Preocupación internacional por las políticas de derechos humanos de Cambiemos

Preocupación internacional por las políticas de derechos humanos de Cambiemos

El mes de mayo fue un periodo de enardecida actividad para los organismos y movimientos que luchan por los Derechos Humanos en Argentina. Pocos días después de la multitudinaria marcha en repudio al fallo de la Corte Suprema de Justicia que otorgó el beneficio del 2×1 a represores condenados por delitos de lesa humanidad, nuestro país recibió la visita de representantes de dos entidades internacionales especializadas en materia de Derechos Humanos: el Grupo de Trabajo contra las Detenciones Arbitrarias (GTDA) del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que por primera vez se encuentra sesionando en Argentina.

Las misiones arribaron en medio de un clima marcado por el resurgimiento de discursos negacionistas por parte del gobierno nacional -reflejados en el cuestionamiento a la cantidad de detenidos-desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983) y en el resurgimiento de la Teoría de los Dos Demonios- y en la existencia de denuncias de violaciones a los Derechos Humanos en la actualidad.  

Entre el 8 y el 18 de mayo, una delegación del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria (GTDA) realizó su segunda misión oficial a la Argentina (la primera fue en 2003). La comitiva, integrada por dos expertos del ACNUDH, Setondji Roland Adjovi (de Benín) y Elina Steinerte (de Letonia), recorrió las provincias de Buenos Aires, Chubut y Jujuy, inspeccionó 20 centros de reclusión (penitenciarías, comisarías e instituciones de salud mental) y mantuvo reuniones con autoridades federales y provinciales, representantes de la sociedad civil e individuos privados de su libertad, con el propósito de hacer una evaluación general del Sistema de Justicia Penal en Argentina.

Los dos panelistas de la comisió, hablando al micrófono frente al público

Entre el 8 y el 18 de mayo, una delegación del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria (GTDA) realizó su segunda misión oficial a la Argentina (la primera fue en 2003).

El jueves 18 de mayo, al concluir su visita, Adjovi y Steinerte participaron de una rueda de prensa para compartir un informe preliminar. Entre la variedad de temas abordados, los oradores manifestaron su preocupación por la existencia de selectividad en las detenciones tanto por parte de las fuerzas de seguridad como del sistema legal. “Tomamos conocimiento de los amplios poderes que tiene la policía para privar a las personas de su libertad en base a la sospecha de comisión de un crimen o por verificación de identidad, que son frecuentemente utilizados contra personas en situación de vulnerabilidad”, advirtió Steinerte. “Observamos la existencia de selectividad en la aplicación del Sistema de Justicia Penal en relación a individuos de determinados entornos socioeconómicos. Las personas de condición humilde y en situación de vulnerabilidad, como niños de la calle, el colectivo LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Transexuales, Travestis e Intersex), los pueblos indígenas, los migrantes y las personas comprometidas con movimientos sociales tienen mayor probabilidad de ser detenidos por la policía y reciben un trato diferencial por parte del Sistema de Justicia Penal de Argentina”, agregó.

También expresaron su descontento ante el uso excesivo de la prisión preventiva en el país, sobre lo cual Steinerte declaró: “Según las leyes nacionales 24.390, la prisión preventiva debe ser una medida excepcional. Sin embargo, esto no se refleja en la práctica judicial. Como resultado, los detenidos con prisión preventiva constituyen cerca del 60% de la totalidad de detenidos por el Sistema de Justicia Penal. También observamos que el límite de dos años para la medida de prisión preventiva, indicado por la legislación argentina, es frecuentemente excedido.”

Uno de los casos más representativos de detención sin una condena firme es el de Milagro Sala, dirigente social jujeña y líder de la agrupación Tupac Amaru, encarcelada bajo el régimen de prisión preventiva desde enero de 2016 a la espera de su enjuiciamiento. Al respecto, los expertos argumentaron que la evaluación llevada a cabo no fue diseñada para hacer el seguimiento de un individuo particular sino que se trató de una visita comprensiva y general. No obstante, Steinerte se refirió al caso: “Nos reunimos con la dirigente social Milagro Sala, entre otros detenidos. La opinión adoptada en 2016 por el GTDA (que considera que el encarcelamiento de Milagro Sala se trata de una detención arbitraria) se mantiene firme.”

