Políticas públicas contra la pobreza

Políticas públicas contra la pobreza

Acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social por la Emergencia Alimentaria.

“En materia de ingresos, la pobreza habría subido un 35 por ciento en el primer semestre antes de las PASO. La movida financiera, la devaluación y el efecto inflacionario incrementaron el desempleo y el subempleo, reduciendo la capacidad de consumo en los sectores populares”, explica Agustín Salvia, director del ODSA e investigador CONICET. Para Salvia, la situación de emergencia económica, social y financiera durará hasta mediados del año que viene y se deberá aplicar un plan de estabilización. La pobreza se acrecentó en los últimos cuatro años y está entre las principales preocupaciones de la opinión pública. En tanto, el Congreso se apresta a aprobar la Emergencia Alimentaria.

En este contexto, Salvia propone dar refuerzos en materia de ingresos a los sectores más pobres mediante planes sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y agrega: “También deberíamos ampliar la capacidad de abastecer de alimentación a las escuelas, comedores y merenderos comunitarios y extender esos almuerzos a los fines de semana”. Y sostiene: “Hay que recuperar el fomento al empleo social que se perdió en estos dos últimos años a través de cooperativas, apuntando a la prestación de servicios a la propia comunidad”. Como objetivos a largo plazo, el director del ODSA sugiere hacer un plan de investigación y desarrollo y articular al sector formal con el informal: “Habrá que garantizar que, en un contexto de inversiones relativamente estable, los sectores más dinámicos como el agropecuario o el minero generen excedentes que se vuelquen subsidiariamente a la inversión en la pequeña y mediana empresa”.

Desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), sus miembros consideran a los sectores populares como un área esencial que ayudaría a una rápida reactivación de la economía. La investigadora Lorena Putero, integrante del CESO y especialista en Economía Social y Solidaria propone tres formas en las que esta perspectiva económica puede aportar a la causa: la producción de alimentos, la construcción de viviendas y el trabajo educativo. “La agricultura familiar es periurbana, por lo tanto, se necesitan políticas activas de asistencia en la logística, desde poner en funcionamiento y ayudar a organizar el sistema de transporte hasta subsidiar y acompañar por un tiempo la distribución de alimentos en las zonas urbanas”, afirma Putero. A su vez, ella esclarece que dicha producción de alimentos está en transición agroecológica, lo que quiere decir que tiene pocos productos químicos y usa menos insumos importados, favoreciendo a la salud de los argentinos.

La vivienda es una necesidad que el CESO detectó desde el censo 2010 al recoger datos de hacinamiento y falta de hogar. “Es un sector que rápidamente genera puestos de trabajo en una relación alta entre inversión de dinero y cantidad de puestos creados y satisface velozmente una carencia fundamental del pueblo”, argumenta Putero.

Imagen de la Villa 31 en la Ciudad de Buenos Aires.

Una tercera medida para recuperar puestos de trabajo está ligada al sector educativo: “Se puede generar empleo de acompañamiento, de asistencia técnica desde el fortalecimiento de la cultura pero que sea territorial, que se haga en los barrios con gente de ahí y eso va a suscitar la distribución del ingreso”, plantea la especialista Putero. Las disposiciones sugeridas crearían más de 500 mil puestos de trabajo usando menos del 30 por ciento de las reservas del encaje bancario. “Con un uno por ciento del gasto público se podría solucionar el problema alimentario y además se originaría trabajo”, finaliza.

Para el diputado nacional, Daniel Arroyo, hoy existe un grave problema de hambre y malnutrición: “Hay cada vez más gente en los comedores comunitarios, más chicos que comen en las escuelas y menos raciones de comida, por eso lo principal es declarar la emergencia alimentaria”. Luego, en el mediano plazo, Arroyo alista algunas medidas para frenar la caída como la regulación de los productos de la canasta básica de alimentos, el armado de un esquema crediticio que apoye a los pequeños productores y el establecimiento de una ley de góndolas. “Otra forma de ayudar a los sectores populares es desendeudando a las familias, armar un sistema de crédito no bancario a tasa muy baja, del 2 o 3 por ciento anual, para máquinas y herramientas y que, por ejemplo, el carpintero pueda comprarse su sierra circular”, describe Arroyo. Y agrega: “Hay que cuidar a los sectores productivos donde trabajan mujeres y jóvenes. Tenemos casi un 30 por ciento de desocupación en los jóvenes. Por último, hacer obra pública con mano de obra intensiva, esto es mucha vereda, cordón, cuneta y vivienda social”. Arroyo considera que la reconstrucción de la Argentina va a llevar dos años aproximadamente: “El objetivo es mover el mercado interno, encender la economía, fortalecer el consumo y poner en marcha el mercado, de abajo hacia arriba, en el desarrollo local”, define.

