Abr 7, 2017 | Trabajo
“Contundente”, para la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT). “Innecesario e inoportuno”, para el gobierno de Mauricio Macri. El primer paro nacional contra la política económico-social de Cambiemos concluyó con ese diagnóstico enfrentado de la conducción sindical y la Casa Rosada. Fue en el cierre de una jornada que mostró a una ciudad con escaso movimiento y con clima de día feriado. La convocatoria de la CGT contó también con el apoyo de las dos vertientes de la CTA, los movimientos sociales y la izquierda sindical y partidaria.
Por la mañana, organizaciones sociales realizaron cortes en los accesos a la ciudad. Los bloqueos se multiplicaron en Puente Puerreydón, Puente La Noria, Panamerica y ruta 197, el Acceso Oeste y la autopista Buenos Aires-La Plata. La Gendarmería reprimió a los manifestantes de la Panamericana con gas pimienta y camiones hidrantes. “Hoy aplicamos el protocolo antipiquetes en un 100 por ciento”, se ufanó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El operativo dejó cuatro manifestantes heridos y otros seis detenidos.
La CGT evaluó la “contundencia» del paro en dos conferencias de prensa en la que también reclamó al gobierno que «cambie su manera de actuar con relación a la política económica que lleva adelante». “No estamos promoviendo una fogata social, ni que termine el mandato de nadie; no hay especulación política ni partidaria. Si hay mafias, que las busquen en la especulación financiera”, subrayó Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato que conduce la central obrera junto con Héctor Daer y Carlos Acuña.
La adhesión de los gremios del transporte fue una llave fundamental para la medida de fuerza. El secretario general de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), Roberto Fernández, -un dirigente de buen diálogo con funcionarios del Gobierno nacional- estimó que en su sector el respaldo a la huelga fue “del cien por cien”.
«El paro es contundente, con un alto acatamiento, tal como lo planificó la CGT», completó Daer. El triunvirato cegetista acompañó su balance final con un nuevo pedido al gobierno para que “llame a una mesa diálogo”.
El gobierno buscó mostrar hiperactividad. El presidente Mauricio Macri y la mayor parte de su gabinete participaron de la inauguración del Foro Económico Mundial sobre América Latina en el Hotel Hilton. “Qué bueno que estemos todos aquí, trabajando”, subrayó el mandatario en obvia alusión al paro contra su gestión. Y agregó: “El país empezó a crecer. Estamos decididos a apostar por el futuro, a poner los problemas sobre la mesa, encararlos y resolverlos”.
Por la tarde, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, realizó el balance oficial. “Fue un paro inoportuno e innecesario”, concluyó. El oficialismo insistió en subrayar que el acatamiento al paro estuvo empujado por la falta de transporte público. “El diálogo sigue siendo nuestra prioridad. Hay que apoyar el diálogo antes que el paro, en definitiva, hay que parar de mentir y de agredirnos”, dijo en conferencia de prensa.
Calles vacías
La “agenda” del primer paro general contra el gobierno de Cambiemos fue múltiple: el rechazo al ajuste, los despidos masivos, la inflación, pero, sobre todo, la defensa de las fuentes de trabajo amenazadas por el modelo económico y social.
El paro fue total en todo el país. En Buenos Aires se hizo sentir en las calles –no hubo colectivos, trenes, subtes, ni vuelos-. El gobierno porteño liberó los peajes y los estacionamientos fueron gratuitos, y reforzó la presencia policial en las calles.
En los barrios, algunos comercios eligieron atender con normalidad. Y hubo trabajadores -en su mayoría del sector privado- que decidieron llegar a sus lugares de trabajo en bicicleta o en autos particulares. Muchos lo hicieron por las presiones patronales, otros impulsados por una campaña viralizada por las redes sociales bajo el lema “Yo no paro.
“El paro me arruinó un día de trabajo. Me tuve que tomar un taxi, empecé el día gastando y no hice ninguna venta”, le dijo a ANCCOM Juan Carlos, encargado de un puesto de flores en Avenida Rivadavia al 6500.
