se le suma el gasto del boleto para venir a la Universidad”.

Al fuerte aumento en el transporte, se le sumaron también las subas en materiales necesarios para poder estudiar como fotocopias y libros. “Muchos estudiantes se encontraron con una disyuntiva, en el análisis de ver qué hacen, si continúan o no estudiando, si cursan menos materias, si dan libres”, describió el referente estudiantil.

“Hay una gran incertidumbre sobre lo que va a pasar, por eso tuvimos una marcha en La Plata por el boleto educativo en la provincia de Buenos Aires. Frente a todo este tarifazo, principalmente en el transporte, lo mínimo que puede hacer el gobierno es pensar un poco en los estudiantes”, manifestó Grillo.

El boleto educativo en la provincia de Buenos Aires fue sancionado el año pasado por amplia mayoría parlamentaria y publicado en el Boletín Oficial bonaerense por Daniel Scioli al final de su mandato.  La actual gobernadora provincial, María Eugenia Vidal, debía reglamentarlo para su ejecución en febrero pasado, pero decidió ponerle un freno con el viejo argumento de la escasez de recursos presupuestarios.

 Aunque las casas de altos estudios todavía no manejan estadísticas definitivas sobre el abandono, la caída de la matrícula ya está instalada como una tendencia que preocupa a las autoridades universitarias.

Aunque las casas de altos estudios todavía no manejan estadísticas definitivas sobre el abandono, la caída de la matrícula ya está instalada como una tendencia que preocupa a las autoridades universitarias.

“Algunos alumnos ya empezaron a abandonar”, manifestó a ANCCOM Ana Moreno, docente de la UnLa y licenciada en Trabajo Social de esa casa de estudios. “Ya hay varios docentes que comenzamos a dar clases virtuales”, describió.

Ante esta situación, se sigue “promoviendo el sistema de becas que tiene la Universidad, un sistema de fondo solidario, que fue creado con la idea de acompañar a los estudiantes, para que puedan terminar sus estudios”.

La socióloga y docente Gabriela Mariño, referente de la junta promotora de la gremial docente ADUNA de la Undav, trazó un diagnóstico similar. “Estamos teniendo deserción de estudiantes que no están pudiendo llegar a la Universidad para pagar su boleto”, puntualizó en diálogo con esta agencia.

Nicolás Lozza, estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de La Matanza y referente de la agrupación estudiantil La Demo, sostuvo que el aumento del boleto “afectó más a los estudiantes que los propios cierres de cursos y que el propio presupuesto que pueda recibir la Universidad”.

“Hablé con estudiantes que me dijeron que directamente no podían estudiar o que tenían que dejar materias porque no les alcanzaba para pagar el boleto, hay estudiantes que tienen que viajar una hora, tomarse uno, dos, hasta tres colectivos en muchos casos y no pueden afrontar el gasto, entonces, obligatoriamente tienen que dejar de cursar alguna materia”, remarcó ante la consulta de ANCCOM.

Durante los últimos años, la implementación de  un conjunto de políticas inclusivas en Educación Superior como la creación de nuevas Universidades Nacionales o la ampliación del sistema de becas e incentivos económicos llevaron a un exponencial crecimiento de la matrícula universitaria.

En el último anuario publicado por la Secretaría de Políticas Universitaria, en el año 2013 las Universidades Nacionales de la región metropolitana poseían un total 540.485 alumnos, con una inscripción de 11.978 nuevos jóvenes y  un total de 27.942 egresados.

En la UnLa, la cantidad de estudiantes registrados pasó de 5.971 inscriptos en el 2002 a 12.825 en el año 2013, un crecimiento del 7,9% anual, según el anuario. Un proceso similar se registró en la Universidad nacional de La Matanza, en donde la población universitaria pasó de 20.515 en el 2002 a 36.338 en el 2013, un incremento del 5,8 %.

