Szpolski y Garfunkel en la mira

Szpolski y Garfunkel en la mira

En mayo de 2016 los trabajadores del diario Tiempo Argentino presentaron el pedido de quiebra de la empresa BalkBrug S.A -cuyos propietarios eran Sergio Szpolski y Matías Garfunkel-, encargada de editar el matutino, ante la falta de pago de haberes, aguinaldo y aportes previsionales. El Juzgado en lo Comercial N° 23 rechazó el pedido, con el argumento de que el estado de cesación de la firma no estaba probado. La Cámara de Apelaciones en lo Comercial resolvió recientemente, en cambio, que se avance en el pago de la deuda a tres delegados del diario. ANCCOM, al cumplirse un año de la reaparición de Tiempo Argentino, esta vez autogestionado por sus trabajadores organizados en forma cooperativa, cuenta el origen y desarrollo de la causa contra los empresarios.

 “Había deudas por todos lados, los trabajadores no cobraban y, lo que era de público conocimiento: en la empresa nadie se hacía cargo. Así y todo, la jueza Vivian Fernández Garello de Dieuzeide había determinado que no existían elementos suficientes” para avanzar con el pedido de quiebra,  explica Pablo Godoy, representante legal de los demandantes y abogado de Trabajadores por la Economía Social.

 Alfonso de Villalobos, Claudio Mardones y Alejandro Wall, en calidad de trabajadores y delegados de la empresa, fueron quienes habían  realizado la presentación ante la Justicia para reclamar salarios, aguinaldo y aportes adeudados desde diciembre de 2015 a marzo de 2016. Así se inició una conciliación ante el Ministerio de Trabajo, donde la empresa ofreció un plan de pagos y el mantenimiento de la cobertura médica a los trabajadores del medio. Sin embargo, el acuerdo resultó incumplido.

 La resolución de la jueza fue apelada por los trabajadores. En  marzo pasado, la Cámara de Apelaciones en lo Comercial resolvió que se avance en el pago de la deuda a los tres delegados de Tiempo Argentino. “El fallo de la Cámara nos da lugar a nuestro pedido, ordena que se ejecuten las deudas que tienen con nosotros y en caso de que no se paguen, se lleva a la quiebra a BalkBrug”, resume Alejandro Wall, periodista del ahora semanario editado por la cooperativa Por Más Tiempo. Según decretó la Justicia, en caso de que la empresa se declare en quiebra, deberá hacer frente al reclamo con activos de la firma -publicidad oficial por cobrar-, y mobiliarios.  

Los periodistas de Tiempo Argentino, conformaron en abril del año pasao, la cooperativa Por Más Tiempo, que ahora edita el periódico dominical.

 La fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Gabriela Boquín, había dictaminado que la resolución de primera instancia, realizada por el Juzgado Nacional en lo Comercial N°23, debía revocarse y continuar el trámite de la quiebra. “La fiscalía resolvió que sobraban elementos, que el crédito de los trabajadores estaba bien fundado y que se le tenía que dar un trato prioritario al caso”, detalla Godoy y agrega: “Se resolvió no solo que el crédito estaba probado, sino que el estado de vaciamiento y de desaparición de la patronal era evidente y público”.

En ese sentido, los camaristas Alfredo Kölliker Frers, Isabel Míguez y María Elsa Uzal reconocieron el reclamo de los trabajadores del medio ahora autogestionado y resolvieron que la empresa brinde las explicaciones pertinentes. Por eso citaron a declarar a Sergio Szpolski y Matías Garfunkel para que den cuenta de lo adeudado desde diciembre de 2015.

 A su vez, y conforme al artículo 40 de la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales, la Cámara interviniente rechazó que los trabajadores puedan accionar en forma colectiva, es decir, que los tres delegados actúen en nombre de los 205 ex empleados de BalkBrug S.A. “Los únicos créditos que hoy prosperan son los de Claudio (Mardones), Alejandro (Wall) y Alfonso (de Villalobos), que son quienes firmaron el acta. Individualmente se podrán presentar los demás trabajadores, pero hoy por hoy la deuda exigible y reconocida es por ellos”, advierte Godoy.  