Por el contrario, Jorge, empleado de una vineria en la misma zona de Flores, reivindicó el “derecho” de los sindicatos a convocar a una huelga, pero advirtió sobre las “pérdidas” para el país.
Otras voces
El titular de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma, Pablo Micheli, repudió la represión de los piquetes por parte de la Gendarmería. “Esperemos que el gobierno convoque a una mesa de diálogo”, sostuvo.
Para Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Argentinos, el paro fue “histórico”. Y subrayó: “Fue una huelga para rechazar las políticas de hambre y expresar lo que la gente está reclamando. Es un paro para que cambie la política económica».
Todos los gremios que ayer adhirieron al paro nacional festejaron también la noticia con la que desde mañana deberá lidiar el gobierno: la orden judicial para que el Ejecutivo convoque a la paritaria nacional docente, el reclamo de base del dilatado conflicto entre el poder central y los maestros.
Actualizada 06/04/2017
Abr 5, 2017 | Comunidad
El pasado jueves 30 de marzo se realizó el primer paro de migrantes para exigir la derogación del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2017, sancionado el 1 de enero de este año, que reforma la Ley de Migraciones 25871 de año 2003.
Cientos de personas realizaron un acto frente al Congreso y una marcha hacia Plaza de Mayo, para sumarse a la movilización convocada por la CTA. La fecha no fue casual: coincidió con la conmemoración de los once años del incendio en el taller textil clandestino de la calle Luis Viale –Caballito- que provocó la muerte cuatro niños, un adolescente y una joven embarazada, todos migrantes.
A las 15:00, al son de la música de Calle 13, cientos de personas de las más diversas colectividades -paraguaya, boliviana, peruana, ecuatoriana, colombiana, africana- llegaban a la Plaza del Congreso. Nucleados en el Frente de Migrantes, más de 30 organizaciones se hicieron presentes para reclamar la derogación del Decreto por considerarlo discriminatorio y xenófobo. La norma, no solo habilita la detención y expulsión de migrantes en situación irregular, sino también la revisión de todas las radicaciones para quienes tengan antecedentes penales, a la vez que acelera los tiempos de resolución de los casos.

Cientos de personas de las más diversas colectividades -paraguaya, boliviana, peruana, ecuatoriana, colombiana, africana- asistieron a la Plaza del Congreso.
Thomas Valenzuela llegó desde Paraguay hace cinco años y es miembro del Colectivo de la Resistencia Cultural de la Migración Paraguaya. En diálogo con ANCCOM, expresó: “El mensaje que queremos transmitir a la sociedad es que migrar es un derecho, que el DNU es xenófobo, que nos quita las garantías constitucionales, busca criminalizarnos y que puede traer consecuencias terribles como la separación de familias. Los trabajadores migrantes somos parte de la cadena productiva de este país. Aportamos una vasta riqueza cultural a esta tierra, es imposible negar que a través de este intercambio somos parte importante del lenguaje, del arte, de la música y la gastronomía, entre tantas otras cosas”. En relación a la conformación del Frente de Migrantes hace dos meses, como respuesta a las nuevas políticas contra la inmigración, agregó: “El objetivo principal está cumplido, es poder organizarnos en un frente amplio y diverso, pensando siempre en la unidad, viendo que el enemigo está enfrente y es muy grande. Sólo lo vamos a combatir saliendo y resistiendo en las calles, organizándonos, sin ligarnos a un sector partidario, porque buscamos la diversidad de la población migrante para luchar todos juntos en contra de esta avanzada racista y discriminatoria de la gestión de Cambiemos, que está acompañada por las grandes empresas y medios hegemónicos”.
Con respecto a la fecha elegida para efectuar el paro y la marcha, dijo: “El incendio del taller clandestino fue un antes y un después. Dejó en claro la impunidad con que se maneja este tipo de casos, porque hasta hoy no hay una sentencia definitiva para los responsables y dueños de este taller textil. En el país aún existen talleres clandestinos donde los trabajadores migrantes son precarizados y explotados laboralmente”.

«Los trabajadores migrantes somos parte de la cadena productiva de este país».