Durante la conferencia, Adjovi y Steinerte enumeraron otras problemáticas que se contradicen con los ideales universales de la dignidad humana promovidos por el ACNUDH. A partir de sus hallazgos preliminares, criticaron la utilización de comisarías como centros de detención por períodos prolongados, situación ligada al excesivo uso de la prisión preventiva y la sobrepoblación en establecimientos penitenciarios. También resaltaron la escasa aplicación de medidas alternativas a la detención -disponibles en la legislación argentina-, la imposición de sanciones disciplinarias como el aislamiento y el uso de fuerza, el extenso confinamiento de personas con discapacidad psicosocial y de bajos recursos en instituciones psiquiátricas sin perspectivas reales de liberación, y la cuestión de menores de edad en conflicto con la ley, sobre lo cual Steinerte expresó: “La excepcionalidad de la privación de libertad de menores de edad no es ampliamente impulsada en el país, ya que tuvimos conocimiento de instancias de detención de individuos menores de 16 años (edad de imputabilidad establecido por el Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil argentino).”

Al concluir su visita, Adjovi y Steinerte participaron de una rueda de prensa para compartir un informe preliminar.

Al concluir su visita, Adjovi y Steinerte participaron de una rueda de prensa para compartir un informe preliminar.

Por último, en referencia al tema de la detención de migrantes, ambos expertos se pronunciaron en contra la adopción del Decreto de Necesidad y Urgencia Nº 70/2017, que, según denunciaron, modificó las disposiciones de la Ley sobre Política Migratoria Argentina Nº 25.871 y eliminó salvaguardas importantes. “Estos cambios deberían haber estado sujetos a un debate abierto y transparente, ya que la detención en el contexto de migración debe ser excepcional y sólo puede justificarse si persigue un fin legítimo”, alegó Steinerte.

El GTDA presentará su informe final ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en septiembre de 2018. “Vinimos a Argentina con la invitación del Gobierno nacional, lo cual supone un compromiso de su parte para escuchar nuestras recomendaciones y tomar medidas en consecuencia”, concluyó Adjovi. “Tenemos altas expectativas de que se van a realizar cambios basados en nuestra evaluación. Pero hay que recordar que el Gobierno funciona junto con la sociedad, por lo que estas recomendaciones son de interés para todos.”

Al día siguiente, viernes 19 de mayo, se llevó a cabo una reunión entre Organizaciones de la Sociedad Civil y tres representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Presidente de la Comisión y Relator para Argentina Francisco Eguiguren Praeli, el Secretario Ejecutivo Paulo Abrão y la Comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño, para debatir acerca de la situación de los Derechos Humanos en el país. El encuentro, previo al inicio del 162º periodo de sesiones extraordinarias del CIDH (que por primera vez se desarrollará en Argentina), tuvo lugar a partir de las 16 en el Espacio Memoria y Derechos Humanos y contó con la participación de referentes de organismos como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, H. I. J. O. S., el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Comité por la Liberación de Milagro Sala y la Asociación Buena Memoria, entre otras agrupaciones y particulares interesados.

Pablo Lachener, abogado del equipo jurídico de Abuelas de Plaza de Mayo, brindó a ANCCOM algunos detalles acerca de la reunión: “Fue un encuentro de carácter informal que la CIDH tuvo con organizaciones de la sociedad civil argentina por fuera de su agenda oficial. Los asistentes expusieron en breves minutos los temas que consideran que requieren de la intervención de la Corte Interamericana, y la Comisión escuchó todos los planteos.”  

Entre los temas planteados, Lachener destacó la creciente preocupación por retrocesos en políticas de memoria, verdad y justicia, e intervenciones vinculadas a la situación carcelaria, restricciones a la migración, violencia policial, persecución de sectores vulnerables, escasez de medicamentos para la comunidad LGBTI, falta de acceso a servicios de salud, interrupción del pago de indemnizaciones a víctimas del terrorismo de Estado, entre otros reclamos.

“Nosotros presentamos un informe advirtiendo sobre determinadas manifestaciones públicas un tanto preocupantes de algunos funcionarios del gobierno respecto a la última dictadura y por la actuación de los tres poderes del Estado en causas de lesa humanidad. Hay preocupación por el nivel de retrocesos en materia de políticas públicas que está llevando adelante el actual gobierno”, expresó Lachener.  

La CIDH inauguró el nuevo período de sesiones el lunes último en el salón Atalaya del hotel Sheraton y extenderá sus audiencias públicas hasta el viernes 26 de mayo. Pese a que los casos de Argentina no están en agenda, los organismos de derechos humanos tienen expectativas de que se haga un relevamiento de ellos para ser tratados en la sesiones de julio en Perú.

