“No es Bolsonaro el problema de fondo, es la clase dominante”

“No es Bolsonaro el problema de fondo, es la clase dominante”

Militante de izquierda desde los 12 años, doctor en Historia Económica y profesor
de la Universidad Federal de ABC (UFABC) de San Pablo, Valter Pomar (52) ha
ocupado diversos cargos dentro del Partido de los Trabajadores (PT), adonde se
incorporó en 1982 y, con el tiempo, llegó a formar parte de la Dirección y de la
Comisión Ejecutiva Nacional. Fue vicepresidente tercero de la agrupación y de
2005 a 2010 se desempeñó como secretario de Relaciones Internacionales.
Actualmente sigue militando pero está más volcado a la docencia. Pomar –para
quien el PT es el principal partido de la izquierda del país porque representa a la
mayoría de los sectores de la vanguardia obrera, popular y juvenil– repasa los 14
años de gobierno Lula y Dilma, hace autocrítica y analiza los vaivenes de la tensa
relación con la derecha brasileña en las últimas cuatro décadas.

¿Cuáles fueron los principales logros del PT?

Desde el punto de vista estadístico, está más que probado que nuestro período en
el gobierno fue positivo para la inmensa mayoría del pueblo brasilero, teniendo
como telón de fondo que nuestro país es uno de los más desiguales del mundo.
Siempre puede haber un negacionista que crea que esto no fue así, pero los
hechos son testarudos. Está claro que en términos de empleo, salario, pensiones
y derechos civiles hubo una mejora general.

¿Y en toda su historia?

El mayor logro del PT fue que durante casi 40 años –desde 1980 hasta la
actualidad– la izquierda brasilera como un todo, con sus organizaciones y su
diversidad, pero en particular el PT, que es la principal expresión de la izquierda,
ha conseguido que la clase trabajadora tenga la mayor fuerza política, el mayor
nivel de organización y de conciencia de toda su historia.

¿En qué se refleja este empoderamiento?

Si lo comparamos con todo el período republicano, incluyendo las dictaduras pero
también las fases más o menos democráticas, nunca la izquierda tuvo tanta
expresión política como ahora. Es un gran logro haber sacado a la izquierda como
mera fuerza auxiliar de los sectores democráticos de la clase dominante, correrla
de ese lugar de fuerza minoritaria sin ninguna influencia en la lucha política. El PT
hizo de la clase trabajadora una protagonista de primera línea. Por eso lo que está
pasando estos días tiene tanta importancia.

¿Qué autocrítica debe hacer el PT?

Si hay alguna autocrítica que se debe hacer, es sobre la ilusión que amplios
sectores del partido se hicieron de la clase dominante brasileña. Creían que esta
clase, conformada por capitalistas, sus representantes políticos, medios de
comunicación, Fuerzas Armadas y la cúpula de la burocracia estatal, había hecho
las paces con la democracia y el bienestar social. Creyeron que estaban
dispuestos a aceptar que las capas populares tuvieran más derechos. Lo que pasó
de 2015 en adelante ha demostrado que aquello era sólo una ilusión. Entonces no
se prepararon para lo que está pasando ahora, para el momento en que la clase
dominante dice “ya basta, no más cambios, no más democracia, no más
bienestar”. La clase dominante está actuando como siempre actuó, de manera
antidemocrática, antisocial y antiderechos, sumisa a los intereses de los Estados
Unidos.

¿Bolsonaro sería sólo un títere de la clase dominante?

No es Bolsonaro el problema de fondo, es la clase dominante. Hace un par de
días, un reportero llamado Cristiano Romero ha publicado en Valor Económico, un
diario de mucha influencia entre los empresarios, una nota que dice que para los
sectores financieros sería muy útil que hubiera en Brasil una dictadura más o
menos como la de Augusto Pinochet en Chile. O sea, ellos creen que los niveles
de organización y de representatividad que ha alcanzado la izquierda no se
podrán revertir solamente con una derrota electoral. Por eso están cada vez más
dispuestos a invertir en una solución de tipo fascista. Porque esperan que el
fascismo haga acá lo mismo que en otros sitios, un amplio proceso de
exterminación política y física de la izquierda.

¿Física?