Juan Vázquez, miembro del Colectivo Simbiosis Cultural, llegó de Bolivia hace 26 años. En diálogo con ANCCOM reflexionó sobre la importancia de los migrantes dentro de la productividad del país: “Estas políticas nos están perjudicando. Queremos visibilizar cuánto aportamos en la economía. El gobierno está tratando de criminalizar y estigmatizar a los migrantes. Hoy estamos ante una crisis y por eso nos organizamos”. Como muchos de los trabajadores migrantes, advierte sobre los peligros del decreto: “Nos sentimos vulnerables, se acelera el sistema de deportaciones y no tendremos la posibilidad de ningún tipo de reclamo. Por eso es importante movilizarnos”.
Los aplausos de la multitud llegaron cuando se pronunciaron los nombres de las víctimas del incendio del taller clandestino de Caballito: Harry, Wilfredo, Elías, Rodrigo, Luis y Juana fueron recordados en el acto central. Lourdes Hidalgo, sobreviviente del incendio, dialogó con ANCCOM y recordó: “Es muy doloroso pensar en cómo murieron mis compañeros y los niños. Wilfredo y Juana, que estaba embarazada, eran mis compañeros en el taller. Allí vivíamos 40 adultos y 25 niños. Estábamos en un galpón y compartíamos un baño entre todos. A los dueños no les interesaba mejorar las condiciones en las que estábamos. Reclamábamos pero nos amenazaban con echarnos”.

“El mensaje que queremos transmitir a la sociedad es que migrar es un derecho, que el DNU es xenófobo».
Lourdes, que vino de Bolivia en 2004 en busca de un futuro próspero, sólo pudo dedicarse a la costura en condiciones de trabajo muy precarias. Fue así como llegó al taller textil de la calle Luis Viale. “Siento bronca al recordar lo sucedido, esto se podría haber evitado. Pude sacar del incendio a un nene, fui una de las últimas en salir. Después de la tragedia nos quedamos sin nada, sin ropa y sin documentos. Voy a seguir luchando, no me voy a callar, los culpables deben pagar por lo sucedido, los dueños de las marcas y la policía, que también fue cómplice. No hay olvido ni perdón para ellos”, sostuvo, con lágrimas en los ojos.
Hace diez años Robert llegó de Ghana. Tiene 54 años. Vende ropa de mujer en ferias y es mecánico de autos. Dejó sus trabajos para poder asistir a la convocatoria. En medio del gentío reflexionó: “Argentina es un país de inmigrantes, muchos son hijos de inmigrantes. En este momento nos están lastimando. Nosotros tenemos un arraigo al país, la mayoría formamos nuestras familias acá. La sociedad nos tiene que apoyar. ¿Cómo les explicamos a nuestros hijos que estamos en peligro? ¿Que nos pueden deportar? ¿De qué cambio nos está hablando este gobierno? Si al país le sacamos sus inmigrantes, le estamos borrando su historia”.

Robert llegó de Ghana. Tiene 54 años. Vende ropa de mujer en ferias y es mecánico de autos.

Nucleados en el Frente de Migrantes, más de 30 organizaciones se hicieron presentes para reclamar la derogación del Decreto por considerarlo discriminatorio y xenófobo.
Actualizado 05/04/2017
Abr 4, 2017 | Comunidad
“Yo estaba sentado en la esquina con unos amigos cuando veo que la policía le pega a mi hermano, ahí afuera, y me vengo –cuenta Nahuel Sebastián Maydana, de 17 años-. Me empiezan a golpear y me llevan adentro del patrullero no sé a dónde”.
Nahuel y Matías recién fueron liberados a la madrugada. La mayor parte del tiempo, permanecieron en el móvil. Pero en el medio los trasladaron a un descampado, abrieron el coche y, mientras los golpeaban, llenaron la cabina con gas pimienta y volvieron a cerrar las ventanillas hasta convertir el vehículo en un lugar casi irrespirable.
“No sabíamos lo que estaba pasando, nos tenían retenidos sin motivo. Son así ellos, te meten causas… En un momento, un policía dice: ´Yo le doy un tiro y le doy el fierro al otro´. Como si mi hermano me matara a mí, así querían hacer”, relata Nahuel.