 

Actualizada 24/05/2017

Un abrazo gigante

Un abrazo gigante

Una vez más la Plaza de Mayo se llenó de consignas: “Juicio y Castigo” “Nunca Más” “Ni olvido, ni perdón, ni reconciliación”. Frente al escenario, delante de las vallas, unas veinte llamas flamean alrededor de un pañuelo gigante.  Algunas personas se acercan con una vela, la prenden, miran el símbolo unos minutos. De fondo, la multitud entona: “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”.

Con las avenidas todavía repletas de agrupaciones que esperan para entrar a la Plaza, los discursos terminan y estalla el tradicional grito de: “30.000 detenidos y desaparecidos: presentes. Ahora, y siempre. Ahora, y siempre”.  Los pañuelos tiñen la Plaza de blanco. Como cada jueves a la tarde, como se pintó aquel día hace cuarenta años, pero esta vez multiplicado por cientos de miles desde la Casa de Gobierno hasta el Congreso. Algunos se van y otros llegan, la Plaza estará poblada hasta pasadas las 21.00. Los que no llegaron al acto -hubo desperfectos simultáneos en varias líneas de subte- quieren estar, pisar la Plaza, sumarse al repudio contra el fallo de la Corte Suprema de Justicia que extendió el beneficio del 2×1 a condenados por delitos de lesa humanidad. 

El Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), La Brecha, el Frente Popular Darío Santillán, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y el MST Frente de Izquierda avanzan por Diagonal Norte, mientras el Movimiento Evita y la Juventud Peronista llegan por Avenida de Mayo. 

La adhesión a la movilización reúne a todo el arco opositor, la CGT, también a intendentes del Conurbano bonaerense.

San Martín, Bolívar y Defensa también alojan a cientos de personas, grupos de amigos, familias y parejas que intentan llegar a la Plaza. “Hace quince años que marcho todos los 24 de marzo, y hoy fue impresionante”, dice Tomás a ANCCOM. Lleva colgado un cartel con la fotografía de una mujer desaparecida durante la última dictadura. “Me gusta tomar la historia de algún compañero desaparecido y marchar con su nombre en el pecho”, explica.

Entre las agrupaciones que avanzan por la Avenida, se distingue una bandera más sutil pero no menos  plantada: la Asociación Americana de Juristas (AAJ) que tiene entre sus objetivos principales “la defensa y promoción de los derechos humanos”. Esta vez, levanta su bandera contra el 2×1. Liliana Costante, integrante de la asociación, denuncia la decisión de los jueces. “Si tuvieran un poco de dignidad, renunciarían”, razona.

Además, advierte que la ley aprobada en el Congreso “es un acto político simbólico, pero necesario”. Y amplía: “Ya existe legislación internacional para comprobar la inconstitucionalidad del 2×1. Es como que acá diluvie y vos sacás una ley para explicar que está diluviando. Los juristas no estamos en un tupper ni en una palmera, sabemos bien que el conocimiento es una herramienta de lucha”.

En la esquina de Avenida de Mayo y Chacabuco, un grupo de hombres y mujeres tocan los tambores. Las calles están menos abultadas y los puestos de hamburguesas más concurridos. María García Medina es psicóloga y tiene cincuenta y cuatro años. Desde que llegó a la Capital, en el 82’, acompaña la ronda de las Madres. “Me encanta estar acá, me emociona”, explica María a ANCCOM. Y recuerda a sus amigos detenidos durante la dictadura. Lleva dos pañuelos blancos: uno en la cabeza y otro alrededor del cuello.

La luna llena encandila más que los faroles de las calles. Entre las últimas banderas que se acercan, está la infaltable wimphala, con el grupo de sikuris que suena alrededor. Hace una hora las Abuelas y Madres terminaron el discurso, pero las organizaciones siguen avanzando. Nadie se va sin llegar a la Plaza.

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León Gieco, quien no puedo llegar a la marcha, le dedicó esta canción a las Madres y Abuelas:

Actualizado 11/05/2017

El mundo es un pañuelo blanco

El mundo es un pañuelo blanco

Fue el día en que la Plaza se tiñó de blanco. El día en que la Plaza se cubrió de cientos de miles de pañuelos blancos, multiplicados para repudiar el fallo de la Corte Suprema de Justicia que extendió el beneficio del 2×1 a los condenados por delitos de lesa humanidad. Ante la multitud y la bajo la consigna “Señores Jueces. Nunca más. Ningún genocida suelto”, los organismos de derechos humanos reclamaron un freno institucional -con el compromiso de los tres poderes del Estado- al pronunciamiento del Poder Judicial. La Plaza desbordó antes del inicio del acto, con las Diagonales Norte y Sur repletas y la Avenida de Mayo cubierta hasta el Congreso. Muchos no pudieron llegar y los organizadores calcularon la movilización de más de medio millón de personas. También hubo marchas en diferentes ciudades del país.