Quien ha hablado específicamente de eliminación física con todas las letras es un
cavernícola llamado Olavo de Carvalho, un ensayista y filósofo brasileño que
apoya la  candidatura de Bolsonaro y escribe desde Estados Unidos. Cuenta con
mucha influencia en los sectores de ultraderecha hace ya muchos años, y dijo
textualmente que al PT no basta con derrotarlo, hay que destruirlo. Al respecto, el
propio Caetano Veloso publicó una columna en la Folha de San Pablo en directo
repudio a este tipo de expresiones. El problema más grave es que Carvalho no es
un loco aislado, es el emergente de una opinión que comparte una amplia parte de
la clase dominante.

¿Cuál es la situación económica y social hoy?

Tras el golpe de Estado, el gobierno de Michel Temer ha implementado muchos
cambios para peor en la legislación laboral, la remuneración y las jubilaciones, así
como en los fondos para políticas sociales. La situación es muy mala y se puede
constatar recorriendo las ciudades y mirando la gran cantidad de personas que
están en la calle.

¿Qué implicancias puede tener una victoria de Bolsonaro?

Significaría un retroceso muy fuerte. La situación puede empeorar y mucho porque
Bolsonaro, además de los cambios que puede hacer en la legislación, va a
desencadenar una represión abierta contra todo tipo de organización vinculada a
la clase trabajadora. Esto va a reducir la capacidad de resistencia y va a autorizar
a los patrones, los capitalistas y los latifundistas y a todos aquellos que detenten
intereses económicos y poder, a que puedan explotarla todavía más.

Acerca de las declaraciones de Bolsonaro en materia de seguridad y su
apoyo a la última dictadura, ¿qué análisis hace?

Un eventual gobierno de Bolsonaro significaría una especie de aplauso de lo que
pasó en la dictadura militar brasileña y lo que pasa cotidianamente en la represión
a las capas populares de las grandes y pequeñas ciudades. Sería una especie de
autorización para reprimir y matar. No estamos delante de una derecha normal
porque lo que estos tipos pretenden no es solamente desencadenar una campaña
de mentiras o profundizar el neoliberalismo, van a imponer un nivel de regresión
social y de las libertades democráticas que será una especie de dictadura de
nuevo tipo.

«No es Bolsonaro el problema de fondo, es la clase dominante», afirma Pomar.

¿Qué diferencia a este avance fascista de otros?

A diferencia de los fascistas de Europa o Estados Unidos, este fascismo no es
industrializante: es neoliberal y desindustrializante. A nivel regional, será un
gobierno alineado con los Estados unidos y con lo que peor de la oligarquía
latinoamericana.

¿Qué lectura hace del contundente apoyo que recibió en primera vuelta?

Siempre hubo una porción importante de la población brasileña que ha votado
posiciones de derecha. Por ejemplo, en 2002, cuando Lula fue elegido por primera
vez para la presidencia, la candidatura de la derecha obtuvo 37% de los votos.
Siempre hubo un sector que ha apoyado políticas neoliberales, entreguistas y
conservadoras social, económica y políticamente.

¿Qué rol ha cumplido el Partido de la Socialdemocracia Brasilera (PSDB)?

Lo que sucedió en estos últimos años es que este sector más derechista de la
población estaba representado por el PSDB, que poco a poco fue moviéndose
más hacia la derecha. Hasta que en 2014, su candidato, Aécio Neves, no aceptó
el resultado de las elecciones y lanzó una campaña por el derrocamiento de Dilma
Rousseff. Y para hacerlo ha estimulado y movilizado a lo más cavernícola de la
sociedad. Contaron con el apoyo de los medios, del empresariado y de los
partidos de derecha tradicional. Todo esto ha impulsado a la ultraderecha a ocupar
las calles y a hacer discursos reaccionarios. Desde 2015, la derecha tradicional,
los medios hegemónicos y los capitalistas supuestamente modernos, han sido los
principales responsables de respaldar, difundir y financiar el fascismo.

Sin embargo el candidato del PSDB, Geraldo Alckmin,  sólo sacó el 4.76% en
primera vuelta…

Exacto, porque ellos no contaban con que los fascistas tuvieran una candidatura
que desbancaría a toda la centroderecha. Todos los partidos golpistas de la
derecha tradicional tuvieron una votación muy baja. Y la extrema derecha, que
originalmente fue estimulada por la “derecha normal”, hoy tiene todo el
protagonismo. Por lo tanto, los que tienen responsabilidad sobre esto son los
hombres de la socialdemocracia brasilera y sus aliados de centroderecha. El
número de los que apoyan esta candidatura de extrema derecha es similar al que
ha apoyado en 1989, en la segunda vuelta, a Fernando Collor de Mello, y en las
elecciones siguientes, las candidaturas apoyadas por el PSDB. Es un tercio de la
población. Tuvieron la posibilidad de vencer si hubieran contado con el apoyo del
centro. Este es el gran problema.