Un rato antes, cerca de las 19, la policía había comenzado un operativo en la esquina de Coronel Murguiondo y José León Suárez, en Villa Caraza, partido de Lanús. Sin previo aviso ni orden judicial, irrumpieron en el comedor Sueños Bajitos, ubicado a media cuadra, un espacio que nació hace seis meses.

“Los chicos quedaron traumados”.
Entraron a la fuerza por la puerta principal y por la ventana donde las familias hacen fila para servirse su vianda. De casualidad, dicen los testigos, los policías no se cayeron dentro de las ollas con comida. A Gabriela Salazar, ayudante de cocina, le dieron un culatazo atrás de la cabeza porque intentó cerrar la puerta para proteger a los chicos -de entre 3 y 12 años- que estaban por cenar.
A Maximiliano Maydana lo detuvieron por tratar de resguardar a su hijo, de dos años, que dormía en el comedor. “Cuando se llevaron a Maxi sentí mucha tristeza, él es un hermano para mí, es quien me cuida”, cuenta su cuñada Juliana, de 12 años. En la vorágine, los agentes atropellaron a niños, embarazadas y ancianos, hirieron con un balazo de goma a un chico de 12 años y tiraron a una nena de su silla de ruedas.
“Los chicos quedaron traumados”, afirma Aurora Zaracho, que trabaja hace seis años como cocinera de los cartoneros en el centro de reciclado que tiene el MTE en Barracas, y desde hace seis meses en el comedor de Lanús.

«Nosotros no teníamos a ningún pibe escondido, eran todas criaturas», cuenta María Gilda Aurora Zaracho.
“Esa noche se quedaron sin cenar”, cuenta Zaracho y se indigna: “Lo que hicieron no tiene nombre. Nosotros no teníamos a ningún pibe escondido, eran todas criaturas. El jefe de calle sabe quién roba, saben todo, pero perjudica a la gente más humilde, a los cartoneros. Por eso, llevé las ollas enfrente de la comisaría para que vean que no eran delincuentes a los que estábamos resguardando sino a los chicos que estaban por comer. Me duele la comida que tiramos”.
Una mujer llegó a filmar toda la secuencia con su celular pero la policía se lo sacó. Rápidamente, la fuerza dio su versión: que el patrullero venía persiguiendo a una travesti, sospechosa de homicidio, que se metió en el comedor.
El secretario de Seguridad de Lanús, Diego Kravetz, estuvo presente en el operativo. “No es la primera vez que (Kravetz) encabeza un hecho como este, es la segunda vez que pasa, porque busca política y agarra a los que no tiene que agarrar. Molesta a las personas que están trabajando”, sostiene Salazar.
Los peritos aparecieron en escena a poco del operativo y limpiaron todo. Más tarde se acercó gente del Municipio y les ofreció comida. “No me interesa que la Municipalidad me traiga mercadería –dice Zaracho–. Vinieron a pedirme si yo aceptaba las disculpas y ayuda del Municipio. ¿Qué arreglan con un fideo o arroz?”.
Según Diego Marqués, referente del MTE, las prácticas intimidatorias siempre existieron en la zona. Sin embargo, desde la asunción de Néstor Grindetti como intendente de Lanús, se volvieron más frecuentes. “El MTE siempre tiene presión porque es un movimiento que nació ahí, en los barrios, es algo histórico. Pero últimamente, con Kravetz, hay mayor tensión”.

Sin previo aviso ni orden judicial, la policía irrumpió en el comedor Sueños Bajitos, ubicado a media cuadra, un espacio que nació hace seis meses.
En el barrio padecen el hostigamiento constante de la Policía, los mismos adolescentes que trabajan recolectando cartón y reciben una mano en merenderos como el del MTE, son acosados. Hasta ahora no había “ninguna denuncia de un hecho preciso porque es algo que se vive en el barrio y no se puede visibilizar, pero esta vez sobrepasaron un límite”, subraya Marqués.