En el mismo informe, se indica que las becas destinadas a la educación superior, pasaron de 2.452 otorgadas en el 2002 a 45.513 durante el 2013, de las cuales 16.669 corresponden a las dadas directamente por las universidades y 28.664 formaron parte de las Becas del Bicentenario, entregadas por el gobierno nacional.

Los ajustes y aumentos definidos por el gobierno de Cambiemos basados en el  “sinceramiento” de la economía pusieron en jaque tanto el funcionamiento de las instituciones públicas como la posibilidad de ingresar, permanecer y finalizar los estudios superiores a sus estudiantes.

El recorte presupuestario fue negado tanto por voceros como por el propio ministro de Educación nacional Esteban Bullrich quien, en declaraciones recientes a la agencia estatal Télam, sostuvo que “no hubo recortes ni desvíos de fondos de las universidades”, al referirse al envió de recursos a las provincias por unos 800 millones de pesos, los cuales tenían como objetivo primario, la inversión en educación primaria, secundaria y superior.

“Estamos teniendo deserción de estudiantes que no están pudiendo llegar a la Universidad para pagar su boleto”, dijo Mariño.

A las dificultades presupuestarias como consecuencia de las subas en los costos de los servicios públicos se sumó también la decisión de la Secretaría de Políticas Universitarias de “congelar” las obras destinadas a ampliación o mejoras. Nuevas aulas en el campus de la UnLa, una sede descentralizada de la misma Universidad en la localidad de González Catán y un polideportivo que fue devengado del presupuesto pero cuya construcción, por la suba de los costos en materiales, está detenida, sólo son algunos ejemplos del cuadro actual.

“Al ser universidades jóvenes se caracterizan por estar todo el tiempo en obra, se están construyendo”, enunció Grillo.Y agregó: “Se están haciendo aulas pero las obras están frenados, porque no está el presupuesto destinado. Al aumentar todos los precios, varió el presupuesto para esa obra”.

Además, explicó, se detuvieron “por una decisión de la Secretaría de Políticas Universitarias del actual gobierno, que quiere hacer una revisión y saber para qué están destinados esos fondos”.

En este mismo sentido, Mariño expresó que las universidades nacionales del conurbano “recién nacen y necesitan de un empujón un poco más fuerte por parte del Estado. Tenemos cinco obras en las distintas sedes de la Universidad que están paradas”, graficó.

Nacidas con el objetivo de establecer un vínculo profundo con los lugares en donde fueron creadas, las universidades del conurbano pasaron de pensar e implementar políticas educativas a imaginar cómo subsistir, a como pagar los servicios y mantener su funcionamiento.

La Unla (1989) y la Unlam (1995) forman parte de las seis universidades que fueron inauguradas en el período 1989 y 1995, durante los gobiernos de Carlos Menem y bajo el paradigma neoliberal, que se plasmó en la ley de Educación Superior de 1995.

La Undav (2009) forma parte de segundo momento de ampliación de las Universidades Nacionales, constituidas por el nuevo vínculo  que se estableció entre el Estado y las universidades en las gestiones kirchneristas. A partir del 2009, se crearon también las Universidades de Moreno, del Oeste con cabecera en el partido de Merlo, la Universidad Arturo Jauretche en Florencio Varela, y la Universidad Nacional de José C. Paz.

La generación de recursos propios es una tarea en construcción.  “La mayoría de las universidades del conurbano no tiene un recurso propio, no es que tienen fotocopiadoras como la UBA, no es que manejan comedores, las universidades del conurbano no manejan nada, no manejan un solo peso”, sostuvo Grillo.

“Nuestra Universidad tiene apenas recién años de vida. No trabaja con recursos propios, durante estos años nos hemos preocupado por implementar políticas públicas que siguieron sosteniendo una matrícula universitaria, que en nuestro caso es un 80 % de primera generación de universitarios, no estábamos preocupados en generar recursos propios, de todos modos la Undav si tiene una cooperadora”, aseguró Mariño.