 A su vez, la fiscal Boquín, la misma que este año cuestionó el acuerdo entre el Gobierno Nacional y el Correo Argentino, dio intervención a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) al argumentar que la falta de pago a los trabajadores que se había arreglado en primera instancia y los hechos denunciados se trataban de un delito. Por su parte, la PROCELAC presentó a la Justicia una denuncia penal contra Szpolski,  Garfunkel y sus “socios ocultos”, por lavado de dinero, vaciamiento de sus empresas de medios de comunicación, manejos irregulares de cifras millonarias de publicidad oficial y evasión de aportes impositivos y previsionales.

En diciembre de 2015, cuando ambos empresarios dejaron de pagar los sueldos a los empleados de Tiempo Argentino, comenzó el vaciamiento del Grupo 23, que arrastraría en su caída a diferentes medios. Los trabajadores de aquel periódico, luego de dos meses de resistencia, el 19 de abril del año pasado conformaron la cooperativa Por Más Tiempo, la que ahora edita el periódico dominical.

Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, responsables del vaciamiento, fueron escrachados en las oficinas de la empresa por los trabajadores.

A un año de haber cumplido el primer aniversario de la cooperativa, a los trabajadores todavía les adeudan más de 11 meses de sueldo, además de aguinaldos y vacaciones. “El miércoles 19 cumplimos nuestro primer año como medio autogestionado. Un año de trabajo, compromiso y sacrificio. Un año de enormes desafíos, experimentación y errores. Un año de aprendizajes. Un año de construcción de una nueva forma de hacer periodismo”, comunicaron en el sitio Tiempoar.com.ar el pasado sábado 22.

 

Actualizado 25/04/2017

“Es difícil, pero no imposible”

“Es difícil, pero no imposible”

“Vamos a poner el tema en agenda. Sabemos que es difícil, pero no imposible”. Los trabajadores de la cooperativa del hotel Bauen se plantean un desafío con final incierto: a partir de febrero pondrán en marcha una serie de actividades para intentar sumar apoyos en el Congreso que les permitan revertir el decreto presidencial que vetó la expropiación del edificio que, en pleno centro porteño, simboliza la resistencia social a la crisis social de 2001.

En pleno receso legislativo y mediante el decreto 1.302/2016 publicado el martes 27 de diciembre en el Boletín Oficial con la firma del presidente, Mauricio Macri, y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, el gobierno vetó la ley que proponía que el inmueble de Callao y Corrientes pase a manos de los trabajadores. La medida golpeó a una de las cooperativas más emblemáticas de las surgidas al calor de la crisis del 2001, una de las 400 empresas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadores en el país durante los últimos 15 años.

En diálogo con Anccom, el vicepresidente del colectivo, Federico Tomarelli, destacó el respaldo multisectorial a la lucha de los trabajadores del Bauen, y confió en que se convierta en la llave para dar marcha atrás con el veto presidencial. “Hemos recibido muestras de apoyo de distintas agrupaciones políticas y sociales y vamos confiados a conseguir la mayoría. Sabemos que las condiciones son difíciles, hay que conseguir los votos de dos tercios de la Cámara”, reflexionó.

 

¿Por qué creen que el gobierno vetó la ley de expropiación?

El Presidente entiende como algo absolutamente imposible de refrendar lo que nosotros hacemos, que es gestionar empresas. Es una cuestión ideológica, filosófica, política. Lo que sucede es que no puede traducir eso en los fundamentos de un veto, entonces argumenta el costo elevadísimo que le generaría la expropiación al Estado. Es una falacia, una estrategia armada a los fines de generar cierto descontento social. Se excusan en que no pueden gastar ese dinero en la expropiación del hotel. Nosotros suponíamos que podría aparecer el veto ya que el macrismo siempre se opuso a nuestras políticas, siempre estuvo en contra de lo que representamos nosotros. Nos molestó, pero no nos sorprendió.

¿Cómo continúa la lucha por preservar las fuentes de trabajo?