¿Por qué?

Porque muchos sectores del centro, como el ex presidente Fernando Henrique
Cardoso, responsable de la implementación del neoliberalismo en Brasil pero que
siempre se presenta como un demócrata, hoy no toma partido. Como si fuera lo
mismo, como si no estuviéramos delante de un fascista que una vez declaró que
“había que hacer el trabajo que la dictadura militar no hizo, matar a unos 30 mil
empezando por Fernando Henrique Cardoso”. Entonces, aunque no fuera por otro
motivo que la defensa de su propia vida, Cardoso y muchos de los próceres de la
socialdemocracia tuvieron y tienen el deber moral y político de tomar partido, pero
no lo hacen.

¿Se le fue de las manos a la derecha tradicional el proceso electoral?

Luego del golpe en Brasil en 2016, el plan de los golpistas era hacer una reforma
radical de derecha y neutralizar al PT y a Lula para ganar las elecciones
presidenciales de 2018 con una candidatura socialdemócrata, lo que acá en Brasil
significa decir centroderecha, pero eso no pasó. Iniciaron los trabajos de reforma
de derecha, golpearon duro a Lula y al PT, pero la segunda vuelta de las

elecciones no se da entre los socialdemócratas y el PT y sí entre la extrema
derecha y PT.

¿Qué es lo que llevó a Fernando Haddad al balotaje?

Hay muchos motivos, pero los dos principales son el apoyo popular, en especial
en los estados del noreste, por lo que hizo y por lo que representa Lula, y la
inmensa resistencia que ha demostrado tener el PT. Una gran parte de la
población se siente identificada porque nos opusimos al golpe, nos oponemos al
neoliberalismo y porque expresamos una crítica al sistema político.

¿Cómo caracteriza a Bolsonaro?

Es golpista y ultraneoliberal pero se presenta a la población con un perfil
antisistema, más o menos como hizo Trump. Pero es sólo un mito. Bolsonaro es
diputado hace 27 años, estuvo en todos los partidos de derecha y apoyó a todos
sus gobiernos. Es lobista de una fábrica de armas. Miente para dar un motivo que
lleve a muchos sectores, incluso a los más pobres, a votar por él. Ese motivo es el
mito de ser un hombre que lucha contra el sistema. Tanto Bolsonaro como
Haddad representan a partidos que tienen una fuerte crítica al sistema político.
Claro que la de Bolsonaro es una mentira, la del PT es una realidad.

“Antes gobernaban los gringos, ahora gobernamos los indios”

“Antes gobernaban los gringos, ahora gobernamos los indios”

El presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma sonríe

El viernes a las 17:30, el presidente boliviano Evo Morales descendió de su avión privado en el Aeroparque Jorge Newbery para dirigirse inmediatamente al Consulado General, donde fue recibido por miembros la colectividad boliviana. Dos horas más tarde, los transeúntes que paseaban por el barrio de Congreso, se preguntaban por qué la zona sonaba a fiesta. Era un conjunto de sikuris, que daba la bienvenida al Presidente, con melodías de carnavalito.

Un rato después, en Sarmiento 2037, sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), lo esperaba otro grupo de personas, compuesto por particulares e integrantes de diferentes comunidades bolivianas y movimientos sociales que se acercaron para asistir al acto en el que se le entregaría el Doctorado Honoris Causa o con el simple pero intenso deseo de “saludar a Evo”, como dijo María Laura, perteneciente la comunidad sariri.

En las instalaciones de la Universidad se apreciaban juntas la bandera blanca y celeste, la del Estado Plurinacional de Bolivia, la wiphala, y la bandera de la reivindicación marítima.

Cuando Morales entró al auditorio, comenzaron los aplausos y el llamado del erke, el instrumento andino típico en las celebraciones públicas, que se escucharía de cuando en cuando, mientras se realizó la distinción.

Auditorio lleno de integrantes de diferentes comunidades bolivianas y movimientos sociales que se acercaron para asistir al acto en el que se le entregaría el Doctorado Honoris Causa a Evo Morales.

El rector de la Universidad, Nicolás Trotta, dio un discurso breve de bienvenida y luego pasó la palabra a Evo Morales, quién comenzó por nombrar los logros de su gestión, ya que Bolivia ocupa el primer lugar en crecimiento económico en América Latina. “Fueron gracias a la lucha contra la colonia”, aseguró Morales y agregó: “Ahora tenemos un Estado Plurinacional, digno y soberano”.