El intendente Grindetti negó que los pibes hayan estado secuestrados y desaparecidos la noche del jueves al viernes. Sin embargo, Nahuel y Maxi estuvieron dentro de un móvil policial durante cuatro horas. “Los estaban llevando a la Comisaría 5ta pero suponen que, porque estaba llena, los llevan a la 9na”, explica Marqués. Sin embargo, este cambio no fue informado al abogado del movimiento, Juan Grabois.
“¿Y dónde están los derechos del niño?”, se pregunta Gabriela Salazar y agrega: “Todo lo que se hace acá es hecho con amor y para los chicos, para las personas que en verdad tienen ganas de trabajar y ayudar. De eso se trata”. A su lado, Aurora Zaracho añade: “No fue justo lo que sufrimos. No vale un perdón, los chicos necesitan una explicación, y nosotros vamos a reclamar nuestros derechos”. En busca de respuestas y de respeto, hoy marchan a la Municipalidad de Lanús.
Actualizado 4/04/2017
Abr 4, 2017 | Trabajo
«Esto es como una cárcel, los venimos a ver acá», dijo Vanesa, la esposa del trabajador de AGR-Clarin Gustavo Mendoza, cuando su marido se acercó a la reja para saludarla y la besó entre los barrotes verdes.
Los trabajadores de AGR-Clarín continúan dentro de la planta situada en Corrales 1393, Nueva Pompeya, desde el 16 de enero. Piden por su reincorporación. Son 380 los gráficos despedidos y exigen que la planta siga funcionando. No quieren dejar su lugar de trabajo, por eso realizan vigilias durante la noche, frente a las amenazas de desalojo que la patronal hace circular. Sus parejas y sus hijos los acompañan durante el correr de los días, siempre del otro lado de la reja, en la vereda. Las amenazas de desalojo comenzaron el jueves último con barras bravas y policía y continuaron durante el fin de semana. El lunes a las 5 de la mañana hubo una gran concentración frente a la planta apoyando a los trabajadores debido a una nueva intimidación. Los trabajadores se mantienen en alerta porque temen que se trate de una táctica de desgaste para, finalmente, desalojarlos cuando estén desprevenidos.
Organizarse y visibilizar la lucha
Los trabajadores de AGR-Clarín no descansan. El viernes último realizaron un plenario obrero donde analizaron exigir la estatización de la gráfica. Además, informaron el procedimiento judicial llevado adelante por la Sala C de la Cámara Civil: le otorgó la instrucción de la causa al juez Alejandro Verdaguer, a pesar de que se había excusado por ser hermano de un importante gerente de Clarín.
En el medio de las amenazas y el conflicto judicial, los trabajadores sintieron un aire fresco cuando editaron una revista para contar el conflicto y cómo organizan su resistencia. La experiencia de realizar la revista VIVA las luchas obreras los llenó de alegría al ver, otra vez, las máquinas andar. Además, sintieron tanto la posibilidad de retomar sus puestos de trabajo como de sentir el apoyo de quienes la compraban como una forma de aportar fondos para los despedidos. «Desmoraliza no poder tener plata para pagar las necesidades de una familia, o no poder pagar los impuestos. Es emocionante cómo la gente nos está apoyando a través de la revista», dijo a ANCCOM Javier Rivero, trabajador de AGR-Clarín desde hace 20 años.
La recepción de la publicación fue muy buena, hasta enviaron 7.000 ejemplares al interior del país. Rivero contó con voz pausada cómo fue la experiencia de la realización: «Nos turnamos toda la noche. Tuvimos algunas dificultades en el camino porque había máquinas saboteadas. Cuando nos habían despedido, tocaron varias partes electrónicas para que no se pudieran usar más. Pero entre todos lo fuimos resolviendo, y fue muy lindo volver a verlas funcionando». Karina, su esposa, lo miraba con ojos alegres mientras hablaba, y agregó al relato: «A mí se puso la piel de gallina cuando vi cómo la gente buscaba la revista. Mi marido ese día no pudo evitar las lágrimas». El tono de voz de Javier cambió cuando habló de la camioneta de inteligencia que está estacionada en diagonal a la fábrica. La emoción se convirtió en angustia. «Nos hacen escuchas. No somos narcotraficantes, somos trabajadores de una planta gráfica». La camioneta fue denunciada por varios senadores, entre los que se encontraba Néstor Pitrola, del Partido Obrero. Javier agregó: «Ahí se nota la magnitud de poder (del Clarín), sino esa camioneta ya se tendría que haber ido».