“La democracia se construye entre todos, todos los días”. La frase de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, resonó como una síntesis de la acción de resistencia. Desde el escenario central montado delante de la Pirámide de Mayo, Carlotto fue oradora junto a Taty Almeida, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Linea Fundadora, y Lita Boitano, de Familiares y Detenidos por Razones Políticas. Antes de los discursos, los organismos agradecieron  al colectivo Memoria, Verdad y Justicia por levantar la marcha prevista para hoy.

“Señores Jueces. Nunca más. Ningún genocida suelto”, fue la principal consigna del acto. Arriba del escenario, organizaciones de Derechos Humanos repudiaron el 2x1 con manos alzadas

“Señores Jueces. Nunca más. Ningún genocida suelto”, fue la principal consigna del acto. Arriba del escenario, organizaciones de Derechos Humanos repudiaron el 2×1 con sus manos alzadas.

“En esta jornada histórica, el pueblo y los organismos de derechos humanos decimos bien fuerte: nunca más el silencio. No queremos convivir con los asesinos más sangrientos de la historia argentina”, subrayó Almeida.

Tras gritar “el pueblo unido jamás será vencido” y corear la consigna con la multitud, Almeida comenzó la lectura del documento. “Todos los que estamos acá repudiamos esa decisión que tomó la Corte Suprema. Ese 2×1 afectó a toda la sociedad”, subrayó. Y entre cánticos emotivos y abrazos simbólicos, agradeció el apoyo de organizaciones sindicales, políticas, barriales y, especialmente, a la textil que donó los pañuelos que se repartieron en las distintas intersecciones aledañas a la Plaza. “El pañuelo es símbolo de los 30.000. El pañuelo es lucha”, subrayó.

Y advirtió: “Nuestro pueblo no merece ser condenado al olvido. Los responsables de esta decisión fueron los jueces Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco”. Además, recordó que “la Ley del 2×1 (que se sancionó en 1994) nació como necesidad de descomprimir las cárceles por las demoras en la propia Justicia”. La norma fue derogada en el año 2001.

Estela de Carlotto

“La democracia se construye entre todos, todos los días” dijo la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

Ayer, el Congreso también dio una señal en la dirección del reclamo que se escuchó en la Plaza: sancionó en tiempo récord una norma que intenta poner un límite a la aplicación del beneficio que la Corte habilitó para Carlos Muiña, represor en el centro clandestino montado en el Hospital Posadas en 1978.

Con un timbre de voz agudo e imponente, Cortiñas saludó a todos “los hijos e hijas del corazón” con un fuerte “quiero y queremos justicia”. Remarcó que “los delitos de lesa humanidad no son comunes”. “La Corte Interamericana de Derechos Humanos niega la posibilidad de aplicar beneficios como el 2×1 a estos crímenes atroces, tal como señalaron los jueces Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti”, destacó.

Entre medio de los abucheos contra los integrantes del Tribunal, Cortiñas afirmó que “la Corte pretende soltar a Jorge Eduardo Tigre Acosta,  Alfredo Astiz, Miguel Etchecolaz, al capellán (Christian) Von Wernich, y pretende liberar a cientos de genocidas más que caminarían al lado nuestro y de ustedes”.

“Señores jueces, escuchen: Nunca Más”, se pronunció Lita Boitano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas cuando las agujas había pasado las 19:00. Con firmeza declaró que “nunca se hizo  justicia por mano propia, por eso este fallo es un indulto a nuestra historia.” Y advirtió: “Estamos hablando de los que volvieron a desaparecer a Jorge Julio López. Esto no sólo es riesgoso para nuestros nietos sino para toda la sociedad”.

“El pañuelo es símbolo de los 30.000. El pañuelo es lucha”.

Una de las tantas que lució la tela blanca en la cabeza fue Elvira Sack, de 58 años. En diálogo con ANCCOM contó que no quiere volver a vivir “el horror de la dictadura” con la liberación de genocidas condenados. “Vine sola, pero en representación de mi generación y de las siguientes”, subrayó.