En más de una ocasión habló de estar en contra del imperialismo: “Antes gobernaban los gringos, ahora gobernamos los indios”. También manifestó la importancia de reconocer a “los enemigos de afuera” y recordó: “Los imperios de turno nos dividían para dominarnos democráticamente o con golpes militares”.

Morales rememoró la nacionalización de los hidrocarburos y la “Guerra del Agua”, ocurrida en la ciudad de Cochabamba en el año 2000, para reflexionar sobre los servicios básicos, los cuales, enfatizó: “Deben ser un derecho humano y no un recurso privado”.

Finalizó con un llamamiento a los latinoamericanos: “Para unirnos como pueblo y seguir recuperando la Patria Grande”.

“Para unirnos como pueblo y seguir recuperando la Patria Grande”. dijo el presidente boliviano Evo Morales.

El acto terminó con el abrazo de Morales y Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

El diplomático de la Embajada boliviana, Rommel Uño Martínez, expresó para ANCCOM, que la conferencia de prensa programada para más tarde, se había cancelado por cuestiones de protocolo: “Queremos evitar ciertas preguntas, por la distancia que ya existe entre las relaciones de Bolivia y Argentina y las diferencias ideológicas, no teniendo, hasta la fecha, una reunión bilateral”.

“Bolsonaro será una dictadura de nuevo tipo”

“Bolsonaro será una dictadura de nuevo tipo”


Tras su triunfo en primera vuelta con el 46.03% de los votos –ganó en 17 estados del suroeste–, el ultraderechista Jair “Messias” Bolsonaro del Partido Social Liberal (PSL) está muy cerca de ser el nuevo presidente de Brasil. En segundo lugar, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), espera un vuelco masivo a su favor. Con el 29,28% y primero solo en nueve estados del noreste, necesita un milagro para dar vuelta la historia. El mundo entero tiene los ojos puestos en el balotaje del próximo 28 de octubre. ANCCOM dialogó con especialistas y referentes sociales y políticos del país latinoamericano para echar algo de luz sobre un presente que augura tiempos oscuros para todo el continente.

Como viene ocurriendo en los últimos tiempos en el terreno electoral, la principal batalla se libra más en las redes que en los medios tradicionales de comunicación. En el caso de Bolsonaro, quien se afilió en marzo a la agrupación que representa, apenas contaba con unos segundos de pauta gratuita en televisión para su campaña. Por ello optó por una estrategia de difusión basada en las redes y los grupos de WhatsApp. Estos, precisamente, han dado mucho de qué hablar por la proliferación de fake news (noticias falsas) en contra de Haddad y su vice, la comunista Manuela D´Ávila. Bia Barbosa, periodista de Intervozes, una de las organizaciones por una comunicación democrática más importantes de Brasil, señala que “en las dos semanas previas a la primera vuelta, Bolsonaro empezó a comunicarse por las redes con sus millones de seguidores con una estrategia de producción de fake news muy fuerte, enfocada sobre todo a la población evangélica, de arraigados valores conservadores y que ha crecido exponencialmente en los últimos años”. Frente a los avances en los derechos de las mujeres, la descriminalización del aborto, la inclusión de la comunidad LGBTI y la unión civil entre homosexuales, el equipo de Bolsonaro impulsó la idea de que es necesario “traer de vuelta el orden” al país. “El candidato logró asociarse con los valores morales de lo que él define como ‘familia’ y esto tocó a los evangélicos, sobre todo vía grupos de WhatsApp y en las iglesias por boca de pastores afines”, agrega Barbosa. De allí su decisión de ausentarse al tradicional debate de candidatos y, en cambio, casi en simultáneo, dar una entrevista de más de media hora en un programa de la Red Record, la segunda cadena después de O Globo y propiedad de un obispo evangélico. “Hubo denuncias de periodistas de Record y también del Grupo Bandeirantes -otro de los gigantes mediáticos de Brasil- por haber recibido órdenes desde la dirección de sus respectivas empresas de producir reportajes contra Haddad y el PT. Esto va en línea con lo que hemos vivido en los últimos años de una constante criminalización de la política en general y del PT en particular”, afirma Barbosa.