“Acá no hay medidas transitorias para combatir la pobreza porque es pan para hoy y hambre para mañana, no alcanza con una ley de emergencia alimentaria”, dictamina Sergio Val, miembro fundador de la Fundación Che Pibe e integrante de la Mesa Nacional de la CTA. La organización social, ubicada en Villa Fiorito, se encarga de proteger los derechos de los niños, les da de comer y les brinda herramientas de higiene además de actividades de recreación. “Yo no le encuentro salida con estos gobernantes, hablo de los que están y los que van a venir. No hay grieta, ambos son distintas caras de una misma moneda. Los dos apuestan al saqueo y nos destruyen las economías regionales”, reflexiona Val, y añade: “Este pueblo no sabe dónde está parado, vota a su verdugo desde hace décadas. Necesitamos un gobierno de verdad, no un gerente de los intereses de otras latitudes”.

Che Pibe alberga a 600 niños, niñas y adolescentes por día. Si bien la alimentación es primordial, su proyecto es esencialmente educativo. “El Gobierno de la Ciudad hace dos años que no nos renueva el convenio para la atención de niños, que si no estuvieran acá estarían cartoneando con sus familias”, comenta Sergio Val.

Como solución ante la pobreza en constante ascenso, el referente social considera un cambio radical: “No veo salida sin una reforma agraria. Hace tiempo venimos trabajando en un proyecto llamado ‘La vuelta al campo’. No podemos tener como utopía urbanizar villas, tenemos un país y tenemos derecho a ese país, no al agujero podrido, inundable y contaminado del conurbano donde terminó nuestra gente por culpa de políticos inescrupulosos”.

En Villa Fiorito, 1 de cada 4 chicos tiene presencia de plomo en sangre. Su capacidad cognitiva se ve disminuida por la combinación de desnutrición y plondemia, que termina generando un retraso madurativo y dificultades en el desarrollo celular. “Somos el octavo país más grande del planeta y tenemos la quinta geografía con mejores condiciones para la agricultura del mundo. Un niño que muere de hambre en la Argentina es un niño asesinado”, ratifica Val.

“La pobreza nunca viene sola, viene con violencia, con jóvenes en conflicto con la ley, con problemas de vivienda. Para dar respuesta a problemáticas sociales complejas, con factores que interactúan y se potencian negativamente, la mirada y la intervención deben tener un carácter integral”, describe, por su parte,  Bibiana Travi, magíster en Trabajo Social, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Moreno. Según Travi, un diseño interesante de política social desde lo teórico, metodológico e ideológico se diluye cuando llega a los barrios. Para evitar esta pérdida de consistencia, la investigadora propone emprender políticas globales. “Tienen que combinar territorialidad, construir con los actores sociales, interdisciplina, intersectorialidad entre distintos niveles del Estado, de las organizaciones de la sociedad civil y simultaneidad en la ejecución de las acciones. Las estrategias tienen que estar sincronizadas para que den resultados”, anuncia. La meta es combinar políticas universales con políticas de focalización que lleguen de forma particular a los sectores vulnerables. “Que los diagnósticos y las intervenciones sociales no sólo atiendan lo económico, que es fundamental, sino también los aspectos que tienen que ver con lo cultural”, concluye la especialista.