Para Diego Uribe, maquinista de encuadernación desde hace 23 años, la revista fue una forma de mostrar a la patronal que tienen operarios capaces y de dar cuenta que la planta gráfica está totalmente operativa. «Lo que quieren es sacarnos del medio y tercerizar los trabajos. La revista VIVA ahora se está imprimiendo en Chile. Ya hace un año y medio que mandan a imprimir a otros talleres y lo pasaban como si fuera de AGR. Ya lo habíamos denunciado». Más alejados del portón principal, Viviana le pasaba un mate a su marido rejas mediante. Hace más de veinte años que Gustavo Castillo trabaja en la planta. Se acuerda con exactitud la cantidad de días que ahora lleva adentro. Con voz triste, dijo: «Buscan sacarnos del medio y tener gente cobrando la mitad que cobramos nosotros. Quieren hacer precario el trabajo».
En la tapa de VIVA las luchas obreras aparece un trabajador en primer plano. Es Daniel Iglesias, el más antiguo de la planta, con 33 años de trabajo: «Ellos se deben haber asombrado de verme en la tapa de la revista. Me consideraban un trabajador ejemplar. Les estoy demostrando que además de buen trabajador soy buena persona».
Actualizado 03/04/2017
Mar 31, 2017 | Trabajo
Las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA), a las que se les sumó el nuevo Movimiento de Trabajadores Saúl Ubaldini (con referentes de la CGT que se distanciaron de la cúpula), convocaron a más de 150 mil trabajadores en Plaza de Mayo bajo la consigna “trabajo, educación y paritarias libres”, en una nueva movilización contra el modelo económico impulsado por el Gobierno nacional. Pablo Micheli, titular de la CTA Autónoma remarcó durante el acto: “No alcanza con una movilización, ojalá todos los días haya una, hasta que caiga este modelo neoliberal”. Pidió, además, unir fuerzas para sumarse al paro del 6 de abril.
Una vez más en este marzo, sobre Avenida de Mayo y 9 de Julio, a partir de las 15.00, se congregaron las organizaciones nucleadas en las dos centrales obreras de trabajadores del Estado. En Plaza de Mayo ya algunos ansiosos habían empezado a tomar posición en las vallas de cara al escenario, donde luego hablarían los oradores. Pero este 30 de marzo -fecha que homenajear la marcha encabezada por Saúl Ubaldini en 1982 para desafiar a la dictadura militar- cayó jueves y, como siempre, un grupo de Madres de Plaza de Mayo comenzaban su habitual ronda de lucha eterna.
Aproximadamente media hora después, la columna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) ingresó en la Plaza para ser la primera agrupación en empezar a colorearla. Este gremio, además de sumarse a la convocatoria de la marcha, adhirió con un paro en los diferentes lugares de trabajo. “El paro fue muy importante. En todos los ministerios y hospitales hubo un cese de actividades, se discutió con los trabajadores de qué manera participar y ahora están abandonando los edificios para venir a la marcha”, comentó a ANCCOM el secretario general de los estatales, Daniel Catalano.