Sobre la calle Reconquista, Rosa Herrera, de la Liga Argentina de Derechos Humanos, festejó la numerosa asistencia. “Necesitamos -y es nuestro deber- expresar nuestro repudio ante este fallo. No tienen legitimidad para violentar nuestros derechos”, subrayó en diálogo con esta agencia.

Carlotto cerró el acto. “Hoy los legisladores aprobaron una ley que busca frenar la aplicación del 2×1 a genocidas y represores. Estas acciones nos llenan de esperanza y gratitud”, subrayó.

Resaltó la necesidad de que “los tres poderes del Estado tomen el reclamo del pueblo reunido en esta Plaza”, y pidió que la “corporación judicial” escuche el pedido. “Haremos oír nuestra voz en todo el mundo. Alzaremos nuestra voz contra el olvido”, puntualizó.

Poco antes de las 19:30, Carlotto llamó a levantar los pañuelos y a reclamar justicia por los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos. Almeida sumó el pedido por la libertad de la dirigente de la Tupac Amaru Milagro Sala. Entonces sí, la Plaza se tiñó completamente de blanco.

Nora Cortiñas saludó a todos “los hijos e hijas del corazón” con un fuerte “quiero y queremos justicia”, junto a Taty Almeida.

Nora Cortiñas saludó a todos “los hijos e hijas del corazón” con un fuerte “quiero y queremos justicia”, junto a Taty Almeida.

 

Las Madres junto a diversas organizaciones de Derechos Humanos con la inmensa bandera que decoraba el escenario: "Señores jueces, Nunca más, Ningún genocida suelto".

Las Madres junto a diversas organizaciones de Derechos Humanos con la inmensa bandera que decoraba el escenario: «Señores jueces, Nunca más, Ningún genocida suelto».

Mirá la infografía sobre avances y retrocesos en materia de Derechos Humanos:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Actualizada 12/05/2017

 

 

Varones antipatriarcales y mujeres feministas

Varones antipatriarcales y mujeres feministas

El sábado 29 de abril se realizó en el Anfiteatro Eva Perón de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) el segundo encuentro del Ciclo de Entrevistas “Feminidades Públicas”, convocada por el Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires.

En este encuentro el eje propuesto fue el de “Feminidades y Derechos Humanos” y contó con dos invitadas de lujo: la periodista y activista feminista Marta Dillon y Nora Cortiñas, miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

En palabras de sus organizadores, el ciclo tiene como objetivo poner en escena la relación entre la feminidad y lo público, en contradicción con el lugar tradicional que se les asigna a las mujeres relacionado a las tareas domésticas y recluidas al ámbito privado: “Nos parece importante mencionar que las invitadas supieron romper el estereotipo asignado por el género”, afirmó Joaquín Coronel, militante de Varones.

Diego Rodríguez, perteneciente al Colectivo, se ocupó de presentar la charla: “Somos varones y maricas que nos organizamos políticamente con la idea de aportar a la lucha contra el patriarcado. Tenemos como objetivo generar espacios de reflexión colectivos entre aquelles sujetes que nos percibimos varones o que somos leídos como tales en la sociedad. Rechazamos el lugar de poder que este sistema nos asigna. Nos organizamos retomando reivindicaciones del feminismo y denunciando la violencia machista”. Además, declaró su preocupación por la situación del colectivo LGBT en Chechenia, la política de vaciamiento de la ESI (Educación Sexual Integral), el caso Higui y el cierre de espacios culturales en nuestro país.

Nora Cortiñas se destacó por sus anécdotas, que distaron de ser protocolares. Por el contrario, contó con sobradas muestras de afecto y atención por parte del público, que no paró de celebrar sus aportes con aplausos. Y también risas, en algunos momentos. Abrió su disertación relatando que se crió en una casa muy machista, muy patriarcal, que su marido era muy celoso y cuando desapareció su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, comenzó a verse obligada a salir a la calle a reclamar: en esa irrupción en el espacio público recordó sus primeros encuentros con personas pertenecientes a la militancia en la diversidad: “En el caminar de las Madres se acercaron a nosotras chicos homosexuales. Encantadores pibes que veían, en nosotras, afecto. De esa manera tan natural, no con los libros sino con el contacto con ellos, empecé a entender de otra forma. En las marchas, por ejemplo, se acercaba algún pibe y me decía: ‘Madre ¿yo me puedo dejar ver con ustedes? Porque si mi mamá me ve con ustedes va a pensar que estoy por buen camino’”.