La ESI y las juventudes trans: un territorio necesario

La ESI y las juventudes trans: un territorio necesario

¿Qué pasa con la diversidad de identidades en las escuelas? Ese es uno de los interrogantes que abre el debate respecto de cómo y cuán implementada está la Educación Sexual Integral (ESI) en el ámbito educativo. En nuestro país, varias son las luchas ganadas en materia de derechos humanos. Con la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género y la Ley de Educación Sexual Integral se logró reivindicar años de lucha por parte de un sector de la sociedad que se encontraba marginada. Actualmente, a pesar de haberse conquistado estos derechos, muchas escuelas y colegios aún siguen siendo un lugar en el cual pibes y pibas trans sufren constantes situaciones de discriminación y exclusión.

Feliciano es un adolescente trans de 17 años de zona norte, forma parte del Movimiento de Juventudes Trans, un grupo de adolescentes que se dedica a militar la diversidad de géneros desde hace aproximadamente un año, a través de la divulgación de información. Si bien Feliciano todavía sigue transitando la educación secundaria, recuerda su experiencia en instituciones anteriores: “Se hizo un poco complicado, me trataban mal los docentes, los directivos en general, había un par que se ponían la 10, me trataban bien y me decían ‘cualquier cosa estoy acá’, pero tengo recuerdos de algunos docentes maltratándome y humillándome y eso no está bueno Yo nunca tuve educación sexual en el colegio, solo tuvimos una clase, que era como un taller, que eran personas de la Campaña del Aborto Legal, y una docente que dio un taller sobre identidades, básicamente eso fue todo”.

La capacitación docente en materia de educación sexual sigue siendo desigual, el sistema educativo aún se encuentra con dificultades y carencias en sus currículas respecto al abordaje de temáticas en torno a la diversidad de identidades y género. Es por eso que este grupo de aproximadamente diez adolescentes, tomó la decisión de formar su propio espacio de militancia donde jóvenes encuentran un lugar para acompañarse en sus procesos identitarios y en el cual los docentes pueden recurrir para aprender cómo abordar las temáticas desde las propias perspectivas y realidades trans, teniendo en cuenta el respeto y el acompañamiento.

“Queríamos organizar algo que abarque la identidad de géneros pero desde una perspectiva joven, algo referida a juventudes o adolescencias, porque hay muchas juventudes trans y no tienen cierta ayuda. Militamos difundiendo mucha información útil, dando capacitaciones. Tenemos diferentes talleres, dependiendo de la necesidad, algunos son solo para adolescentes, y otros, por ejemplo con los docentes, los capacitamos en algunas cuestiones de cómo deberían actuar”, relata Feliciano.

Lourdes Arias en el Bachillerato Mocha Celis.

Lourdes Arias es una mujer trans, pedagoga, enfermera universitaria y docente en el Bachillerato Mocha Celis, un espacio educativo creado en el año 2012, que tiene como característica ser disidente e inclusivo, además de estar pensado para acompañar a las personas que atraviesan situaciones de vulnerabilidad social en general. Es el primer bachillerato trans del país y del mundo. Lourdes cuenta cómo es formar parte de un lugar como éste: “Hace 7 años que estamos trabajando para las compañeras tratando, no solo de educarlas sino, también, de contenerlas en todos los aspectos. Tenemos un equipo de Bienestar Estudiantil en donde hay un gabinete psicopedagógico, donde tratamos de darles respuestas a las chicas en cuanto a la salud, lo psicológico, a subsidios, a la vivienda, articulamos con SEDRONAR -la secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina- y Fundación Huésped.” Además de brindar apoyo y trabajar a diario en el bachillerato, generan contenido con una perspectiva contrahegemonica y antibiologicista.

“Somos varias las personas trans que estamos trabajando en el bachi y que genera como un efecto espejo, donde las alumnas se ven reflejadas en nosotras y se les abre un abanico de posibilidades porque ellas sienten que ellas también pueden. Muchas me conocen de la prostitución, de la calle y eso para ellas es súper importante, decir –‘Bueno, si te veía parada en la calle al lado mío y hoy estás dando clases’-, es como un ejemplo para ellas y se ponen la meta de terminar el secundario y tener la posibilidad de empezar la universidad”, detalla Lourdes.

Mientras que en algunas instituciones, tanto públicas como privadas, se sigue negando la ESI, la comunidad trans logra ocupar otros espacios, tratando de visibilizar sus problemáticas desde una mirada no violenta para con sus identidades. No solo para brindar el espacio de manera inclusiva, sino también para quien se interese y quiera informarse lejos de las modalidades hegemónicas, pueda contar con sus voces al hacerlo.