En cualquier calle del Centro porteño se podían ver pecheras, guardapolvos y banderas identificatorias. “Para que ganen los docentes paro general ya”, decía un cartel del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), que copó Avenida de Mayo. María Echegaray docente de la Escuela Provincial 31, de la localidad bonaerense de González Catán, asistió a la movilización con la delegación de La Matanza. “Hoy fue contundente, en mi escuela todos pararon”, destacó María, que también indicó: “Todos los trabajadores tenemos que estar acá, estamos viviendo una situación insostenible, venimos de marcha en marcha. Los docentes estamos acá no solamente por nuestro reclamo de la reapertura de la paritaria nacional, para que se fije un salario digno para el docente, sino para todos los trabajadores.” También otros gremios de educadores como el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y Conadu –Federación Nacional de Docentes Universitarios- se hicieron presentes.R
“Macri en las privadas también sos gato” mostraba el cartel que Perla Sanisp (16) y Zahira Balbi (17), dos amigas y alumnas de colegios privados de Avellaneda, hicieron especialmente para la movilización. “Defendemos la educación pública, venimos acá para que no nos quiten lo que tenemos, es una lucha constante y no podemos permitir que venga cualquier gobierno, haga tarifazos y baje la educación”, sostuvo Zahira.
También se movilizaron organizaciones sociales como Barrios de Pie, el Frente Darío Santillán y la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Jaqueline Flores, referente del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE) de Capital, expuso los motivos que la llevaron a marchar: “A nosotros lo que nos está pasando es que estamos volviendo al 2001, hoy tenemos que estar haciendo ollas, no hay poder adquisitivo, hay hambre en esta patria. Además, nosotros entendemos que la educación pública educa a nuestros hijos, queremos un pueblo levantado”.
Por su parte, los sindicatos pertenecientes a la CGT que esta semana conformaron el Movimiento por los Trabajadores Saúl Ubaldini, sumaron su presencia en la protesta, diferenciándose del triunvirato que dirige a la CGT. Estos gremios se agruparon en Avenida Belgrano y 9 de Julio para luego avanzar a Plaza de Mayo por Diagonal Sur. Entre los principales sindicatos que se unieron a la convocatoria se destacaron la Unión Obreros Metalúrgicos (UOM), con fuerte presencia de la Delegación de Quilmes, encabezada por Francisco “Barba” Gutiérrez que además fue uno de los oradores del acto. Otro sindicato que movilizó fue el de Curtidores, presidido por Walter Correa, miembro de la Corriente Federal de Trabajadores.
Poco antes de las 17, al iniciar el acto, desde el escenario comenzaron recordando que también estaban de paro los trabajadores migrantes, como muestra de protesta frente a las declaraciones y medidas xenófobas que recibieron de parte del Gobierno. Después se leyó una carta enviada por Milagro Sala desde la cárcel donde la dirigente hacía hincapié en la necesidad de resistir “las políticas de saqueo y de hambre” impartidas desde Cambiemos.
Luego fue el turno de Pablo Micheli, secretario general de la Central de los Trabajadores Autónomos, que ni bien tomó la palabra hizo agitar entre el público: “Unidad de los trabajadores y al que no le guste se jode, se jode”. Enseguida enfatizó: “Pueblo que no está en la calle, no tiene destino”. Además se defendió de las críticas que señalan como objetivo de la lucha popular la desestabilización del gobierno y recordó también la muerte de Jonathan Gardini, manifestante que perdió la vida por la mañana en Rosario tras ser atropellado por un camión: “Con su discurso, el gobierno incita a la violencia, violencia es matar y los muertos siempre los ponemos los trabajadores”.
Después dio su discurso el “Barba” Gutiérrez que, aludiendo a la frase del titular del Banco Nación Javier González Fraga sobre una supuesta “fiesta” vivida por la población durante el kirchnerismo, señaló: “¿Cuántos de nosotros queremos seguir estando de fiesta, seguir teniendo trabajo, paritarias justa y educación’”. También le remarcó a Mauricio Macri: “No queremos planes, queremos trabajo y sabemos cómo defender la Industria Nacional”.
En sintonía con los otros dos interlocutores, Hugo Yasky, secretario general de la Central de los Trabajadores Argentinos, recalcó: “Nosotros vamos a hacer la unidad con lo que se comprometan con la clase”. Y también, en agradecimiento a la presencia de Taty Almeida y de Nora Cortiñas, afirmó: “El ejemplo de ellas es lo que nos mantiene en pie en los peores momentos. En este país nunca un empresario perdió la vida cuando la Constitución dejó de ser respetada, siempre fue la sangre de los nuestros.”
Actualizado 30/06/2017