La negativa a debatir generó el hashtag #BolsonaroCagao (#BolsonaroCagón) que fue primera tendencia en Twitter Brasil y segunda a nivel mundial. Aun así, los sondeos lo siguen dando como ganador. El analista de la consultora XP Investimentimentos, Richard Back, subraya que en su encuesta del pasado jueves 11 de octubre, a 17 días del balotaje, la diferencia era amplia: un 59% a favor de Bolsonaro frente a un 41% de Haddad. “Para nosotros que convivimos a diario con miles de inversionistas, está claro que el mercado financiero apoya a Bolsonaro, no tanto por su figura en sí sino por el equipo de economistas muy reconocidos que lo acompaña. La principal pregunta, si bien los números le dan, es si contará o no con gobernabilidad”, aclara.

Haddad necesita del apoyo de un gran porcentaje de indecisos y de fuerzas de centroizquierda que hasta aquí no lo acompañaron. Según una encuesta realizada hace una semana por Datafolha, la mayoría de los votantes de los candidatos derrotados en primera vuelta se dice indiferente en relación a la recomendación de voto de los postulantes. En el PT no pierden las esperanzas. El líder de la bancada petista en el Parlamento, Paulo Pimenta, destacó en Twitter el acortamiento de la brecha de 17 a 8 puntos que reveló otra encuesta de la consultora Ideia Big Data en asociación con la revista Veja.

“Nuestra fuerza decidió aportar su apoyo incondicional a la candidatura de Fernando Haddad. Aunque tengamos muchas diferencias, ha conformado un frente democrático de varios partidos y sectores sociales para ser el contrapunto de esta ofensiva de la extrema derecha y de las fuerzas reaccionarias”, sostiene el presidente del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Juliano Medeiros, en diálogo con ANCCOM. Pese a su escaso peso en las urnas –obtuvo el 0,58%– y sus divergencias con el PT, el PSOL llamó casi de inmediato a votar por Haddad. Medeiros opina que Bolsonaro ganó fuerza porque su proyecto movilizó a una parte importante de los ciudadanos cansados de los escándalos de corrupción y del crecimiento del desempleo. “Ante la crisis política, económica y social de grandes dimensiones que hemos vivido en los últimos años, emerge paradójicamente la figura de Bolsonaro, diputado hace 27 años con bajísima proyección en la Cámara, que defiende un programa aún más radicalmente liberal que el implementado por el gobierno de Temer: privatización de las compañías públicas, disminución de la carga impositiva a los grandes empresarios y una distribución aún más desigual de los impuestos sobre la renta de las personas físicas. Mientras tanto, en política exterior y en lo relativo a derechos y libertades individuales, mantiene una posición de extrema derecha ultraconservadora”, remarca Medeiros.

El doctor en Historia Económica, Valter Pomar, profesor de la Universidad Federal de ABC de San Pablo y ex miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional del PT, observa que el éxito de la candidatura de Bolsonaro se basa en la construcción de un mito. “Miente a la población para ofrecer un motivo que lleve a muchos sectores, incluso a los más pobres, a votar por él. Ese motivo es el mito de ser un hombre que lucha contra el sistema. Él es golpista y ultraneoliberal pero se presenta con un perfil antisistémico, más o menos como hizo Trump”, reflexiona Pomar. Respecto a las consecuencias que puede tener una victoria de Bolsonaro, advierte que “va a desencadenar una represión abierta contra todo tipo de organización política y social vinculada a la clase trabajadora. Esto va a reducir la capacidad de resistencia y va a autorizar a los patrones, capitalistas y grandes latifundistas a explotarla mucho más. Además significaría una especie de aplauso a todo lo que pasó en la última dictadura militar brasilera y a la represión que padecen cotidianamente las capas populares de las grandes y pequeñas ciudades. Una especie de autorización para reprimir y matar. No estamos delante de una derecha normal, porque lo que pretenden no es solamente desencadenar una campaña de mentiras o profundizar el neoliberalismo, van a imponer un nivel de regresión social y de las libertades democráticas que será una especie de dictadura de nuevo tipo”, advierte Pomar.