Bajo esta línea y desde la perspectiva comunicacional, Helena Klachko, una joven trans de 20 años, activista y militante por los derechos de las personas trans en Mujeres Trans Argentina (conformado por más de dos mil compañeras trans en todo el país), encargada del área de Niñez y Adolescencia en esa organización, e integrante y comunicadora de NotiTrans, destaca lo importante que fue haber comenzado con el proyecto de generar un medio desde el cual se comunique con una perspectiva íntegramente trans: “Encontramos y nos unimos con distintas compañeras, para filmar, y después nos unimos a la Universidad Nacional de las Artes que nos brindan el espacio. Y ahí filmamos el primer noticiero trans de la argentina y de Latinoamérica, porque no hay otro igual”, explica. Desde la organización, además, se brinda acompañamiento y se generan contenidos de divulgación.

Helena Klachko, activista trans, conductora y productora del NotiTrans.

Jésica Báez, investigadora del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Buenos Aires es especialista en educación, sexualidades y relaciones de género y cuenta cómo es enfrentarse a la compleja trama de la educación, teniendo en cuenta las adolescencias y niñeces trans en nuestro país y el rol que debería cumplir el Estado: Hay que mirar de una manera muy compleja, y hay que pensar la ESI en territorios complejos. Es muy difícil pensar en claves de un manual, que vaya desde La Quiaca a Tierra del Fuego”, afirma. Es esencial y clave pensar la ESI desde la formación docente, ya que es importante que la misma deje de ser pensada como un anexo y sí como un andamiaje, un todo desde las bases. Baez enfatiza en ello: “Si pensamos en la escuela secundaria, la matriz es un conjunto de disciplinas, desde el  marco de la ley todas esas disciplinas deberían transversalizar la educación sexual integral. ¿Qué sería? Que cada una de las materias, pueda hacer una lectura crítica de los contenidos que enseña, imagínense lo potencial que podría ser que cada una de las materias estuviesen presentadas así, que estuvieran atravesadas por la educación sexual integral, si todas fueran incluyendo microrrelatos entorno a la ESI.

Aunque el Estado sigue sin generar las herramientas necesarias para que todo esto se lleve a cabo, muchos docentes desde sus lugares, militan la ESI a diario, promoviendo los derechos de las niñeces vigentes. Guadalupe es docente de Biología e integrante de Comando ESI, una organización  independiente que se encuentra integrada, entre otras personas, por varios docentes especializados en contexto de encierro, y que forma una red que va desde Florencia Varela hasta localidades como Berazategui, Lomas, San Martín y Tortuguitas. “Nos parece que tiene que haber políticas que impulsen, propicien, promuevan la aplicación efectiva de la ESI. Dijimos, ‘está bien, esto lo tiene que hacer el Estado pero, mientras el Estado no lo hace, lo tenemos que hacer nosotras’”, comenta Guadalupe.

Desde Comando ESI enfatizan la importancia de tener una educación sexual integral en el Conurbano, donde las herramientas y recursos no son suficientes y donde, además, se enfrentan constantemente a diferentes problemáticas. “Nosotros llevamos como la bandera del conurbano que es donde no hay organismos ni organizaciones, ni nada. Por ahí, en Capital hay más espacios donde la gente puede ir a recurrir. Desde el conurbano lo que te puedo decir es que la Educación Sexual sigue siendo biomédica, tiene un modelo además moralizante, siempre se lleva a lo físico, a lo biológico y no se tiene en cuenta el resto de todo lo que conforma una persona”, describe Guadalupe.

“Con respecto a identidades trans, se ve este freno en las escuelas, como que salen de la secundaria y recién ahí se animan. Esto tiene que ver porque no se promueve de las escuelas el respeto por las identidades y por las diversidades. Y que no  pasa solamente con las identidades sexuales, pasa con identidades culturales que en el conurbano tenemos muchísimas personas que vienen de afuera, de otros países o que tiene otro tipo de costumbres y son marginades, discriminades”, finaliza Guadalupe.