El caso de Nora, una mujer de 87 años inserta en la política y disputando el espacio público, ejemplifica la transformación de la mujer: de estar exclusivamente al servicio de su familia entre las cuatro paredes de su hogar, a ser la mujer pública y en la disputa por el poder. En esa transición, encontró sus primeros cruces con el feminismo: “Yo primero leía sobre el feminismo: decían que en Europa las feministas eran las que revoleaban el corpiño y yo decía ¡qué estupidez!”. En otro momento, recordó que participó, junto con otras Madres, en el primer Encuentro Nacional de Mujeres en 1986 y admitió que: “Fui entendiendo que los derechos humanos son todos y no solo los de los desaparecidos y los presos políticos”.

El aporte de Cortiñas también permitió dar cuenta de una transformación de la ubicuidad del feminismo, de los espacios académicos a la calle: “A nosotras, las feministas nos preguntaban por qué salíamos a la calle. Por eso, cuando fui al primer Encuentro, llegué con timidez y les expliqué que salíamos porque nos habían sacado un pedazo nuestro. Nosotras rompíamos con el lugar de la mujer que se queda en su casa. Y con el que quería la Iglesia: poniendo una velita y la fotito del hijo en una repisa rezando y llorando. Como no lo hicimos, les molestó. Pero lo hicimos por una cuestión visceral. Salimos a pelear como unas leonas”.

Por su parte, Marta Dillon, fundadora del suplemento “Soy” de Página/12, relató cómo fue su incorporación al feminismo: “Yo creo que tiene que ver con darse cuenta de la subalternidad que significa ser mujer. No es una cosa que sucede de un día para el otro. Mi mamá desapareció cuando yo tenía 10 años. Yo la ayudaba a ella a cuidar a mis hermanos y esa sensación de hacerse cargo de tres varones se sostuvo a lo largo del tiempo. Esa tarea que muchas niñas y mujeres reconocerán. Después, fui madre soltera. Pero definitivamente me convertí en feminista cuando tuve el diagnóstico de VIH positivo. Ahí realmente la diferencia en la mirada de los otros y las otras era radical, porque una mujer que se había infectado era inmediatamente supuesta de ser una puta, de tener una vida sexual condenable. De hecho, siempre se reiteraba esta pregunta sobre cómo me contagié, esperando que les responda que en una transfusión. Si esa respuesta no llegaba, ahí ya no era tan víctima. Para los gays el estigma era peor. Y en el caso de los travestis, todavía hoy los sigue matando la dificultad de acceder a una atención médica adecuada. Hace muy poco realmente que hay una existencia legal para las trans y travestis”. Además, sostuvo que ser feminista es estar en un lugar marginal, señalar algo que nadie quiere ver y que cuestiona hasta lo más íntimo, “por eso hablamos de revoluciones en las camas, en las casas, en las plazas, en las calles y en todos lados”. Dillon afirmó que hacerse feminista la transformó: “Cambia todo. Creo que hasta cambió mi relación con mi madre”.

Marta Dillon, periodista

Marta Dillon, activista y fundadora del suplemento “Soy” de Página/12. “Yo creo que tiene que ver con darse cuenta de la subalternidad que significa ser mujer», relató.

Acerca del rol de las mujeres en la etapa de la dictadura, reflexionó: “Algunas mujeres, que hasta se entrenaban para usar las armas o las usaban directamente, no dejaban de tener la responsabilidad de lo doméstico a su cargo. Después, al ser secuestradas, pasaron por los centros de detención y fueron torturadas de manera bien particular”.

Por otro lado, y como trazando una línea de tiempo, recordó el rol de las mujeres piqueteras durante la crisis de 2001, quienes tomaron un papel protagonista en la calle. Analizó cómo las organizaciones piqueteras empezaron a ir masivamente hacia los Encuentros de Mujeres y a cambiarlos radicalmente con otras discusiones y con otras propuestas.

También destacó el valor de la sororidad en la lucha contra la violencia machista y dijo, en relación a los casos de feminicidios: “No se aguanta más tener que sumar todos los días un nombre más al bagaje de la memoria y tener que aguantar los detalles morbosos con los que se han maltratado a estas chicas tan jóvenes. En este momento hay una gran posibilidad de que los lazos que nos sostienen se extiendan y se hagan más fuertes”.

Hacia el final de la charla Nora Cortiñas concluyó: “Les dije que venía a aprender. Y hoy aprendí que las Madres fuimos extraordinariamente feministas”. Y el público estalló en aplausos.