Luego de las multitudinarias marchas bajo la consigna “Ele Não” (Él No) convocadas por redes sociales en rechazo a Bolsonaro, que pusieron a más de un millón de personas en las calles de Brasil (solo en San Pablo se congregaron unas 500 mil mujeres y 300 mil en Río de Janeiro), el movimiento feminista llama a una nueva movilización para el 20 de octubre. Cecilia “Checha” Merchán, diputada argentina por el Parlasur, sostiene que “Brasil tiene una historia de lucha feminista larga, intensa y popular. En Argentina, a fines de los 90 y principios de 2000, aprendíamos de las mujeres brasileñas. Ante esta fuerza tan inmensa y diversa es evidente que surgen reacciones, por ello definimos como reaccionarios a estos avances, muy potentes y violentos como lo expresa en sus declaraciones Bolsonaro y muchos de sus seguidores”, observa Merchán. “Las mujeres deben ganar menos porque quedan embarazadas”, llegó a decir el candidato ultraderechista, quien también es recordado por una sesión en el Congreso en la que le espetó a una diputada del PT: «No te voy a violar porque no te lo mereces». “Tenemos que prepararnos para redoblar ese sentido en común que hemos logrado construir –afirma Merchán–, y redoblar nuestra apuesta de seguir avanzando. Porque si bien ellos reaccionan de esta manera tan virulenta, somos nosotras las que estamos llevando la historia hacia adelante”.

Otro fenómeno que dejó al descubierto la primera vuelta es el alto respaldo a Bolsonaro entre los sub 34. Julia Louzada, directora de Políticas Educacionales de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNI) y militante de la agrupación Levante Popular de la Juventud, está convencida de que una de las principales luchas que se deben dar es la de  “reencantar” a los jóvenes y al pueblo brasileño con la política y demostrar en lo cotidiano, en las conversaciones en escuelas, universidades, centros y periferias, lo que la política implica en sus vidas. “El voto a Bolsonaro en grandes sectores de la juventud es un voto de protesta, descreimiento y negación de la política”, analiza Louzada. Para ella, se trata de un proceso de crisis profunda del sistema capitalista de carácter económico pero también político, social y de valores, que trae aparejada una desconfianza hacia lo público y un cimbronazo para toda América Latina. “Más nos preocupa que un 20% de la población, el porcentaje más alto de la historia de Brasil, se haya retirado del proceso de votación y de la elección de su nuevo presidente entre votos blancos, nulos y ausencias en la primera vuelta”, puntualiza. Si bien en Brasil el voto es obligatorio para personas alfabetizadas de entre 18 y 70 años, y optativo para jóvenes de 16 y 17 años, la multa que se cobra por no hacerlo es irrisoria: de 1 a 3.51 reales por cada turno ausente.

La espiral de violencia en las calles y la multiplicación de agresiones físicas y verbales contra adversarios políticos, periodistas y homosexuales en distintos distritos del país, causa escalofríos. Uno de los casos más conmocionantes fue el del conocido maestro de capoeira y activista, Moa do Katendê, asesinado a puñaladas el lunes 8 de octubre en Salvador, Bahía, tras haber increpado a un simpatizante de Bolsonaro. También circuló en las redes la imagen de una joven de 19 años secuestrada y marcada con una esvástica en Porto Alegre por usar una polera con la frase “Ele Não”.

En dos semanas puede ser electo presidente un hombre que ha declarado que “los policías que no matan no son policías” y que “el error de la dictadura fue torturar y no matar”. Y que sigue subiendo la apuesta. Hace una semana, en una conferencia de prensa en Río, aseguró que va a garantizar la libre portación de armas para que la gente pueda ejercer su derecho a legítima defensa.

Él no, Brasil.

De la revolución de la alegría al presupuesto de la tristeza

De la revolución de la alegría al presupuesto de la tristeza

El Presupuesto Nacional es una herramienta de política económica central para la gestión de gobierno, en tanto proyecta la evolución de las principales variables macroeconómicas del país de un año a otro, y permiten leer los planes y las jerarquizaciones que realiza el Ejecutivo. Ahora bien, el problema surge cuando, por un lado, las cifras se maquillan, y por el otro, se elaboran metas imposibles de cumplir. En ese sentido, el actual presupuesto exhibe, según diferentes economistas,  una preocupante continuidad con respecto al pobre cumplimiento de las proyecciones de los presupuestos 2017 y 2018 elaborados bajo la gestión de Cambiemos.

Hernán Letcher, además de economista, es concejal por Unidad Ciudadana en San Martín y director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). A la hora de calificar el Presupuesto 2019 no titubea y lo define como una “farsa”. “Un tipo de cambio que no tiene ningún rigor en torno a $40,1, una inflación atada a ese tipo de cambio, y una sobreponderación de las exportaciones que pretende compensar la caída del resto de los componentes de la demanda agregada”;  esa es la fórmula errónea en la que cree el Gobierno”, asegura.