Bachillerato Mocha Celis.

“El consumo es genocida”

“El consumo es genocida”

«Vivimos en sociedades donde más del 70% del consumo es sofisticado y tiene que ver con lo superfluo», subraya Briski.

Para quienes no lo conocen, Norman Briski vive, respira y piensa teatro, como una herramienta cuya estética transforme la realidad. Su crianza transcurrió en una familia de actores, tuvo que exiliarse durante la última dictadura militar, tiene innumerables trabajos realizados, en las tablas, en la calle, en las villas, en fábricas, en organizaciones sociales, en el cine y en la televisión. Es un hombre prolífico: actor, mimo, escritor, director y maestro de actores. Padre de cinco hijos, formó parte del grupo de Teatro Popular  Octubre, allá por la década de 1970 y hoy, a los 81 años, sigue en Calibán, su centro de operaciones: una ex fábrica de camisas que se transformó en un teatro para jugar, experimentar y resistir los embates de una sociedad cada vez más consumista y mercantilizada.

Entrevistar a Norman Briski, es abrir una especie de caja de Pandora. En ella hay cristales para ver de otras maneras, palabras que toman significantes nuevos, humor, ocurrencias y un mazo de posibles cartas para jugar, sin comodines.

Al seguir tu trayectoria y tu militancia a través del teatro, hay una palabra que te define: despojo. Te despojaste de los prejuicios, de los artificios y te lanzaste a hacer. ¿Qué podrías decir sobre este concepto?

Creo que el despojo es una clave. Si hay una alternativa que signifique el camino hacia la igualdad, sería el despojo. Hoy vivimos en sociedades donde más del 70% del consumo es sofisticado y tiene que ver con la alienación y lo superfluo. Si toda esa producción del hombre estuviese dedicada a toda la sociedad, en términos de pensar en igualdad, no habría pobreza en el mundo. El despojo, entonces, es desprenderse de lo que uno está consumiendo de más.

¿Qué creés que estamos consumiendo de más?

 Los celulares, por ejemplo, son la clave de un nuevo genocidio. Primero, que la construcción de un celular significa la relación con la minería y la relación con la minería significa muerte. Si se fijan en Madagascar, que es un lugar donde se explota este tipo de minerales, se van a dar cuenta que, de un paraíso, pasamos -casi, casi- a una destrucción de lo humano.

¿El consumo es genocidio?

El despojo sería despojarse de esta hipercomunicación, que destruye el afecto y el cuidado. Entonces, el despojo podría ser una gran palabra para entender que las economías se basan en el consumo y que ese consumo es genocidio. Y la única manera de hacerse cargo de eso. Despojar a un burgués de su 4X4 es matarlo. Si siente que no la va a adquirir eso, va a matar al que sienta que no lo deja hacerlo o al que le esté pinchando la goma. Es un problema grave, ya estamos muy sumergidos en el placer improductivo del consumo.

 Desde ese lugar, ¿cómo ves al socialismo hoy y cómo lo pensás con tu parte peronista?

El peronismo, como capitalismo reformista, ha fracasado. Aquel peronismo de Perón y Eva Perón, en comparación con esto, que también se llama peronismo, no tiene nada que ver.

«La urna es para amansados ciudadanos que buscan en el Estado la resolución de la corrupción», dice Briski.

 ¿Por qué creés que fracasó el peronismo?

Fracasa el peronismo en general, porque el reformismo no modifica estructuralmente un país, lo arregla, lo mejora. Aparece una idea de justicia social pero, en definitiva, es el negocio entre patronal y trabajo. Parece que terminó su instancia paternalista y que eso hoy hay que cuestionarlo. Sin embargo, lo único que se ha hecho es marchar hacia el centro de un populismo deportivo. Pasó a ser una socialdemocracia que se junta con la manada de los capitalismos en todas sus formas. Es decir, que lo único que se está racionalizando es qué capitalismo podemos tener, que sea menos salvaje que el de los neoliberales. Es una lucha entre capitalismos. Está afuera de la agenda de los pueblos la alternativa socialista.

¿Qué es socialismo hoy?