Este ciclo de charlas comenzó el 8 de abril bajo el eje “Feminidades Públicas y Trabajo” con les invitades Silvia León y Marlene Wayar. Tiene como objetivo financiar el VI Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales (ELVAP) organizado para los días 7, 8 y 9 de octubre, en de Santiago, Chile, en el que participarán además otras organizaciones y colectives antipatriarcales  o profeministas como Traidores de Papá -de Uruguay- y el chileno Kolectivo Poroto.

El segundo encuentro del Ciclo de Entrevistas “Feminidades Públicas” fue convocada por el Colectivo de Varones Antipatriarcales de la Ciudad de Buenos Aires en el Anfiteatro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

 

Actualizada 04/05/2017

Cuarenta años de rondas

Cuarenta años de rondas

El 24 de marzo de 1976, la historia de la Argentina cambió para siempre. Un Golpe de Estado, encabezado por el teniente general Jorge Rafael Videla puso fin al gobierno de María Estela Martínez de Perón, iniciando lo que se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional”. Aquel día, los militares interrumpieron todos los medios de comunicación e informaron que el país pasaba a encontrarse “bajo el control operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas”, al tiempo que se recomendaba a todos los ciudadanos a obedecer las órdenes militares y policiales. Desde allí, el gobierno de facto implantaría la dictadura más sangrienta que atravesó Argentina, con el terrorismo de Estado como metodología principal. El país sufrió constantes violaciones a los derechos humanos, el encarcelamiento de miles de presos políticos, el exilio obligado de millares de militantes, la desaparición y muerte de 30.000 personas y la apropiación sistemática de 500 niños y bebés recién nacidos.

La desaparición de los seres queridos provocó la reacción de familiares, principalmente mujeres, madres y abuelas, quienes salieron a buscarlos apenas se enteraban de la trágica noticia. Pronto supieron de historias similares y empezaron a comunicarse con otras familias. Así, el 30 de abril de 1977 algunas madres decidieron reunirse en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, esperando el recibimiento y la explicación de Videla o algún otro funcionario. Instaurado el Estado de sitio, algunos policías se les acercaron para advertir que “circularan”, ya que estaba terminantemente prohibido permanecer inmóvil en la vía pública en grupos de tres o más personas. Las mujeres, más tarde reconocidas por el mundo entero como Madres de Plaza de Mayo, hicieron caso y dieron vida a un hito que se mantendría hasta nuestros días: comenzaron a caminar en parejas, lentamente, alrededor de la Pirámide de Mayo, el monumento central de la plaza. Así, la solicitud policial era cumplida y, al mismo tiempo, burlada con sentido desafiante. Ya aquel día, las Madres demostraron una de sus principales virtudes: la perseverancia. Y con ella, la lucha y el amor por sus hijos. A la semana siguiente, se volvieron a reunir, con más mujeres aquejadas por la angustia. En la tercera reunión, decidieron juntarse todos los jueves, de 15.30 a 16, un horario en el que circulaba bastante gente por la plaza. Así, la figura de las Madres de Plaza de Mayo se consolidaría semana tras semana.

“Vamos las Madres, con fuerza vayan al frente, que se lo pide toda la gente, una bandera que diga gracias Madres, por ser siempre el ejemplo de la lucha popular”, les canta el pueblo.

Cuarenta años después de aquella gesta, las Madres continúan en la plaza, su plaza.  A pesar del tiempo, las Madres mantienen el rito de la ronda, vivo como el primer día. Fieles a sus hijos, llegan al punto de encuentro, como cada jueves. Mientras algunas bajan de una combi, la gente acompaña con un canto que emociona: “Vamos las Madres, con fuerza vayan al frente, que se lo pide toda la gente, una bandera que diga gracias Madres, por ser siempre el ejemplo de la lucha popular”. Se saludan, se abrazan, se ríen. “Son muy amorosas, muy cálidas. Te reciben con la mejor, si te acercás. Te escuchan como una madre más”, dice Ailín, una joven de 22 años, habitué de la movilización de los jueves.

“Alerta, alerta, alerta que están vivos, todos los ideales de los desaparecidos”, suena en el aire de la resplandeciente Plaza de Mayo, mientras las Madres comienzan a girar alrededor de la Pirámide, como aquel 30 de abril de 1977. El paso es lento, los años han pasado y el cuerpo de estas mujeres se ve transformado. Sin embargo, la fortaleza de la convicción es inalterable. Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, señala a ANCCOM: “A esta plaza la hicimos nuestra, y es nuestra para siempre. La Plaza de Mayo ya lleva un nombre: Madres de Plaza de Mayo”. Luego asegura sobre las conmemoraciones por el 40 aniversario de su lucha: “Estamos contentas, está saliendo todo muy lindo, las Madres estamos felices”.