Nicolás Zeolla, economista miembro del Departamento de Economía del Centro Cultural de la Cooperación y del Centro de Estudios Económicos Scalabrini Ortiz (CESO), prefiere no caer en facilismos a la hora de hablar de “dibujos” en el Presupuesto, aunque coincide con Letcher en que “variadas estimaciones respecto a derechos de exportación que tienen una cuota fija, gastos de pagos en dólares del sector público nacional, y otros elementos que dependen de la inflación y la cotización del dólar, como el crecimiento, no son realistas”.

Los recortes

En relación a las partidas del Presupuesto que se verán más afectadas, para Letcher serán “naturalmente los recortes en subsidios y en obra pública, lo cual ya estaba previsto incluso a partir del memorándum del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, recuerda.  

“El Gobierno achica con mayor fuerza las partidas de subsidios al transporte y a la energía, lo cual implica aumentos tarifarios para el año que viene, que ellos dicen van a darse en torno al 30 por ciento”, afirma Zeolla, a lo cual agrega: “La otra partida que se ve muy afectada es la inversión pública. Estas tres partidas caen en términos nominales, con un ajuste real por encima del 40%”.

El informe elaborado por el CEPA hace hincapié, entre otros datos, en la evolución de la Asignación Universal por Hijo, que se incrementa en sólo un 20,4%, es decir por debajo incluso de la inflación proyectada en el presupuesto, pero además lo hace de manera diferente respecto de las jubilaciones, cuando todo debería crecer en relación a la misma fórmula de movilidad.

“¿Están pensando en eliminar la movilidad para la AUH?”, se pregunta ese centro de estudios en el informe.  En paralelo, los gastos para planes como Argentina Trabaja, Progresar y otros similares solo crecen 14,6%, es decir, también muy por debajo de la inflación.

Por otro lado, el Gobierno planea profundizar la política de crédito para la vivienda en UVA (Unidades de Valor Adquisitivo) «para que abarque todo el proceso de construcción, comercialización y financiación», desde la propia letra del presupuesto. También destacan planes como el ProCreAr, Ahorro Joven y Plan Nacional de Vivienda.

Pero para Martín Kalos, economista, docente y director de EPyCA Consultores, esas sanas intenciones esconden lo principal: “La pérdida de salario real y la devaluación acumulada durante 2018 generan que menos hogares accedan a créditos UVA.  Además, la política pública de Cambiemos sigue olvidando cualquier política de vivienda social para hogares de menos ingresos, que no acceden ni accederán a créditos”, sostiene.

Kalos se dedicó minuciosamente a analizar distintos puntos del presupuesto. Así, descubre por ejemplo que el presupuesto para universidades nacionales aumentaría un 39,7%: “Se está transfiriendo a universidades para salarios, con lo cual aumentarían en línea con la inflación del año anterior”, aclara.

En consonancia, Ciencia obtiene 27,7% de aumento. Lo cual es menos que la inflación promedio prevista (34,8%). “Cae en el ajuste nuevamente, igual que en años pasados, pese a las promesas y la necesidad de ciencia e innovación para el desarrollo de nuestro país”, recuerda Kalos.

Otro punto importante a analizar dentro del presupuesto tiene que ver con la partida destinada a educación sexual. El plan nacional cubrirá a «doce provincias en las que se trabajará en la educación sexual, el acceso a métodos anticonceptivos y la articulación entre sistemas de salud y educativo», reza el proyecto. Se plantea además capacitar a 10 mil docentes. Sin considerar valores monetarios, cubrir la mitad de las provincias del país y capacitar a 10 mil docentes tiene sabor a poco ante la creciente demanda de una ESI (educación sexual integral) seria y responsable.

Dólar y deuda

Finalmente, el Presupuesto anuncia un dólar en torno a los $40 para todo 2019. ¿Cómo lograrán estabilizarlo?

“La propia política del Banco Central no garantiza que ese tipo de cambio pueda llevarse adelante: las bandas de flotación no tienen sentido, y no hay mecanismos para garantizar el tope de 44 pesos. El Banco Central no tiene poder de fuego, se ataron las manos con 150 millones de dólares por día para la venta cuando, por ejemplo, el día de corrida hubo 1000 millones de dólares operando en el mercado mayorista”, destaca Zeolla.

El último dato que resalta del nuevo presupuesto ilustra la situación a nivel general: el pago de intereses de deuda se consolida como el segundo mayor gasto de la Administración Pública Nacional, sólo detrás de Seguridad Social.  Para eso sí que no hay recortes.