 El socialismo en la Argentina, en términos históricos, está instalado, pero la idea asamblearia de constituir un pensamiento socialista moderno, necesitaría –indudablemente- de la asamblea para ir pensando entre todos qué socialismo queremos. La clave sería la herencia, el cuestionamiento de la propiedad y también que el sistema productivo esté en manos de quien la trabaja.

¿Cómo ves la izquierda en nuestro país?

La veo electoralista, cosa que a mí me da un poquito de vergüenza, porque se meten en el sistema de una democracia burguesa, que les gana en términos de estructura y desde allí está claro que no se puede llegar a un cambio. O sea, estoy en desacuerdo con que la izquierda este en las urnas. La urna es para amansados ciudadanos que buscan en el Estado la resolución de la corrupción.

¿Sería posible pensar un sistema sin Estado?

Sería extraordinario que se pensara, porque evidentemente una vez que se establece, el Estado te va a ganar. Es como ir a Mar del Plata a jugar a la ruleta y decir: ‘Saquen el grupier’.  Entonces se acaba el juego. Es un juego perverso y habría que charlar para ver cómo hacemos, porque el neoliberalismo tampoco cuenta con el Estado.

 ¿Será por eso que hay variantes neoliberales que se autodenominan libertarias desde una concepción anarquista filosófica?

 Sí, pero la clave de los anarquistas es ‘No al Estado’ y nadie es propietario de nada.

 Ni Estado, ni mercado sería…

 Sí, sí, una vez que hay Estado, el mercado responde a su estructura de explotación. Parecería que estamos lejísimo de eso. Me da la impresión que para la construcción de esto hay que tener valores y principios, contando mucho con las derrotas. Si vos querés cambiar tanto las cosas, vas a ser varias veces derrotado. Los intereses son muy grandes y lo que existen son las diferencias en el modelo del capital. Habría grieta si se hablara de un cambio estructural de país, es decir, un socialismo nacional.

  ¿Ves al peronismo como una etapa del capitalismo que vaya hacia el socialismo?

No, incluso el peronismo puede retrasar, puede frenar un cambio social profundo. Porque al reformar aparece el ‘gatopardismo’, el cambiemos algo, para que todo siga igual que antes.

 Teniendo las elecciones tan cerca y viendo al peronismo que, como decís, no representaría el cambio y la izquierda estaría aburguesada, ¿qué opciones existen?

Hay opciones. Porque la resistencia que se ha dado en la Argentina, inclusive en el tema electoral, la sorpresa de la mayoría, y la diferencia enorme (del resultado de las PASO) están indicando claramente que hay sectores que han resistido a todo esto que está pasando. No son tomados en cuenta, no creo que los candidatos del Frente para Todos estén pensando en integrar a los que se movieron en la calle, casi todos los días. Ellos quedan como montados sobre lo insurreccional, se adueñan de lo insurreccional y con eso apagan el fuego de un cambio social en serio.

¿Estás hablando de cierta militancia?

No te creas, porque la militancia, en general, no es la que ha conducido esta resistencia frente al atropello. Creo que hay una diversidad que marcha junta. Pero, a la vez, hay una diversidad que se opone, que está en contra y que es mucha gente. Ahora se demostró con las elecciones, para las que les salió la medición como el culo. Se tenía confianza en todas las consultoras y resulta que no era así. Y eso quiere decir que hay una alternativa que está en la latencia y que no tiene identidad.

¿Te referís a ese famoso tercio fluctuante, que va para un lado o para el otro, que es el que termina definiendo elecciones?

No me parece que sea un tercio, me parece que por lo menos es el 50 por ciento, o mucho más. Si no, no hubiera pasado lo de estas elecciones. Y vamos a ver qué pasa, porque de estas elecciones que pasaron se va a contagiar un sector y esa es la rebeldía inesperada.  El periodismo está a 14.000 kilómetros de lo que está pasando. Yo conozco ‘un’ periodista como la gente en todo el país.

¿Quién es?

Carlos Aznares (director de Resumen Latinoamericano, ex militante y colaborador de Rodolfo Walsh). Me parece que es el único que está viendo lo que está pasando, en términos de lo que se puede hacer. No está en relación con el Estado, no está en relación con ningún sueldo. Está relacionado con lo que está pasando con la gente, con los trabajadores y con lo que la Argentina ni siquiera quiere reconocer, que es la fuerza de los piqueteros que desarmaron cualquier posibilidad de que se instalaran los neoliberales para siempre.