Nora Cortiñas.

Nora Cortiñas.

Nora Cortiñas, cofundadora de la Asociación Madres y posteriormente, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora -el grupo que se escindió del liderado por Hebe- también llega a la plaza. Norita, como se la conoce popularmente, rememora las primeras rondas: “Alguna vez tuvimos miedo de que si luchábamos, mataran a nuestros hijos, o nos llevaran a otros familiares. Miedos sobre qué pasaría con esta protesta callejera, pero los vencimos, permanentemente”. Luego enumera: “Tuvimos alegrías y tristezas, pero también la oportunidad de caminar con otras Madres que estaban en la misma situación que nosotras. Eso nos formó como movimiento colectivo”. Con el amor y la ternura a flor de piel, Norita continúa su retrospección hacia el pasado. Dice que los logros lo consiguieron en la calle, perdiendo a algunas compañeras: “Todo lo conseguido conllevó un costo, pero estamos orgullosas de la lucha de nuestros hijos, porque sabemos que ellos luchaban por amor a su patria”. A su lado se encuentra otra peleadora de la vida, Mirta de Baravalle, que con 92 años, continúa asistiendo al simbólico acto de Madres. “Siento la necesidad de venir. Estar en la ronda, dentro de ese círculo, es estar acompañando a los 30.000 desaparecidos. Es algo que solamente uno sabe cómo lo siente”, comenta Mirta, en tono pausado.

En la ronda también está Victoria Montenegro, una de las nietas restituidas por Abuelas de Plaza de Mayo. Ella, al mes de nacer, fue secuestrada junto con sus padres. Luego fue apropiada por el represor Herman Tetzlaf, quien le cambió su identidad. En julio de 2000, tras una serie de pruebas genéticas, se supo que era hija de los militantes desaparecidos Hilda Torres y Roque Montenegro. En dialogo con ANCCOM, Victoria indica: “A los que nos ha tocado la apropiación y crecer en una realidad impuesta, la más ajena a lo que debió ser tu vida, tu historia, tu nombre, tu fecha de nacimiento, (valora) esta posibilidad de lucha que hicieron posible las Madres y Abuelas. Ellas lograron la posibilidad de encontrarnos y que la identidad sea un derecho para todos los niños del mundo. A las formas más perversas, a las expresiones de odio, ellas no le respondieron con violencia, sino todo lo contrario: se unieron, y con el amor que tenían por sus hijos, hicieron posible esta realidad”. Más tarde agrega: “Sin esas mujeres hermosas, yo no sería yo. No tendría mi nombre, no podría haber recuperado la identidad, no sabría a quién se parecen mis hijos. La Plaza de Mayo es parte de mi vida, es lo que hizo posible la recuperación de la identidad”.

Hebe de Bonafini

Las banderas azules, con la figura de un pañuelo blanco -símbolo histórico de las Madres, creado con la idea de reconocerse por aquellos años de dictadura- flamean en el aire. Hay jóvenes que exhiben remeras con la misma inscripción. La tienda con merchandising de la Asociación está repleta de gente, mientras, los cantos de aliento continúan. “Admiro y amo a las Madres. Vengo todos los jueves porque comparto el objetivo que tienen. Yo podría estar entre los que les pasó lo que les pasó. Y en ese caso, estoy completamente seguro que mi mamá, caprichosa y terca, estaría también entre las Madres”, dice Alfredo, un asiduo concurrente a las clásicas rondas. Ana, otra fiel seguidora, señala: “El valor de las Madres, a través de 40 años, danzando por la Plaza, te llena de orgullo”.

En este 40 aniversario de rondas Hebe dice unas palabras. Luego, Renato Di Nicola, referente de la asociación italiana Maya Kabawill entona Bella Ciao, famoso canto partisano de resistencia al fascismo. La ronda, número 2037, va llegando a su fin. Norita, cierra la jornada con un pedido para la justicia argentina: “Queremos que se abran los archivos, que nos digan toda la verdad, qué destino tuvo cada desaparecido, y que los niños que fueron apropiados logren tener todos su absoluta identidad”.

Nora Cortiñas y las Madres en la marcha aniversario dando vuelta a la Plaza

Desde aquel día, las Madres demostraron una de sus principales virtudes: la perseverancia.

Actualizada 02/05/2017