Nosotros buscaremos reconfirmar el proyecto en el Congreso, que se logre votar nuevamente, lo que dejaría sin ninguna posibilidad al veto presidencial. Sabemos que es muy difícil porque son muchos diputados, y, además, estamos en enero, con mucha gente afuera. La actividad más fuerte será a partir de febrero. Intentaremos, con distintas actividades, imponer el tema en agenda para que a partir del 1 de marzo, que es cuando empiezan las sesiones ordinarias, podamos llegar al Congreso.

¿Hay chances de revertir el decreto?

-Tenemos confianza en nuestro trabajo. Hemos recibido muestras de apoyo de distintas agrupaciones políticas y sociales durante todos estos días, así que vamos confiados a conseguir la mayoría. Sabemos que las condiciones son difíciles, hay que conseguir los votos de dos tercios de la Cámara, pero tampoco es imposible

El veto llegó después de mucho tiempo en el que tampoco se había votado la expropiación…

Probablemente con el gobierno anterior no se hubiese vetado el proyecto, pero también pensamos que en los doce años del gobierno anterior se podría haber aprobado la expropiación, y no sucedió. ¿Qué necesidad había de llegar a este punto cuándo se podría haber resuelto mucho antes? La política tiene sus propios tiempos y a veces no van de la mano de las necesidades ajenas.

– ¿Esperaban resistencias en el Parlamento?

– No. La cooperativa va a cumplir catorce años y desde hace diez que presentamos proyectos en el Congreso. Con el transcurso de los años, las iniciativas iban perdiendo estado parlamentario. Lo volvíamos a presentar con otros diputados ya que muchos de ellos dejaban de estar en la Cámara. En el mientras tanto, pulíamos el texto. Nunca dejamos de insistir porque teníamos la confianza de que era la solución política más adecuada.

 

Abierto las 24 horas

La Asociación Espacios Escénicos Autónomos (ESCENA), conformada por veinte salas teatrales autogestivas de la Ciudad de Buenos Aires, realizó el pasado sábado el festival homónimo que desplegó espectáculos de teatro, danza, ópera, clown, poesía e intervenciones artísticas varias durante 24 horas ininterrumpidas. El objetivo común de esta auténtica maratón artística fue demostrar la resistencia de la agrupación ante las dificultades políticas y económicas que deben enfrentar sus espacios. Desde su creación, en 2006, el colectivo defiende a sus salas de las constantes amenazas de clausura y este año, además,   afronta los tarifazos de los servicios de luz y agua que ponen en serio riesgo la continuidad de sus actividades.

El Festival constó de tres momentos: “Dar sala”, “Trasnochada” y “Calle”. En el primero, las funciones se desarrollaron en un circuito formado por cinco sedes: Machado, Habitar Gómez, Silencio de Negras, Casa Temenos y Oeste Usina Cultural. Cada una de estas salas exhibió obras propias y de los demás espacios que integran el colectivo ESCENA. De esta forma, se sucedieron sin parar hasta la medianoche, con precios accesibles y a sala llena, piezas de teatro, performance, danza y ópera. Luego, el festival continuó en la “Trasnochada”, que tuvo lugar en El Piso Teatro, donde hasta el amanecer un “escenario caliente” de varieté fue protagonizado por espectáculos de clown, poesía, improvisación, danza, performances e intervenciones. Finalmente, el domingo hubo murga, música en vivo y otras actividades artísticas diversas en el corte de las calles Hidalgo y Díaz Vélez, en el barrio de Caballito.

dos músicos tocando en la calle

El momento «Calle», con la banda Vértigo López.

 

Los espacios que sostienen el Festival Escena ofrecen la oportunidad de inmiscuirse en un mundo artístico no convencional: el del arte independiente. Ante todo, aquí se desarrolla una lógica autogestiva, horizontal y sin fines de lucro, que favorece la emergencia de obras distintas a las que responden a intereses comerciales e institucionales. “Es un honor para nosotros trabajar acá porque se ponen en juego valores compartidos desde el punto de vista poético e ideológico”, señala Sandy Gutkowski, representante del espacio Ventanas y directora de la obra Cupido.net, una de las que se presentó en el Festival.