¿Cómo ves al feminismo, dentro de estas resistencias?

Es la más legítima, la más potente. Una insurrección que se da con todos esos colores, es indestructible. Si esa insurrección tiene un solo color, no existe más, pero cuando se da de esta manera es indestructible.

 ¿Lo ves como una fuerza capaz de mover un poco la estantería del neoliberalismo?

No se pueden saber los alientos que tienen las llamaradas. Nunca es producto de una misma madera. Es una llamarada linda porque tiene alta inocencia, alta potencia, alta bronca. Y hoy una bronca que aparezca en la calle es lo único que brilla.

Y con respecto a tus piezas teatrales, ¿existe cierta igualdad que atraviesa a los temas que desarrollás? ¿Podés escribir una obra sobre Rosa Luxemburgo, en La conducta de los pájaros y otra sobre un enfermero en La Medicina. Tomo I?

Para mí eso es inesperado, yo no me propongo ‘voy a escribir sobre esto’, me aparecen entusiasmos sobre alguna imagen, inclusive combinando con preocupaciones sociales. Se podría decir, desde afuera, que es un teatro político. Pero yo no lo veo así.

Pero es político…

 No, lo veo como hallazgos: ‘Mirá esto, que atractivo, que es para pensarlo, para jugar’.

Tener que clasificar a tus obras en un género es complicado…

Es que está de moda el tema del ‘género’, entonces se traslada a todos los ‘géneros’. ¿De qué género sos? Y… hay tantos géneros como personas. Cada persona tiene su propia ge-ne-ro-si-dad.

¿Podrías ahondar en la figura de la ge-ne-ro-si-dad?

Claro, porque la ‘generosidad’ es el dar y todo lo que signifique sensualidad y sexualidad, siempre se pensó que está puesto para el otro, para que el otro tenga placer. Cada uno tiene puntos en el cuerpo, en la cabeza y determina la singularidad de su género. De su cómo quiere ser querido.

¿Vas a estrenar otra obra, ahora dentro de poquito?

Está Potestad en el “Caras y Caretas” y acá, en “Caliban” La Medicina. Tomo I y La conducta de los pájaros y una obra mía: No te vayas con amor o sin él que se estrena en septiembre, pero no la estoy dirigiendo. Pero la actriz se las trae, es muy buena. Y el tema de la obra es el amo y el esclavo. Es la lucha del esclavo para ser amo, no es para terminar con lo binario de amo y esclavo. Esa obra tiene esa tesis.

La pantalla grande argentina también se achica

La pantalla grande argentina también se achica

Los directores denuncian la subejecución presupuestaria y la suspensión de créditos.

Al igual que el resto del país, el cine argentino no escapa a la crisis económica. En un contexto en el que la inestabilidad del dólar domina la escena política y en donde la inflación parece no detenerse, el presupuesto destinado a la producción de películas queda cada vez más alejado de la realidad.

Julio Ludeña, encargado de Prensa de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), describe el panorama: “Lo que nosotros hacemos es simplemente reivindicar la Ley de Cine vigente, esto no es una protesta sino una exigencia. Uno de los problemas principales es la mala gestión de las autoridades del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) debido a que no tienen ninguna experiencia en la materia, sino que se formaron en campos como marketing y comercio, lo que termina en una administración desastrosa”. 

En esa línea se manifestó la Mesa de Directorxs de Cine al inicio de esta semana, con un comunicado en donde denuncia la manipulación de datos por parte del INCAA, la subejecución presupuestaria y la suspensión de créditos. “Las asociaciones participantes en la Mesa de Directorxs de Cine informamos con mucha preocupación un gran debilitamiento y estancamiento del fomento a la producción del cine nacional, única función esencial del INCAA”, plantea el comunicado. La Mesa de Directorxs que está integrada por siete asociaciones de realizadores ha convocado a una movilización y conferencia de prensa el próximo miércoles 4 de setiembre a las 19 en la puerta del cine Gaumont.