Un ataque a los más vulnerables

Un ataque a los más vulnerables

El Cottolengo Don Orione de Claypole enfrenta una situación crítica debido a la falta de pago de las prestaciones provenientes de las obras sociales de internos. Esto dificulta el pago a los proveedores de alimentos y de medicamentos necesarios para las más de 370 personas que residen en la institución.

Fernando Montero, psicopedagogo y coordinador técnico del Cottolengo sostiene que “el atraso es muy importante, con lo cual no podamos sostener adecuadamente lo que es el mantenimiento del servicio que prestamos. La situación es bastante angustiante, para el personal sobre todo. Para los residentes todavía no tanto, porque el personal viene a trabajar igual pese a estas dificultades, y se trabaja con la misma intensidad”. Montero reclama: “Necesitamos una solución de fondo, que es la sistematización de los pagos y la actualización de los aranceles. Tenemos una inflación tremenda, y no hay una actualización real de los aranceles. Necesitamos un 35 por ciento mínimo de actualización, lo cual no se está dando en este momento”. Además, la falta de insumos es otro de los golpes a la entidad, que han podido corregir recientemente, mediante una medida de amparo, la cual fue apelada en varias oportunidades.

Desde su fundación en 1935, el Pequeño Cottolengo Don Orione trabaja para mejorar la calidad de vida de sus residentes, quienes reciben atención constante por parte de empleados, voluntarios y religiosos. Actualmente 373 personas residen allí, con discapacidades muy heterogéneas y un amplio rango etario que abarca desde los 12 hasta los 90 años. La gran mayoría son pacientes denominados “de alta dependencia”, ya que debido a las dificultades físicas que presentan, requieren asistencia constante para realizar todo tipo de actividades, incluidas las más básicas.

“El problema del atraso de pagos se agrava a su vez en un contexto inflacionario. No es nada fácil”, comenta Miguel Rama, director médico del Cottolengo. “Lamentablemente, el golpe que esto produce es sobre las personas más vulnerables, y ese es el problema. Porque los ricos no sufren. Estos chicos justamente están acá porque son vulnerables”, agrega.

La mitad de los residentes son beneficiarios de Incluir Salud, un programa nacional de asistencia a personas con discapacidad, dependiente de la Agencia Nacional de Discapacidad, que desde hace siete meses no abona las prestaciones que el Cottolengo necesita para funcionar con normalidad. Pero por otra parte, y debido a que se trata de una institución caritativa, el Cottolengo recibe también a personas que no cuentan con una cobertura médica. En este sentido, el principal ingreso de la institución proviene de las obras sociales de los residentes, y en menor medida, de las donaciones brindadas por empresarios o vecinos de la zona. Además, la entidad lleva a cabo campañas mensuales para cubrir determinadas necesidades dentro de cada mes, a las que aportan quienes deseen ayudar.

“La situación es de mucha preocupación y tristeza. Al no poder cobrarse las prestaciones en tiempo y forma, esto hace que muchos proyectos o muchas planificaciones anuales que se tienen se vean truncadas por la falta de dinero. Esto repercute directamente en la calidad de los tratamientos que nosotros pretendemos ofrecer a las personas con discapacidad que viven en la institución”, expresa Jorgelina Leis, coordinadora del Área de Orientadores y de Terapia Ocupacional del Centro Educativo Terapéutico del Cottolengo. “Somos un poco la voz de ellos, nosotros junto con las familias, porque estamos todos los días trabajando con ellos. Hay mucha gente con discapacidad, y eso no está visualizado”, agrega Leis.

La institución expresó a través de un comunicado que “las autoridades del Programa Federal Incluir Salud han asumido el compromiso de cancelar las prestaciones con regularidad para asegurar la previsibilidad y el normal funcionamiento de nuestra organización”. Además, sostienen que si bien pudieron cumplir con sus obligaciones laborales correspondientes al mes de agosto, “los aranceles de las prestaciones brindadas se encuentran desactualizados”. El comunicado finaliza reclamando a las autoridades del Programa Federal Incluir Salud que se disponga a “solucionar todos los problemas planteados”.

 

Toma en las universidades

Toma en las universidades

Ante la crisis presupuestaria y los bajos salarios docentes, los alumnos de las universidades de todo el país están en pleno proceso de toma de las instalaciones en apoyo al reclamo masivo que hoy tendrá lugar en el Congreso y Plaza de Mayo.

Algunas imágenes de las asambleas en la Universidad Nacional de Quilmes y la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.