Actualización 08/06/2016

El 0800 “Buchón”

El 0800 “Buchón”

Al marcar el 0800-444-2400 se escucha: “Se ha comunicado con la línea telefónica gratuita para alertar situaciones irregulares en las escuelas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por favor déjenos su mensaje cuando oiga la señal”.

La implementación de esta línea telefónica gratuita por parte del ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad, bautizada por los jóvenes como “0800 buchón”, generó gran repudio entre estudiantes y docentes desde su apertura en 2012. Ese mismo año el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) inició una causa en su contra que, a través de una acción de amparo, logró su restricción. Sin embargo, el 24 de febrero último, la justicia porteña hizo lugar a la apelación presentada por el Gobierno de la Ciudad y permitió su pleno funcionamiento.

El INADI había interpuesto ante el Gobierno porteño (Expediente N° 45359/0) la acción de amparo, aludiendo al artículo 14 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y la Ley 2145, “por habilitar una línea de atención telefónica gratuita para recibir denuncias sobre ‘intromisión política’ en los colegios, en tanto dicha medida resulta violatoria de los derechos humanos, de libertad de expresión y de participación política de los alumnos, como así también por su potencial empleo para recabar información sobre la opinión de docentes, directivos y alumnos de dichos establecimientos”. Bajo esos argumentos se solicitaba su invalidez y se ordenaba hacer cesar la realización de su actividad. Asimismo, relataba que la implementación de la medida “amenaza de forma inminente el principio de no discriminación”.

Dos años más tarde, y dos meses antes de las PASO porteñas, la acción de amparo fue rechazada por parte de la justicia de la Ciudad de Buenos Aires: “Atento a la generalidad y abstracción del planteo efectuado por la actora y toda vez que el agravio resulta hipotético, considero que existe ausencia de un caso en concreto, por lo tanto, no se observa actividad manifiestamente ilegítima por parte de la administración”. Desde entonces el 0800 “buchón” sigue vigente.

 

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Las autoridades del Gobierno de la Ciudad expresan en dicha resolución que el objetivo de la línea telefónica es contar con un nuevo canal de comunicación con los alumnos, padres, docentes y toda la comunidad educativa en general “y su finalidad es reforzar la conexión entre los diferentes actores del sistema educativo con el Estado”. Sin embargo el “alerta de situaciones irregulares en las escuelas” y el “reforzamiento y conexión” del que habla el Gobierno porteño, al parecer van en otra dirección.

En este sentido, jóvenes militantes en escuelas secundarias alertan sobre los perjuicios de su reapertura. Ignacio Ibáñez, militante del Partido Obrero y Consejero graduado del Consejo Escolar Resolutivo (CER) de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, expresó que esta línea gratuita es “una aberración gigantesca y no tiene ningún tipo de justificación dentro de una democracia (…) que se haya formado una línea para poder denunciar a quienes hacen política es un problema grande.” Por su parte, Laura Marrone, asesora en educación del bloque de la Legislatura del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y Legisladora electa en 2013 de la Ciudad de Buenos Aires, declara que “toda la educación tiene una impronta política porque es parte de la vida de la sociedad, de manera que esta persecución realmente es un atentado contra el derecho mismo a la educación”. Y amplía: “Es curioso que la realice un gobierno como el de (Esteban) Bullrich que acepta y promueve la existencia de la educación privada que es el lugar donde el adoctrinamiento ideológico impera por excelencia. Es decir, allí está naturalizado que exista un recorte ideológico del conocimiento en función de aquello que defina la empresa privada o la iglesia que dirige esa educación, sea ésta católica o judía”.