“El costo medio de una película se estableció con un dólar a 44. Ante eso, todo se hace por la mitad», dice Ludueña.

Otro de los conflictos que Ludeña mencionó es el costo medio establecido para la producción de películas, actualmente fijado en 20 millones de pesos. “Según la última medición que se hizo con un dólar a 44, el costo medio debería ser de 40 millones. A partir de esta situación todo se hace por la mitad. Las películas tardan el doble en filmarse y los directores en la alternativa entre no hacer nada y hacerlo como se puede, eligen filmar con lo que tienen causando así un deterioro en la calidad de las películas”.

No obstante, los datos oficiales del INCAA presentan un presupuesto para la producción de películas que en 2019 es mayor respecto al de 2018. Actualmente, la organización cuenta con aproximadamente un millón de pesos más de ingresos corrientes ($ 2.438.021.038) que el año anterior ($ 2.347.227.752) y ha triplicado la inversión en proyectos en ejecución y proyectos a iniciar de 8 a 25 millones de pesos. Sin embargo, también se aprecia que, a diferencia de 2018 el INCAA pasó de un déficit de 195 millones a 732 en lo que va del año, lo que provocaría una gran deuda para la próxima gestión.

En este sentido, la denuncia de la Mesa de Directorxs enfatiza: “El INCAA ha publicado una serie de cifras donde detalla la cantidad de películas subsidiadas, los films en rodaje y el dinero ahorrado. Sorprendidos ante estos números, solo podemos atribuirlos a que el INCAA tiene una mala información o está manipulando las estadísticas propias”. El comunicado también dencia que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales ha subejecutado sistemáticamente en los ejercicios 2017 y 2018 el presupuesto destinado al fomento y ha suspendido los créditos y ha abierto una sola convocatoria en el año para nuevas producciones. Empero, al interior del INCAA aseguran que en realidad no se suspendieron los créditos, si no que hubo un proceso de redefinición en la forma en que se otorgan. Es decir, que en vez de darles a las productoras un préstamo para luego subsidiar el mismo, lo que se hace es realizar un “anticipo de subsidio” en donde se les asigna un porcentaje del subsidio en la fecha en que se estima el rodaje de la película y luego se descuenta el monto al final del proyecto. Esta nueva implementación, explican desde el INCAA, sería lo que produjo la demora en varios pagos. 

«Se produjeron más de 200 filmes, pero de ellos 50 o 60 solo tuvieron un estreno técnico», denuncia Ludueña.

Por otro lado, según el representante del DAC, el problema no es solo un tema de producción sino también de exhibición. Ludeña reclama la falta de fiscalización de salas y el control de la cuota de pantallas y la media de continuidad. “A esta problemática se le ha agregado la cuestión de la concentración en manos de dos o tres empresas que son dueñas de la distribución y de las salas. Esto produce que los tanques norteamericanos acaparen el 85% de las pantallas relegando a las producciones nacionales a un segundo plano”.

Desde el Instituto, manifiestan que las causas de esta problemática se deben a una cuestión presupuestaria. ya que para fiscalizar todas las salas se requiere un gasto que muchas veces termina siendo mayor al de la recaudación. Lo que se traduce en un problema de incapacidad de pagar a todos los fiscalizadores.

Ludeña agrega: “Lo único que se intenta en el INCAA es la producción total de películas sin tener en cuenta la calidad, ni la exhibición de las mismas. Entonces,a fin de año se dice que se produjeron más de 200 filmes, pero de ellos 50 o 60 tuvieron sólo un estreno técnico un fin de semana en una sala de Rosario o, con un poco más de suerte, estuvieron toda una semana en el Cine Gaumont con solo dos horarios por día, que impide muchas veces a la gente asistir a las funciones”.

Finalmente, Ludeña comenta que estos problemas ya existían con la anterior gestión, pero que esta nueva los magnificó. “Este 2019 ha sido un año de arrastre. Una película lleva casi tres años hacerla y recién se están estrenando proyectos que vienen produciéndose de hace mucho. Sin embargo, también entendemos que estamos en un contexto de crisis económica. La cantidad de espectadores en relación al 2014 disminuyó no podemos pretender que el cine esté mejor que los jubilados”.