Los escenarios del colectivo pueden encontrarse en casonas antiguas, terrazas o galpones adaptados a tal fin. Se trata de espacios pequeños -con capacidades que varían entre 30 y 60 localidades- que permiten generar un clima íntimo entre la obra y el público. Eduardo Pérez Winter, director del espacio Silencio de Negras, afirma: “Lo que hacemos está cerca: se puede ver, tocar y transitar”. En tanto Lailén Álvarez, que participó del Festival como asistente de dirección y actriz de Cupido.net, sostiene: “En el teatro independiente, a diferencia del comercial, se entabla un espacio de comunicación con el público”. A esta interpelación, se suma la calidez que describe Analía Slonimsky, integrante de la comisión organizativa del Festival: «Las salas son espacios a los que nosotros asistimos diariamente a trabajar. En cualquiera de ellas te vas a sentir como en casa, porque es lo que son: casas teatrales». Allí no sólo se presentan obras, muchos artistas también se forman. “Constituyen espacios de investigación y de lo emergente. Funcionan como la cocina de grandes artistas”, agrega.

Los espacios que sostienen el Festival Escena ofrecen la oportunidad de inmiscuirse en un mundo artístico no convencional: el del arte independiente, donde según sus protagonistas, se trabaja a pulmón».

 Esta posibilidad de la experimentación es valorada también por Germán Ivancic, director escénico de la ópera Cendrillon, otra de las obras que participó en el festival: “En estos espacios se les da lugar a proyectos de distinta índole, que arriesgan en sus búsquedas”. A su vez, Juan Pablo Llobet Vallejos, pianista y coordinador musical de la misma obra, afirma que esto hace que el Festival Escena sea muy distinto a otros en su oferta: “Aquí pueden verse abordajes que en otros lugares no encontrarías, maneras de hacer que toman una postura frente a los textos y la música, y que consideran lo que siente el espectador”.

Los responsables de estos espacios intentan dar a conocer su trabajo y mostrar que lo que ofrecen es un bien cultural; un servicio a la comunidad que no puede ser abandonado a las leyes del mercado. No obstante, frente a los problemas que los aquejan, no suelen recibir apoyos estatales. Diego Rodríguez, Director Artístico de Machado Teatro, expresa su preocupación: “Tuvimos un incremento de 300% en la tarifa de luz y la cifra superó un 500% en el caso del agua, cuyo consumo en una sala teatral es mínimo: se emplea sólo para la limpieza y el uso de los baños. No podemos pagar según el tamaño de la superficie. Necesitamos una tarifa diferenciada para la cultura”.

“En el teatro independiente, a diferencia del comercial, se entabla un espacio de comunicación con el público”.

Las subas excesivas de los servicios no son el único problema que afronta ESCENA: “Todos nuestros espacios -subraya Pérez Winter- están en regla y son seguros. Aun habiendo legislaciones específicas que nos protegen, recibimos inspecciones que desconocen la ley o la interpretan de forma arbitraria y nos clausuran injustamente”. Antes de empezar cada función del Festival, Rodríguez le cuenta al público la situación de Machado Teatro: “Hace años inicié el trámite de habilitación y al día de hoy sigo sin obtenerla de manera definitiva”. Slonimsky sintetiza el reclamo: “Nosotros no somos improvisados, tenemos mucha trayectoria y responsabilidad. Queremos trabajar tranquilos. Necesitamos que nos den la habilitación definitiva de nuestros espacios y que el Estado entienda que nuestro trabajo es genuino y que es parte del quehacer cultural de la Ciudad de Buenos Aires”.

  Una nueva edición del Festival se ha ido, pero el colectivo artístico que lo organizó continúa en plena resistencia de la estrangulación de sus salas, llevando a cabo lo más vital que tienen: su arte. “El Festival es una invitación a contactarse con lo que sucede todo el año en los veinte espacios que lo integran: nuestras obras, nuestros cursos y muchas otras actividades que siguen esta forma autogestiva de producción”, invita Pérez Winter. Respecto a los peligros que acechan su supervivencia, Gutkowski afirma: “Aquí estaremos presentes de pie y con la luz encendida en todas las salas. Ninguna amenaza nos va a apagar”.

 

Actualizado 28/09/2016