Azul Mosquera, militante del Frente Nuevo Encuentro y estudiante del Colegio Lenguas Vivas desarrolla: “Lo que hace el ‘0800 buchón’ es contrarrestar el laburo que nosotros venimos teniendo en términos de dar la batalla cultural en los colegios. ¿A qué nos referimos con dar la batalla cultural en los colegios? A politizarlos. Esta línea, lo único que hace es impedir el funcionamiento político y que la juventud se meta en política. Pone trabas porque el Gobierno de la Ciudad tiene un objetivo muy claro: la política, que ese término no exista. Eso es lo que quieren implementar con este ‘0800 buchón’ y es lo que vienen promoviendo en los últimos ocho años”. La militante insiste con el tipo de sujeto social que el macrismo fomenta: “Un sujeto no pensante, un sujeto no político y qué mejor que atacar las escuelas públicas, como día a día lo vienen haciendo (…) Es un paralelismo totalmente opuesto a lo que hizo el Gobierno Nacional, el kirchnerismo en los últimos 12 años, su objetivo siempre fue movilizar y concientizar a las masas y más que nada a la juventud”.

 

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Por su parte, Federico Cantaluppi, militante del Partido Obrero en la agrupación la Izquierda al Frente y de los Trabajadores y actual Consejero Resolutivo del CER de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, disiente: “En la Provincia de Buenos Aires, en muchos casos, está totalmente prohibido -pese a que el Gobierno Nacional hace campaña diciendo que ellos son los motores de la organización de los centros de estudiantes- que los estudiantes hagan política partidaria (…) Es una política de conjunto que comparten los distintos gobiernos, de bloquear las iniciativas del movimiento estudiantil y la capacidad de los jóvenes de discutir política, y los problemas tanto educativos como a nivel nacional”.

Por su parte, Ibáñez plantea que “de la mano de esta situación, muchas autoridades (educativas) impiden el desarrollo de los centros de estudiantes y no les permiten desarrollar sus reuniones de delegados, sus asambleas, ni tampoco mantener sus espacios de centro de estudiantes”.

Efectivamente, lo político en las escuelas secundarias se encuentra en disputa. En este sentido, Lorena Pokoik, Legisladora de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente para la Victoria y parte integrante de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología de la Legislatura Porteña expresa: «Donde Macri ve intromisión política, nosotros vemos participación política porque como dijo nuestra Presidenta: ‘El mejor lugar para los jóvenes es la política'». Y al respecto del 0800 opina: “Implementar un número de teléfono gratuito para denunciar la participación política de los jóvenes es inadmisible, pero viniendo del macrismo es coherente porque nos tiene acostumbrados a medidas persecutorias: señalar con el dedo a alumnos ‘desobedientes’ que se animan a pensar distinto, o confeccionar listas negras de estudiantes decididos a tomar una escuela en reclamo de mejoras edilicias.»

Laura Marrone comparte el rechazo ante la implementación de esta línea y expresa: “He denunciado el uso del 0800 que instaló el Gobierno de la Ciudad a través de su ministerio de Educación para la denuncia de los estudiantes por persecución política e ideológica (…) La campaña de delación vía el 0800 del PRO es un ataque a la juventud, a su derecho a pensar, a discutir sobre política y más, a organizarse por la defensa de sus derechos y propuestas políticas. (…) Nosotros estamos en contra, y creemos que los estudiantes y los docentes tienen derecho a expresarse políticamente y repudiamos esta decisión”. Asimismo declara que no pueden dejar de reconocer que cuando surgió el 0800 se dio el debate con la aparición de un fuerte movimiento estudiantil con tomas de escuelas que defendían los derechos que estaban siendo atacados por el Gobierno.

 

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A dos meses de su reapertura y pese a no conseguir respuestas de Agustín Bavio, vocero del ministro de Educación de la Ciudad, Esteban Bullrich, el Gobierno porteño lo describe como un “canal abierto a las comunidades educativas”. Gran parte de esa comunidad espera que dentro de la escuela se cumpla el derecho humano de la libertad de expresión. Como lo manifiesta el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.